Partida Rol por web

En ese momento Nadya se quedó completamente callad, mirando hacia la ventisca.

Os fijasteis en ese punto y poco a poco fue moldeandose la figura de una sombra hasta aparecer ante vosotros una criatura. Era bastante alta, casi del tamaño de un humano, tenía la piel blancoazulada, como si estuviera hecha de hielo. No tenía un solo pelo, al menos no por el cuerpo. De la cabeza sí que le colgaba una larga cabellera negra que le llegaba a la mitad de la espalda, justo por detrás de unos cuernos como de carnero, y unas orejas que parecían las de una cabra. Tenía los rasgos de la cara afilados, como los de un felino, pero poseia cierta belleza que era fácil de apreciar. Quizás lo más extraño fueran las piernas, que estaban dobladas hacia atrás como las de los caballos y acababan en unas pezuñas similares a las de los herbívoros mamiferos.

Os observaba sonriente mientras se acercaba al fuego.

- Hola, Nadya, querida - dijo acercándose - ¿No os importa que os acompañe durante la cena? Esta ventisca es molesta incluso para mí. Y más cuando estoy en medio de una búsqueda. No puedo ver demasiado con tanta nieve.

Nadya parecía sorprendida y algo asustada con su llegada. La voz seguía temblandole un poco, aunque finalmente se puso más seria y su tono sonaba decidido y valiente.

- Mierul - dijo como si se pensara rechazar su oferta - Si claro, acomodate. - La nueva compañera se sentó bien lejos del fuego. - Ha habido suerte. Traigo un buen cargamento de comida esta vez. 

La criatura parecía ignoraros por el momento, y se centraba únicamente en Nadya. Pero Nadya no hizo ademán de presentaros. ¿Sería esa una buena o una mala señal?

Layla no pudo evitar sobresaltarse un poco al ver a la figura que acababa de aparecer como si nada. Era más que obvio que la nieve no le molestaba por más que dijera, por lo que tendría algún intereses oculto. Interés que Nadya parecía conocer. Al igual que conocía, y temía, a la "mujer".

Al ver que no les presentaba, a la hechicera le pareció que era algo deliberado. Como si no quisiera darles importancia. Lo mismo hasta les estaba protegiendo.
Miró a Yriam.

Si al menos se estuviera callado.

Yrian, se quedo sorprendio al ver aquella extraña criatura, miro a Nadya y vio una mescla de respeto o temor, por lo que comprendio, que no sería prudende molestar a Mierul. Debería o almenos intentaría ser tan diplomatico como un varisita que quiere vender sus mercancias.

- Saludos Mierul, mi nombre es Yrian, un placer conocerte...le comento Yrian sonriendo, mientras le estendia la mano para saludarla. Por cierto llevas un vestido precioso...

Nico se sobresaltó ante la aparición de aquella criatura que parecía forjada del mismo hielo. Aunque era lo más raro que había visto jamás, al pícaro no le pareció que su idiosincrasia física fuera algo desagradable. Ciertamente, poseía determinados rasgos que desprendían belleza.

A pesar de eso, el varisio permaneció callado ingiriendo la sopa caliente, pues Nadya había decidido no mencionarlos. había que seguirle el juego a la mujer, pues aquella criatura podía trabajar para la guardia de Tronoblanco.

Justo en ese instante, su estrategia se fue al traste, pues el siempre deslenguado Yrian no dudó en presentarse a la tal Mierul.

Marissa miró a la recién llegada y luego a Nadya. Al ver que no les presentaba se quedó callada calentándose al fuego, estaba cansada de todo lo ocurrido durante el día. Pensaba que ni siquiera podía llevar una conversación.

Después de todo Nadya parece asustada al ver a la criatura... no puede ser nadie bueno.

Mierul seguía hablando contestando a la exploradora.

- Más te vale. Ya sabes que el precio sigue siendo elevado, pero lo estás haciendo bien. Quizás algun día lo consigas. - dijo sonriente. - Quizás podrías ayudarme también si me dijeras si has visto por aqui a un hombre mayor en caballo. He perdido su rastro por culpa de la ventisca y puede que se haya cruzado con tu comitiva. Es muy peligroso, ha asesinado a varias personas antes de salir huyendo. 

Las palabras de Yrian sorprendieron a la criatura, quién hizo un gesto de indiferencia y cierta sorpresa incómoda, parecía que no le gustaba que se metieran en su conversación.

- Ah.. si... tu. No te habia visto por aqui antes. ¿Quiénes sois?

- No he visto a nadie. Había una mantis gigante que nos ha atacado un poco más adelante, si se hubiera cruzado con ella hubiera pasado apuros seguro. Es raro verlas por aqui, en este clima tan frío. - dijo tratando de evitar las preguntas pero con cierta elegancia.

Cuando la conversación giró hacia el grupo, Nadya interrumpió rápidamente.

- Son mi prima y su grupo de amigos. Son extranjeros, que venian a visitarme a la villa. No creo que se queden más de unos días.

- ¡¡Hay que ver que frío hace aquí, lady Navratilova!!- intercedió el pícaro rápidamente dirigiéndose a la sacerdotisa de Mielani. - Mira que si lo llego a saber, no le acompaño a este yermo nevado... ¡¡Se lo juro por el borrico Chindasvinto que es más espabilado que mi primo Mihael!!- añadió sacando el repertorio y la entonación del dialecto variso, a pesar de que a excepción de alguna palabra, seguía empleando el taldane.

- Sentimos molestá, señora. Llevamoh viajando la vida entera...- dijo dando énfasis a la historia de un posible viaje de tierras más sureñas. - ... Pero es que la criatura se emperró en ver a su prima del norte... ¡¿Sabe usté, no?! Y aquí estamoh... ¡¡Jugándonoh la purmonía!!- acabó sonriendo ampliamente y deseando por todas las estrellas del cielo que se tragara aquella bola.

Los ojos de Layla podrían haber llameado intensamente y derretir a Yrian allí mismo. Pues parecia interesado hacer que les mataran a todos con su bocaza. Al parecer el haber estado a punto de morir varias veces lo había vuelto loco. Otra explicación no cabía. La cosa aquella estaba hablando del viejo caballero que se había sacrificado para que ellos pudieran llegar hasta allí.
Pese a todo no demostró nada y simplemente sonrió con un poco de tembleque friolero ante las palabras de Nadya.

Desde luego, si llego a saber que iba a hacer tanto frio ni vengo. Estaremos lo justito aquí, incluso menos si puede ser.

Cuando Yrian escucho a Meirul

Quizás podrías ayudarme también si me dijeras si has visto por aquí a un hombre mayor en caballo. He perdido su rastro por culpa de la ventisca y puede que se haya cruzado con tu comitiva. Es muy peligroso, ha asesinado a varias personas antes de salir huyendo. 

Se quedó pensativo con la mano extendida, sin percatarse del gesto de indiferencia. Quizás se estuviera refiriendo al viejo aquel que encontremos, antes de cruzar el portal...pensó Yrian. Una sonrisa tonta apareció en la cara de Yrian todavía sumido en su pensamiento, Pues ya puede buscarlo ya ajjajaja.

Las palabras de Nadya la volvieron a la realidad, y viendo que la extraña, no le devolvía el saludo, retiro la mano, para acercarlas al fuego, intentando disimular lo gracioso que le parecía la situación.

- Pues para buscar o encontrar algo con el tiempecito que hace, comenta Yrian, enfatizandolo con un escalofrío sus palabras, sea quien sea ese viejo que buscas, seguramente a estas alturas estará en el más allá, junto a su montura...

Marissa no aprobaba la mentira, ni siquiera por motivos nobles, pero seguramente había alguna razón por la cual Nadya estaba mintiendo y engañando a aquella criatura, sin duda sería una agente de las malvadas brujas del hielo.

—Sí, claro, prima... —dijo tratando de evitar que sus dientes entrechocaran y castañetearan. No tenía que fingir nada.

Mierul puso una cara rara un segundo, pero cuando ya pensabais que no os iba a creer, hicisteis ligeras intervenciones que hicieron que pareciera sonreir:

- ¡Ah! ¡Tu prima! Que bien que os hayais podido juntar. - dijo. Parecía que habia colado.

La cena fue bastante amena, más aún teniendo en cuenta el recital musical que os ofreció la extraña criatura azulada. Y finalmente se levantó.

- Tengo que irme. Buen viaje, Nadya y familia. - dijo sonriendo, y sin más se marchó tal y como habia llegado.

—¿Pero quién era ese... o esa, prima? —dijo Marissa con curiosidad pero sin acusar con la voz a Nadya. 

A pesar de que no lo había demostrado, sus dotes de interpretación (algunos dirían que engaño) son muy famosas en el lugar de donde viene, Layla estaba más que asustada con todo aquello. Y no fue hasta que se marchó el extraño ser que no respiró hondo y de manera aliviada.

No sé qué era eso, pero no me ha gustado nada.

Luego se volvió hacia Yrian. Bastante mosqueada.

Yriam, querido, si no sabes qué decir mantente callado. Nuestro cometido es ya bastante dificil y arriesgado sin que vayas soltandolo todo a todo el mundo.
Tal vez tú no, pero yo quiero salir viva de esta.
 

El joven varisio se estremeció finalmente cuando aquella criatura decidió marcharse. Alguna relación debía tener con las Brujas Blancas si Nadya se turbó ante su presencia y decidió usar la mentira. - ¡¡Joder!! ¡¡No ganamos para sustos!!- exclamó aliviado una vez la caprina criatura se hallaba lejos de aquel campamento.

Luego observó como Layla se encaraba con el trozo de carne de Yrian. La verdad es que la simplonería del guerrero podía meterles en un atolladero de grandes magnitudes, por lo que no se sorprendió de que la refulgente rubia reaccionara con carácter.

El encuentro con Mierul Ardelain, había sido de lo más interesante, algo que ha amenizado la velada y por un momento, hasta se había olvidado del frío.

Al parecer al resto del grupo le había pasado más o menos lo mismo, sobretodo Layla que parecía algo enojada con Yrian. Este la miraba fijamente, como inocente, mientras pensaba lo guapa que se ponía Layla cuando sacaba su carácter.

Lo último que quería Yrian era poner en peligro la misión y sus compañeros, ya que él estaba dispuesto a dar su vida, por cualquiera de ellos, si la situación lo requería, y en ningún momento creyó que estaba haciendo lo contrario. Aunque si es cierto, que su percepción  y manera de decir las cosas, en más de una ocasión había acabado en una animada pelea de taberna….

Nadya estuvo un buen rato sin hablar, perdida en sus pensamientos y con una mirada algo perdida y triste. Cerciorándose de que no la escuchaban y bajando tanto la voz que tuvieron que acercarse para poder oirla.

- Siento tener que haber mentido, pero esa criatura es una de esas que os decía que vienen de la Torre Pálida. No es nada tonta, espero que haya colado la mentira y que no ponga el ojo sobre vosotros. Si es así, os convendría no ir a Waldsby. Es peligroso. Y yo... yo - dudaba - no se si ayudaros. No es una situación fácil para mi. - estaba claro que había algo más que no estaba contando.

- ¡¿Qué sucede Nadya?!... ¿Qué ocultas que todavía no has contado?- preguntó el varisio con tono relajado y casi paternal - Es normal que temas las represalias de la Dama de la Torre Pálida por ayudarnos, pero si nos contaras lo que sabes y tanto te preocupa, tal vez podríamos ayudarte...- añadió con una sonrisa. - Somos gentes de bien... Algunos más que otros- en clara alusión a su manía de quedarse con cosas ajenas y a su poco gusto por el trabajo - pero creo que hablo en nombre de todos, que lo último que desearíamos sería comprometer a tu pueblo o a ti... ¡¿No?!- dijo mientras miraba a sus compañeros.

Layla escucha las lamentaciones de Nadya, y puede notar como está asustada por la criatura que se acaba de marchar. Y ante las palabras de Nico no puede si no asentir.

No te preocupes por nosotros. Y te agradecemos toda la ayuda que nos has prestado hasta ahora. Pues este simple refugio ya nos ha salvado la vida.
No obstante tenemos una misión que no podemos rehuir, así que vamos a seguir hasta Waldsby como habíamos pensado.
Puedo ver que esa cosa es peligrosa, y lo último que queremos es hacerte mal alguno. O que por nuestra culpa sufras. Pero te puedo asegurar que lo que pretendemos es salvar vidas. Incluídas las de la gente de aquí. Por lo que todo lo que nos puedas decir nos será de gran ayuda. Ya que al ser extranjeros puede haber muchos detalles que se nos escapan.
Ayudanos por favor.