Partida Rol por web

El bloque de pisos de la pareja estaba en la zona este, muy cerca de la entrada principal. Intento no llamar mucho la atención y avanzo hasta él cuando veo un coche de policías aparcado cerca. - Están investigando, que raro. Pensaba que con los problemas de la zona cero ya tendrían suficiente.- Pienso mientras me paro en una zona cercana y analizo la mejor forma de colarme en el edificio. - Lo voy a tener jodido, pensaba que tendría alguna entrada por el callejón.- Digo mientras me adentro en él. 

Entonces veo a una chica, de unos 17-18 años como se sube a un cubo de basura y se cuela por una de las ventanas del lateral. -Bingo, justo lo que necesitaba. -  Me acerco e intento hacer la misma maniobra. 

Intento repetir las maniobras de la chica haciendo el menor ruido posible. Abro la ventana , miro hacia el interior y veo que es un a sala de calderas.  Me mentalizo y voy introduciendo mi cuerpo dentro. -Listo- Me digo mientras cierro otra vez la ventana. 

Llego a la puerta y la abro con cuidado, inspeccionando que no hubiese nadie y salgo al pasillo. - Vale, ahora a saber dónde estoy y buscar a los vecinos. - Tomo el camino de la izquierda, cruzo otra puerta y me encuentro con el descansillo de la entrada principal al edificio. 

Dayana se escabulle en el interior del edificio, no le es complicado tras ver cómo lo hacen otros. Es tan fácil como colarse por una de las ventanas laterales del bajo. Parece que como el cuerpo había caído al vacío, allí se encontraba toda la policía rodeando la zona, en la calle.

No sabe qué se encontrara cuando suba al piso de Matthew y Elizabeth, pero de momento lo que ve es un agente precintando la puerta del apartamento antes de abandonarlo, bajando por las escaleras.

Veo al agente y me detengo en seco encarándome hacia la primera puerta que veo y finjo que estoy esperando a que me abran mientras miro el móvil. Cuando veo que toma el tramo de escaleras para seguir bajando continúo hacia el apartamento de la pareja. Examino si la puerta está abierta y si hay alguna forma de colarme dentro sin estropear el precinto.

Dayana va para la primera puerta que ve, pensando que el agente le parará, pero no es así. El agente pasa de largo, tras precintar la puerta del apartamento. Parece que ya habían acabado ahí dentro. Así que lo que encuentra Dayana es una puerta cerrada y precintada, quizás si lo hace con cuidado puede abrir sin que nadie se percate y volver a dejar todo como estaba.

Empiezo a forzar la cerradura apoyando más peso de mi cuerpo del que debería y cuando cede casi me caigo encima del precinto. Consigo sobreponerme pero veo como las cintas han cedido un poco. -Bah, no creo que vuelvan a subir.- Paso y cierro con cuidado. 

La casa no parece estar en su estado normal, aparte de ser un edificio viejo con lo justo. De hecho nadie diría que los habitantes de aquel piso habían muerto esa mismo noche, nada indica que allí ha ocurrido una catástrofe. Al menos hasta que se llega a la habitación que debía ser de la pequeña, donde hay rastros de sangre. Mucha sangre para alguien tan pequeño, era imposible que hubiera sobrevivido y Dayana sabía que no había sido así. 

La ventana del salón es otro indicio de que había ocurrido algo, pues estaba rota en pedazos. Por ahí entraba una brisa que rompía la visión idílica del piso. El detective había dicho algo de cómo habían muerto. Ella lanzada por la ventana y él se quitó la vida, quizás de la misma forma pues no había nada más visible en el piso.

La cocina estaba intacta, incluso había restos de lo que podría haber sido su cena por la encimera de la misma. 

Pero lo que más te llama la atención son unas manchas negras en la pared. A primera vista podrían tacharse de humedad, pero no creías que fuera eso.

Me acerco más a las marcas de sangre para examinarlas. Luego a los alrededores de la habitación intentando ver con qué podrían haberle echo eso a la pequeña. -Es demasiado sangriento, parece hecho con rabia, pero no tiene sentido.- 

Salgo de la habitación tratando de aclarar mis pensamientos y me sitúo en mitad del salón. Veo la ventana y las manchas. Decido acercarme a la ventana, ver la altura que hay y si había alguna señal de los cuerpos en el suelo. Luego vuelvo a la manchas. -Parecen de humedad pero sé como son esas, y aquí no huele a humedad. ¿Quizá son de quemar algo o de una vela demasiado cerca de la pared?.- 

Las manchas de sangre no le quieren decir nada a Dayana. Haya sucedido como haya sucedido aquello, solo la policía sabría más datos sobre el crimen. La periodista no parece poder interpretar más de aquellas manchas de sangre.

La mancha de la pared es otra cosa, pues no parece ningún tipo de humedad. Es más, al tratar de mirar las manchas de sangre y volver a la mancha de la pared, esta ha desaparecido.

Me froto los ojos y parpadeo unas cuentas veces. -juraría que allí había...- Me acerco y palpo la pared con mi mano. No noto nada. -Bueno, habrán sido imaginaciones mías, supongo.- Me dirijo a la habitación de la pareja y veo que ya han registrado todo, aún así doy un vistazo rápido por encima para ver si me aclaraba la relación de la pareja en los últimos días.

Cuando termino decido que he tenido suficiente y que mejor intentar hablar con los vecinos. -Creo que la vecina de enfrente se llamaba Blake....¿o era Mónica?-

La habitación de la pareja ha sido bien registrada, pero en uno de los cajones de la mesita Dayana da con una pequeña tarjeta. Parece ser de un local que en teoría debería estar cerrado, pues está justo pegando a la zona cero. Un sitio del que ni había oído hablar y es algo que claramente le extraña, pues la periodista había estado muy metida por la zona desde el accidente.

La vecina de enfrente si quiere tentar su puerta, era Blake. O eso casi puede asegurar Dayana.

-¿En qué puedo ayudarla?- pregunta la mujer al abrir la puerta. La joven parece tener también un aire trasnochado que debía deberse a la falta de sueño, ella también había salido en las fotos de la exposición de Dayana. -Ah, eres tú, ¿quieres tomar un café? ¿Vienes por lo de...?- señala la puerta de enfrente sin acabar la frase.

Me aseguro de guardar la tarjeta a buen recaudo con la idea de ir más a tarde a comprobar qué se cuece por allí. - Buenas, intuyo que estarás cansada después de esta noche, pero si me ofreces el café no te lo iba a negar.- Dije medio sonriendo para dar una apariencia agradable. - Y si...tristemente vengo por eso, espero que no te moleste. -