Partida Rol por web

Ahora, sí justo ahora, todos recuerdan  una y otra vez  algunos episodios de su existencia.

La vida en oportunidades es tan cruel  que crea  recuerdos. 

Buenos o malos siempre vienen a nosotros,

Cómo astilla que se clava dentro,

Son voces del pasado,

Imagenes que nos amarran a sentimientos,

El pasado nos ata, y a veces nos vincula,

y en oportunidades: nos condena.

Las imágenes se repiten en tu mente, una y otra vez. No puedes hacer que recordar aquello. Recordar  un momento perfecto, un  instante sagrado.

A veces recordar tu familia es doloroso, pero esos recuerdos eran ahora como brumas, pero ahora tu familia no tenía nada que ver, en realidad no directamente.

Recuerdas, bueno, cuando tu sire entro por la puerta caminando con una sonrisa misteriosa y te dijo con esa voz melodiosa. Rebeca,  quiero que la conozcas, esta chica tiene potencial.... vamos.

Te levantaste curiosa pensando cómo sería la nueva chiquilla de tu sire, ¿sería verdad ese potencial?

Es ahí cuando caminas por el pasillo y vez una mujer de unos 21 años, bonita  delgada, pero con la mirada perdida. La comprendes. La primera noche después del abrazo es difícil de aceptar.

Rebeca ella es Amy,  se puede decir que son una especie de hermanas.

Ella te da la mano tímida y te dice. Mucho gusto. Y en ese momento muestra esa hermosa sonrisa.

La niña no era fea, sólo estaba asustada.

Es un honor conocerte, Olimpia habló muy bien de ti. Dices de manera simpática. No te preocupes, estamos para apoyarnos,  yo te ayudare en lo que pueda.  Sonríes de manera simple mientras internamente la evaluabas.

 Pasaron los meses y Amy, tu tímida hermana, se fue sintiendo más cómoda con su condición. Era una chica inteligente, pero tenía algo que la hacía muy diferente a ti.

Era realmente "dulce y amable" con todos.

Estabas segura que la mayoría de los varones de la capilla querían acostarse con ella. Parecías no entender que debía darse su lugar. No podía regalarle sonrisas a todos, no podía ser un cordero entre lobos.

Pero ella era así. 

Olimpia había notado también este aspecto, y en parte por ese motivo la mortificaba, a  tal punto de que a veces la encontrabas llorando en una esquina del laboratorio, por las reprimendas de tu sire.

Tal vez por ese aspecto la acogiste y te hiciste muy amiga de ella. Te recordaba a una prima tuya que era igual de dulce.

Sin embargo tu prima quien era ahora un recuerdo de tu pasado, no se parecia nada a tí. Aún vive está casada, gorda y con 4 hijos. Mientras tu progresaste y no te quedaste en el estilo de vida que te querían imponer en casa.

Amy por lo menos era un poco más inteligente que tu prima, pero era una mujer debil. Poco a poco, tu y ella hablaban más, salían a comprar zapatos (la obsesión de toda mujer en Norteamérica) y  de vez en cuando se quedaban por horas hablando.

No puedes evitar  aceptarlo, la quieres cómo  a una hermana menor.

Lastima que recordar todo eso duela.

 Trabajo, trabajo y trabajo. Amabas tu trabajo, era algo tan placentero para ti que podías pasar horas contando el dinero. Pensando cómo ganar más, y ser más rico e importante.

Pero había algo que  amabas mucho más que tu trabajo: tu hijo.

Oh el pequeño Lance. Sólo pensar en él te produce una  sonrisa. Tu hijo es tan parecido a ti, es tan... tuyo. A pesar de los planes que el niño representaba para tu sire, el primogénito de la ciudad, él era tuyo, solo tuyo. Ni la madre lo comprendía tan bien.

Ahora recuerdas como ibas a visitarlo. Te levantabas temprano y cruzabas a pie la propiedad caminando por unos 10 minutos, hasta encontraste con la casa que habías mandado a construir para tu esposa, y para tu hijo... tu vida.

¡PAPI!.  Recuerdas como te abrazo fuertemente, y pudiste sentir su olor. Ese olor, que tanto añoras. Olía  a esa colonia de marca y dulces.

¿Papá vas a quedarte a cenar?, ¿podemos jugar  con el nintendo cube después de que hayamos terminado?

Claro que si hijo, hoy es nuestra noche ¿recuerdas?.

Sólo el podia hacerte sonreir así, ni siquiera Cristine a quien hace mucho tiempo le perdiste el deseo. Sólo tenía 9 años.

Cuando celebran el día de tu abrazo, también celebras la noche en que lo engendraste.

Recuerdas esos momentos en que te dolía el corazón y no sabías qué más decirle.

¿ Papá porque no vienes a visitarnos con más frecuencia? me haces Falta.

Lance sabes que trabajo para que él día de mañana sea todo un hombre de bien.  Bueno había que aceptarlo, no eras bueno con las palabras, y eso qué s no sonaba tan creible. Pero ¿qué más podias hacer?

Ojala hubieras podido hacer más.

 Noches de entrenamiento, querías que esa niña fuera la mejor, qué lograra lo que tu no pudiste. Tus padres te entrenaron toda la vida para nada. Ella era cómo el simbolo tuyo ... debía triunfar.

Le exigías mucho, y mientras entrenaban no podías dejar de mirar a Alan.

Tu novio y sire la estaña mirando de nuevo con lujuria.  Sí no fuera por ese maldito vinculo que los une, posiblemente ya  hubieras terminado  con él.

Recuerdas cómo sus ojos miraban a la niña sin que esta se diera cuenta.

 Recuerda que te paraste con rabia y le tocaste violentamente el hombro. Miras a  Catherine cómo si se te hubiera perdido otra igual.

!Deja tus celos mujer! Alan quien es un hombre muy atractivo te repende.

Tu lo amas, pero en oportunidades no sabes si ese amor es por el vinculo de sangre o por otra cosa.

En realidad no te gusta que mire a la niña, no por celos, sino que quieres proteger a la muchacha. No quieres qué le haga el daño, que él te hizo a tí. Aprecias a la joven, sientes que es como la hija que nunca pudiste tener.

Entrenadora, ¿ya puedo irme para la casa?

Si, ahora que lo recuerdas la muchacha tenia potencial, y te duele haberla perdido... bueno, los perdiste a ambos en una sola noche.

Recuerdos... Recuerdos.

La soledad es algo amargo, es algo que llevas en el alma de manera tan castrante. Casi recuerdas cómo la conociste hace solo dos meses. Bajaste a las alcantarillas para hablar con aquellos de tu clan, y la encontraste en el salón de los horrores con la mirada perdida, en realidad hace poco la habían abrazado y tu sabías que era eso, ya se nota algo de gangrena en su rostro.

Te acercaste y te sentaste cerca. La observaste por dos horas desde que estabas ahí, algo de ella te atraía. En un momento tomaste valor y te presentaste.

Mucho gusto... soy Leila. Dijo la mujer nosferatu. Vistes muy bien para vivir aquí abajo.

En realidad no vivo acá. Sonríes.  Tengo un refugio fuera.

Qué afortunado, yo “antes”  vivía con unos tíos, ahora no sé que hacer.

Si, recuerdas la confusión en su rostro.

Y luego pasaron dos meses, y de repente ella se había convertido en alguien especial. Muy especial. Las mujeres con las cuales trataste tener sexo en el pasado, y que por desgracia mataste, no te producían tanto como esa mujer.

Si, ella era fea, su rostro cada vez era mas parecido al resto del clan, pero, aun asi era toda una dama.

Aun recuerdas ese primer beso. No estaba planeado. Estaban hablando de los problemas que tenia con su sire, cuando de repente ambos labios (o lo que quedara de ellos) se unieron. Tomaste su mano y en un momento te emocionaste tanto que una lagrima de sangre camino por tu mejilla. Nunca pensaste que fueras capaz de amar de nuevo.

Y sí, te enamoraste como un quinceañero, y ella parecía corresponderte.

Qué lástima que cuando por fin encuentras algo que te conforta... pasa esto.

Ha pasado la vida.  Recuerdas estos 10 años  especialmente. Tus primeros años en el clan. Tus primeros momentos como todo un guerrero, aprendiste mucho, pero así mismo confirmaste que Houston no es un lugar fácil.

Por lo menos tienes algo propio, y ahora no debes pensar tanto en como hacer que te paguen, eres tu propio jefe.

Y bueno, estos 10 años has vivido dentro de tu familia, el grupo de brujahs mas próximo y has visto sin envejecer como Billy ha crecido, bueno, ya no es un niño, tiene 22 años,  !ya hasta tiene un bigote!.

Bueno, recuerdas el crecimiento del muchacho, casi como si fuera tu hijo, y en cierta medida lo era simbólicamente. Compartías ese rol con tu sire, sin embargo tú eras  así como un hermano mayor.

Billy era un buen chico, pero te preocupaba.