Partida Rol por web

¡Nhg! Para mí un vino blanco -respondo aclarándome la garganta-. Afrutado, por favor.

Aunque trato de hacerme la fuerte, y no parecer débil por el simple hecho de ser una mujer, lo cierto es que el cansancio está empezando a hacer mella en mí.

Son esas estúpidas ropas -dice la burlona voz de Cordelia, desde el interior de mi cabeza-. Si nos las llevaras podías moverte, y respirar -resalta-, mucho mejor.

Si sigues torturando a tus pies con esos apretados botines, acabarán por abandonarte y marcharse corriendo ellos solitos…

Cansada del día, y harta de la charla de mi “compañera de cuerpo”, me apoyo en la barra y masajeo mis sienes, tratando de despejarme.

Por suerte, Lutien está lo suficientemente fresco para hacer las pregunta oportunas al camarero.

Max acepta la invitación de su compañero, pero, en señal de reservado respeto -no acaba de acostumbrarse a éstos dichosos burgueses- se sienta a cierta distancia, en la barra. Se siente como en casa en aquella taberna pueblerina, y se dirige al hombre más próximo.

Tiempos miserables, ¿eh? -aunque añade, casi para sí: Aunque... cuáles no.

El camarero sirve las copas deprisa, sin dejar la sonrisa de oreja a oreja, y acepta las monedas y ante vuestras preguntas os comenta:- Bueno, todos pasamos tiempos dificiles estamos en el campo y la gente se va a la ciudad, en busca de "oportunidades", pufff bueno que se le va a hacer- Mientrás frota un brazo comenta en voz baja:- Si es por lo que ha pasado últimamente, no tengo la más minima idea, y no deberiais preguntar por ello... A bocas cerradas no entran moscas... ¿Me comprenden?- Echando un vistazo por encima de vuestros hombros a los lugareños, que siguen tan contentos tomandose sus copas, algunos están echando ojeadas discretas a los cuartos traseros de la señorita, aunque su alto grado de borrachera, no hace que puedan ser poco menos que autenticos excrutinios. Los demás sobretodo los jovenes se fijan en Lutien, y en sus maneras de ciudad y de tipo duro... Al parecer el ambiente se esta caldeando y sin hacer demasiado....

Lutien pone una expresión que hace que el contorno por encima de sus ojos se sombree. Al margen de la extraña incomodidad que muestra Muriel y de la clara incomodidad que muestra Max hacia la gente del pueblo, Lutien parece entrar en un conflicto directo con el posadero.

No. No le comprendo.

Su tono de voz es lo más seco que Lutien puede y eso es mucho.

Nunca debimos dejar sólo a Julius...

Max bosteza, pero escruta con preocupación las caras de los presentes. Pronto tendrá que imponerse, pero aún sería imprudente...

Si la situación se descontrola, no os extrañéis ni rebeléis contra nada de lo que haga o diga -Les advierte en un susurro cuidando de que nadie se de cuenta.

La gente se quedan mirando al desafiante Lutien y a los demás. Al parecer pronto esta todo en silencio, un silencio desafiante y siniestro, a pesar de que los aldeanos siguen con sus sonrisas complacientes, aunque el camarero simplemente sigue limpiando sus vasos, diciendo:- Bebaselo rapido, no queremos problemas en este pequeño pueblo...- De repente una piedra rompe el cristal de afuera y golpea a uno de los residentes, la voz del borracho os llega desde afuera:- Dejadlos en paz, cabrones cara-palo. !Son unos tacaños, pero no dejare que os los lleveis¡- La gente se levanta de sus asientos, y se arremolinan al lado de la persona que ha recibido la piedra. Por unos momentos os parece que a pesar de la brecha no sangraba, pero pronto el grupo es tan nutrido que no podeis ver nada. El camarero os grita:- Marchaos, vamos a llamar a la policia, por haber mandado a ese desgraciado. Jimmie, Joe, coger a ese borracho, para que no se escape.- Pronto dos de los aldeanos más fornidos van detrás del borracho, que escapa por las callejuelas.

Lutien sale corriendo junto con el resto tras el borracho. Reacciona con tal violencia y tal velocidad que derrama el vaso de bebida que tiene ante si. A la vez que pasa al lado de sus compañeros le da tiempo a decir alguna palabra.

Muriel, eres la más rápida. Cógelo al otro lado del callejón. Max, vamos a necesitar tu boquita para evitar que linchen al borracho.

Y sale corriendo por la puerta tras el borracho.

Max corre, aunque pronto su edad le deja atrás y se detiene, jadeante, echando las manos a la dolorida espalda.

Pobre desgraciado...

A pesar de la aburrida indiferencia con la que me he tomado la situación hasta el momento…

De aburrida nada -me interrumpe Cordelia con socarrona-. Te has acojonado en cuanto esos pueblerinos se han puesto a mirarte como un cacho de carne… ¡Cachocarne!

… Ríe estúpidamente. Yo me quito las apretadas botas de un solo tirón (haciéndome un daño atroz), y echo a correr tras el borracho siguiendo las indicaciones de Rutien.

Ya has terminado de colocar todo, en las habitaciones con la ayuda de Leopold, que te ha estado hablando de la historia del pequeño pueblecito, desgraciadamente la conversación ha sido tan absorbente que te has quedado varias horas tomando un te que se ha quedado frio y unas pastas verdaderamente deliciosas, quizás tanto que han desaparecido dos platos bien llenos de ellas...

Ahora estás caminando por las callejuelas del pueblo buscando al resto de tus compañeros, e inventando una excusa adecuada para que no te salte alguna impertinencia el bruto de Lutien o alguna de sus ingeniosas chanzas Mr Arturus... Cuando oyes unos pasos vacilantes y un hombre a la carrera, al parecer un borracho que chilla y rie mientrás esta dando esquinazo a dos grandes pueblerinos que resoplan del esfuerzo, cuando vas a dejarlo como alguna pelea de borrachos (Y pensando en ayudar por que no es caballeroso, enfrentarse dos a uno, por muy borracho que este ese uno) Aparece Lutien y Muriel detrás de los dos pueblerinos dispuestos a alcanzar al perseguido antes que los dos matones...

La distancia que os lleva el pillastre es de una calle de distancia, pero le siguen un poco más adelante los dos forzudos campesinos, dispuestos a llevarlo a rastras hacia la taberna( A saber si no le apalizaran, o algo peor) Mientrás que Muriel y Lutien estan a unos pasos de los dos campesinos. En cambio Max ha decidido para y aguantar su aliento para los aldeanos que empiezan a salir fuera del local, siguen teniendo sus sonrisas amigables, a pesar de que en sus ojos hay un evidente ardor de indignación por el ataque del borracho...

Pero el borracho se cae, dando un traspies, pero pronto se recupera y vuelve a su loca huida. Más los matones no se quedan atras, y en una callejuela especialmente estrecha, tropiezan entre ellos y caen al suelo, haciendo que les paseis por encima(literalmente).

Lutien salta por encima de los perseguidores. Los pies vuelven a pisar el suelo y sigue corriendo.

¡Ep! Odre de alcóhol, deja de correr joder. Ven aquí.

Lutien corre todo lo que puede, pero nota que los años empiezan a pesar en él. Mira de reojo a Muriel.

Muriel muchacha. Arff, uf. Has dado la impresión todo el camino que erees algo más que una simple doncellita sin capacidad de autodefensa. ¡Demuéstralo! Eres la que puede atrapar a ese montón de alcóhol con patas.

Julius ve pasar corriendo al borracho, mientras observa a los dos hombres que le persiguen corriendo aproximándose. Duda si intervenir o no, pues no sería prudente llamar la atención tan pronto, pero repentinamente ve aparecer a dos de sus compañeros tras ellos, con la clara intención de alcanzar tamibén al mendigo.

Muriel parece rápida, seguramente se las pueda apañar perfectamente para alcanzarlo, así que lo mejor sería detener a los otros perseguidores para que no molestasen.

Sin dudarlo se planta ante ellos y desenvaina rápidamente el estoque del bastón, produciendo un sonido metálico que resuena entre las calles cercanas, mientras el filo brilla bajo la luz de la luna.

- Caballeros, ¿les parece correcto dar caza a un probre hombre en tan lamentable estado? Les ruego que se detengan... INMEDIATAMENTE.

Lucius sonríe mientras lo dice. Pese a ello y a las elegantes palabras, su voz y su actitud destilan una amenaza patente y real, y sus ojos parecen brillar con fuego.

Muriel, con una rapidez que os deja sorprendidos, supera a Lutien, y con un ligero salto consigue salvar a los dos matones, que han caido al suelo. La carrera no sigue mucho más, por que el borracho pronto es alcanzado por la mujer, que parece una diosa con su vestido al viento, alcanzando al hombre que proclama:- Dejadme... Esos cara palos, jajaja, se llevaron a mi mujer y a mi hijo, y me dejaron con otros cara palos como ellos, ajajaja, todos son caras palos, o nos convertira en ellos jajaja- Se desgañita riendo, ahogandose con la carrera, y llorando de una manera patetica, que no hace más que sufrir a la pobre mujer, que no sabe que hacer para consolarle.

Los matones se levantan, pero ven la figura del noble con su acero reluciendo a la luz de la luna, mientrás que Lutien llega a su lado, aunque algo cansado por la pequeña carrerita, sigue siendo una presencia importante en cualquier pelea. Y deciden que no merece la pena, y se alejan sin mirarles a las caras. Hacía el bar, poco después Arcturus llega al lado vuestro. Los tipos del bar se han quedado alli, todavia teneis los pelos de punta ante los extraños comportamientos de los parroquianos y lo que habeis visto en la casa del tal McFly...

Lutien abre los ojos como platos al oir la expresión "cara palos". Respira hondo, se recoloca el sombrero y sonríe de medio lado. Aprieta sus nudillos en donde se puede ver tatuada la palabra "hate" y se acerca al hombre que sostiene Muriel como si estuviera aplastando el suelo a cada paso.

Sacadle toda aquella información que parezca que la diga un hombre sobrio.

¡Sí! -asiento decidida.

Fácil decirlo. Difícil hacerlo…

Por favor, tranquilícese un poco -trato de calmar al borracho alejando lo aún más de Julius y los matones-. Nosotros podemos ayudarle. Creeremos lo que nos cuente. Por extraño que parezca.

Nuestro tío ha sido calcinado como si nada -digo tratando de sostener la tapadera-. Estamos dispuestos ha descubrir que pasa en este maldito pueblo.

Max avanza y, según va llegando, saluda amablemente a los pueblerinos.

¿Por qué os marcháis ya? ¡Pero si hace una noche estupenda!

De expléndido humor, alcanza a sus compañeros. Lord Crown se lleva una inclinación admirada,  Muriel una sonrisa, y Lutien una palmada en el hombro. Cuando vuelve a hablar, su acento escocés ha desaparecido.

Bueeeeeno. Por lo visto habéis sido muy convincentes. Y muy ágil la señorita. Yo ya no estoy para éstos trotes. desde mis tiempos de montaraz alpino... vaya, me estoy convirtiendo en un viejo hecho y derecho, contando batallitas y todo. ¡Já!

Ah, mi amigo de antes. No, Lutien, no le trates así, que se le ve ya bastante intranquilo...

Bueno, por suerte no habéis hecho todo el trabajo antes de que llegara. A ver, tú, cuéntanos un cuento. Un cuento con rapto, y con carapalos. Te ayudaré. Empieza conmigo: Érase una vez... Sí, sí muy bien, érase una vez, y ahora sigue tú.

El hombre se queda lloriqueando, mientrás musita los nombres de su mujer e hijas, parece que por el momento está demasiado embebido en su propio dolor para que le saqueis algo, a no ser que consigais centrar su atención de algún modo. Las calles están solitarias, pero no podríais estar seguros de que no haya alguien espiandoos. Se ha hecho muy de noche, y la verdad, no podríais estar seguros de que los pueblerinos, no os busquen las cosquillas en algún momento.

Max intenta encontrar algo en su memoria que recuerde a "cara palos", pero por el momento, podría ser tanto un animado con un disfraz imaginario, o un fauno del bosque.... pero si lo que dice el borracho es verdad, estarían por todo el pueblo.

De repente ois alguien corriendo que viene hacia vosotros, viendo a Leopold que está llegando a vuestra posición, cogiendo un poco de aliento:- Buenas noches, uno de mis chicos me ha hablado de los problemas en la taberna... Tendría que haberlo advertido.- Mirad al borracho y os dice:- Pobre Jeremy, era un buen hombre, sobrio y solicito con su familia, pero desde hace unos meses empezó a desvariar y a emborracharse. En un principio no le di mucha importancia, podría ser un caso de locura, pero con tolo lo que ocurre en este pueblo ultimamente...-

Antes de que pueda continuar, una voz femenina os interrumpe, una mujer de la misma edad que el borracho os reclama:- Ese es mi marido, gracias por sujetarle para que no haga ninguna tonteria...- Con una gran sonrisa amigable acompañando a cada palabra.

¡Eh, eh! No me gusta que las cosas vayan tan rápido.

En primer lugar, ¿Está seguro de que ésta es su mujer? -Interroga Max al borracho, sin que nadie pueda oírle.

Max tenía razón, las cosas  estaba sucediento demasiado rápido, Y Julius tenía la impresión que se las dejaban discurrir así quizá no volverían a ver a aquel pobre villano...

Julius lanza una mirada de complicidad a Max y Mulien, que se encuentran junto al borracho, y se adelanta un par de pasos hacia la mujer - Buenas noches señora, mi nombre es Julius Crown, ¿a quién tengo el placer de conocer? - Su intención es entretenerla lo más posible para que ellos puedan hablar con él.