Partida Rol por web

Y comentaros. Las primeras escenas, que comenté de que fuesen el abrazo/entrenamiento de vuestro personaje, era mas pensando en jugadores completamente novatos en vampiro y/o requiem (como Calypso, que es el primer rol que hace con manual, o Nachtmahr y Persefone, que tienen experiencia en Mascarada/EO pero no en Requiem). Vosotros que teneis mas experiencia/conocimientos podeis extenderos mas en cuanto a vuestro sire, las alianzas y todo eso. Se empezara con 0 poder y conocimiento politicovampirico de la zona de Nueva Orleans y sin pertenecer a ninguna alianza, aunque si os encaminais a una desde la ficha (como Jonsu) os hare una escena para que os unais a ella y activar vuestros meritos/disciplinas relacionados. Asi que si quereis añadir mas color a vuestro sire y el inicio de vuestra vida vampirica, hacedlo sin reparos pero teniendo en cuenta que ni vosotros ni vuestros sires debeis tener poder en la zona o peso politico.

Espero haberme explicado bien, que me lio yo solo xD

1 de experiencia por cada punto.

El coste en experiencia; Los atributos 4, Habilidades 2, especializaciones 1, disciplinas de clan 3, disciplinas de fuera de clan 4, humanidad 2 puntos, potencia de sangre 5.

Pero necesitas que nos inventemos al sire y todo eso o te referies a que una vez que comience la escena tengamos en cuenta que podemos desfasar y meter detalles sobre el mismo y nuestro entrenamiento??

Oki doki. Pues si te parece bien estos serían los Merits:

No, por necesitar no necesito nada, a vuestro gusto, vamos. Pero que teneis libertad para crearlo si lo preferis.

Entendido, por mi parte, genial. 

Te lo agradezco porque nunca he jugado a Vampiro Requiem, y en escena me parece genial ir dando forma al pj, al menos, en relacion con mi pj, así me iré aprendiendo.

Lo que sí quiero enviarte es una imagen de mi sire ya que lo tenia ya buscado si no te importa jeje

Mandala y le creo la ficha de PNJ :) Como muy tarde este fin de semana habremos empezado.

Sin presiones en ese frente, Persefone (me encanta tu nick!). Yo he jugado una crónica breve nada más. Y también es que soy un poco maniático con los trasfondos. Me gusta mantenerlo todo más o menos bien atado y abrir tramas con la historia, por eso me apetece tener un poco más de control sobre la definición y la idea previa del sire ^^. 

Estoy en ello, máster. Esta semana está siendo algo complicada en el curro, pero voy avanzando poco a poco. Cuando tenga un buen trecho definido te voy posteando por aquí ^^

Gracias jeje

imagenes de mi sire si te parece bien:

Mide 1.90, pelo oscuro y ojos azules, se llamaria un nombre ruso Andrei le queda bien no se ... quedaria curioso que hubiera sabido de Anedka desde que fue abandonada en Rusia ya que el tambien es ruso y tiene contactos por ese pais y luego, al llegar a Estados Unidos, la siguiera y tal... bueno lo que quieras jejejeje doy ideas y es bastante importante en su clan tampoco se el cargo... arpia senescal... pufff latigo...y  de profesion, podria ser un policia del fbi o un maton... o un fiscal le pega o investigador privado o no se, tu decides... 

Yo casi prefiero dejarlo en tus manos y ver que clase de sire/"siresa" me pones :)

¿Para cuando tienes calculado arrancar?

A mi ma pasa parecido, Nyar. En mis historias voy metiendo flecos que quedan sin respuesta conocida por parte de mi pj para que el director de turno pueda tirar de alguno si le gusta. En la mesa en la que juego lo llamamos "tirar ganchos al director".

Empezare este fin de semana con vosotros, o como muy tarde el lunes/martes :)

Oki doki. Lo único que los fines de semana suelo tenerlos algo complicados (suelo viajar a mi ciudad natal y eso hace que el viaje se lleve gran parte del tiempo).Trataré de tenerte el trasfondo listo para el finde, a ver si consigo darle el empujón que le falta. Si pudieras demorar la escena inicial del personaje hasta el lunes/martes te lo agradecería. Si no, no te preocupes que me adapto ;)

No te preocupes, cuento con que los fines de semana los jugadores suelen tener otras cosa que hacer xD Puedo retrasarlo hasta cuando quieras, no prob.

Thanks! Me daré brillo aún así ;)

Aquí va el trasfondo del personaje :P

La misma mierda de cada día

Minh se incorpora como puede, sollozante. Cada bocanada de aire es un suplicio, agonizando en cada exhalación mientras sus pequeñas costillas protestan doloridas después de la paliza que aquel demonio le había propinado. Siente las muñecas en piel viva a su espalda, amordazadas con una vieja cuerda donde hacía tan sólo un par de horas reposaba la colada, ahora esparcida sin orden ni concierto por el suelo de la pequeña sala de estar. El esfuerzo es titánico y logra tan solo apoyarse en la pared, acurrucado contra Tat, su hermana mayor, al tiempo que una tos espasmódica le inunda los pulmones. La sangre no tarda en manar de sus labios y caer contra el regazo de la joven Tat, que llora desconsolada contemplando la macabra escena. El pequeño Minh no entiende lo qué está pasando. Tampoco sabe por qué Mẹ¹, a unos pocos metros por delante de él, yace inerte en el suelo sin moverse. Sin protestar ante la barbarie ni ofrecerle unas palabras de consuelo.  

Bố² está atado a una silla mientras el demonio no deje de pegarle. Otros dos hombres sujetan a su padre y no les quitan el ojo de encima ni a él ni a su hermana.

—¿Dónde está el dinero? —pregunta el demonio por enésima vez. Minh no le quita el ojo de encima al demonio de tez bronceada y expresión feroz. ¿Cómo puede Bố dejarse hacer algo así? ¿Por qué no lucha?

Tat busca su contacto, cubriéndole la cabeza con su cuerpo al tiempo que escucha sus sollozos. Minh repara entonces que su hermana también está sangrando, tiene el ojo hinchado y el labio partido.

—¡Todavía no lo tengo!¡Sólo necesito dos días más para reunirlo! ¡Por favor! —suplica la voz de su padre.

Mihn escucha golpes. ¿Por qué Bố no se defiende?  

—No más retrasos —sentencia el demonio—. ¿Dónde está el dinero?

Pasos que se dirigen hacia ellos.

—¡No! ¡Por favor! ¡La semana que viene el señor Seng tendrá su dinero! ¡Por favor, no les hagan daño!

—Has agotado la paciencia del señor Seng, escoria.  

—¡Dos días! ¡Lo juro!

Un estruendo ensordecer ahoga las protestas de su padre. Tat da un chillido desgarrador y se retuerce en el suelo, precipitándose de repente contra la pared. Minh abre los ojos, aún sobre el regazo de su hermana y siente como un líquido caliente  viscoso comienza a bañarle. Levanta la cabeza y donde antes estaban el ojo amoratado de su hermana hay ahora un abismo negro y carmesí del que no deja de brotar la sangre.

Pasos que se dirigen hacia él.  

—Dos días —dice el demonio guardándose la pistola en la chaqueta—. Si no mataremos al renacuajo.

De nuevo Minh siente como un zapato se estrella contra sus costillas. El dolor se extiende por su cuerpo pero, por algún motivo, no le quedan más lágrimas que verter. Todo comienza a oscurecerse y lo último que ve Minh antes de perder la consciencia son los fríos ojos castaños del demonio.

El demonio detrás del demonio

El demonio enciende un pitillo de coburn y da una larga calada. El humo se extiende por el sedán negro que conduce An Bao con el último éxito de los farang sonando a todo volumen en la radio. Kim Xuan tararea la letra del último single de la cantante pop de turno en el asiento del copiloto, ajeno al episodio que acaban de protagonizar.

—Seng se va a quedar to loco cuando le digamos que te has cargado a la niña, Pravat —dice An Bao—. Eso no entraba en el encargo.

—El Jao Por quiere su dinero —responde cortante el demonio—. Les hemos dado una lección a él a todos los putos malacas que no van a olvidar. Si no pagas, hay consecuencias.

—Aun así era una cría, tron.

Pravat no responde.

También era él un crío cuando los matones de Khuu Quan desollaron a su obaba y le volaron los sesos a su omama cuando su familia lo único que trataba eran de abrirse camino y de labrarse un porvenir en las calles de  New Jersey. Él también era un crío cuando las deudas del negocio familiar no dejaban de crecer y el Jao Por de New Jersey se follaba a su madre ante la mirada horrorizada de su padre, del joven Pravat y de la pequeña Mai. Y él también era un jodido mocoso cuando tuvieron que huir de madrugada hacia el interior del país huyendo de la mafia China de la costa Este a principios de los noventa.

América, la tierra de las oportunidades. La tierra donde sus ancestros se refugiaron durante la guerra. La tierra donde nadie da una mierda por nadie. Y menos si es un puto thai.

Así eran y así han sido siempre los negocios. Él fue una vez el pequeño Mihn, un mocoso llorón que había aprendido por las malas una valiosa lección: no somos nadie. Y siempre hay alguien más poderoso que tú.

El viaje transcurre en silencio, interrumpido sólo por el ritmo machacón de los éxitos que pincha la radio. An Bao y Kim Xuan conocen el negocio. Y saben tan bien cómo él que todo aquello era necesario. Una pequeña parte de un todo superior.

No siempre ha sido así. Hubo una época en la que Pravat se contentaba con ayudar a sus padres con el nuevo negocio en las barriadas pobres de Kenner, el suburbio del aeropuerto. Eso fue antes, cuando parecía que al fin habían dejado atrás la ola de violencia sin sentido que su familia había sufrido en New Jersey. Antes de que el señor Seng entrase en sus vidas.

An Bao detiene el vehículo frente al Fontaine Bleu, el local que sirve de tapadera al Jao Por para gestionar sus negocios. Desde que en la década de los setenta los vietnamitas huyeran en masa después de la caída de Sarong, Nueva Orleans se había convertido en la ciudad de los estados unidos con la mayor población de amarillos expatriados. Y como grupo asiático dominante, no tardaron en hacerse con todo del negocio de juego y prostitución oriental en la ciudad. Todo aquel que quisiera jugar apostar fuerte al Pachinko, al Mahjong o que quisiera disfrutar de una puta de ojos rasgados tenía que pasar por los locales de los Jao Por. Eso fue antes de que el señor Seng acabara con las otras tres familias y convirtiese el negocio en un monopolio a principios del nuevo siglo.  

Entran en el garito. Allí están Co Anh , Trang y Duc Sang jugando a los dados. Ngai, Pham Van y Chiem Huu beben ruidosos mientras acosan a las chicas que hacen el turno de tarde. Como de costumbre, no hay ni rastro de Lang.

Pravat aún recuerda al perro desalmado de Lang. Él fue quien le introdujo en el negocio después de que su padre desapareciera sin dejar rastro y las deudas volviesen a ahogar a su familia. Para salvar a su madre y a Mai, su hermana pequeña, Pravat acudió al señor Seng en busca de trabajo. Y Lang fue quien le enseñó todo sobre el negocio. El cabrón de Lang, un hijo de puta despiadado. Su mentor, compañero y también amigo. Hacía ya más de un año que Lang apenas se dejaba ver en el  Fontaine Bleu, y en las raras ocasiones en las que aparecía lo hacía siempre de madrugada y envuelto en halo de misterio. Por lo que Lang le dijo, al parecer el señor Seng le había puesto trabajar en encargos de mayor categoría y ese era el motivo por el que ya no operaba con la banda. Eso hizo que Pravat ocupase el lugar de Lang como matón y recaudador predilecto del Jao Por.  

An Bao y Kim Xuan no tardan en al resto de la banda mientras Pravat se dirige a la barra y pide un Ron con Cola a Pam, la camarera y también sobrina del Jao Por.

—Mi tío quiere verte —le dice Pam con una sonrisa picarona mientras le devora con la mirada. No es un secreto que los dos han estado viéndose a escondidas del señor Seng—. Creo que tiene algo gordo para ti.

Pravat se bebe la copa de un trago y le hace un wai a Pam en señal de agradecimiento. Sube escaleras arriba y llama a la puerta del despacho. Espera a que el señor Seng le de paso y entonces entra, inclinando la cabeza en señal de respeto al Jao Por.

Justo al levantar la cabeza Pravat abre los párpados sorprendido. Frente al señor Seng hay un farang trajeado de edad avanzada cruzado de piernas en un holgado sillón. El muy cabrón está blanco como la nieve y no deja de mirarle con una sonrisa depredadora. Tras su escritorio, el señor Seng le devuelve la mirada inexpresivo y le hace señas para que aproxime a ellos.

—¿Así que este es tu nuevo perro? —Pregunta el farang—. No parece tan feroz como el último, mi buen Seng.

Pravat tensa la mandíbula y le dirige una mirada furibunda al anciano. ¿Mi buen Seng? ¿Cómo se atrevía el puto farang a incurrir en semejante descortesía?

—Te aseguro que el chico es duro, Gilles —responde el señor Seng, sereno.

—Ya lo veremos, Seng. Ya lo veremos.  

Pravat no lo sabe, pero así es cómo comienza la primera noche del resto de su vida.

Perro de los farang

Si existe el infierno, es seguro Devin Richmond Gilles ha salido de él. Pravat aún recuerda con escalofríos aquella noche cuando, en el despacho de su antiguo jefe, su vida cambió para siempre. La conversación que el farang mantuvo con el Jao Por fue una auténtica locura. Un desvarío salido de la mente febril de algún esquizofrénico. Porque fue entonces cuando conoció qué le había pasado a Lang y cuando comprendió que él no iba a conocer mejor suerte.

Seng, el líder todopoderoso de la mafia vietnamita. El hombre acabó con sus rivales políticos y que mantiene a raya tanto a los chicos de los Fontenont —la familia que controla el negocio en las calles del centro— como a los perros de Jimmy “Bones” —uno de los grandes de la droga en la ciudad—; Seng, el hombre al que temen y respetan y todos los putos amarillos de la ciudad, no es más una marioneta al servicio de Gilles. Una cortina de humo. Una farsa.

Le costó comprenderlo, pero ahora lo sabe bien. No somos nadie. Y siempre hay alguien más poderoso que tú.   

Resultó que el monstruo no era Seng, sino el farang que movía los hilos detrás de él. El Jao Por le había vendido al tal Gilles, quien esa noche acabó con la vida de Pravat extrayéndole hasta la última gota de su sangre. El viejo era lascivo y no dejó de aferrarle con una fuerza sobrehumana mientras Pravat se debatía fútilmente. Los detalles del escabroso incidente son confusos. Aún hoy a Pravat le cuesta recordar qué sucedió en aquel despacho cuando Seng les dejó solos a él y al farang.

Despertó la noche siguiente y Gilles le reveló la horrible, horrible verdad. Los humanos son ganado, marionetas que bailan al son de una raza malévola superior. Demonios que se alimentan de las miserias de las personas y de su sangre. Demonios que juegan con el sufrimiento y que todo lo controlan desde detrás de las cámaras. Demonios que reclutan nuevos demonios entre las capas más bajas de la sociedad para sus propios fines.

Ahora Pravat es un nuevo demonio. Una marioneta sin vida al servicio del señor Gilles, como antes lo estuvo Lang. ¿Qué ha sido de su amigo? ¿Qué será de su familia? Pravat no lo sabe, sólo conoce una máxima: obediencia a su nuevo Jao Por, el señor Gilles que todo lo sabe y todo lo controla. El señor Gilles, el demonio que sostiene su destino en la palma de su mano. El demonio al que si no obedece, acabará con la vida de Mai, de Pam y todas aquellas personas por las que alguna vez Pravat sintió afecto.    

Esa sería la historia. Pravat lleva apenas un par de meses convertido en vástago y trabajando para lo que sea que Gilles requiera. Seguramente sean trabajos de matón en la misma línea de los Seng, pero te dejo un poco de manga ancha para que decidas darle la dirección al sire que te parezca oportuna. Ahora te cuelgo por aquí más cosas sobre los recursos y los PNJ.  

Cuando me des el visto bueno, lo añado a la ficha. Trasfondos por aquí:

Trasfondos:

Refugio: un pequeño apartamento en el centro, en la calle Bourbon. Se lo ha puesto Gilles, donde llama cuando necista algo de él. Tiene opción de dirigirse también a la casa familiar, en Keen, cerca del aeropuerto. No obstante Pravat mantiene al mínimo los contactos con la familia.

Aliados: la banda de Seng, sus antiguos compañeros como An Bao y Kim Xuan.  

Contactos: mercado negro, drogas, etc… siempre vinculado a la mafia vietnamita.

Recursos: aún sigue trabajando para Seng, que le manda algún encargo ocasional por el que paga bien. 

Y PNJs, por si quieres echar manos de ellos:

Personajes

Devin Richmond Gilles — El sire

Un personaje muy turbio (no es casual que haya elegido a McKaine en la foto xD). Tiene influencias en los bajos fondos y seguramente también en la política local, de donde provienen gran parte de sus recursos. Mantiene a sus subalternos siempre con el mínimo indispensable de información y, después de perder a Lang (muerto… o no) en una operación contra alguno de sus rivales, ha creído oportuno unir a sus filas a un nuevo chiquillo. Manipulador, testarudo, un tanto paranoico y muy controlador, necesita tenerlo todo bien estudiado y planeado. Sólo él sabe cuáles son sus retorcidos propósitos. Posible afiliación al Invictus o los Cartianos, aunque salvo el círculo de la Bruja, cualquier Covenant le puede ir bien.

Su relación con Pravat es de vasallaje. Él manda y Pravat obedece, por su bien y el de sus conocidos.

Zaoh Seng — El Jao Por

Capo local de la mafia vietnamita. No hay nada que suceda entre las gentes humildes de las barriadas de Kenner sin que él se entere. Seguramente tenga sobornado a medio cuerpo de policía para que le dejen operar en paz. Es una rata astuta, despiadada y traicionera. Al fin y al cabo uno no llega a hacerse un nombre en los bajos fondos de nueva Orleans si no es un sádico desalmado.

Mai Vipavakit — Hermana Inocente

La hermana pequeña de Pravat, su ojito derecho y su punto débil. Tiene 16 años y está estudiando para sacarse el bachillerato mientras ayuda a su madre en una pequeña tienda de comestibles de Kenner.

Pam Cai — La sobrina del Jao Por

Rollete de Pravat. Llevaban poco tiempo antes del… incidente. Es una muchacha dura y con un fino sentido de la ironía. Al principio no se llevaban especialmente bien pero después de una noche de borrachera, resultó que tenían más en común de lo que pensaban. Se estuvieron viendo una temporada a espaldas de Seng. Pravat no ha vuelto a hablar con ella desde su conversión… y teme volver a encontrarla.

Li Vei —Madre Mártir

Madre de Pravat. Regenta un pequeño negocio junto a su hija. Desaprueba el modo de vida de Pravat y teme que algún día le acabe pasando factura, como le ocurrió a sus padres y a su marido. A pesar de ello, acepta el dinero que Pravat les facilita. No tiene otra opción.