Partida Rol por web

El Sikorski CH-53 Super Stallion hace honor a su nombre (1): un coloso aéreo de más de dieciséis toneladas capaz de cargar con casi catorce, una fortaleza voladora más que capacitada para transportar al equipo y el HUMVEE (2) blindado y armado que descansa en la bodega.

Tanto equipamiento casi parece excesivo para la humildad de Dryfield, un conjunto de casuchas descoloridas por el sol de Mojave apenas digno de llamarse "pueblo" situado a lo largo de una interminable carretera interestatal. Sin embargo, conforme Kowalski aproxima el enorme aparato empiezan a verse señales de que aquí ha pasado algo realmente malo: decenas de cadáveres tirados entre los apretujados edificios, secándose bajo el sol abrasador. Hacia el norte hay una torre con un depósito de agua sobre el que hay tendido un cadáver sin cabeza que sostiene una escopeta en las manos, ya esqueléticas.

Los únicos sitios seguros para aterrizar a la vista son el aparcamiento junto a un bar/discoteca llamado "Saloon G&R" y el tramo de asfalto junto a la gasolinera...

Después de dar un par de saltitos de emoción al ver mis juguetes, me voy a mi querida cabina y compruebo que todo está en orden antes de despegar. El vuelo es tranquilo e incluso me animo a canturrear algo mientras tanto, aunque me contengo por no hacer el cafre con todos los de dentro. He dicho que no lo voy a romper y no voy a hacerlo... O no me dejarán coger más esta monada. Conforme nos acercamos, veo cómo está el panorama y me olvido de intentar contactar con alguna base cercana. 

- ¡PING PONG PANG PONG! - enciendo la radio e imito el sonido ese de los vuelos comerciales... ¿O era de los colegios? En cualquier caso, pongo una voz seria pero con retintín, la típica que ponen los pilotos para caer bien - Damas y caballeros, esperamos que estén teniendo un vuelo agradable. Ahora mismo estamos sobrevolando el acogedor pueblito de Dryfield. Si miran a su derecha, podrán ver un montón de cadáveres tirados por las calles. A su izquierda, otro montón de cadáveres y quizá, si se fijan bien, puedan encontrar la cabeza del desgraciado del depósito de agua que la ha perdido. En estos momentos estamos buscando dónde aterrizar de forma segura, pero todos los sitios me parecen una mierrr... - carraspeo, volviendo a mi voz normal - Señorita González, usted manda. ¿En el aparcamiento de la discoteca o al lado de la gasolinera? Ambos son sitios válidos para aterrizar o para echar un polvo después de una borrachera...

Durante el viaje, la sargento fue pidiendo nombre y rango de cada uno de los integrantes del equipo, y que resumieran en pocas palabras sus habilidades. Hizo lo mismo al respecto. -Soy la Sargento Riahnna González, y me especializo en armamento pesado. Espero sinceramente que no haga falta tener que utilizarlo.- Dijo, sabiendo que a pesar de tratarse de un trabajo de reconocimiento, pocas veces las cosas salían como se esperaba.

Cuando sobrevolaban el espacio aéreo de Dryfield, hizo una mueca de disgusto ante la imagen que se presentaba bajo ellos. Puso los ojos en blanco ante el tono jocoso de Kowalski. -Es Sargento González.- Repitió al piloto, evaluando ambos puntos. -Bajaremos en el aparcamiento. Tankian, la quiero atenta a la entrada del bar o a cualquier punto del edificio donde pueda detectar movimiento, vivo o muerto. El resto, atentos a los cadáveres más cercanos. Bájanos, Kowalski.- Terminó su pequeña instrucción, intentando absorber todo el panorama para el momento que les tocara pisar tierra.

El vuelo fue bastante tranquilo a pesar del ruido del rotor, una se acostumbraba a ello después de unas cuantas misiones y aún más cuando sabías que solía ser la calma de la tempestad o el sonido que anunciaba que hoy salías viva del infierno de turno.

- Especialista Tankian*, experta en reconocimiento y tiradora de élite.- contesto a la petición de la sargento de manera parca y concisa. Sinceramente no creía que hiciera falta aclarar nada más.

Sin embargo lo que no me esperaba para nada era la presentación del piloto, mi estupor debe ser claro mientras miro al resto de mis compañeros mientras mis labios forman la frase que no pronuncio: "¿Va en serio?". Intentando pasar ese momento estúpido lo más rápido posible me centro en comprobar mi equipo a la espera de la decisión del mando.

- Entendido, Sargento.- confirmo la orden mientras me preparo para cumplirla completamente atenta a los alrededores pero en especial los puntos indicados por Sgto. González.

Akira apuraba un cigarrillo a varios metros del helicóptero. Pensaba en los detalles de la reunión que habían tenido con anterioridad. No estaba preocupado, pues sabía que el equipo estaba totalmente cualificado para llevar a cabo la operación, pero le intrigaba cómo podían encontrarse aquel lugar. Tras ver como los demás se acercaban hacia el helicóptero, tiró la colilla y se echó al hombro el macuto donde guardaba parte de su equipo.

El piloto, Kyle, llegó con cierto entusiasmo al vehículo y los demás fueron subiendo a uno a uno. El motor rugía sutilmente para ser una máquina tan pesada, se notaba que su manufactura era de una gran categoría. A los pocos minutos, el helicóptero emprendía su camino hacia Dryfield.

La Sargento González tomó la palabra. Tras analizar algunos puntos y dar unas pequeñas instrucciones, se presentó: todavía no habíamos tenido la oportunidad aunque hubiéramos compartido la charla de la tarde.

- Sargento.- dijo Akira cuando se refirió a él -. Soldado Kurosawa. Pero si usted lo prefiere, puede llamarme Akira.- tuvo que alzar un poco la voz por encima del sonido de las hélices -. Fui entrenando en el combate militar, por lo que las armas a corta y mediana distancia son mi especialidad junto a las artes marciales. - y asintió, mirando a sus compañeros para hacerles también partícipes de su presentación.

En ese momento, el piloto avisó que la zona de aterrizaje estaba próxima de una manera un poco infantil. Inadecuado por la gravedad del estado del lugar, repleto de cadáveres: esas personas vivían sus vidas como cualquiera hasta que la catástrofe llegó, eran totalmente inocentes.

Con poco tiempo de maniobra, la Sargento González ordenó el lugar de aterrizaje y Akira abrió el macuto para coger todo el equipo necesario.

Dryfield... en medio del desierto del Mojave. No era un lugar ideal para unas vacaciones, ni tampoco un lugar común para pasar la noche, a no ser que llevases horas y horas conduciendo y el final del día se hallara acuciante sobre tu cabeza. 

La víctima mutada venía de allí, o al menos había pasado por allí. Y ese pueblecito estaba lo suficientemente lejos como para descartar que la infección se hubiese producido en el anterior a Dryfield. Allí había pasado algo. Y esperaba que ese algo no se diera la vuelta y nos diera un bocado en el culo en el momento menos oportuno.

¿Y cuándo has tenido tú esa suerte, Even?

Suspiro mientras camino en la retaguardia, alcanzando el helicóptero el último. Trago saliva al comprobar que aquella misión sería una en solitario con los agentes de la sala táctica. Fráncamente, esperar algo distinto había sido bastante ingenuo por mi parte.

Es sólo reconocimiento... No debería ser complicado...

Subo al helicóptero, con ayuda de la mano de uno de mis compañeros y los escruto a todos con la mirada. La camaradería de la BSAA era famosa por ser de las mejores conocidas en una agrupación militar tan extendida. 

Militar... ¿Quién te lo iba a decir a ti...?

Espantando imágenes del pasado como si fuesen moscas sobre mi cabeza. Me agarro las protecciones de vuelo y permanezco sentado, mirando a todos los que formaban parte de la misión. Sabía sus nombres, y nos habíamos cruzado por los pasillos, pero poco más. Durante esta misión sería que nos volveríamos hermanos...

O eso decían durante la instrucción, claro. Quizás era una forma de llamar la atención de los jóvenes entusiastas. La verdad era que a la BSAA no se venía a hacer amigos... la mayoría de sus miembros tenía una fecha de caducidad demasiado corta.

A mitad del viaje, nuestra sargento nos pide algo de información. No era muy irregular en la BSAA que se emparejaran grupos de actuación sin tener demasiada información de sus integrantes. Aquellas comisiones de emergencia solían tener un tiempo de vida corto. Una o dos misiones. Tras ello, era raro que los integrantes volviesen a coincidir, excepto en eventos de gran escala... y quizás fuese mejor así.

-Tailor.-Digo cuando me llega el turno-Even, Tailor. Médico de campaña. Me especializo en comunicaciones y tratamientos rápidos de emergencia. Soy Doctor, entrenado en medicina general... puedo realizar cirugía, pero esperemos que no sea necesario, puesto que no estoy precisamente especializado-Miro al suelo, justo cuando la imagen de un Hunter atravesando el torso a un civil aparece por mi mente, haciéndome ver que había poco que la medicina pudiese hacer en casos tan extremos como aquel.-Estaré preparado, mi sargento...

Miré al piloto, tras ello. La mayoría de las personas que se comportaban así solían usar ese tipo de humor como una guardia. Probablemente, aquel tipo estaba tan perturbado como todos los demás. Hacía falta una motivación especial para ser parte de la BSAA. La mayoría de los que conocía, la habían encontrado en situaciones parecidas a la mía.

Aprieto los labios y preparo mi arma, pensando en la formación que seguiríamos. Aquel espectáculo dantesco sólo conseguía revivir los gritos y la desesperación de Terragrigia.

¿Habrá algún superviviente?

- Yo soy Kyle Kowalski, un placer. Podéis llamarme Kyle, Kowalski, 2K, K, 0K, o lo que os dé la gana, no me ofendo. Y como podéis ver, soy vuestro piloto. - respondo al ver que están terminando las presentaciones - Puedo conducir desde un F-35 hasta un autobús escolar, pasando por este maravilloso Stallion, el HUMVEE tan majo que nos vamos a llevar de excursión, tanques, quads, monociclos... Y sí, esta vez sí que recuerdo lo del monociclo. - añado para Tankian - Como para olvidarlo...

En cuanto la sargento me da la corrección junto a la orden, sonrío y hago el saludo militar, aunque no me esté viendo. Tengo que ser profesional, joder. Empiezo a descender hacia el aparcamiento, comprobando que hay sitio de sobra y no demasiados cadáveres a la vista. Porque como se levanten todos a la vez, vamos a estar muy jodidos. Aunque sin cabeza no se levantaban, ¿verdad? Dirijo una última mirada al tipo del depósito de agua y le asiento con la cabeza, con respeto. Tú sí que molas, tío.

El aterrizaje es suave, obviamente, y me quedo unos instantes mirando cómo las hélices van cada vez más despacio. Espero no echarte mucho de menos. Antes de abrir las compuertas y decidir si abrir también la bodega, giro la cabeza hacia atrás.

- Pueden desabrocharse los cinturones de seguridad. Espero que hayan pasado un buen viaje con aerolíneas B.S.A.A.. - Tenía que hacerlo, tenía que hacerlo o explotaba. - Muy bien, Sargento. ¿Algún plan para la salida por si acaso todo el pueblo se levanta y echa a correr detrás de nosotros? Aunque eso siempre se acaba haciendo sobre la marcha... - me llevo la mano al mentón, pensativo - Cambio la pregunta: ¿Saco el HUMVEE o echamos un vistazo primero al bar?

Riahnna observó el panorama con atención, esperando si alguno de los efectivos llegaba a notar algo que el resto o ella misma no llegara a ver. Meditó un momento la pregunta de Kowalski. -En caso que las cosas se pongan negras, no quiero que perdamos el tiempo teniendo que abrir compuertas para descargar el vehículo, así que procede con la descarga.- Dijo.

Kyle empieza a soltar los correajes que sujetan el Humvee mientras los demás comprueban sus equipos y munición. Fuera, las aspas recalentadas del Stallion lanzan sombras danzarinas sobre los edificios de alrededor. Cuando termina arranca el vehículo, disfrutando del potente rugido del motor. Nada más conectar las radios tácticas de los cascos llega una transmisión a través de una frecuencia militar.

¡Os llamo a vosotros, los tarados del helicóptero! ¿Qué cojones estáis haciendo ahí? ¡LARGAOS INMEDIATAMENTE! - la transmisión se interrumpe cuando el emisor cambia a otra frecuencia.

Atrapamoscas

En ese momento media docena de infectados asoman por la rampa de carga del Stallion, aullando de hambre al ver a los soldados. Después de todo los "cadáveres" diseminados por Dryfield no estaban realmente muertos.

Sólo estaban esperando la próxima comida.

-¡Joder!-Aprieto los dientes, y llevo la mano, instintivamente a la radio.-¡Hay que moverse! ¿Puedes pasar a través de ellos con esta cosa?-Mientras que lo decía, me colocaba la radio entre las manos-¡Ah, no, no... no vamos a perderte la pista tan pronto!-

Estrujo aún más la mandíbula mientras calculo el canal de comunicación abierto al que podría haber saltado nuestro querido amigo.

Si es un superviviente... debe saber algo sobre lo que está pasando aquí...

Entrecerré los ojos.

O quizás esté implicado... sea como sea... queremos averiguarlo...

-¡BSAA a Dryfield! ¡Informe sobre su localización! Venimos a ayudar... Envíe coordenadas de encuentro, repito, envíe coordenadas de encuentro-

No del todo cierto, ni del todo falso...

Miro a mi compañero al volante. Si no conseguía sacarnos de ahí con el coche, íbamos a tener un inicio de lo más movidito...

Al tiempo que Taylor soltaba una imprecación, la mujer pensaba la misma palabra, preparando de inmediato el fusil de asalto. -¡Tankian, Taylor, al HUMVEE! ¡YA! Akira, tú cubres conmigo.- Dijo, comenzando a disparar contra los cadáveres más cercanos y que podrían ser una amenaza.

La aparente tranquilidad de aquel poblado fantasma devastado por el virus duró lo que tardó el Stallion en apagar sus motores. Akira descendía por la rampa del vehículo con el subfusil preparado, oteando algún posible peligro que se pudiera volver contra el equipo.

- "Esta tranquilidad..." - pensó desconfiadamente el soldado, mientras empuñaba con fuerza el rápido y letal subfusil. De repente, un aviso por radio estalló dentro de su casco. El japones hizo una mueca molesta, torciendo el cuello levemente hacia un lado como acto reflejo, producida por el estrepitoso aviso.

¡Os llamo a vosotros, los tarados del helicóptero! ¿Qué cojones estáis haciendo ahí? ¡LARGAOS INMEDIATAMENTE! - la transmisión se interrumpe cuando el emisor cambia a otra frecuencia.

Tailor intentaba no perder el contacto con aquella frecuencia por radio. ¿Era un aviso o una orden? ¿Nos estaban viendo? El caso es que no éramos los únicos con vida en aquella zona.

- Allí - señalo con la punta del subfusil cuando los cuerpos comenzaron a dirigirse hacia ellos. Su ojo derecho enfilaba a los zombies -. ¿Sargento?

-¡Tankian, Taylor, al HUMVEE! ¡YA! Akira, tú cubres conmigo.

- Recibido. Objetivo a tiro - Akira dio dos pasos laterales hacia la sargento sin perder de vista los cadáveres andantes. Solo tenía que apretar el gatillo para ver como reaccionaban a las balas de su arma.

Estoy terminando de hacerme a los controles del HUMVEE cuando escucho la transmisión de la radio, provocándome un suspiro y una sonrisa. ¿Sonrisa? Sí, una sonrisa de pena y de mira que lo dije. Miro por el retrovisor para encontrarme con los infectados que empiezan a levantarse y hacer esos ruidos asquerosos y pongo los ojos en blanco. Empezamos fuerte y lo peor es que no me asusta para nada... ¿Cuántas mierdas de estas he vivido antes?

Echo una mirada a la sargento al tiempo que empieza a gritar las órdenes, y espero a que los otros dos suban, con la mirada fija en el retrovisor. Pongo en marcha el HUMVEE, cambio marcha atrás y empiezo a pisar el acelerador con el vehículo parado, provocando un rugido más alto que los aullidos de esos monstruos. Todavía no... La sonrisa se me amplía viendo que cada vez se acumulan más. Yyyy ahora podemos jugar a pegarle a la piñata. 

- Abrochaos los cinturones o sujetaos porque no voy a ser cuidadoso esta vez. 

Nada más decirlo, suelto el freno y dejo que el HUMVEE salga disparado hacia atrás, arrollando a un buen pegote en zigzag y girando para dejar un semicírculo vacío de ellos. O al menos de los que todavía se pueden sostener en pie. Doy un pequeño acelerón para apartar también a los de delante y dejo el vehículo en perpendicular con la rampa de carga, haciéndole un gesto a los otros dos de que se suban antes de que empecemos a tener problemas. Bueno, más problemas.

- Si alguien tiene idea de adónde ir, soy todo oídos... ¿O vamos a ir de quitanieves por el pueblo? - pregunto una vez estamos todos.

La transmisión de Even interrumpe al hombre del otro lado en plena diatriba

Madlita sea, así que la habéis cagado bien. Apunta.

Even no tarda en consultar las coordenadas en su microordenador de brazo, que se corresponden con un vertedero situado a las afueras del pueblo. De él depende lo que tarde el coche en llegar.

Las ráfagas de Akira y Riahnna consiguen derribar a tres infectados ganando tiempo suficiente para que el resto del equipo suba al Humvee. Kyle saca el coche del helicóptero con un rugido de motor y arrollando a los demás infectados que le cortaban el paso, dejando tras de sí un rastro sanguinolento con la forma de las huellas de los neumáticos y cuerpos gemebundos con las vísceras desparramadas.

Fuera, la situación es mucho peor: hordas de infectados corren a trompicones hacia el coche como si en vez de músculos tuvieran muelles, muy distintos de los infectados por el virus T original de Raccoon City. El proceso mutágeno ha transformado las extremidades de muchos en mortíferas armas naturales que van desde largas cuchillas de hueso a las mazas o garras. Mientras Kyle culebrea entre los herrumbrosos coches del aparcamiento se da cuenta de que están completamente rodeados...

-¿Todos listos?-Digo en voz alta, trazando la ruta según las coordenadas recibidas-¡Al salir gira a la izquierda!-Aviso a mi compañero en el volante.

Maldita sea... dar un rodeo sería la opción menos peligrosa... Pero también la que más tiempo nos va a llevar, y no sabemos lo que hay ahí fuera.

Sí... mejor a la izquierda.

-Es una calle estrecha, pero nos llevará al objetivo rápidamente.-

Miro a la jefa de grupo y asiento, mientras saco el fusil y lo apunto hacia las ventanas.

Vamos... tranquilo... has hecho esto mil veces...

El derrape del HUMVEE permitió que Riahnna y Akira pudieran subirse al coche sin tener que entrar en contacto con los zombies que comenzaban a acercarse. Una vez se posicionó dentro del coche en el medio del asiento trasero, pudo ver el terrible panorama que se les presentaba de frente. -Me cago en... ¿No era un jodido pueblucho medio abandonado?- Dijo en deje frustrado. Allí parecían haber demasiados cadáveres vivientes para la población que habría calculado al ver el número de casas desde arriba.

-¡Que no se suban al vehiculo!- Dijo a Tankian, Taylor, y Akira, antes de colocarse en posición para activar la ametralladora. -Kowalski, espero que sea tan jodidamente bueno como dice.-

Tal y como había pensado el rotor del helicóptero había resultado ser la calma antes de la tormenta. Asiento a la orden de la sargento y monto en el HUMVEE mientras ganan tiempo para nosotros sin embargo rápidamente queda claro que esto solo es el principio. Las direcciones que nos daba el doctor nos conducían a un sitio bastante estrecho pero con la cantidad que eran solo iba a servir para que se aglomeraran y que atacaran a nuestro coche. Ya al entrar en el vehículo había notado que el rifle iba ser aparatoso por lo que estaba depositado atrás y al escuchar la nueva orden miro a mi pistola con escepticismo.

- Con permiso, sargento.- le indico mientras cojo su rifle ya que estaba ocupada con la metralleta montada e imito al medico disparando desde mi ventana varias ráfagas controladas quitando aquellos que se libraban del fuego automático de la sargento.

El sonido de las balas rompió el aire con un zumbido grave para terminar impactando de forma en el cuerpo de esas criaturas andantes. La primera fila cayó en el momento tras recibir una ola de plomo con el nombre de la Sargento González. El rugir del motor se mezclaba con el de la ametralladora y los cuerpos se hacía papilla.

A la fiesta se fueron uniendo más individuos, algunos no tenían el aspecto típico de zombies, eran una mutación más avanzada: en sus cuerpos, algunos de los miembros terminaban en afilados fragmentos de hueso con los cuales podían herir gravemente. Akira, viendo que el número de zombis se incrementaba en cuestión de segundos, disparó con más énfasis, intentando abrir hueco para que Kyle pudiera avanzar más facilidad.

- Sería buena idea salir de aquí en cuanto abramos un poco de paso, sargento - dijo antes de abrir fuego.