Partida Rol por web

Rabia en la Jolla

¿Una Jolla para el Wyrm?. Escena 2: La bella y la Bestia. (Cancelado por rectificación)

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25/09/2020, 10:35
Mandy Mandíbula-Intrépida

Seguía aprendiendo palabras del sistema de comunicación de los caminantes del polvo. Desde luego, las transmisiones eran infinitamente más sencillas, pues sólo bastaba pensar algo para que el concepto viajase por las aguas hasta su destino. En cambio, en no-Mar había que convertir los conceptos en palabras, y usar palabras que el otro entendiera, a pesar de que una sola palabra podía significar varias cosas, y había que conocer todas las palabras para entender todos los conceptos. 

Era una locura, y una estupidez.

Terminé por comprender aquellas dos nuevas palabras, y tras ello Giselle me confirmó que aquella era su casa y me dio la opción de salir del cascarón. Estuve a punto de golpear la puerta para arrancarla y así poder salir, pero entonces el humano abrió la otra puerta y salí tras de Giselle al exterior. Caminé detrás de la no-rokea hasta el interior y paseé mis ojos por el lugar, pues eran aguas desconocidas para mí. Aún así, me giré hacia Giselle cuando me dio instrucciones de a dónde ir, pues parecía que tendría que ir sola. 

Centro, derecha, dos. -Resumí, comenzando a caminar por la ruta que me había indicado, ascendiendo aquellas escaleras. El lugar sería incluso hermoso, si estuviera inundado. Podía imaginarme nadando por aguas en un entorno como aquel, ascendiendo sin necesidad de escaleras por el espacio que quedaba por encima de éstas. Había oído historias de lugares así, en el fondo del mar. Barcos que se habían hundido, o poblaciones costeras que habían sido engullidas por la furia del mar. Igual algún día podía visitar un lugar así. 

Seguí la ruta concienzudamente, girando a la derecha y contando el número de puertas, para entrar por la segunda de ellas. Parecía haber muchas más, pero esa era la indicada. Era una estancia grande, con una gran cama y dos puertas más en su interior. Abrí una de ellas, y parecía otra sala llena de ropa de todo tipo. Me dirigí a la otra y descubrí una estancia con paredes de piedra brillante, una superficie pulida donde se reflejaba todo con absoluta claridad, y una especie de piscina pequeña de color blanco, a la que no habían metido agua. O se había ido, puesto que la superficie blanca tenía multitud de agujeros. Era un absoluto desperdicio, así que busqué la forma de accionar el mando del agua para empezar a llenarla. Llevaba demasiado tiempo seca.

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28/09/2020, 10:15
Giselle Corrupción-conspicua Blackburn

Mandíbula-intrépida había accedido a dirigirse a la habitación por delante de mí, tras dar muestras de que había comprendido las instrucciones que le había dado, pero al dentrarme en el dormitorio no la encontré. Aún así, tenía claro dónde se encontraba, pues se escuchaba con claridad cómo corría el agua de un grifo.

- ¿Te diviertes? - bromeé, posando el peculiar maletín sobre la cama antes de dirigirme hacia el baño.

Allí me encontré con la tiburona, dándome cuenta de que era el grifo de la bañera el que estaba abierto

-¿Quieres darte un baño? - pregunté con algo de extrañeza, accionando la pequeña palanca con la que se cerraba el desagüe.

Pensándolo bien, no era mala idea, de ese modo resultaría más discreta y tendría mucho mejor aspecto, sin salitre en la cabeza y carente de aquel característico olor a mar.

Busqué en los cajones y saqué una bomba de baño esfervescente. Tras quitarle el envoltorio y haber ascendido el nivel del agua, la metí en esta, pudiendo apreciarse de inmediato cómo aquella bola morada con olor a lavanda comenzaba a deshacerse; impregnando el lugar con su aroma.

- Puedes meterte dentro del agua, no pasa nada, pero no te la bebas. - le advertí a Mandíbula-Intrépida. - Iré a buscarte algo de ropa. - añadí antes de abandonar el baño y poner rumbo al vestidor.

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28/09/2020, 12:01
Mandy Mandíbula-Intrépida

El agua caía y caía en el interior de la pequeña piscina, pero tal como llegaba se iba filtrando por los muchos agujeros. O quizás, no estaba segura, por el más grande que había en la parte más baja. Aquello resultaba frustrante, hasta el punto de que no me tomé bien el comentario que oí de voz de Giselle desde fuera de aquella estancia, preguntándome si me divertía. ¿Divertirse no era lo que hablaba Jhon-Harrison sobre lo rituales de apareamiento de los caminantes del polvo? ¿Qué tenía que ver el apareamiento con luchar por conservar el agua en aquella piscina?

Finalmente, Giselle entró en la sala y hizo algo con la piscina, accionó algo, y de pronto el agua dejó de huir por el fondo. El agua que caía se quedaba ahí, y la piscina empezaba a llenarse lentamente. Eso me tranquilizó. Resultaba relajante ver el agua caer, y aquella oquedad blanca llenarse con ella. 

Quiero mojarme, estar tanto tiempo en el mundo de aire es insoportable. -Indiqué a la no-rokea, sobresaltándome al ver que echaba algo en el agua. Era una especie de perla grande, que comenzaba a disolverse en el agua, liberando algo, una especie de polvillo de color claro. Pronto, el agua comenzó a oler de forma distinta, algo que detecté claramente cuando olisqueé el aire sobre su superficie. Giselle me advertía que no bebiera el agua, pero que no había problema en meterme en ella, así que no dudé en deslizarme al interior de la pequeña piscina, demasiado diminuta como para nadar en ella pero lo suficiente para permanecer inmóvil en su interior, al menos en aquella forma. No había llegado a llenarse ni la mitad de su capacidad, pero me apresuré a desprenderme de la ropa que Jhon-Harrison me había conseguido y echarla fuera, para disfrutar del contacto del agua fría sobre mi piel desnuda. Al fin y al cabo, Giselle había dicho que me traería nuevas ropas- ¿Cuándo nos vamos? -Quise saber, con la mirada perdida en aquel chorro de agua que caía para llenar la piscina- ¿Y qué es lo que se supone que vamos a hacer?

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29/09/2020, 19:22
Giselle Corrupción-conspicua Blackburn

Al parecer, estar quieta en el mismo sitio durante más de cinco minutos no era lo único que le costaba a la tiburona. No resultaba difícil imaginar que prefiriera estar en el agua que fuera de esta adoptando su forma humana, pero el que calificara de insoportable estar en “el mundo del aire” me sorprendió un poco.

Debo atajar ese problema de algún modo.

La dejé en el baño tras dedicarle unas últimas palabras, dándome cuenta de cómo olisqueaba el aire antes de ello. Por suerte la bomba de baño de lavanda no le supuso problema alguno, y cuando poco después regresé del vestidor, la Tiburón Pira de Corrupción se encontraba ya metida en el baño; desnuda y habiendo dejado la ropa tirada en el suelo.

- Hacía mucho que no tenía a una mujer desnuda en mi bañera. - comenté con aire jocoso, dejando en uno de los colgadores de la pared un par de perchas.

En una de estas había colgados unos vaqueros de color azul oscuro que esperaba que no le quedaran muy ajustados, y en la otra una una blusa sin mangas de color rojo y una americana negra. También posé sobre un mueble un par de calcetines y un conjunto de ropa interior muy sencillo, aunque no estaba segura de si querría usar algo así o de si ni siquiera le serviría esa talla. Por último posé junto a aquel mueble unos botines negros prácticamente sin tacón, una rara avis en mi vestidor.

- Nos iremos en cuanto estés lista. - le hice saber en seguida a Mandy cuando me preguntó por ello, pasándole un bote de gel de baño, pareciéndome demasiado adentrarnos también en el mundo del champú, los acondicionadores y las mascarillas. - Antes de salir de la bañera, debes echarte parte de lo que hay en este bote por tu cuerpo, es para limpiarte y parecer más una caminante de polvo. Después sólo tienes que quitártelo con agua.

Le expliqué entonces brevemente el funcionamiento de la ducha, procediendo tras ello a responder a su otra pregunta, esa cuya respuesta completa yo también quería conocer.

- Un tipo muy extraño me abordó en el parking justo antes de ir a verte. No sé qué es, pero no es un caminante de polvo corriente. - señalé un tanto molesta. - Quiere hacer negocios conmigo. Negocios que beneficiarían a nuestra causa, quiere colaborar en la creación de la nueva central nuclear, pero... Son muy pocos datos los que me da. Parece que quiere tener bastante energía disponible para un proyecto que desconozco. Para tratar de convencerme me ha ofrecido dos regalos, uno de ellos está en el maletín que he dejado sobre la cama, y el otro me lo darán al parecer en esa dirección. - detuve unos instantes mi relato, pensando que quizás aquella estuviera siendo demasiado información para la tiburona. - No sé qué nos vamos a encontrar, por eso prefería no ir sola. Todo esto tiene que quedar entre nosotras, no sé quién es ese tipo ni de lo que es capaz, así que debe ser así. - señalé especialmente contundente. - Por cierto, lo que hay en el maletín parece muy importante, así que si surgen problemas recuerda que también debes protegerlo. - concluí algo más relajada.

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30/09/2020, 17:12
Mandy Mandíbula-Intrépida

No entendí lo que Giselle pretendió decir con aquel comentario acerca de tener una mujer en su bañera. ¿Había sido habitual para ella que otras hembras usasen aquella pequeña piscina suya? En cualquier caso, dudaba que otras hubieran sido como yo, pues yo no era una mujer. Yo era un tiburón. 

Aún así, aquel pensamiento se desvaneció en medio de una nueva ola de confusión. Giselle me tendió una especie de pequeño contenedor, que por el peso debía estar parcialmente lleno de algo. Me indicó que debía extenderlo por mi cuerpo, para luego retirarlo con agua. Ponerlo para quitarlo, eso no tenía ningún sentido para mí. Aún así, volqué el bote y vi cómo una fino hilo de una espesa sustancia comenzaba a caer. Puse una mano bajo el hilo, notando cómo me empapaba y pringaba con su espesor. Me llevé la mano a la nariz y olisqueé la sustancia, que no tenía un aroma desagradable ni parecía un desecho propio de la no-gruta. Lástima. Alcé el bote sobre mi cabeza y lo observé hasta que la sustancia cayó sobre mi rostro, obligándome a cerrar los ojos. Entonces dejé que se esparciera por mi pelo y espalda, y dejé caer el bote en el agua para frotarme aquella cosa por todas partes. Pero la sustancia se extendía y hacía algo parecido a la espuma que las olas creaban al chocar con la tierra, pero mucho mayor e imperecedera. 

Mientras Giselle me explicaba lo que había pasado y motivaba nuestro viaje de esa noche, intenté salpicarme todo lo posible con el agua de la bañera, para desprenderme de la incesante espuma. A la no-rokea la había abordado alguien, que le había ofrecido colaboración para eso que llamaban central nuclear. Para mí, la nueva localización de no-gruta, lo que significaba que quería ayudar con eso, que era lo que me importaba.  Ofrecía a Giselle dos regalos, uno que le había dado ya y otro que aún estaba por mostrar. 

¿Y qué hay en el maletín? -Pregunté cuando logré desprenderme de la espuma en mi rostro, abriendo los ojos para mirar a Giselle con molestia, ya que tenía el pelo y los hombros llenos de espuma, y el rostro salpicado por ella también. Me deslicé de espaldas y sumergí cuanto pude bajo el agua, pero al salir, si bien había logrado disminuir la cantidad de espuma en mi piel y cabello, volvía a cubrirme ligeramente con la que permanecía en la superficie del agua- Algo estoy haciendo mal... ¿Te lo dará él o te lo va a dar otro? -Pregunté mientras sacudía mis hombros con las manos, tratando de quitarme aquella espuma de encima. 

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03/10/2020, 21:22
Giselle Corrupción-conspicua Blackburn

Mientras le explicaba a Mandíbula-Intrépida la situación, pude darme cuenta de las dificultades que esta tenía para quitarse el jabón de la cabeza y el cuerpo, pero aun así no se daba por vencida; tratando de desprenderse de aquello que no sabría muy bien ni lo que era de diversas maneras.

Ello no le impidió continuar el hilo de lo que hablábamos, preguntándome por el maletín antes de manifestar abiertamente los problemas que tenía con quitarse aquel jabón. También quiso saber más sobre ese otro regalo, estando bastante segura de la respuesta a aquella pregunta.

- En el maletín hay un arma, un arma que aún no estoy segura de cómo se utiliza. Ni para qué debería utilizarla. - añadí pensativa. - Emplea una tecnología muy avanzada y debe ser realmente cara.

Mientras le contaba aquello, me puse de puntillas y traté de alcanzar el cabezal de la ducha, el cual podía descolgarse para aclararse con mayor facilidad. Lo logré al segundo intento, y entonces se lo cedí a la tiburona.

- En cuanto al otro regalo, no parece que vaya a dármelo él. Me indicó que cuando llegara a esa dirección dijera que me envía el director de la universidad y que quienes fueran que estuvieran allí se encargarían de lo demás. - comenté pensativa. - Por lo poco que sé de ese ser, no creo que esté en ese lugar, no estaba muy por la labor de compartir información sobre él; aunque también tiene una habilidad pasmosa para aparecer y desparecer... - añadí aquello último con molestia.

Tras ello tomé el cabezal por el mango un instante, mostrando a Mandy los agujeros del mismo para explicarle de manera más clara el funcionamiento de la ducha.

- ¿Ves esos agujeros? Por ahí saldrá agua cuando abra la ducha. Sólo tienes que señalar con ellos hacia donde quieras, y así podrás quitarse todo ese jabón. - habiendo soltado ya el mango, me acerqué al grifo para abrir el agua, pero antes de ello volví a mirar fijamente a la Tiburón Pira de Corrupción. - Ten cuidado. - le advertí, accionando tras ello el grifo.

Era consciente de que aquello podía acabar en desastre, pero no estaba dispuesta a tener que duchar a aquella mujer como si estuviera a su servicio, ya se encargaría alguien de limpiar después.

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04/10/2020, 13:45
Mandy Mandíbula-Intrépida

Mientras me seguía peleando con la maldita espuma que había creado la masa viscosa que Giselle me había pedido que me echase, fue explicándome que lo que había en aquel maletín era algún tipo de arma. Perdí el interés en ello rápidamente, puesto que yo, como tanto los míos de antes como los actuales, no creía en las armas. No había objeto ni utensilio que hubieran ideado los caminantes del polvo que pudiera comprarse con unas buenas mandíbulas, grandes de abrir y fuertes de cerrar. Los tiburones no habíamos cambiado apenas desde tiempos inmemoriales, precisamente porque no había posibilidad de mejora en nuestra evolución. Las armas de que disponíamos de forma natural, no podían ser superadas. 

Al menos, de eso estaba convencida.

Tampoco parecía que aquel caminante del polvo fuera a entregar a Giselle el otro regalo personalmente, sino que le había dado indicaciones para acudir a un lugar para que otros se lo entregasen. mi humor fue empeorando a medida que luchaba por sacudirme aquella molesta e insistente espuma, al comprobar que el desconocido se mostraba esquivo y misterioso, además de escurridizo. 

Parece que es poco común que los habitantes de la superficie den muestras de confianza. -Comenté de forma molesta, recordando al hombre bicho, quien se había jactado además de ser alguien indigno de confianza. Aquello me incomodaba, puesto que no me gustaba rodearme de seres en los que no pudiera confiar. Había luchado aleta con aleta con otros rokea, protegiendo grutas; y también lo había hecho junto a tiburones pira de corrupción, protegiendo no-gruta. Y siempre lo había hecho sabiendo que compartíamos la lucha. No entendía cómo era posible luchar al lado de alguien en a quien no podías dar la espalda.

Giselle me advirtió acerca de los agujeros de aquel objeto que me había entregado. Según ella, por ahí iba a salir agua, lo que me serviría para desprenderme de la espuma. Lo que no entendí fue que me advirtiera de tener cuidado. ¿Respecto a qué? Era agua lo que iba a salir por ahí, ¿no? ¿Qué precauciones había que tomar con el agua? Si era mi medio natural...

Aún estaba pensando en eso, mirando fijamente aquellos agujeros, cuando el agua comenzó a salir en diminutos chorros, golpeando o, más bien, acariciando mi rostro. Permanecí un instante así, observando el agua mientras me azotaba la cara, a pesar de que en aquella forma era ligeramente molesto. Los ojos de los caminantes del polvo no estaban hechos para el agua como los de los tiburones. De modo que levanté aquel objeto y vi cómo el chorro se desplazaba a un lado y otro según yo lo moviera, tanto dentro como fuera de aquella pequeña piscina. Finalmente, lo situé sobre mi cabeza y dejé que el agua chorrease por mi cabello y arrastrase la espuma hacia abajo. La fuerza que empujaba las cosas hacia abajo era mucho mayor en no-mar.

Entonces, sólo es ir y recoger lo que te den, ¿no? -Pregunté a Giselle, a pesar de que no terminaba de comprender aquel tipo de interacciones. Pero era demasiado lo que no entendía de la forma de actuar de los caminantes del polvo- ¿Y no ha dicho que quiera algo a cambio? En Mar no es normal dar cosas sin recibir nada. 

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07/10/2020, 23:47
Giselle Corrupción-conspicua Blackburn

Me sorprendió ligeramente la afirmación que hizo la tiburona sobre las muestras de confianza que no daban los que ella llamaba caminantes de polvo, preguntándome además si la molestia que demostraba era por ese hecho o por la espuma con la que se peleaba.

- En realidad, es todo lo contrario. - afirmé pensativa. - La mayoría de personas tiende más a confiar en otros, algunas llegan a ser realmente ingenuas... Algo que nos conviene. - sonreí de medio lado momentáneamente. - Y también suelen mostrarse como gente en quien poder confiar. Ser alguien de confianza es un valor entre los caminantes de polvo. Supongo que el tipo que me abordó debe tener tanto que ocultar que le da igual levantar suspicacias con ello. – reflexioné en voz alta.

Aguardé pacientemente junto a la bañera, observando de medio lado cómo Mandíbula-Intrépida se duchaba con el objetivo de que no terminara salpicándome o poniendo del todo perdido el baño, deteniéndose finalmente mis ojos durante unos breves instantes en sus salvajes formas; esas por las que mi vista había pasado fugaz hasta el momento.

Cuando retomó la palabra, pareciendo tener controlado ya el funcionamiento de la ducha, me giré nuevamente hacia ella.

- En el mundo de los negocios tampoco es normal dar algo sin recibir nada a cambio. - respondí en primer lugar. - Según el llamado Doctor Doom, estos obsequios son sólo para compensarme, entiendo que por su actitud. - me encogí brevemente de hombros. - Le advertí de que eso no le garantizaba que fuera a aceptar su trato, aunque debe ser lo que pretender con todo esto. Puede que crea que teniéndome contenta acabaré aceptando, o a lo mejor es su manera de demostrarme lo poderoso y rico que es.

Me acerqué hasta un colgador cercano y cogí una toalla limpia lo suficientemente grande como para que la Tiburón Pira de Corrupción pudiera envolverse en ella con facilidad, pareciendo estar a punto de terminar su baño.

- Puedes secarte con esta toalla cuando termines. - le indiqué abriendo esta, aguardando tras ello a que saliera de la bañera para envolverle con la toalla y dejar entonces que se secara libremente.

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08/10/2020, 00:42
GM

Notas de juego

Ohhhh. Y yo que esperaba una escena lésbica xd.

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08/10/2020, 11:24
Mandy Mandíbula-Intrépida

Giselle no tardó en corregirme, dejando claro que la impresión que me estaba llevando de la generalidad de los caminantes del polvo no se correspondía con la realidad. Y es que aquellos que me estaban mostrando cómo eran los habitantes de no-mar resultaban ser excepciones a la norma, extraños sujetos que preferían ser tratados con desconfianza antes que mostrarse abiertamente de fiar. ¿Por qué lo hacían? Ni lo entendía ni aspiraba a ello, a aquellas alturas. 

Así que te da regalos para que aceptes un trato del que no te ha hablado aún... -Resumí en voz alta, logrando ya desprenderme de la mayor parte de la espuma de sobre mi piel y, sobre todo, de mi largo cabello. Me giré y traté de pagar el chorro de agua, imitando cómo lo había accionado Giselle, y aunque me costó un par de intentos, al final logré apagarlo, dejando aquel tentáculo sumergido en el agua. Me puse en pie y salí de la pequeña piscina, momento en que Giselle me ofreció un trozo de tela grande, que según ella servía para secarme la piel- ¿Y si al final decides no aceptar el trato, puedes quedarte igualmente con los regalos? -Pregunté mientras tomaba aquel trapo y comenzaba a secarme, un acto que me era ajeno debido a que prefería estar mojada. Sin embargo, reconocía que cubrirse con aquellas falsas pieles que los caminantes del polvo llamaban ropa resultaba más sencillo si la piel estaba seca- Merece la pena cogerlos, entonces. 

Apenas había terminado de secar ligeramente mi piel, cuando dejé caer la toalla al suelo, caminando hacia las ropas que Guiselle había elegido para mí.

No se parecen a lo que me dio Jhon-Harrison. ¿Son más adecuadas para no llamar la atención?

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11/10/2020, 12:49
Giselle Corrupción-conspicua Blackburn

Mientras Mandíbula-Intrépida terminaba de ducharse con éxito y salía de la bañera para comenzar a secarse, continuó hablándome sobre aquellos regalos, pareciendo querer comprender cuál era exactamente la situación. Así, traté de aclarar algunas cuestiones mientras continuaba haciendo uso de la toalla.

- Es lo que le dije que haría básicamente, le dejé claro que aceptar esos regalos no significaba que aceptaría hacer negocios con él, así que sí; se supone que me los puedo quedar, aunque no me fio de lo que ese ser pueda hacer. - comenté aquello último con clara molestia. - Del trato me habló muy vagamente, quiere el setenta porciento de la energía total que genere la nueva central nuclear a cambio de ayudarme a construirla, pero no sé en qué consiste esa ayuda con exactitud. Puede que se refiera únicamente a dinero, pero no lo sé. Ante su actitud y sin saber ni siquiera quién es tampoco me mostré muy dispuesta a hacer negocios realmente.

Mandy terminó dejando caer la toalla para acercarse a la ropa, haciendo mención a que aquellas prendas no se parecían a las que le había dado el encargado de seguridad, preguntando además si eran más adecuadas para pasar desapercibidas.

- Creo que lo serán. No sé exactamente a dónde iremos, pero debo decir que voy de parte del director de la Universidad de San Diego, así que supongo que el lugar requerirá como mínimo un atuendo medianamente formal; aunque en cualquier caso, el cómo ibas vestida era demasiado básico. - comencé a explicarle a la tiburona. - El cómo vestir a menudo depende del lugar al que vayas a ir o con quién te relaciones. El mundo de la moda es más complejo de lo que parece a simple vista, pero ya lo irás comprendiendo. - afirmé convencida de ello. - ¿Sabrás vestirte sola? Debes empezar con aquello. - le dije señalando la ropa interior.

Me giré tras ello hacia la toalla que había dejado en el suelo, y me agaché para tomarla con dos dedos, alzándola con evidente desagrado para posarla sobre algo.

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11/10/2020, 13:09
Mandy Mandíbula-Intrépida

Al parecer, había logrado alcanzar la misma conclusión que ya había puesto en práctica Giselle, lo que significaba que empezaba a entender a grandes rasgos la forma de funcionar de los habitantes de la superficie. Al menos, eso quería creer. Aún así, las características de aquel trato que el desconocido ofrecía a la no-rokea se me escapaban bastante, aunque la idea de que hubiera que cederle parte de la energía de la no-gruta me resultaba desagradable. 

Peor fue el asunto de las falsas pieles, ya que parecía que el hecho de que la ropa fuera adecuada o no dependía enormemente de a dónde hubiera que ir. Eso significaba que había que ser capaz de seleccionar unas ropas u otras en función del momento y la situación, una tarea que se me antojaba me resultaría imposible. Maldije para mis adentros, pensando en por qué tenían que ser tan complicadas las cosas de los caminantes del polvo. 

Sabré vestirme. -Afirmé de forma tajante, tomando aquellas prendas que me había indicado Giselle y comenzando a ponérmelas. La primera de ellas, la que se introducía entre las piernas, era sencilla. La segunda resultaba más complicada, porque había que abrocharla con algo similar a un botón pero que funcionaba al parecer de forma diferente. La tomé entre mis manos y la observé detenidamente. Sabía que debía cubrir mis pechos, a pesar de que éstos ya quedaban cubiertos por el resto de la ropa. Mucha complicación para poca funcionalidad. Finalmente, deseché esa prenda y la dejé caer donde estaba en un principio, prosiguiendo con el resto de ropas. Una sola falsa piel sería suficiente- Si hay algún problema y tengo que cambiar... ¿Cómo conseguiré otras ropas? ¿O no habrá problemas en regresar in ropa?

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13/10/2020, 01:00
GM

Vestida gracias a algunas ropas de las que Giselle tenía para situaciones deportivas, Mandy parecía incluso otra a pesar de seguir llevando su pelo alborotado al aire; sudadera, camiseta, pantalones deportivos de marca y unos tenis de velcro remataban el estilo ahora bastante casual de mandíbula intrépida ya que el resto de ropa de Giselle sería demasiado glamurosa, cara, y difícil de usar para la tiburona pira de corrupción.

Ambas entraron en el vehículo de alta gama de Giselle que condujo sin dificultad ninguna en una carretera más calmada por las horas de la noche a la que transitábais hasta llegar a la dirección descrita dejando aparcado el coche en un parquing subterraneo que apenas estaba a 2 calles de descubrir el lugar.

Visiblemente defraudada, o tal vez en una mezcla de otras emociones, mientras que Mandy hacía su ya típico gesto de no entender exactamente porqué. El lugar era una pequeña tienda de lavandería, donde un aburrido dependiente esperaba que ambas estuvieran lo bastante cerca para hablar mientras cerraba el cuaderno de crucigramas. A espaldas del dependiente, una cortina blanca tapaba la vista pero podía vislumbrarse la silueta de una mujer de complexión ancha que se dedicaba a sacar y meter ropas de las lavadoras que estaban en un constante funcionamiento con su particular ruido que le parecía ahora solo molesto a los clientes.

¿Qué desean?

Preguntó con un tono bastante monótono, como si fueran solo 2 clientes más sin hacer caso de lo dispar que parecían ambas chicas en combinación con los vestidos que llevaban.

Apenas había abierto el libro de clientes para tomar datos o revisarlos, cuando Giselle dijo el código, que venía de parte del director de la universidad de San Diego. A lo que el chico cerró de nuevo el cuaderno.

No esperaba que vinieran a estas horas de la noche a recoger ese encargo.

Comentó mientras se dirigía a un lateral del mostrador tras asegurarse que no había nadie más cerca de la tienda. Luego levantó la madera que hacía de barrera y mostrador en aquel lateral y dejó que ambas chicas pasaran.

Tras la cortina, sigan todo a la derecha y entren en el despacho.

Tras aquellas palabras, dejó a ambas chicas y cerró la cortina antes de volver a encargarse del mostrador.

Allí había lavadoras por todos lados en fila, y podíais ver a la mujer afroamericana rolliza encargando de esas tareas rudimentaria y que ni siquiera se molestó en miraros. Dentro era más grande de lo que la tienda parecía por fuera pues parecía que aquella recepción de 3x3 fuera en verdad el trastero de la tienda. 15 metros avanzando junto a las lavadoras y diversos percheros lleno de todo tipo de ropa fueron los necesarios para llegar al despacho, de aspecto lúgubre, con el cristal de la puerta agrietado y la puerta pintada de un feo color verde pistacho ya descascarillado, y dentro no era mejor. Era una habitación gris, con solamente una mesa y un par de sillas viejas, sin adornos ni ventana, y allí parecía tocarles esperar.

Notas de juego

Si hay algún problema y tengo que cambiar... ¿Cómo conseguiré otras ropas? ¿O no habrá problemas en regresar in ropa?

Puedes contestarle al inicio de tu post como si aún no hubierais salido. Luego daré por sentado que acabáis y tomáis rumbo a vuestro destino.

Os dejo un post por si queréis decir algo antes de continuar.

Corrijo, esta es la ropa que lleva, que no releí el post donde venía lo de la ropa.

Es lo siguiente:

En una de estas había colgados unos vaqueros de color azul oscuro que esperaba que no le quedaran muy ajustados, y en la otra una una blusa sin mangas de color rojo y una americana negra. También posé sobre un mueble un par de calcetines y un conjunto de ropa interior muy sencillo, aunque no estaba segura de si querría usar algo así o de si ni siquiera le serviría esa talla. Por último posé junto a aquel mueble unos botines negros prácticamente sin tacón, una rara avis en mi vestidor.

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13/10/2020, 22:05
Giselle Corrupción-conspicua Blackburn

Mandíbula-Intrépida dijo que sabría vestirse, así que tras comprobar que así parecía ser, resultando algo secundario que se hubiera deshecho del sujetador; me propuse dirigirme al vestidor para cambiarme de ropa. Me hubiera gustado poder ducharme tras tan ajetreado día, pero tendría que conformarme con un cambio de vestuario. Sin embargo, finalmente tampoco pudo ser así, pues las palabras que Mandy me dedicó y por las que tuve que posponer mi partida, daban cuenta de que aún tendría algo más que hacer.

- Bien visto. - le reconocí, sintiendo una molestia interna que logré disimular, desagradándome el no haberme dado cuenta yo misma de ello. - Cogeré algo de ropa de emergencia mientras terminas de vestirte. - señalé antes de abandonar el baño y regresar al vestidor.

Allí tomé un bolso relativamente grande y metí en este un par de prendas deportivas que ocupaban poco espacio, lo imprescindible para que la tiburona no tuviera que ir desnuda por ahí si surgía algún imprevisto.

Me tomé el tiempo justo para retocar mi maquillaje y atusar mi cabello, y tras preparar mi bolso y tomar el maletín de piel de rinoceronte, regresé junto a Mandíbula-Intrépida, mostrándome dispuesta a partir en cuanto estuviera lista.

Así lo hicimos cuando llegó la hora, tomando en el último momento una fina chaqueta, y es que a aquellas horas quizás hubiera refrescado algo. Conduje hasta la zona indicada, teniendo que dejar el coche en un parking cercano, y cuando alcanzamos la dirección me vi sorprendida por el lugar del que se trataba.

Por un momento se me pasó por la cabeza que el extraño ser se hubiera confundido con la dirección, pero pronto me deshice de esta idea, pues realmente algo así pegaba con su extrema discreción.

- Me esperaba algo un poco más glamuroso... - susurré a Mandíbula-Intrépida antes de adentrarnos en lo que parecía una lavandería.

El dependiente no tardó en atendernos, dejándonos claro tras decirle de parte de quién iba que no nos habíamos equivocado. Por algún motivo debía pensar que nos interesaba lo que pensaba de que acudiéramos a aquellas horas, algo ante lo que callé, aguardando a que el tipo fuera a por el prometido regalo. Sin embargo, no fue así, teniendo que ser nosotras quienes pasáramos al interior de aquel tugurio; donde ni siquiera contaban con una pared para separar el espacio de trabajo del de atención al cliente.

- Gracias. - respondí escuetamente a las indicaciones del dependiente, poniendo rumbo en la dirección que no indicó tras hacer una señal a la tiburona para que me siguiera.

Me sorprendió ver que al adentrarnos en aquel sitio, este era mucho más grande que lo que cabía esperar, aunque continuaba siendo extremadamente humilde; siendo generosa en su descripción. Terminamos dando con un despacho que no tenía ni el cristal de la puerta sano, y abrí la horrible puerta color verde pistacho, llevándonos ello a una habitación prácticamente vacía en la que parecíamos tener que aguardar.

- Siéntate si quieres. - le dije a la Tiburón Pira de Corrupción una vez entramos ambas, aunque pronto me di cuenta de que aquello era una estupidez, pues seguramente esta no tardaría mucho en comenzar a dar vueltas por el cuarto. - Yo esperaré de pies por el momento.

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15/10/2020, 10:01
Mandy Mandíbula-Intrépida

Al alcanzar el lugar al que debíamos ir, Giselle dijo algo que no entendí del todo. No era como ella esperaba, aunque eso de "glamouroso" no estaba segura de qué significaba. En cualquier caso, guardé silencio, observando a nuestro alrededor antes de seguirla al interior. Fue ella también quien habló con la gente del interior, y quien recibió las instrucciones sobre cómo proceder. A decir verdad, no había gran cosa que yo tuviera que hacer, más allá de acompañarla, sí que es a lo que me dediqué, a caminar tras ella hasta el lugar indicado. 

El pasillo por el que tuvimos que caminar me recordaba tan sólo vagamente a los túneles de la no-gruta original, aquel cascarón hundido mucho tiempo atrás donde ésta se alojaba. Estrecho, con maquinaria a los lados, aunque de distinta naturaleza. Podía imaginar aquel lugar sumergido en las aguas, con limo del fondo marino flotando alegremente y posándose por doquier. Y a mí nadando lentamente por el lugar, tranquila y avanzando por el laberinto interior y las aguas residuales y llenas de pequeños qyrlinos.

Terminamos en una habitación pequeña, sencilla, con la puerta rota. Había dos sillas, que rechacé usar con un simple gesto cuando Giselle me invitó a sentarme. Nadar. No me gustaba permanecer inmóvil, iba en contra de mi naturaleza. Ya esperar en aquella sala me resultaba incómodo. 

¿Tardará mucho? -Pregunté mientras comenzaba a caminar lentamente por la estancia, que carecía de ventana, así como de adorno alguno.

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17/10/2020, 00:28
GM

Apenas pasó un minuto de espera en aquella sosa habitación cuando el marco de la puerta comenzó a brillar y una luz roja que parecía cubrir toda la puerta apareció. Seguidamente, notaron como el suelo comenzó a vibrar y notaron la presión del bajo vientre subir hasta el abdomen, mientras tanto, la imagen que daba el cristal de la puerta aún estando roto y con luces dejaba ver paredes de metal con sus ocasionales uniones, además del sonido típico de maquinaria moverse que dejaba a lo lejos el ruido de las lavadoras mientras este seguía con el mismo tono monótono; todo indicaba de que estaban bajando en un ascensor del tamaño de la habitación o era la propia habitación el ascensor.

Transcurridos unos 30 segundos, el suelo vibró una última vez, el ruido se paró dejando solo el silencio y las luces rojas de la puerta se apagaron. El sonido de pisadas acercándose con calma era lo único que escuchaban de fuera hasta que el sonido de la puerta abriéndose les dejó ver quien era, aunque ya lo habían vislumbrado a través del cristal parcialmente.

Me dijeron que vendría, pero no me comentaron nada de la compañía extra. Lo mismo es, entren.

Les hablaba una mujer ya en la tercera edad, puede que entre 70 u 80 años, con un vestido soso y antiguo de un color entre gris y azul; que con un ademán de la mano les señalaba las chicas que salieran de la habitación y la siguieran mientras tenía una sonrisa en su rostro arrugado.

Notas de juego

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18/10/2020, 08:32
Mandy Mandíbula-Intrépida

Al final, la espera no se hizo demasiado larga, pero eso no hizo que resultase agradable. Se rompió abruptamente, cuando toda la habitación comenzó a temblar a nuestro alrededor. Inmediatamente me fijé en la puerta, a través de aquel cristal rajado, y acercándome a ella descubrí que algo se elevaba al otro lado, cubriéndola completamente. Mis labios se movieron inconsciente, abriéndose y cerrándose mientras mostraban aquella dentadura ridícula de dientes romos que no era el arma natural que debería.

Estábamos atrapadas.

Aquello no me gustaba, no me gustaba en absoluto. Giselle, sin embargo, parecía tranquila, o al menos controlada, no como yo. Yo no soportaba el encierro, como no soportaba permanecer inmóvil, hasta el punto de boquear como un pez fuera del agua, luchando por respirar.

Tampoco aquello duró demasiado, y la sala dejó de vibrar. La puerta pareció despejarse y una sombra se vislumbró al otro lado, hasta abrir y que una caminante del polvo muy vieja se presentase ante nosotras. La mirada que le arrojé mostraba bien a las claras el odio que me causaba todo aquello, el encierro, y que podía enfocar en ella. Sin embargo, era Giselle quien debía indicarme si la humana podía ser devorada, descuartizada, convertida en un amasijo de vísceras y astillas de hueso, ya que yo no lo tenía claro.

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20/10/2020, 01:24
Giselle Corrupción-conspicua Blackburn

Como era de esperar, Mandíbula-Intrépida se negó a tomar asiento, preguntando pronto por el tiempo que tendríamos que esperar mientras comenzaba a caminar. No tenía la respuesta a aquella pregunta, así que me limité a decirle que no lo sabía, cosa que sucedió poco antes de que en aquella habitación comenzaran a suceder cosas extrañas.

Mi instinto me pedía cambiar de forma en aquellos instantes, pero me contuve.

Sangre fría.

La tiburona se acercaba a la puerta mientras encontraba cierta familiaridad en lo que estaba sucediendo, en las sensaciones que se agolpaban en mí. Descendíamos, estábamos bajando junto a aquella habitación, algo que pude confirmar al darme cuenta de las imágenes que el cristal roto e iluminado de la puerta nos permitía captar.

El extraño mecanismo no tardó en cumplir con su función, encontrándonos nuevamente en un feo despacho a la espera de quién sabía qué, aunque pronto lo descubriríamos; pues se oían pasos aproximándose.

Ante nosotros se personó una anciana que parecía de lo más corriente, pero obviamente aquello no sería así. Me encogí de hombros con una media sonrisa cuando la mujer hizo mención a que no esperaba que fuera acompañada.

- Calma. Veamos qué pretenden. - le dije a Mandy al darme cuenta del odio con el que mirada a aquella anciana, después de que esta nos invitara a seguirla.

Procedí tras ello a salir de la habitación, esperando que la Tiburón Pira de Corrupción me siguiera.

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23/10/2020, 00:39
GM

Con Mandy aún con claro rostro de enfado por su incapacidad de ocultar sus sentimientos en su faz humana, ambas mujeres siguieron a la anciana que les dedicó una sonrisa y les pidió que la siguiera.

Primero fue un pasillo de solo un par de metros, totalmente blanco y pulcro sin adorno ninguno para seguir otra puerta, esta en buen estado, metálica y sin cristal ninguno, que se abrió de manera automática con un pequeño siseo como en las películas futuristas que había visto Giselle alguna vez y que Mandy desconocía y miró por si hubiera morenas, pero de tierra en vez de mar, ya que sabía que sus mordeduras dolían bastante, pero no había nada similar a eso.

Tras aquella puerta, un enorme recinto de metal y hormigón pintado de un blanco que podría llegar a hacer que las luces parecieran soles y el lugar estuviera permanentemente iluminado con una claridad casi diurna en su cenit. El recinto estaba lleno de máquinas extrañas junto a máquinas de coser de todo tipo, desde algunas clásicas de de los 50 o 60 a las más actuales, pasando por aquellos antiguos telares pre-industriales. Pero aquello no era lo más sorprendente, sino que en cada máquina, cosiendo y trabajando, había una mujer anciana, exactamente igual a la que os estaba guiando, mismo pelo, color de ojos y de ropa, todo, hasta en el rostro con sus arrugas y gestos.

Si no tiene problema deberé tomarle las medidas, por lo que iremos al fondo, que es más recatado.

Comentó mientras os guiaba hasta llegar hasta donde había dicho. Una puerta exactamente igual por la que habíais llegado a aquella habitación, se abrió y os dejó entrar a otra más parecida a un vestidor de gran tamaño, con todo tipo de telas, agujas, tijeras y cómodos asientos de metal blanco tapizados de un discreto terciopelo negro y blanco a rayas. 

Bien, puede sentarse si lo desea señorita.

Le dijo a Mandy antes de mirar en dirección a Giselle.

¿Tiene alguna preferencia de estilo o color? Aunque también está el modelo más estandarizado, pero la mayoría de los clientes desechan el gris de la oficina por el negro o uno totalmente personalizado. El pack comprado viene con zapatos a juego ¿los prefiere de tacón o sin él?.

Le fue preguntando a Giselle como si estuviera comprando un vestido para la graduación de fin de curso. A la par, iba recogiendo una cinta métrica y un taburete de colores iguales que la silla para que Giselle se subiera a él y pudiera realizar más fácilmente el trabajo.

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23/10/2020, 23:14
Mandy Mandíbula-Intrépida

Giselle me pidió calma, lo que debía significar que todo estaba aún bajo control. Que a mí no me gustase aquello no significaba que, para los caminantes del polvo y los no-rokea, no fuese normal. Aún así, no sabía disimular mis pensamientos. No era algo que los tiburones acostumbrásemos a hacer, especialmente porque no solíamos tener demasiados, más allá del puro instinto. No me gustaba la situación, sentía que me encontraba encerrada allá abajo, y por ello la mujer no me era digna de confianza.

Peor aún resultó descubrir que había otras mujeres allí, todas exactamente iguales a ella. ¿Qué clase de locura era aquella? Incluso entre los tiburones había evidentes diferencias entre unos sujetos y otros, pero aquellas caminantes del polvo eran idénticas entre sí.

La humana nos guió hasta otra sala, donde dijo que debía tomarle medidas a Giselle. ¿Qué era eso de "tomar medidas"? No lo tenía claro, como tampoco eso de "recatado", pero parecía el motivo por el que llevarnos hasta la otra sala, donde me invitó a tomar asiento.

Yo no me siento. -Repliqué fríamente a la mujer, comenzando a caminar por aquella sala sin rumbo fijo, alterando el recorrido cada pocos pasos- ¿Para qué deben tomarle medidas? ¿Qué es lo que van a hacer? -Pregunté directamente a la mujer anciana, esperando una respuesta tan clara y sencilla que hasta yo pudiera entenderla.