Partida Rol por web

Debido al certero golpe de Sarenda, el advozse que acaba de llegar a la altura de sus compañeros cae al suelo fuera de combate.

Viendo que solo quedaba el tipo que estaba al otro lado del puente, decidí adelantarme para tenerlo mas a tiro. con mi punteria jamas llegaria al otro lado del puente desde mi posición, asi que avancé y me cubrí. 

Pon recibió el disparo, por suerte su protección le ayudó a mitigar el daño sufrido. Afortunadamente sus compañeros son buenos guerreros y van acabando uno tras otros con los adversarios. Al final solo queda uno, por lo que arremete contra él, sable en mano.

Arrinconado tras una de las columnas, el último de los mercenarios cae bajo el ataque del nautolano.

Cruzáis el puente tras acabar con los advozse, camináis un rato hasta encontrar un cruce, el camino sigue adelante en dirección a lo que parece un poblado.

El camino que forma el cruce y que os dirige a la izquierda, no a mucha distancia, se convierte en unas empinadas escaleras talladas en la montaña, si miráis a la parte superior de estas, a lo lejos, podéis ver el templo que domina el valle.

Tenéis dos opciones, visitar el pueblo o dirigios al Templo para enfrentaros a Malefax.

Se sentía ligeramente avergonzada por haber empezado la pelea de manera tan desastrosa, pero se le pasó pronto. La encrucijada le hizo fruncir el ceño, se adelantó y miró a los demás.

—¿Pueblo o Templo? No veo que ventaja podremos sacar de visitar esa aldeucha, en estos parajes todos parecen enemigos.

Sacó los binoculares y buscó una zona algo elevada, quería echar un vistazo a cada uno de los caminos antes de adentrarse.

No perdamos la esperanza de encontrar aliados en el pueblo, o algún tipo de información sobre el templo que nos pueda ser útil, bajar y echar un vistazo nos podría aportar grandes beneficios- dijo Tarast que sentía curiosidad sobre el pueblo y lo que podia esconder, aparte no lo tranquilizaba dejar a las espaldas aquel lugar sin saber si una amenaza podría salir de ese lugar y cortarles el único camino de retirada desde el templo

El guerrero asintió con la cabeza ante la opción presentada por Tarast.

- Opino lo mismo. Si bien ya me lanzaría directamente al Templo, creo que es sensato visitar la aldea, igual obtenemos información sobre el Templo que nos puede ir bien, como si está vigilado, accesos, con que fuerza cuentan... toda información es útil, creo yo.

El zabrak se pronuncia entonces, como el resto.

- Pero Kaveri tiene razón, parece que todo el valle está lleno de hostilidad - comenta.

El advozse caía a mis pies, mis ojos se centraron por un largo tiempo en su cuerpo inerte sin llegar a creer lo que acababa de hacer. La acción que había tomado me estaba provocando sensaciones difíciles de analizar bajo el estruendo palpitar de mi corazón, sabía que había arrebatado una vida, del mismo modo que comprendía que si no hubiera tomado yo la del advozse habría sido la mía propia o la de alguno de mis compañeros la que se habría perdido. No pude pensar mucho más en ello, mis compañeros avanzaron al otro lado del puente y me vi “arrastrada” por su estela para no perderlos en aquel lugar.

Encrucijada. ¿Buscar un enfrentamiento directo con Malefax o investigar el poblado? ¿Escoger el poblado significaba huir? ¿Abandonar a Romund? No estaba segura. Las palabras de kaveri eran acertadas, una sombra tenebrosa parecía tener bajo su influencia a toda criatura del lugar, si así era también con las gentes del poblado estaría en un problema. A fin de cuentas de algún sitio tendrían que haber salido los advozse y los otros cazadores que nos habían atacado. Por otra parte, había algo en mi interior que me decía que enfrentar al enemigo de frente sin conocer algo más el terreno solo nos llevaría a la derrota y perdida de la persona que podía ayudarme a encontrar mi camino.

-me encuentro dividida – no tenía porque ocultarlo, así que aun reflexionando decidí compartir, no sin ciertas reservas, mis pensamientos – Kaveri tiene razón, podemos encontrar hostilidad en el poblado, también podría estar deshabitado o podríamos encontrar ayuda…si ellos conocen el terreno podrían mostrarnos alguna otra manera de entrar en el templo, una que Malefax desconozca y pudiera darnos ventaja frente a su poder – trague con algo de dificultad dando un par de pasos para observa mejor el poblado desde nuestra posición – sugeriría aproximarnos con precaución al poblado, si detectamos hostilidad nos volvemos y encaramos el ascenso al templo – nuestro tiempo era finito y dudar solo acercaría a Romund a un final incierto del que todos nos sentíamos responsables

Parece que el término medio que propone Sarenda es la mejor opción, en eso estáis todos de acuerdo, así que os aproximáis al poblado con precaución, ocultándoos tanto como podéis entre arbustos y árboles que hay aquí y allá.

Cuando os habéis acercado a una distancia prudencial del poblado, dentro de este podéis ver algunos de los habitantes. Todos vestidos con las mismas ropas que los cazadores que os atacaron nada más llegar al valle, y con armas idénticas a las que usaban estos, no os queda la menor duda que deben estar listos para recibir a cualquiera. Todos ellos miran con cara de enfado a su alrededor, en dirección al camino que os ha traído hasta ahí.

...sus mentes están nubladas por el lado oscuro...

Recordáis las palabras del Guardián justo antes de que el grupo anterior de cazadores os asaltase. Quizá sea el indicador de que os atacarán tal cual lleguéis para intentar obtener cualquier información de utilidad, aunque si no lo probáis nunca lo sabréis con certeza.

- Sigo sin fiarme - dice el zabrak moviendo la cabeza de lado a lado a forma de negación -. Deberíamos volver directamente al templo, se nos echará el poblado entero encima y no podremos rescatar a Romund.

Tarast observo el poblado más de cerca, la visión de los aldeanos armados con sus rostros ennegrecidos  por algún tipo de sentimiento negativo le hizo evaluar de nuevo la situación - Tienes razón me he equivocado en mis pensamientos, son muchos y no cabe duda que están preparados para recibir a quien haga falta hostilmente, si el pueblo no estuviera tan custodiado seria  otro cantar pero así quizás debamos retomar el camino al templo, y enfrentar a Malefax-el ansia por conocer más sobre aquella cultura, descubrir cómo se habían relacionado con los jedi y que conocimientos podrían ofrecer sobre ello lo habían descentrado, Ahora esperaba que aquel desvió no les causara  consecuencias negativas en su misión principal.

-temo que tengáis razón – lamente mi decisión, una aproximación inesperada parecía algo mejor que ir de frente al enemigo pero estaba claro que nos encontrábamos rodeados de estos – esta claro que para liberar a estas gentes de la influencia negativa que rodea al valle es rescatar a Romund y neutralizar a su captor

- Realmente esto me da mala espina - dijo Pon - Aunque no me importaría enfrentarme a ellos, nos superan en número y casi diría que nos están esperando. Tal vez sea más prudente alejarnos de aquí e ir directamente al Templo.

Convencidos de que los habitantes del Valle no cambiarán su forma de comportarse con vosotros hasta que no acabéis con Malefax y liberéis a Romund, y al Valle de su influencia, no conseguiréis la paz del lugar, volvéis atrás sobre vuestros pasos, hasta el cruce y tomáis el camino que sube hacia el templo.

El templo parece mucho más grande a medida que os acercáis. Sus arcos y pilares de piedra están cubiertos de nieve, pero la amplia plaza de piedra antes de la entrada está despejada e iluminada por los rayos del sol. A la luz del sol, podéis ver un pequeño grupo de cuatro depredadores nativos, grandes mamíferos con garras y colmillos bastante pronunciados. Veis como uno de ellos se agita en su sueño empujando a un segundo, este despierta y alcanzáis a oír gruñidos, veis la saliva saltar y como este salta sobre el primero, todavía dormido. Los rugidos, los crujidos de huesos y la posterior sangre derramada sobre el lugar donde dormía el primero os indican que, de los cuatro depredadores, ahora solo son tres.

Está claro que estos animales están cegados por el Lado Oscuro de la Fuerza, sobrepasarlos será vuestro siguiente reto. Todavía estáis muy lejos de ellos, sólo el rifle de Kaveri lograría llegar tan lejos.

Al ver a las criaturas, Kaveri se agachó instintivamente. 

—¡Ufffff, feos y peligrosos! También parecen cegados por la rabia, quizá podríamos lograr que se matasen entre ellos...¿Se os ocurre cómo? Yo no tengo habilidades de ese tipo, pero también se les podría lanzar algo (sin que sepan que somos nosotros), para que se cabreen y hagan lo que acaba de hacer esa bestia. Pero habría que acercarse en sigilo, y no se que sentidos aguzados tendrán esos bichos.

Acto seguido toquetea con cariño el rifle y sonríe tímidamente a sus camaradas. El fallo al iniciar la anterior pelea está fresco en su mente, esta vez no quiere actuar sin algún tipo de «consenso».

—También podría intentar arreglar las cosas desde lejos. Están a tiro, creo que podría darles y cargarme a alguno antes de que se nos echen encima.

Parece que el lado oscuro de la fuerza se opone a que sigamos nuestro camino tranquilamente sea cual sea- dice Tarast con resignación al ver la nueva dificultad que se le presenta-esas hermosas bestias están totalmente desprovistas de razón, quizas intentar pasar desapercibido si tienen sentidos muy agudizados sea una tarea complicada.-argumenta  mientras sigue observando para despues ofrecer su opinión final, con el dolor de tener que  quitar la vida de unos animales que no saben lo que hacen- No veo como podemos hacer para salvarles la vida y evitar el conflicto asi que deberíamos intentar abatirlas desde lejos quizas evitemos llegar al cuerpo a cuerpo.