Partida Rol por web

Lyra llego a la torre del maestre, el llegar hasta allí le habia costado horrores, aun le sangraba la espalda y cada paso era una agonia para la mujer. Ademas le habian roto la parte superior del vestido por lo que tenia que cubrirse con los pechos con sus manos, esa era una humillacion extra que le habia regalado su amoroso hermano.

Golpeo la puerta 3 veces con fuerza, esperando que el anciano apareciera detras de la misma para poder sanarle las heridas.

Krilan hacía apenas unos pocos minutos que había regresado a su torre... y ya estaban requiriendo de su sabiduría. Se levantó con paso endeble apoyándose en su cayado hasta llegar a la puerta que se interponía entre el pasillo y su estudio.

-¿Quién me busca?- preguntó el anciano maestre con voz firme: eso era lo único que no parecía haber perdido potencia, es más, parecía haberse fortalecido.

De todas formas, no esperó la respuesta para abrir, ya que si los guardias habían dejado pasar a esa persona, seguramente sería de confianza.

Debo confiar menos en esos muñecos de lata... pensó un momento antes de encontrarse con la figura esbelta, pero claramente adolorida, de la hermana del Rey.

Estúpida mujer...

-Pasa, pasa- dijo casi amablemente mientras una leve sonrisa de "abuelo" se esbozaba en su apergaminado rostro -Acuéstate allí- señaló con su dedo un camastro -Y déjame ver esas heridas... ¿cómo te sientes?-

Mientras la mujer se acercaba por sus propios medios hacia el camastro, el maestre rebuscó tanto en estantes como en sus bolsillos, hasta encontrar todo lo que necesitaba para hacer una buena curación...

-Debo buscarme un asistente... ya no estoy para estos trotes- dijo luego de prender un fuego para calentar vino con hierbas.

Krilan vio la espalda de Lyra y vio que los latigazos habían sido muy profundos, tal fue la saña con la que castigaron a la chica que con los golpes habían logrado arrancarle un pedazo bastante considerable de carne. Las heridas aun sangraban y por su aspecto se notaba que a la mujer le debería estar doliendo horrores

-Mmm... graves cortes tiene, milady- dijo el maestre luego de dar algunos vistazos a las heridas -Esto le va a doler, no le voy a mentir, ¿no es cierto?- acompañó esas palabras con una risa corta y seca -Pero veo que ha resistido bastante bien...-

Comenzó a preparar las vendas y el vino ya estaba burbujeante, arrojando un aroma especiado al ambiente. Lo que le esperaba a la mujer no iba a ser grato, pero sanaría... quedándose quieta por muchos días.

-Milady, tendrá que quedarse en cama... y la visitaré todos los días para revisar las heridas- hablaba mientras vertía el contenido de la olla en un alambique y proseguía con sus movimientos entre utensilios y vendas.

-Tome- le dijo extendiéndole una madera -Muerda y agarre el borde del camastro con fuerza...- le dijo acercando el recipiente con el vino hacia el cuerpo maltrecho de la mujer... para verterlo.

Tenía que desinfectar la herida, para luego continuar limpiándola y suturar las heridas. No sería fácil, pero esperaba que la mujer no diera demasiadas quejas.

Lyra obedeció a todo lo que el maestre le dijo y no se guardo las lagrimas cuando el vino caliente  
cayó sobre sus heridas, le dolía horrores y aunque tratara de hacerse la valiente no pudo contener la manifestación de su cuerpo a tal barbarie.
-Ese desquiciado que tiene como hijo fue a ver cómo me castigaban.- Dijo con odio -Luego me despertó y me acompaño hasta aquí como si fuera el hombre más noble de todo el reino.- Estaba indignada y rabiosa esta familia de locos la estaba arrojando a ella también hacia la demencia.

-Mmm... entiendo...- masculló el maestre mientras proseguía en sus tareas, a un ritmo muy parsimonioso -Te refieres a Till, ¿no es cierto? Ese muchacho... creo que no pude hacer mucho más por él- acotó reprobadoramente, o al menos eso parecía.

El maestre detuvo lo que estaba haciendo en la espalda de la mujer, para colocarse frente a ella.

-Quiero decirle que algunos no olvidamos lo que le sucedió a su hermano- le dijo con la mirada fija en sus ojos -Y que si necesitara algo, no dude en acudir a quienes aún lo hacemos...-

Terminado de decir esto, que lo había hecho en un tono bajo, casi como un susurro, pero firme, volvió a su tono normal y prácticamente anodino.

-Milady, ¿podría levantar un poco este brazo?- le dijo ayudándola a hacerlo. Debía curar justo donde el látigo había golpeado y estaba cerca de la axila.

Peligroso lugar... muy peligroso...

-Si, fue Till. Ese muchacho no tiene nada en la cabeza mas que excremento de caballo, no puedo creer que sea uno de los herederos ¿que sera de esta casa si el asume como rey? Lyra estaba furiosa por lo sucedido y preocupada, esas lesiones podrian dejarle cicatrices de por vida.

-Lo que le paso a nuestro hermano fue terrible y Luego de eso Syd nos abandono para irse a la guardia por que lo hacian responsable de lo sucedido, cuando todos sabemos que ese enfermo de Einar fue el que lo mato y ahora se supone que lo casaran a sus hijos con los nuestro, no entiendo a mi hermano.

-¿Y usted a quién querría como heredero?- soltó el maestre mientras continuaba con sus curaciones -Todos sabemos lo que sucedió, pero pocos se animan a hacer algo al respecto, ¿eso quiere decir? ¿Qué haría en su lugar?-

-A alguien que piense por el reino.- Dijo con cuidado Lyra -Tal vez si alguno de los herederos fuera sometido a una educación estricta para convertirse en rey no tendríamos estos problemas, pero claro. Mi hermano aun no se decide.- La mujer se dio cuenta de que no era bueno hablar mal de su hermano en ningún lado del castillo.

-Yo no puedo hacer nada, soñar con lo que pudiera hacer es solo eso un sueño.- Tenia la voz cansada tanto por la situación como por los golpes recibidos.
-Mi hermano no volverá y mi destino está en Skagos, mientras más rápido me acostumbre a la idea será mejor para mi.-

-Coincido con usted, milady, haría falta una educación más especializada... más allá de infligir dolor- respondió el Maestre -Tiene razón, mejor si se acostumbra ahora y se prepara para una vida allí. Esos salvajes no son fáciles de tratar, por lo que le recomiendo que temple sus palabras y sus actitudes- aconsejó haciendo gala de su deber para con la familia.

-Pero debo corregirle algo, bajo pena de parecer romántico que creo que debe saber que no es así, pero los sueños pueden obrar maravillas a largo plazo. Este Reino comenzó de esa forma... sino no existiría. Por eso le vuelvo a preguntar, ¿qué haría usted? A veces uno no sabe qué cosas, dichas en el momento, lugar y con la persona oportuna, pueden germinar y dar grandes frutos-

La larga curación que tendría que hacer le exigía, en cierta forma, tomarse tu tiempo. ¿Y qué mejor que aprovechar el tiempo para conocer y relacionarse?

-Nuestro emblema es un hombre desollado, no se puede esperar mucho mas de una persona qué reine con ese emblema, sin embargo yo también soy una Bolton y no reniego de mi familia.- Dijo Lyra al maestre con algo de lamento en su voz, los cortes le dolían mucho y su voz reflejaba aquel sufrimiento.

-Yo esperaría.- Dijo finalmente -Aunque se consiga alianza con ambos reyes no creo que podamos liquidar el conflicto antes del invierno y uno sabe los peligros de las temporadas frías, al rey lobo solo le hará falta guardarse en su castillo mientras nosotros nos congelamos a fuera tratando de rendirlos por hambre.- Imaginaba aquella situación y la agonía de los soldados que pasarían por esa situación.
-No es el momento de pensar en una guerra, creo que mi hermano se está precipitando.-

-Precipitando...- repitió el maestre entre dientes mientras suturaba una herida que era bastante grave como para dejarla así como así -Puede que tenga razón, Lady Lyra, el arrojo es una gran virtud, siempre que esté acompañada de la sabiduría-

El maestre pensaba que era algo que se debía hacer, pero coincidía en que era un tiempo ajustado el que contaba el Rey para triunfar. Todo debería hacerse con precisión matemática.

-Estas reuniones que se van a hacer, serán muy importantes, de éstas dependerá el futuro de la Casa Bolton... está al tanto de ello, ¿no es cierto? Es muy importante que si hay algo de lo que no esté de acuerdo, me lo comunique, porque creo que tenemos formas de pensar muy parecidas y yo tengo más voz frente al Rey, ¿entiende eso también? En este momento debemos hacer las cosas muy diplomáticamente, y el Rey está sujeto a muchas presiones... no queremos que suceda nuevamente esto. Es más, no sé si sobreviviría una vez más, por lo que le recomiendo, por su propio bien, que se guarde sus opiniones para usted... y para mí. Yo la puedo ayudar, no sólo para hacer oír su voz, sino también para conseguir que su casamiento no sólo no sea con aquellas bestias de Skagos sino que tal vez podría conseguirle algo mejor... algún vasallo Stark, manipulable tal vez- ofreció Krilan deteniéndose un momento en la mirada de la mujer a la que estaba atendiendo con delicadeza asombrosa dada su longevidad -Sólo necesito que me de toda la información que recabe en estas reuniones donde habrá tanta gente, y me comparta sus opiniones. Una mujer bella como usted puede obrar maravillas... más cuando está acuciada por proteger a su propio hijo-

-Obviamente no estoy de acuerdo en casarme con uno de esos locos caníbales.- Dijo sin pensarlo si quiera un segundo. -Tampoco quiero que mi hijo tenga que irse de el castillo para ir a vivir con esas bestias incivilizadas.- El rey era una persona por demás complicada y plantearle eso haría que automáticamente hiciera lo contrario a lo que se pedía. Era un caprichoso de primera y esa no es una buena característica para un rey.

-Tratare de darle toda la información que pueda.- Dijo la mujer tras pensarlo unos segundos. de todos los que estaban en el castillo el maestre era el primero que le ofrecía una mano amiga y solo esperaba que fuera sincera.

-De seguro no sobrevivirían demasiado tiempo...- soltó casi ausentemente el maestre -No son tierras para gente como nosotros... por lo que le recomiendo que esté muy atenta porque cualquier cosa puede ser útil. Es más, sé que algunos de la Familia no están muy de acuerdo con los planes del Rey, por lo que si usted se enterara de algo o pudiera recabar información, le agradecería que me lo compartiera. Tal vez, quién sabe, podamos mejorar las condiciones de todo esto- agregó mientras sus manos recorrían el cuerpo maltrecho de Lyra haciendo curaciones donde hiciera falta.

El daño que había recibido la mujer había sido mucho, y realmente le sorprendía la resistencia de ésta. Era más fuerte de lo que parecía.

-Arthur por ejemplo... no pareció muy contento... ¿crees que podrás acceder a él?- le preguntó sin rodeos -En ningún momento tendrás que hablar de mí... si se supiera que el Maestre está detrás de esta búsqueda de información no sólo podría caer en oídos equivocados, sino que podríamos sufrir destinos peores que el de un mal casamiento... ¿entiendes esto?- preguntó con sinceridad -Sé que lo que te pido no es simple, pero creo que una madre tiene fuerzas mucho mayores cuando la seguridad de su hijo está en juego, y ni hablar si la suya también. Podrás darme la información siempre que vengas a hacerte curar las heridas... que sanarán en un tiempo. Luego veremos la forma de que no sea sospechoso que te encuentres conmigo, ¿de acuerdo?-

Lyra guardo silencio mientras el maestre habló. No le gustaba mucho el tono del asunto y no queria tener problemas con su hermano.

-Mestre puedo comentarle lo que escuche en la fiesta pero tanto despliegue me suena a conspiración.- dijo sin muchos rodeos. -Yo haría todo lo posible por no tener que casarme con esas bestias pero no arriesgar mi vida y la de mi hijo.- Lyra fue contundente, no expondria a su hijo ni a ella a la muerte por el plan de nadie. Para ella primero estaba su hijo y luego la familia Bolton.
 

El Maestre detuvo sus quehaceres curativos para mirar de frente a la mujer. Emitió algo parecido a una risa y habló:

-Milady, creo que no entiende lo delicada de su situación...- comenzó sin apartar sus fríos ojos de los de la mujer -Su situación es más que complicada, por ponerlo de alguna forma, y debería estar agradeciendo cualquier ayuda que pudiera recibir. Yo le estoy recomendando una tarea que, de ser cumplida en tiempo y forma, podría darle motivos a su hermano para cancelar ciertos planes que ya están en marcha. ¿Entiende? ¿Usted realmente cree que yo iniciaría una conspiración contra mi Rey? ¿A mi edad?- soltó otro de esos sonidos que podrían parecer risa -No, milady, se equivoca. Mi vida siempre estuvo dedicada al servicio de la Casa Real Bolton y así lo seguirá siendo hasta que la Muerte por fin decida llevarme. Lo que le estoy ofreciendo es algo con lo que negociar su posición... pero si no desea hacerlo entonces no habrá problemas para mí, ni me arriesgaré por nadie ni nada. Es usted la que se irá con esos salvajes comedores de cadáveres, no yo. Yo seguiré estando al lado del Rey como siempre lo he hecho. Lo único que quería era salvar una buena mente y su buen retoño...-

Acto seguido continuó con su tarea como si no hubiese pasado nada, después de todo, parecía que cuando uno quería ayudar a otra persona, esa se tenía que ofender. ¿Por qué tuvo que ser el menor de todos y ser Maestre? Trabajo ingrato...

-No tenía intenciones de ofenderlo Maestre.- Dijo la mujer una vez que el hombre guardo silencio y volvió a sus tareas. -Acabo de recibir una tunda que me dejo inconsciente y tal vez el miedo hable más que mi propia conciencia.- agrego a modo de justificación.
-Creo que puedo llegar a Arthur y hablar con él pero ¿qué tipo de información es la que requiere?

El Maestre tardó un momento en volver a hablar para responder a la pregunta de la mujer. Pensó por un momento lo que debía hacer.

-Entiendo que haya pasado por un momento difícil y que haya miedo en su corazón, pero en este momento debe estar lo más entera posible... por usted y por su hijo. Y yo me ofrezco a ayudarla-

Se colocó frente a la mujer para continuar con el tema que podía ser más delicado. No sólo quería que comprendiera, sino que además era un gran lector de intenciones.

-Arthur mostró claros vestigios de que no estaba de acuerdo con el Rey y eso, en un momento como el que vamos a atravesar, no puede suceder. Debemos estar lo más unidos posibles. Y ni hablar que su puesto es de vital importancia...- dijo Krilan -Confío en que eres una persona atenta ya que no creo que sea un hombre muy... como decirlo... sutil. Por lo que creo que no será capaz de ocultar sus verdaderas intenciones.- hizo una pausa y miró a los ojos a la mujer nuevamente -No importa el modo en que lo hagas, pero sería algo muy bueno para tí que se descubriera una conspiración... y si es una persona leal como debería y le conviene ser, entonces habremos confirmado algo que podría traer mucho caos a la Casa-

Lyra Bolton asintió sin estar muy conforme, no sabia que se podía traer entre manos la espada juramentada y sabia que no era buena idea meterse en esos asuntos, sin embargo lo haría, no quería tener que irse a Skagos con esas malditas bestias.

-Tratare de ver que se trae ese sujeto entre manos.- Dijo con la voz mas firme que le pudo salir. -Sin embargo tal vez nos encontremos con que no hay ninguna conspiración.-