Partida Rol por web

Ariete se ocupó rápidamente de los dos guardias que habían salido a la llamada de su compañero. Sorprendidos por la rapidez del agente, quedaron inconscientes en la entrada al complejo.

El interior estaba silencioso pero, en algún lugar, Ariete escuchó movimiento. No estaba cercano pero estaba claro que no eran los únicos guardias que había allí.

Al igual que Ariete, C1FR4 escuchó sonidos que venían de otra habitación más allá. No estaban solos, había más guardias. Pero eso era algo que ya habían supuesto. Lo que no esperaba, es que estuvieran todos por la misma zona. O, ¿tal vez el número de vigilantes era mucho mayor de lo que habían creído?

Eso ahora daba igual, estaban en medio de una misión y, si tenían que abrirse paso a través de un ejército a balazos, tenía suficiente munición.

Se apostó detrás de unas cajas¹ que había en la sala en la que estaban, y que ofrecían protección además de una buena posición de tiro.

Dejando la acción para los otros, Bruja se mantuvo con su arma lista escudriñando el almacén para comprobar si había más guardias. La técnica de la ilusión había funcionado y, por una vez, el que no se hubiera visto a través de las cámaras podía funcionar a su favor.

Ariete llevó su mano a la boca primero y a la oreja después haciendo un signo de que había escuchado algo. Era probable que fuera del otro lado de la puerta directamente. Se acercó en silencio y trató de escuchar a través de la misma. Número de posibles objetivos al orto lado, distancia, ... esas cosas.

No parecía que hubiera nadie... ¿quizá solo había pasado de largo? O puede que fuera parte del ruido al dejar caer a los enemigos al suelo...

Comenzó entonces a mirar si encontraba algún túnel de ventilación por el que colarse y poder evitar así las cámaras

Mei siguió a Ariete y se acerco a la puerta, con todos sus sentidos concentrados en intentar localizar a los posible enemigos. Se pegó a la pared mientras en secreto saboreaba la excitación que estaba empezando a sentir.

El equipo empezó a moverse en sintonía. Habían ocupado el hangar de carga y anulado a los guardias de seguridad. Ariete se fijó en los guardias que había eliminado y parecían guardias profesionales. No llevaban ninguna identificación de ninguna empresa pero eso era habitual. Incluso BEAR utilizaba guardias no identificados para proteger sus lugares clave.

Bruja se aseguró de que aquel lugar estaba limpio y de que los sonidos venían de más allá de las puertas, cosa que confirmó Mei. La tiradora, además, escuchó algo de la conversación de los guardias y confirmó que era trivial y distendida. Esos guardias estarían en una sala de recreo cerca de la zona de entrada y no estaban atentos.

Ariete observó los conductos de ventilación. Había algunos pero eran algo pequeños. Entrar por ahí era posible pero había que ser muy ágil para no hacer ruido¹.

Ariete comenzó a desvestir a uno de los guardias.

— Tenemos que usar sus ropas. Este sitio está lleno de cámaras. Solo disponemos de tres^[1], así que tendremos que conseguir un cuarto para el que falta. ¿Vestuarios? —

Aquella ropa le iba un poco ajustada, pero valdría para dar el pego. Ahora solo tenían que salir, encontrarse a un cuarto guardia y pedirle su ropa, sus botas y su motocicleta :)

Una vez "camuflado" abrió la puerta y entró en el pasillo, dejando la cámara a su espalda y observando si había alguien a quien llamar para "pedir ayuda". En caso negativo, quizá podríamos ir a los vestuarios...

Cuando confirmó que no había peligro hizo un gesto al equipo para que fuera avanzando, por el momento lo habían hecho profesionalmente y debían seguir así para tener alguna posibilidad.

- No hemos visto mujeres entre los guardias*, puede que den la alarma si nos ven a Ojos de Serpiente o a mí con un uniforme, id vosotros delante y nosotras esperamos aquí para que no puedan vernos por la cámara del pasillo; si rompemos otra y no puede contactar con tres hombres darán la alarma. Dirigíos a la sala de control y despachad a los vigilantes para que podamos movernos libremente.

Mei asintió a las palabras de Carolyn mientras calculaba a ojo la talla de los uniformes. Ella era demasiado menuda, probablemente le hubieran quedado demasiado flojos.

- De acuerdo, lo mejor es que intentéis llegar a la sala de control lo antes posible. Una vez nos hagamos con ella tendremos mucha más libertad para movernos por el edificio sin llamar la atención. - propuso.

El plan de Bruja era el más lógico. Mientras aún no sospecharan de una intrusión, debían de hacerse con la sala de control y evitar que algún guardia de seguridad diera la alarma. Eso dejaba a Ariete y a C1FR4 como los mejores candidatos para avanzar ahora disfrazados y deshacerse de otros posibles vigilantes.

Se puso el traje de uno de los caídos y siguió al japones. En el pasillo rompió algunas de las fluorescentes que colgaban del techo, dejándolo en semipenumbra, de forma que él y su compañero pudieran pasar desapercibidos. Cuando estuvo a la altura de la puerta que le había indicado Mei, llamó con los nudillos y forzando algo la voz para que sonara algo rasposa, pidió ayuda a quien pudiera encontrarse dentro.

– ¡Hey! ¡Coff! ¡Coff! Joder, la puta garganta. Salid a echarnos una mano. ¡Coff! ¡Coff! Las putas luces se han fundido o yo que sé.

Se hizo a un lado, esperando a quien pudiera salir de la habitación, agachando la cabeza para disimular sus rasgos aún más entre las sombras y con una mano en la pistola, para reaccionar a la primera señal de alarma.

—¡Joder! ¿Qué pasa ahí afuera? ¿Es que esta noche no va a ser nada normal? —dijo una voz al otro lado de la puerta.

El ruido de una silla al caer violentamente sobre el suelo resonó y la puerta se abrió bruscamente segundos después.

—¿Qué coño pasa? —dijo el guarida que apareció detrás de la puerta mirando fijamente a los ojos a C1fr4¹. El agente de BEAR se dio cuenta de que había dos guardias más dentro de la sala y que aquello parecía más una sala de descanso que una sala de control. Encima de la mesa quedaban algunos restos de comida y algunos vasos con diversos líquidos en su interior. Encima de la mesa se encontraban, además, algunas de las armas de los guaridas.

Ariete corrió a toda velocidad al escuchar las voces del interior. Vio como uno de ellos asomaba la cabeza por la puerta justo cuando llegaba, así que lo agarró del cuello y lo arrastró hasta la misma pared en la que estaban; golpeándolo primero contra la propia pared y luego lanzando un codazo al cuello; tratando de dejarlo incapacitado. Por el momento prefería seguir usando sus puños y no dejar rastros de sangre... al menos en los pasillos.

Dio un vistazo a la zona de recepción; por si desde allí podía ver algo de movimiento.

Se había precipitado y había puesto la misión en peligro. Sin pensárselo dos veces, disparó a los dos guardias que se encontraban en la habitación, aún sorprendidos. No esperó a ver el resultado de su ataque, se giró hacia donde, según Mei, debería de encontrarse la sala de control y abrió la puerta con el arma aún humeante.

Era peligroso. Quien sabía cuantos hombres le esperarían allí dentro, pero no podía esperar a que hicieran saltar la alarma y entonces su misión sí que estaría perdida. En cuanto pudo ver quien se escondía detrás de la puerta, no dudo en disparar sobre los que se encontraran a los mandos de un ordenador o un panel de control.

Ariete noqueó rápidamente al guardia que salió de la sala de descanso antes de que pudiera decir nada. El golpe certero a la garganta hizo que el guardia quedara incapacitado casi de inmediato.

Rápidamente C1FR4 se colocó en la puerta y disparó a los otros dos guardias haciendo que uno de ellos cayera inerte sobre la mesa. El otro había quedado sorprendido y no acertó a coger el arma que ahora quedaba debajo de su compañero. C1FR4 se acercó hacia la esquina, donde se suponía que estaba la sala de control¹. Justo cuando dobló la esquina vio que un guardia abría la puerta de la sala y se disponía a moverse hacia el pasillo. Pero el agente de BEAR también se dio cuenta de que otro guardia venía por el pasillo de la izquierda. 

Una luz de emergencia se encendió en el pasillo.

- Sera a la manera de siempre - comento la joven mientras sacaba sus armas y corría con cautela por el pasillo buscando una buena posición de tiro.

Aún tenían una oportunidad de arreglarlo, pero tenía que actuar rápido. Disparó al tipo que acababa de salir de la sala de control y, aunque vio a otro yendo hacia él desde el otro lado del pasillo, lo ignoró - esperaba que sus compañeros se encargaran de los demás guardias- y avanzó para entrar en la sala de control. Una vez dentro, disparó a uno de los guardias que estaban dentro y cerró la puerta tras de sí, apoyándose contra ella para evitar que la abrieran desde fuera.

C1FR4 anuló rápidamente a los dos guardias de la sala de control. En aquel lugar había varias pantallas monitorizando las cámaras de aquel lugar y un ordenador que controlaba tanto las cámaras como los registros de acceso y mercancías del lugar. Estaba protegido por una contraseña.

En el pasillo, una voz se escuchó impeliendo al agente que acababa de entrar en la sala de control.

—¡Eh, maldita sea! —gritó el guardia de seguridad—. Sal con las manos en alto antes de que tengas más problemas, amigo.

El guardia apuntaba con su arma hacia la puerta de la sala de control que acaba de cerrarse. Su compañero salió de la sala de descanso y le llamó la atención.

—¡Cuidado, el pasillo está ocupado!

El guardia se giró hacia el pasillo y realizó un disparo apresurado contra el mismo lugar donde disparaba su compañero: Ariete. La ráfaga del guardia que acababa de salir de la sala de descanso impactó sobre Ariete y perforó levemente su armadura torciendo el gesto del japonés. El resto de disparos se perdieron en el pasillo¹.

Ariete sintió el impacto, pero el entrenamiento y la experiencia hicieron que siguiera adelante a pesar del dolor. Lanzó su ataque directamente contra el tipo para noquearlo y usarlo de escudo contra el otro; pero parecía que el rival fue lo suficientemente rápido para desviar el ataque a una zona protegida.

Bruja avanzó pegada a la pared con el arma preparada y cubriendo a sus compañeros y esperando que acabaran con los guardias, pero eran demasiados y decidió disparar ella también. Apuntó al que estaba detrás del que combatía con Ariete y sintió como el arma resbalaba de sus manos e intentó aferrarla con fuerza, el disparo salió hacia sus pies y rebotó hacia el techo. Su arma acabó en el suelo.

Mei con una sonrisa se olvidó de toda precaución y llenó el pasillo de balas disparando como una loca. Sus compañeros escucharon el zumbido de las balas pasar demasiado cerca, pero finalmente impactan en los guardias del pasillo.