Partida Rol por web

Me sentí muy aliviado al ver que funcionó, y me sentí muy agradecido a Sarah.

Pero… aunque libres, la canica había ido a parar al fondo del lago – Ya tenemos una cosa, ahora tenemos que rescatar la canica ¿Alguna idea? – dije con la voz cansada, y así me sentía aunque no iba a ceder en mi empeño.

 Juliette se sentía muy frustrada y cada vez más, especialmente porque sentía que no estaba consiguiendo nada. ¿Y ahora qué había que hacer? ¿Meterse a nadar para encontrar la canica? ¿Con ese viento y esa lluvia y sin saber que había allí abajo? Ni en un millón de años pero notaba que no importaba lo que ella dijera o pretendiera hacer; quizás lo mejor era que desistiera de hacerse la bruja y de intentar ayudar, finalmente Sarah estaba libre.

-No entiendo... Si Sarah está libre, ¿para qué queremos las canicas? Digo, escapó, puede decirles por esas cosas por las cuales se comunican donde está y ustedes pueden encontrarse con ella.

Se sentó en el suelo, en una piedra que sobresalía a la orilla del lago, mirando a ambos hombres.

-La verdad es que no lo entiendo..., no debería ni decir esto pero bueno, supongo que nacía para idiota. Puedo mover cosas, así que quizás concentrándome en la canica pueda traerla a la orilla pero después de eso, me iré porque no creo que ustedes dos me necesiten.

La joven rubia se concentró en la canica y deseó con todo su corazón poder sacarla del fondo, aún cuando no sabía exactamente dónde estaba.

Christian lanzó un grito de alegría al ver que volvía a su tamaño normal. Pero esa felicidad repentina desapareció al oir a Juliette:

- ¿Irse? - preguntó extrañado

Era verdad que, si Sarah había escapdo, era un poco estúpido ir a buscarla, porque quizá no estaba dónde tenía que estar. Pero él y el estrafalario de Jareth tenían que volver a su mundo.

- Sí la necesitamos, señora. Además, no sabemos muy bien qué le está ocurriendo a Sarah, y seguro que ella se alegrará de verla.

Fruncí el ceño - Está en el mundo del rey oscuro y la está persiguiendo, habrá escapado, pero no está a salvo  – Iba a soltar alguna barbaridad pero me mordí la lengua, cada uno era libre de hacer lo que quería, pero ya se había visto lo solitaria que era esa… bruja

- Está bien nadie te obliga a buscarla, estas en tu mundo, pero yo no voy a dejar de hacerlo – me giré de nuevo al lago de brazos cruzados, no quería ver a nadie

- Menuda amiga de Sarah - Solté ese sarcasmo

 Escuchó con atención lo que había dicho Jareth que para nada había sido tan amable como Christian, se levantó, frustrada en parte por no conseguir la canica y más por lo que había dicho el rey o lo que sea que fuere. 

-Me parece, señor, que usted no está siendo justo conmigo... Soy amiga de Sarah y más de una vez le he ayudado pero si a usted le parece lindo que siempre le estén recriminando a una cosas y haciéndola sentir poco más que inútil sólo por ir a buscar a una amiga que a saber dónde está y por qué está metida en un lío que jamás se atrevió a contarme, pues entonces soy todo lo que usted quiera...

Si, demasiada frustración y el pequeño ataque de Jareth habían hecho explotar la joven rubia. No esperó a que Jareth le dijera nada, era obvio que a él sólo le importaba dar con Sarah sin importar a qué o quién tuviera que llevarse entre las patas como un caballo desbocado. Suspiró profundamente.

-Lo siento, creo que no ha sido su culpa y le agradezco que me haya devuelto a mi mundo... Porque evidentemente esto es lo mío. Fue un placer conocerlo, caballero...

Ya ni siquiera sabía como llamar a uno y a otro, estaba cansada y fastidiada de tanto andar para nada; detrás de la búsqueda de su compañera, no había más que algo que ella adivinaba como amor pero no estaba muy segura de parte de quién. Tras decirle adiós con la mano derecha a Christian, cruzó los brazos y lentamente comenzó a alejarse de ambos. Finalmente estarían mucho mejor sin ella.

Fruncí el ceño con odio, moderado, pero odio, pese a todo intenté hablar con voz neutra.

- ¿Yo? ¿Qué es lo que te he recriminado yo? Dime algo, creo que te tomas las cosas a la tremenda, te hace falta... un hombre que te calme

Brrrr histérica, por favor, que insolente, que insoportable, que… brrrrrr Me crucé de brazos de nuevo mirando al lago

- Pero... ¿adónde va?- gritó.

Había que salvar a Sarah y volver a meter a su padre en una mazmorra, como mínimo, y sabía que Juliette podía ayudar.

- Todo es culpa de Jareth- pensó.

Se giró y dijo al Rey de los Goblings a través de la lluvia:

- Se va a quedar con nosotros aunque te ... aunque te...

No sabía cómo terminar la frase. Estaba enfadado con Jareth: él también estaba cansado y con miedo, pero todos estaban en este barco y así debería continuar, al menos hasta que Sarah estuviera a salvo. Se sentó en el suelo, como un niño enfadado y puso cara de "Y ahora no respiro", mirando a Jareth mientras las gotas de lluvia escurrían por su cara.

Me quedé mirando a Christian con cara de grandísima extrañeza – Aunque qué –

Levanté las manos – Si yo prefiero que se quede, pero no sé porqué demonios se pone así – a mi me daba la impresión que Juliette quería que le suplicaran, pero yo por ahí no pasaba, me parecía una cría

 Juliette se detuvo cuando escuchó la frase de Jareth, fue casi como si hubieran encendido dentro de ella un interruptor y la joven se dio media vuelta con las manos en un puño, estaba furiosa y no había más que ver el tono rojizo de su rostro y sus ojos fijos en aquel que había osado hablarle así para darse cuenta de que lo menos que querría sería una disculpa.

-¿Quién demonios te crees que eres? ¿Qué te hace pensar que me hace falta un hombre? Por lo que yo veo, los hombres como tú no sirven ni para dar con la mujer que ama en un mundo como este... La próxima vez, trata de que te enseñen modales en tu mundo porque el hecho de que no vaya tras de ti como un maldito perro faldero, no significa que necesite de un hombre y mucho menos si son parecidos al que tengo en frente.

Estaba furiosa y aún así contuvo el llanto sólo para agacharse un segundo frente a Christian.

-Lo siento, no puedo quedarme si soy tratada así. No sé como es en su mundo o qué tan estúpida es Sarah para soportar a este... Lo que sea. Pero lo cierto es que yo no puedo ser así, he tratado de ayudar todo cuanto puedo y estoy muy cansada...

Acarició su mejilla y sin levantarse volvió a mirar a Jareth.

-Siga tratándome de histérica, siga con esa actitud y dudo mucho que alguien lo ayude a encontrar eso que con tanto anhelo busca. Deje de comportarse como un niño de la fantasía y dese cuenta que aquí y en Roma, que quizás no sepa dónde está, usted es un hombre hecho y derecho...

Volvió a mirar a Christian, le sonrió y finalmente se puse en pie para alejarse bajo la lluvia.

No me extrañó verla echa una furia, lo que yo pensaba, histérica perdida.

Tuve que hacer un esfuerzo por no sonreír, pero es que tanto no me quería faltar - ¿Has terminado? Porque sigues sin decirme que es lo que te recrimino – sostuve su mirada

Lo que no pensaba era entrar en su juego de descalificaciones, no iba a caer tan bajo – Hablas como si sólo me interesara a mi, cuando re rompa tu mundo en pedazos hablaremos – le dije con voz calmada – No eres la única que está cansada pero tratamos de trabajar en equipo y si no dices porqué te quieres marchar esto jamás va a funcionar - ¿Estaba tratando de convencerla? Uy, mejor no pensar en eso

 -No te lo he dicho...-Juliette se dio media vuelta, mucho más furiosa que la última vez.-Parece que no entiendes nada y te crees que aquí, en mi mundo, no sabemos reconocer un sarcasmo o una ironía... ¡Espera! Quizás es sólo que crees que soy idiota...-la joven sonrió pero su ánimo para nada era el de una sonrisa.-Cuando mi mundo vuele en pedazos, me parece que no vamos a poder hablar porque yo volaré con él. Pero dado que parece que no te enteras por culpa de tu soberbia que haces sentir incómodas a las personas, te lo diré: Me quiero ir porque me molesta tu actitud, es todo... Y si estamos haciendo esto en equipo, no ha sido por voluntad propia... Ni todo el mundo es demasiado bueno, ni demasiado malo, al menos en este mundo.

Se escurrió el agua del rostro, había estado llorando sin darse cuenta.

-No vuelvas a poner en tela de juicio mi sentido de la amistad porque tú no me conoces, he llegado a un lugar no sé cómo y luego fui llevada de la mano a perseguir canicas y animales que hablan para dar con una amiga que jamás me contó ni una palabra de esto, ni aún cuando recibí un mensaje de búhos en mi móvil... Así que no me digas lo que es la amistad que yo bien la conozco y si me necesitan, imagino que sabrán cómo encontrarme.

Desde luego que trataba de entender a esta mujer pero me resultaba imposible, la discusión había llegado muy lejos y no entendía el porqué.

- ¿Qué sarcasmo? Quizás si lo intentaras sabría a que te refieres, cuando te dije lo de la amistad ahí ya te querías ir, justo por eso te lo dije y no, aunque no lo creas no pienso que seas idiota, pero si que es cierto que no te entiendo, no sé a que actitud te refieres, que yo recuerde lo último que dije antes de que te quisieras ir es que si alguien tenía una idea, pero si eso te ofendió… Brrrrrr – apreté los puños, estaba loca, debía ser eso

- Vale, no volveré a poner el tela de juicio tu sentido de la amistad, pero a ver si dejas de insultarme de una vez… señorita, yo también estaba en mi mundo tranquilamente cuando todo comenzó a… moverse y estropearse