Calificaciones E.X.T.A.S.I.S.

Transformaciones: 10

Encantamientos: 9

DCAO: 10

Pociones: 8

Criaturas Mágicas: 7

Estudios Muggles: 8

Runas Mágicas: 7

Herbología: 8

Opciones Laborales

1) Becaria del área de Representación Internacional del Departamento de Cooperación Mágica Internacional

2) Periodista en El Profeta

3) Ayudante del Tribunal Wizengamot

Al final del pergamino pudiste ver una frase añadida en una letra y tinta diferente:

"Madure, señorita Blair. No somos más que peones de un tablero demasiado grande. Es hora de que lo acepte".

Calificaciones E.X.T.A.S.I.S.

Transformaciones: 9

Encantamientos: 8

DCAO: 10

Pociones: 8

Criaturas Mágicas: 7

Runas Mágicas: 7

Herbología: 10

Opciones Laborales

1) Ayudante en el departamento de Comunicación del Ministerio de Magia

2) Ayudante en el Departamento de Seguridad Mágica (no área aurores)

3) Ayudante en el Tribunal Wizengamot

Sentada entre sus amigos Vinny había permanecido esperando las notas sin sentir ningún tipo de impaciencia, con los ojos cerrados como si durmiera y sujetando la mano de Isaac en lo que pretendía ser un gesto reconfortante para ambos. Durante todo aquel rato no pensó en nada, consciente sólo del aire que escapaba entre sus dientes cada vez que expiraba, el tacto suave de la mano de Isaac bajo las yemas de sus dedos y de la presencia de sus amigos. De algún modo le parecía que aquel sería el último instante de paz que iba a tener durante mucho tiempo, quizás el resto de su vida, y había decidido disfrutarlo haciendo acopio de todos los elementos de calma de los que pudiera infundirse.

Las comisuras de sus labios se alzaron levemente insinuando una sonrisa cuando escuchó los pasos y las palabras que anunciaban que todo aquello había terminado. Abrió los ojos casi con pereza y permitió que Isaac tirara de ella para ayudarla a levantarse. Sintió un pinchazo de pena al saber que su momento de paz había terminado pero no se traslució en su rostro cuando tomó el pergamino con su nombre entre sus manos y lo desplegó.

La expresión de sorpresa ante sus notas se atenuó ante la sonrisa burlona que apareció en sus facciones al leer la única frase que había escrita en su pergamino. Bueno, supongo que las cosas empiezan a ser demasiado obvias como para seguir con el paripé demasiado tiempo, pensó para sí mientras plegaba con cuidado el pergamino con las notas y examinaba el otro, sintiendo la misma honda satisfacción.

- No voy a tener ningún problema en trabajar de lo que quiero - su voz estaba repleta de humor negro contenido. Medio minuto después ya había rodeado con un círculo la segunda de las opciones que le habían presentado y le había entregado el pergamino plegado a uno de los empleados del Ministerio. Aprovechó el momento para espiar por encima del hombro de Isaac -. ¿Qué hay de ti? ¿Qué vas a hacer?

Había salido satisfecha de los exámenes, pero mientras esperaba en ese corredor empezó a sentirse menos segura de aquella sensación de haberlo hecho bien. Se frotó las manos expectante y miró a Liam, que se encontraba a poca distancia de ella. 

- ¿Qué tal te ha salido?- No quería levantar demasiado la voz. Por algún motivo el silencio que reinaba en el corredor parecía sagrado. En ese momento, llegaron las notas. 

Arianna cogió su pergamino y lo abrió examinando una a una todas las calificaciones, guardándolas en un rincón de su memoria. No estaba mal. Aunque no pudo evitar torcer el gesto al ver su nota en Estudios Muggles. Precisamente en esa era en una de las que le gustaría haber destacado. Aún así no se podía quejar. Lo que suponía más quebradero de cabeza eran las opciones de trabajo. La primera no le llamaba nada la atención, pero tenía serias dudas con respecto a las otras dos. Tendiéndole el pergamino a Liam, le pregunta. 

- Entre estas dos opciones, ¿cuál me recomendarías?- al cabo de unos segundos, añade algo más.- ¿tú qué vas a elegir?

2) Ayudante de la Oficina de Enlace con la Comunidad Muggle

3) Ayudante de la Oficina de la Ley Mágica Internacional

Allí estaban todos.

Liam, Arianna, Vinny sentada con Isaac e Isabella sentada junto a mí. Ahora, deberíamos hacer una pausa en esta bonita escena y recordar que todos los presentes están relajados, tranquilos e incluso cordiales. Y sin ningún tipo de droga o poción de por medio. Si solo hace seis meses atrás hubieran mencionado tal escena en tal situación sin violencia, insultos, sangre, vejaciones, mutilaciones o amenazas de por medio simplemente me habría reído de él. Después, siguiendo un orden lógico le habría escupido y por último amargado el día humillándolo públicamente.

Pero no era así.

Llevábamos algo más de una hora haciendo el zángano. Era menester decía que aquello era lo que todos los presentes necesitábamos. Una hora de no pensar. De estar allí, sentados unos delante de otros sin hacer o decir nada. Llevaba desde que me había sentado con el brazo sobre los hombros de Isabella, dejando que esta se apoyara en mi en un gesto más cercano y cariñoso de lo habitual públicamente.

En la mano contraria, llevaba un rato haciendo pasar un Galeón de oro por los nudillos en un juego sin fin con el único objeto de perder tiempo, de no pensar, de relajarme y disfrutar de la brisa que de vez en cuando corría por el pasillo. Resoplé, moviendo la cabeza y apoyándola sobre la de Isabella segundos antes de que aquellos pasos anunciaran que aquel descanso, había terminado.

Que posiblemente fuera el último en mucho tiempo.

Miré a la chica que estaba a mi lado, para acabar resoplando, con cierta molestia ante la idea de terminar aquel descanso tan bien merecido. Mis músculos se tensaron, buscando la fuerza para ponerse en pie una vez más. Hacía tanto tiempo que no descansaba, que no tardé en darme cuenta de lo malo que era la paz, la tranquilidad y el relax.

Me puse en pie lentamente, para acabar arreglando la ropa, hasta acabar impecable, a pesar de todo. Miré a Isabella, esperando a que esta se pusiera en pie para acercarme a los demás en busca de las notas de los EXTASIS. Miré con cierto desafío al mensajero, arrancándole el sobre con una mirada inquisitorial y sin decir palabra, abriendo el sobre comprobando lo que allí estaba escrito.

Mis ojos fueron peinando uno a uno lo que allí estaba escrito.

Previsible en el mayor número de casos. Sorprendente en uno. Satisfecho en todos. Plegué con elegancia la carta, guardándola para abrir la segunda con las salidas "Profesionales". - No soy el único que no se sorprende ¿verdad? - pregunté en general, mientras marcaba la segunda opción, y volvía a meterlo en el sobre.

- No ha sido tan difícil. - Le dije al mensajero, entregándole de vuelta la carta cerrada una vez más con mi decisión. Me giré entonces hacia Isabella, acercándome a ella y mirando que estaba escribiendo, cuáles eran sus salidas, notas y elección sobre su futuro.

Por desgracia, aquella cercanía me recordó algo más. Miré a los demás, un vistazo rápido, pasando uno por uno mientras seguía serio, pensando. Era el momento del adiós.

2) Ayudante en el Departamento de Seguridad Mágica (no área aurores)

Despues de varios minutos intentando aguantar el mono, habia acabado por encenderme un cigarro. Demasiado tiempo ahi adentro, y demasiada tension en las ultimas horas, en los ultimos dias, en los ultimos meses.

No dejaba de mover mi pierna derecha, mientras fumaba, en completo silencio, disfrutando de aquella tranquilidad que me brindaba aquel pasillo. Disfrutando del placer de no hacer nada aunque, por desgracia, mi cabeza no habia dejado de ser un hervidero de ideas.

En cuanto termine de fumar, apague el cigarrillo, haciendolo desaparecer con un agil truco de manos, y lleve la mano al bolsillo, sacando un objeto en el que llevaba tiempo pensando, al que no dejaba de darle vueltas: el amuleto de mi padre.

Lo observe, en silencio, recordando lo que me dijo cuando me lo entrego, preguntandome qué querria decir, por qué me lo habria dado, y cual era el mejor momento para usarlo.

Entonces, de repente, escuche aquel susurro, y reconoci aquella voz, que hizo que me girara ligeramente hacia ella y que dibujara una diminuta sonrisa en los labios- Pues teniendo en cuenta lo que he hecho este año... me ha salido hasta bien y todo, creo... ¿Y a ti? - le susurre a Ari, con cierto humor, palmando un trozo de banco junto a mi, por si queria sentarse un rato, mientras nos daban los resultados.

Sin embargo, justo en aquel momento, llego la funcionaria, con todos aquellos pergaminos con nuestros nombres. Pues si que habian sido rapidos. Alli estaba ya sellado nuestro destino. La cuestion ahora era si aquellas entrevistas habian servido de algo, si realmente habian escuchado nuestros deseos y los resultados de aquella prueba se ajustaban a ellos.

Cabecee, mirando a Ari, en direccion a la funcionaria, y mire tambien al resto: a Vinny, que estaba con Isaac, y a Ryan, que permanecia junto a Isabella, dedicandoles una mirada cargada de significado. Y entonces, me acerque, tras la pelirroja, a coger mi pergamino.

Lo abri con cierta ansiedad, deseando ver su contenido. Y lo cierto es que la sorpresa se dibujo en mi rostro cuando vi que yo, que siempre habia sido un alumno mas bien mediocre, me encontraba con aquellos EXTASIS, con buenas notas y todo.Una sonrisa se dibujo en mis labios, cuando vi las calificaciones. Una que se amplio, irremediablemente, al ver cual era la primera de las tres opciones profesionales que se me daban a elegir.

Estaba dentro. Y eso era todo lo que necesitaba saber.

Tuve que reprimir un grito de jubilo, al ver lo que habia escrito en aquel pergamino. En su lugar, deje que mi sonrisa hablara por mi cuando me gire hacia a Ari, observandola mientras leia sus resultados- ¿Y bien? ¿Como fue?- pregunte, impaciente por saber que tal le habia ido, mientras mi inclinaba a ver el pergamino que me mostraba, leyendo aquellas opciones- Joder, no esta mal... Yo... creo que cogeria... La tercera. La segunda, como sigamos asi, tiene poco futuro... - le comente, con cierto humor macabro, dandole un pequeño empujon en el hombro, bromeando despues de toda aquella tension. Entonces escuche su pregunta y la mire, con el mayor gesto de confianza, clarida, y resolucion que me habria visto en mi vida.

-Yo lo tengo clarisimo. La primera. - le dije, dandole a entender que era lo que habia estado buscando. Que sabia por donde tenia que empezar a forjar mi futuro.

Y la mire, mientras le tendia mi pergamino, esperando leer una reaccion en ella.

- No esperaba menos de la expremio anual - Isaac permaneció quieto mientras Vinny se acercaba hacia uno de los funcionarios. Por supuesto, ya había echado un ojo al pergamino mientras su compañera rodeaba la segunda opción. - Me dicen tu opción hace un año y hubiese creído que estaban locos, de verdad. - añadió, sonriendo divertido, justo antes de concentrarse en su papel.

Se quedó en silencio unos segundos, inclinado hacia uno de los laterales para permitir que la chica tuviese una mejor visión. - Me estás presionando, ¿sabes? - hablaba en broma, aunque seguía sin elegir una de las opciones.

Isaac no era el único incapaz de separarse de su pergamino. Isabella permanecía de pie como una estatua y con los ojos clavados en los resultados. Por la expresión de su rostro, las cosas no le habían salido tan bien como a vosotros.

Calificaciones E.X.T.A.S.I.S.

Transformaciones: 9

Encantamientos: 8

DCAO: 9

Pociones: 8

Criaturas Mágicas: 5

Runas Mágicas: 5

Herbología: 6

Opciones Laborales

1) DENEGADO

2) DENEGADO

3) DENEGADO

(*) Para acceder al programa de empleo para exalumnos deberá someterse a una evaluación por el Hospital San Mungo y el Departamento de Seguridad Mágica.

- Me he vuelto temeraria y disoluta - replicó con sencillez ante el comentario sobre su elección.

Estaba bastante de acuerdo con lo que le había dicho el chico y de hecho ella tampoco comprendía la proyección de futuro que podría tener con aquello. Cierto era que Vinny iba a ser trabajadora con lo que fuera y que lo daría todo, pero sabía que aunque ahora la verdad fuera su obsesión quizás en unos años desapareciera para darse cuenta que aquella había sido una decisión impulsiva. Tal vez era una suerte que en aquellos tiempos el futuro pareciera lejano e incluso improbable.

Por contra, las opciones de Isaac no suponían ninguna sorpresa. Era casi enternecedor que alguien siguiera persiguiendo sus sueños. Casi.

- ¿Qué hacías en Historia y Runas, Isaac? ¿Volar avioncitos de papel? - dijo con falsa incredulidad, aprovechando que él no podía ver la expresión divertida de su rostro mientras miraba sus notas y opciones. Dejó escapar un bufido poco delicado a la par que su sonrisa se ampliaba -. No intentes la primera si no tienes intención de llegar a jefe de departamento - sentenció. No, no veía a Isaac como ayudante toda la vida -. Y la segunda, suena interesante pero no sé, el Quisquilloso no me ofrece demasiada credibilidad, quizás su sección de deportes esté mejor - no sonaba demasiado convencida -. En cuanto a la tercera... - la que menos le gustaba para su propia tranquilidad, a decir verdad -...creo que es la mejor para ti, por lo menos mientras seas joven - guardó un momento de silencio antes de añadir con cierta perplejidad -. Sabes, me sorprende que te hayan aceptado estas opciones.

Miré el pergamino que tenía Isabella entre manos, después de entregar el mío. No hubo expresión alguna en mi rostro, ni emoción ni respuesta. Simeplemente estaba serio, como siempre. Pero esta vez, cogí el pergamino de Isabella, doblandolo con una mano en un gesto de habilidad mientras colocaba en su hombro la otra mano. - Irrelevante. - Acabé por decirle, mirandola de reojo. - Ahora hay cosas más importantes que hacer. Ves a la habitación y prepara tus cosas para marcharnos. - Le dije para marchar lo antes posible a casa de los Black. Estaba preocupado por el futuro de Katherine. Y si no llegabamos a tiempo, podríamos estar en otro funeral próximamente.

No entraba en mi agenda, además, de ser así podríamos tener la oportunidad de descubrir que le pasa a Katherine Black.

- Ahora me reuniré contigo. Aun hay algo que tengo que hacer. - Acabé por sentenciar, con un tono serio y grave en mis palabras, con aquella frialdad y cálculo sobrehumano que parecía acompañarme a donde fuera. Tuve un momento de duda, al estar tantos allí presentes. Pensé quizás, que lo que necesitaba Bella en ese momento era un abrazo.

El primer problema era que no me hacía la menor gracia mostrar que tenía sentimientos en público. El segundo problema era que estaba seguro que Isabella tampoco le haría la menor gracia. Y tercero suponía que a todos los dejaría con una mezcla de extrañeza y preocupación por el gesto.

Conclusión, ya hablaría con ella en privado.

Dirigí mi mirada a Liam y Arianna, meditando unos segundos para acabar acercandome hasta la pareja, plantandome ante ellos, mirandolos serio, primero a Arianna y después a Liam.

- Ha llegado el momento del adiós. - Dije con cierto tono solemne. Si, era una despedida. Después de lo que habíamos vivido, tenía claro que cada vez que nos separábamos existía una importante posibilidad de no volver a ver a alguno de ellos. Resoplé, alzando el mentón mirándolos con cierta seriedad.

- Por lo tanto... - Comencé a decir, carraspeando. - Adiós. - Acabé por decir como si fuera algún tipo de sentencia divina. Mis piernas se tensaron en lo que sería el movimiento natural de darme la vuelta y marcharme, pero algo me paró allí mismo. Era una vieja amiga a la cual intentaba ignorar siempre que tenía la ocasión y con la cual, normalmente, no estaba de acuerdo.

Una vocecilla llamada consciencia.

Una vocecilla que me repetía que quizás aquella sería la última vez que los viera. Quizás era el momento de soltar prenda, de aflojar aquella presa sobre mi opinión sobre ellos. - Bueno. - Dije, prorrogando la despedida, mientras desviaba la mirada hacia paredes, techo y suelo.

- Liam. Yo no me arrepiento de nada. Pero... - Comencé a decir, frunciendo el ceño en un gesto que demostraba lo mucho que me costaba decir algo que pensaba de forma sincera. O más bien, lo que me costaba decir algo bueno de alguien de forma sincera. - Si tuviera la oportunidad de cambiar algo, jamás te habría acompañado al bosque prohibido. - Y aquello quería decir mucho más de lo que cualquier otra persona que no fuéramos nosotros dos pudiera entender. No dije nada más, mirando entonces a Arianna.

- Arianna. Tampoco me arrepiento de nada, pero... - Aquella nueva pausa, en la que me veía obligado a armarme de valor. Me quedé mirando a los ojos de Arianna, para acabar levantando el mentón, en un gesto de orgullo y que buscaba ayudar a mantener esa máscara de indiferencia y frialdad. - ...me alegra haberme equivocado contigo. Poder llamarte amiga, haber confiado y confiar en ti. - Y con ellos, no podía mentir.

No necesitaba una respuesta, no la quería. Era el momento de marchar, de terminar aquello que sonaba a despedida definitiva. Porque todos sabían a donde iba, directamente a ponerme delante de la siguiente de la lista de muertes. - Buena Suerte. - Acabé por decir, retrocediendo un solo paso, mirándolos antes de darme la vuelta, marchándome.

Aun estaba con mi pergamino tendido en direccion a Ari, a la espera de que me dijera su opinion sobre lo que acababa de mostrarle cuando, de repente, vi una sombra delante nuestro. Alce entonces la mirada, sentado como estaba, y observe a Ryan, alli, delante nuestro, serio.

Quizas era mas consciente que nadie de lo que hacia alli, delante nuestro. No, el no venia a comparar sus opciones con las nuestras. Estaba seguro de que eso no era importante para el y de que, en el mejor de los casos era algo secundario y que habria supuesto o deducido, al menos en mi caso, conociendome como me conocia.

Pero precisamente por eso, porque nos conociamos, fui consciente de lo que estaba haciendo alli. Aunque yo tampoco lo habia dicho, sabia lo que significaba: nos marchabamos de alli. Volviamos a despedirnos. Y, aunque las intenciones eran las de dividirnos y continuar con nuestra investigacion para volver a reunirnos despues, supongo que todos teniamos aquella desazon, aquella horrible sensacion de que cada vez que nos deciamos adios podia ser la ultima.

Asi pues me puse en pie, dejando mi propio pergamino en manos de Ari, en un gesto de total y absoluta confianza hacia ella. Y observe a Ryan, en silencio, esbozando una media sonrisa al ver aquel amago de marcharse que parecio pensarse dos veces y que en realidad tenia mucho, mucho mas detras lo que mostraba.

Lo escuché, en silencio, asintiendo a sus palabras, borrando parcialmente la sonrisa, cuando escuche aquel adios. Sin embargo, Ryan continuo hablando y la expresion de sorpresa no tardo en aparecer en mi rostro. Nunca, jamas, habia dicho tanto con tan poco.

Asenti, lentamente, mientras escuchaba como se dirigia tambien a Ari, dedicandole tambien unas palabras profundas y sinceras que, viniendo de quien venian decian mucho. Y, cuando guardo silencio lo encare, y una diminuta sonrisa se dibujo en mis labios-No mas bosques, Ryan. - dije entonces, refiriendome a aquel estupido pacto por el que habiamos pensado que era mejor convertirnos en enemigos acerrimos que apechugar con lo sucedido. Y, sin decir nada mas, y a sabiendas que odiaria una muestra de afecto publico como aquella, lo abrace, sin importarme lo que nadie pudiera pensar- Eres mi amigo. Siempre lo has sido. - fue lo unico que le dije, en voz baja, antes de ensanchar la sonrisa en mis labios- Y lo se. No te gusta. Te jodes. - añadi, con cierto humor, en referencia a aquel abrazo.

Y, cuando me separe de el, mire un instante a Ari, dandome cuenta de que tambien tendria que despedirme de ella. Y, mi mirada se mantuvo fija en ella, mientras dedicaba unas ultimas palabras a Ryan, asintiendo, ante sus deseos de buena suerte- Cuidame a la pelirroja, ¿vale? - dije, con unas palabras cargadas tambien de un mensaje que no me habia atrevido a pronunciar en voz alta.- Te veo a la vuelta. - añadi, dejando claro que no tenia intencion de que aquello fuera una despedida para siempre.

Tenia que hablar con ella antes de marcharnos. No queria tener nada de que arrepentirme despues.

Sonrió ante la sugerencia de Liam, aunque su mirada reflejaba cierta tristeza. Sí. En el fondo sabía que aquella era la mejor opción. Y, en cierto modo, era lo que había acordado en la entrevista. Sin embargo, su sueño siempre había estado más cerca de la segunda opción. 

- Sí. Supongo que es la mejor opción.- contestó, suspirando, mientras rodeaba en el pergamino la tercera opción y se lo entregaba al encargado de recogerlos. 

Tras hacerlo observó el pergamino que le había tendido Liam, pasando la mano por su brazo y dedicándole esta vez una sonrisa de alegría. - Están muy bien.- Se alegraba por él y por saber que iba a poder hacer lo que había elegido.- Se te dará bien. Ya lo verás.- Liam, al igual que Arianna, tenía sangre de Gryffindor, de defensor. Solo que, al contrario que la pelirroja, él siempre había sido mucho más de acción mientras que ella había optado por la palabra. Sin duda, aquel era un puesto en el que encajaba a la perfección. 

En ese momento se acercó Ryan para dirigirse primero a Liam y luego a ella. Las palabras que le dirige al chico siembran una chispa de curiosidad en la mente de Arianna. ¿Qué pasó en el bosque? Pero no pregunta nada, suponiendo que probablemente tenga que ver con aquella segunda marca de la que ella carecía. El recuerdo de la marca le hizo recordar una cosa: no podían mentirse. Por lo que las palabras que escucha de boca de Ryan a continuación le sorprenden todavía más. 

- Tú también eres alguien distinto a quien creía- comienza, siendo probablemente una de las cosas más agradables que han salido de su boca en dirección al ex-Slytherin, aunque estuvieran desprovistas de adornos. Arianna nunca había sido una persona de decir lo que le pasaba por la mente, más allá del conocimiento en estado puro. Por suerte, no tiene que decir nada más pues Liam se lanza hacia Ryan en un abrazo que, por lo incómodo que ha podido resultar para Ryan, ha tenido que dejarle casi en estado de shock. 

Algo incómoda por ser una observadora directa de la situación, desvía la vista hacia otros lugares del pasillo observando las caras de los presentes. Vinny e Isaac parecen contentos. Arianna toma nota mental de despedirse de ellos antes de marchar hacia Bulgaria. Isabella, por el contrario, parece algo descontenta con sus resultados. En su interior no puede evitar alegrarse. era una de las pocas personas de cuyas desgracias se alegraba. Excepto aquellas que tenían que ver con que muriesen miembros de su familia. Menos aún si se trataba de inocentes. Se le ensombreció el rostro. No debía olvidar que su visita a Bulgaria no era por placer. Y, curiosamente, el azar había querido que fuesen ella y Ryan quienes fueran, lo cual tenía perfecta lógica. Eran las personas que en su momento fueron más cercanas a Rebbecca. Las únicas que podían intentar sacar algo de ella, hacerla entrar en razón si era necesario, interpretar su mente. Aunque, Arianna no podía dejar de sentir cierta tristeza al pensar que quizás lo único que su ex-mejor amiga quería de ella probablemente era matarla o, al menos, hacerla desaparecer.