Partida Rol por web

Aunque es de noche decido ser precavida, en cuanto a los militares, y no pasearme por la zona como Pedro por su casa. Ya que estoy aquí, de perdidos al río. Me dirijo con paso decidido cerca de los edificios y evitando los grandes focos de luz hacia la zona donde se produjo la explosión. Supongo que después de tanto tiempo estén un poco más relajados con la seguridad de la zona. O eso estaba repitiéndome para calmarme. 

Este edificio está visiblemente más afectado. Será el que fuese el hospedador de la tragedia. Murmuro mientras me acerco despacio con la mirada fija en un edificio. Cuando estoy bastante cerca me pego a una de las paredes que daban con un callejón e intento revisar y hay gente dentro.

No hay mucha luz en las calles, como si hubieran cortado gran parte de las farolas o hubieran decidido que era una pérdida de recursos iluminar las calles. Por eso aquella zona parecía muerta cuando se veía desde fuera, sin luz, sin vida.

Caminar hacia el centro de la zona cero aproximaría a Dayana a la discoteca donde pasó todo. Ahí es donde la mayor parte de muertos se habían encontrado y donde se creía que la radiación era mayor.

Los edificios más cercanos a la discoteca tenían las fachadas cubiertas en plásticos en toda su longitud. La periodista se acerca a estas, viendo que si quiere puede colarse en el interior de los edificios, pues las puertas no están cerradas con llave. Desde fuera no podría saber si hay alguien en el interior, pues los plásticos cubren todas las ventanas.

Miro los edificios que rodean la discoteca, cubiertos de plástico. Este estaba roto en  algunas partes dando un aspecto fantasmagórico al complejo. 

Sin pensarlo dos veces me encamino hacia al edificio donde pasó todo, olvidándome de la radiación y de los posibles militares que pudiesen estar con tareas de investigación. 

Dayana se adentra en el edificio, iluminada solo por lo que le permite su linterna del móvil. Siente que sus pasos en el interior retumban debido al silencio y al abandono.

Sube las escaleras, buscando indicios de vida y en uno de los pasillos oye el correr de unos pequeños pasos. Cuando se gira rápido con la linterna en esa dirección no ve nada, solo queda el recuerdo del sonido.