Partida Rol por web

Me sorprende que no me disparen, pero estoy demasiado cansado, harto y conmocionado como para reaccionar de algún modo. Sencillamente levanto las manos un poco, casi deseando que me peguen un tiro de una vez y así acabar lo que esta misma gente no me dejó acabar hace unos días.

-¿Y bien?-digo con voz queda y ronca.-¿Qué es lo que quieren?-

-Queremos que mates a alguien- dijo el tipo mientras el otro se aseguraba que no tuvieran armas. Le quito a Bob la pistola de bengalas y encontro la escop-eta que les habia dejado Alan-. Alguien nos envio a matarles, pero otra persona decidio que aun son utiles...

El otro, reviso a Vladimir, notando el mal estado en el que estaba. Miro al sujeto que les hablaba diciendo.

-Señor, este esta muy mal herido, no creo que sirva- antes de que alguno pudiera hacer algo, saco una pis-tola y le dio un disparo en la cabeza. Los perros asustados quisieron huir, pero el freno estaba puesto por lo que solo pudieron gemir un poco. Los cesos de Vladimir estaba desparramados contra el trineo, tanto esfuerzo para que esos malditos le mataran como a un animal rabioso.

El tipo, el primero que les hablo, dijo algo mas, y a pesar de la mascara, casi se podia saber que sonreia.

-¿Ustedes nos serviran?

Mi cara pasa del abatimiento a la sorpresa en un segundo.-¿Qué?-digo cuando oigo lo que quieren. Pero antes de que pueda decir nada más el otro tipo se carga a Vladimir.

Me quedo boquiabierto durante unos segundos. U horas. No lo se. Cuando pasan, mi cabeza empieza a darme vueltas. Empiezo a respirar aún más rápido, por la boca. Trago saliva y cierro los ojos. Se que si corro, me abalanzo o hago algo más que estar quieto me matarán. Y matarán a Paula. No estoy seguro de si debería importarme, pero lo que hace que me quede quieto es el miedo.

-Hijos...de puta.-murmuro. Abro los ojos, temblando visiblemente.-Sois...unos mierdas joder. ¿Por...qué...no matáis vosotros...a quien tengáis...que matar? ¿Por qué...tengo yo que hacer nada?-que asco de situación. No he matado a nadie en mi vida y no tengo intención de hacerlo. Pero ¿qué alternativa tengo...tenemos? Quizás si salvo a esta petarda...quizás al menos pueda irme de este cochino mundo sabiendo que he hecho algo bueno. O no, es una mujer. Joder.

Paula se tapó la boca, sin poder creerse lo que estaba viendo, no podia despegar los ojos del cuerpo sin vida de Vladimir, el cual ahora parecia un simple muñeco de trapo. ¿Por que hicieron eso? ¿Que daño podria hacerles el ruso moribundo?

-La señorita Nallop ahora cuenta con la proteccion de la compañia, pero no de Nora Williams- explico el tipo de mala gana... ¿Señorita Nallop...?-. Es por eso que Nora Williams cuenta con que ustedes se encarguen de la amenaza, entonces seran libres de irse... - su voz se endurecio cuando continuo-. Tienen dos caminos, o matan a la perra o se mueren aqui. Tenemos cuerpos para llevar y decir que son de ustedes, les daremos armas cuando bajemos en la mansion y en cuanto la vean deberan matarla... Sabran de sobra quien es al verla.

¿Nora Williams? ¿No era Nora Jonnes? ¿Será ese su segundo apellido? ¿O es que hay dos? ¿Y quién es la señorita Nallop? ¿Su hija? Como sea su mujer tiene que rozar el techo al entrar a las habitaciones.

Miro a Paula un segundo, a los ojos, como no suele ser mi costumbre cuando miro a mujeres. Entonces me giro hacia el tipo, con la boca entreabierta, intentando tranquilizarme.-¿En...publico? ¿Así sin más?-Esto huele muy mal y pinta raro. No tiene sentido que seamos nosotros quienes la matemos. Joder, Nora puede pagar a cualquier idiota aleatorio para hacerlo. Estoy seguro de que muchos camareros de Nallop serían facilmente comprables.

Quizás quieran implicarnos. Quitarnos de enmedio de esta forma, que parezca que queremos quiedarnos con la herencia quitando de en medio a la señorita Nallop, relajando de esta forma la culpa sobre Nora.

Supongo que aceptaré. No nos queda otra. Lo que haga después, es otro asunto.-¿Quién...quién es Nora?-pregunto fingiendo que nadie nos ha hablado de ella.-Y supongo...que no tenemos elección.-digo mirando ahora hacia el suelo.

-La señorita Williams es la unica que puede lograr que vivan un poco mas- no era agradable ese "un poco". Bob presentia que algo no iba bien, que las cosas se irian aun mas a la mierda, que todo se hundiria cada vez mas y ellos terminarian sepultados de una forma u otra. ¿Pero que otra cosa hacer mas que continuar? 

El tipo sonrio y le hizo una señal al otro helicoptero, luego arrojó a los pies de los ultimos dos sobrevivientes una bolsa blanca.

-Ponganse eso, les cubriran las caras y evitaran que les reconozca...- con otra simple señal a su compañero, le indico que se encargara de Vladimir. Este busco una bolsa de cadaveres y lo metio alli, sin mas miramiento que el que guarda un trozo de carne en el congelador-. Ella de seguro querra verlos, asi que dejen que se acerque bastante.

Dios, esto pinta cada vez peor joder. Ahora a ponernos unas putas bolsas. Esto es denigrante. Me cago en dios.

En fin, esto va cada vez peor y no va a mejorar. A ver que se me ocurre cuando esté cara a cara con la tipa. Paula supongo que no hará nada, la situación parece superarla. Me supera a mí que soy un hombre, imagínate a ella.

Cojo la bolsa y la miro con asco. Tras dudar unos instantes me la pongo. De otra forma nos matarían a los dos. Y es preocupante, porque creo que de estar yo sólo, pasaría de ponérmela. Demonios.

Bob abrio una de las bolsas y descubrio que dentro de ella habia uniformes identicos a los que usaban los tipos que le apuntaban y le ofrecian tan bizarro trato. Paula, al lado suyo, parecia incapaz de nada, solo atinaba a realizar las acciones de Bob.

Una vez ya vestidos, les indicaron que subieran al helicoptero, al parecer compartirian pasaje con le cadaver de Vladimir... y otras tres bolsas...

Me visto entre temblores, maldiciendo en voz baja. Esto es Terrible. Ahora parecemos puñeteras fuerzas de asalto siberianas. Como estos maricones. Al menos, es una ropa calentita. Expulso aire por la boca cuando voy entrando en calor. Joder, vaya diferencia.

Sin embargo, estos segundos de confort son comparables a cuando estás hundido en la mierda más tremenda y te echas la siesta: Al levantarte, por un segundo estás tranquilo. Quizás hasta hayas soñado algo bonito. Pero entonces poco a poco recuerdas donde estás y lo que te ha ocurrido, o como estás. Vuelves a la asquerosa realidad.

Y aquí estoy yo, en la asquerosa realidad. Volviendo a ella, dándome cuenta de que me encuentro en una situación de vida o muerte, de la cual todavía no he decidido como escaparé. Si es que escapo. Joder. Tendré que improvisar.

Me meto donde me indican junto con la zanahoria camuflada. Veo que hay tres bultos. Prefiero no mirarlos. Prefiero no saber quienes son. Creo que será mejor para todos así.

El helicoptero se elevo, ambos sintieron como el estomago quedaba alla abajo, junto a los perros, abandonados a su suerte. Al menos tenian una minima posibilidad si lograban soltarse. Ellos no la tenian, eran estrechamente vigilados por esos sujetos sin rostro. Iban rumbo a lo desconocido, a matar a una desconocida... Todo por dinero.

El viaje tal vez duro una hora, o tal vez dos, no estaban seguros, solo sabian que iban a lo que facilmente era su muerte. Vieron pasar por debajo de ellos multitud de arboles, una blancura que casi dañaba y una engañadora belleza. Sabian bien que alli abajo nadie veia la belleza, solo el dolor y la muerte que se abria paso hasta donde uno se ocultaba.

Antes de que se dieran cuenta, pero sin duda mucho antes de lo que deseaban, vieron la "mansion". Un enorme lugar en medio de la montaña, inaccecible y esplendido. Su ultima morada y posible tumba.

-Esten atentos- dijo un tipo entregandoles unas pistolas a cada uno-. Ustedes empezaran, estan cargadas, no fallen....

Y parece que nos acercamos a nuestro final. No he estado más nervioso en toda mi vida. Joder, no se que voy a hacer. Me cago en dios.

-¿Que jodido sentido tiene esto? No he disparado en mi vida joder.-digo cuando nos entregan las armas. Estoy por preguntar que pasará si fallo, pero me lo imagino. Ojalá fuera John McClain. Sólo tendría que decir Yippie Kay-yay hijos de puta y matarlos a todos. Pero si lo hago, probablemente no mataría a nadie, me dispararía en el pie y moriría de agotamiento antes siquiera de que empezasen a disparar. Y la zanahoria esta no creo que hiciese algo más que chillar. Demonios. Que asco de existencia. Estoy por volarme los sesos aquí mismo, pero ahora tengo una absurda sensación de culpabilidad por si hago eso. Por dejar a esta puñetera mujer a su suerte. Esto es muy irracional. Joder.

-La tendras cerca, solo apunta y aprieta el gatillo. Ustedes estaran cerca de los cadaveres... asegurense de no fallar y de no llamar la atencion- dijo simplemente encogiendose de hombros.

El helicoptero aterrizo, con un movimiento que logro que miles de pequeños insectos corretearan por sus pieles. Ya habian llegado y no habia vuelta atras. Afuera el frio era extremo, la tormenta no habia amainado y todo estaba cubierto de nieve.  Al poco tiempo de tocar tierra el otro helicoptero hizo lo mismo, tres de los tipos que habia alli bajaron de prisa llevando tres cadaveres mas. Los dos sujetos de su helicoptero, bajaron los otros cuatro cadaveres dejandolos a pocos metros de los helicopteros, perfectamente cerrados en sus fundas de plastico. Ahora la pista parecia un zona de guerra, en donde habian olvidado a camaradas caidos.

-No se muevan, quedense firmes y esperen...- dijo el tipo al lado de ellos dos. Bob noto que todos le sacaban una cabeza y a Paula una y media.

La radio del tipo a su lado hizo un ruido y se escucho varias palabras. El tipo respondio luego de unos segundos de duda, parecio ligeramente nervioso.

-Se nos ordeno esperar... Esto no es bueno- murmuro por lo bajo.

El viento aumentaba, la nieve les golpeaba con furia y el frio hacia verdaderos esfuerzos por atravezar los trajes termicos. Lo peor era que la tension crecia con cada segundo, era facil notarlo en los soldados que les rodeaban, comenzaban a mirarse, aunque sus expresiones eran tapadas por las mascaras.