Partida Rol por web

Hace ya un mes desde que 236 personas murieron en la explosión de año nuevo en el club nocturno Nightshade. 

Las autoridades aún no pueden confirmar hasta dónde llegó la contaminación tóxica, de unas instalaciones abandonadas de armas que se encontraba varios pisos bajo el club, ha podido expandirse desde el sitio de la explosión.

Casi 5 millas cuadradas del centro de la ciudad son una zona en cuarentena.

Todo el que viviera en ese área ha sido evacuado a la fuerza.

Aún nos siguen llegando informes de personas que siguen siendo evacuadas. Mucha gente ha decidido dejar la ciudad.

La tele resuena de fondo mientras otro día gris comienza. Todos los días han pasado a ser grises y oscuros desde que la explosión ocurriera hace un mes. La zona de cuarentena está rodeada de seguridad aunque nada en la ciudad se siente seguro en realidad. No se puede entrar ni salir sin permiso militar, aunque en su interior no parece ocurrir nada. Es una zona muerta, como un cáncer oscuro y silencioso que dominaba la ciudad y que poco a poco se iba extendiendo. La gente sentía que estaba ahí y se marchaba de la ciudad, por temor a una posible contaminación de ese famoso tóxico, el cual no aclaraban qué era.

Dayana está intranquila, pero al mismo tiempo tiene una oportunidad. Ella ha documentado con fotos a la gente que vive alrededor de la zona cero desde el minuto uno. Es por ello y por querer dar visibilidad a esos pobres desamparados, que tiene una exposición de fotos de la cual se espera un gran éxito. Es lo que tenían las miserias humanas, el morbo vendía.

Jack ya está preparado y trajeado. Ha preparado café para ambos, pero él tiene que marcharse antes. Su partido se presenta este año a elecciones y él está al servicio del futuro alcalde en plena campaña.

-Mucha suerte y ten un buen día, nos vemos esta noche- se despide con un beso y una taza de café que deja en sus manos.

Veo como se aleja con aire un tanto decaído mientras sostengo el café entre mis manos y siento que las va calentando poco a poco. Nadie es el mismo desde el incidente y menos Jack, que ahora tenía que soportar el peso de la política junto con la inseguridad creciente. 

Doy un sorbo a mi café y apago la televisión que estaba encendida -ya tengo suficiente con la exposición de fotos- digo sin estar muy satisfecha, tengo la idea de volver a bajar aunque sea a los alrededores a comprobar el lento avance de los investigadores y las desamparadas calles dejadas huérfanas por los antiguos residentes. Se que tengo que tener cuidado por el "gas" pero después de estar documentando durante este mes la noticia aún no siento nada extraño.

Me termino mi café con cuidado y me dispongo a vestirme. Cojo mi cámara de fotos y la meto en mi bandolera junto con las llaves, el móvil y una libreta y un lápiz. Echo una ojeada al exterior. Todo está nublo y gris -Já, que coincidencia. El tiempo se ha puesto a la par me mi humor hoy- Me digo para mí misma. 

Me pongo mi chaqueta y salgo de casa con la idea de hacer algunas visitas y luego a ver la exposición y verificar que todo estaba apunto para su estreno.

El camino a la galería es tan deprimente como prometía. La gente por las calles caminaba metida en sus cosas, tratando de no mirar a nadie a la cara y sin salir de sus pensamientos. Saber que sobre la ciudad se cernía un negro augurio en forma de zona de cuarentena tóxica minaba la moral de todos.

No tarda en llegar a la galería. Es luminosa y grande y allí una mujer vestida de traje espera a Dayana. Le espera mientras examina el lugar, el cual son sus dominios.

La mujer al ver a Dayana se acerca.

-Buenos días- se acerca tendiendo la mano, esperando que Dayana la estreche. -Tenemos la sala preparada, solo debe decirnos cómo colocar las fotos y qué catering prefiere. Ya sabe, algo casual, algo más ligero, quizás algo dulce... Sus obras estarán expuestas como lo decida- señala el interior de su sala.

Le estrecho la mano de vuelta - El catering...- dice mientras comienza a recorrer sus ojos por la zona - cierto, no soy muy entendida en estos temas pero, por favor, asístame con su experiencia. ¿Qué me recomienda? - Paro mis ojos sobre uno de los laterales izquierdos, le suelto la mano y empiezo a andar hacia esa dirección - ¿Qué opina sobre empezar por el contrario a lo habitual? En vez de izquierda a derecha- indica mientras recorre el dedo desde la puerta inicial hacia la derecha - de derecha a izquierda- vuelve a indicar con el dedo desde la puerta, pero esta vez hacia el lado contrario - quizá no consigamos un gran impacto en esta gente adinerada pero por lo menos los tendremos desorientados desde el primer instante y puede ser que alguno capte el mensaje original con el que comencé este proyecto.- Se para en seco y se la queda mirando.

Christine es experta en aquellos asuntos, para eso tenía una galería. Recomendó a Dayana un buen catering, algo elegante y de buen gusto. Las invitaciones para la exposición habían sido mandadas hacía una semana y solo debía detallar los pormenores y confirmar las ubicaciones de las fotos.

-Vendrá la prensa, un par de periódicos al menos han confirmado ya su presen...-comienza a contarle, hasta que deja de fijar sus ojos en Dayana para situarlos a la espalda de esta. Algo captaba su atención en la retaguardia.

Al girarse ve a un hombre trajeado y minuciosamente arreglado. El hombre no tarda en sacar una placa del departamento de policía.

-Disculpen la molestia, inspector Blossom- se presenta. -¿Puedo hablar un momento con usted, señorita?

Le miro disimuladamente de arriba a abajo y mientras asiento con la cabeza le digo -por supuesto, usted dirá- Veo como Christine se aleja de nosotros y me cuadro para centrar toda mi atención en él. -¿es algo grave? ¿Tiene que ver con Jack?- Le miro un poco preocupada.

Christine no parece querer inmiscuirse ahí y se marcha. El inspector saca algo doblado de su bolsillo, un papel quizás, aunque al estirarlo resulta ser una foto. Una foto además de tu colección para esa exposición. 

Tal foto la habías tomado hacía una semana, en un edificio al lado de la zona cero. Matthew, su novia Elizabeth y la pequeña Lizzie aparecían en la foto. Eran una pareja joven que acababan de tener a la pequeña y sus recursos no les daban para tener una casa en un lugar mejor que no fuera al lado de la zona cero. El precio de esos pisos había caído en picado y la gente de recursos limitados había aprovechado. Matthew trabajaba en la construcción, que era un sector a la baja ahora mismo, se esperaba que cuando se descontaminara la zona cero, volvería a despuntar al poder reparar todos los edificios comprendidos en esas cinco millas.

-¿Qué puede decirme de esta foto?- pregunta el hombre, mirando a Dayana con un atisbo de esperanza que diera luz a algo que le atormentaba por dentro.

- Si me permite...- Le digo mientras tomo la foto inspeccionándola cuidadosamente. - Hum… pertenece a mi colección, si...- Le señalo una de las fotos que estaban a mi izquierda. Me rasco un poco detrás de la oreja mientras la sigo mirando detenidamente. - Ah claro, son Matthew y Elizabeth, una de la parejas del bloque diez. ¿Por qué? ¿Les ha pasado algo? ¿Están bien?- Le devuelvo la foto.

El hombre asiente a su respuesta pero no contesta a sus preguntas.

-¿Sabe si se había problemas en esa pareja?- pregunta de nuevo, aunque para ti era estúpido. Aquella pareja no parecía tener problemas, aparte del aspecto de Matthew. En realidad todos los que vivían en esos bloques tenían cierto aire de no dormir bastante bien. -¿Algún indicio de que Matthew y Elizabeth no se llevaran del todo bien?

Me cruzo de brazos - Antes de tomarles la foto hable con ellos para pedirles permiso y explicarles de que iba esta exposición, y en el tiempo en el que estuvimos en contacto no noté ninguno. Es mas, parecían una pareja feliz y con ganas de empezar una nueva etapa con su pequeña. Si bien es cierto el dinero no les sobraba y el tener que vivir cerca de la zona cero no era una alegría.- Empiezo a dar golpecitos con mi dedo en mi antebrazo. -¿Podría por favor decirme que ocurre?-

El hombre asiente y suspira ante la petición de Dayana, al fin y al cabo no tardaría en enterarse de la mano de la prensa local.

-Verá, señorita... Anoche, de madrugada, Matthew tiró por la ventana a Elizabeth y acabó con la vida de la pequeña...- su voz se notaba cansada y se veía que aquel hombre no había encontrado en Dayana la explicación que buscaba. -Luego se ha quitado la vida- resume. 

Se vuelve a guardar la foto.

-Quizás usted podía aclararme algo sobre la relación que tenían, en su bloque de pisos no vive mucha gente y pocos allí desean cruzar palabra con nosotros- algo que era normal, la policía nunca eran buenas noticias en ningún lugar. Menos si encima les obligaban a desalojar aquellos pisos porque extendieran la zona de cuarentena, algo que seguía siendo una posibilidad y un rumor.

Un escalofrío me recorrió la espalda al escuchar la noticia. Me esperaba otra cosa y no que Matthew hubiese acabado con la vida de las dos. -No parecía que tuviesen ningún problema entre ellos como para acabar en ese extremo- Me quedé pensativa. - Aunque recuerdo que Elizabeth dijo que desde que se habían mudado allí Matthew estaba de peor humor, pero ella supuso que sería por el cambio de casa y la falta de trabajo, nada grave.- 
Me quedé barajando la idea de ir al bloque de pisos donde vivían, al fin y al cabo la gente de allí me había visto hablando con ellos varias veces y podría pasar como una pariente o amiga de la pareja. 

Miré al inspector y vi un atisbo de ojeras que empezaban a enmarcar su cara. - ¿Tiene alguna información más? 

El hombre asiente a lo que le dice y niega a su pregunta. Al fin y al cabo era prensa y no iba a querer que metiera Dayana las narices ahí.

-Nada más que pueda contarle- responde escueto. -Muchas gracias por la colaboración igualmente, seguiremos indagando. Y suerte con su exposición, quizás quiera replantearse mostrar esta foto.

Y como vino el inspector no tarda mucho en darse media vuelta y marcharse. Porque tenía una investigación en curso que le traía de cabeza.

Tenía todos los pensamientos revueltos y un montón de preguntas. Estaba ansiosa por ir a responderlas pero tengo dejar resuelto esto y que Christine se quedase tranquila y todo a punto. -Christine- La llamo levantando la voz. - Creo que fue una fantástica idea la del catering y las fotos quedamos en ponerlas como te propuse, ahora debo irme, tengo asuntos que resolver.-

Cojo mi chaqueta, la doblo de mala manera y me la cuelgo en el antebrazo mientras me coloco bien mi bandolera y salgo hacia la zona cero. -Estará la policía por allí, pero creo que puedo esquivarlos- Me digo para mis adentros.

-Por supuesto, cualquier cambio tiene mi teléfono- responde al ver que Dayana casi más rápido de lo que vino. Ella tenía que hacer exposición exitosa, con su autora o sin ella.

La zona cero está tan vigilada como siempre. Hay solo una entrada principal al lugar, que está fuertemente vigilada. Todos los días entran especialistas a descontaminar el área y analizar daños, o eso es lo que dicen. Hay rumores que dentro queda gente sin desalojar y aún los buscan. También hay rumores que algunos jóvenes entran al área restringida para "recuperar" objetos de las casas y las tiendas y revenderlos.