Partida Rol por web

Regresaste al patio exterior dejando atrás a tus compañeros.

Aún con el mal humor dejándole un mal sabor de boca, Lloyd toma su cuchillo en mano y se dirige hacia las canchas de baloncesto en busca de algo útil. Alumbra con la linterna el camino a fín de evitar sorpresas desagradables.

A cada paso que dabas, más rápido entendías que estabas cometiendo un error. La gran multitud de cuervos que se habían adueñado de la cancha de baloncesto en realidad estaban custodiando un botín de caza compuesto por más de una veintena de cadáveres putrefactos.

En un rápido reflejo, todos alzaron el vuelo para arremeter contra ti. Si ya de por si un cuervo furioso era una amenaza, aquellos que parecían estar sedientos de sangre eran directamente una pesadilla.

Allí tan solo había una norma: huir rápido o morir.

En cuanto Lloyd llega cerca de la pila de cadáveres, escucha un cuervo hacer ruido. Como obedeciendo un señal, todos vuelan hacia Lloyd. Cuando se asome esa nube negra, el agente decide huir. Deaafortunadmente, resbala No en el segundo paso y cae de rodillas al suelo. Antes de que pueda reaccionar , la masa de cuervos lo cubre por completo.

Con un grito de dolor por los mordiscos y rasguños que tiene encima, Lloyd junta todas sus fuerzas restantes y se incorpora, sacude su cuerpo y corre como puede hacia el pasillo opuesto a la capilla. Sus fuerzas merman con cada paso que da. Pero no se resigna a rendirse. Si ese era su momento, se iría luchando hasta el final 

Con la respiración aún agitads, Lloyd se apoya en la pared opuesta a la puerta donde entró para recuperar el aliento. Su primer impulso es usar el spray de primeros auxilios en sus heridas pero se detiene. Quizás fuera mejor pedirle a Green su planta curativa. Si bien las heridas de Lloyd se veían feas no le agradaba tener que gastar su único medio de curación en ese momento. Con el mal humor que traía encima, Lloyd tomó una decisión: si Green se negaba a cederle su planta o le llamaba la atención por ello, le clavaría el pie en el trasero y seguiría por su cuenta. Así, con los nervios a flor de piel, Lloyd se sentó en el suelo a esperar la llegada de su compañero.

Jack se dirige sin demora a la habitación que en el mapa estaba marcada como la número 7, habitación donde antes, su compañero Nielsen se había topado con una araña gigante. Llevaba la pistola en mano, estaba preparado para enfrentarse a aquél bicho.

En cuanto la puerta (8) se abrió ante ti apareció una habitación no demasiado amplia pero con una iluminación bastante escasa. Lo que primero te llamó a la atención es que todo estaba recubierto de telarañas: el suelo, las paredes, el mobiliario. De hecho, dicho mobiliario fue fácilmente reconocible para ti; era una especie de taller, seguramente allí los presos dedicaban horas para canalizar su represión en forma de chapuzas metálicas que quizás podrían servirle a alguien. El lugar a simple vista no tenía nada de especial, pero requeriría un examen más exhaustivo para intentar encontrar alguna pista o detalle de interés.

Con un rápido vistazo detectaste algo que resultaba curioso, se trataba de una máquina de escribir también recubierta de telarañas que tenía aún un folio puesto tras el rodillo, tenía algo escrito pero desde tu posición y con aquella pegajosa hebra por doquier era bastante complicado tener una idea clara.

Fue entonces cuando apareció descolgándose del techo la criatura que te comentó Nielsen ¡una jodida araña gigante!

Aquella monstruosidad podía pesar más de 80 kilos perfectamente y la mostraba como culpable del estado de dicha habitación.

Aquella situación demostraba que no era normal lo que se estaba viviendo en aquel centro penitenciario ¿cual era la verdad que encerraba todo esto?¿cómo podía existir una criatura así?¿sería la culpable de la llamada de auxilio?

Recorriste el camino que llevaba a la puerta de la izquierda [6], tras unos cuantos segundos de organización abriste con velocidad para así estar preparada ante cualquier tipo de encuentro hostil, pero aún no estabas preparada para asimilar lo que tus ojos acababan de captar.

Ante ti estaba el comedor de la prisión, era una zona muy amplia y repleta de mesas y sillas, todo sería normal de no ser por la treintena de presos muertos que yacían sobre sus respectivos platos, todos ellos con sus uniformes de reos color naranja brillante. La sala estaba invadida por un olor a muerte y putrefacción bastante desagradable, pero la indignación de no saber qué es lo que había pasado allí era peor.

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De repente, cuando diste un par de pasos para adelantarte, uno de los cuerpos fallecidos que reposaban junto a sus platos se levantó de manera espasmódica y llamativa, ¡aquello era una pesadilla!

Su pulso iba acelerado, le asustaban un poco las arañas incluso desde pequeño ¿a quien le asustaban los bichos con ocho patas? Encima te llenaban la casa de telarañas y te podían inyectar veneno, simplemente horrible. Hizo de tripas corazón y observó como lentamente bajaba del techo la criatura que su compañero Nielsen le había comentado.

Se sorprendió al ver a aquél ser tan grande, realmente daba motivos para querer huir - Si quiero registrar esta habitación, debo acabar con este bicho primero - pensó para si mismo mientras le apuntaba con la pistola. Sin dudar demasiado, aun con la presencia de tan horrenda criatura, realizó un disparo certero en la cabeza de la araña. - ¡Toma esa maldito monstruo!

La araña seguía moviéndose a pesar de haber recibido un balazo entre los ojos. Se acercaba lentamente hacia él, debía actuar rápido. A pesar de procesar la información a toda velocidad, la araña cambio la velocidad a la que se movía y se abalanzó sobre él en cuestión de décimas de segundo, por suerte logró hacer una voltereta para esquivar el ataque aunque recibió un golpe bastante fuerte en la pierna mientras la hacía por parte de una de las patas de aquél ser.

¡Vuelve al agujero infernal del que has salido, monstruo! - dijo mientras realizaba otro disparo directo a la cabeza de la criatura, esperando que esta vez surtiera más efecto que la vez anterior.

El brusco sonido del arma del soldado provocaron varias heridas letales a aquella criatura, la cual giró en el aire cayendo patas arriba y mostrando pequeños espasmos antes de morir irremediablemente...

Cuando ibas a echar un vistazo a la máquina de escribir pudisteis comprobar que había una hoja en el rodillo.