Partida Rol por web

-¿Armas de fuego?- Preguntó más bien respondiendo el ex convicto.  –Os recuerdo que… Godfrey ya indicó que armas las hallaríamos en cuando hagamos nuestra la habitación reforzada de la sala de vigilancia.-

Tras la breve charla con la agente Valley, Lex se movía con un carrito de compra bastante cargado. Al final había decidido que al mismo hacer el recorrido en lugar de informar podía abastecer de lo que podía ser necesario para el grupo. A su vez él cargaba lo propio en su mochila, disponiendo de sus cosas según cada una de ellas pudiera resultar ser más urgente de uso.

También habían aprovechado para pasarse por la tienda de alimentos a suministrarse provisiones. –Empecemos por lo que va a pudrirse primero. Si al final resulta que en esta jodida prisión, o fortaleza, estamos unos días, aprovecharemos al máximo la comida. Además… - Miró con lástima una manzana.-Puede pasar mucho tiempo antes de volvamos a comer fruta.- Para hacerse pasar su melancolía y tener un poco sensación de “libertad” la mordisqueó notando de pronto su apetito.
-Pero cargad con algunas latas por si tenemos que huir.- Argumentó a media voz más para si mismo que para quienes le pudiera interesar sus vaivenes que muy posiblemente seria pocos o ninguno. O eso es lo que pensaba él.

Luego dejó el carrito frente a la que habían establecido su base. Y terminaron con lo que creyeran pendiente.

Os equipasteis con todo lo que creisteis necesario para la supervivencia, incluso Lex, salio con un carro lleno de material.

¡Bienvenidos al Mall, de la calle 42, donde hoy todo os saldra gratis!- Bromeo God, con una sonrisa y tambien cargado de mochilas. Pues aunque no quisiera no pudo evitar imitaros.

En la ferreteria God, cogio una radial, una caja de herramientas y una cizalla, de esas que median casi mas que el.-Robin, Las armas estan en el cuarto de seguridad, como bien apunta Lex y creo que esto nos vendra de lujo para abrir la camara.- La guiño un ojo, con una sonrisa y miro a Lex.- Si vemos que la cosa se nos complica he visto una "Autogena" una pena que no te quepa en el carro...¡¡Que narices, voy a por otro carro!

Despues de terminar de coger todo lo necesario os disteis cuenta que parecia que ibais a una guerra entre tanto material y carros de la compras.

Llegasteis de nuevo a la sala de seguridad, dejandolo todo segun entrasteis.- Aqui dentro tienen una sala de descanso donde almuerzan, esta equipada con nevera y microondas. Luego tienen un vestuario, podiamos traer unos colchones y ponerlos todos en el suelo para dormir. ¿Que os parece?

El avituallamiento fue bastante más tranquilo de lo esperado, lo que casi era mejor, pues incluso para alguien al que le gustaban las emociones fuertes como a mí, el día ya había tenido muchas.

Volvimos de nuevo a aquella sala de vigilancia y la verdad era que ahora que ya estábamos secos, vestidos y quizás hasta algo más tranquilos, cuando dijo la palabra microondas hasta sentí un poco de hambre, no mucha claro, porque no pude evitar recordar como aquellos " animales " habían descuartizado a mis compañeros de película y eso, le revolvía el estómago a cualquiera.

- Me parece bien dormir aquí... aunque supongo que debemos ir turnándonos para eso de la vigilancia ¿ no? Yo preferiría despertarme antes de que fuera demasiado tarde y no pudiera hacer nada...

Estaba también la opción cobarde, pues si te pillaban dormido... pero esa opción no iba conmigo, sin lugar a dudas, antes que dejarlos pillarme me pegaría un tiro yo sola.

En la ferretería Alejandro sonrío por lo dicho por Godfrey. –Ciertamente nos vendrá bien. Sabes equiparte con las “herramientas” adecuadas, jeje pero sea con sutilidades, o a hachazos, nos haremos con ellas. Eso si, sigo diciendo que deberíamos solo utilizar las armas de fuego como ÚLTIMO recurso.- Luego pensó que el comentario estaba de más, primero debían conseguirlas luego ya pensarían como repartirlas y qué hacer con ellas.

De regreso al “campamento base” fue relajando y ordenando sus cosas. Todo aquello que había tomado para cada uno, lo dividió de forma equitativa en un rincón. Ya habría tiempo de hinchar los colchones y poner los sacos, al menos por el momento podrían moverse por la habitación con tranquilidad. La pelirroja se había alegrado de oír acerca del microondas, y él por su parte sobre lo de la nevera, el grandullón puso en ella toda la comida que pudiera sucumbir más rápido al paso del tiempo, principalmente fruta y la bebida.

-Estoy de acuerdo con Danny.- Aclaró tras las reflexiones de ella. –Deberíamos establecer turnos de vigilancia. Aunque resultará un palo, bien podemos recuperar sueño durante el día. No es que vayamos a movernos continuamente. Si podemos hacernos fuertes aquí, igual podamos sobrevivir bastante tiempo. Serán muertos pero supongo que tendrán que alimentarse de algo para seguir moviéndose, así que día ganado es día más cerca de sobrevivir a esta mierda.- Sus hipótesis se basaban en la nada, pero para él era eso mejor que nada.

Luego miró a su “anfitrión”. -De colchones he traído estos.- Dijo mostrando con aún ciertas dudas y reservas a unos bultos con fundas del mismo tamaño más o menos que los sacos de dormir. –Ponía “colchones hinchables”, espero que sea lo que reza… sino tendremos que llegarnos a reclamaciones.- Era una broma, claro. No las tenía todas, pues llevaba demasiado tiempo en el trullo como para haber visto semejantes avances del material de acampada.

-Gracias, God- le dije, sonriendole también. Me acerqué a Lex -Tienes toda la razón del mundo, las armas de fuego son el último recurso, pero mejor prevenir que curar y cubrirnos bien las espaldas en caso de que las cosas se tuerzan-

Volvieron a lo que llamaban ahora "base" con todo un arsenal de armas, comida, protección...parecía que se iban a ir una temporada a vivir al campo, lejos de la civilización. La idea de tener nevera y microondas dejó a Robin más tranquila "Es como oir a un coro de ángeles" pensó.

Estuvo de acuerdo con Danny en cuanto a lo de hacer guardias -Tiene razón, deberíamos turnarnos, simplemente para estar más seguros, será un palazo pero bueno, es como dice Lex- Se rió con la broma de Lex, tocaba relajarse un poco y "disfrutar" lo que se pudiese de aquel "sitio seguro".

-Vale, nos turnamos. Si nadie lo objeta quisiera cubrir el primer turno, ni modo que vaya a dormir esta noche. 

No podría hacerlo, no de entrada. Toda esa gente afuera, siendo perseguida por esas cosas. Y yo aquí, sin servir para nada, solamente cuidado mi propio culo. Si mi padre viviera me miraría con ojos de reproche, él no me enseño así.

Mi cabeza se llenaba de pensamientos como hacía tiempo no me pasaba. Los otros estaba tomando muy buenas decisiones y yo perdía con el tiempo las ganas de llevar la contraria. Solo que quería salir, quería ir a ayudar, me sentía una inútil. 

Me apoyé contra la pared y me crucé de brazos, puse nuevamente el arma en la funda, no iba a usarla ahora. El recluso tenía razón sobre eso, la pelirroja estaba acertada en lo de los turnos y mi compañera estaba manejando las cosas mucho mejor que yo.

Me pasé una mano por la frente, luego volví a bajarla.

Me siento cansada...

No hay de que Robin...-Contesto asi a la agente mas simpatica.

El oriental, escucho todo lo que deciais, asintiendo con la cabeza y sonriendo.

Me parece una excelente idea Danny, uno o dos nos podemos quedar en los monitores. Desde alli se controla todo el centro y creo que no hara falta salir. - Sonrio aprobando la idea de la pelirroja, mientras se apoyaba en la mesa de los monitores cruzandose de brazos.- La idea es esa ¿no?, intentar sobrevivir a esta locura.- Esbozo una sonrisa mientras se encogia de hombros y mirando a cada uno de vosotros.

Lo de las armas tambien, no es plan de gastar municion a lo tonto, pues no sabemos cuanto tiempo estaremos aqui o terminara esto.- Contesto a Lex- Me parece correcto lo que dices Lex. Pero lo de los colchones hinchables...quiza nos merecemos un mejor descanso con los colchones que hay en la tienda "El Rey de las camas" ya que tenemos que estar aqui prefiero estar comodo.- Lo dijo en tono de broma, pero decia lo que realmente pensaba.

Vale Marina, Aun es de dia. Concretamente las 9: 07 Am- La sonrio-Os puedo enseñar el manejo de las camaras a lo largo de este dia y asi solo uno se podria quedar de guardia. Si pasara algo con llamar al resto valdria para prepararnos.

¿Lex, vamos a por los colchones o prefieres intentar lo de las armas?- Se dirigia a todos- creo que deberiamos dedicar el resto del dia a acomodar esto e incluso hacer una ronda para ver como estan todas las entradas del centro comercial. Pero decidamos todos, pues yo no valgo para lider- Sonrio de nuevo.

Recojo un mechón de cabello y me llevo tras la oreja derecha. Me aproximo a donde está este chico y miro el sistema de vigilancia.

-Te agradezco si me enseñas a usarlo. 

Le digo, realmente con ganas de aprender. Escucho lo que dice a los demás, sobre que hay una tienda en donde conseguir buenos colchones y eso, y sobre todo eso de que no sabemos cuánto vamos a quedarnos aquí. 

"Una mierda, ¿cómo puedo quedarme aquí si todo el mundo me necesita allí afuera? No... mi padre, mi padre se hubiera sacrificado... él murió haciendo su trabajo. ¿Cómo puedo vivir aquí sabiendo que me necesitan allá."

Respiro hondo, esa respiración que antecede a una decisión importante.

-Agente Valley, será mejor que te lo enseñe a tí. Yo voy a irme mañana.

Dije y apoyé mi mano sobre su hombro. -Robin - tomé aire de nuevo -no puedo quedarme, pero no te pido y la verdad no quiero que vengas conmigo. No puedo pensar en sobrevivir cuándo están todos afuera muriendo, mi padre me pesa en la consciencia. El fue policía hasta el final, él me dejó ésto. No digo que esté mal quedarse, ¡joder, sé que me van a matar afuera pero lo tengo que hacer!

Tomé sus brazos y le dije.

-¿Me entiendes, puedes perdonarme...? De verdad lo siento.

- Yo casi que de elegir también prefiero un colchón... a donde va a ir a parar! - Dije cuando God comentó que la idea de Lex quizás no fuera la mejor, pero entonces miré al grandullón con una de esas sonrisas que decían que me iba a volver a meter con él de nuevo. - Viene de la cárcel, seguro que es capaz de dormir sobre una tabla llena de clavos sin inmutarse...

Guié un ojo al hombretón tras mis palabras, pero es que alguien tenía que poner la nota cómica en aquel momento.

Lo que no esperaba eran escuchar las palabras de Marina, quien decía que al día siguiente se iba a largar, aunque no tenía del todo claro si era porque parecía que no la dejaban mandar lo suficiente o por algún sentimiento de culpa por lo que pasaba fuera.

- Pues yo lo siento, pero no pienso irme a ninguna parte si puedo evitarlo. Con intentar salvar mi culo y el de los que están aquí creo que me doy por satisfecha.

Una cosa era ayudar a alguien si te lo encontrabas y otra, pasearte por las calles como el que no quiere la cosa mientras te seguían ochocientos " roecodos ". Iba a ser que ni de coña!

Escuché las palabras de la pelirroja y, al tiempo que soltaba los brazos de Robin, le contesté:

-No quiero que nadie venga conmigo. Solo voy a hacer mi trabajo. Dormiré esta noche, tomaré algunas cosas y partiré temprano... un poco con el amanecer. Si la estación de policía está operativa os avisaré de alguna forma, lo más probable es que hoy sea la última noche que me veáis y yo a vosotros. Pero es lo que hay, no puedo quedarme aquí cuando soy una oficial y muchísima gente afuera está muriendo. Vosotros tenéis a Robin, ella os cuidará bien...

Diciendo eso me fui a sentar en un rincón. 

"¿Qué cosas deberías llevarte afuera... piensa Marina, piensa... cosas de la farmacia"

Me pasé las manos por el cabello, peinándolo, pero en realidad solo quería hacer algo. Suspiré por lo bajo y guardé mi cabeza entre mis brazos, apoyados sobre las rodillas. Luego pensaría bien, ahora a descansar un poco.

Poco a poco, parecían ya un grupo más o menos cohesionado, el grandullón comenzaba a creer que tendrían posibilidades. -Sobreviviremos.- Asintió y afirmó a Godfrey. Sonrió con una mirada firme y cargada de seguridad, a fin también de infundir valor al resto.

Cuando su “anfitrión” tocó el tema de los colchones se notaba que ahí volvía a reinar el buen humor. –Guardaremos los hinchables en las mochilas por si acaso. - E incluso le llegó como la pelirroja se recreaba tomándole el pelo de nuevo lo que le encendió otra risa. -Muy bien, MyLady, pues cambiemos de cuento ahora que tiene sus zapatos de cristal, iremos a por sus siete colchones.- Dicho esto le devolvió el guiño.

-Pues hacia “El Rey de las camas”. Al menos parece bastante seguro, aunque no sé como cargaremos todos los colchones, quizás con los dos carros haciendo de base. Ya lo veremos cuando estemos allí. Cuanto antes terminemos “las compras” antes podremos centrarnos en las armas de fuego.

Cuando esté todo predispuesto lo de la ronda luego lo vem…¡¡Yepa!!- Alejandro no terminó con aquello al oír a la agente Derby. “¡Esa mujer esta loca!” Y es que cada vez estaba más seguro que conseguiría que los matasen a todos.

En su reacción Danny no podía estar más acertada, al menos según la opinión de exconvicto.

-Parece que no entiendes que no hay nada que hacer allí…- Su voz sonaba cansada y según hablaba algo en su interior le decía que se callara y la dejara hacer, que al menos se libraban de un problema gordo, pero en el fondo no podía quedarse de brazos cruzados sin intentar hacerla entrar en razón. Sabía que tarde o temprano lo lamentaría. -¿Tu trabajo? ¡¿Sabes que esto era la jodida NY?! ¿Donde la peña moría por mierdas en las calles a diario, a cada hora? Drogas, atracos, hambre, asesinatos, palizas… ¿Acaso has estado patrullando las calles veinticuatro al día los siete días a la semana hasta quedar muerta? Porqué lo que propones es la misma locura e insensatez. ¿Quieres hacer algo útil? Deja de joder, de ir contracorriente, haz fuerte el lugar, y luego busca supervivientes por radio. ESO sí sería ayudar a los que queden con un puto corazón latiendo.-

Las palabras de Marina me sentaron como un tiro en el maldito estómago. No podía evitar sentirme mal y preocuparme por ella, pues habíamos compartido varias experiencias en el cuerpo y no la iba a perder así como así, o mejor dicho, dejar que se suicidara así como así -Marina, respira hondo- le dije, cogiéndola esta vez yo -Te estás exigiendo mucho y no eres Dios, no puedes estar en todas partes ni salvar a todo el mundo. Si sales ahí fuera tu sola, morirás...y de qué sirve un héroe muerto? Entiendo cómo te sientes, de verdad, pero no hagas locuras- Intenté sonar todo lo calmada que pude, pero realmente tenía los nervios a flor de piel. La situación no ayudaba y parecía que a Marina le podía el sentido del deber.

Escuché la argumentación de Lex, que aunque fué un poco brusca, tenía toda la razón del mundo y lo único que podía esperar era que mi compañera entrase en razón de una maldita vez y dejase de conseguirse el "odio" del grupo, aunque aquello no quería decir que no se preocupasen por ella. -Piénsatelo varias veces...Mañana será otro día y quizá veas las cosas diferente, eres una gran policía y vales mucho, no dejes que la presión te pueda. Te exiges demasiado-

Entendía las razones de todo el mundo. No iba a hacerles cambiar la forma de pensar, es que era ilógico mi accionar para ellos:

¿Si tienes un lugar donde quedarte y estar seguro en una mierda que parece ser el fin del mundo, con qué objetivo vas a salir a que te maten?

Pero es que yo vivía para otros, no para mí. Mi padre hubiera salido a que lo maten, como lo hizo en la toma de rehenes. Salvó vidas ese día, pero no la suya.

Lo perdí ese día pero gané al héroe de mi corazón.

-No traten de entenderme. Mañana os dejo, esta noche no molestaré tampoco.

“¡Testaruda! Testaruda y ciega, ¡eso es lo que es!” Con aquello ya se había hartado, hay cierto parecido entre cuando la gente argumenta y tirar piedras en un lago, a veces parece que no se consigue nada, pero estas provocan, o pocas o muchas, ondas a su alrededor. El grandullón había lanzado la piedra más grande que había encontrado, una roca de un tamaño considerable al menos dentro de sus posibilidades; y nada.

 Aquella mujer iba a suicidarse y no podían hacer nada por ella, ahora solo quedaba pensar en el grupo. –¡Psé! Vayamos a por esos malditos colchones.- No había otra, sin mucho entusiasmo se daba por rendido, montones de gente más cuerda habrían desfallecido en las últimas horas en aquella ciudad.

Yo ya había dejado de tratar de entenderla hacía rato, pues estaba claro que no le funcionaba bien el cerebro, pero yo no era su madre y mucho menos tenía intención de detenerla, pues ya le había dicho lo que pensaba al respecto de salir fuera. Una cosa era querer ayudar y otra, querer suicidarse.

- ¿ Os ayudo con los colchones? - Dije queriendo obviar la conversación sobre ir a saludar a los muertos vivientes. - " Toy fuettecita "... - Hice uno de esos gestos de ir a sacar biceps, aunque los saqué de verdad sólo por vacilarles, pues estaba claro que al menos Lex tenía un brazo que era casi como mi muslo.

De todas formas, ellos sólo conocían mi faceta de especialista, no a qué me dedicaba habitualmente, pues solía " disfrutar " de intercalar dos trabajos que había día que me dejaban tan machacada que no podía ni moverme, aunque también, había que decir que el día que no me movía echaba de menos el poder hacerlo.

La ayuda de Danny, como no, era muy bienvenida por ello. El exconvicto, quién ya estaba reorganizando el par carritos ahora vacíos, se giró y sonrió a tiempo de verla mostrar sus bíceps. -¡Eh! Pues si “Tas fuettecita”.-  Se exclamó riéndose. -¿Pero a ti con qué te alimentan?¿Con espinacas o con tanques?- La referencia era vieja, y si bien no llevaba tantos años en la sombras, si llevaba bastantes.

Hizo ya ademán para que quién quisiera le siguiese, pues se disponía a hacer vía hacía dicha tienda, pues tenían todo el día por delante, pero mucho trabajo por hacer. -Supongo que siendo especialista de pelis, deberás entrenarte cada día. No creí que fuera tan duro. ¿Mucho gimnás?- Buscaba un poco de charla que le distrajera de todo aquello pues si bien no dejaba de otear y vigilar, se sentía más relajado después de unas horas de “pasear” por allí.

El asiatico, miro a la Agente cuando dijo que al dia siguiente se marcharia. Nego con la cabeza y escucho al resto de la gente aun un poco extrañado con la decision de Marina.

Apoyado en la mesa de monitores y con una ceja alzada.- Marina, entiendo que quieras ayudar a toda la gente, pero no lograras nada suicidandote. Yo no soy nadie para impedirte que hagas lo que quieras, pero eres mas util viva que muerta.- Lex y Danny, bromeaban y parecian prepararse para ir a por los colchones.

Quiza si investigamos un poco lo que ha pasado por el unico medio que parece funcionar que es internet, podamos ayudar a mas gente. Salir estando como estan las cosas es una locura. Lo unico que te puedo decir es que lo pienses bien.

Apreto la mandibula y la dedico una triste sonrisa, pues la idea de que Marina se fuera no le gustaba. Su habilidad venia bien al grupo- Mejor os dejo solas y hablais...-Se refirio a Robin, quiza entre compañeras puedan hablarlo con mas calma.

Coloco la mano en el hombro de Marina.- Porfavor piensalo bien...

Se giro hacia Lex y Danny- Bueno chicos, ¿Vamos a por las camas?- Dijo con una medio sonrisa, aun preocupado por la decision de la agente "Rambo"

Me eché a reír con Lex pues era cuanto menos gracioso y como ya había dejado de preocuparme por las idas de olla de la gente y sus ganas de morirse, pensando que ya eran lo suficientemente mayorcitos para hacer lo que ellos creyeran oportuno mientras no nos pusieran en peligro a los demás... reírse siempre era la mejor opción.

- Siempre no hay trabajo en películas. Me pagan - me corregí en seguida. - pagaban por ser monitora de fitness en un gimansio... - Mostré una de esas sonrisas satisfechas con mi anatomía, no porque se me pudiera ver más o menos atractiva, sino porque sabía que estaba en forma y me gustaba estarlo.

De fondo escuchaba la conversación de God con las chicas, pero yo ya había optado por el " hacer lo que os dé la puta gana que yo paso ", así que ni me molesté.

- Anda vamos... - Dije a Lex dejando la chaqueta y la mochila que había cogido sobre una de las sillas de lo que sería nuestro centro de reunión. - No se nos vaya a pegar algo... - Eso sólo lo pensé, más que nada porque la cosa estaba ya bastante mal como para encima ponernos a pelear entre nosotros.

Antes de llegar a moverme me di la vuelta y cogí el bate.

- Me lo llevo por si acaso...