Partida Rol por web

Es una suerte que no hayan escuchado el altercado con los lobos desde el interior del templo, algo por lo que estar agradecidos, al igual que porque todas las bestias habían sobrevivido. Tan solo esperaba que siguieran inconsciente el tiempo suficiente para liberarlas de las negativa influencia de la venida de Malafex a este planeta. Si es que ese era el origen de tofo mal, claro.

Ahora que puedo observar el exterior del templo me maravilla su solida presencia, pese a estar medio en ruinas, sintiéndome sobrecogida al pensar en la impresión que debía causar en sus días de gloria. Pero no hay tiempo para ello, los gritos de quien resulta ser un devaroniano colérico – Malefax sin duda alguna – nos indica que Romund debe seguir con vida y aún la necesita para encontrar lo que ansia ¿un holocrón?

-¿alguno sabe que es eso que Malefax busca? Ese Holocrón – mi curiosidad me puede mientras trato de hacer memoria

Quizá Tarast sabía de que se trataba pues había estado estudiando a los Jedis la mayor parte de su vida. Fue este mismo el primero en pronunciarse en la manera que deberíamos actuar. Dedique un poco más de tiempo estudiando los alrededores y sin duda tenía razón.

-Tarast tiene razón. El enemigo tiene ventaja táctica con la altura que le otorga su posición, además esta el guarda advozse que parece patrullar el perímetro – replico coincidiendo con el erudito Keldor, pertrechandome bien para estudiar el terreno sin ser vista por el guarda- podemos arriesgarnos a adentrarnos y buscar la manera de alcanzar el lugar donde se encuentra Romund o - señalo el exterior donde yacen las bestias inconscientes con un gesto de cabeza – buscar una ruta alternativa que nos lleve al interior del templo, había dos escalinatas ambos lados del templo. Mientras Malefax necesite a Romund, ella estará a salvo pero no podemos demorarnos mucho más, yo voto por explorar otra entrada y asaltarlos por sorpresa.

Kaveri apretó los dientes de rabia al ver a Hethan, prisionera y en dudoso estado. Se apretó contra una de las columnas y escuchó a sus amigos.

—Ni idea de lo que es ese «holokrón», pero ese tipo horrible parece creer que Hethan sí debería saberlo. No recuerdo que me contara nunca nada de eso…

Rebuscó en su memoria, pero tenía que admitir que, cuando Hethan se ponía seria en sus divagaciones o investigaciones, Kaveri a menudo pensaba en las musarañas y buscaba la manera de divertirse.

«Cabecita hueca», se lamentó, para en seguida buscar opciones de acceso.

—Como decís, sería bueno buscar una alternativa para acercarnos. Si ese centinela nos ve podría ponerse nervioso y meterle un tiro a Hethan —se estremeció— y si disparo desde aquí…¡buffff, podría fallar y entonces estaríamos bien hechos mierda!

Le encantaba esa expresión. Se la había escuchado a un guapo contrabandista con el que, tiempo atrás, casi se había enzarzado en una cantina.

—No sé, quizá diría de intentarlo por el lateral de la izquierda. La derecha parece en peor estado, medio derruida —señalo las rocas caídas—. Tenemos prisa, ¡intentémoslo por esa entrada de la izquierda! ¡Quizá nos lleve allá arriba sin ser vistos!

Lo más lógico parece dar un pequeño rodeo intentando evitar el ataque directo. Dao os lo hace saber.

- Solo tenemos que evitar al mercenario que patrulla, Malefax debe estar demasiado ocupado buscando ese "holo cron" y el otro mercenario está vigilando a Hethan - comenta.

Detrás de vosotros, forzándoos a salir de la entrada del templo, aparece el espíritu de la fuerza. Se toma unos instantes para daros algunas indicaciones sobre como está estructurado el templo y que hay en el interior, lo cual os da una mejor visión de como podéis moveros por el. Parece haber acabado de hablar cuando parece que toma aire para continuar.

- Un holocrón es un almacén de conocimiento de la Fuerza, creado por un Jedi. Soy El Guardián de mi holocrón y es mi responsabilidad mantener el conocimiento que contiene de los que no son dignos. Malefax no es digno, por eso lo he ocultado de el. Podéis probar que sois dignos, en cuyo caso os lo mostraré. Pero antes deberéis purgar el lado oscuro de mi templo - concluye desapareciendo.

Las palabras de El Guardián solo te han valido para confirmar lo que ya recordabas de alguna conversación con Romund. Tu conocimiento sobre esos artefactos no era tan extensa, pero sabías que se trataba de cierto almacén de conocimiento, lo que supusieras sobre el resto ya es cosa tuya.

Cuando Tarast estaba a punto de explicarle lo que era un holocrón a sus compañeros el sabio guardián apareció para ofrecerles la información que necesitaban- El holocrón de este templo debe esconder valiosos secretos que deberíamos estudiar sin duda- dijo con emoción ante la posibilidad de tomar la prueba .

Despues con una vista mas clara ya del templo  vio el camino a seguir bastante claro- De todos modos antes de nada debemos asegurar el lugar, vamos no tenemos tiempo que perder avancemos

Las palabras del guardián no alivian la tensión que siento, tan solo afianzan las preocupaciones en mi mente, al menos con su guía podemos actuar en consecuencia.

-definitivamente no podemos permitir que ese compendio de sabiduría caiga en manos de Malefax – en eso coincidía con Tarast y el guardián, quien fuera digno o quien no sería un asunto al que enfrentaría llegado el momento.

En el momento que el Keldor tomo la iniciativa no dude en seguirlo, un enfrentamiento directo seguía sin darnos ventaja sobre Malefax pero si diéramos con el holocrón quizá nos proporcionara algo.

Pon se preguntó si él sería digno para poder ver el contenido del Holocron. Tal vez no era un Jedi puro, le gustaban bastantes las peleas, pero siempre intentaba mantenerse dentro de sus aprendizajes y seguirlos lo más fielmente posible. Tal vez sí que era lo suficientemente digno.

- Debemos organizarnos - dijo a sus compañeros - Y atacar antes que puedan reaccionar. Ahora están distraídos, con la guardia bajada, pendientes de encontrar el Holocron. Les superamos en número. Yo propongo hacer dos grupos, uno formado por dos de nosotros para ir a liberar a Romund y los otros tres se encargan de Malefax y los otros dos. ¿Qué os parece?

—Yo quiero liberar a Romund. Además, no gano nada acercándome a esos tipos. 

Señaló significativamente el rifle, que portaba a la espalda. Tampoco quería confesar que le tenía miedo a Malefax, apenas verle le había causado una honda impresión.

¿Miedo? ¿Una aventurera como ella, que jamás lo había tenido (no demasiado)? Pero es que el llamado Malefax, si es que era ese, le parecía tan malvado...

—¡Venga, adelante entonces!

Aprovecháis por las cámaras exteriores por las que el advozse acaba de pasar y alcanzáis, de esta manera, una de las entradas del salón de la asamblea, en la parte superior.

Romund y su mercenario guardián todavía están muy lejos y podéis oír los gritos de Malefax mientras entra y sale de los archivos y que ahora os queda oculto tras las paredes.

Es el momento de decidir que hacer, y enfrentaros a vuestro destino, el primer ataque alertará a los tres enemigos presentes, Malefax y sus dos mercenarios, y el advozse que patrullaba las cámaras exteriores no debe tardar mucho en aparece al otro lado del salón de la asamblea, con lo que tenéis que pensar rápido.

Estaba equivocada al pensar que el resto de compañeros apoyarían las sabías palabras de Tarast en evitar un enfrentamiento directo. Mientras el Keldor, y yo misma, parecíamos dispuestos a tomar un camino alternativo que nos llevara a tener una ventaja sobre el enemigo y quizá, con algo de ayuda de la fuerza, encontrar el holocrón antes que cayera en manos de Malefax, el resto prefirió tomar una ruta más directa a través del templo, cruzando las cámaras exteriores evitando al guarda advozse.

En silencio resignado seguí su ejemplo con el mismo sigilo que habían mostrado todos, incluido Tarast y cuando quise darme cuenta nos encontramos ante el dilema de atacar o no, pero sin duda no sería yo quien tomara esa decisión. Por lo que agudice mis sentidos y decidí cuidar la retaguardia del grupo en caso que el mercenario que hacía la ronda nos sorprendiera por la espalda.

Tarast iba en cabeza con cautela y sigilo pero el momento de actuar acababa de llegar, tenian que salva a Romund como fuera, fallarle no era una opción costase lo que costase.
Parándose un momento para respirar hondo, miro a sus compañeros y en voz baja les comunicó su decisión.

Me lanzare delante hacia Romund e intentare neutralizar al guardián antes de que me rodeen, Kaveri si deseas cuento contigo para cubrirme desde lejos pero hace falta que alguien me ayude a sacar Romund de allí sin daños, mientras  los entretengo para que podáis salir de aquí y también deberíamos de preocuparnos del guardia advose de la entrada que nos aparecerá por detrás cortándonos la retirada ¿cómo lo veis quien se apunta a acompañarme a cruzar espadas con ese maldito Malefax?- dijo sabiendo que lo que les proponía podía costarle la vida a los que se quedaran atrás, dado que sabía que aquel adorador del lado oscuro podía ser un peligroso enemigo más allá de sus conocimientos y habilidades

Pon agarró su sable láser, aunque sin encenderlo todavía para no alertar al grupo enemigo. Estaba dispuesto a entrar en acción de una vez.

- Me apunto, Tarast. Vamos a darle una buena lección a Malefax.

Kaveri miró a Tarast casi con cara de asustada. 

—¿De verdad pensáis enfrentaros a ese loco? ¿No podríamos rescatar a Romund y salir por patas, amigos?

A pesar de sus palabras, aprestó el rifle y se preparó para disparar.

—Da igual, hagáis lo que hagáis estaré preparada. Si quieres, puedo tratar de impactar en el centinela justo un poco antes de que llegues. Solo mantente fuera de mi ángulo de tiro.

Dao se mantiene en silencio mientras hacéis vuestros planes y se arma con el rifle que había obtenido de la pelea contra los cazadores del Valle.

Al otro lado de la sala de la asamblea podéis ver como el segundo mercenario aparece para completar su vuelta de ronda. Todavía nadie se ha percatado de vuestra presencia.

Pon a la de tres , nos  lanzarnos sobre el guardia de Romund lo reducimos antes de que Malefax se dé cuenta después soltamos a Romund y nos encaramos a él, desde esta distancia creo que es posible si nos echamos una buena carrera- Tarast lo tenía claro ir directos a por Romund y acabar con Malefax de una vez- debemos tanto salvar a Romund como cumplir la promesa que le hicimos al espíritu aparte el conocimiento que aquí se esconde no debe caer en malas manos o podría traer consecuencias nefastas que nos perseguirán haya donde vayamos .

-Bien...Tarast y Pon irán el guardia de Rosmund – apoyé resignada para aferrar con fuerza la empuñadura de mi arma en tensión – Kaveri puede cubriros desde aquí y disparar a Malefax os interrumpe, mientras Dao y yo cubriremos la retaguardia haciéndonos cargo del otro advose despejando el camino – sentencie con determinación

Debía hacerme a la idea, íbamos a entrar en combate así que mejor dar lo mejor de mí y no pensar tanto las cosas, quizá así les serviría de algo a mis compañeros y a Rosmund.

-Dao ¿estas conmigo? - busque la mirada del joven zabrak para confirmar que me seguiría al combate con el centinela que no tardaría en aparecer

Dao asiente a Sarenda aceptando la estrategia.

- No tenemos muchas más opciones, si queremos salvar a Romund- dice -. Cubriré tu aproximación con mi arma, Malefax no tardará en unirse a la pelea. Vamos.

El zabrak está listo para avanzar cuando el resto lo hagáis.

Tras trazar el plan con sus compañeros Tarast  se preparo para el asalto, tras un asentimiento con la cabeza como un ultimo saludo en vistas a un posible combate del que no sabia si saldria, tenso todo su cuerpo y con gran esfuerzo se lanzo a la carrera, tenia que ser rapido todo lo rapido que podia llegar a ser y mas para caer sobre el advozse sin darle tiempo a reaccionar y asi lo hizo, forzo sus piernas al maximo y con un salto cayo sobre su enemigo  sable en mano.