Partida Rol por web

Los altavoces de la base repiten de nuevo el mensaje:

- Se recuerda a todos los NOVA que tendrá lugar una Reunión de Evaluación en la Sala Principal a las 12:00 horas. La asistencia es Obligatoria.

Estoy en el campo de tiro prácticando con la pistola cuando alguien me golpea levemente en la espalda. Al girarme me encuentro a uno de los instructores que me dice:

- Han dado el aviso de que los Novas debéis ir a la Sala Principal en una hora para...

Le interrumpo.

- Una reunión de Evaluación a las 12:00 horas. Gracias por el recordatorio, camarada.

Para cuando termino ya ha llegado la diana hasta mi posición y vuelve a intervenir el instructor, no sé si más molesto por mi interrupción o por los resultados del ejercicio.

- Estos resultados no son admisibles en un oficial, camarada Volkov. En ocasiones pienso que evita los órganos vitales a propósito.

No puedo evitar una media sonrisa.

- Los novas no necesitamos de las armas tanto como los demás, camarada. De todas formas, tiene razón, debo mejorar mi puntería.

Cambio la diana y pulso el botón para que se aleje casi hasta el límite del alcance del arma y sigo entrenando. Puedo seguir disparando al menos otra media hora antes de tener que prepararme para la reunión.

El buen doctor se debate en una presa intentando escapar. Su maestro de judo, alguien del KGB que fue trasladado con el personal civil al CCPE, le ha hecho una proyección y una inmovilización perfecta. Pero Grigorovich aguanta el dolor y intenta zafarse aunque se disloque el hombro en ello... solo necesitará media hora para regenerarlo.

Los altavoces rugen y casi no se puede oír lo que dicen desde su posición, pero entiende que debe estar a las 12 en la sala de reuniones, duchado y vestido con algo que no sea un kimono. Su instructor le dice:

-Doctor, creo que acabamos por hoy.-

-Ni hablar sensei, de aquí no salimos sin que sepa como destrabarme.-

Aprieta los dientes y empuja, deja que su codo y sus brazo se doblen, se disloquen por la presión, los cartílagos crujen de forma malsana... y de repente está sobre su instructor.

-Creo que ya basta por hoy.-

Se separan sobre el tatami y se saludan al estilo japonés. El buen doctor se dirige hacía las duchas.

-Hasta mañana camarada Putin.-

- Dígame, doctor, ¿cómo se encuentran los obreros que he rescatado de la obra? -, le pregunto a uno de los médicos de la base mientras me rasco la barbilla.

- Los obreros... hum veamos. -, dice el médico mientras revuelve una pila de papeles buscando el informe de los heridos. - Ajá, sí, tovarich, aquí está. Según este informe, de los cinco obreros, cuatro están en estado muy grave, con quemaduras de 2º grado en el 40% del cuerpo y con una intoxicación por inhalación de humo. El quinto, parece que está fuera de peligro, pero está recibiendo un tratamiento de oxigeno terapia para recuperarse de haber respirado tanto humo. -

- Bien, por lo menos están vivos, es un alivio. Un esfuerzo que ha valido la pena. -, le digo mientras me retiro de su despacho y comienzo a caminar por los pasillos del cuartel general.

En ese momento, los altavoces nos convocan a todos los NOVAS a una reunión dentro de una hora. Miro mi reloj y observo que tengo un poco de tiempo antes de la reunión, por lo que me dirijo hacia la terraza del complejo para respirar un poco de aire puro.

Es extraño como me siento. La adrenalina ha recorrido mi cuerpo como un torrente de agua varias veces en el incendio y la sensación era indescriptible. Pero, pese a todo eso, siento como si algo me falta. No sé, el sentimiento de soledad y de melancolía es fuerte. Mis compañeros NOVA´s son una buena familia, pero ellos no logran llenar el vacío de mi corazón.

Me encuentro en la terraza, mirando al cielo, pensando en cosas que no vienen a cuento, y mi corazón se estremece. Unos helicópteros pasan por encima de mi cabeza, y el viento de sus aspas hacen que mis cabellos floten por unos segundos en el aire. El sol baña mi rostro y calienta mi piel y en ese momento, una lágrima se desprende de mis ojos, y recorre mi mejilla...

Daniil se encontraba en su habitación leyendo uno de los libros de la bilblioteca de La Instalación. El Doctor le había traido hacía unos días El Arte de la Guerra, y Daniil lo leía con avidéz sentado en su sillón. Un sillón que habían tenido que reforzar para él, ya que lo había destrozado después de su último aumento de tamaño.

El pequeño altavoz de la pared repitió el aviso interrumpiendo la lectura de Daniil. Puso su enorme dedo sobre la línea que estaba leyendo y miró el reloj. Aun quedaban unas horas, pero aun tenía que ducharse antes de la reunión. Puso un marcapáginas en el libro  lo dejó en la estantería, donde había una foto de su familia.

Por suerte su habitación tenía un baño propio, por lo que no tenia que salir de allí. Aunque la mayoría de la gente de la instalación estaba acostumbrado a él Daniil aun se sentía incómodo con su cuerpo. De todas maneras ya no cabía en las estrechas duchas comunes, pensó. Y entró en la ducha de su habitación, que también había tenido que ser adaptada.

Pronto el agua caliente y el vapor relajaron sus músculos. Dejó que el agua, muy caliente, golpeara su cuerpo donde unos minutos antes de comenzar con el jabón.

Al entrar en la terraza, se da cuenta de que Sirius está allí. A veces le gusta escaparse para fumar allí, a solas, observando desde la altura. Cierra la puerta y se enciende el pitillo, dando una profunda calada, y se acerca a su camarada.

- ¿Cómo estas? - pregunta mientras se apoya en la barandilla con el cigarro en la mano derecha y sin mirarle a la cara para no incomodarle - He oido lo que ha pasado, menos mal que participasteis en el rescate. Casi me alegro de haber librado ayer....- da otra profunda calada y se queda en silencio

- Estoy... bien. -, le digo mirándola a los ojos. - Pero al parecer los que rescaté están bastante graves todavía... De los que he rescatado, sólo uno está fuera de peligro, otro ha fallecido y los demás se debaten entre la vida y la muerte. -, continúo mientras observo el horizonte.

Le señalo el paquete de tabaco con una mano mientras me sonrío.

- ¿Me darías uno, camarada? -

Le tiende el paquete y le sonríe ligeramente - Al menos están vivos, seguro que salen de esta. Además, poco más podíais hacer... fue devastador. Teneis una reunión ahora, ¿no? ¿Nueva misión?

Cuando Viktor trataba de descansar en su habitación sonó aquel mensaje a través del megáfono.
Debo asistir, y nunca es aburrida la clase de prácticas
Me levanté con calma, no me gustaba la palabra "obligación" pero ya la iba aceptando. Así pues, en cosa de veinte minutos, después de desperezarme y lavarme la cara con fría agua, decidí salir en busca de algun compañero con el que dirigirme hasta la sala en cuestión.
Caminé por los pasillos con parsimonia intentando curiosear en las mentes de aquellos que no estaban dotados de poderes para impedirlo.

Acepto su cigarrillo con un gracias, y con la primer calada, comienzo a toser un poco, pero con las demás caladas, mis pulmones se acostumbran nuevamente a la sensación del humo y dejo de toser.

- Eso espero, camarada, eso espero. -, le digo con tristeza. - Y con respecto a la reunión, no sé de que se trata realmente. -

- ¿Cómo están los demás? - preguntó mientras se giraba para apoyarse de espaldas y mirar bien a Sirius

- Creo que bien. Cuando regresamos aquí estaban callados, pero seguramente, por lo ocurrido. -, le digo mientras me acostumbro más y más al sabor de los cigarrillos. - Sin embargo, camarada, creo que a todos nos ha afectado de alguna u otra manera lo ocurrido. Hemos pasado de la felicidad del desfile a la amargura de la muerte de nuestros compatriotas. -

Me apoyo en la barandilla con mis manos, a su lado, mientras continúo mirando el horizonte.

- Sé que suena duro, pero con el tiempo te acostumbras. Aún deberías dar gracias porque nadie de tu equipo haya sufrido daño alguno, camarada, si ahora estás así, no quiero imaginar ... - tira el cigarrillo al suelo y lo pisa con su bota, casi con rabia.

- No quiero pensar en eso ahora, Natasha... -, le digo mientras arrojo el cigarrillo por la barandilla. - Maldición... no sé nada de la reunión y eso me pone nervioso... Oye, ¿sabes si aquí hay algún tipo de cantina? Creo que me apetece una cerveza. -

Fumar... cerveza... no creo que debas beber antes de la reunión....- le mira seria

No lo sé, es vuestra base, ¿hay cantina?

Lo normal es que si, al menos un comedor tiene que haber...