Partida Rol por web

"La sombra" permanecía callada mientras Renato hacía saltar su arma una y otra vez, pero no estaba vencido. El pequeño pícaro lo sabía, lo veía en sus ojos, y lo sintió en carne propia cuando una de las filosas dagas traspasó la barrera que formaban sus cadenas y cortó con fuerza el brazo del pequeño humano - Uf! - exclamó sin poder evitarlo. El golpe le había dolido

Renato siguió buscando su oportunidad, y cuando le pareció ver un hueco en los movimientos de las dagas impulsó la punta de una de sus cadenas hacia la boca del luchador enmascarado, buscando acabar el combate antes de que este se recuperara. Su otra cadena, casi sin fuerzas buscó el pecho de su rival. Si conseguía esquivar el golpe que Renato estimaba mortal, quizas, solo quizás, podría dañar su ya maltrecho pecho.

El cansancio estaba haciendo mella en mí...traté de buscar el ataque definitivo, que mis dagas rasgaran de nuevo su testa...Pero el movimiento de sus cadenas impidió que mi golpe llegara. Su guardia era esquisita, sólo en un momento tuvo un fallo, y le asesté un fuerte tajo en su brazo...

Mas el continuo oscilar de las cadenas no se detuvo, y pasmado, hipnotizado por el vaiven, vi como se dirigían hacia mí...fue, lo último que ví...

Las apariencias engañan...peor para mí, mejor para él...

Lo había conseguido. Finalmente la rutina y el entrenamiento habían dado resultado. Cuando Renato vió la oportunidad la aprovechó y observo con algo de pena como la sombra caía al suelo, sin fuerzas, con la cabeza bañada en sangre por el impacto de la punta de la cadena.

- Ya nos volveremos a encontrar - murmuró el pequeño pícaro mientras se retiraba del lugar y dejaba paso a los monjes que lo curarían - y espero que pueda volver a conseguirlo - completó para sus adentros mientras se dirigía hacia el mismo lugar que el cadaver. El también necesitaba algo de curación, no podría encarar otro combate con el brazo en ese estado.

Juan Bautista miro fijo a su oponente, sabia que era un luchador de temer.. por su habilidad con las armas y su tremenda agilidad. Encaro al guerrero enmascarado con seriedad y desafio, le dijo:

-Bien hallado seas...Espero que recuerdes mi nombre, como yo recuerdo el tuyo.. Sombra...

Inmediatamente despues de su saludo, su rival se apresuro a atacar, se apresuro tanto que Juan Bautista aprovecho el descuido de su defensa y le propino un corte limpio en uno de los tendones de la mano. No era critico pero si lo suficientemente profundo para desequilibrarlo momentaneamente.

El sol estaba en lo alto, señalando lo que debía ser un mediodía sangriento…Al menos era lo que esperaban aquellos despiadados elfos, que gritaban una y otra vez...Sangre!!,sangre!!.

La capucha bien cernida en la cabeza me protegía de los furiosos rayos de sol, que trataban de dañar unos ojos, cerrados ya, para alcanzar una mayor concentración...

El griterío aumento, mostrándome que había llegado el momento, que había llegado mi oponente. Las dagas ya estaban en mis manos, mi cuerpo en tensión, mi espíritu agitado. Abrí los ojos para observar a mi rival, y me encontré con Juan Bautista, portando su espada. Ya había luchado contra él, y sabía lo peligroso que podía ser.

Cita:

Fui a su encuentro, dagas en la mano, acero rasgando aire, dirigiendo un ataque a su brazo. Pero haciendo gala de grandes reflejos, giro su cuerpo evitando el ataque a la vez que permitía que el filo de su espada se paseara por mi brazo…aquella herida sin duda no era grave, pero con aquel movimiento Juan había logrado lo que quería, dejándome en una posición difícil de defender...no pude hacer más que esperar su ataque...el filo de su arma se hundió en mi pecho, con gran profundidad, por un momento creí que estaba perdido, pero cuando lo retiró todavía seguía en pié.

Sin duda lo recordaré...musité ahogado cuando nos separamos. Las piernas me temblaban, sabía que la herida era profunda, y que no aguantaría mucho más. Sin duda lo recordaré…

Había que moverse rápido, mientras mis piernas aún pudieran sostener el peso de mi cuerpo...me lo iba a jugar todo...

Tras haber recibido una fuerte estocada en mi pecho, decidí que no era el momento de recular, que debía mirar al enemigo directamente e ir a por él, con el peligro del que ya no tiene esperanza…mi alma estaba ya perdida, que más daba mi cuerpo!…

Traté de tomar su espalda, de cogerlo desprevenido, realizando un amago, para después rodearlo…pero fue más rápido, y desde luego más preciso, pues su filo de nuevo cortó carne, esta vez la del brazo. No pude hacer más que en el último momento, morder su pierna con mi acero…

Nos separamos. El dolor recorrió todo mi cuerpo, apreté los dientes con fuerza, apartándolo de mi mente. De nuevo se dirigió hacia mi, procurando terminar el trabajo y llevarse consigo mi brazo…pero no estaba dispuesto, esquive el ataque, y ahora era el momento de realizar el mío…

Juan contemplaba intrigado el accionar de su rival, este tenia momentos de extrema ofensiva y a su vez momentos de extrema defensiva, debia ser mas inteligente que el para poder ganar este combate. Al ver que sus ataques eran esquivados facilmente, decidio dar un paso atras buscando la ooprtunidad justa para rematar a su rival que estaba gravemente herido.

Hugo aprovecho esos momentos de tranquilidad para embestir al espadachin, pero este esquivo habilmente todos los ataques de su rival. Una vez analizada la situacion Juan Bautista se lanzo nuevamente a un ataque moderado para probar las defensas de su rival.

De nuevo me lancé al ataque, pues no me quedaba otra salida que el abandono propio de los locos… Pero mis primeros ataques fueron esquivados con facilidad por parte de Juan. El entrechocar de nuestros aceros, emitía una música celestial a oídos de los salvajes espectadores…

Pero la sucesión de los ataques, terminó por doblegar a mi rival, momento que no dejé escapar…aproveché para lanzar mis dagas a su cabeza…dagas que hicieron blanco, sajando los tejidos, y produciendo una profunda, aunque no definitiva herida…

Tenía que aprovechar la oportunidad e intentar finalizar el combate, pues no creía poder resistir mucho tiempo más…

Juan seguia tratando de esquivar los ataques de Hugo, pero estos eran cada vez mas rapidos y ademas la sangre que brotaba de su herida en la cabeza no le dejaba ver con claridad. Asi fue como uno de los ataques rasgo el pecho del espadachin, haciendo una herida ampli pero no muy profunda.

Debo hacer algo...o este combate se me escapara de las manos...