Partida Rol por web

June dejó las ropas que estaba guardando en el baul para volver la vista hacia Vinny, se acercó a ella a paso lento con timidez, no sabía cual sería la reacción de su amiga. Si la despachara con un manotazo o una mirada indiferente lo entendería... le dolería pero tampoco podría recriminarle nada... hasta hacía unos días Vinny había sido la que más se había preocupado por ayudarla, por descubrir a quien había tratado de matarla... y ahora, ahora le acababan de matar a su hermana.

- Vinny... yo... yo lo siento... lo siento mucho de verdad- la miró a los ojos para observar su reacción, la dura y descarada Flatter estaba hundida, tenía los ojos llorosos y una inmesa tristeza reflejados en sus mirada.

Una especie de honda vergüenza se apoderó de Vinny ante las palabras de su amiga. Para empezar estaba nuevamente aquella disculpa vacía en la que alguien se atribuía alguna especie de culpa inexistente. Posiblemente en el caso de June era el amargo sentimiento de pensar que Faye había sido su sustituta, un pensamiento que ella se empeñaba en alejar de su mente a toda costa porque significaba afrontar un pensamiento que no estaba dispuesta a que penetrara sus barreras y generara dudas y más malestar del que ya sentía. Pero el otro motivo para sentir aquella vergüenza era Janeth. También había perdido a su hermano y de algún modo se daba cuenta de que todo el mundo la estaba dejando de lado para centrarse en Vinny mientras ella tenía que estar escuchando aquellas palabras sin que nadie le ofreciera ni un triste abrazo.

- Encontraremos al culpable o a los culpables - desechó con rapidez, poco dispuesta a permitir que la pena volviera a inundarla en aquellos momentos. Su mirada se dirigió a Janeth y le dirigió un asentimiento, incluyéndola en aquella conversación.

Iba a ser fuerte.

-Yo lo hare despues. En un juramente inquebrantable debe haber dos personas... y un testigo. Tendremos que hacerlo tres veces... Nosotros... ya lo hicimos una vez. - reconoci a Ari, enseñandole mi antebrazo que, en aquel momento estaba ardiendo, con aquella marca roja escociendo como pocas veces.

-Vamos, deprisa... Repito: ¿Jurais que nunca, jamás, desvelareis a nadie que no este presente en este lugar nada de lo que aqui se diga, de lo que acontezca? ¿Jurais que ni una sola palabra de las que aqui se pronuncien sera traicionada, bajo pena de muerte? ¿Y jurais que, a partir de ahora, solo direis la verdad, y nada mas que la verdad, sin posibilidad de mentirnos entre nosotros?

Espere, mirandolos a ambos alternativamente, con el corazon a mil por hora.

Era la hora de la verdad, y los recuerdos se agolpaban, comprimiendome el pecho.

Mi mano se cerró lentamente entorno al antebrazo de la pelirroja, con firmeza y fuerza. Yo ya había pasado por esto, ya había hecho esto con anterioridad. El tacto de mi piel era fría encontraste con el de Arianna. La miré a los ojos, serio. Solo había un morivo para hacer aquello.

El enemigo de mi enemigo.

Yo necesitaba aliados, y ellos además de aliados, alguien sin escrupulos. Quizás conseguiriamos ser un buen equipo, el paleto, la sangresucia y yo. Eso, o nos acabariamos matando muy pronto, y muy rápido. Y puedo estar seguro que no les iba a gustar. Miré a Liam de reojo durante un segundo, mientras sujetaba la varita y se lo explicaba a Arianna.

¿Se lo tiene que explicar todo?

Entonces, Liam comenzó a pronunciar el juramento. Sujete con fuerza el brazo de Arianna, la miré a los ojos fijamente y guardé silencio. Aquello era nuestra sentencia de muerte. Esperaba que ella fuera tan cosciente de ello como yo mismo lo era. Pero era lo que debía hacer, para protegerlos a todos, para demostrar que era mejor. Para poner fin a todo lo que estaba pasando. Pasaron varios segundos desde que Liam pronunció el juramento, y yo no había abierto la boca.

- Lo... - Hice una larga pausa, alzando el mentón, recuperando algo de aquel orgullo que había decaido en las ultimas horas. - ...Juro.

¿Y jurais que, a partir de ahora, solo direis la verdad, y nada mas que la verdad, sin posibilidad de mentirnos entre nosotros?

Las palabras de Liam reverberan en su mente. ¿Qué estoy haciendo?. Arianna cierra los ojos, intentando olvidar dónde está y por qué está ahí. Vuelve a abrirlos, para estudiar por última vez las facciones de Ryan ante ella. En ese momento el chico pronuncia su juramento, su sentencia. Duda unas décimas de segundo más, sabiendo que con ese juramento se está condenando a muerte. Por desgracia, la justicia es para ella más importante que su propia vida. Y justicia es lo que están intentando hacer ahí. Su cuerpo emana calor, fruto de la tensión, lo cual choca con la frialdad de la piel de Ryan, pero al final su boca se abre, dejando escapar dos simples pero cruciales palabras. 

- Lo juro.- murmura, sin dejar de mirar a Ryan a la cara. Si él podía hacerlo, podía condenar su vida, ella no iba a ser menos. Ojalá todo sea un sueño. En un momento despertará en su cama en el primer día de su sexto año en Hogwarts. Rebecca seguirá ahí. Los muertos seguirán vivos y ningún psicópata suelto estará intentando cargarse a medio mundo mágico y muggle. Al menos, ese es su deseo. 

El juramento se repitio varias veces mas. Yo con Ari, y Ryan conmigo. Ahora los tres estabamos condenados, de una forma o de otra. Sin embargo, aquella era la unica forma de saber que, con total seguridad, nunca, jamas, podriamos mentirnos. La unica forma de saber que siempre, por inverosimil que pareciera, podiamos confiar en el otro. Y, una vez terminamos, me gire hacia Ari, serio, notando como el nuevo juramento me ardia, uniendose al anterior, al que habia hecho con Ryan hace años.

-Bien... pues ya sabeis que pasará, si alguno incumple el trato. El juramento acabara con el en ese preciso momento.- dije, mirandolos alternativamente a ambos, para acabar con la vista fija en Ari- Ahora cuentanos... ¿Que paso con Rebecca, Ari? ¿Por que clama venganza?

Como una autómata, Arianna repite el juramento con Liam y observa como este hace lo mismo con Ryan. No puede creerse que acabe de condenarse a muerte, que realmente lo haya hecho. Entonces, Liam le pregunta a ella. A ella primero, a la que se supone que es su amiga. Está claro que ambos escondían mucho más de lo que había parecido en un principio. Lo mira, sintiéndose como un cordero en medio de una manada de lobos. Le están pidiendo que cuente aquello que lleva atormentándola casi dos años. Su mirada sigue en Liam, pero distingue la figura de Ryan por el rabillo del ojo. Me mata. Cuando lo oiga, me mata. 

En un último intento de ganar tiempo, se dice a si misma que antes de morir bajo algún hechizo de Ryan, conseguirá sacar algo de él. 

- Está bien. - pero antes de continuar se gira hacia Ryan- pero antes dime una cosa. ¿Estás seguro de que Isabella no tuvo nada que ver en el ataque de June? Hay rastros de ella, Ryan.- le asegura- y sabes que no te estoy mintiendo. Ya no te puedo mentir.- la última frase, tiene un deje de tristeza. Aunque en realidad era imposible mentir a una persona con la que no hablaba. 

Tras escuchar su respuesta, miró a ambos y se preparó para confesar su crimen. O al menos así era como ella lo veía. 

- Será mejor que os sentéis.- dice, tomando asiento ella misma en una de las sillas que dan un toque hogareño al lugar.- En 5º...Rebecca y yo tuvimos una discusión muy fuerte. Ella había contado cosas sobre mí a las personas equivocadas.- lanza una mirada significativa a Ryan antes de seguir.- y yo...perdí la cabeza.- Se frota la frente, haciendo un esfuerzo por controlar a la parte de su ser que le pide que no lo cuente, por vencerla.- Nos dijimos cosas muy feas y...deseé que desapareciera. Le dije que si pudiera hacerla desaparecer de mi vista lo haría.- calla. Sabe que las palabras que acaba de decir habrán caído como una piedra sobre Ryan.- Yo...me refería a que desapareciera de mi vista en ese momento, no para siempre. ¿Lo entendéis verdad? Estaba enfadada.- continua con un tono de desesperación y el principio de una lágrima brotando en su mejilla.- Pero...tenía la varita en la mano...no fui consciente de lo que podía pasar. No fui consciente de lo que pudo haber pasado hasta que a partir del día siguiente no se volvió a saber nada más de ella. Desapareció. Se esfumó. Sin rastro. 

Arianna cierra los ojos. No quiere ver las reacciones de sus compañeros. Ni siquiera tiene fuerzas para imaginarse las manos de Ryan alrededor de su garganta, pues seguro que desea ahogarla. 

- He intentado hacer que volviera. He intentado mil y un encantamientos y hechizos pero no han funcionado.

Guarda silencio unos instantes

- Pero desde principio de curso algo raro está pasando. El día que casi pierdo el expresso de Hogwarts fue porque recibí una nota. Una nota que me decía que o me responsabilizaba de mis actos o sería la próxima en desaparecer. Responsabilizarme de mis actos es lo que llevo haciendo desde el mismísimo día en que Rebecca desapareció. Ya no sé que más hacer. Y además, eso no explica los ataques. Yo le hice desaparecer. Si fuese ojo por ojo, lo que ella tendría que hacer es hacerme desaparecer a mí. Quizás lo único que fue personal fue lo de Víctor. Lo único otro que se me ocurre es que esté intentando arruinarle la vida a mi padre, o al menos la carrera. 

Deja que compartan ellos lo que saben y después añade algo que tenía que ver con los efectos prácticos. 

- Ahora ya no hay vuelta atrás. Van a cerrar Hogwarts pero no podemos dejar de estar en contacto. Hay un hechizo...aparición parcial creo que se llama.- esboza una mueca de dolor ante la ironía del nombre. - Permite que parte de tu cuerpo, por ejemplo la cara, se aparezca en otro lugar, como si fuera un fantasma. Podríamos utilizarlo para poder comunicarnos, aún estando en sitios diferentes. 

Mathew estaba aliviado por la actitud positiva de Kate. No sabía como se lo iba a tomar, pero había ido más bien de lo que hubiera podido imaginar. Pero lo que contó después de aquello dejó al joven meditabundo.

Yo confío en Lucas. Dijo lo primero. Es mi amigo y no creo que sea capaz de hacer algo así. No al menos voluntariamente. Y lo de Rebecca... Es muy raro. ¿Qué tiene que ver en todo esto? Ni siquiera viene al colegio ya... Aquello era muy raro. Y ahora también faltaba Isabella. Era una información muy difusa que no tenía demasiado sentido, pero aún así era algo.

La última parte de la información también era difusa y las palabras de Lucas algo ambiguas. ¿Porqué estaban ocurriendo aquellos ataques? ¿Acaso guardaban relación? ¿O tal vez era una mera distracción para esconder el verdadero objetivo? Estaré atento, Kate. Ahora mismo no tengo mucho que aportar, pero intentaré hablar con Lucas y con Scott. La verdad que Scott no había sido de mucha ayuda, pero tal vez si le presionaba para que hablase con Sarah consiguiese algo.

- Yo también confío en Lucas, Mathew- le aseguró.- Sino no hubiera acudido a él, por supuesto. Pero déjamelo a mí porque si le dices algo a lo mejor se molesta conmigo porque te lo he contado. Y a lo mejor pierdo la oportunidad de recibir información.- quería mantener su alianza con Lucas, por mucho que él se resistiera por algún motivo oculto que no había querido decirle.

Le quitó una pelusa del hombro al chico, mientras continuaba hablando:

- Te dejo a Scott. Aunque sinceramente no es de quien más me fío. Tengo que serte sincera.- se lo advirtió. Aunque Matt le defendiera o lo negase, Kate tenía que decírselo. La noche anterior había actuado muy extraño. ¡¿Cómo podía haber dejado sola a Sarah después de haber sido atacada?!- ¿Sabías que Sarah había sido atacada también? Y ayer él actuó raro.

Finalmente se levantó. Iba siendo hora de hablar con Liam. Miró a Matt nuevamente, ahora de pie. Le escrutó ligeramente, parando nuevamente en sus labios unos segundos.

Este tiempo vendrá pero que muy bien.

- En fin. Tengo que hacer un par de cosas aún y luego recoger las cosas de Faye... prométeme que al menos me mandarás lechuzas. ¿De acuerdo? Y cuídate. Y no hagas locuras. Y ten mucho cuidado. Pero mucho. Cualquier cosa que necesites, llámame. Sin problema ninguno, ya lo sabes.- luego se agachó hasta abrazarle con fuerza, cerrando los ojos y queriendo que el tiempo se detuviera unos instantes. Se le haría muy raro dejar de ver a Mathew durante no sé sabía cuanto tiempo.- Te echaré mucho de menos.- Finalmente se despegó y le dio un beso en la mejilla para a continuación limpiarle esa zona manchada de vaselina con el dedo pulgar.- Nos volveremos a ver, Mathew.

Tras dedicarle una sonrisa para que el momento no fuera tan triste, le revolvió el pelo como siempre acostumbraba. Quería formar un buen recuerdo de aquella despedida.

Después emprendió la marcha hacia la cabaña de Hagrid.

Lo juro. Escuché de labios de Arianna una vez más, cuando repitió el proceso con Liam. Y cuando fue mi brazo el que agarraba al de Liam, lo hice con fuerza, clavándole los dedos inclusive mientras lo miraba fijamente. Sabía que él sabía por qué lo hacía. Te duele ¿Verdad? ¿Cómo te sientes ahora, Liam? ¿Cómo llevas la culpa? ¿Cometeremos este mismo error? Júralo. Pensé, mirándolo fijamente mientras Arianna, de quien no sabía si sería capaz de hacer aquel juramento correctamente, lo acababa y nos pedía jurar. - Lo.... juro. - Acabé por decir, con la vista puesta en Liam para acabar por soltarlo, como si me ardiera el brazo.

La pena, la tristeza, la culpa, el dolor fueron dejando sitio a sentimientos mucho más útiles como la rabia, la ira, el deseo de venganza o la determinación de terminar todo aquello. Odiaba a Arianna, pero yo sabía tanto como ella que aquello no solo era necesario, además era la única forma de hacer las cosas. Y que solo acabaría con mucha gente muerta.

Liam entonces lanzó su pregunta, y en el más riguroso de los silencios, mi cabeza se giró hacia ella, cruzándome de brazos y mirándola con el ceño ligeramente fruncido. Quería escuchar. Quería saber. Quería encontrar un motivo al eclipse de mi alma. Quería que la culpable confesara. Apreté la mandíbula, tensando ligeramente el cuerpo como un lobo debía hacerlo antes de saltar sobre las ovejas.

Pero antes de su relato, ella me hizo una pregunta. Una vez más sobre Isabella. Sabía que quería probarme, que quería saber si lo que había dicho en el Gran Comedor era verdad o mentira. Yo era un experto en cuestiones de actuación, manipulación y matización de la realidad. Pero esta vez, en el Gran Comedor, había dicho la verdad.

- Aquel día Isabella discutió con Josh. - Guardé silencio un par de segundos, dolido por aquel nombre. Puede que el lamento me estuviera destrozando por dentro, pero me crucé de brazos, volviendo a hacer de tripas corazón, no derrumbarme y mostrar mi parte más fría. Más insensible. Solo una fachada demasiado bien trabajada. - Josh se llevó a Isabella a su habitación y yo me quedé con Regina. Estaba hablando con Regina cuando Isabella salió hecha una furia -y creedme, jamás la habéis visto enfadada- y yo fui tras ella. Al salir no la vi, pero sabía donde había ido. -

Hice una pausa, caminando por la sala en silencio mientras pasaba los dedos por lo alto de uno de los muebles allí almacenados. - Aquí. Exactamente, donde está ahora nuestra "querida" pelirroja. - Me paré entonces, mirando a Arianna. - Josh acababa de romper con ella por el asunto de Sam. Fue vox populi, así que estoy seguro que incluso vosotros, deberíais saberlo. Entonces me preguntó si yo había sido el atacante de los sangre sucia en el tren, y tras negárselo, me dijo que ella había sido quien había defendido a los Sangre Sucia. Y me dejó claro que la voluntad de nuestras dos familias es que así lo hiciéramos. - Sentencié, más serio si cabía, más duro, como si me molestara todo aquello. Defender a los Sangre Sucia. - El resto de la conversación es sobre mi relación personal con ella, así que es irrelevante. Me marché para ir a hablar con el profesor Jackson, cuando por el camino me encontré a Kate lloriqueándole a Evens sobre el ataque a June, y fui a la enfermería. Por eso me encontrasteis allí, aquel día. Isabella estaba aquí. Conmigo. - Acabé por sentenciar claramente. Toda la verdad.

Miré primero a Liam, con cierta dureza y luego a Arianna. Esperaba que comprendieran que, si de verdad había restos de Isabella en los ataques fuera cuanto menos, extraño. Entonces caí en algo. Una idea, que pudiera ser estúpida o la piedra angular de todo aquello.  - Un metamorfomago. - Podía cambiar de aspecto. Pero, que yo supiera, Rebecca no lo era. ¿Quizás otra persona? ¿Quizás nunca nos lo contó? ¿O me estaba equivocando de par en par?

Arianna comenzó sugiriéndonos que nos sentáramos. La castigué con la mirada al ver la tomar asiento precisamente en aquella silla, aunque no dije nada. Me obligó a descruzar los brazos y observarla con dureza inusual. Y ante su petición, solo una palabra. - No. - Quería estar de pie. Quería escuchar aquello, de frente, mirando la fijamente. Quería que entendiera que era la culpable. Quería que se sintiera culpable.

- Personas equivocadas como yo. - Añadí, con un tono de voz duro. Pero cuando ella dijo que se le fue la cabeza, el corazón me dio un vuelco y me faltó el aire durante unos segundos. Nadie se dio cuenta de nada, refugiándome tras aquel rostro indiferente y aquella actitud superior. Su relato continuó y la angustia seguía golpeando mi cabeza y mi alma como un tsunami furioso. Pero fue cuando hizo mención de que tenía la varita en la mano, lo que desató aquella chispa dentro de mí, que me desató. Ella había cerrado los ojos y yo con un rápido gesto, saqué la varita, apuntándole con ella con el rostro desencajado por la ira y la furia que ahora desbordaba por todos los poros de mi piel.

Avada Kedavra.

Fueron las únicas dos palabras que pasaron por mi cabeza. Aquello habría sido el final, tanto de Arianna como el mío propio. Tenía demasiado rencor, demasiado dolor acumulado dentro como para ser capaz ahora mismo de maldecirla. No se merecía una muerte rápida e indolora. Debía sufrir. Y para ello debía vivir.

La respiración siguió saliendo entre cortada de mi cuerpo, como si me faltara el aire, como si no fuera yo el que estaba actuando. Necesité varios segundos para calmarme lo suficiente como para bajar la varita. Apretaba con tanta fuerza la varita que tenía la sensación de que podría partirla en cualquier momento.

- Todo esto es culpa tuya, Arianna. - La acusé gratuitamente, necesitando liberar todo lo que tenía dentro por algún lado. - Rebecca, Jay, Víctor, Faye... incluso yo. - Acabé por decir. Porque fue la desaparición de Rebecca la que acabó por convertirme en lo que ahora mismo era. Y ahora sabía que toda la culpa la tenía Arianna. - Dices que soy un monstruo ¿Quien es el monstruo? - Pregunté, escupiendo la pregunta aun con la varita en la mano. Pero al menos ya no le estaba apuntadnos.

- Arruinarle la carrera a tu padre. ¿Eres imbécil? Está muriendo gente. Si quisiera arruinarle la carrera a tu padre solo haría falta una frase que todos sabemos. - Le dejé bien claro a la pelirroja. Resoplé enfadado. - ¿Para qué hacer apariciones parciales cuando podemos aparecernos? - Pregunté, mirando a Arianna. - Solo debemos acordar un lugar neutral. Lleno de muggles. - Pensé, frunciendo el ceño, pensando en la estación donde estuve el día anterior. - En la estación de la Calle Bond hay una pequeña cafetería. Allí es un buen lugar, y recurrir a las apariciones parciales solo por... necesidad. - Aparición era una de mis especialidades.

-Lo juro.- me dolia la muñeca, las sienes me palpitaban, tenia la garganta seca y un sabor metalico en la boca. Y, por si fuera poco podia notar los dedos de Ryan hundirse en lo más profundo de mi piel y lo que era peor: podia notar su dolor hundirse en lo mas profundo de mi alma.

A pesar del amor, del cariño que sentia por mi mejor amiga, me habia resultado más sencillo realizar aquel juramento con ella. ¿Condenarme a no mentirle? Que yo supiera, nunca lo habia hecho. Eso no seria demasiado complicado. Sin embargo, con Ryan la situacion resultaba mas delicada. Ahora mismo eramos aliados, estábamos del mismo bando, pero... ¿Quien iba a asegurarnos que siempre seria asi? La cuestion era esa: siempre era demasiado tiempo.

Aun asi no habia vuelta atras. Ya estaba hecho, y ahora podia notar que, al peso del anterior juramente, se unia el de estos dos. Tres juramentos inquebrantables con solo diecisiete años. Una carga demasiado pesada para el resto de mi vida.

Entonces Ryan y Arianna comenzaron a hablar. La confesion de Ryan me sorprendio, quizas no por su contenido, pero si por su sinceridad. Llevaba tiempo sabiendo -o mejor dicho, suponiendo- que entre Black y Jackson habia algo. Y no era de extrañar que lo primero que hiciera Isabella tras dejar al gilipollas de Josh fuera correr a sus brazos.  Aun asi, aquello explico muchas cosas, entre otras qué demonios hacia Ryan aquel dia en la enfermeria.

Sin embargo, la confesion de Arianna hizo que me quedara sin aliento. ¿Que habia sido ella quien habia hecho desaparecer a Rebecca? -¿Pero eso se puede hacer? - pregunte, mirandolos, extrañados. -Es decir. Claro que se puede hacer, pero es magia muy avanzada para un estudiante tan joven.

No me dio tiempo a añadir nada más. De repente, el gesto de Ryan cambio, y era como si estuviera a punto de lanzarse a por Arianna, de acabar con aquello alli mismo. Me interpuse, como gesto inconsciente, poniendo mi propio pecho entre la varita de Ryan y Arianna. Si queria hacerlo, tendria que matarme a mi antes.

Ryan. Todos cometemos errores. Incluso tu. Incluso yo. Ella no lo hizo conscientemente. No sabia que pasaria eso... Ella no tiene la culpa de nada. Y si es verdad que Rebecca esta detras de todo esto, la culpa es de ella y no de Ari... ¿No os parece un poco desproporcionado cargarse a medio colegio para vengarse de Ari? Joder, la habria matado a ella y habria acabado antes. Aqui tiene que haber algo mas.

Y, sin retirarme de donde estaba asenti, ante la propuesta de Ryan- Nos veremos alli. Y decidiremos qué hacer. Ahora que la cosa sale de estos muros, creo que lo vamos a tener mas jodido... Aunque tambien podremos movernos con mas libertad. El domingo, a las 9, a plena luz del dia. Hasta entonces, quizas sera mejor que hagamos como si nada, ¿no os parece?

Y, tras terminar de apalabrar los detalles de nuestra inusual "cita", me dispuse a abandonar a aquel lugar. Aun habia mucho por hacer y no teniamos demasiado tiempo.

Y habia algo que no podia esperar.

Liam sale de la torre de Astronomía.
 

Cuando Liam llegó a la cabaña de Hagrid pudo distinguir a Kate desde la distancia. Estaba sentada en las escaleras de la construcción, con su brazo apoyado en la pierna y sobre él su mentón. Tenía pinta de llevar bastante rato esperando.

Llegue corriendo, a la carrera, a la cabaña de Hagrid. Estaba mas palido que de costumbre, y en mi rostro habia una mueca de dolor, procedente de mi muñeca, que aferraba con fuerza.

Aun asi, nada mas ver alli a Kate, intente mudar el gesto y me obligue a soltar aquella muñeca que tanto me dolia, que me ardia por dentro. No queria que ella me viera asi, asi que fingi encontrarme bien. Y, tras recorrer los ultimos metros que me separaban de ella, al trote, me detuve, resoplando, clavando mi mirada en ella- Siento el retraso... No pude venir antes. - le dije, resollando, mientras intentaba recuperar el aire de mis pulmones.

-¿Como estas? - fue mi primera pregunta, observandola, aun doblado ligeramente sobre mi mismo.

Estaba justamente aguantando un bostezo cuando vio aparecer a Liam a la carrera. Se levantó para estar a su altura. Desde lo ocurrido la noche anterior le costaba mirarle a la cara. El valor de la sinceridad en Kate era inmenso y no podía evitar sentirse culpable por todo lo ocurrido.

- Bien. Bastante bien.- Estaba muy pálido y no era por haber llegado corriendo ni mucho menos. Lo miró con escepticismo. Después de lo escuchado en el Gran Comedor y de su charla posterior, sabía que algo debía de estar ocurriéndole a Liam-Y tú está claro que no. ¿Qué ocurre?
 

Miré a Kate, incorporandome de nuevo, mas repuesto ahora. Y llegue a esbozar una media sonrisa, diminuta. A mi tambien me costaba estar alli, con ella, tan distante, me costaba hacer como si nada- Es una larga historia... Demasiado larga para contartela ahora mismo... -le dije, sencillamente.- Resumámoslo en que ahora todo esta bien. - acabe por decirle, tranquilizador, dando un paso hacia ella, señalando el muro- ¿Puedo? - pregunte, antes de tomar asiento, observándola. ¿Como era posible que incluso en aquellas circunstancias siguiera perfecta?

Intente pensar con frialdad, apartar mis sentimientos. Pero no pude. Si estaba alli, en aquel momento, era precisamente por ellos. Era precisamente por ella. - No podia marcharme de aqui sin hablar contigo. Aunque fuera una sola vez mas.

La idea de no volver a ver a Kate en mi vida me aterraba y me dolia mas de lo que pudiera pensar, a pesar de estar dolido con ella, a pesar del daño que me habia hecho el dia anterior.

Guarde silencio, esperando su reaccion. Esperando ver si su actitud habia variado un apice desde el dia anterior.

Esperando ver qué sentia ella.

- Claro.- le hizo un hueco y ambos se sentaron.

Una larga historia, ¿eh? Ya me dirás por qué andas ahora todo el día con Jackson.

Apoyó los brazos en los muslos y entrelazó los dedos, mirando, ahora sí, a Liam a los ojos. Quizás fuera por la costumbre, o quién sabía qué, pero había tenido el leve impulso de depositar un beso en sus labios.

- Lo entiendo.- comentó al hecho de verse una vez más. Para Katherine resultaba bastante doloroso. A pesar de todo y de haber cortado, los buenos momentos que había pasado con Liam provocaban en la chica tristeza ante la despedida. Y a pesar de haber cortado y de haber permitido que Matt la besara, él estaba ahí, frente a ella, con su perfecto atractivo.- Supongo que es el momento de la despedida.- esbozó una pequeña sonrisa lastimera, bajando la mirada al suelo un segundo. Después miró al castillo. Realmente lo echaría de menos.- Fue... una experiencia increíble.- Y más para ella, que venía de una familia muggle.

La miré de reojo. Y, durante un instante, senti el impulso de pasar un brazo por sus hombros, de atraerla hacia mi. Sin embargo, tuve que contenerme, y disimules el gesto desviando la mano hacia mi pelo, que se habia desordenado con la carrera.

-Kate... ¿de verdad merece la pena?

Aquella fue la unica pregunta que salio de mis labios. La unica duda que, a aquellas alturas, podia tener sobre todo lo que estaba pasando. Yo tenia mis motivos para poder llegar a aceptar aquella ruptura, por mucho que sintiera que me arrancaban las entrañas, pero sabia que los suyos eran muy diferentes, y mi naturaleza luchadora, unida a mis sentimientos por ella, me impulsaban a no rendirme, a luchar por ella.

La miré, en aquel mismo lugar en el que algunos meses atras habiamos bromeado, mientras June estaba en la enfermeria. Y en aquel momento, como entonces, tuve claro que pasara lo que pasara, Kate seria siempre la mujer de mi vida.

Permaneció callada unos largos instantes, aún con la mirada clavada en el fantástico castillo. "¿De verdad merece la pena?". Gran pregunta que Kate no podía contestar con claridad. Miraba a Liam y le quería. Si había tenido alguna duda tras los problemas que habían tenido, se llegaron a disipar en el baile por completo. Le quería. Con él se sentía verdaderamente única. Incluso en aquel momento, mientras él estaba allí, interesándose por ella, Katherine se sentía la mujer más especial del mundo.

- No lo sé.- Terminó por contestar. Pensaba en Mathew, en la promesa que acababa de hacerle a Lucas. Liam y Lucas estaban enfrentados. Ya no solo eran razones de sentimientos. Si no que ella misma necesitaba crear confianza en el círculo de amigos.- Creo que hice lo que creí más lógico, aunque no tiene por qué serlo.- Miró a Liam directamente. Ella era sincera porque valoraba más que nada que lo fueran con ella.- Permití que Mathew me besara, Liam. Lo permití sin apartarme. Y... y no sé si es que eso puede significar algo. Si es que realmente...- se paró. Estaba confusa y las ganas de llorar se agolpaban de nuevo. No sabía qué hacer. Quería a Liam, pero tenía miedo de que el no haberse apartado de Matt pudiera significar algo importante.- Dame una buena razón por la que haya podido hacer yo algo como eso. Una razón que justifique unos actos que no cometo.

Con los ojos humedecidos en lágrimas apartó la mirada de él. Estaba desesperada por tener una respuesta que la tranquilizara. No solo le estaba haciendo daño a él, sino también a ella misma.

- De todas maneras, nos vamos. Ya está. Yo me iré a Manchester y tú a cientos de kilómetros de mí. Ni siquiera sabemos si nos volveremos a ver.

Escuché en silencio a Kate, esta vez sin excusas, sin mentiras. Solo con la pura verdad. Y, a medida que hablaba, las ganas de que lo ultimo que fuera a hacer en aquel colegio fuera lanzar una imperdonable a Mat, iban en aumento. Estaba jodido. Muy jodido. Y, como siempre, mi felicidad volvia a depender de factores ajenos.

-Escucha Kate. Desde aquel beso en la biblioteca siempre, siempre he tenido claro que te quería. Es posible que tratara de engañarme. Puede que tardara meses en ser sincero conmigo mismo. Pero siempre lo supe. Lo sabia cada vez que te veia, cada vez que intentaba evitarte, precisamente porque lo que quería era estar contigo.

Y, desde entonces, todo lo que hice, lo hice por ti. Dejé a mi novia, que acababa de despertar de un coma, amnésica. Me enfrenté a todo el colegio, incluso a mis amigos, especialmente a ellos. Me gané la enemistad de mucha, mucha gente. Por ti.

Desde entonces no he hecho otra cosa que intentar protegerte, intentar cuidarte. Joder, si incluso he colaborado con mi peor enemigo por llegar al fondo de esto, por saber que estás a salvo. Si incluso dejé tirada a Vinny el otro dia, con el cadáver de su hermana aun caliente, porque tu estabas en peligro.

Y sin embargo, por mucho que haga, por mucho que diga, por mucho que lo intente, nunca es suficiente. Siempre llega Lucas, te besa y siembra dudas en ti. O llega Mathew, te besa, y entonces pareces no estar segura de lo que sientes. Y yo, contra eso, Kate, no puedo hacer nada.

Yo sé lo que siento por ti, lo tengo clarísimo. La cuestión es... ¿Sabes lo que sientes por mi?

No puedes estar toda la vida asi, dudando porque haya alguien que sienta alguien por ti. Siempre lo ha habido, y siempre lo habrá, Kate. Y no puedes mandar a la mierda todo lo que tienes, tu felicidad, la de los demás, porque de repente sientes que hay alguien más ahi.

Mírate dentro, Kate. Es todo cuanto puedo decirte. Es lo unico que se me ocurre para que sepas, de una vez por todas, que es lo que sientes, y por qué. Y sé sincera contigo misma, por una vez en la vida.

Aparté la mirada, cuando termine de hablar. Nunca, jamás, habia hablado tan claro con nadie. La queria, y por eso, precisamente era el momento de dejar las cosas claras. De hacerle saber qué sentia y qué pensaba.

-El colegio ha terminado, Kate. Pero podemos aparecernos. Piensa en lo que te he dicho y búscame, si algún día te das cuenta de que quizás sí merecia la pena intentarlo.

Aun la mire durante unos segundos mas, antes de hacer el amago de levantarme. Aquello dolia demasiado, incluso para mi. Necesitaba escapar.