Partida Rol por web

El grupo no lo pensó. Tomaron el equipo necesario, subieron a uno de los vehiculos y se lanzaron en ayuda de su compañero.

Tardaron en llegar mas de lo que les hubiera gustado pero llegasteis a la dirección.

  En el interior de la mansión parecía estar teniendo lugar una fiesta. Se oia musica y risas mientras atraves de las ventanas se veian siluetas bebiendo y bailando.

Era una mansión lujosa en una zona rica de la ciudad, como era de esperar no tardasteis en daros cuenta de que contaba con seguridad privada.

Un coche negro vigilaba la entrada desde la acera de enfrente. Tipos vestidos de negro con aparatos metidos en el oido. Dos más de esos fingian pasear cerca de la puerta y sin duda habria muchos más dentro.

La seguridad era excesiva para ser solo una fiesta de ricos, a menos que dentro hubiera peces muy gordos.

La puerta se abrio y un hombre salió casi arrastrando a un par de muchachas que parecian gemelas. Las chicas protestaban pero no entendisteis que decian. Detras de el caminaba una chica rubia tan deprisa como los tacones le permitian. Nadie les impidio salir del lugar pero estaban serios, la fiesta no estaba siendo divertida para ellos.

Los cuatro vestian ropas escasas para el frio de diciembre.
 

- Ese tipo no hablaba en broma, no se que va a hacer pero no quiero estar cerca cuando suceda.- fue un pensamiento claro y fuerte.

La mente de las gemelas era muy confusa, borrosa y caotica. Parecian drogadas por algun farmaco cuyos efectos interferian en tu notable poder. Viste tan solo retazos de posturas sexuales y una necesidad patologica de ponerlas en practica con quien fuera.

La tercera chica tenia puestas unas orejas de conejo y un abrigo marron hasta mitad de pierna. Se sentia confusa, no sabia que estaba pansando pero confiaba en Ben y este le había pedido que saliera de aquella mansión a toda prisa y lo habia hecho.

- Creo que ese tipo ha hablado con nuestro compañero. Las chicas están drogadas. – Digo a todos los del coche mientras señalo al hombre que ha salido de la mansión con las dos chicas. – Parece que Frost va a hacer algo gordo ahí dentro y les ha pedido que salgan. Sea lo que sea lo que tiene Frost en mente va a hacerlo ya. – Aviso.

- Hay que estar atentos para cuando empiecen los fuegos artificiales… Frost puede que necesite ayuda para salir de ahí, y seguramente haya algún pez gordo de nuestros amigos de WRG que podamos capturar y llevarnos para interrogarlo. – Añado mientras observo la mansión y el coche de seguridad que vigila la entrada.

John vio a esas personas salir de la casa y se le ocurrio detenerles para hacerles unas preguntas. Gracias a su compañero no fue necesario.

- ¿Entonces el plan es quedarnos esperando?¿Y si le han capturado?...No se, alguien tendria que entrar.- dijo ansioso.

- Se puede hacer rápido, entrar, golpear y salir con algún rehén y Frost. Es seguridad privada, puede que sepan lo que hacen, pero no son un cuerpo militar y no estarán tan bien coordinados. Seguramente llevarán armas cortas, de llevar algo y dudo que lleven blindaje. Si golpeamos rápido no debería haber problema. Propongo entrar. -

Era un hombre de pocas palabras y ya había hablado mucho, para lo que solía ser. Tenía claro como responder y actuar, ahora únicamente le quedaba ver que compañeros le acompañarían a ello. Necesitaba ver cuales estaban listos y dispuestos a mancharse las manos si era necesario.

- El coche debería estar listo, es posible que tengamos que salir corriendo. -

Mientras decía eso palpaba las armas que llevaba encima para comprobar que estaba listo y tras eso se bajó del vehículo. Se detuvo únicamente un par de segundos para ver quien lo acompañaba y se dispuso a entrar en acción. Cuanto más tiempo consiguieran pasar desapercibidos, mejor.

Simon bajó del coche también. Necesitaba pasara a la acción, y además temía lo que Forst pudiera hacer o lo que le pudiesen hacer. Los miembros de una familia se cuidan entre ellos, se lleven como se lleven.

Se aseguró de que sus armas estaban ocultas bajo su gabardina, así como que seguía teniendo el pasamontañas en el bolsillo de ésta. Ya era hora de hacer algo de provecho. Y conseguir algunas respuestas por el camino no estaría nada mal.

- Vamos allá

John gruño.- A la mierda, todos a dentro. Will, chico, tu quedate en el coche.- dijo revisando que su pistola estuviera cargada. De todos los presentes era el unico que no habia entrado nunca en combate junto a ellos, asi que era la mejor decision.
 

- Vamos a por Frost. Saquemos a nuestro compañero de ahí. – Digo convencido mientras bajo del coche.

- John tiene razón. Es mejor que te quedes en el coche Will. Atento y listo por si tenemos que huir rápido. Pero si no nos ves a ninguno, no dejes que te cojan. El punto de reunión si nos tenemos que separar es el búnker… y que no os sigan. – Digo primero a Will y luego a todos.

El ánimo de revancha es contagioso y creo que todos tenemos ganas de dar a WRG donde más le duela… Pero ahora mismo estamos muy verdes. Nos falta información.

Confío en que saquemos a Frost pronto y nos ponga al día de lo que haya descubierto. Luego veremos qué hacer.

Will no se sintió entusiasmado con la idea pero todos caminasteis en dirección a la puerta de entrada. Las habilidades de Maxwel hicieron que nadie os impidiera entrar.

En el interior los invitados no reparaban especialmente en vosotros. Personas ricas tomando copas y hablando animadamente, sin hacer presagiar que estuviera pasando nada extraño.

La viste de espalda pero era ella. Caminaba acia el final del pasillo y desaperecio detras de una puerta acompañada de un hombre de anchas espaldas.

En aquel lugar las drogas circulaban enturbiando los pensamientos de la gente. Algunos solo habian tomado unas copas y pensaban en como llevarse a la cama a alguna invitada, otros pensaban en una enorme orgia que estaba teniendo lugar en una de las salas mas grandes de la mansión.

Lo preocupante es que algunas de las drogas que estaban tomando hacian que tus poderes fueran inutilizados en ellos.

Una de las camareras se acerco con una bandeja en la mano. Portaba varias copas de champag y os ofreció como si fuerais unos invitados mas. Habia tanta gente en esa casa que seguramente ella no tendria ni idea de que os habiais colado.

Recojo una de las copas mientras sonrío a la camarera y espero a que se aleje antes de hablar en voz baja con mis compañeros.

- Muchos están drogados… con esos mis poderes no funcionan. – Explico en susurros. – Casi todos piensan en follar. Esto es una fiesta para peces gordos salidos y depravados… Vamos a dividirnos y a buscar a Frost. No llaméis la atención. – Digo finalmente antes de ponerme a andar despacio mientras intento mezclarme con el resto de invitados.

Si me miran saludaré con la cabeza, con pequeños gestos, y procuraré hablar lo mínimo imprescindible.

Su mirada se desvió a un punto claro y clave, ya sabía en que dirección iba a ir, no había alternativa posible. James rechazó la bebida, no tomaba alcohol y menos lo haría teniendo que trabajar. Necesitaba todos sus sentidos listos, para lo que tenía que hacer.

- Nos vemos. - Fue todo lo que dijo de manera tajante.

Y tras eso se perdió entre el barullo de gente que estaba allí presente, con un objetivo claro. Era la hora de comenzar a trabajar. Tenía que notarse que ellos iban allí con un objetivo claro.

Simon aceptó una de las copas que ofrecía la camarera, pero no dio ni un solo trago. Pero servía para parecer uno más en la fiesta, si no fuese por su ropa que como al resto del equipo les delataba. Aun así nadie pareció percatarse. De modo que se puso a buscar a Frost. Probó con los pisos superiores, donde supuso que habría varias habitaciones. Le pareció buen lugar por el que empezar.

El grupo entro y se dividió.

James se despidió caminando decididamente acia el final de uno de los pasillos laterales mientras Simon decidía ver que estaba sucediendo en el piso superior.

El joven Will se quedo en el vehículo y Edgar decidió dar una vuelta por el exterior de la casa, asegurándose de el jardín trasero no escondiera una desagradable sorpresa como media docena de soldados armados ni nada parecido.

Maxwell y John se quedaron juntos, buscando alguna pista de su compañero o rastro de su presencia en la mansión.

Paradójicamente a lo esperado en una fiesta de semejantes características, el piso superior contaba con poco movimiento. Las habitaciones no estaban ocupadas por parejas lujuriosas, al contrario. Salvo algún despistado y unas señoras buscando un cuarto de baño libre, todo parecia muy tranquilo por allí.

Empujaste una puerta entre abierta y viste en el suelo la camiseta de Frost. Parecía que ese lugar se hubiera tomado por una especie de camerino ya que frente al tocador alguien había dejado mucho maquillaje y cepillos. Detrás de la puerta viste perchas con ropa corriente de mujer.

Por lo que conocias a Frost, y sin apreciar marcas de violencia o sangre, podrías imaginar que tu antiguo compañero se había integrado en algún tipo de espectaculo contratado para entrar a allí, uno en el cual la ropa era prescindible.

El rastro de Alice era como miguitas de pan. Se movia con gracia entre las personas presentes. Saludaba pero no se detenia.

Tomo una copa de una bandeja y entro en una habitación dejando la puerta abierta, tal vez de forma deliberada.

 La mujer quedo de espaldas a la puerta, mirando el jardín atraves de las cristaleras mientras daba un sorbo a su bebida sin que pudieras determinar si estaba jugando contigo o en verdad solo pretendía escapar de la fiesta.

Aquella mujer era veneno puro.

Maxwell y John eran perros viejos.

Se mantuvieron observantes y alerta. El flujo de gente entraba y salia de una sala en concreto que parecía estar en la parte trasera de la casa.

Sin duda el cuarto de la orgía se encontraba allí. Apenas sin luz tan solo podían distinguirse cuerpos retozando en el suelo, sobre grandes cojines, acompañados de el olor propio de donde se concentran decenas de personas en una gran actividad física. La mayoria de las personas que se encontraban en esa habitación tenian mascaras de animales sobre sus caras.

Mirando un poco más atentos, cuando los ojos se acostumbraron, descubrieron una pareja de enormes guarda espaldas custodiando una puerta pintada de negro. Eran los unicos de pie y vestidos, impasibles a lo que sucedía a su alrededor.