Partida Rol por web

Esperaste y esperaste, pero no optuviste respuesta. Estabas tan cerca de él que podías oler los rastros de sangre que habían quedado en su cuerpo. La mano que se posó sobre tu hombro te sobresaltó, aunque no lo externalizaste.

- Querido, no va a responderte. Lo mantenemos vivo con un hechizo hasta que lleguen sus padres. Pero su cerebro ya no funciona. Lo siento.

Las palabras de la señora Keaton cayeron sobre ti como un jarro de agua fría. ¡Estabas tan cerca de conseguir la última de las pistas! Esa que te hubiera dado las siguientes preguntas que debías hacer... Pero era demasiado tarde. Y ahora tocaría buscar de otra forma.

Cuando Ryan fue hacia la camilla de Scott ninguno dijisteis nada. Salvo la señora Keaton. Fue ella la que se acercó hacía el slytherin para darle la fatídica noticia: el hufflepuff no volvería a despertarse nunca más.

Grey, por su parte, hizo caso omiso a esa situación.

- Muy bien - contestó, tras el ofrecimiento de Kate, sin darle tiempo a Lucas a contestar - Esta claro que aquí no sabéis hacer nada solitos. Pues adelante. Los dos, a mi despacho. Y el resto... -  os miró a los demás - ...los que no estéis heridos fuera de aquí. Ya habéis dado el espectáculo lo suficiente.

- ¡Contéstame! - Y con aquella palabra cargada de rabia solo le faltó agarrar el cuello de Scott como hace solo unos minutos Scott lo hiciera con Liam. A decir verdad, habría sentido cierto placer al estrangularlo si me hubieran dejado hacerlo. Pero no lo hice, la mano de Keaton fue la distracción suficiente como para que toda aquella rabia volviera al alma del que había salido, y que ahora volvía a contenerla a duras penas.

Había estado tan cerca. Casi podía sentir la victoria en la yema de los dedos.

Con la mandíbula en tensión, retrocedí un solo paso con la vista fija en Scott. Justicia. Fue la única palabra que pasó por mi cabeza, dándome la vuelta, claramente enfadado y furioso, de camino nuevamente hacia la entrada. Solo me paré una vez en aquel corto trayecto para decir un par de frases a Grey, y seguir mi camino hacia la salida.

- Algunos alumnos que han escuchado lo que Kate ha dicho pretenden filtrar la información al Profeta. Les... "invité" a que no lo hicieran. Deberíais revisar las lechuzas por si acaso. - Le "sugerí"

El brazo de Isaac rodeándola empezaba a ser algo tan natural que apenas reparó en ello. En lo que sí se dio cuenta fue que desde que había soltado por fin lo de los sueños la distancia que se había formado entre ellos había desaparecido. Se removió un poco en su sitio, buscando acercarse un poco más a Isaac en busca de su contacto. Seguía con la mano sujetando la suya, esperando aquella respuesta que por desgracia llegó.

No tardó demasiado en meditar sobre aquello pero le resultaba extraño. Había esperado algún asesinato brutal y en lugar de eso le decía que un niño menor de once años había decidido acabar con su vida. Entendía que Isaac se sintiera destrozado, sobre todo porque le conocía lo bastante como para saber lo protector que podía llegar a ser.

- ¿Por qué? - odiaba tener que hacer esa pregunta -. No quiero hacerte daño al preguntarte esto, Isaac, pero si lo estás soñando una y otra vez tiene que ser por algo - la llenaba de impotencia hacerle recordar algo que a todas luces era tan doloroso para él pero, ¿qué podía hacer? Además, había tenido la misma poca consideración cuando se había tratado de averiguar más detalles sobre la muerte de su hermana.

- ¿No lo ves? ¿Es que no lo ves? Está tan claro... ¡tan claro! - se movió con brusquedad para separarse de ti y volver a pasearse frenéticamente por la habitación. Movía las manos de abajo arriba con fuerza, gesticulando con la boca pero sin emitir ningún sonido. - Joder, es que lo teníamos delante. Joder, joder, joder. ¡Joder! Esto... esto confirma todas mis hipótesis.

Se echó para atrás el pelo con una soltura algo esquizofrénica. Elevaba la cabeza y respiraba nerviosa, intentando tranquilizarse. Quizá estuviera relajándose, pero a ti te estaba poniendo de los nervios.

- Primero mi hermana, luego el hermano de Isaac... ¿y ahora Katherine? - se giro hacia ti, de forma repentina, como una gacela en busca de su presa. - Apuesto a que si esa niña muere será un terrible e inesperado suicidio.

La información parecía tener sentido para ella pero no para ti. Al menos no todavía.

- Todos los que aparecen en el sueño han sido asesinados. Todos. Pero con nosotros es diferente. A mi me quieren viva, no muerta. Isabella estuvo meses en San Mungo a pesar de que numerosos pesos pesados del Ministerio estaban en contra de ello. E Isaac... - frunció el ceño molesta - No sé nada de él, pero estoy segura de que está metido en todo esto.

Volvió a sentarse en la cama, de forma todavía más brusca.

- Lo que he sacado en claro... - continuó, retomando tu segunda pregunta - ...es que debemos olvidarnos del sueño. Es un callejón sin salida, Liam. No sacaremos de él más información de la que ya hemos sacado. Es... como una prueba -  se llevó las manos a la cabeza, agarrándose el pelo con fuerza. De repente, no había en ella nada de la calmada Sarah que te habías encontrado al llegar - Es... como si hubiesen estado analizando nuestras reacciones.

Se dejó caer sobre la cama. Su cabeza pasó a un centímetro escaso de la pared.

- No vi su cadaver Liam... - seguía tumbada, con la cabeza girada hacia el lado contrario al que tú te encontrabas. Pero por su voz quebrada, sabías que estaba a punto de hablar de algo que quizá nunca había visto la luz hasta ese momento. No al menos por su parte. - Murió en una explosión. Trabajaba... -  se incorporó lentamente - Era medimago. No le gustaba mucho el trato constante con las personas, así que desde joven tuvo claro que se especializaría en investigación. Siempre creí que las profesiones más peligrosas eran las que te hacían estar a pie de campo - soltó una amarga carcajada. - Aprendí la lección.

- No... no lo sé, Vinny, no lo sé... - cada palabra resquebrajaba un poco más su alma - No lo sé. Todo el mundo decía que era por falta de atención, ¿sabes? Que mis padres estaban demasiado inmersos en su trabajo y que yo me había desentendido de él por completo. - Guardó silencio un segundo. - No... no era así. Mi hermano era feliz, Vinny. Muy feliz. No tiene ningún sentido que hiciera algo así.

La puerta de la enfermería se abrió y de ella salió más gente de la que Vinny e Isaac esperaban. Se encontraban sentados en el suelo del pasillo, hablando en voz baja. No os pasó desapercibido el compungido estado de Isaac. Si no fuese él, estaríais seguros de que estaba a punto de echarse a llorar.

Ryan, Kate, Arianna, Lucas y Daniel fueron los que dejaron la enfermería. Además de Miller Grey.

- Despejando el lugar - señaló con la mano a los ravenclaws, aunque sus palabras también iban dirigidas para el resto de los presentes. - Starks y Reedmon, conmigo. Los demás, id preparándoos para la comida. Recordad que esta tarde son los EXTASIS, quizá queráis empezar a pensar en ello.

Nadie abrió la boca durante todo el camino. Miller Grey andaba con paso firme (aunque algo más despacio de lo normal). Aun así, no había forma de que Lucas se mantuviera a vuestra altura. Andaba con mucha dificultad, y por la expresión de su cara, iba acompañado de dolor.

Cuando llegasteis a su despacho abrió la puerta y la sujetó hasta que entrasteis dentro. Fue directo hacia su sillón, sentándose en él sin dejar de miraros.

- Muy bien - no miraba a Lucas. Algo que te extrañó, teniendo en cuenta que la reunión era con él. - ¿Por qué cree que estamos aquí, señorita Starks? ¿Y por qué narices ha decidido acompañarnos?

Sarah se zafo de mi antes de que tuviera tiempo a reaccionar, como si lo hubiera visto todo claro de repente. Afortunada ella: en mi caso, seguia sin entender nada. Al menos hasta que empezo a hablar.

Encendi un nuevo cigarro, notando mi corazon palpitar a mil por hora, como si aquellos diez minutos con Sarah estuvieran a punto de llevarme mucho mas lejos de lo que habia llegado todo aquel tiempo- ¿Tu hermana? ¿El hermano de Isaac? Espera... ¿Isaac tiene un hermano? - dije, mirandola, totalmente descolocado, mientras poco a poco todo cobraba sentido. - ¿Que hipotesis, Sarah?

Sarah. Y su hermana muerta. Isaac. Y su hermano, seguramente muerto tambien. Y ahora Isabella. Y su hermana.

Acudio a mi mente de nuevo aquella conversacion sobre los campamentos. Ellos tres estaba conectados, de alguna forma.- Le he pedido a Vinny que averigüe si Isaac tambien ha soñado, aunque apuesto a que si. - dije entonces, asintiendo, ante lo que Sarah comenzo a explicarme- Vale. Aqui hay una cosa clara. Quien sea os quiere a los tres, vivos. Por alguna razon sois importantes. Y es posible que, como dices, ese sueño fuera la forma de haceros conscientes de ello. Pero... ¿por que? No hay quien me saque de la cabeza que esta relacionado con aquella epoca, con aquel campamento. Dime, Sarah... ¿Habia muerto tu padre ya cuando te enviaron alli? ¿O fue despues? ¿Con que... con que experimentaba exactamente? ¿Cual era su campo de investigacion? - pregunte entonces a Sarah, mientras daba una calada a mi cigarro, intentando pensar con mas claridad.

-Ademas, siguen faltando piezas... ¿Que tiene que ver Rebecca en todo esto? ¿Y Ryan? ¿Por que lo busca a el tambien? Aqui hay algo que se escapa Sarah... Pero sea como sea, creo que la clave esta en tu padre... Y si... ¿Y si no murio en la explosion? ¿Y si necesitaba desaparecer para gestar todo esto? ¿Y si... os utilizo como conejillos de indias y ahora ha venido a buscaros, a recoger los frutos? - mi cabeza no dejaba de pensar. Podia notar mis sienes palpitar, las imagenes sucederse, toda aquella informacion ir y venir, intentando tomar una forma determinada en mi mente, algo que, desde luego, no era sencillo.
 

Era posible que Ryan hubiera entrado molesto, serio y decidido a la enfermería. Pero salía bastante cabreado. Cualquiera que hubiera compartido más de un par de años en el mismo colegio que él sabría que ahora mismo llevaba pintada la frase: "Cuidado. Hijo de Puta Peligroso" en la frente. Y si alguien no era capaz de comprender aquel mensaje, el puño cerrado con tanta tensión que temblaba ligeramente y la varita en la contraria dejaban claro al resto, que ahora mismo no era un buen momento.

Su mirada fue hacia Arianna en primer lugar, mirándola fijamente. Después hacia la pareja, fijamente y en silencio. No, no miró a Daniel, pero sabía que estaba allí. Y sabía que no era de fiar. - Tenemos que hablar, hay mucho que contar. - Era aquella voz, la voz profunda, fuerte y autoritaria, la misma con la que solía dirigirse a los demás a principios de curso. - Esperadme en la puerta del Gran Comedor, es importante. Aun me queda una última cosa que hacer. - Y fui a hacer el mago de marchar, cuando paré en seco, girándome hacia Isaac. - Los tres. -

Aquella fue, de forma inexplicable, la primera vez que incluía a Isaac en algo como aquello. Solo esperaba que ahora, no me decepcionara. O lo mejor sería que desde San Mungo traigan dos bolsas negras, y no solo una. Y dicho esto, me di la vuelta, marchándome por el pasillo con decisión, como si de una locomotora a punto de arrollar a alguien me tratara.

Llegaste al Hall en tiempo récord. Allí estaba Isabella, esperándote. Andaba a paso lento y tranquilo, sin rumbo, observando con poco interés los cuadros que había a su alrededor. Hasta que escuchó tus pasos acercarse. Se giró hacia ti, con cierta urgencia. Sentimiento que se apremió al ver el estado en el que llegabas.

- ¿Qué ha pasado?

Permaneció todo el camino en silencio, notando cómo a Lucas le costaba más y más avanzar. No entendía cómo había desmejorado tanto en tan poco tiempo y ciertamente la tensión se marcaba en el rostro de Kate.

Al sentarse, juntó ambas piernas con elegancia y miró sin miramientos a Grey que casualmente se dirigía a ella en vez de a Lucas, con quien había querido tener una reunión en secreto:

- Está claro que la señora Keaton le ha hablado del estado de Lucas y por supuesto usted quiere hablar sobre el tema con todos los subtemas que contiene.- a saberse su estado, sus síntomas, dónde ha estado, qué ha estado haciendo, qué piensa hacer, qué sabe sobre todo este tema.- Y he decidido acompañaros porque, primero, me interesa el estado de salud de mi amigo al que quiero conseguir la cura, y, segundo, porque quiero encontrar a quienes están detrás de todo esto. Y ahora dirá que esto no es un juego de niños y yo le daré la razón y después le comentaré que a pesar de que tener 18 años soy mucho más adulta que la mayoría de personas que me sacan diez años. Porque he sufrido y pasado por más cosas. Y nadie está más motivado que yo.

- Acompañame. - Seguí caminando con aquel paso inexorable, saliendo del castillo por la puerta más cercana. En silencio, con el ceño fruncido, enfadado. Nada más salir, avancé un par de pasos más, parandome y girandome hacia Isabella. - Scott era culpable. - Resumí muy rápidamente. - Y nos dio el próximo objetivo. Katherine Black. - Y suponiendo que quieta no se iba a quedar, alargué mi brazo hasta el suyo, apresandola a la altura dle antebrazo, mirandola fijamente.

- ¿Dónde está tu hermana? -

Te siguió sin rechistar, parándose en el mismo instante que tú lo hacías. Te miró con esa intensidad que transmitía cuando se concentraba en un objetivo. Hasta que fue consciente del significado de tus palabras.

- ¿¿¡¡QUE!!?? - sus ojos como platos, su respiración cada vez más agitada y su mandíbula cada vez en mayor tensión - ¿¿¡¡QUÉ!!?? ¿¿¡¡QUÉ!!?? ¿¿¡¡QUÉ!!??

Se giró hacia el castillo, volvió a mirarte y se giró de nuevo en apenas dos segundos. Tu mano la alcanzó justo en el instante en el que iba a salir corriendo en dirección a la enfermería, para rematar al rematado. A pesar del bloqueo forcejeó varias veces intentando soltarse. Al ver que no podía, intentó hacerlo con las manos, empujando la tuya. Sin éxito. Había demasiado diferencia de fuerza entre vosotros.

- ¿Por qué ella? ¿POR QUÉ KATHERINE?

Su voz era imperante. Podía cargarse a cualquiera que se le pusiera delante en ese momento. Te miró a los ojos, enfurecida. Te aguantó la mirada sin apartarla ni un instante. Poco a poco la tensión fue disipándose hasta llegar a los niveles habituales en ella.

- Está en casa, con mis padres - respondió al final. - No la tocarán mientra esté con ellos. Es imposible. - A pesar de sus palabras, sabías que en su cabeza se cuestionaba que fuese así. Pero nunca lo aceptaría. Ni siquiera en esa situación. Era demasiado orgullosa y tenía en demasiada alta consideración a la familia Black.

- Muy bien, un motivo suficiente.

Te resultó ofensiva la tranquilidad y la poca importancia con la que respondía a todos los argumentos tan importantes y personales que le habías dado. Se giró hacia Lucas, observándole en silencio.

- Sea lo que sea lo que has ingerido o tocado, no es un veneno común, Lucas - ¿Por qué a él le hablaba con tanta familiaridad y ti te trataba con ese desprecio? - Y eres lo suficientemente inteligente como para saber que te estás quedando sin tiempo. Estoy seguro de que hace bastante que lo sabes - El chico no dijo nada. Ni siquiera asintió. Solo fue necesario que mantuviera la vista de Miller sin pestañear para saber que lo tenía más que presente. Que, quizá por eso habrían decidido él y Sarah reaparecer.

- Hay que ingresarte en San Mungo. Necesitas estar en constante observación. Destinaríamos un equipo para que investigaran qué es lo que te ocurre.

- No... no puedo hacerlo. - Sabías que lo diría. Sabías que le cortaría y rechazaría la oferta. Sabías que pondría la vida de cualquiera por delante de la suya. En este caso, la de Sarah - No ahora.

- Creo que no comprendes la gravedad del asunto - continuó Miller, haciendo caso omiso a su negativa. - Te estás muriendo. Y te queda mucho menos tiempo de vida del que te crees. No solo necesitamos ingresarte para salvarte la vida. Necesitamos saber a qué nos estamos enfrentando, por si deciden utilizarlo con alguien más. Por si acaba convirtiéndose en un arma de guerra.

La temida palabra había salido de nuevo. 'Guerra'. Escucharla te provocó un escalofrío.

- Sí... sí... Isaac tiene un hermano - comentó, haciendo un gesto con la mano como si fuera una información básica que ya daba por hecho que todos teníais - Tenía un hermano - corrigió. - Murió hará algo más de un año. Era... pequeño, ni siquiera había entrado a Hogwarts todavía.

Cuando volviste a preguntarle sobre su padre tomó aire, intentando tranquilizarse. Ahora entendías por qué nunca te había hablado de él en todos los años que habíais estado juntos. No había superado, ni por asomo, su muerte.

- Sí, los campamentos fueron antes. No sé quién los organizaba, aunque siempre creí que mi padre tenía bastante relación con ellos... porque iba y venía como quería. - Una sonrisa apareció en su rostro. De esas que reflejan un buen recuerdo. - Odiaba cuando lo hacía, de eso sí que me acuerdo. ¿A quién le gusta que su padre merodee por donde está? Por muy pequeño que seas, ¡esas cosas no se hacen! - Casi soltó una carcajada. Casi. - No sé lo que hacía - añadió, encogiéndose de hombros. - Era muy pequeña cuando se fue y... yo... nunca llegué a hablar de eso con mi madre.

- No sé lo que tiene que ver Rebecca, Liam - soltó la frase como un suspiro - Pero sé que tiene que ver. Estoy segura. Creo ciegamente en ello. Y si tiene que ser uno de los dos el culpable, sé que es ella. - Por un momento te dio la impresión de que iba a soltar un soñozo, y apareció delante de ti esa niña que habías conocido en el tren cuando tenías apenas 11 años. - No puede ser Liam... él nunca haría eso. Nunca... nunca habría hecho eso. - Un lágrima comenzó a caer por su mejilla. Se la quitó al instante, parpadeando varias veces para obligarse a contenerlas.

- ¿Ryan ha tenido sueños? Yo no he visto a Ryan en ninguno de los míos.

Era obvio que se iba a negar, pero para Kate aquella negativa no significaría nada. Permaneció callada mientras ellos intercambiaban parecer, esperando pacientemente a que hubiera una leve pausa que indicase duda en el interior de Lucas para hablar. Y cuando lo hizo fue con voz pausada y, como siempre, llena de determinación con un nuevo toque de "no hay nada más que discutir".

- Irás a San Mungo, te vigilarán y te recuperarás. Y mientras yo me encargaré de tus asuntos.- con ello estaba claro que se refería a cuidar de Sarah. Lucas debía de conocer lo suficientemente bien a Kate como para saber que aquella mirada acompañada con esas palabras significaba que no la dejaría ni a sol ni a sombra. Ni para ir al baño.- Tú te preocupas por los demás. No quieres perdernos. Bien, pues aquí hay una nueva noticia para ti: hay personas, como yo, que no podríamos soportar perderte.

-Y se suicido. Los dos se suicidaron. - dije, haciendo alusion tambien a su hermana, a sus propias palabras antes- ¿Pero por que? ¿Por que esos suicidios? ¿Sabes algo mas de eso Sarah? ¿Sabes por que ellos, y no vosotros? - le pregunte a la chica, dandole vueltas a aquella idea, antes de que comenzara a hablarme de los campamentos.

A medida que Sarah hablaba, el puzzle de mi mente fue encajando algunas piezas más. ¿Y si no era tan descabellado? ¿Y si habian usado aquellos campamentos para hacer algo, para probar algo? Pero... ¿que?

No, no era tan descabellado. Pensar que su padre podria haber usado aquel campamento, y que esa era la razon principal de que ninguno recordara nada podia parecer una locura pero, a aquellas alturas, era una teoria con tanto peso como cualquier otra. Sin embargo, habia algo que no terminaba de cuadrarme. Scott habia dicho que Clarks lo hacia por venganza. ¿Por venganza a quien? ¿Y cuantos mas implicados habia en todo aquello?

Ademas, habia algo que estabamos obviando... ¿Que pasaba, por ejemplo, con Jason? El habia matado a sus padres, estaba bajo el efecto de una maldicion imperio. Pero ellos eran Sangre Sucia... ¿Por que atacarlos entonces? Habia muchas, muchas cosas que mi mente se esforzaba por comprender y, por desgracia, solo podia centrarme en una.

Y estaba a punto de añadir algo mas sobre los campamentos, cuando Sarah se derrumbo, al comenzar a hablar de Rebecca. La mire, apretando los labios, viendo en ella a aquella niña que llevaba años siendo mi amiga, aquella misma cria de once años que habia conocido en el tren, a la que le habria confiado durante todos aquellos años ciegamente la vida. La vi alli, con los ojos rasados en lagrimas, intentando contener algo que luchaba por salir, y negue, volviendo a deshacer la escasa distancia que me separaba de ella, haciendo lo unico que podia hacer: darle un reconfortante abrazo, dejandole un beso en el pelo- Rebecca esta implicada, claro que lo esta. - dije entonces, asintiendo, apoyando ligeramente mi barbilla en su cabeza. - Sabemos que está aqui. Que ha vuelto de donde quiera que estuviera... - segui diciendo, en un tono de voz mas bajo, sin necesidad de alzar la voz para que me oyera- Ryan no ha tenido sueños, pero Rebecca ha estado en su casa. Estuvo alli el dia en que asesinaron a los Oswald. Al parecer hay algo que Ryan no recuerda sobre esos campamentos. Una promesa o algo asi. Es algo que Rebecca le ha echado en cara hasta en dos ocasiones. Y tambien estuvo en Hogwarts, el dia que Faye murio, la noche de Halloween. - dije, sencillamente, explicando aquello, acabando por separarme ligeramente de ella, con el gesto serio, pensativo- Al principio pensaba que se trataba de dos grupos separados, por un lado Rebecca pidiendo venganza por algo que desconocemos, y por otro un grupo de fanaticos en contra del acercamiento... Sin embargo, ya no lo tengo tan claro... Sarah.... ¿Sabes algo sobre el experimento en Bulgaria? ¿Sabes lo que sucedio con la familia de Rebecca? - dije entonces, mirandola, mucho mas serio ahora, sin llegar a soltarla del todo. Como si supiera que, despues de lo que iba a contarle, era posible que fuera yo quien fuera a necesitar aquel apoyo.

Mis dedos se aferraron entorno a su brazo, realizando aquella presa con firmeza, con imposición. La miré fijamente, sin moverme un ápice, sin hacer nada, simplemente mirándola, en silencio, observando como ella intentaba librarse, primero con empujones, después intentando liberarse soltando dedo a dedo.

No cedí un milímetro.

Cuando cedió en sus intentos, sentí sus manos sobre la mía. Sentí el cálido tacto de su piel sobre la mía. Mi vista seguía clavada en aquella escena, en sus manos sobre la mía, intentando liberarse. Aferré con algo más de fuerza su brazo, quizás de forma excesiva. Pero solo fue unos segundos, los suficientes hasta que comprendió que aquello no era lo que alguien como ella debía hacer.

Levanté la mirada hasta cruzar la mirada con la de ella. La miré fijamente a los ojos, mientras poco a poco toda aquella tensión iba escapando de su cuerpo, de su mirada. Isabella era única, de eso no me cabía ninguna duda. Llevé mi mano izquierda a su mentón, acariciándole la cara una sola vez, una caricia suave que no correspondía para nada con alguien como yo.

- No lo sé. - Contesté finalmente cuando se tranquilizó lo suficiente. Fue como mirar a los ojos de la bestia. Fue como hipnotizar con la mirada a la bestia que tenía delante mío.

Fue... como mirarse a un espejo.

Era hacer lo mismo que ella había hecho conmigo tantas veces. - Pero no permitiré que le pase nada a tu hermana. - Añadí, con aquella fuerza, con aquella seguridad. - Esta noche nos marcharemos a tu casa. - Aquel era mi plan, marcharnos a casa de Isabella, a proteger a Katherine. Si querían matarla, tendrían que pasar por encima de mi cadáver.

- Ahora avisaremos a tus padres. Evens no desactivó la red flu de la chimenea de su despacho. Enviaremos desde allí una nota a tus padres. Estarán preparados. Y después de los exámenes esta tarde, nos iremos nosotros. ¿De acuerdo? - ¿Lo tenía todo planeado? Era posible. Y de no ser así, improvisar se me debía dar terriblemente bien.

Finalmente, tiré ligeramente de ella mientras daba un solo paso hasta ella, abrazándola, envolviéndola entre mis brazos, pegándola a mi. Dejándole un beso en el pelo, sin decir palabra. Ese gesto sería aquel te quiero que no le diría. Pero no por no decirlo, sería menos válido o falso. Más bien todo lo contrario. Precisamente por no decírselo, la quería.