Partida Rol por web

RegenZy

Capítulo 1 - El comienzo

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26/12/2012, 00:45
Director

Los aplausos despidieron a la columna de infantería conforme salía de Colchestershire, marchando una hora más hasta llegar al prado cercano al bosquecillo y el rio, con el promontorio rocoso. Era una explanada grande, razonablemente despejada y llana, donde las dos compañías hicieron un alto y formaron a la espera de órdenes. Había sido una buena caminata, y les esperaba otra de vuelta. A los veteranos les daba igual (son las mil primeras millas, decían, luego se hace uno más fuerte) pero los bisoños sufrieron. Alguno terminaría el día con ampollas en los pies, y los veteranos se reirían de ellos.

El tambor calló, y las dos compañías se detuvieron, con el viento acariciando las banderas.

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26/12/2012, 00:48
Basil Northcott

El teniente Northcott se adelantó unos pasos de la fila y se cuadró, reportándose ante el capitán Connor.

-La compañía B lista para lo que mande, mi capitán.

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26/12/2012, 15:24
Katherine Connor

Estaba distraída, pensando en la recién llegada compañía y en aquel gesto que se le había quedado grabado en la mente y quién podía saber para cuánto tiempo. Sonrió delicadamente y miró a su hermana pero su madrastra la sacó de sus ensoñaciones. No le cabía duda que la mujer tenía razón pero no quería creer eso, debía haber algo más en la vida que el solo hecho de casarse para ver quién cuidaba mejor de tu futuro de mujer. Iba a refunfuñar pero no tenía sentido, además, tampoco era que estaba a punto de casarse, es más, ese ni siquiera era su sueño. Era una muy distinto. No sabía qué elegir, pero al final se decidió por un diseño rojo y se lo mostró a su hermana.

-¿Te gusta este? ¡A mí si!

Volvió a sonreír y luego miró a Lady Butler con una media sonrisa.

-Pobres las mujeres de los soldados, deben llevar una vida demasiado aburrida con sus esposos salvando al país y con otras "señoritas" en sus lechos.

A veces no se podía morder la lengua.

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27/12/2012, 05:03
Narcisus Strafford

Strafford aprovechó para estirar las piernas. Ciertamente era un hombre de protocolo escueto y breve, a más sencillo mejor. Le gustaban los formalismos, pero las procesiones ciertamente le causaban bastante indiferencia, sobretodo si era partícipe en las mismas. Una vez más, el hombre agradeció no ser el novato en aquel lugar. La de problemas que le había ahorrado eso, santo dios.

- Me pregunto que tendrá ahora en mente, Capitán. Ha demostrado ser un hombre imprevisible y de recursos- aseguró Narcisus, con un peloteo bastante impropio de él, pues en realidad estaba disfrutando un poco con los esfuerzos que el Capitán debiera de estar haciendo para mantener el tipo ante tanta pregunta y atención-, así que temo acabe dándome otra grata sorpresa.

Cerró los dedos sobre el abdómen, entrelazando las manos como si fuese el hombre más inocente del mundo. No esperaba que Connor acabase cometiendo algún error, pero aquello le recordaba a cuando él estaba en su situación. Y era divertido no ser John en ese momento.

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27/12/2012, 17:56
John Connor

Pasar por Colchestershire había renovado el ánimo a más de un hombre de la Compañía de Connor. Desde luego le haría falta hacer acopio de ello para terminar el día sin desfallecer. Las miradas de los familiares a los suyos ataviados con el uniforme era sin duda un regalo muy preciado. John sintió que él no tendría jamás ese bien, al haber fallecido su madre hace ya bastante tiempo. Sin embargo, lejos de desanimarse, pensó que su madre estaría muy orgullosa de su éxito. No eran muchos los que ostentaban su rango sin haber sucumbido en la guerra y sus desgracias a una edad tan temprana.

Al fin, la explanada es alcanzada. Los hombres menos curtidos en las marchas resoplan aliviados. El teniente Northcott, con la misma expresividad de un cuervo, indica la disponibilidad de la tropa para nuevas órdenes. John permite que repongan fuerzas. - Buen trabajo Teniente. Que descansen unos momentos y comenzaremos con la práctica programada - Los hombres tras la orden buscan consuelo, cada uno a su manera, y lo para diversas tareas. Orinar, beber, curarse las plantas de los piés, etc... La figura misteriosa del Capitán Strafford aparece junto a Connor. Parece disfrutar viendo al joven Capitán resolver las distintas situaciones que se le van presentando. Quizá sienta empatía de cuando fuera novato, o quizá simplemente curiosidad ante la novedad de la presencia de Connor. - Agradezco sus palabras. La sorpresa siempre nos prepara mejor para nuevos acontecimientos. Aprovecho para felicitar la manera que ha sabido guiarnos durante todo el trayecto - Connor medita unos instantes para comentar al oficial. - Les dejaré que descansen durante un tiempo y comenzaré con el ejercicio de manejo. Los dispondré en dos filas, frente a frente, y comenzando desde un extremo tendrán que pasarse el mosquete hasta llegar al otro extemo sin que se caiga. Primero, lo pasarán entre los mismos de la fila, para después, cambiando entre filas haciendo diagonales. Si se cayera durante el transcurso, deberán comenzar. Parece un juego, pero tras un buen rato, le aseguro Capitán cada hombre sabrá sujetar el mosquete y manejarlo casi con los ojos cerrados. Una vez familiarizados, manejarlo para cargarlo será mucho más sencillo. ¿Qué le parece mi propuesta? -

 

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27/12/2012, 19:18
Narcisus Strafford

Strafford se quedó callado unos segundos, meditando la respuesta con una sonrisa amaneciendo lentamente en el rostro, como si quisiese contenerla de alguna forma, pero no fuese capaz. Era ciertamente un hombre macabro, aunque la sonrisa se debía a varios motivos, tanto buenos como malos.

- Exótica- respondió Narcisus, al fin, como si hubiese descifrado el año de un vino-, pero habría de ser eficaz tras... un buen rato- añadió parafraseando a su compañero-. Supongo que estoy acostumbrado a lo clásico.

Ciertamente tenía que acabar dando sus frutos. Si en lugar de mosquetes hubieran sido explosivos, de seguro que iban con pies de plomo. Quizá con un castigo no demasiado severo, como recordatorio, los hombres tuviesen más motivación. Así pensaba Narcisus. Las gracias a su padre.

- Tengo curiosidad por verlo- concluyó tras unos segundos de silencio, pues no dejaba de ser verdad y una buena declaración de ideas.

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28/12/2012, 11:31
Augustus Frederick
Sólo para el director

Sonrió con disimulo al sentir mencionar el Servicio de Higiene, algo le decía que podrían hacer la vista gorda si era necesario.

- No se preocupe, no tenemos ningún interés en dejar el cuerpo aquí en medio. - tranquilizó al hombre - Yo mismo lo enterraré cuando hayamos acabado. - añadió, tranquilizándose a si mismo al ver que el trabajo estaba medio hecho.

Esperó a que el sirviente desapareciera de su vista antes de proceder a analizar los restos del caballo. Rebuscó en sus bolsillos algún instrumento con el que tomar alguna muestra. Si se conseguía llevar un pedazo de la zona atacada tal vez pudiera analizar mejor el mordisco.

- Me gustaría poder hacer un molde del mordisco, así saldríamos de dudas sobre si es humano o no. En el hospital tengo diferentes muestras, tanto humanas como animales, con las que lo podría comparar. - murmuró mientras observaba la herida.

Notas de juego

Voy a asumir que llevo como mínimo un pañuelo y algún tipo de navajita. No creo que me dejes llevar algo más, o si? :P En cualquier caso, intento cortar la zona en plan rodaja y envolverla en el pañuelo para llevármela. Miro también si el caballo tiene señales de infección en otras partes o algo que me llame la atención.

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30/12/2012, 16:39
Director

Tras tomar la muestra, su tío le ayudó a enterrar al animal, o más bien, a meterlo en la zanja que Augustus terminó de cavar. Mientras echaba tierra encima, pensó en la herida y en lo que le había dicho su tío. El caballo no hizo visos de levantarse ni nada parecido, así que posiblemente fuera una muerte natural, o el vacilo no afectara a los animales que no eran parecidos al ser humano.

Regresaron al coche de caballos, y prosiguieron su trayecto hacia la casa que su tío había alquilado en Colchestershire. Estaba casi al final del pueblo, aunque el pueblo no era muy grande en realidad. Llegaron a media mañana, tras la interrupción del caballo. Augustus iba a ponerse a sacar el molde de la mordedura, pero su tío tenía ganas de pasear, ya que había cierto ambiente festivo en el pueblo, y no sabía muy bien por qué. También le dijo que tenían que socializar, que para eso estaban allí. Para buscarle una "buena muchacha".

Por eso, tras dejar el yeso secando en el trozo de carne, Augustus se lavó y adecentó un poco y salió con su tío. Al parecer, había decidido que iban a comer en un figón del pueblo, para no darle más trabajo a sus dos únicos criados, que ya estaban muy atareados desempacando su equipaje.

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30/12/2012, 16:51
Director

Las hermanas Butler seguían mirando muselinas, cuando Georgina salió con Dilwar a dar un paseo por el pueblo, algo aburrida. La actividad era febril, ya que la fiesta de los markington era un evento social para el cual se movilizaba gran parte del pueblo. También, era verdad, solía coincidir en las fechas con una fiesta local, la de san Jorge, que los campesinos y gentes del común preparaban con mucho jolgorio.

Era por esto por lo que el pueblo bullía de actividad comercial, con carretas llenas de trigo, frutas y verduras, con el puesto de carne a rebosar y vendiéndose aún especias que resultaban exóticas para un lugar así, como el clavo, la pimienta, azafrán y canela. El olor hizo sonreir a Georgina, que recordaba su India natal.

Las hermanas Butler paseaban detrás con Lady Marion, terminada ya la tarea de escoger telas y vestidos. Fue entonces cuando el niño que empujó a Eva, un niño pobre y desarrapado sin calzado, salió corriendo. Entonces se dió cuenta de que le faltaba el bolsito con el dinero. Comenzó a dar gritos, y el niño se escabulló, corriendo por delante de Georgina, se subió a la mesa de especias, volcando unos sacos (esto provocó que Georgina resbalara y cayera) y pegó un salto tratando de subir a una balconada cercana. Kapoor intentó atraparle, pero este se escabulló saltando de tejado en tejado. El ruido y los llamamientos a la justicia atrajeron la atención de un grupo de yeomen que estaba tomando un vino en un figón al aire libre.

Fue entonces cuando el señor Morgan, el tio de Augustus, que le había hecho una señal indicando que había problemas, derribó al muchacho cuando saltó a un balcón más bajo, enganchándole la pierna con la empuñadura del bastón.

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30/12/2012, 17:05
Sir Barnabas Morgan

El hombre rió de forma socarrona, agarrando al mocoso por la espalda del chaleco. Este se resistía pataleando.

-¡Parece que hemos pescado una buena trucha!

Augustus, que se había mantenido por detrás, pasó cerca de Georgina, y la vió tirada por el suelo. Así que como buen caballero, se agachó para ayudarla por si necesitaba levantarse.

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30/12/2012, 17:08
Sir Patrick Markington

El capitán de los yeomen acudió a la escena apartando a los curiosos. Luego vió al niño y suspiró. Era el huérfano de los Fletcher, que había sido criado en una casa cuna hasta que se escapó. Un ladronzuelo problemático, pobre como las ratas. Le arrebató el bolso de un tirón.

-Flechter. Como no. Esta es la última, y te hemos pillado. El padre Jackson te va a mandar de cabeza al reformatorio, que es donde debes estar.

Sus hombres se hicieron cargo de él, sujetándole. Entonces miró alrededor a ver a quien pertenecía el bolso. Lo preguntó en voz alta. La viuda de Lord Mulldon les indicó a las Butler por lo bajo:

-Es el sobrino de lord Markington, sir Patrick, hijo de sir Jonathan, coronel del fuerte Britannia. Dicen que puede heredar toda la fortuna de su tío y su puesto en la cámara de los lores...

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30/12/2012, 17:16
Director

El entrenamiento comenzó con buen pie. La prueba de habilidad de los fusiles fue exitosa, y mejoró la coordinación. Los soldados tenían el entrenamiento fresco, y la mayoría eran jóvenes, por lo que no les costó realizar el ejercicio tras algo de práctica. Tras este, se dispusieron las secciones de tiro y comenzaron a disparar, al principio cartucho sin bala, que se recargaba más rápido, y luego con bala, apuntando al promontorio rocoso.

El teniente Northcott gritaba regularmente las órdenes de mando: "recarguen, apunten, fuego" y los soldados realizaban la rutina de colocar el fusil en horizontal, poner el perrillo en posición de seguridad (a medio recorrido), morder el cartucho, poner pólvora en el oído, colocar el arma en vertical, meter el cartucho con el papel al final, sacar la baqueta, atacar la pólvora, guardar la baqueta, amartillar el arma llevándosela al pecho, apuntar y disparar. Pero por mucho que lo hicieron (provocando tal ruido que atrajo a algunos curiosos que miraron de lejos) no consiguieron pasar de tres disparos al minuto. El capitán controlaba el tiempo de disparo con su reloj de bolsillo, y vió que los últimos disparos, a marchar forzadas, llegaban al cuarto en el segundo diez del siguiente minuto.

Uno de los soldados rezongó en voz alta:

-¡Esto es imposible! ¡Somos hombres, no máquinas a vapor!

- Tiradas (2)
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30/12/2012, 17:23
Basil Northcott

El teniente Northcott llamó al sargento de su compañía y sacaron al hombre de la fila. Soldado Harris, un recluta de la última hornada. El teniente se paró a cinco centímetros de su rostro.

-¡¿Como se atreve a cuestionar las órdenes de su capitán?! Basura galesa. Fusil sobre los hombros y a paso ligero de vueltas al campo de tiro.

El soldado se apresuró a cumplir su castigo, pero los soldados miraron al capitán Connor como si les estuviera pidiendo algo imposible.

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30/12/2012, 20:06
Georgina Templeton-Sedley

Al tener las ideas claras desde el principio acabó pronto en el atelier y rápidamente buscó la manera de huir de la compañía familiar y el ojo escrutador de lady Mudllon.

Le gustaban el bullicio, los oficios artesanales... y nada mejor para disfrutar de ello que un mercado callejero. Serpenteó de un puesto a otro buscando algo interesante, curioso o simplemente apreciando la pericia de los artesanos

-Ahora que estamos solos Kapoor... háblame del señor Templeton ¿Es tan eficiente y fiable como aparenta? Casi parece un príncipe de cuento, tan exquisito y atento...

Olió entonces el perfume de las especias y cual si volara como un hada se deslizó entre la muchedumbre hasta llegar junto a un pequeño puesto con platillos llenos de montoncitos de colores, estaba inclinada aspirando la fragancia de las especias cuando algo pasó como una exalación haciendola peder el equilibrio, vió como una de las tablas se volcaba sobre ella y definitivamente cayó al suelo. No se dio cuenta muy bien de lo que pasaba, la pimienta se había estrellado contra su cara provocandole un molesto picor de ojos y nariz.
Apenas podía ver del lagrimeo y no paraba de estornudar, sintió que alguien le tomaba la mano y simplemente se dejó ayudar

-Agua por favor, necesito un poco de agua...

Atinó a balbucir entre toses, estaba convencida de que se trataba de Dilwar

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30/12/2012, 22:15
Narcisus Strafford

Narcisus esbozó una breve mueca de disgusto ante aquel incidente. Levantó el pómulo derecho, enseñando parcialmente los dientes. Sin embargo, como si le hubiese cegado un destello del sol, recuperó más pronto que tarde su expresión de serenidad y vacío.

Se inclinó ligeramente hacia un lado, susurrando a través de la apertura entre los labios para oídos del señor Connor.

- Sé que lo sabe- comenzó para decirle que no le tomaba precisamente por tonto-, pero es su primer día. Apretar demasiado las correas puede dejar marca- añadió, como si la metáfora fuese suficiente para lo que quería decir. Él era el primero en exigir demasiado, pero sabía que los hombres funcionarían mejor si estaban motivados, y el miedo, pese a lo que pudiera parecer, no era la mejor herramienta para ello. Si se quejaban es porque estaban demasiado presionados, y para eso sólo había una cura.

Por supuesto, Strafford no intervino directamente. No podía. Si a él le hubiesen dicho de una más clara lo que tenía que hacer con sus soldados se hubiese enfadado, y mucho. Más si un segundo Capitán le daba lecciones a sus soldados.

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31/12/2012, 13:12
John Connor

John mira su reloj cuando Strafford le hace su sugerencia en tono privado. Connor sale de su estado de concentración y reflexiona las palabras. En efecto, su tesón por conseguir el objetivo le ha privado de la sabiduría de saber manejar a los hombres con rectitud, pero también con flexibilidad. Girándose sobre sus talones al tiempo que guarda el reloj le responde al Capitán. - Tiene usted razón, agradezco el consejo que le brinda su experiencia. No debo olvidar que soy un novato en mi reciente cometido - Con paso firme, se acerca hasta Northcott. - Buen trabajo Teniente, démosles un descanso - Alzando la voz, se dirige a las tropas. Pondrá de nuevo su táctica de motivación para evitar el decaimiento. - Señores, comprendo su frustración. Sin embargo, no hay motivo para dejarse llevar por el desánimo. Es su primera práctica conmigo y tan sólo les separan diez segundos del éxito. Estoy orgulloso de todos ustedes. Piensen que esas rocas fueran el enemigo. El enemigo no se detendrá por dificultades en la recarga por mucho que se quejen. Cruzará su línea y llegará hasta sus seres queridos y acabará con ellos sin piedad. Pero hoy ha sido el primer día, las guerras no se ganan con una sóla batalla. Sigan trabajando así y como recompensa, podrán demostrar su habilidad ante sus familias en una práctica en el pueblo. Todo Colchestershire hablará de las grandes habilidades de la Compañía B. Seguiremos mañana. Teniente... –

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01/01/2013, 00:34
Evangeline Frederick

Eva se sorprendió cuando el ladronzuelo le robó el bolso; sintió alivio al ver sus posesiones recuperadas y lástima por el joven delincuente. Se sonrojó cuando Sir Patrick cogió el bolso y observó en busca de su propietaria. 

- El bolso es mío, milord -le dijo, haciendo una grácil reverencia- y os agradezco sobremanera que lo hayáis recuperado. No obstante -le dedicó al raterillo una mirada conmiserativa- no es necesario más castigo para este pobre muchacho que las penurias que la vida ya le ha regalado... Dejadle ir, por favor.

Miró a Sir Patrick con anhelo, esperando que hiciera caso de su petición. Realmente, la idea de que ese ladrón era tal por haber perdido a sus padres era un tanto cándida, pero no le faltaba algo de razón: el hambre acaba volviendo un delincuente al más pintado. No obstante, es de suponer que la conciencia social no era algo particularmente arraigado en la clase social de Evangeline.

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02/01/2013, 20:01
Katherine Connor

Lo ùnico que les faltaba era aquello precisamente, que intentaran robarles pero al parecer estaba en un buen lugar en el mejor momento. Sonriò escuchando còmo su hermana interferìa por la suerte del ladronzuelo. Aguardò a ver què hacìa el caballero, despuès de todo, Eve lo tenìa todo muy bien controlado. Sonriò y se quedò allì, mirando al caballero y esperando su respuesta con avidez.

Su hermanastra habìa sufrido los estragos de la pimienta, le daba un poco de pena, muy poco pero ademàs ya tenìa quien la ayudara, asì que ni se inmutò y siguiò atenta a lo que le acontecìa a su hermanita.

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04/01/2013, 17:47
Augustus Frederick

Augustus acompañó resignado a su tío a tomar un tentempié aunque lo que realmente deseaba era estudiar las muestras. Pero evidentemente tenía que hacer ese tipo de concesiones, ni que fuera para agradecer el buen trato recibido. Eso no quería decir que su mente no estuviera en otra parte y que masticar no fuera algo mecánico, así que por desgracia no era una compañía demasiado sociable.

Por suerte había distracciones para su tío por doquier, como por ejemplo ese mocoso ladronzuelo que había pasado por su lado. Había avisado a su tío para que evitara ser golpeado, pero este había considerado más conveniente atraparlo y entregarlo a las autoridades. Demasiado entrometerse para su gusto, pero de nuevo dejó que su tío tomara las riendas de la situación. Se quedó en un segundo plano hasta que observó como una jovencita estaba en el suelo producto del encontronazo, momento en el que decidió que tal vez no estaría de más intervenir y ayudó a que se incorporara.

- ¿Está bien? - preguntó casi de forma mecánica.

La muchacha empezó a pedir agua y su ojo analítico se fijó en sus vías respiratorias y sus ojos obstruídos por tierra o algo similar. Buscó con la mirada, pero lo que tenía más a mano era la pinta de ale que hacía un momento se estaba tomando. Mojó su pañuelo con ella y limpió la cara de la joven de forma poco delicada, sí, pero efectiva.

- Tome, beba esto. No es agua, pero le ayudará a limpiar la garganta y mejorar su respiración. - dijo poniéndole delante de su delicada boca la jarra. - Quédese también el pañuelo, probablemente necesitará usarlo para acabar de limpiar sus fosas nasales. - añadió, poniéndole en la otra mano el pañuelo semi-empadado. - Pero no le recomiendo que se frote mucho los ojos con eso, lo mejor será buscar una fuente. - empezó a mirar por los alrededores, pero pasada la "crísis" lo hacía con cierta calma.

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04/01/2013, 23:18
Georgina Templeton-Sedley

No paraba de lagrimear, lo cual le impedía ver, pero al escuchar la voz del hombre a su lado se dio cuenta de que no era Kapoor, parecía alguien joven. No le quedó más remedio que dejarse ayudar si quería recuperar la compostura.

-Es...(atchús!) es pimienta...

Le costaba hablar entre tanto estornudo y tanta tos, le picaba el aparato respiratorio atrozmente. Sintió algo en sus labios y como le ponían un pañuelo en la mano

-Gracias...

Bebió con ansia aquello que se le ofrecía y, por culpa de la tos y el amargo sabor, lo escupió violentamente sobre la cara del joven. Tenía razón, iba a necesitar ese pañuelo, en el cual se sonó la nariz bien a gusto. Aún no había abierto los ojos y no era consciente de la bochornosa ducha que le había dado a quien le brindaba su ayuda tan amablemente. Pese a todo, en lo que a la garganta y nariz respectaba se encontraba mucho mejor. Intentó ver algo, pero el escozor era insoportable, le asustaba estar a merced de alguien desconocido

-Kapoor ¿Donde estas?...

Dijo estirando la mano derecha mientras se cubría el rostro con la izquierda