Partida Rol por web

Remy entrelazo los dedos de las manos y se relajó en el sofá, pensando que hacer, hasta que su rosto mostro una enorme sonrisa. – Ustedes deber… - El cronometro del horno solo distrayéndole,  se levantó – Los salvo la campana, la comida esta lista -  camino hacia la cocina – Me dan una mano en poner la mesa? Yo armare los platos –

Se habían salvado si no ya estarían hablándole a la Sra French, la vecina que tenía una cierta amabilidad para con todo el mundo – Luego de comer preparen una buena excusa para no hacer lo siguiente – sonrió terminando de preparar tres platos ya que Talia al parecer había salido o se había quedado dormida.

Cuando los chicos terminaron de poner vasos, cubiertos y servilletas se acercó con los platos dejándolos frente a cada uno y terminando por traer la bebida.

-Espero les guste, provecho-

Nos libramos por los pelos, aunque sólo de momento, ya que Remy dejó claro que después de cenar reanudaríamos el juego.

Ayudamos al anfitrión a poner la mesa y nos vimos los tres sentados frente a un magnífico plato de carne asada con una guarnición más que apetitosa. Comenzamos a comer, tranquilos, sin prisa, mientras comentábamos algunas vanalidades sobre el instituto.

La comida estaba deliciosa, la carne estaba muy bien condimentaba, y no conseguía identificar algunas de las especias.

-¿Podrías darme la receta? – pregunté a Remy. – Para mi madre, yo no soy muy cocinillas. – reí. – Aunque debería ir practicando más para cuando vaya a la universidad.

Continuamos comiendo y disfrutando de la velada, hasta que los chicos terminaron su plato y yo también dí por finalizada mi cena, a pesar de llevar poco más de media ración; pero ya me encontraba llena.

-Bueno, ¿Y cuál será la verdad que tenemos que desvelar? – dije poniendo tono misterioso, mientras ayudábamos a Remy a recoger la mesa.

Dejo los cubiertos y trago el último bocado, bajándolo con un trago de cerveza – Lleno como nunca – respiro cargado y pesado, se levando y tomo los platos de cada uno y los dejo en la cocina sobre la mesada mientras pensaba que proponerle.

-Saben hoy no me cobrare esta- seguía con la falda y la camiseta de Diana – Sabes mejor me devuelves mi ropa, tu madre preguntara que haces vestida así y luego deberás dar explicaciones – sonrió- a menos que quieran quedarse a dormir aquí- pregunto Remy.

-Tengo el cuarto de invitados, tiene dos camas- Les miro por unos segundos – Por cierto yo iré por el postre, alguien quiere? -

Miré el reloj y me quedé pensativa ante las palabras de Remy sobre quedarnos a dormir. Me había pillado por sorpresa la proposición, pero la verdad es que ya era muy tarde y como mañana no había clase no era mala opción.

Sin embargo, la idea de dormir con Jayden en la misma habitación no era tan buena. No era que temiera que fuera a intentar nada, pero tampoco me parecía lo más oportuno.

-En realidad esto no dista mucho de lo que suelo vestir, un poco más holgado, eso sí. – dije algo avergonzada, esperando no haberle cedido la camiseta. – Pero sí, será mejor que nos cambiemos la ropa. – sonreí. – Muchas gracias por el ofrecimiento, pero mejor otro día, hoy debería dormir en casa. Y gracias por la cena y la diversión, claro. Me ha encantado conocerte. – le tendí la mano con una sonrisa.

Tras ello Remy me devolvió mi ropa y fui a cambiarme, regresando junto a los chicos ya con mi ropa puesta, dispuesta a despedirme. Pero por la actitud de Jayden, parecía que este también venía.

-Ah, claro, tu bolsa… - caí en al cuenta. – Puedes quedarte y venir mañana a por ella, no te preocupes. - le dije y llamé a un taxi.

Disfrutamos de una agradable cena, con buena compañía y una comida sabrosísima. Remy deja para otro momento el tema de las pruebas. Primero diciendo que para después de cenar y, una vez terminada la cena, reservándolo para otra ocasión. No se qué trama la maquiavélica cabecita de mi colega, pero tiene que ser algo fuerte si hasta él se achanta.

Finalmente, Diana decide que ya es hora de volver a su casa. Remy nos ofrece la habitación de invitados, y aunque tiene dos camas está claro que es algo incómodo para Diana, de modo que estoy a punto de ofrecerme a dormir en el sofá cuando Diana ya ha rechazado la oferta.

No, prefiero acompañarte a casa, si no te importa... -Respondo sonriendo- Ya sabes, para no perder puntos con tu madre, no sea que deje de adorarme. -Le guiño un ojo, socarrón.

Jayden siguió queriendo acompañarme, cosa que en realidad prefería, así que tampoco seguí insistiendo.

-Claro que no me importa. – le sonreí. – Además no puedo permitir que dejes de ser el niño mimado de la Señora Simone. – bromeé, antes de volver a mirar a Remy y despedirme con la mano. – Muchas gracias, ha sido estupendo. – escuché como el taxi llegaba. – Pídele mi número a Jayden si quieres. Hasta la próxima, Remy.

Ambos nos despedimos y tomamos el taxi rumbo a mi casa.

Tras la salida de los chicos, Remy termino de lavar y ordenar todo. asi luego se fue a dormir.

Remy se levantó al día siguiente, ordeno un poco la casa, lavando lo usado para cenar y preparo el desayuno para Talia el cual dejo con una nota * Nos vemos en la playa, estaré en el móvil, beso *. Tras esto Tatch preparo el bolso, se cambió y salió hacia la playa.

Tomé un taxi desde el instituto, con tal de llegar cuanto antes. No tenía el teléfono de Remy, así que esperaba encontrarle en casa, ya que no me había parecido verle por el Lincoln.

No estaba segura de lo que estaba haciendo, pero no sabía a quién acudir, y Jayden parecía confiar mucho en él. Toqué la puerta, nerviosa, esperando obtener respuesta.

La puerta se abrió, Remy apareció del otro lado con cara de sorpresa, Que hacia Ella allí. Fue la pregunta que quedo en su cabeza por unos segundos hasta que las palabras salieron -Diana- dijo sin más – Que te trae por aquí – le ofreció a entrar para que no quedara en la puerta.

-Está todo bien?-

Había tenido suerte, Remy se encontraba en casa. Me esforcé en esbozar una sonrisa cuando me saludó, agachando pronto la cabeza al preguntarme si estaba todo bien.

- Hola Remy, gracias. – dije pasando dentro. – Espero no interrumpir. Y bien… No exactamente, pero no te alarmes. – dije volviendo a mirarle. – Es solo que… Quería hablar con alguien, y no sabía con quién hacerlo, la verdad. ¿Tienes un rato?

Pues no tengo mucho que hacer, estuve estudiando un poco para no perder la costumbre – Sonrió de lado, mientras caminaban por el pasillo hasta el living – Pues ponte cómoda, dime, quieres algo de beber- pregunto mientras iba por un par de refrescos.

-De que necesitas hablar?- dijo sentándose junto a Diana y entregándole el refresco.

Tomé el refresco que me ofreció Remy y lo posé sobre la mesita. No sabía por dónde comenzar, así que simplemente comencé por ahí.

-No se por dónde empezar, esto es… Complicado. – dije rascándome la nuca, en un gesto nervioso. – Antes que nada, prométeme que no le dirás nada a Jayden, por favor. Sé que te dijo que yo… A él… - me daba corte decirlo. – Que le gusto. – aparté la mirada. – Pero las cosas no son tan sencillas, y no sé que hacer… - volví a agachar la cabeza, entre avergonzada y apesadumbrada.

-Ey no te pondrás a llorar no? Juro que si pasa eso no sabré que hacer- intento desviar un poco la conversación pero sin éxito – Si yo hablara…. Varios caerían conmigo, asi que puedes confiar en mi... ni una palabra – incluso mostro las palmas de las manos en senal de que decia la verdad. Remy giro la cabeza y con el dedo pulgar e índice levanto el rostro de Diana desde la barbilla.

-No entiendo, si lo sabes…- quedo pensativo – No era de dar vueltas pero a veces era necesario – Como que no sabes qué hacer? Que no es sencillo?- Pregunto con dudas – A caso no te gusta Jayden?-

Tatch bebió un sorbo grande de refresco – Pues…. dejo un silencio incomodo incluso para el – Dile lo que te pasa, creo que es lo más sensato o explicamelo a mi-

Reí nerviosa al ver su propio nerviosismo, confesando que no sabría qué hacer si lloraba, mostrándole una sonrisa sincera al prometerme silencio. Sus palabras me transmitieron mucha seguridad.

Volví a agachar la mirada, pensativa, cuando Remy levantó mi cara con sus dedos. Entonces me preguntó, dubitativo, era normal que no comprendiera aún por donde iba el tema.

-Sí, me gusta, me gusta mucho. – le confesé, sonrojándome ligeramente, y es que ni siquiera le había dicho al propio Jayden las cosas de forma tan clara. – Es más, él y yo… Ya hemos... - no sabía como explicarlo, tampoco le habíamos puesto nombre a aquello. – Estamos juntos, por así decirlo. 

Quedo en silencio y se levantó del sofá, se acercó al ventanal que daba al patio que ahora se encontraba cerrado. No dijo nada por un minuto al menos, pero luego las palabras volvieron a salir – Y si ya están juntos – se giró mirando ahora a Diana – Que es lo que te aleja de El?- pregunto ahora si con verdadero interés.

Aun no comprendía bien el *Estamos juntos, por así decirlo* - Se están conociendo o hay algo más que no me estás diciendo Di-