Partida Rol por web

 Poco a poco la sequía empezaba a afectar en los Doragonianos, y si bien el orden aún permanecía en la nación de cierta manera, no tardaban en movilizarse aquellos que deseaban aprovecharse de la situación climática para sus propios fines.

  -Hmph...

  Dado el poco interés que mostraba aquel que actuaba como líder militar respecto a la sequía y la hambruna que podría azotar a Doragon, Darke no tardaría en mover sus hilos para empezar a hacer correr los rumores y comentarios entre voces importantes de Doragon: No pensaba dejar pasar la oportunidad de manchar la imagen de aquel que tenía la nación bajo su mano...

 -Por favor, cálmese... -pediría aquel que atendería a ambos representantes por parte de Arkham, el joven sirviente, mostrándose capaz de manejar a personas alteradas y visiblemente molestas sin verse afectado por ello. -. La propuesta de tregua hacia Animalia no pudo llegar antes del ataque, por lo que su unidad marchó al mar sin saber el trato que se estaba formando -explicaría, dando a entender que lo sucedido con Animalia fue más un problema de comunicación que otra cosa. -. También estoy al tanto de que en la reunión del norte tampoco estuvieron al tanto de la propuesta, y por eso Animalia se mostró tan exigente a Maxener...* -añadiría, dirigiendo un vistazo momentaneo al representante de Animalia antes de volver a hablar en general. -. El plan no ha cambiado: Tan pronto como Animalia anuncie su levantamiento a las presiones de Tarsi y Maxener, y Tarsi envíe tropas al norte, Doragon y Maxener llevarán a cabo el plan para conseguir los recursos de Ungol, acabaremos juntos con la horda, y tanto durante como después estaremos unidos contra los enanos... No se volverá a repetir el ataque maritimo.

La adversidad no parecía hacer mella en los animos animalios. La paz y la estabilidad había perdurado durante siglos con un sistema, que si bien podía parecer brutal, era efectivo. Amén de ello, las politicas adoptadas por los lideres parecían paliar un poco los sintomas de lo que podría, en otras circunstancias, haberse traducido en descontento social.

Animalia es fuerte, Animalia prevalece.

El representante animalio se removió pesadamente en su asiento y se mesó la barba unos segundos antes de contestar con una voz profunda y parsimoniosa.

- Como... dice el representante de Doragon... ¿Si? -empezó a decir casi de manera melodica- las noticias del acuerdo... no llegaron en hora... Mmm... Los animalios... ¿Si?... podemos hacer muchas cosas... pero la comunicación telepatica... no está entre ellas... Si...

La parsimonia y la respiración lenta podían resultar casi hasta frustrantes.

- Los piratas... ¿Si?... Hasta donde se sabe... perecieron... ¿Como explica... que si son aliados nuestros... no los salvaramos? ¿Si? Mmmm... Animalia... retirará las sanciones... ¿Si?... Acordó eso con Doragon... Por el bien del acuerdo... no haré llegar sus acusaciones... a mis superiores... ¿Si?... Pero le recomiendo... que Tarsi no tarde en enviar tropas... Ahora se encuentra en una posición... delicada... ¿Si?... Si deciden romper el acuerdo... Mmmm... Hay mucha gente que se lo tomaría mal... ¿Si?... Tarsi... no goza de las simpatias de los ducados... Si...

El calor seguía apretando, pero los enanos eran estoicos no solo en su carácter, sino aún más entre sus muros. Las salinas habían sido un gran acierto, aunque no solo de eso provenía el éxito de Khazalid Ungol. Cuando había remodelado sus defensas habían descubierto una nueva veta de agua subterránea, aquello bien seguro había sido una bendición de los dioses, recompensando así su increíble tenacidad ante la adversidad.

En cuanto regresase la flota con el saqueo de las colonias Tarsianas lo celebrarían por todo lo alto, o al menos eso pensó Tolgur Stonekeeper antes de recibir las funestas noticias...

El pueblo de Tarsi celebró una asamblea trascendental para su supervivencia. Era la primera vez en décadas que una amenaza tan grande se cernía sobre la ciudad. Sus vidas estaban en peligro. Los debates fueron acalorados y las posturas muy variadas, pero se llegaron a consensos.

(A) La guerra contra Khazalid Ungol y sus piratas era la mayor amenaza. Más que la sequía o los orcos. Con la flota enana hundida, el peligro inminente eran los barcos piratas. Había que acabar con la piratería ya, que estaban muy diezmados.

(A1) La flota de Nautí lideraría el ataque. Numerosos ciudadanos se ofrecieron voluntarios para enrolarse. La lealtad y la moral era alta. Se pidió la cooperación de las armadas de los socios comerciales.

(A2) La flota de defensa de la ciudad debía reconstruirse cuanto antes. Había que prepararse para otros posibles asedios... y la intervención aérea de Animalia levantó sospechas sobre posibles ataques marinos. Aún más voluntarios se sumaron a esta iniciativa y, mientras se armaban nuevos barcos en los astilleros, se adaptaron barcos mercantes y pesqueros para servir en batalla.

(A3) Se acordó pedir la ayuda de otras naciones para localizar a los piratas. Los cuervos de Doragon y las patrullas submarinas de Animalia eran las mejores opciones. Si querían que Tarsi marchase al Norte en algún momento, debían colaborar ya a acabar con la piratería.

(A4) Cuando todos los preparativos estuviesen listos, Nautí lideraría el ataque final contra los piratas. Si no se localizara a los piratas, Nautí realizaría un bloqueo marítimo a Khazalid Ungol. Pero deseaba pasar a la acción y vengar a Itaun.

(B) En otros asuntos, se acordó seguir abasteciéndose del mar para capear la sequía y seguir tutelando el desarrollo de los asentamientos de refugiados.

(C) La Academia del Mar, junto con Maxener, acordaron recuperar uno de los buques enanos y enviarlo a Maxener para estudiar sus innovadoras calderas, cañones y defensas, dentro de la colaboración que tenían para mejorar los navíos tarsinos.

 Luego de haber aclarado las cosas con Tarsi y Animalia, se hizo llegar la solicitud de Tarsi a los buscadores de Doragon, personas bañadas en las sombras de las multitudes cuyo único propósito era ser una red de información para la nación. El objetivo era sencillo: ubicar el escondite de los piratas, y compartir la información con los altos mandos de confianza de Tarsi.

 Se acercaba el día de enfrentar a la horda, y no podían distraerse con problemas en el interior del mar...

Los lideres vieron con buenos ojos como algunas de sus politicas iban avanzando poco a poco. El pueblo aceptaba los cambios, del mismo modo que lo viejo daba paso a nuevas formas de pensar y estas debían adaptarse a las circunstancias.

Era hora de emprender nuevas empresas. Esto requirió de otra reunion larga y tediosa a puerta cerrada. Las posturas estaban encontradas. El Duque de Tierra creía que la nación debía centrarse mas en un sistema autarquico para mantenernos, mientras que la Duquesa de Aire optaba por un expansionismo comercial, tratar de copar los mercados allí y allá. El Duque del Agua por otro lado tenía una visión menos moral opinando que quizas deberían de poner a los piratas a su servicio o de crear una facción que trabajara para el Reino.

Finalmente esta ultima idea fue deshechada, pues de ser descubiertos sería pintarse una diana en la espalda que ninguno quería llevar.

Al cabo de un par de dias la reunión acabó.

Acciones
Propaganda
Leyes

Militar

- Levas forzosas en la rama de Magia
- Entrenamiento de mando e ingenierías agraría y de caminos a los magos animalios.

Agricultura, pesca y silvicultura

- Expansión y preparación de campos de labranza con personal militar.

Economía

- Busqueda de minerales relacionados con la magia.

Interior

- Preparación de estanques artificiales (actualmente vacios).

Diplomacia

- Llamamiento a los magos en otras naciones para trabajar para Animalia.

La reunión de la Alianza del Norte acabó cuando Maxener decidió retirarse, y el resto de naciones acordaron los términos propuestos por el Imperio de las Nueve Lunas.

- Queda acordado entonces. En las próximas semanas recibirán un cuervo con instrucciones de cuándo deben atacar los flancos de la Horda, y en qué coordenadas. Sean precisos, es vital que nos coordinemos para que el ataque sea un éxito.- dijo el enviado imperial, al que parecía importar bien poco el desaire de Maxener.

El teatro al aire libre estaba llenandose cada vez más. El hecho de que la asistencia fuera gratuita, y que los padres tuvieran un rato de esparcimiento de sus crías durante el rato que durara la obra gracias a los malabaristas y musicos, hacía que la mayor parte de las funciones de la compañia estuvieran hasta los topes.

Al cabo de un rato un perro de ropas galanes y un laúd salió al escenario.

El perro se aclara un poco la garganta.

- ¡Damas y caballeros! ¡Gracias una tarde más por venir! ¡Sean bienvenidos al representación teatral de "La quinta pata del gato"!

Unos aplausos surgieron del publico.

- ¡Si os reís de nuestra aguda prosa, hablara bien de vuestra inteligencia! ¡Y si no, recordad! ¡"Quod natura non dat, Animalia non praestat!"*

Con una risa se unió a las generadas entre el publico y dando un par de saltos se mueve como un saltinbanqui por el escenario.

- Y bueno, ya que están aquí. ¡No les hagamos esperar mas! ¡Pasemos a nuestra leyenda verídica, interesante, romantica, fulminante, que de estos tiempos perturba nuestro recinto! ¡Alabad a nuestra señora y reios de Vinto!

Rapidamente se retira del escenario dejando que el telón se retire. Frente al publico aparece una batalla encarnizada entre 4 animalios y 4 "humanos". Tornandose en la victoria de los primeros.

- ¡Victor! -dijo uno de los animalios- El vigor de la batalla y la lejanía de casa... Echo de menos a María ¡Oh Maria!
- ¿A María? ¡Porfavor! ¡El batallar y el yantar llenan cuerpo y alma!
- El batallar y el yantar no bajan los ardores del vientre ni calientan el lecho por la noche.
- Entonces... tu lo que echas de menos no es a Maria ¡Gato libertino! ¡Jajaja!
- Bueno ¿Para que negarlo? ¡Jajaja! Si ensartar la espada diera la misma sensacion que envainarla ¡Sabe Galatres que no volvería a casa!

La conversación seguiría un rato más entre los cuatro soldados hinchando pecho unos frente a otros y lanzando bravuconadas tratando de ver quien era más "macho". Mas tarde el escenario cambiaría a una ciudad animalia donde 2 muchachas gatas jovenes de bastante buen ver se encontraban en lo que parecía una plaza común hablando entre ellas.

- ¡Ah mi amado Victor! ¡6 meses han pasado ya que marchó a la batalla!
- ¿6 meses Maria? ¿Y como lo llevas?
- Preocupada, angustiada, languideciendo...

En ese momento una zorra con suntuoso ropaje seguida de una mascota macho con unos ropajes lujosos, aunque apretados. A esta se le podía intuir claramente un cuerpo torneado y bien cincelado**.

- Y por Sorada*** que mi cuerpo bulle en su ausencia.

La zorra se gira con una sonrisa de medio lado.

- ¡Que pena me dais las que no teneis mascota! -dice al tiempo que acaricia la barbilla del semihumano- Aunque os entiendo... Mi querido Jhon marchó junto con el resto de los hombres a la batalla... Su lanza era capaz de atravesar cualquier escudo y claro...

Suspiró al tiempo que una mujer hormiga se acerca al corrillo.

- No os envidio a las sangre caliente. Las insectoides no sufrimos de las subidas de temperatura como vosotros, pero mi Alexaia -suspira- sus pinzas eran las mas duras de todo el ducado...
- ¡No es justo! -dijo la zorra- ¡Los hombres solo piensan en guerrear mientras que las mujeres nos quedamos aquí desfalleciendo contra las esquinas!
- ¡A mi ya ni me quedan esquinas!

Comentó la amiga de Maria haciendo que las cuatro estallaran en carcajadas.

- ¡Tenemos que hacerles recordar que tienen mujeres en casa y que su deber no es solo para con el Reino!
- ¡Si! ¡Tienen que aprender que aqui tambien tienen una guerra que deben atender!
- ¡Si!

La obra continuaría entre risas. Las mujeres, ayudadas por la sacerdotisa de Sorada, idearían una treta para castigar a sus maridos obligandolos a renunciar a la guerra si querían volver a tener momentos intimos con ellas. Una llamada de atención de los hombres a los duques haría que estos "intervinieran" de manera comica hasta que finalmente la Gran Sacerdotisa mediaría entre todos firmando una paz por el bien del pueblo y reestableciendo la armonía entre los soldados y sus mujeres.

Tras una salva de aplausos y risas saldría nuevamente el perro con laud.

- ¡Gracias a todos por atender! ¡Esperamos volver a verlos pronto!

La Academia del Mar comunicó a los sabios de Maxener su deseo de reflotar algún pecio enano hundido en la batalla del Estrecho, para conocer sus secretos. Sería un gran avance en las investigaciones sobre náutica en que ambos países colaboraban. Este artefacto enano innovador era como un juguete nuevo para los ingenieros. Despertó pasiones.

En pocos días Acad, Cónsul del Mar en Maxener, comenzó a recibir propuestas y bocetos. Grúas flotantes. Remolques submarinos. Sirgas marítimas. Drenajes mecánicos. Cada cual más alocada, costosa o irrealizable. Los sabios no se privaban de soñar.

Pero sí hubo una técnica que podría funcionar. - ¡Lo encontré! - Un sistema hinchable que hiciese flotar al barco. - ¡Aplicando el principio de Maxquímedes! - Acad corrió por la ciudad a toda prisa para contárselo a sus colegas. Futuros rumores dirían que la anciana trotaba medio desnuda y medio mojada.

Maxener ya aplicaba una tecnología similar en elevadores y montacargas, y una variante estaba siendo investigada para crear máquinas voladoras (Sin éxito).

Así, se proponía crear globos y mangas de material impermeable, que se colocarían bajo el pecio o en su interior. Desde un buque adyacente, se insuflaría aire en dichos globos y mangas hasta convertirlos en "burbujas" (en términos coloquiales) que buscarían subir a la superficie y arrastrarían el barco hacia arriba. Una vez en superficie, cuadrillas de marineros achicarían el agua con bombas y mangueras maxenerinas. Después, quedaría remolcarlo. Todo fuese por la ciencia. Y por Tarsi.

 Los informes sobre las exploraciones de Doragon llegaron a los altos cargos, y no debería faltar mucho para que alguien soltase la lengua y los rumores sobre los nulos resultados se empezasen a esparcir, por lo que estimando que obtendrían recompensas mayores a la inversión, se aprobaría el uso de más recursos por parte de la nación para la profundización de la exploración: aquellos hombres no podrían regresar a su hogar con las manos vacías... [1]

 Por otro lado, en vista del protagonismo que habían tenido los combates marítimos recientemente, Doragon decidió explorar un poco el terreno con nuevos proyectos que les permitiese estar al día con los eventos recientes, y por eso se envió a un grupo a hablar por la nación con los Gnomos.

 -Señor Wilhelm, ¿no debería estar usted en el frente contra la horda? -se atrevería a preguntar uno de los soldados que acompañaba al capitán.

 -Bueno, honestamente no me gusta seguirle mucho el rollo al imperio, además de que Arkham seguramente sea suficiente para hacerse cargo de todo: además, esto de que me asignaran el proyecto marino me pareció curioso, por lo general son él o Darke quienes se encargan de estas cosas -explicaría Wilhelm con una leve sonrisa. -. ¿Traes los papeles con las propuestas?

  De ese modo, el grupo conformado por el capitán y un número decente pero no abrumador de soldados se dispondrían a visitar a los no-enanos, y así poder acordar los términos del proyecto.

 De lograr ser recibido por los Gnomos, Wilhelm explicaría que la propuesta de Doragon giraba en torno a crear un vehículo marino capaz de sumergirse y ocultarse completamente en el mar: su tamaño seria el suficiente para transportar numerosas tropas, y contaría con numeroso armamento que le convertiría en un verdadero monstruo acuático, una bestia que se abriese paso entre las aguas sembrando el caos en el campo de batalla... O al menos ese era el concepto para el que lo usaría Doragon.

 -Verán, pensamos que con vuestro conocimiento, y algo de ayuda de Maxener, se podría crear un nuevo tipo de vehículo marino que de un nuevo paso en el transporte: nadie tiene duda de que vuestros barcos a vapor son la mejor tecnología marina, pero podrían tener problemas si se presenta otra batalla como la que hubo recientemente -explicaría el capitán, mientras un soldado que hacía de asistente iba mostrando los papeles que habían traído, donde estaba escrito básicamente lo que estaba explicando, además de algunos bocetos de la imagen del resultado que tenía la mente maestra tras ese proyecto. -. Es un proyecto pesado, con un coste de recursos que seguramente limitará el número que se pueda producir, pero con pocos será suficiente. El plan de Doragon es apoyar la creación de hasta tres de estos vehículos, y a cambio prometeremos tener al menos uno a disposición de los Gnomos para sus necesidades, ya sea transportar mercancía, proteger sus propios barcos o directamente sus tierras: siempre y cuando nada de esto vaya en contra de los intereses de Doragon, claro, aunque en todo caso siempre se podrá hablar al respecto. Las intenciones de mi nación definitivamente no son enemistarse con los Gnomos, e incluso cuando tengamos distintos puntos de vista creo que siempre podremos llegar a un acuerdo.

  Wilhelm no destacaba solo por sus capacidades en combate, sino por su carisma natural: inspiraba confianza a quienes le rodeaban, e incluso en momentos difíciles se veía con una leve sonrisa en el rostro, como era ahora el caso.

 -Lo llamaríamos... El Leviathan.

Mientras el clima en el Mar Interior seguía resecándose, y mientras el olor a guerra cada vez parecía más cercano, un buen día los diferentes reinos recibieron un paquete en las residencias de sus respectivos gobernantes. En todos los casos, el paquete lo había dejado un viajero anónimo en un templo local, con recado de que se llevara hasta el gobernante de la nación.

Tarsi, Doragon, Ungol... pero sobre todo, Animalia, abrieron el paquete y vieron con horror su contenido. Trozos de cadáveres de soldados de Animalia: una cabeza, un par de garras, un pico... todos habían recibido pedazos sanguinolentos y una nota que los acompañaba.

Cita:

Wilhelm fue recibido por Rurik Vientogéligo, quien se presentó como Director de Operaciones de la gran compañía de transporte de los gnomos. El gnomo escuchó educadamente la petición de Doragon, pero pareció desecharla rápidamente.

- A ver si lo he entendido. Pretendéis que os demos nuestra mejor tecnología para construir un engendro que os daría una ventaja tecnológica sin par sobre el resto de naciones. ¿Y a cambio nos daríais una nave? ¿Qué trato es ese? Para eso, nos basta con construir las naves y operarlas nosotros, tenemos buenos marineros de sobra. Sin ánimo de ofender, Wilhelm, pero no veo para qué necesitamos a Doragon.- dijo, encogiéndose de hombros.

Khazadil Ungol había guardado silencio durante un tiempo, habían estado reunidos esperando tener noticias de los suyos, pero cuando estos llegaron a sus puertas todo se puso en marcha. La estúpida advertencia de Azgherot les resultó ridícula, ellos no estaban con el Imperio y habían tenido la osadía de tratar de amedrentarles por nada, un error que a la larga pagarían, pero ahora tenían otras cuestiones en mente. 

Las noticias volaron y no se hicieron esperar, los correos corrieron como la pólvora. La sangre se pagaba con sangre, Khazalid Ungol se preparaba contra la guerra por la afrenta a su honor y por la sangre derramaba. Tarsi sería borrada de la faz de la tierra, al igual que todos aquellos que se interpusieran en el camino de los enanos. La declaración de guerra había sido formal en toda regla, dando un mes a los civiles para abandonar el territorio, a partir de ahí no habría concesiones.

Todos los reinos fueron hechos partícipes de las declaraciones de guerra, incluso su rival Tarsi. Las palabras eran toscas y sencillas, quien se interpusiera en la venganza de los enanos sería considerado enemigo también y aplastado como tal. La poca paciencia de los enanos y su mecha corta les hizo extender su amenaza a todos aquellos que les habían perjudicado comercialmente. "Con ellos o contra ellos" no había más opción, parecía que Khazalid Ungol no se iba a detener aunque tuviera que enfrentarse al mundo entero.

No le costó a nadie ver como las largas columnas del ejército enano empezaban a acampar fuera de los muros de su fortaleza viviente a medida que se preparaban para la guerra y los fuegos de las increíbles forjas rugían con una inusitada rabia. Las chimeneas expulsaban espesas bocanadas de negro humo, un mes, a nadie le cabía duda alguna de que los enanos cumplirían su palabra una vez finalizase el plazo.

El reino de Animalia recibió el comunicado de Tarsi. En un principio se plantearon en devolver la misiva junto con un latigo, pero la promesa de que destinarían de una vez por todas tropas a la frontera calmó los animos lo suficiente como para que los lideres estuvieran de acuerdo en crear una escuadra de investigación.

No destinarían grandes recursos a la escuadra pues los piratas, ahora mismo, les parecían un mal menor. Pero al menos habían cumplido su palabra.

Doragon había enviado a sus agentes por todos los puertos, dejando caer oro para soltar las lenguas, o soltando amenazas cuando era necesario. Pudieron descubrir que los piratas no estaban organizados de forma centralizada, sino que eran más bien una serie de capitanes independientes, que se habían aliado por un tiempo. Por tanto, no existía un cuartel general como tal, aunque sí que descubrieron el sitio donde se reunían los capitanes para acordar nuevos ataques o repartir botines: Izhmalin, una ciudad en la costa de Elengor.