Partida Rol por web

Dado que estabas bien preparado para la situación, tu rápida reacción al unísono de un tirón de la telaraña que tenía los diferentes disparadores de las minas y el C4, junto con el cambio de forma en cientos de arañas en apenas un segundo, hizo que aquel lugar se convirtiera en un infierno, un infierno del que tu tenías la llave de salida, tu fiel reloj. Con la mirada de los ojos de las arañas, y la concentración que tenías en hacer tu plan, todo salió bien transportando en ese segundo según se descomponía el cuerpo en cientos de pequeños cuerpos que entraban a travez del reloj en el otro lado.

La umbra era más salvaje a este lado, con única representación no natural de una estatua parcialmente calcificada por tus primas lejanas umbroles que afianzaban las cosas del otro lado a este en un estasis eterno; por lo demás era todo campo y un único y fino hilo por el que habías entrado y que se rompió justo tras la entrada de las últimas arañas. Si no fuera por tanta naturaleza te sentirías como en casa, eso es lo que no te gustaba de parte de la umbra, que fuera tan cercana a kaos y no a la tejedora, la abuela araña, pero ahora ya no seguías sus normas, sino que también podías elegir libremente al contrario que los otros cambiaformas que no habían sentido el toque del wyrm, ese toque te liberó hace mucho, y ahora también te parecía que debía haber algo de wyrm además de tejedora entre tanto kaos natural. Aún así, no había umbroles naturae en la zona, era bastante yermo en ese aspecto, tal vez pequeños espíritus de hierba y rocas que dormitaban sean los únicos residentes permanentes de la zona, ni tan siquiera el espíritu del árbol, el calvero, estaba a este lado pues parecía que había sido destruido.

La destrucción que formaste al otro lado, ni se notó a este lado más allá de alguna pequeña perturbación en espíritus de hierba que se acaloraban, o eso te parecía dada la extraña diferencia entre espíritus y seres vivos, pero que tu parte espiritual te permitía comprender en parte. Ahora, con el hilo cortado en este extremo, tendrías que buscar hasta las cosas tecnológicas más cercanas, tal vez una gasolinera al inicio de la carretera que representaba ese hilo y que para ti era fácil seguir.

Habías apartado a los capullos con aquellos individuos antes de la llegada de tu "invitado", pero el sofoco que tenían los espíritus de la hierba te indicaba que no era solo metralla lo que había pasado en el otro lado, y caiste en la cuenta de las motos que tenían esos tipos molestos ¿se habría perforado algún depósito y el calor la hizo arder creando una explosión en cadena? podía haber pasado, pero tu vehículo estaría a salvo, eso si lo tenías planeado desde el principio; ahora solo tocaría una carrera para poder salir de la umbra y recuperar lo que quedaba allí antes de la llegada de la policía, pues la explosión de seguro se escuchó lejos.

En mi forma de multiples arañas pude ver todo o lo que quedaba de todo,no sabía muy bien lo que había ocurrido per algo me decía que en el otro lado parecía que hubo una reacción en cadena a las explosiones que detone,por lo tanto esos bloques volaron por los cielos con toda esas personas adentro,pero lo que me asombraba de sobremanera era que me habían enseñado que incluso los vampiros poseen un aura que se puede distinguir en la umbra,que su aura o reflejo espiritual no se mostrase eso solo podía significar una sola cosa,que lo había logrado,acabe con ese engreído.

Por lo que hice una mueca de sonrisa lo mejor que pude en esta forma para luego seguir adelante hacia el hilo de la carretera,no era necesario decir que esto llegaría rápidamente a las noticias por la cantidad de muertos,heridos,etc.

Lo que si agradecía es que había usado un telefono no rastreable y que no había forma de conectarlo conmigo,además que sucediera en la ciudad esto haría quedar mal al alcalde dado que ocurrió debajo de sus narices,y como siempre,ahí estaban los buenos chivos expiatorios de los musulmanes para sobrevellar la carga.

Después de eso,me fui por el hilo que conducía a la gasolinera para desde allí volver a la realidad y regresar a mi auto como si nada hubiese pasado.

En lo que tardaba Giselle en cambiarse los otros 2 cambiantes ya estaban en el agua, Mandy con toda la ropa incluida. Mientras ella pasaba por el salón, Clarise llegaba con las mercancías que trajo anteriormente Reginald y las acercó a Giselle para que se sirviera, entre tanto Giselle le ordenaba que fuera a preparar bebidas alcohólicas requiriendo la suya bien cargada por lo que dejó la bandeja en una mesita junto a la tumbona de Giselle antes de ir a hacer el nuevo recado con una sonrisa en la cara.

De fondo se escuchaba a Reginal hablando con alguien, seguramente ese tal musaraña (un nombre desconocido para Mandy, aunque Francisco podía reconocerlo como el de un animal a pesar de no haberlo visto nunca).

El trio inició la conversación, aunque por ahora Mandy estaba más centrada en el agua y en porqué la no-rokea prefería estar con menos pieles y seca aunque se había dicho antes que iban a nadar; que a propósito a ella le parecía pequeño el lugar de nado, pero de un tamaño donde sus largos miembros se cansarían poco de recorrerlo; y entendió que en relación a un cuerpo pequeño y esos débiles miembros y pocos preparados para mar, este pequeño mar sin peces era de un uso que había escuchado de Giselle algunas veces en relación a cuando la boca de esta figura de caminante de polvo hacía esos ruidos y enseñaban los dientes junto a ese sentimiento que ella conocía por dar un gran bocado a un raro y suculento pez en las profundidades, diversión creía que era esa palabra, pero para una nadadora como ella era poco más que una parada relajante en el camino. 

Efectivamente, al salir al jardín en seguida me di cuenta de que mis dos invitados disfrutaban ya del agua. Mandy se había metido con ropa en la piscina, sintiendo una punzada ante aquel error, pues debía haber previsto algo como eso y ofrecerle un traje de baño. Como fuera, ya era tarde para eso. En cuanto a Francisco, él parecía equipado para la ocasión.

Una vez sentada en una de las tumbonas, escuché la pregunta de Mandíbula-Intrépida en cuanto a si temía mojarme, y si ello se debía a mi maquillaje. Aquello me sacó una media sonrisa. Diente-Torcido en seguida habló sobre las pinturas que resistían al agua, ante lo que en seguida asentí, aunque no me pronuncié hasta que el hombre dinosaurio terminó de hablar; refiriéndose también a mi intención de permanecer fuera del agua.

- Uso una de las mejores marcas de maquillaje del mercado, el waterproof de este pintalabios no tiene comparación. – dije con cierto orgullo en mi voz, si bien en seguida me daría cuenta de que puede que no entendieran del todo a qué me refería, y que menos aún les interesaría aquello. Comenzaba a sentirme algo frustrada, o más bien, aún más frustrada. – Bueno, ante el clamor popular, tendré que bañarme. Pero dadme unos momentos. – afirmé con escaso ánimo.

El día estaba siendo complicado, pero quizás aquello que Clarise había dejado sobre la mesita ayudara, aunque en aquellos momentos me apetecía mucho más el cóctel que estaba por venir. Cuando la pariente regresara, le pediría que liara algunos “cigarrillos”, a ver si así conseguía relajarme un poco.

La tiburona en seguida preguntó por una cuestión relacionada con el tema del cazador, algo a lo que Francisco trató de dar respuesta. Tuve la impresión casi de inmediato de que ambos hablaban de cosas distintas, aunque quizás era yo quien no se estaba enterando, después de todo, también habían quedado patentes los problemas que tenía para comunicarme con Francisco. Aun así, estaba bastante convencida de lo que había dicho Mandy, así que me pronuncié al respecto.

- Creo que lo que quiere saber Mandíbula-Intrépida es cómo podemos hacer ver al cazador que en un lugar determinado hay un hombre lobo o el cambiaformas que sea. – formulé quitándome las gafas de sol, para fijar la mirada en la tiburona, por si quería confirmarlo. Aunque no fuera así, me parecía una información que quizás también quisiera conocer, así que procedí a responder. – Convendría conocer su método de caza, o si cuenta con algún tipo de habilidad sobrenatural. A priori, se trataría de hacerle llegar pistas. Muchos se valen del rastreo, dejar algún tipo de señal por donde se muevan y encadenarlas con otras podría servir, pero me parece mucho más complejo que la otra opción que se me ocurre. – comenté reflexiva. – Esas pistas pueden tener forma de información. Rumores, testimonios. Si sabemos por dónde se mueve el cazador, no sería difícil hacerle llegar ese tipo de información. – miré entonces a Francisco, quien había mencionado el regresar sobre ese asunto cuando tuviéramos toda la información. – Sin duda será mucho mejor volver sobre ello cuando Reginald nos diga qué ha conseguido. - señalé con una pequeña sonrisa.

No entendía bien aquella obsesión que parecían tener los habitantes de sobremar acerca de la limpieza, por eso miré con extrañeza a Francisco cuando habló de lavar las falsas pieles. En bajomar nadie se preocupaba de esas cosas, el concepto de limpieza se reducía a dejar que peces mucho más pequeños se alimentasen de los restos de comida que se quedaban entre los dientes o en los pliegues de la piel.

Aún así, no dije nada al respecto, y cuando Giselle regresó para unirse a nosotros nos centramos en por qué no entrabas en el agua. Me había atrevido a deducir que podía ser por temor a perder el color de sus labios, pero tanto Francisco como ella dejaron claro que esa pintura que empleaba resistía el contacto con el agua, de modo que no podía tratarse de eso. Aún así, Giselle parecía rendida a bañarse, pese a que no daba la impresión de que le gustase demasiado.

Entonces, ¿cual es tu problema con el agua? -Insistí en saber, necesitando comprender por qué a ella no le gustaba lo que en mí era tan natural. Incluso para Francisco lo era, aunque podía deberse a que ambos teníamos el agua como parte de nuestra naturaleza. Éramos criaturas distintas, y nuestros hábitats también lo eran. Pero si íbamos a ser una bandada, tendríamos que aprender a nadar juntos. Del mismo modo en que yo me esforzaba en aprender todo lo necesario de sobremar, ella tendría que aprender acerca de bajomar- Tú me ayudas a saber sobre el mundo de aire, si tienes problemas con el mundo de agua sabes que puedes contar conmigo.

Permanecía flotando en aquella agua estancada, moviendo sin parar mis piernas pese a que en nada podía compararse con una auténtica cola de tiburón, y equilibrándome con los brazos mientras apenas mi cabeza quedaba fuera del agua. Francisco se apresuró a responder a la cuestión que había planteado, aunque su respuesta no se parecía a mi pregunta demasiado. Se centraba en la localización del territorio que podamos designar para su caza, no en la forma de llevarle hasta ella. Giselle, en cambio, pareció entenderme mejor, quizás porque llevaba más tiempo conmigo y entendía más mis carencias sobre la comunicación. Sin embargo, la forma en que sugería poder hacerlo me resultaba compleja y confusa, dejar rastros, señales, rumores... Todo eso me parecía difícil, al menos si me planteaba la necesidad de hacerlo yo misma. Nadar, Cazar, Sobrevivir, eso era lo que yo conocía. Era lo que yo hacía, y lo hacía bien. Por suerte, eso era algo que ellos sabrían hacer.

Vosotros poned el cebo, entonces. -Dije finalmente- Y yo devoraré a nuestro enemigo. -Pues eso era, nuestro enemigo. Nuestro. No el de Giselle, sino el de todos nosotros. Nadie buscaría hacer daño a Giselle o a Francisco sin enfrentarse a mis mandíbulas furibundas- La bandada está unida cuando nada unida. ¿Vas a entrar ya, o tengo que salir a buscarte? -Advertí a Giselle, con gesto inexpresivo.

Giselle apenas llevaba la mitad del cuerpo en el agua bajando la escalinata cuando se acercó Reginald, aún con el teléfono móvil en la mano.

Lo tengo en espera.

Dijo haciéndole saber a Giselle que aun hablaba con él pero que lo que hablaban entre los cambiantes y el parentela estaba en privado.

No es su fuerte pero sabe de 2 sitios seguro, y uno probable.

El pub 4Ever or Never, en la 4º de Gylmore con Custer*, al sur-este de San Diego; parece que es frecuentada por gente de ese tipo que acostumbra a hacer carreras y es parada habitual de algunas bandas menores. El otro lugar es el Hostal Paraíso**, al este de la Jolla, precisamente entre la Jolla commons y la Jolla crossroads, con salida a la carretera Miramar Rd. 

El último sitio en el Cafe Bar Europa en Turquoise Street***, en la Jolla mesa. Este es menos probable, pero dice que ha habido frecuencia de clientes moteros en las últimas semanas; es un dato curioso ya que no se parece al típico lugar de moteros.

Me pareció una situación casi familiar, ver como Mandy retaba a Giselle a meterse en el agua o ir a por ella, era un comportamiento que había visto en varias especies, siempre retando e incitando a los "compañeros" para hacerlos mejores, o simplemente para unir más al grupo.

Atendí a Reginald y a los lugares que nombró, no tarde en memorizarlos para poder intentar averiguar que recuerdos recientes podría existir de alguno de ellos, aunque algo me decía que pronto deberíamos visitar alguno de ellos para poder obtener más información.

Volví a las preguntas de cómo llevar el cazador a un lugar ideal para convertirse en presa.

- Creo que lo ideal es que solo piense que hay hombre lobo, otros cambiantes debería ser parte de la "sorpresa". Si no me equivoco ese cazador dio con los tuyos, por lo que me imagino que sabe como rastrearos o al menos cuenta con un interés hacia los que son como "tu" y en obtener información. Dije a Giselle. Me extrañaría más que esté habituado a cazar a los de mi raza y aun más a los que son como Mandy.  Lo que había podido comprobar es que en los últimos años muchas razas de cambiantes eramos más parte de la historia que de la actualidad al menos para la gran mayoría.  Otra alternativa al de crear un "nido" de cero sería, quizás frecuentar sitios al que podría ir y ver cual es más propicio para llamar su atención, o en cual podemos dejar un "rastro" hacía el sitio que decidamos.

Mandíbula-Intrépida parecía muy interesada en por qué no había entrado en el agua de inmediato, pensando que tenía algún problema con ello. ¿Era así? No, no para nada, pero aquel estaba lejos de ser mi elemento, no como en su caso.

- Sé que puedo contar contigo. – señalé más seria de lo que quizás fuera esperado, cuando se ofreció a ayudarme con el “mundo de agua”, como ella lo llamaba.

Poco o nada tenía que ver con aquella cambiaformas, pero sabía que sus palabras, todas y cada una de ellas, por extrañas o toscas que pudieras resultar en ocasiones; eran completamente sinceras. Demostraba estar dispuesta a ser una aliada leal y colaboradora, y aquello era de agradecer, sobre todo en aquellos momentos.

Fue poco después cuando me centré en aclarar el transcurso de la conversación que se daba y en ofrecer aquella información que creí que podría ser de utilidad, aunque no podríamos continuar determinando cómo proceder hasta que Reginald nos comunicara qué había descubierto.

Mandy terminó por afirmar que ella se encargaría de la presa una vez hiciéramos que cayera en la “trampa”, algo ante lo que sonreí de medio lado, hasta mostrar sorpresa ante su siguiente añadido. Insistía en que me metiera al agua, llegando incluso a amenazarme con ir en mi busca. Suponía que aquello estaba relacionado con algún impulso o instinto animal, pero me costaba encontrarle lógica, después de todo, no iba a tener que nadar con ellos realmente; y si así fuera, podía darme por muerta, pues sería ridículamente lenta y torpe al lado de criaturas habituadas al agua.

- Entraré. – accedí finalmente, por el simple hecho de que aquello parecía importante para la tiburona, y no era tan estúpida como para no saber que para poder recibir, también había que dar. – Pero ni se te ocurra a ti entrar con esa ropa mojada en casa. – le advertí. – Te traeré un albornoz para cambiarte después.

Miré hacia el interior, viendo que Clarise aún no llegaba, y mi cara se tornó llena de fastidio. Regresé la mirada al agua, y me puse en pie, desprendiéndome de las gafas del sol y del pareo, los cuales posé sobre la tumbona; para tras ello descalzarme. Me acerqué entonces a la piscina, aunque tan sólo lo justo, dispuesta a tomar una ligera carrerilla antes de lanzarme al agua de cabeza; sin embargo, la voz de mi secretario me detuvo.

Salió al jardín tapando el auricular del teléfono, aún con Musaraña al aparato, y compartió la información obtenida. Tres lugares… No eran muchos, pero al mismo tiempo lo eran, pues nosotros tan sólo éramos tres; y no contábamos con demasiado tiempo, cuanto antes atajáramos aquella cuestión, mejor.

Diente-Torcido empezó a hablar entonces del abordaje, continuando Reginald a la espera, así que en cuanto el cambiante terminó me dirigí a mi secretario.

- Dile que intente averiguar el por qué de esa presencia de moteros en el Europa, quizás nos dé alguna pista. – no se me ocurría cómo podía relacionarse aquello con lo que tratábamos, pero el dato había logrado llamar mi atención.

Tras ello le hice un gesto para que volviera al interior, mirando a Mandy y Francisco, retomando lo expuesto por este.

- A lo mejor no he sido lo suficientemente clara. – admití muy a mi pesar. – Daba por hecho que nos centraríamos en atraerle hacia hombres lobo, son los únicos cambiaformas que sabemos que conoce y en los que está interesado. – hice entonces una pequeña pausa, tratando de entender algo nuevamente, pero no lo lograba. – No comprendo qué quieres decir con crear un nido, Francisco. En cuanto a lo demás… ¿No es acaso lo que ya había dicho? – señalé con una sonrisa que revestía una pizca de orgullo.

Dicho aquello, esta vez sí, tome carrerilla y me lancé al agua; a aquella porción que mis compañeros habían dejado libre. Sumergiéndome de cabeza, nadé cuanto pude a lo largo, terminando por salir al otro extremo de la piscina; echando mi cabello hacia atrás.

- Podría ser el cebo. – propuse finalmente, cuando el agua dejó de ser un estorbo en mi rostro. – Si ese tipo es tan bueno, y parece serlo, tarde o temprano sabrá lo que soy; y probablemente entonces acceda a acompañarme donde sea…

Me satisfacía saber que Giselle era consciente de que podía contar conmigo para aprender sobre el mundo de bajomar, o todo lo relacionado con el agua. No me alegraba, pues la alegría era un concepto que me resultaba ajeno. Simplemente, aquello era como debía ser, y cuando las cosas eran como debían era cuando se podía nadar con calma.

La no-Rokea dejó claro que entraría en el agua, aunque me advirtió que no entrase en la casa con las falsas pieles mojadas como las tenía, aunque no entendía el motivo por el que a los habitantes de sobremar les molestaba tanto el agua. Tampoco sabía que era un albornoz, ya puestos. Sin embargo, fue ver a la mujer desprendiéndose de parte de sus falsas pieles lo que despertó mi curiosidad. ¿Qué diferencia había para ellos entre mostrarse con aquellas prendas minúsculas y hacerlo al natural? Al fin y al cabo, tal como la miraba yo desde las aguas podía adivinar cada curva y pliegue de su cuerpo. Entonces, ¿para qué cubrirlo, y precisamente esos puntos en concreto? ¿Y por qué ella cubría unos y Francisco otros? Eso siempre me había despertado cierta curiosidad, al mirar en la distancia a los caminantes del polvo, por qué se tapaban de forma distinta machos y hembras.

Sin embargo, antes de entrar al agua apareció el humano de Giselle con información que yo no terminaba de entender, pero que para ellos parecía relevante. Comenzó entonces una conversación entre ellos acerca de moteros, nidos, lugares, y... Yo me mantenía ajena a una conversación que no comprendía, flotando horizontalmente en la superficie de aquella piscina, hasta que oí una palabra que me hizo reaccionar de labios de Giselle.

¿Cebo? -Repetí, incrédula, mirando a la no-Rokea con seriedad. No me gustaba la idea de que se expusiera, que se pusiera premeditadamente en peligro, incluso cuando la preocupación por otros nunca había existido en mi interior- ¿Acompañar? Para cazar Rokea pones sangre en el agua, no pones cabeza de Tiburón Pira de Corrupción a su alcance. -Afirmé, pues conocía bien la caza. Al menos, la caza que se libraba en bajomar- Que siga un rastro de sangre, no a ti. Ataques cerca de locales donde pueda moverse, y de accesos a corrientes de agua que lleven a depuradora, eso sería mucho mejor. ¿Por qué exponerte? ¿Es que en sobremar no valoráis Sobrevivir?

Para los habitantes de bajomar, Sobrevivir era una de las leyes principales. Y la supervivencia de mi bandada era importante para mí. No dejaría que Giselle se pusiera en peligro innecesariamente.

Sin ver mucho a traves de la celosía salvo las perturbaciones que se marcaban del reino a la umbra, volviste sobre ese fino hilo dejado por alguna de tus lejanas parientes espirituales que aún obedecían a rajatabla las órdenes de la tejedora. Si pudieras sentir algo, sería compasión por verlas como esclavas, pero tu no tenías tal cosa...o al menos estaba demasiado profundo y enterrado como para que pudieras siquiera sentir algo; lo que si sentías eran las heridas que tenías, algunas arañas principales habían perdido algunas patas, y otras tantas de las masas habían muerto haciendo su trabajo, pero solo eran importante las araña "principales".

Llegaste hasta donde el fino hilo se enredaba dejando mostrar a su alrededor las marcas espirituales de lo que era una tenue marca de la gasolinera. Lo que mejor se veía eran las marcas de los letreros, que ya habían calado dentro de la sociedad y una rustica casa que sería el lugar completo. Sin duda dentro encontrarías la vía adecuada para salir por el surtidor de la gasolina o de la caja registradora.

Una vez fuera, lo primo era no llamar demasiado la atención ya que sabías que habría gente. Para tu fortuna, escuchaste las sirenas de la policía y los bomberos cerca por lo que las personas estaban distraídas, y una vez en forma humana solo debías retomar tu vehículo y volver. No había nada que te vinculara a haber estado allí estas horas.

Aprovechando que todo el mundo estaba distraido por el desfile de los autos patrullas y los camiones de bomberos y ambulancias sali por el lado de la caja registradora sin ser visto y de alli camine hasta mi auto para salir del lugar y volver a mi refugio.

Lo habia hecho,si tenia razon,y lo que senti en la umbra era real la explosion fue de tal magnitud que activo una reaccion en cadena...solo sabria el resultado de la misma si prendia la radio o la television asi que mientras manejaba de vuelta a mi refugio seguro,encendi la radio para escuchar las noticias.

No podia estar seguro de lo que habia pasado con el vampiro pero....definitivamente me habia subestimado,esto si sobrevivia le enseñaria que tan equivocado se encontraba,ahora mismo y por unos cuantos dias la ciudad seria un kaos,todos sus aliados tendrian que usar los favores que alguna vez tenian para ayudar en esta situacion,los hospitales no darian abasto,definitivamente hice caer su castillo de naipes..tomaria meses arreglar todo esto sino años,sonrei.

Al dia siguiente atenderia a los pacientes que me encargaran,solo debia de seguir fingiendo que soy un muy buen doctor preocupado por la salud de sus pacientes y el dinero seguiria llegando constante y sonante.

Y si el vampiro no volvia a aparecer,sognificaba que me habia cargado a el.

Reginald volvió a entrar a hablar con musaraña por teléfono en tanto que se cruzaba con su mujer, clarise, que traía las copas llenas tal como le había pedido Giselle. Eran 3 copas, una para cada uno, pero también traía las botellas para llenarlas de nuevo si se lo pedían, en las copas, había una sombrillita de color en cada una. La principal y única diferentes era la de Giselle, de su color preferido, y las otras con una sombrillita verde*.

Clarise se acercó primero s Giselle y se inclinó para que ella pudiera coger su copa, cargada como había pedido, sin mucha dificultad. Más complicado eran los demás, no tanto por Francisco que se acercó a tomar una, sino por Mandy, ya que no sabía que era exactamente eras cosas pero que por lo que había visto y olido en ocasiones anteriores no era agua, ni tan siquiera agua radioactiva para revigorizarla, y de igual manera Clarise dudaba de si debía meterse en el agua para ofrecerle la copa.

Pero al parecer fue salvada por la campana, o en este caso por el teléfono de Giselle que comenzó a sonar interrumpiendo la conversación. Rápidamente Clarise se adelantó para llevarle el teléfono a Giselle tras dejar la bandeja. Tras ver el número se lo pasó rápidamente a Giselle. Era Serenity River.