Partida Rol por web

Me echo a reír al ver cómo Diana se pica con su madre, pero entonces me acusa entre bromas de haberme dejado comprar por su madre. Me llevo las manos al pecho, sobre el corazón, exageradamente, fingiendo una mueca de dolor.

Oh, eso me ha herido... -Digo ya sonriendo- ¿Sólo con un helado? Me ha regalado todo el pedido de la fiesta con tal de fingir que me caes bien, jajaja... -Me río de la broma, pero por un instante temo que realmente pueda tomárselo en serio- No, ahora en serio, tu madre sólo quería saber cómo te había ido en tu primer día. Se preocupa por ti, es una tía genial. -La mía, en cambio, puede que no se interese por mis estudios hasta que lleguen las primeras notas, e incluso entonces no es que vaya a mostrar un interés desmesurado- No me importaría ver esa serie, si dices que está tan bien...

Entonces llega Amber, adulando el jersey de Diana y hablando de la serie. Al final va a resultar que soy el único que no la conoce. También me pregunta por la reunión de esta noche.

¡Amber! Parece que no me conozcas ¿cuándo me ha molestado a mí tener gente en casa? -Lo que me molesta es no tenerla, estar sólo en esas habitaciones vacías, con el eco como compañía, recordando que no tengo una familia a la que importe una mierda- Estoy cogiendo la cena ahora mismo, y contaba ya con vuestra presencia. Cenamos, oímos un poco de música mientras ensaya el grupo, charlamos...

De repente oigo el tono de notificaciones de mi móvil. Lo saco mientras veo a Diana entrar tras la barra, y leo el mensaje. Comienzo a teclear mientras comento la novedad con las chicas.

¿Sabíais que tenemos este año una estudiante de intercambio de Japón? -Termino de escribir y pulso "enviar", guardando el móvil- Pues igual la conocemos esta noche...

Diana regresa a nuestro lado con unas cookies ocultas en una servilleta. Con picardía sitúo la copa de helado junto a la servilleta, cubriéndola para que no destaque tanto. Me apoyo en la banqueta para inclinarme sobre la barra y alcanzar la bandeja de las cucharillas, y coger un par de ellas, que clavo al volver en dos de las tres bolas de helado de la copa.

Echadme una mano con el helado, anda, que es mucho para mí.

-Vaya, ¿Regalan algo rico por aquí? no veas el gentío que se ha montado alrededor de la barra.Guiño un ojo a Amber y digo:-Esta chica tan cañers pagará mi bebida. Ah...-Miro a Diana y sobre todo a su jersey-Hola, chica nueva. Estoy seguro de que ese jersey no deja a nadie indiferente... para bien o para mal. ¡Bueno!-Digo mirando al resto-Nos vemos esta noche.

Mierda... este era un mal plan desde el principio...

Saludo con la mano a todos y me voy del Sandys.

 Quisiera rechazar la galleta de Diana, no me gusta aprovecharme de los demás, pero viendo que está siendo tan amable de correr el riesgo cuando apenas me acaba de conocer, peor me sabe decirle que no. Cojo la cookie y empiezo a comerla con bocados pequeños pero rápidos, con prisas por que la madre de la chica no la pille por sorpresa.

 - Mgracias Di. -Digo con la boca llena, tapándola con la mano y trago. -Perdón- Me disculpo por hablar con la boca llena.

 -Oye pues perfe ¿No Jay? Luego me paso por tu casa entonces, y damos a la nueva la bienvenida que se merece. -Contesto animada, para luego mirar a Di, lo mismo me ha malinterpretado- Osea, a la japonesa... Yy a ti también si quieres, claro. -Luego le doy una cucharada pequeña al helado, no quiero abusar.

 Por último David se va, dejándome a mí la cuenta. Tras despedirme de él levantando la mano, saco el dinero y se lo ofrezco a Di.

 -Esto es por la cerveza y el zumo de Dave... Puedo dártelo a ti, ¿No?

No, lo vuestro ya está pagado. -Me apresuro a responder cuando Amber saca el dinero. Sin darle importancia, cojo la cuchara y me llevo a la boca una buena cucharada de helado, sonriendo satisfecho. No es verdad, aún no me ha cobrado la señora Simone, pero es tontería no invitar cuando voy a hacer un gasto como este con la tarjeta que me mantiene mi padre. No me da tiempo a fundirme el presupuesto que mantiene a cambio de no hacerme caso más que unos pocos días al año- Llegas tarde, forastera... Y venid cuando queráis, yo voy directo desde aquí en cuanto esté el pedido.

-Vaya -Me sorprendo- Pues muchísimas gracias, Jayden... No hacía falta, hombre. -Agradezco algo cortada- Ahora sí que no voy a comer de su helado, que ya es pasarse-

-Yo tengo algo que hacer esta tarde. -Miro instintivamente hacia la entrada del Sandys, para luego volver a mirar a Jay.- Pero cuando acabe voy a tu casa del tirón. -Sonrío. -¿Tú te animas, Di? 

Según Jayden mi madre sólo quería saber qué tal me había ido el día, como si aquello no tuviera importancia. Precisamente esa era una de las cosas que temía… Sólo esperaba que Jayden no hubiera sido indiscreto. Mi madre sabía que no tenía demasiados amigos, y que nunca sería elegida la reina del baile, pero había ciertas cosas que prefería omitir.

Al parecer íbamos a tener una alumna de intercambio, que también acudiría a la reunión en cuestión, surgiendo la idea de darle así la bienvenida. Aunque rápidamente Amber acabó incluyéndome a mí también en la ecuación, estaba claro que esa no era la idea inicial.

La bienvenida que me merezco, esa ya la he tenido esta mañana…

Agaché la cabeza, volviendo a levantarla cuando Amber me preguntó si podía cobrarle. Pensaba invitarles, más que nada por ella, pero Jayden se me adelantó; al parecer ya había pagado él.

Poco antes David había pasado a despedirse, aludiendo también a mi ropa, pero no con tan buena fe como los demás.

Finalmente Amber me preguntó si acudiría a la reunión, a lo que no sabía muy bien qué responder.

-Tengo que mirar un par de cosas, a ver si puedo ir. – respondí a Amber, dejando la cuestión en el aire.

Ahora no sé si es adecuado que vaya, ni siquiera sé si es adecuada esta ropa después de lo que ha dicho David. Además debería mirar cómo puedo ir hasta casa de Jayden si me decido al final.

Me quedé pensativa mientras continuaba comiéndo la galleta.

Hago un gesto con la mano restándole importancia a la invitación. Porque es así, para mí no tiene importancia. Es sólo dinero, pasta que a mi padre no parece costarle darme, al contrario que otras cosas más sencillas y que yo valoraría más. Se que el mundo es como es, y que la mayoría de la gente valora mucho el dinero porque le cuesta demasiado conseguirlo, y tal. Supongo que soy el bicho raro, tengo lo que los demás quieren y me falta lo que ellos sí tienen y a veces no valoran suficiente.

Espero que Diana sepa valorar a la madre que tiene.

Amber comenta sus planes y le pregunta a Diana por la reunión de esta noche. Su respuesta me deja perplejo, abro los ojos como platos y para disimular miro al helado y me llevo otra cucharada a la boca. No quiero decirle nada delante de Amber, de modo que esperaré. Esta mañana puso como excusa que tenía que currar, y ahora que resulta que no tiene que hacerlo sigue poniendo en duda que pueda.

No quiere venir, y no sabe cómo librarse del compromiso.

La mujer no tarda mucho y sale de la cocina, sale con varias bolsas y paquetes mientras dice:

• Bueno, aquí lo tienes todo, supongo que será suficiente, para lo del sábado ya te avisare cuando este todo listo

Mira a Diana y le da un par de cosas y dice:

• Toma, ayúdale que no puede cargar con todo, así le ayudas a poner las cosas

La mujer sonríe y guiña un ojo a Jayden como diciendo “ya no se puede escapar” y deja la factura en el mostrador mientras dice:

• Bueno, pues pasadlo bien y no olvidéis que mañana tenéis clase eh

Martha regresa con el pedido de hoy, de modo que saco la cartera y extraigo la tarjeta de crédito, inclinándome sobre la barra para comentarle los detalles de la factura más de cerca. No me gusta que me oigan hablar de cosas de dinero, y ahora mismo menos aún.

Señora Simone, cóbreme todo de una vez, tanto lo de hoy como lo del sábado, el helado y lo que han tomado mis amigos.

La madre de Diana termina de cobrarme el pedido y me pongo la chamarra antes de coger las cosas para ir llevándolas al coche.

Bueno, Amber, pues cuando termines esos recados nos vemos en mi casa ¿vale? -Me giro hacia Dina, forzando una sonrisa- Entonces, ¿me echas una mano? Tengo el coche aquí al lado...

Salimos al aparcamiento del Sandy, donde tengo el coche, y abro el maletero para ir guardando las cosas, aprovechando el momento para comentarle algo a Diana en privado.

Una vez llegamos al coche, pulso el mando para abrirlo, de forma que el portón del maletero se abre automáticamente. Comienzo a dejar las cosas dentro, ordenándolo de forma que no se mueva mucho durante el trayecto.

Y ahora que no tienes que trabajar... -Comienzo a decir, con una media sonrisa, sin mirarla directamente, centrando mi mirada en los bultos del maletero- ...¿Qué va a ser? Estudiar no, hoy ha sido el primer día de clase. Igual has quedado con alguien más, o te ha surgido otro asunto sorpresa... -Mi sonrisa desaparece, porque doy por terminada la broma. Los comentarios irónicos no son lo mío, termino sintiéndome mal, como si esa forma de hablar me convirtiera en alguien como mi padre. A él le encanta esa forma de hablar. Cierro el maletero y comienzo a juguetear con las llaves, mirando alrededor- Oye, Diana... Si no te apetece venir, no se, no hace falta que pongas excusas, ¿vale? No nos conocemos mucho, y a veces soy un poco pesado invitando a la gente a mi casa. No quiero que te sientas obligada, ni que estés a disgusto ¿sabes? Es sólo que... -Suspiro, torciendo el gesto con incomodidad mientras centro mi mirada en ella- Me caes bien. -Agacho la mirada, ligeramente avergonzado, y comienzo a sonreír como un idiota- Pero, en fin, si no quieres venir no tienes por qué hacerlo, no quiero que estés incómoda... khaleesi.

Sonrío más ampliamente al final, ante la broma, esperando su respuesta.

Al final no hizo falta que tomara ninguna decisión, mi madre ya la había tomado por mí. En una clara e intencionada encerrona, que confirme al verle guiñar un ojo a Jayden, prácticamente me obligó a acudir ala reunión pidiéndome que ayudara a mi compañero.

No pude evitar resoplar, y cogí las bolsas para ayudar a Jayden a llevarlas. Este se acercó a mi madre para tratar algo, sobre el pedido supuse, y aproveché para despedirme de Amber.

-Parece que al final nos veremos luego. – le sonreí. - Espero que vayan bien esos recados. - me despedí levantando ligeramente una de las bolsas al no poder hacerlo con la mano.

Entonces Jayden también se despidió y se dirigió a mí.

-Claro, te ayudo. – le respondí, y salí junto a él al aparcamiento.

Jayden abrió el maletero y empezó a colocar las cosas, así que espere a que acabara para situar lo que yo llevaba. Mientras lo hacía comenzó a hablarme de forma irónica, aludiendo a qué nueva excusa pensaba poner esta vez. Aquello me molestó, llegando a fruncir el ceño, pero pronto esta expresión desapareció, llevándome a suspirar mientras él cerraba el maletero.

De forma inesperada, y sin mirarme a los ojos, comenzó a explicarme que no hacía falta que acudiera si no era lo que quería, que no quería resultar pesado. Únicamente me miró para decirme que le caía bien, lo que me dio a entender que era completamente sincero; sin embargo, volvió a desviar la mirada, aunque se intuía su sonrisa. Trató nuevamente de querer quitarme de encima cualquier compromiso y se refirió a mi como Khaleesi.

Sonreí ante la gracia, aunque casi de inmediato me puse seria, mirándole a los ojos.

-En realidad ya he empezado a estudiar. Han decidido avanzarme un curso, así que he comenzado a mirar algunas cosas. Sobre quedar no se con quién, aquí no conozco a casi nadie. Y no, no ha surgido ningún asunto sorpresa, así que puedo ir contigo. – agaché la mirada, sintiéndome culpable. – No tenía que trabajar hoy, pero temía sentirme incómoda en una reunión así, por eso puse esa excusa. En realidad aún lo temo.  – confesé y volví a mirarle. – Pero me apetecía, de verdad. Tú me caes bien, ya te lo dije, y Amber y Robin también. Si sigues queriendo que vaya… iré. – le dije y esperé su respuesta.

Oigo cómo descarta cada una de las posibles escusas que, irónicamente, le he planteado, y me alegra ver que no desea interponerlas para no venir. Sin embargo, en un momento confiesa que la excusa del trabajo era eso, una escusa, inventada para no tener que venir. Supongo que su madre se habrá dado cuenta del asunto en cuanto se lo he comentado, y ha decidido disimular en lugar de exponer su mentira. Pero me sabe mal todo esto, que alguien se vea en la necesidad de mentir para quitarse de encima al "pesado de Jayden".

Sin embargo, dice también que era por temor a sentirse incómoda, pero que le caigo bien, como otros de los que van a estar, y que realmente si quiere venir.

Si sigo queriendo que vaya.

Desvío la cara hacia un lado, con gesto indignado.

No se... Me has mentido esta mañana, y eso es imperdonable... -La miro de reojo, sonriendo pícaramente- Pero por otra parte, tu madre me hace descuento si te saco de casa... -Me echo a reír, ya mirándola directamente- Es broma, ya te he dicho que me caes genial, así que te vienes, venga, sube al coche antes de que se te ocurra ponerme otra excusa. ¡Ah! Y... -Me detengo justo cuando me estoy girando para dirigirme a la puerta del conductor, girándome hacia ella con aire serio- No vuelvas a mentirme, ¿vale? No lo necesitas. Puedes decirme lo que sea...

Me sorprendí al verle indignado, ya que a pesar de contemplar la opción, realmente no parecía de los que se enfadan fácilmente. Sin embargo, el susto se me pasó al verle sonreírme y contemplar cómo me hacía burla. Acabó por echarse a reír, diciéndome que montara en el coche, pero cuando parecía que se dirigía a la otra puerta del coche, se giró hacia mí.

“Puedes decirme lo que sea.” Lo mismo que me decía papá…

Me inundó la melancolía por unos segundos, al recordar a mi padre, pero me esforcé en sonreír a Jayden. Parecía muy buen chico, quizás llegáramos a ser amigos.

-No volveré a hacerlo, descuida. – le dije antes de entrar en el vehículo.

Sonrío cuando me responde con palabras sencillas y, aparentemente, sinceras. Me dirijo a la puerta del conductor y la abro, sentándome dentro y esperando a que entre Diana y se ponga el cinturón de seguridad. Hago lo mismo y arranco el motor, poniéndome las gafas de sol.

Además, eso es mas de princesas que de khaleesis, seguro. -Le muestro la más amplia de mis sonrisas y arranco el motor, poniendo rumbo a casa.

El taxi me deja en la puerta. Pago tras salir, a través de la ventanilla del copiloto, aún con las gafas de sol puestas. Entro en el local y me quito las gafas, apartándome el flequillo de las cejas, molesto. No estoy de muy buen humor hoy, la verdad. No auguro un buen día.

Buenos días, señora Simone. ¿Cómo está hoy? Aparte de tan guapa como siempre, quiero decir... -Saludo en cuanto llego a la barra, recuperando al menos media sonrisa- Necesito su consejo: ¿que le recomienda desayunar a un chaval al que le espera un día bastante deprimente? Porque eso voy a pedir de desayuno... Jeje.

La mujer estaba preparando las cosas para la mañana cuando ve a Jayden y suspira de forma algo exagerada y dice:

- Pues lo primero decirle a ese chico que no tiene que deprimirse, he escuchado lo que ha pasado con el entrenador de baloncesto y bueno... no creo que pueda decir mucho, pero bueno por la memoria de ese hombre no deberías de estar deprimido

Se notaba que la mujer no le gustaba hablar de esos temas, por lo que mientras sirve una taza de café americano dice:

- Yo cuando necesito animarme me tomo una buena taza de café y un donut de estos rosas tan monos, así que aquí tienes