Partida Rol por web

Estabais exhaustos. Si os hacían moveros un metro más o lanzar un hechizo más caeríais al suelo desplomados. Estábais más que seguros de ello. El sudor os caía a raudales por la cara, la ropa se os pegaba al cuerpo y las piernas ya os flaqueaban demasiado. Si no supierais que ni siquiera era la hora de comer habríais apostado la comida de una semana por defender que llevabais entrenando una docena de horas seguidas.

- Está bien. Lo dejamos por hoy.

Escuchar esas dos cortas frases os provocó un escalofrío de placer. Rompisteis las parejas que os habían asignado para la mayor parte de los entrenamientos [Kate-Matt, Vinny-Arianna, Liam-Ryan, Isabella - Isaac, Scott-Clarissa] y fuisteis directos hacia la zona en la que habíais dejado las toallas y el agua.

No erais los únicos que estábais allí. Hogwarts había abierto las puertas con un nuevo objetivo y a su llamada habían acudido en torno a cincuenta jóvenes (*). Gran parte de los alumnos de sexto y séptimo estábais allí, aunque también había alguna cara que os sonaba de uno o dos cursos superiores. Todos vosotros (y muchos más) habíais sido contactados a finales de Febrero por el Ministerio de Magia para comenzar con un programa de entrenamiento. "Inclusión al mundo laboral" lo habían llamado publicamente. Aunque no tardasteis mucho en conocer la verdad. El Ministerio no tenía ninguna intención de seguir perdiendo a sus generaciones más jóvenes. Ni tampoco iba a permitir que un grupo de rebeldes desataran el caos en el mundo mágico. Si era necesario, crearía un potencial ejército para ello.

- Id a ducharos. Volveremos a vernos a la hora de comer.

La que daba las órdenes era Erika Rouvin. Así había sido desde el principio. Desde el cierre del colegio había dejado a un lado su actitud. Y parecía que le iba bastante bien en los círculos más influyentes del Ministerio. Por el momento. En el fondo no era más que una herramienta más del entramado en el que todos os veíais inmersos.

La situación en el mundo mágico seguía en completa tensión, aunque extrañamente pacífica. No podíais evitar pensar que era la calma que precedía a la tormenta. Mientras tanto se iban concretando posturas.

- No olvidéis que esta tarde hablaremos de vuestro futuro profesional.

Sentisteis otro escalofrío, esta vez mucho más desagradable que el anterior. Una de las cosas que os habían dicho al entrar en el programa era que, si lo completábais, quedaría convalidado como vuestra formación completa en Hogwarts. Y entonces, entraríais en el mercado laboral.

En esta ocasión había hablado Miller Grey. Era otro de vuestros formadores. Erika, Miller e Ian Muller encabezaban la comitiva. El cuarto puesto era cubierto por diversos profesionales. En esta ocasión se trataba de Alicia Stevenson. Una joven auror del ministerio de la que no habíais oído hablar en vuestra vida.

Los profesores rompieron filas y supisteis que, por fin, erais libres (*) durante un par de horas.

Erika te había citado para la hora de comer. Lo había hecho en privado justo antes del entrenamiento, por lo que todavía no te había dado tiempo a hablar de ello con nadie. Tampoco tenías muy claro sí querías hacerlo. Llevabas más de un mes en el colegio y esa reencuentro no había hecho más que confirmarte la gran brecha que se había creado entre ti y tus antiguos amigos. Los costantes recuerdos que el colegio te daba de June, Faye y Moses tampoco ayudaban. Por suerte, ya no te hundían en la miseria en la que habías estado metida durante tanto tiempo. Su marcha y la traición de este último habían formado un hueco en tu corazón que nunca se llenaría, pero con el que podrías seguir viviendo. Ahora eras consciente de ello.

Estabas de los nervios. Tanto que había sido casi imposible concentrarte en el entrenamiento. Por suerte lo habías salvado de la mejor forma posible. Eso sí, sin conseguir evitar tu derrota frente a Ryan. Hacía ya una semana que habíais recibido la visita de William Reedmon como profesor invitado. No solo os presentó una visión muy interesante de la tecnología muggle, sino que te había dado lo que llevabas tanto tiempo esperando. Una carta de Lucas.

Había sido de lo más escueta, pero suficiente como para activar en ti todas las expectativas. Te citaba en el lago a finales de la mañana. Había llegado el gran día y tú todavía no habías hablado de ello con ninguno de tus compañeros. No tenías muy claro a quién debías contárselo, ni cuantas personas debíais acudir a la cita. El mensaje te lo habían dado a ti pero, ¿hasta qué punto otros como Arianna, Matt y Kate no tenían derecho de ver como estaba su amigo?

Ese dilema había estado presente durante toda la semana, y durante ese entrenamiento se había incentivado. Estábais a punto de iros a duchar y cada vez quedaba menos tiempo para tu 'cita'. Era el momento de decidir qué hacer.

Para Vinny la idea de formarse en la batalla había sido desde el principio una gran idea aunque el volver a Hogwarts hubiera supuesto un duro golpe en su firme propósito de volver a ser una persona normal. A pesar de todo era algo que no había mostrado ante nadie, ni siquiera ante Isaac, que el hecho de volver a estar en aquel colegio tan lleno de recuerdos que ya no existían conllevaba momentos difíciles para ella.

Por suerte no todo era negativo. había abandonado la casa de sus padres de un modo bastante definitivo, o eso creía. De hecho, esta vez al empaquetar sus cosas se había llevado absolutamente todas sus pertenencias y, sin mirar atrás, se había marchado de la casa en la que había vivido sus dieciocho años de vida, los últimos cuatro plagados de malos momentos.

Con todo aquello debería sentirse liberada pero estaba más entregada a la causa que nunca. Los entrenamientos en Hogwarts eran agotadores pero ella lo daba todo, dispuesta a sacar el máximo provecho, entrenando hasta acabar extenuada. No eran pocas las veces que tras el entrenamiento del día seguía practicando en su habitación hasta lograr un resultado perfecto. Estaba motivada y nunca se había tomado algo tan en serio como aquello.

En aquel momento en el que Rouvin anunció el final de la clase, Vinny se hallaba frente a Arianna, empapada en sudor, con la túnica - no la del colegio - arremangada y la varita en alto. Últimamente estaban siempre tan cansados que casi no tenía tiempo de pensar en nada, lo cuál le agradaba, quizás por eso se permitió una leve sonrisa antes de inclinar levemente la cabeza en dirección a su compañera.

- Ha sido un buen entrenamiento.

Aquel pareció ser el momento que esperaron todos para romper su posición e ir en busca de las toallas y de agua fresca. Se colocó la toalla alrededor de la nuca y los hombros, empapados en sudor, mientras le daba un largo trago a su botella. Antes de darse siquiera cuenta ya tenía a Isaac a su lado, haciendo lo propio al secarse el sudor.

- ¿Qué tal ha ido?

En su pregunta había un ligero tono socarrón que no se traslució en la expresión de su rostro. No era para menos, Isabella había sido su pareja durante las últimas horas y cualquiera podía recordar un par de escenas en aquel mismo colegio en el que la chica había demostrado ser, cuanto menos, violenta. No, desde luego no resultaba la pareja idónea.

Fue entonces cuando comentaron lo de su futuro profesional, forzándola a torcer el gesto. En aquel momento iba muy perdida. En parte pensaba que aquella reunión le iría bien para ayudarla a definir su objetivo profesional pero por otro lado era cierto que se sentía tan perdida que no era algo que esperara con ganas. Se secó el sudor del rostro, deseando quitarse la ropa y meterse bajo la ducha.

- ¿Te vienes a Ravenclaw?

Los últimos dos meses de su vida habían experimentado una considerable mejora. Para empezar, había vuelto a engordar alrededor de tres kilos al empezar a comer de forma regular, aunque al principio había tenido que forzarse. El estar mejor de salud también había ayudado a mejorar su humor y sus fuerzas.

El propósito de salir adelante también ardía como un faro luminoso en el horizonte, impulsándola a mantenerse firme y a luchar contra el desanimo. Por supuesto, éste no había desaparecido de la noche a la mañana, ni el malhumor que portaba consigo, ni siquiera sus ataques de melancolía. Pero había encontrado un método para combatirlos. Cada vez que su estado depresivo amenazaba con hundirla de nuevo se presentaba en casa de Isaac. A pesar de que nunca lo habían comentado estaba segura de que él era consciente de que acudía muchas más veces a él en busca de sexo cuando estaba mal que cuando estaba bien. No es que cuando estuviera bien no fuera, pero no era de un modo tan constante. Además, en aquellas ocasiones en que iba porque realmente lo deseaba se presentaba mucho más juguetona.

Aquello había supuesto una mejora en su vida de otro tipo y no sólo la del "ejercicio físico", el sentirse satisfecha sexualmente hablando o el hecho de recibir cariño por parte de otro ser humano, no. Aquello también le había supuesto una vía de escape de su hogar y había acabado durmiendo muchísimas noches en casa de Isaac en el último mes antes de marcharse a Hogwarts. Ni siquiera creía que sus padres se hubieran dado cuenta y ella estaba ya muy lejos de darles explicaciones cuando habían demostrado tal desapego.

Por supuesto, no todo en aquello era bueno. Se sentía demasiado dependiente de Isaac y aquello en ocasiones la agobiaba. No tenía más amigos y tampoco consideraba que tuviera familia de modo que siendo sinceros, en aquellos momentos Isaac era su todo. Era un problema para alguien tan independiente como Vinny sentir que tenía tantas expectativas puestas en Isaac, quien tenía que cumplir con sus funciones de amigo, familia y hasta cierto punto, de novio.

Aquello último no era algo de lo que hubieran hablado y lo cierto era que Vinny no tenía ninguna prisa por hacerlo. Había varios problemas al respecto, empezando por ella misma. Suponerse enamorada de Isaac acabaría por poner el último clavo en su ataúd de aquella dependencia tan marcada. Se sentía muy atraída físicamente por él y sentía algo, estaba claro, que iba mucho más allá de cualquier relación de amistad al uso. ¿Aquello era amor? Quizás, pero aceptarlo era demasiado aterrador y Vinny sólo estaba empezando a recuperarse. Tal vez si su vida se normalizaba tener ciertos sentimientos por el exravenclaw no la asustaría tanto. Otro problema era el propio Isaac. Era un ligón de cuidado y no sabía cómo sentirse ante ello. Para empezar estaba la incógnita de si el chico se habría enamorado alguna vez, aunque junto a aquella venían muchas más, como si sería capaz de estar en una relación de pareja, a pesar de que la que tenían en aquellos momentos se asemejaba mucho, pero Isaac nunca había parecido demasiado dispuesto a dejarse ligar. Por otro lado estaba el hecho de preguntarse qué sentiría ella si descubriera que para Isaac aquel tipo de rollo que tenían no era algo exclusivo y que se estaba viendo con más chicas. Sabía que no le gustaría pero, ¿hasta qué punto?

¡Terminaron! Aquellas palabras fueron un gran alivio para Kate que se dejó caer al suelo boca arriba, aún jadeante con el pecho inflándose y desinflándose a gran velocidad a causa del gran esfuerzo que había llevado a cabo, mientras observaba el transparente techo del Gran Comedor.

A pesar de que aquellos días estaban resultando de lo más duros, Katherine se sentía feliz. Había vuelto a Hogwarts y eso la hacía realmente feliz. Su mal humor, sus preocupaciones, su incapacidad para sonreír sinceramente como lo había hecho en su época de colegio habían desaparecido por completo. Allí, en aquel castillo, había encontrado nuevamente los motivos que la hacían sentirse viva y feliz. Era considerada por los compañeros y los profesores, estaba realizando una gran e importante labor y lo que más le importaba: volvía a estar rodeada de amigos. Le había encantado el reencuentro con Matt con el que hacía mucho que no convivía y lo cierto es que estar alejada del mundo muggle la hacía sentirse útil. Claro estaba que no estaban siendo unas vacaciones precisamente, pero Kate era muy trabajadora y además sabía que aquel entrenamiento sería realmente útil para su futuro.

Qué asco...

Pensó en esos momentos como casi todos los días. A pesar de las comodidades de Hogwarts, de los entrenamientos satisfactorios, las nuevas y viejas amistades, lo cómoda de la cama y en sí la estancia en su hogar favorito, había una cosa que Katherine Starks no soportaba.

- Por favor... no me mires.- comentó a Mathew, su compañero en aquellos ejercicios.- Estoy asquerosa...

Era la eterna canción de cada día. ¡Odiaba estar bañada en sudor! ¡Y despeinada! ¡Y con la ropa totalmente sucia! Con un accio atrajo una toalla hacia ella y no tardó en ponérsela sobra la cara, avergonzada. No le importaba que los demás estuvieran en su misma situación. Sencillamente no podía notarse pegajosa y sintiendo el pelo alborotado a más no poder. Por suerte dispondría del baño de prefectos al que seguía acudiendo con regularidad.

Escuchó que les dejaban libres al fin y haciendo grandes esfuerzos, pues se sentía como si una manada de centauros le hubieran pasado por encima, se levantó. ¡Qué suerte tenía Matt de tener el pelo corto! Nunca iba a estar tremendamente despeinado. Oyó a Vinny hablar con Isaac. Lo cierto es que hacía mucho tiempo que no pasaban tiempo juntas y había querido hablar con ella desde la última vez que se vieron en San Valentín, pero como desapareció con Fisher...

- ¡Vinny!- le comentó acercándose a ella, interrumpiendo un poco a la parejita, a quien sonrió como disculpándose.- Voy al baño de prefectos. ¿Qué te parece si te vienes y charlamos un rato? Hace mucho que no hablamos. Pero decídelo pronto... no soporto verme en este estado tan... tan...- la cara de asco que puso finalizó la frase.

Cuando Isaac llegó hasta Vinny estaba visiblemente exhausto. Se cubrió la cara con la toalla durante unos segundos mientras recuperaba la respiración.

- Voy haciéndome con la fiera - le dedicó una sonrisa cómplice a la ravenclaw. Habían hablado largo y tendido sobre la inestabilidad de Isabella y las razones por las que se les había ocurrido permitirle participar en ese programa de entrenamiento. - Sí, venga. Vamos. Necesito una buena ducha, y tú no te quedas corta - guiñó un ojo a su compañera, divertido. Entonces se giró hacia el lado opuesto. - ¡Eh, Scott! Te tomo la palabra. Esta semana tenemos que organizar un partido de Quidditch, para no perder la costumbre - recorrió con la mirada a los presentes más cercanos. En especial aquellos que habían estado en los equipos de sus respectivas casas. - El que se quiera apuntar será bienvenido.

- ¿Vamos pues? - concluyó, dirigiéndose hacia Vinny, justo en el momento en el que Kate se acercó hacia ellos. Chasqueó la lengua con un enfado fingido. - Vaya sociedad, ahora ni siquiera se pide permiso... - contuvo la risa con esfuerzo, mientras echaba a andar hacia el Gran Comedor. Dando ya la espalda a las chicas levantó la mano en modo de despedida. - Nos vemos para comer entonces, divertiros en vuestro baño juntas.

Lo dejamos por hoy.

Las cuatro mejores palabras que un ser humano que preciara su propia vida podía escuchar tras aquel entrenamiento. Flexioné las rodillas, apoyando las manos sobre las rodillas, cogiendo aire. Aun mantenía la varita en la mano, cogiendo aire, mientras sentía el sudor deslizarse por mi piel hasta colgar de la punta de la nariz, antes de precipitarse contra el suelo.

Fue a la cuarta gota que conté, que cogí aire, incorporándome aun jadeando, visiblemente cansado por el esfuerzo. - No está nada mal, Nathiel. Para ser tu, claro. - Acabé por añadir, con una diminuta sonrisa. Un comentario y una sonrisa, que solo un año antes debería haberse interpretado como una burla, un despectivo hacia la persona que tenía delante. Pero no ahora. Había algo en aquella sonrisa, o en aquel tono, que decantaba a cualquiera a pensar que aquello era una broma. Un gesto amistoso o cordial hacia el que había sido mi enemigo mortal.

Algo extraño.

Porque en aquellos días que había compartido colegio con mis antiguos compañeros, no hubo miradas de superioridad. Ni malos gestos. Ni algún comentario mordaz o despectivo. Ni siquiera para Matt, y eso debía reconocerse como una autentica hazaña. Y es que desde el último día que estuvimos juntos, aquel día en las Tres Escobas, algo muy sutil había cambiado. No era la concepción del mundo (Muggle y Mágico) tal y como yo lo imaginaba, si no la concepción de los presentes a nivel individual.

- Vamos. - Le dije a Liam, acercándome hasta los demás, pasándome la toalla por la nuca y bebiendo de la botella un largo trago, mientras le daba vueltas a mi vida.

Arianna. La pelirroja ya se había ganado mi favor hacia meses, pero aquel día, en las tres escobas tres cosas hicieron que su condición de sangre fuera un mal menor (y cuando afirmábamos que era un mal menor, podíamos decir que era irrelevante). La primera, aquella mirada al vernos entrar. Lo segundo, su pregunta. Y el tercero y quizás más importante: Lo que Liam mencionó antes de marcharse. Aun me veía en la obligación de apretar los dientes y comentarlo por lo bajo, pero debía reconocer que se había ganado mi amistad.

Y otro trago.

Vinny. La mitad de las cartas que ahora llenaban la papelera de mi casa eran cartas a medio escribir cuya cabecera siempre era "Querida Vinny". Ninguna de ellas terminada, algunas por amargura, otras por pena y otras por no saber que escribir. Ya no buscaba un motivo, no buscaba un porqué en su razón de hacer las cosas. Había mirado el espejo, y me había dado cuenta de lo profético de mis palabras que le dije en confianza a Arianna y Liam el último día de clase. El mensaje lo había recibido durante el entierro de Regina, pero no fue hasta el día de las Tres Escobas que conseguí descifrarlo. Vinny solo sufría. La dramática suma de la incomprensión, el egoísmo y mis propios problemas me habían impedido comprender hasta que punto lo hacía, y lo sola que la había dejado.

Y otro trago.

Kate. No diré que me sorprendió ver su carta de respuesta unos días después de la fiesta de San Valentin. Y en contra de lo que pudiera haber dicho en toda mi vida anterior, fue una sorpresa agradable, a pesar de que lo negaría si alguien me preguntaba. Ya me había repetido suficientes veces lo importante que ahora era Jason para mi, y por extensión su hermana. Repetirlo una vez más sería tortuoso. De considerarla una sangre sucia seguida de una larga lista de descalificativos, a una sangre sucia tratable. Necesitaría al menos tres meses y una dosis más de paciencia para que pasara de la cordialidad a la amistad, además de un repaso mental de cuanto me estaba ablandando. Pero en resumen, me alegraba de que fuera así. No me conocía.

Y otro trago.

Liam. Principal culpable de todo este cambio. Fue su asqueroso regalo lo que me hizo pensar varias veces sobre los últimos cuatro años de mi vida. Y cuando pensaba en aquella foto, pensaba en un momento más feliz de mi vida, una en la que estábamos todos. Debería lanzarlo de la torre de astronomía.

Un trago más.

Matt. Es un Squib, vale. Pero se había portado durante el marrón del ataque en Hogsmade, e incluso me había saludado (aunque fuera involuntariamente) cuando desperté en San Mungo. Además, que demonios, le había dado una oportunidad a los demás Sangre Sucia, que mas daba uno más o uno menos.

Cerré la botella, y tras dejarla sobre la mesa, me limpié la cara con la toalla. Miré a Kate de reojo, cuando no acabó su frase sobre como estaba. - ¿Asquerosa? - Pregunté, aun mirándola de reojo, inclinando la cabeza aun con aquella frialdad y tranquilidad. - Lo has dicho antes. - Me excusé, con un tono de voz mucho menos... formal. - Iba a pedirme el Baño para Prefectos, que le vamos a hacer. - Acabé por decirles, metiéndome en la conversación.

- Me alegro de verte, Vinny. Creo que iré a ducharme ya, lo necesito.  - Despedí a las dos, con la toalla en la cabeza mientras me giraba hacia Fisher. - ¡EH FISHER! - Le grité, con fuerza para que me escuchara. Hubo unos segundos de silencio en lo que se esperaba lo peor. Pero no fue así. - Apúntame. - Acabé por decirle, señalándolo con el dedo índice.

No me había subido a una escoba desde el día de Regina. No jugaba al Quidditch desde que Josh había muerto. Y a aquella altura, todo mi equipo no es que se hubiera retirado: Es que estaba muerto.

Entonces recordé algo. - Lo olvidaba. ¿Cómo esta Jason? - Le pregunté a Kate.

- Estaba pensando que quizás yo también me apunte a lo del quidditch - comentó pensativa ante el comentario de Isaac hacia Scott.

Hacía por lo menos tres años que no jugaba pero a esas alturas el equipo que acostumbraba a capitanear Isaac había quedado en nada. Además, algo que no diría en voz alta, pero si June estuviera viva estaría deseando dejarse de tanto entrenamiento y dedicarse con todas sus energías a aquel partido, su verdadera pasión.

- Por cierto, guárdame algo de comida, no creo que venga a comer.

Fue entonces cuando se le acercó Kate, todo energía, alegría y aquella preocupación exagerada por su imagen personal. Parpadeó un par de veces, buscando tiempo para dar una elusiva a su sugerencia de ir a bañarse juntas cuando Isaac dio por sentado que aceptaría. Si lo pensaba bien, quizás sería lo mejor, que empezara a ampliar su reducido círculo de contactos. El de amigos por ahora no sabía si sería capaz.

Antes de que pudiera decir nada llegó Ryan en formato amistoso con Kate, o lo que se podría considerar amistoso en el slytherin, cosa que le sorprendió mucho. Sus cejas se alzaron casi imperceptiblemente cuando comentó lo del baño de prefectos.

- Ah, sí, yo también me alegro de verte- comentó, confundida en su fuero interno por aquel repentino gesto de proximidad antes de alternar su mirada de Ryan a Kate -. Espero que no hayan cambiado la contraseña - recogió sus cosas con una mano mientras con la otra soltaba el pelo que se había recogido en una coleta -. ¿Vamos?

Ryan fue quien terminó la frase por ella. Seguía bastante confusa. No entendía que ahora se hablasen. Había recibido una carta suya al poco de despedirse en San Valentín preguntando por Jason. Kate imaginó que simplemente estaba al tanto para seguir alguna pista y por ello no le dio la mayor importancia, respondiéndole con educación y cordialidad aunque de forma bastante escueta. Y ahora, desde la vuelta al castillo, el chico había dejado de mirarla con esa superioridad tan...suya. ¡E incluso le hablaba y miraba! ¿Tanto les había unido el llevar al resacoso de Jason?

- No sabía que nuestra amistad había llegado al punto de terminarnos las frases.- comentó. No fue con sarcasmo desagradable. De hecho Kate estaba de buen humor y mientras Jackson se comportase con Mathew, podría mantener leves y escuetas conversaciones con él- Jason está bien. No ha hecho nada raro que yo sepa. Gracias por preguntar... de nuevo.

Kate miró a Isaac cuando éste le hablo centrándose nuevamente en Vinny y el Ravenclaw. Sabiendo que estaba con Vinny -o eso pensaba ella y creía estar muy segura de ello- no le importaba que la viera en tal estado de suciedad.

- Sé que estás deseando unirte al baño...- le dijo con coqueteo exagerado para que se notase que estaba bromeando.- Pero va a ser que no. Luego te la devuelvo bien limpita. Aunque a ese partido de quidditch... nah, lo siento. El sudar detrás de una pelota no es lo mío. Prefiero ver si es posible.

En cuanto Vinny aceptó su oferta, Katherine no se lo pensó - o más bien no dejó a la chica pensárselo dos veces- y tiró de ella para salir.

- Vamos pues que si no estos nos lo quitan. ¡Matt! ¡Luego te veo!

Sin más salió al paso más apresurado posible con su rubia amiga.

Apenas hablaron durante el camino, más que nada porque Kate estaba super deseosa de meterse de una vez en el agua llena de espuma y aromas exóticos. Sabía que la contraseña no había cambiado porque ya había usado el baño más días, por lo que en cuanto la sala estuvo accesible, entró adentro, abrió todos los grifos con sales de mil colores y aromas y empezó a desnudarse sin importarle que Vinny estuviera ahí.

- ¡Al fin! No podía esperar más tiempo...

Desnuda dando la espalda a Vinny mientras la sala se llenaba de vapor, se acercó hasta la orilla y metió los pies primero. Lo bueno de aquela gran bañera era que se llenaba super rápido. Así sentada Vinny pudo observar el tatuaje con forma de huella de tejón bastante grande que Katherine tenía en la zona de la rabadilla.

- ¿Qué tal todo? - se fue metiendo poco a poco en el agua caliente, notando cómo su piel se volvía de gallina ante el placer que estaba sintiendo. Cerró los ojos y se sumergió un segundo para humedecerse el cabello.- Creo que este baño es la zona que más he podido echar de menos de este castillo...- luego bromeó con una sonrisa.- No sé si no me hice prefecta por él.

Se apoyó en la orilla, esperando a Vinny:

- Quién iba a decir que volveríamos aquí. Es genial, ¿no crees? Aunque hay cosas que me tienen descolocada, desde luego.

Obviamente se refería a Jackson. ¿A qué venía toda esa confianza depositada en ella de pronto? No se fiaba ni un pelo pues ese Slytherin, desde siempre, había sido un aprovechado y un oportunista. ¿Qué se suponía que quería de ella ahora con tanto interés?

Me dejé caer en el suelo, totalmente exhausto, empapado en sudor y resollando, como hacia tiempo que no lo hacia. Cuando nos dijeron que podriamos volver a Hogwarts, pero con una intención muy distinta, la de hacer algo por fin, lo cierto es que me alegró.

No es que estuviera mal en casa, ni mucho menos. Era solo que... bueno, por un lado tenia la sensacion de que estando alli, en Hogwarts, al menos podria proteger a los que me importaban, podria asegurarme de que estuvieran a salvo. Sabria, en definitiva, donde estaban y podria actuar al respecto. Y, por otro lado, sentia que, por fin, podiamos ser utiles, aprender algo util. Y lo cierto era que, desde que habiamos regresado, se habia percibido el cambio radical en la concepcion de las clases.

Me tumbe bocarriba en el suelo, cogiendo aire, con las manos sobre la barriga, cerrando los ojos un instante, mientras cogia aire por la boca- Tu tampoco has estado mal... para ser tu. - respondi a Ryan, riendo ante su comentario, mientras abria los ojos para mirarlo de reojo, compartiendo la broma con el con aquel comentario, a pesar de que me hubiera derrotado en el ultimo enfrentamiento.-Joder, estoy reventado... - confese, resoplando, mientras me tomaba un par de segundos para ponerme en pie.

Lo cierto era que, aquel enfrentamiento, como todos los que habiamos tenido juntos, habia sido total y absolutamente a nuestro ultimo duelo antes de abandonar Hogwarts, cuando ambos habiamos terminado en la enfermeria tras nuestro estupido intento de destruirnos el uno al otro. Ahora era distinto. Ahora volvia a ser como antes. Volvia a existir entre nosotros aquella rivalidad sana, sin odios, sin rencores. Volviamos a ser practicamente los mismos de antes.

Habia una verdad en todo aquello: Ryan habia cambiado. Y quizás mi inevitable ego me decia que mi regalo de cumpleaños habia tenido algo que ver. Yo no habia recibido ningun regalo de cumpleaños, de nadie. Sin embargo, tampoco me habia importado, ni me habia hecho olvidarme de los regalos del resto. Uno para Vinny, del que ni siquiera me habia hecho referencia, lo que me llevaba a pensar que quizas, despues de todo, podia haberle enfadado, haberle sentado mal. Y otro, muy similar, para Ryan, que habia surtido el efecto totalmente opuesto, que habia conseguido traer el antiguo Ryan de vuelta. Uno de dos, no estaba mal, aunque podria haber sido mejorable. En cualquier caso, a aquellas alturas, podia decir que las cosas en mi vida en las ultimas semanas habian cambiado, para mejor, en muchos sentidos.

Por un lado, aparte de lo de Ryan, habia sido capaz de mantener la buena relacion con Kate, lo que, a decir verdad, hacia mi vida mas facil, sobre todo teniendo en cuenta las tensiones que antes generabamos en medio del grupo. Lo cierto era que me alegraba de poder volver a hablar con ella, a reir con ella, a bromear con ella. Y eso era bueno, sin duda. Ademas estaba Matt, con quien habia conseguido arreglar las cosas despues de lo de San Mungo, algo que tambien me alegraba, que me hacia sentir bien. Habia recuperado a mi amigo, despues de todo. Tambien estaba Ari, la eterna Ari. Siempre alli, siempre al pie del cañon, a mi lado. Una Ari con la que, despues de la fiesta de San Valentin, tenia las cosas mas claras. Y luego estaba Vinny, sin duda la mas enigmatica... Aun no sabia si me habia perdonado del todo o no, si volviamos a ser amigos, como antes y seguia sintiendo que tenia una conversacion pendiente con ella, muy similar a la que habia tenido con Kate. Sin embargo, habia algo que me tranquilizaba: verla sonreir y ver que, a pesar de todo, parecia ser feliz con Isaac. Y hasta Isabella parecia no querer lanzarme ninguna imperdonable ultimamente. Increible pero cierto.

Y, por si fuera poco, habia recibido una carta. Una que no esperaba. Una que habia supuesto para mi, un rayo de esperanza. Aquel pensamiento fue, quizás, el que me hizo incorporarme finalmente, con gesto cansado- ¡Eh, Fisher! ¡Yo tambien me apunto! - grité entonces, antes de que se marchara, acabando por ponerme en pie, buscando una toalla con la que limpiarme.

-Asquerosos estamos todos... - dije ante los comentarios de Kate y Ryan, pasandome aquella toalla por la nuca, en un intento por secarme el sudor, acabando por cubrirme el rostro. Cogi mi botella de agua, dando un largo trago, controlando finalmente mi respiracion- Eh, ya os vale. Yo tambien queria baño de prefectos. Y encima anda que invitan. - dije, mientras veia como Kate y Vinny se marchaban juntas, resoplando.- Pues va a tocar ducharse en Gryffindor entonces... Ari... ¿Te vienes? Si quieres podemos hacer como ellas y compartir baño...  -bromee, con cierta parte de verdad oculta en mis palabras,conteniendo una carcajada, con la pelirroja, preparandome para la posible colleja que estaba en camino, dejandome la toalla colgada del cuello.

Me acerque entonces un solo instante a Ryan, esperando que la pelirroja aceptara para subir a ducharme y poder hacer un par de cosas que tenia pendientes, susurrandole algo, antes de disponerme a marchar.

Llevaba mucho tiempo dandole vuelta al tema de Lucas, demasiado quizas. Y muchisimas opciones habian pasado por mi mente: desde ir solo, hasta pedirle a Kate o a Ari que me acompañaran, hasta decirselo pero pedirles que no vinieran... de todo.

Sin embargo, cuando finalmente ya habia decidido hablar con Kate y con Ari y poner en comun las cosas con ellas para decidir qué hacer, Kate se habia marchado con Vinny, tomando la decision por mi. Y no, no era un tema que tratar en medio de un salon de duelos.

Aun asi, la pregunta a Ari tan solo habia sido una excusa para poder hablar con ella de aquel tema a solas, al igual que estaba ahora mismo a punto de hacer con Ryan. No solo era lealtad. Tambien era una cuestion de seguridad. Aun no tenia claro en quien podia confiar y en quien no, y si iba a reunirme con Lucas, necesitaba que Ryan lo supiera, por si acaso algo iba mal.

De ahi aquel susurro, antes de abandonar la clase.

-He recibido una carta de Lucas. He quedado con el ahora, en el lago. No sé que quiere, ni en qué plan viene. Asi que si no he vuelto o te he dicho como muy tarde para despues de comer, ya sabes donde buscarme. - dije, camuflando mis palabras tras una sonrisa dedicada a la galeria.

Ahora ya podia acudir a aquella cita.

El comentario de Ryan sobre el Baño de los Prefectos enseguida fue seguido por un femenino eco.

- Quizá deberías ir con ellas, ayudaría a que el lugar no perdiese toda su clase.

Los problemas con Isabella se habían reducido notablemente, aunque sus comentarios mordaces seguían encontrando su espacio. Habíais decidido no tomároslos de forma personal. Resultaba lo mejor teniendo en cuenta la inestabilidad de la slytherin.

- Apúntame a mi también, Fisher - continuó, girándose hacia la entrada - No quiero quedarme con las ganas de ganarte también en el campo de Quidditch - en sus labios se dibujó una sonrisa casi divertida. No se llevaban especialmente bien, pero los dos eran sangre pura. Para Isabella la pureza de sangre siempre marcaba la diferencia. - Voy a la Sala Común, ¿vienes? - ni siquiera esperó a que Kate contestara el comentario de Ryan para hacer la pregunta. Para ella la hufflepuff no era más que un mueble viejo.

Cuando Liam se acercó hacia Ryan Isabella puso los ojos en blanco. - Te dejaré con el novio - el comentario más que para Ryan iba para Liam, a quien no le quitaba ojo de encima. - Nos veremos luego.

Sin decir nada más echó a andar hacia la Sala Común.

Cualquiera diría que lo de Kate con aquel baño era una profunda relación de amor. Se pasó los primeros minutos alabándolo y los siguientes disfrutándolo. Las comisuras de los labios Vinny se alzaron, divertida, pero no hizo ningún comentario al respecto, se limitó a desvestirse con mayor tranquilidad que la exhufflepuff, doblando su ropa con esmero y dejándola sobre uno de los banquillos.

Lo malo de aquello era que no tendrían ropa limpia para cambiarse. Aquel pensamiento escapó de su mente al reparar en el tatuaje situado al final de la espalda de Kate. Rodó los ojos, sin que la chica lo viera. No le iba para nada a alguien tan mirado por la imagen como la chica. La única marca que ella tenía consistía en una depresión en el lado derecho del abdomen, algo que de tratarse con medicina muggle hubiera dejado una horrible cicatriz pero recayendo en las habilidosas manos de los medimagos había quedado como una simple marca.

Vinny no tardó en sumergirse en el agua tras Kate, hundiendo la cabeza para emerger, instantes después, con su cabellera rubia chorreando.

- Kate, ¿quieres ir al grano? - dijo por fin, viendo que la chica parecía más que dispuesta a allanar el terreno -. Siempre has sido muy obvia cuando das rodeos - negó levemente con la cabeza con un gesto divertido -. No echaba tanto de menos Hogwarts como para desear volver - contestó por fin, a pesar de haberle insistido en entrar al tema.

Lo cierto era que se la veía tranquila y relajada, casi la antigua Vinny, aunque desde luego ya no sonreía casi nunca, o no de un modo tan natural y alegre como antes, pero era algo totalmente normal, dadas las circunstancias.

Kate, que había permanecido con los ojos cerrados y una expresión de lo más relajada, abrió primero uno ante el primer comentario de Vinny y terminó por abrir el otro. Tan directo... que casi daba pereza ponerse tan pronto a hablar de cosas importantes. Suspiró y se colocó frente a Vinny, cerca pero no tanto como para rozarse. Había una distancia apropiada para tratar temas serios sin que llegara a ser incómodo en un baño.

- Y yo que quería disfrutar más de tu compañía...- suspiró. Pues nada. Habría que ir directamente al grano.- Verás, llevo queriendo hablar contigo desde San Valentín. He... bueno, he estado investigando bastante. Isabella Black me dijo, al igual que a Matt y como ya debes de saber, que hablara con Derek Malfoy, que tenía información importante. Imagino que sería lo de Bulgaria. Pero no solo quería hablarte de eso del señor Malfoy.- Sin pensárselo dos veces, y sin ser conocedora de que quizás a Vinny le molestase, Katherine cogió de la mano a Vinny, sosteniéndola con ambas, mirándola directamente.- No me fío de nadie, Vinny. Solo de Mathew y para de contar. Y... lo cierto es que también confío en ti. - le habían pasado suficientes cosas malas como para que ella fuera la causante de aquellos ataques.- Por lo tanto, he decidido que quiero hacer equipo contigo. Ambas somos astutas, listas y capaces. Además, tú dominas campos que yo no y viceversa. Considero que haríamos buen equipo. Un equipo sin mentiras, sin desconfianzas, sólido e implacable. Por supuesto podríamos contar con Isaac si confías en él y obviamente en Mathew, pero quiero que la base, el pilar, esté en nosotras dos.- le hablaba con total sinceridad.- Y quiero que sepas que no te estoy diciendo esto por conveniencia, como si estuviera sola o algo así sino porque te valoro. Jackson y su grupito ultrasecreto parece que quieren contar conmigo, pero no me fío del todo de ellos. Demasiados secretos, demasiados juramentos inquebrantables como para saber que no solo se estarían aprovechando de mí.- por mucho que Jackson hubiera pretendido cambiar, Kate seguía recelando.- ¿Qué me dices? ¿Hacemos equipo y te pongo al día de todo y tú a mí? Creo que si juntamos información podemos sacar cosas en claro y no quedarnos atrás.

Había pasado ya un mes desde la fiesta de San Valentín y Arianna ya tenía mucha más práctica con el tema de las profundidades. Desde que perdiese la visión en un ojo había tenido una época de frustración, con muchos momentos en los que había estado apunto de darse por vencida cuando practicaba a coger objetos en su casa. La ceguera se había juntado con las tensiones y los problemas entre ambos mundos. Había sido una época...no había sido una época buena. 

En cuanto les habían ofrecido la oportunidad de volver al colegio no lo había dudado ni un segundo. No quería volver a sentirse desprotegida. Mucho peor, sentir que no podía proteger a los que le importaban, que lo que les habían estado enseñando hasta aquel momento no había servido para nada. Estos entrenamientos eran la manera de demostrar que podían ser de utilidad para la sociedad. 

- Sí. Ha sido un buen entrenamiento.- le dice sonriente a Vinny. Entrenar con ella era duro y exigente y eso le gustaba. Su mirada acompaña su sonrisa, aunque uno de sus ojos está tapado por un parche que en esos momentos está hecho de un tejido muy similar al de su ropa de deporte. A sabiendas de que iba a sudar, había decidido vestir con ropa de deporte muggle, mucho más útil que las capas de los magos. No le había resultado difícil conseguirla, pues había tirado de contactos de aquel verano en el que había trabajado en el invernadero. Lo único que era mágico en ella en ese momento, aparte de la varita, era el parche. El regalo de Liam había resultado ser muy útil, adaptándose a aquello que llevara puesto. Si incluso absorbía el sudor y hacía que se evaporase. Ese pensamiento le arranca una sonrisa y justo en ese momento el Gryffindor se acerca a ellas, al igual que varios más de sus compañeros. 

Unos deciden ir al baño de prefectos, otros a sus antiguas salas comunes. El lugar no es importante. Lo que más curioso le resulta a Arianna es cómo han cambiado algunas de las relaciones entre los presentes. Nada que ver con lo que era cuando compartían clase en Hogwarts. En su caso, había conseguido mitigar el odio que sentía hacia Isabella, sustituyéndolo por una especie de pena por lo loca que estaba. Si hasta Ryan había empezado a caerle bien. O al menos ya no le caía mal del todo, lo cual era un avance. Tampoco es que le hubieran quedado muchas más opciones. 

Su mano se mueve instintivamente, sin que ella pueda hacer nada, hacia la nuca de Liam cuando hace aquel chiste con los baños. 

- Sí, anda. Vamos. No me va a venir nada mal una ducha.- responde, echando a andar para disimular el ligero sonrojo de sus mejillas ante el comentario. 

No hace ningún comentario respecto al quidditch. A ella no se le daban nada bien los deportes, aunque sí que se pasaría a verles jugar. Igual hasta se animaba a coger una escoba y dar un par de vueltas volando. 

Que Kate la cogiera de la mano fue lo peor, aunque estaba claro que la chica debería medir sus gestos impulsivos, más que nada porque aquel contacto cercano en una bañera, desnudas, no acababa de ser del todo cómodo para Vinny, más que nada porque cuando tomó su mano ella la tenía a la altura de la cadera. Era una suerte que la exhufflepuff contara con más puntería que tacto.

Por supuesto, toda su charla, su discurso - a Kate le gustaba dar discursos - acerca de la confianza, era difícil de tragar para Vinny, no porque creyera que Kate mentía sino porque era con lo que más problemas tenía ella misma para lidiar. Vinny y el confiar totalmente en las personas en aquellos momentos eran puntos bastante distantes en el eje. ¿Colaboradores? Sí. ¿Personas en las que confiar al cien por cien? No.

- Kate... - ya había pasado el suficiente rato así que decidió soltar la mano con delicadeza y mirar a la rubia -. Confío ciegamente en Isaac. ¿Sabes por qué? Porque se tomó veritaserum y contestó a todas mis preguntas con la verdad absoluta - ladeó un poco la cabeza, mirando a la rubia con seriedad y con una sombra de pena en la mirada -. No...yo...me cuesta confiar en la gente después de lo de Faye, June y lo de Moses siendo un traidor - tampoco estaba en absoluto de acuerdo en formar un grupo donde ellas dos fueran el pilar fundamental -. ¿Quieres que colaboremos? Pues adelante, pero...

Dejó la frase inacabada. No, no habría confianza ciega. Si hallaba información vital que creía que podría ayudar a alguien culpable, no se lo confiaría a Kate ni a nadie. Tampoco confiaría su vida a la exhufflepuff o le daría la espalda. De hecho sólo se estaba tomando aquel baño con la chica porque había visto con claridad que en su estado de desnudez no llevaba varita alguna, por no decir que lo había anunciado ante todos sus compañeros y que si le pasaba algo todos la señalarían como culpable.

Con lo bonito que le había quedado todo, fue Vinny y con tan solo una mirada, destrozó toda intención. Sin poder evitarlo, Kate se sintió decepcionada. No solo Vinny le estaba diciendo que no confiaba en ella ni en nadie, lo que podía ser comprensible en cierto modo, si bien era un pensamiento erróneo, sino que le estaba haciendo ver que la idea de Kate con respecto a ella había sido totalmente errónea.

Quizás me he pasado con lo del pilar...

No hizo amago de retener su mano y la miró directamente, con más decepción que seriedad. Lo que Berenice le estaba ofreciendo ya lo tenía por otro lado y precisamente era aquella especie de rechazo a contarlo todo lo que había llevado a la Hufflepuff a contar con Vinny en primer lugar. Pero no de aquel modo.

- Lo que me estás diciendo es comprensible, pero ya me lo han ofrecido por otro lado y es esa falta de honestidad lo que me echa para atrás.- quería compañeros que no le ocultasen cosas, que en cuanto supieran algo o necesitaran algo contaran con ella. No personas que tan solo le sacaran la información y poco más. Probablemente se trataba de una utopía.- Al igual que a ti, no me gusta sentirme utilizada.- un asomo de tristeza apareció en la cara de Kate. Su mente había viajado a Lucas una vez más.- ¿Quieres confiar en mí? Entonces dame veritaserum, no tengo nada que ocultar. Pero tú también lo tomarías para mí. Así tendríamos lo que tú quieres y lo que yo quiero. Sin secretos.

Era su última oferta. No le gustaba del todo la idea de hacer tomar a una persona Veritaserum para confiar en ella, Kate tenía el ideal de que, te traicionen o no, llega un momento en que hay que confiar en las personas porque es peor la soledad a la traición. Estaba claro que Vinny no pensaba así y para Katherine era un hecho triste.

Tampoco quita que llegado el momento Vinny decidiera no contar conmigo, pero esto sería un buen paso para, al menos, saber que haga lo que haga será para un bien común.

Mat estaba exhausto. No quedaba un solo lugar del que no sudase. Había sido casi peor que los entrenamientos de quidditch tan duros que a veces hacía. Tal vez no debería haberlos presionado tanto. Pensó, al imaginarse a los pobres jugadores sufriendo aquello cada semana. Pero ya daba igual, ahora tenía que centrarse en acabar sus estudios y pensar en su futuro para poder llevarse a su hermana de casa. Cuando le ofrecieron aquel preparamiento para convalidar los estudios de Hogwarts no tuvo que pensárselo demasiado. Era la oportunidad perfecta.

Kate había demostrado ser una digna compañera y rival. Le había hecho sufrir, y mucho, lo cual Mat agradecía. Claro, porque yo estoy de gala. Comentó, sonriendo a Kate. Siempre igual, tenía que ir divina a todas partes. Todos estaban sudorosos, despeinados y con unas pintas horribles.

No puede haber un partido de quidditch sin mí. Dijo, animado por la idea. Al escuchar que Vinny se apuntaba su sonrisa se ensanchó. Va a ser pan comido. Comenté, tan competitivo como siempre. Scott! Me acerqué a él. ¿Vamos a la sala Común? No quiero seguir oliendo así. A Mat no le gustaban los privilegios y, por eso, rara vez había usado los baños de los prefectos. Prefería usar los de la sala común. además, no iba a dejar solo a su mejor amigo.

Nos vemos después! Dijo, despidiéndose. Se encaminó hacia la sala común.

Uffff, vaya día. Se están pasando un poco, ¿no crees? Son como mis entrenamientos cuando tengo un día malo. Comentó, en broma, a Scott.