Partida Rol por web

"Más risas... Tiene toda la pinta de ser otra trampa del traidor..." pensó Jonah, mientras intentaba guiar a su grupo sigilosamente en dirección a aquellas risas. Sin embargo, todo se quedó en un intento, y una callada maldición por parte del líder stormtrooper. Aquella operación no estaba marchando todo lo bien que debería.

Al menos, si morían, lo harían luchando. Jonah estaba seguro de haber alcanzado al hereje cuando se mostró por primera vez. Si volvía a encontrarlo, acabaría con él, aunque tuviera que usar el cuchillo de combate. 

Edgar guardó silencio. No era hombre de muchas palabras, el Emperador lo sabía y era cosa de su superior el devolverle a Demetrius la cordura perdida. Apoyó con pesadez una mano en su hombro mientras su compañero sollozante disculpaba su flaqueza.

A cualquiera le podía haber pasado sí, esa vez el Emperador y su manto protector les había salvado a Edgar y a Jonah, deberían tirar más de la manta si querían mantenerse enteros los tres... y con ese pensamiento la carcajada infantil resonó entre las paredes, acariciando los estandartes y llamando a las puertas que flanqueaban el pasillo.

Todo intento de sigilo había fracasado con la avanzada de su superior puesto que no podían dividirse... estaban jodidos por la falta de parapetos en caso de tener que hacer frente a una amenaza para cubrirse; pero podía sacar algo bueno de aquello. El flanqueo no podía venir por los lados a no ser que se colocaran entre puertas.

-Cubro-dijo colocándose en último lugar, de espaldas a sus compañeros. Con Sally en la mano no podría dejarla vomitar su bendición purificadora sin hacer daño a sus compañeros así que la mejor opción era cubrir la retaguardia y avanzar de espaldas mientras ellos se encargaban de lo que pudiera haber delante.

Hereje bastardo hijo de... apretó la mandíbula y dispuso a Sally. En algun momento del pasado alguien había comentado su facilidad para poner en marcha a la dama.

No tenían ni idea de cuánto.

Locken respiró profundamente y se dispuso a seguir a sus compañeros- Ahora tienes que mostrar que no eres el débil de la camada -decía mientras se ponía en formación entre Jonah y Edgar. Se agarró a su equipo recién aparecido de nuevo, mientras que se intentaba centrar. 

Esa pesadilla disforme le estaba agotando.

El sigilo, o su ausencia, no fue determinante al alcanzar la habitación del que procedían las risas. No hizo falta abrir fuego ni nada, solo observar...

La habitación parecía una ventana, una ventana que daba a otro punto lejano, a otro lugar, a otro tiempo... una chiquilla estaba con su pelo largo y su túnica sencilla estaba cotilleando asomada por una puerta, no se veía que era lo que miraba, pero tan pronto como lo hizo se le escapó una ligera carcajada.
La niña miró asustada hacía vosotros, como si fuera el fondo del pasillo y entonces apareció el traidor, Dorn, por la puerta. No parecía haberos visto y todo ocurrió demasiado deprisa; un tentáculo cogió a la niña y la partió en dos con un sonoro chasquido, las dos mitades saltaron por los aires provocando una lluvia de sangre y de órganos internos.

Dorn desapareció con una risa cruel y murmulló algo que os costó escuchar...

Jonah soltó una maldición al ver aquello, esperando sinceramente que ésa chica no fuera alguna clase de representación de lo que quedaba de la astrópata. Si era así, estaban condenados, hicieran lo que hicieran. Pero no se rendiría sin luchar. Quizás aún podrían hacer algo... Cuando iba a apuntar al traidor, este desapareció riéndose, diciendo algo en voz baja...

Maldita zorra... llevo días aquí... entre tus recuerdos buscando tu conciencia...

Edgard había avanzado de espaldas, girando el rostro lo suficiente como para no chocar contra sus compañeros aguardó aún con la mirada puesta en el pasillo a que Jonah y Demetrius comprobaran. Aferrando a Sally como si le fuera la vida en ello. No vio el espectáculo de la cría, solo la súbita aparición de ese bastardo que, igual que apareció se desvaneció sin darle tiempo a  fulminarlo con el lanzallamas...pero el sonido del hueso al quebrarse fue completamente audible.

Locken aún estaba algo ausente. Hasta que no matara algo no se "retractaría" consigo mismo, y no estaría a gusto. Apuntaba con el arma de frente y con cuidado, siguiendo lo que fueran esas visiones y caminando por los pasillos que se hacían eternos.

Cuando el traidor apareció por la puerta no pude evitar alzar el arma y gruñirle, preparado para disparar en cuanto el sargento diera la orden.

-El muy bastardo sigue aquí dentro de alguna forma... ¿Le habéis escuchado? Lleva días buscando la conciencia de la astrópata, hasta ahora sólo ha encontrado recuerdos... Debemos ser más rápidos que él. Encontrar a la astrópata y purgar a ése malnacido. 

El sargento dijo todo esto con bastante convicción, aunque lo cierto es que no sabía por dónde empezar. Quizás algo de lo que aparentemente estaba observando la niña les ayudaría, así que se acercó hasta la puerta, con intención de ver si había algo especial. 

Maldita zorra... llevo días aquí... entre tus recuerdos buscando tu conciencia...

-Sí, le escucho -dijo Locken mientras intentaba pensar en como poder acabar con ese maldito cabrón. Dió un par de pasos hacia la puerta de la que habían salido los tentáculos y destrozado a la "niña"- Lleva días aquí, y debemos suponer que no va a aguantar mucho más.

La sala estaba practicamente vacía. Las paredes estaban desnudas, de piedra... nada opulento como se podría esperar de un palacio como el del Emperador de Terra. Había filtraciones de agua por algunas partes, lo que daba a la atmósfera del lugar un aire cargado de humedad.

En cuanto al moviliario hay un mueble que tiene el hueco de tres cajones y solo queda uno, el de más arriba, del resto no se sabe nada ni se les ve por la estancia. También hay un sillón destrozado y un escritorio.

La búsqueda seguía siendo igual de infructuosa, y esa sala parecía ser tan poco útil como prácticamente todo lo que habían visto hasta ahora. Jonah recorrió la estancia con los ojos, en busca de algo que pudiera orientarles... Pero aquello parecía inútil. Aunque le parecía que no encontraría nada, el suboficial se acercó al cajón que quedaba para intentar abrirlo, y ver si había algo en su interior. 

Mientras el sargento entraba en la sala y miraba los cajones, opté por entrar con él para observar con cuidado lo que hubiera alrededor- Edgar, cubre la entrada. Si algo se asoma, purificalo -dijo mientras intentaba examinar su alrededor y enterarse de cualquier cosa que pudiera ocurrir.

Una nube de polvo envolvió a Jonah al hacer fuerza para sacar el cajón... el acceso de tos fue bastante severo, y este cesó justo cuando el polvo decidió desaparecer desvelando el interior. Había un montón de trastos inútiles, propios de una niña, juguetes en esencia, pero entre todos ellos había un trozo de mapa.

Representaba el palacio, y salía lo que parecía, vuestra posición; se veía la entrada, enorme y gigantesca y el ala izquierda, donde estabais; también indicaba varios caminos desde la entrada, pero solo se veían las flechas...

El ataque de tos del hombre duró bastante tiempo, tiempo en el que se acordó de maldecir repetidas ocasiones, entre toses, al maldito brujo y todo el caos que había organizado junto al traidor Schmidt. Cuando consiguió recuperar la compostura lo suficiente, Jonah encontró un trozo de mapa. Una pista, quizás. O, como poco, algo útil que podría ayudar al éxito de su misión. 

-Creo que he encontrado algo. Veamos... Nosotros estamos aquí... Y ésto debe ser la entrada...

En el mapa, y solo en la parte de la entrada, hay tres flechas que indican un nombre a cada ala... solo se ve la que estáis, que se llama "sueños", luego, la central esta nombrada como "camino" y la de la derecha del todo como "fuego".

En la mente de Jonah quedaba claro una cosa, habría que tomar un camino para seguir

-Bien, creo que he entendido ésto. Nosotros estamos en el lugar llamado sueños. Hay otros dos, fuego y camino. El nombre de fuego no me inspira confianza. Así que nos dirigiremos a camino, en busca de más pistas sobre Isabella. 

Una vez dadas las instrucciones pertinentes, Jonah guió al grupo hacia ésa ala del edificio o la mente, probablemente ambas, de Isabella Kraj.