Partida Rol por web

Todo esta borroso en vuestra memoria, lo último que recordais es que estabais examinando un dibujo que habia en una d elas paredes de la entrada, cuando de repente os encontrasteis aqui.
A vuestro alrededor se alza un paisaje desolado donde no crece nada, cerca vuestro hay una charca de agua lodosa y maloliente y arboles muertos alrededor vuestro, por un momento os preguntais so acaso en otros tiempos fue un bosque, pero si lo fue hace mucho que dejo de ser algo bonito, este sitio os pone los pelos de punta

¡Qué demo...! masculla, mientras su brazo busca la empuñadura de su espada y sus ojos algún posible enemigo. No suele esperar a encontrarse con peligros para desenvainar: "un arma grande hay que tenerla preparada", pero esta vez se limita a sujetar su empuñadura. ¡ugh! otro cenagal... ¡Odio estos sitios! ¡APESTAN! Un graznido del cuervo parece reafirmar sus palabras.

Vuelve a girar sobre sí misma ¿ningún comité de bienvenida? Un gesto de confusión se dibuja en su rostro cuando mira a sus compañeros ¿estáis bien? ¿dónde habremos ido a parar?

Silencioso, desengancho un par de botones de la funda de mi espadon de dos manos y lo esgrimo en direccion contraria a la que mira mi compañera Lillian en un ancho movimiento, cortando el aire.
Yo si; Turion tambien. No te quejes; no estamos aqui para estar limpios o para oler especias. Digo con voz seca. Miro a un lado y a otro, sin dejar de estar atento hacia adelante. Elfa, ponte entre nosotros. No sabemos en que lugar estamos ni tampoco si es una mera ilusion.
Relajandome ligeramente miro a mi alrededor, fijandome con mayor detenimiento en lo que nos rodea... y de paso viendo por dodne podriamos seguir caminando.

El lugar es sombrio, y ese cielo sin estrellas es sobrecogedor, ahora empezais a notar un xtraño olor a muerte y descomposición ¿ ha estado antes aqui o habeis empezado a notarla ahora ?

Magnifico Resoplo Una trampa de teleportacion de semejante poder no nos va a llevar a un charco de barro podrido. Huele a Muerte y eso implica.. Muertos..
Arrugando la frente, enfadado ante la situacion, busco el mejor camino para salir de aqui.
Mejor vayamonos; quietos somos un blanco facil y no lograremos nada; busquemos algo en este maldito lugar. Me quedo quieto durante unos instantes, mirando de reojo a mis compañeras, esperando su respuesta, mientras me cubro la cara con la capucha gris de la capa, dejando unicamente al descubierto el espadon azulado desenvainado.

No seas aguafiestas, Kal, estos sitios siempre huelen mal parece reacia a desenvainar su espada y todo ese camino para acabar enmedio de la nada una ligera sonrisa aparece en su rostro justo después de quejarse.

Vuelve a mirar alrededor, ¿cómo es posible que nos pasen estas cosas?, esta vez buscando algún indicio de camino, la verdad, parece que cualquier dirección sólo lleva a más fango y suspira... ¿ves algo o sólo quieres andar? la pregunta con cierto tono burlesco ni tan siquiera esperaba respuesta, volvió a girar sobre sí misma, intentando otear algo en el paisaje, algo que fuese diferente y que pudiera darles una pista de por donde salir. Finalmente se encogió de hombros ¿y para dónde vamos?

Cuantas veces he de decirte que me llames por mi nombre completo... Lil..? Añado con tono levemente burlesco, pero sin perder la entonacion seria, mientras me agacho levemene para acechar, aun atento a mi entorno.
Deberias de saber de sobra que puedo salir sin problemas de aqui, por el aire y otear con mas facilidad; pero no me fio a alejarme y dejaros solas. Tengo un mal presentimiento de este olor y quietud... Y si este es el centro de la trampa, no sera sin motivo. No quiero alejarme, al menos hasta que nos hayamos enfrentado a lo que debamos.. Termino la frase como dando por hecho que esto conlleva el peligro de alguna criatura... No muerta, por añadidura, es lo que tengo concretamente en mi cabeza...

Entrecierra los ojos, en señal de aburrimiento con la esperada reacción del semidragon y su cabeza se balancea ligeramente de izquierda a derecha, marcando el ritmo de voz de su compañero. Perdí la cuenta, Kal responde una vez hubo terminado y yo sé que nunca te irías dejando a dos indefensas señoritas solas y desamparadas una nueva sonrisa vuelve a dibujarse en su rostro.

Su mano derecha se alza y el cuervo, desde el hombro izquierdo salta ágilmente hasta el derecho, encontrando la mano de su dueña, que lo acaricia un poco ¿puedes ir a mirar tú? Pero no te alejes mucho aparta la mano de él, vaaale, en un basto común que casi se confundía con un graznido, el cuervo contesta y alza rápidamente el vuelo.

Justo después, abre la funda que contiene la espada y finalmente la desenvaina, parece tallada de una enorme esmeralda; incluso en la oscuridad se ven leves destellos verdosos que provienen de su hoja. Mientras lo hace, observa a su familiar si ves algo peligroso, vuelve le dice mentalmente mientras mira con cara de preocupación.

Me he colocado entre mis dos compañeros, como me indicó Kalador...
Desenfundo mi estoque e intento escuchar Silencio no quiero parecer desagradable, pero esta situación no me gusta nada, nunca he podido soportar a los muertos, solo pensar en ellos un escalofrio recorre mi espalda.
Hago un repaso mental a posibles conjuros que pudieran ayudar a mis compañeros en estos momentos.

Los arboles miden alrededor de unos cuatro metros y medio de alto y el bosque parece extenderse hasta donde alcanza la vista es mas dirias que no parece tener fin.

Los arboles miden alrededor de unos cuatro metros y medio de alto y el bosque parece extenderse hasta donde alcanza la vista es mas dirias que no parece tener fin.

MIentras estais observando el paisaje que os rodea veis aparecer a un robusto e imponente enano, de casi metro cuarenta, embotado en una reluciente armadura de acero blasonada con un murciélago blanco. En el interior del murciélago puede apreciarse claramente el
símbolo religioso de Moradin. De su yelmo, con forma de murciélago, brota una característica barba blanca y grisácea, a juego con sus ojos gris rojizo. Una nívea lanza de caballería, de adamantita blanqueada, se extiende desde su mano derecha, como si de una enorme estalactita se tratara. Lleva en su espalda un imponente mandoble de acero, con empuñadura en forma de murciélago también. A su espalda se extiende una lustrosa capa, elaborada con el pelo de algún animal de un blanco intenso.

El enano monta una desconcertante bestia, cruce entre la estatua de un enorme perro de presa y un gigantesco murciélago, cuya cruz se alza hasta los hombros de un hombre adulto. El ser lleva su dura piel color mármol claro cubierta por una barda defensiva de acero a bandas, en las zonas más vulnerables. El hijo de Moradin monta sobre una imponente silla de monta de batalla con abrazaderas para las piernas, de la que pende un zurrón repujado, a juego con la silla. La silla lleva el mismo símbolo que la armadura del jinete. El perro porta un llamativo collar de puas, de cuero negro y plata.

A tu alrededor se alza un paisaje desolado donde no crece nada, cerca tuyo hay una charca de agua lodosa y maloliente y arboles muertos alrededor vuestro, , pero si lo fue hace mucho que dejo de ser algo bonito, este sitio os pone los pelos de punta.El lugar es sombrio, y ese cielo sin estrellas es sobrecogedor. Los arboles muertos se extienden hasta donde alcanza la vista

Cuando apareces en este desolado paisaje de muerte y desolacion ves a trres figuras al lado de una lodosa charca.

una mujer de aproximadamente 1,70 de estatura, de complexión fuerte. Aunque con rasgos parecidos a los humanos, posee una tez de un rojo anaranjado, a juego con un corto pelo cobrizo, muy encendido y totalmente enredado; sus orejas se alargan cuan elfo pero su forma acaba como una aleta reptiloide; sus ojos de un profundo verde oscuro aparentan ser dos gemas pulidas y su mirada refleja una inusitada seguridad en sí misma. Cerca de ella se puede percibir un ligero aroma pétreo.

Viste normalmente una armadura completa de un metal plateado brillante, sin más adornos que un símbolo de un sol en el pecho. Un fino amuleto adorna su cuello, sin llegar a tapar el símbolo de su armadura y sujetado a él una capa de color azul oscuro cubre su espalda. En ella cuelga un enorme espadón cuya empuñadura parece estar hecha de algún tipo de material cristalino de color verdoso. Un par de pequeñas bolsas sujetas a su cinturón y una mochila es todo lo demás que parece llevar.

Junto a ella, normalmente en alguno de sus hombros, viaja un cuervo de algo menos de 2' de largo, de un lustroso plumaje negro con una chispa de inteligencia en su mirada; la mayor parte del tiempo se mueve de un hombro a otro, como el que pasea pensativo.

Junto a ella hay otro tipo un ser alto, encapuchado y de apariencia robusta; quizas tenga armadura, quizas no, pues parece muy corpulento de por si.
En las manos sin embargo si que se divisan Guanteletes de un color plateado blanquecino, puro y brillante.
Tras su espalda sale la empuñadura de un indudable Espadon que por ahora es reacio a sacar. Cruzado con este, de extraña y ancha empuñadura extrañamente de cristal Azul oscuro, al parecer (recubierta por una tela blanca, que al parecer suele ir cambiando), lleva otro Espadon, el cual tiene recubierto no solo por cuero, sino tambien por la misma tela blanca.
Una inmensa capa muy grande, gris, le cubre por Completo, llena de polvo y harapienta, con muchos rotos y descosidos que da a entender que algo le ha tenido que pasar ultimamente...
Silencioso y con cabeza gacha, cuando te acercas a el te parece distinguir un extraño y dulce aroma que emana de su cuerpo. Quien lo ha olido antes, podria llegar a distinguirlo como olor de incienso y de azafran...
Camina seguro, pero con extraña agilidad para su tamaño. Entre los dos hay una elfa Ojos violetas con motas doradas, cabello por la cintura plateado y una piel palida con pequeños reflejos plateados...

¡Por todos los Dioses! en el sobresalto al aparecer las figuras, instintivamente eleva su espada, quedando su extremo unos centímetros por encima de su cabeza; desde su posición, su filo verde cristalino divide al enano y su bestia en dos; y su pié derecho da un pequeño pasito hacia atrás, hundiéndose levemente en el fango: un claro signo de preparación para el combate.

¡Vuelve! le dice mentalmente a Itik, mientras en su cabeza se agolpan las ideas ¿Quién es? ¿Será de fiar? ¿Le habrá pasado lo mismo que a nosotros? ¿Será una sucia treta? ¿Y en qué clase de demonio va montado? En el impulso del momento, la adrenalina comienza a fluir por su cuerpo y sus ojos verdes parecen encenderse en la noche; repara en el símbolo de su armadura, pero los temores de un posible engaño no le permiten fiarse de lo que ve. ¡Habla, enano, o sentirás el filo de mi espada! es lo único que acierta a decir durante el torrente de sensaciones, que le produce un cosquilleo en el estómago.

Desde el cielo, un pequeño cuervo desciende ¡Craaack! para posarse en el hombro izquierdo de la mujer, que sigue mirando fijamente al enano, esperando su respuesta.

El sobresalto de su aparicion es acentuado pro el grito de Lillian.
Me giro en direccion a la nueva criatura que ha aparecido. Ligeramente encorvado, con un espadon que parece hecho del mas puro cristal azul oscuro que alguien pueda encontrar (quizas hecha de un inmenso Zafiro) sobresaliendo de una raida y muy ancha tunica gris, me encaro al nuevo personaje y lo miro de arriba a abajo.
Mi espada baja lentamente y quito la posicion de guardia.
Mi mano, enfundada con el guantelete de una brillante armadura, clava la espada enfrente suya. Lillian, tranquila, no ataques... Digo con voz pausada.
Mi mano se mete entre los pliegues de mi tunica gris, por el pecho y sale al poco de ella, mostrando un simbolo de madera, simbolo con la forma de un gran sol en su interior.. el simbolo de los hijos del bien. Guerrero de Moradin, somos portadores de la luz del bien Comienzo a hablar con voz seria, grave, en comun. Danos una muestra de que realmente eres portador del bien de Moradin, Dios justo y legal entre los dioses, y evitaremos un conflicto innecesario.
Soltando el simbolo saco la espada clavada en el barro delante mia, en forma de cruz.

De repente cuando estais hablando el aire chisporrotea un poco y aparece un humano de metro ochenta, muestra una cara de sorpresa , lo cual no impide que sus ojos denoten una cierta tristeza, como una carga llevada desde años atras.
Su pelo negro, al parecer casi tan indomable como él, enmarca un rostro bronceado, hecho innegable de sus largos periodos bañado por el sol.
Mueve con destreza unas manos fuertes, encallecidas por el uso prolongado de todo tipo de armas.
Su vestimenta parece ligera, aunque no se pueda decir lo mismo del verdadero arsenal que lleva consigo, pese a ello no parece impedimento para su movilidad.
Una capa roja que le cubre casi hasta los tobillos y unas botas con punta de hierro, y que parecen bastante cómodas, terminan de describir a este joven

Cuando apareces en este desolado paisaje de muerte y desolacion ves a trres figuras al lado de una lodosa charca.

una mujer de aproximadamente 1,70 de estatura, de complexión fuerte. Aunque con rasgos parecidos a los humanos, posee una tez de un rojo anaranjado, a juego con un corto pelo cobrizo, muy encendido y totalmente enredado; sus orejas se alargan cuan elfo pero su forma acaba como una aleta reptiloide; sus ojos de un profundo verde oscuro aparentan ser dos gemas pulidas y su mirada refleja una inusitada seguridad en sí misma. Cerca de ella se puede percibir un ligero aroma pétreo.

Viste normalmente una armadura completa de un metal plateado brillante, sin más adornos que un símbolo de un sol en el pecho. Un fino amuleto adorna su cuello, sin llegar a tapar el símbolo de su armadura y sujetado a él una capa de color azul oscuro cubre su espalda. En ella cuelga un enorme espadón cuya empuñadura parece estar hecha de algún tipo de material cristalino de color verdoso. Un par de pequeñas bolsas sujetas a su cinturón y una mochila es todo lo demás que parece llevar.

Junto a ella, normalmente en alguno de sus hombros, viaja un cuervo de algo menos de 2' de largo, de un lustroso plumaje negro con una chispa de inteligencia en su mirada; la mayor parte del tiempo se mueve de un hombro a otro, como el que pasea pensativo.

Junto a ella hay otro tipo un ser alto, encapuchado y de apariencia robusta; quizas tenga armadura, quizas no, pues parece muy corpulento de por si.
En las manos sin embargo si que se divisan Guanteletes de un color plateado blanquecino, puro y brillante.
Tras su espalda sale la empuñadura de un indudable Espadon que por ahora es reacio a sacar. Cruzado con este, de extraña y ancha empuñadura extrañamente de cristal Azul oscuro, al parecer (recubierta por una tela blanca, que al parecer suele ir cambiando), lleva otro Espadon, el cual tiene recubierto no solo por cuero, sino tambien por la misma tela blanca.
Una inmensa capa muy grande, gris, le cubre por Completo, llena de polvo y harapienta, con muchos rotos y descosidos que da a entender que algo le ha tenido que pasar ultimamente...
Silencioso y con cabeza gacha, cuando te acercas a el te parece distinguir un extraño y dulce aroma que emana de su cuerpo. Quien lo ha olido antes, podria llegar a distinguirlo como olor de incienso y de azafran...
Camina seguro, pero con extraña agilidad para su tamaño. Entre los dos hay una elfa Ojos violetas con motas doradas, cabello por la cintura plateado y una piel palida con pequeños reflejos plateados...

Ves que esos personajes están mirando a a un robusto e imponente enano, de casi metro cuarenta, embotado en una reluciente armadura de acero blasonada con un murciélago blanco. En el interior del murciélago puede apreciarse claramente el
símbolo religioso de Moradin. De su yelmo, con forma de murciélago, brota una característica barba blanca y grisácea, a juego con sus ojos gris rojizo. Una nívea lanza de caballería, de adamantita blanqueada, se extiende desde su mano derecha, como si de una enorme estalactita se tratara. Lleva en su espalda un imponente mandoble de acero, con empuñadura en forma de murciélago también. A su espalda se extiende una lustrosa capa, elaborada con el pelo de algún animal de un blanco intenso.

El enano monta una desconcertante bestia, cruce entre la estatua de un enorme perro de presa y un gigantesco murciélago, cuya cruz se alza hasta los hombros de un hombre adulto. El ser lleva su dura piel color mármol claro cubierta por una barda defensiva de acero a bandas, en las zonas más vulnerables. El hijo de Moradin monta sobre una imponente silla de monta de batalla con abrazaderas para las piernas, de la que pende un zurrón repujado, a juego con la silla. La silla lleva el mismo símbolo que la armadura del jinete. El perro porta un llamativo collar de puas, de cuero negro y plata. Le reconoces como Rogan

De repente el aire resplandece y ves aparecer a cedric

Magnifico Murmuro con desgana al aparecer esta otra persona Lillian, cuidado; Xainne detras...
Haciendo girar mi espadon de puro Zafiro en un inmenso y pesado giro en el aire, envaino la espada colocandome en guardia contra el nuevo aparecido, dejando entrever mi brillante armadura y mis manos, con sus ligeras garras, mientras sujeto el espadon de dos manos frente a mi. Mi posicion una vez mas es de guardia, adoptando la postura como si fuese una rutina. Y mirando a un lado y otro.
Lilian, quizas esten hechizados o manipulados o no sean mas que una mera ilusion...
En guardia junto a mis acompañantes, cubierto por una raida capa gris y por una capucha, observo detenidamente los movimientos de, ahora si, ambos aparecidos, atentos a cualquier paso que puedan dar...

Apenas le da tiempo a relajarse con las palabras de Kalador cuando vuelve a notar esa extraña sensación, mira de reojo a su compañero y aprieta de nuevo la empuñadura de su espada cuando la nueva figura aparece de la nada. Un leve silbido acompaña el movimiento de la espada y su capa ondea levemente.

En su mente se siguen agolpando las incógnitas que encierra la situación ¿realmente será un siervo de Móradin? ¿Y ese nuevo? Tranquila... tranquila... Deja que Kal hable con ellos, que eso no es lo tuyo, tranquila... Por un momento su mirada busca la de su compañero Kalador para volver a centrarse en el enano y su extraña montura. El cuervo, posado en su hombro izquierdo parece mirar con fijación al humano recién aparecido.