Partida Rol por web

Rippers: Cazadores de monstruos

Interludio 1 - Ceremonia de Iniciación

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26/03/2018, 21:31
Alexander Smith "Alex"

Acompañó al grupo al reservado y entró tras el irlandés, sentándose frente a él y junto a Francis. Cuando Sir Sutton llenó su vaso se lo agradeció con un ligero asentimiento de cabeza, mientras seguía atentamente la conversación entre los McBride y el detective. Opinó pasa sí que el tal Douglas parecía nervioso y no terminó de entender el por qué.

Después de apurar de un trago el vaso de whisky y dejarlo de un golpe sobre la mesa de la cabina donde se encontraban, se pasó la manga de la chaqueta por la boca para limpiarse el bigote y preguntó por su parte lo que le preocupaba en ese momento.

– Señor Douglas. ¿Por que no nos cuenta algo más sobre la organización a la que representa? Comprenda que esta conversación de momento solo ésta lanzando más sombras que luces.

Notas de juego

PNJtizado al gusto del jugador (o eso espero) :P

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26/03/2018, 21:33
Narrador

Algo no estaba saliendo bien. Para nada bien. Francis siguió los deseos de sus contertulios y se reunió con ellos en el reservado. Tendría que contarles algunos detalles sobre él y los Rippers antes de que estos se decidieran a acompañarle a terminar de aclarar sus dudas, y por ello decidió sincerarse. Pero por mucho que se esforzaba, los integrantes de aquel grupo mantenían su postura defensiva, que en el caso de Seamus empezaba incluso a tomar aires de agresividad.

Al irlandés no le había hecho ninguna gracia escuchar que aquel paliducho era un polizonte. No pertenecían estos precisamente a la especie de animales a los que el pistolero más apreciaba, lo cual se pudo notar en la forma que tuvo de continuar la conversación, casi escupiendo las palabras.

Las preguntas se acumulaban y salvo Anthony, quien de momento parecía disfrutar del inesperado y entretenido espectáculo que le estaban ofreciendo, los demás no paraban de interrogarle, recordándole a sus años de detective y haciéndole sentir en parte como debían de haberse sentido los criminales que en su día interrogó él.

Debía de conseguir ganarse su confianza. Al menos lo justo para que estuvieran dispuestos a acompañarle. Y en ese momento el sonido sordo de unos golpes dados con los nudillos contra la puerta de madera vinieron a ayudarle, dándole algo de tiempo para pensar como continuar.

La puerta se abrió y el conocido rostro de Linus se asomó al interior.

– Espero no molestar. – comentó a modo de disculpa –. Pero me pareció que tenían mucho que hablar y no querría que sus gargantas quedarán secas. – dijo mientras dejaba otra botella de buen aguardiente sobre la mesa, cerca de donde se sentaba Sir Sutton, para cerrar después otra vez la puerta y devolverles a la intimidad del habitáculo.

Francis agradeció la interrupción y deseó que el alcohol ayudará a calmar algo los ánimos y a relajar el ambiente. Le hacía bastante falta.

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27/03/2018, 22:30
Francis Douglas

Francis aprovecho el breve instante que el camarero le dio para pensar una manera de poder afrontar aquella situación. Cuando se marchó, froto su barba descuidada de manera inconsciente, tratando de buscar las palabras correctas. 

De acuerdo, perdónenme si arroje mas oscuridad que luz ante sus dudas y temores. Tratare de ser mas claro—. Tras esto miro directamente a los hermanos irlandeses, deslizando su mirada entre uno y otro en el trascurso de sus palabras—. Nos hacemos llamar Rippers. Somos algo ajeno a cualquier movimiento político, nuestras inquietudes van mas allá señorita. ¿Nuestra misión? Aunque somos pocos, luchamos contra las criaturas de la noche, aquellas a las que llamamos "La Cabala". Son distintas células de corrupción, formadas por vampiros, licantropos, espectros, demonios…Con un único fin, destruir y controlar el mundo de conocemos.

Al pronunciar la palabra “demonio” no pudo evitar acordarse de aquella noche en el jardin de los Lang. Un escalofrió recorrió cada poro de su piel, haciéndole estremecer de puro terror.

Como dije pocas personas son capaces de aguantar el primer choque con lo sobrenatural. Unos mueren, otros se esconden en la locura y por ultimo, estamos nosotros, los Rippers—. Esta vez miro a cada integrante del grupo—. Mi única misión era venir a por vosotros. Si queréis luchar con nosotros contra aquellas criaturas y buscar mas respuestas, seréis mas que bienvenidos. Aunque mi superior es hombre de pocas palabras, demostró su agradecimiento y confianza aplicándoos los ungüentos Rippers.

>>Cualquier decisión que tomen es respetable, pero sus ojos han sido abiertos ante una horrible realidad—. El joven investigador aprovecho el silencio que provoco sus palabras ante sus interlocutores—. No importa lo que decidan, jamas volverán a cerrarse. Os doy la misma oportunidad, la misma que me ofrecieron a mi. Venid con nosotros. Nos necesitáis, os necesitamos.

El joven investigador entonces guardo silencio. Solo entonces se percato del frío que anidaba en sus manos. Durante unos instantes el silencio se hizo en la sala, algo que inquieto en gran medida al señor Douglas. ¿Les habría convencido? Las dudas cabalgaban desbocadas por su mente mientras frotaba sus manos de manera enérgica, tratando de espantar el frío de sus manos. 

 

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27/03/2018, 23:24
Dra. Eilish McBride

Tras escuchar al nervioso joven, Luzil miró directamente a su hermano - Qué me dices... Que demostró agradecimiento y confianza aplicándote el ungüento... - haciendo claras señas hacia el polizonte y suavizando la voz.

Seguidamente hizo un ruido con la garganta como aclarándose la voz y en modo de suave sonrisa. Y volviéndose a mirar nuevamente a Francis quedó patente que ni había dulzura ni sonrisa en su semblante - Mi hermano estuvo a punto de morir por ayudar a su jefe y a usted. No me hable de agradecimiento ni de proteger. ¿Qué sería de ustedes de no ser por los aquí presentes? ¿Que nosotros les necesitamos? No me haga reír.

Se dio cuenta de que estaba de pie. Había comenzado a subir la voz y a punto estuvo de lanzarse contra el hombre cuya piel estaba exponiendo para conseguir lo que su superior necesitaba. Respiró hondo y volviendo a su asiento bajó el tono de su voz.

-No me malinterprete, aún no les culpabilizo del daño ocasionado a Seam. Lo único que busco son razones y explicaciones. Información. ¿Puede alguien de su organización proporcionarme lo que necesito?

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28/03/2018, 00:52
Seamus McBride

Por fin el detective privado puso las cartas sobre la mesa, y a medida que iba desgranando quiénes eran, a qué se dedicaban y los obstáculos a los que se enfrentaban, el ceño en el rostro de Seamus fue haciéndose más y más acusado. La piel de sus mejillas empezó a tornarse de un rojo amoratado y una vena se hinchó en su sien amenazando con estallar de un momento a otro.

¿Te crees...? empezó a decir, casi sin voz. Era evidente que estaba a escasos segundos de estallar en un arrebato de pura furia. Su mano había bajado rápidamente hacia su cintura y Sutton pudo apreciar un destello metálico. Sin embargo, antes de continuar, su hermana decidió interceder, como si anticipase lo que estaba a punto de suceder.

Como si fuera miel tibia, las palabras de su hermana, en apariencia duras e implacables para alguien que no se hubiera criado en el hogar familiar, cayeron sobre el ánimo de Seamus. Su ira se relajó, el color regresó a sus mejillas y su mano izquierda, que hasta ahora había estado apretada en un puño, se cernió sobre el vaso de whisky e ingirió el contenido de un trago. El enfado dio paso a la tristeza, y el irlandés no pudo más que observar cómo Eilish McBride parecía querer lanzarse de cabeza a un mundo que él consideraba pura fantasía. 

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28/03/2018, 11:35
Sir Anthony Sutton III

Si hubiese un plano en el que únicamente se viera a Anthony, cualquiera podría llegar a pensar que estaba viendo una obra en en la Royal Opera House a decir por la postura y actitud relajada del noble inglés.

Su talante distendido solo se vio crispado cuanda Douglas comenzó a enumerar los distintos enemigos a que los que se enfrentaba su organización. Enemigos que cualquiera achacaría a los cuentos de una vieja nodriza pero que para Sutton traían al recuerdo las dos ocasiones en que había visto algo más propio de un relato de terror que de la realidad.

Vamos, vamos, por favor. - trató de calmar los ánimos de los hermanos mientras agarraba la botella y rellenaba el vaso del McBride, momento en el que también le dio un par de palmaditas en la mano que agarraba el vaso, casi como un abuelo tratando de calmar a su nieto pequeño. - No creo que un espacio tan pequeño sea el lugar ideal para comenzar una disputa.

Su tono de voz era sosegado y, una vez rellanado todos los vasos, tomó el suyo y se reclinó de nuevo como buenamente pudo.

Douglas, todos estaremos de acuerdo en que nuestra actuación en el Hogar de los Lang, - que al parecer dentro de poco podría pasar a ser propiedad de los Sutton pero eso no era algo que incumbiera a sus asociados - fue determinante para poder estar hoy aquí.

Su... organización parece falta de hombres y de recursos, en vista de las dos ocasiones que nos hemos cruzado, por lo que entiendo que la necesidad no es tan mutua como nos quiere hacer ver, ¿me equivoco? - dio otro sorbo a su vaso y esperó tranquilamente la respuesta.

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28/03/2018, 13:49
Alexander Smith "Alex"

Cogiendo con una mano la botella de licor y con la otra el vaso procedió a rellenarse nuevamente el vaso para vaciarlo de un solo trago y dejarlo con un golpe sobre la mesa.

- Mire Señor Douglas, su jefe uso esos ungüentos por la sencilla razón de que le somos útiles, y parece que aquí mis compañeros opinan lo mismo. Así que, mas que necesitarles, nos necesitan y dio la casualidad de que estábamos en el sitio precios en el momento preciso.Por lo que me surgen dos pregunta... ¿Por qué ahora? ¿Qué les hace necesitar refuerzos ahora mismo? -

Y volvió a recostarse en el asiento, esperando las respuestas de su interlocutor

 

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28/03/2018, 20:04
Narrador

Después de que Francis siguiera los deseos de aquellas cuatro personas y se sincerara, dándoles información que no todo el mundo debería tener, las reacciones de estos no se hicieron esperar. Y no fueron para nada las esperadas.

Por los comentarios de Eilish, la doctora estaba convencida de que su actuación contra los sicarios de los Lang y aquellas criaturas demoníacas había sido para ayudarles a él y a Lord Aydan y no para salvar sus propias vidas. Hasta parecía que les echaba en cara el que hubieran corrido aquellos riesgos. Como si ellos y su organización fueran responsables de los actos de los Lang. Tampoco apreciaban el hecho de que el ungüento aplicado hubiera estabilizado las heridas hasta el punto de que quizás sin él hoy estarían echando a alguno de ellos en falta alrededor de la mesa, llegando el boxeador incluso a pensar, que Lord Aydan lo hubiera hecho por interés propio.

Pero lo que posiblemente hizo vacilar más al investigador sobre el sentido de seguir tratando de convencer a esas personas para que se unan a los Rippers, fue ver el movimiento que hizo Seamus. Normalmente alguien sentado frente a él no habría sido capaz de discernir cual era la verdadera intención del pistolero cuando su mano bajo rápidamente hasta su cintura, pues este supo detenerse a tiempo. Pero Francis tenía experiencia como policía y detective y sabía perfectamente que el irlandés había estado a punto de sacar un arma, posiblemente una pistola, y amenazarle. ¿De verdad pensaba pegarle un tiro en un local tan frecuentado? ¿Y únicamente por que no le caía bien?

Las dudas le asaltaron e hizo un pequeño movimiento instintivo. Si fue para levantarse y marcharse o para defenderse de la amenaza que parecía venir del pelirrojo, es algo que no quedo claro, pues Sir Sutton reaccionó rápidamente intentando poner calma. Lo cual pareció surtir efecto. Al menos durante un tiempo. La verborrea del noble en seguida derivó hacia sus verdaderas intenciones: sacar algún tipo de ventaja para él de todo aquello.

Mientras escuchaba a Alexander cuestionar los motivos de su ayuda y opinar como el resto que era su organización la que les necesitaba a ellos, Francis hizo resumen mentalmente de lo que había aprendido aquella noche.

Comprendió lo complicado que podía llegar a ser tratar de reclutar a alguien para unirse en una tarea peligrosa como era la suya. En su caso y debido a experiencias propias, supo desde un primer momento que quería ayudar a acabar con aquel mal que amenazaba a la humanidad. Fue una decisión propia, aunque no fácil, y, al igual que el resto de sus compañeros Rippers, sin ningún tipo de animo de lucro o interés personal. Comparar la actitud de las cuatro personas que le acompañaban con este conocimiento fue lo que le hizo dudar de verdad, hasta el punto de creer que aquella reunión ya no tenía sentido. Que hiciera lo que hiciera aquel grupo nunca aceptaría a sumarse a sus filas. Ser Rippers suponía defender a la sociedad de las amenazas de las criaturas que pueblan la noche, incluso con la propia vida si es necesario. ¿Con que se paga esa disposición? ¿Con dinero? ¿Con conocimientos? ¿Con amenazas? No. Es algo que, si no se hace por convencimiento propio, nunca podrá funcionar. ¿Cómo confiar tu vida en las manos de alguien que puede cambiar de opinión si, tras ver al monstruo al que se enfrenta, decide que la paga no es suficiente? ¿Cómo fiarte de alguien que parece dispuesto a usar el gatillo solamente por que no le gusta tu aspecto? ¿Cómo convencer a alguien que no es capaz de diferenciar entre aquellos que le amenazan y aquellos que están de su lado?

Todos los ojos estaban puestos en él y en ninguno de sus rostros pudo ver el más mínimo rastro de amabilidad. No se lo echaba en cara. Nadie salta de alegría cuando le piden arriesgar su vida por los demás. Pero tampoco fue capaz de reconocer en sus miradas un detalle, un brillo que le indicara que podrían estar hechos de la pasta de aquellos capaces de arriesgar el pellejo por los otros sin pedir nada a cambio.

Tendría que decidir si merecía la pena seguir dándose cabezazos contra el duro muro que representaban los allí reunidos, o si no sería mejor dejarlo correr y que cada uno siguiera con su vida. Al fin y al cabo sus superiores habían confiado en él y en su capacidad de juzgar a los supuestos reclutas.

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29/03/2018, 12:16
Francis Douglas

Francis sabia que los dos hermanos guardaban cierto rencor por lo ocurrido en la mansión de los Lang, pero jamas habría imaginado una respuesta así. La desconfianza de las palabras de Eilish quebraron no solo cualquier posible avance, sino que ademas alimentaron la semilla de la desconfianza que ya anidaba en sus corazones.

Las palabras de Eilish fueron recibidas como una bofetada, sin embargo la reacción de Seamus fue muy distinta, algo que le hizo ponerse en tensión.

Vosotros decidisteis luchar aquel día. No me culpabilicen por sus decisiones ante una situación así — . Añadió el joven investigador tras las palabras del noble, olvidando cualquier muestra de respeto— . Las batallas contra la sombra se libran con soldados y con recursos, algo que nunca es suficiente.

>>Veo que aun no lo entendéis. Nosotros necesitamos soldados y recursos, algo que se puede conseguir en todo el mundo. Vosotros por el contrario, no solo no tenéis recursos ni unidad, sino que ademas el mundo que os rodea ahora es desconocido— . Acompaño sus palabras mirando directamente a Eilish— . No voy a ofrecéroslo de nuevo. Si queréis sobrevivir, o por el contrario, obtener respuestas, venid.

El señor Douglas se puso de nuevo el gorro ajado y aplastado con calma y se levanto. Miro una vez mas a todos los miembros del grupo con cierta tristeza y envidia. Quizás pudieran sobrevivir si hacían la vista gorda al mal que anidaba en este mundo. Sin decir ninguna palabra mas, se marchó.

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29/03/2018, 12:25
Francis Douglas
Sólo para el director

Cuando vio el destello del acero en la cintura del irlandés supo al instante que era. Su cuerpo reacciono al instante, tensándose de arriba abajo, dispuesto a actuar en cualquier momento.

Mientras hablaba fue concentrando aquella energía arcana en la palma de su mano. Sabia que sus palabras habían sido algo mas rudas y directas que antes, algo que podía traerle problemas o bien lograr su cometido.

Si trataban de impedirle la salida llamaría al canto de una Banshe para incapacitarles. A pesar de que confiaba en el poder de las artes místicas palpo ligeramente la dureza del revolver, algo que le reconforto en gran medida.

Notas de juego

Con el canto de una Banshe me refiero al conjuro de Confusión, para dejarles aturdidos jeje. En caso de tener que lanzarlo, me iría echando ostias de allí y me quitaría el disfraz para confundirles. Espero no joder mucho por este ultimo post, pero es lo que haría Francis en una circunstancia así.

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29/03/2018, 14:43
Sir Anthony Sutton III

Sutton seguía en su posición de espectador de ópera, fantándole solo sacar unos pequeños prismáticos del interior de la chaqueta para observar mejor el espectáculo, pero su rostro se endureció ante las palabras de Douglas como ninguno de los allí presentes habían visto antes.

Ante ellos veían las facciones propias de un linaje de nobleza sajona, sangre que seguramente podría remontarse a las ancestrales tierras de Albion y que, pese a la fachada de despreocupación casi burlesca que solía ostentar, mostraba ahora que el motivo por el que lucía un Sir delante de su nombre no era solo fruto de un nacimiento afortunado.

No se olvide de dejarle propina a Linus cuando salga. - dijo con un tono seco como la arena del desierto pese a que su postura no había cambiado un ápice. - Un Sutton solo invita a sus amistades.

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30/03/2018, 00:08
Narrador

Viendo que aquello no estaba saliendo como él esperaba y no siendo capaz de encontrar una brecha en la posición defensiva -y hasta agresiva- de los allí presentes, Francis tomó su decisión. Por lo que había podido ver hasta ahora, no creía que aquellas personas tuvieran el carácter necesario para formar parte de una organización de gente que arriesgaba sus vidas de manera más o menos desinteresada para enfrentarse a enemigos sobrenaturales.

Dio todo por perdido y decidió dejarlo ahí. No veía sentido a continuar tratando de convencerlos de algo que, en su opinión, les quedaba grande. Se levantó de la mesa para marcharse y, sintiéndose de repente libre de la presión que había acumulado por intentar llevar su misión a buen puerto, su tono se volvió rudo. Cosa que no hizo más que aumentar la tensión y terminar de extenderla a aquellos que hasta ahora habían decidido mantenerse en un segundo plano.

Y en el preciso momento que iba a agarrar el pomo de la puerta del reservado para salir, esta, como si tuviera vida propia, se abrió.

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30/03/2018, 00:09
Lord Aidan Huxtable

Pero la puerta no se había abierto sola. Detrás de ella apareció la figura de Lord Aidan quien, como por gracia divina, había elegido el mejor momento para dejarse ver en aquella reunión.

Su presencia era todo lo contrario a la de su compañero Ripper. Mientras que Francis había acudido al bar vestido con ropas que podrían considerarse harapos, el noble militar llevaba puesto un elegante traje cortado a medida. Mientras que Francis se mostraba airado y fuera de sí, Lord Aidan mantenía la misma calma y sobriedad que ya le habían visto tener durante aquella fatídica noche.

Al principio Francis se sorprendió al verle allí, pero en seguida recordó que, en caso de que un Ripper se retrasara en el cumplimiento de una de sus misiones, algún compañero siempre trataría de acudir a asegurarse de que la situación no se había complicado o incluso salido fuera de control.
Lord Aidan observó a las personas allí reunidas y rápidamente se hizo una idea bastante clara de la situación. Puso la mano en el hombro del detective para tratar de calmarle con un gesto tan sencillo y se dirigió al resto.

– Señora. – Hizo un asentimiento de cabeza para mostrar su respeto a la doctora –. Caballeros. Sepan que me alegra sobremanera verles en tan buen estado. – Aunque su voz mantenía aquel tono marcial y sin aparente emoción que ya conocían, pudieron reconocer que había sinceridad en él –. Por favor disculpen mi tardanza en acudir a la cita. – Se detuvo aquí unos segundos, mirando a los ojos de los allí presentes, hasta posar su mirada en su compañero –. Sólo espero que no sea demasiado tarde.

A nadie se le escapó el significado que se escondía detrás de esa última frase.

Señalando a uno de los asientos libres continuó.

– ¿Les molesta si tomo asiento? También les agradecería si permitieran que mi amigo pudiera continuar prestándonos compañía. Algo me dice que se ha dejado llevar por las emociones, pero créanme si les digo que es alguien de confianza y sin malas intenciones.

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30/03/2018, 16:41
Seamus McBride

Un ultimatum. El pálido muchacho se había atrevido a lanzarles un ultimatum y había conseguido lo mismo que pescando en una charca. Si hubiera combatido mano a mano con ellos, si hubiera sangrado con ellos. Joder, si hubiera sido sincero con ellos incluso, se habría ganado la posibilidad de jugar esa carta. Pero no había sido más que un espectro mientras Seamus, Eilish, Sutton y Alex luchaban a brazo partido codo con codo. Seamus miró a la gente que compartía mesa junto a él y supo que podría contar con ellos.

Puedes irte con v... —quiso decir el irlandés, pero cuando Francis abrió la puerta y apareció en el umbral el casaca roja, vestido como un pimpollo y dando rienda suelta a su mejor sonrisa de bebetés, a Seamus casi se le escapa una carcajada. No le costaba imaginarse a Huxtable vigilando la conversación por el ojo de la cerradura como un salido mirón y negando para sí— Pero mira quién ha decidido aparecer. 

»No te cortes, sajón —dijo, señalando con un cabeceo el asiento libre— Creo que has llegado en el momento justo, pero eso ya lo sabes, y mi hermana tiene algunas preguntas para ti y tus... destripadores.

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30/03/2018, 17:31
Dra. Eilish McBride

Tras el ultimátum o amenaza del joven pálido, pues Eilish no sabía muy bien como tomarse sus últimas palabras, Anthony se había encargarlo de despacharlo a gusto. En esos momentos fue la doctora la que más disfrutó y decidió callarse, pues ya estaba todo dicho, aunque lo siguiente que tenía pensado era seguirle para saber dónde encontrar a alguien que pudiese responder a sus preguntas.

Seamus, por el contrario, no había quedado contento, por lo que tuvo a bien soltar una última frase de despedida a Francis. Frase que se cortó en sus labios, pues tras la puerta se encontraba la sorpresa del día. El casaca roja hizo acto de presencia, sólo que ahora iba vestido con un elegante traje. Cuando la pelirroja fue saludada hizo una inclinación de cabeza como saludo a su interlocutor - Señorita, por favor.

Su hermano no tardó en hacer saber al nuevo contertulio de las inquietudes de la doctora, por lo que ésta tomó la palabra en cuanto Lord Aidan se hubo sentado. - Buenas intenciones no lo sé señor, lo que si tengo claro es que mi confianza no la merece. Eso es algo que se gana, como bien sabe Usted - dijo como inicio para dejar claro a donde había llevado su postura al Sr. Douglas. Esperó a ver si la amabilidad se borraba en la cara del militar, y al ver que no fue así continuó - Bien creo que hemos puesto las cartas sobre la mesa, toodas cara arriba. Después de lo ocurrido espero que entienda que para nada es mi intención que mi hermano vuelva a poner su vida en peligro - dijo mientras desviaba mínimamente la mirada hacia el susodicho - Pero quiero encontrar a la perra de la bruja que lo dañó y amenazó, y si puede ser... ya sabe... Estudiar las diferencias anatómicas entre ella y un humano normal. Y para nada me va a importar si la bruja se encontrase en esos momentos viva o muerta - todos en la mesa pudieron notar el odio y la rabia, el veneno con el que la irlandesa había impregnado esas palabras - ¡Eso sí que sería una buenísima gratificación por todo lo que ocurrió! Al menos para mí.

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30/03/2018, 19:37
Seamus McBride

Seamus era un tipo que había llegado a ver la cara más oscura del género humano.

Madres que abandonan a sus hijos muertos en cualquier esquina nada más nacer, con la sangre aún corriendo por sus muslos, y sin echar la vista atrás; niñas menores, obligadas a prostituirse con gordos sebosos que hacían oídos sordos a sus gritos de dolor; maridos que quemaban vivas a sus esposas sólo porque pensaban que estaban endemoniadas...

Y sin embargo, nada le hacía sentirse más incómodo ni le provocaba tantos escalofríos como cuando su hermana Eilish dejaba vislumbrar esa faceta oscura, siniestra y terrorífica suya. Quizás era sencillamente porque su hermana acostumbraba a tener unas facciones elegantes y dulces. Unas facciones, unos labios, de los que no esperarías escuchar salir palabras como aquellas.

Jesús, Lissie —susurró, mirando de reojo a su hermana y bebiendo otro trago de whisky.

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31/03/2018, 01:40
Alexander Smith "Alex"

La mirada del boxeador se volvió dura tras escuchar las palabras del detective y a punto estuvo de levantarse para decirle lo que opinaba acerca de su amenaza, cuando Sir Sutton se le adelantó. Alexander dio también por cerrada la conversación y por acabado su interés por los Rippers. Y entonces vio a aquel soldado con el que habían coincidido durante el día de la boda aparecer de repente.

Aún estaba furioso por la reacción de Francis, pero decidió que, ya que estaba allí, quizás aún podría escuchar algo de interés.

Notas de juego

PNJtizado

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31/03/2018, 01:41
Lord Aidan Huxtable

Lord Aidan continuó sin mostrar ningún tipo de emoción mientras escuchaba atentamente a los hermanos McBride hablar. Eilish fue directa y clara, sin buscar en ningún momento andarse por las ramas. El militar consideraba la impulsividad de los irlandeses como una debilidad, un rasgo que algún podría costarles la vida, sin embargo el soldado valoraba la claridad y franqueza de sus palabras.

No esperaban llegar a ver el más mínimo rastro de sentimiento en la pétrea expresión de Lord Aidan y por eso les pilló a todos por sorpresa cuando este sonrió abiertamente. Sobre todo el momento de la conversación que eligió para mostrar algo parecido a humanidad les llamó especialmente la atención. Mientras la doctora McBride explicaba la forma en la que pensaba vengarse de Lady Lang, los labios del militar se curvaron hacia arriba.

– ¡Oh! Perdónenme. Pero conozco a alguien que estaría encantado de acompañarla mientras diseccionan a esa bruja. Alguien que ya ha podido comprobar por si mismo las diferencias anatómicas de las que habla. Estoy convencido de que será de su agrado, doctora McBride. – Creyendo saber que las últimas palabras iban a molestar a Seamus, se apresuró en continuar –. Ese alguien es un profesor que trabaja con nosotros y sobrepasa los cincuenta. No debe de temer nada, señor McBride. Esta casado con la ciencia.

Su expresión cambió de nuevo y se mostró más seria todavía.

– Imagino que mi compañero ya les ha dado ciertas informaciones acerca de quienes somos y que fines perseguimos. Por eso no voy a andarme rodeos. Ojalá pudiera asegurarles que sus vidas no corren peligro, pero me temo que Lady Lang no cederá hasta asegurarse de que todos nosotros compartamos el mismo destino que hicimos padecer a su hijo. Nos hace culpables de haber acabado con sus planes y su familia, y por eso nos amenazó a todos poco antes de desaparecer... Y yo tomo esa amenaza muy en serio.

Viendo que los presentes le estaban prestando toda su atención y nadie parecía querer interrumpirle, avanzó algo más en sus explicaciones.

– Cómo bien dice, señorita, Lady Lang es una bruja. Sé que todo esto puede sonar a novela barata de terror y que, de seguir insistiendo en mis afirmaciones, lo normal es que pensarían que estoy para encerrarme. Pero ustedes tuvieron la desgracia de vivirlo en sus propias carnes y las heridas que sufrieron deshacen cualquier posible duda acerca de si fue real o no.

Quizás la luz queda de aquel reservado le jugó una mala pasada y le hizo confundirse, pero le pareció ver movimientos en algunos de los allí presentes, llevando las manos instintivamente a tocar el lugar donde habían sido heridos para apartarlas igual de rápido.

– Desafortunadamente el problema es mucho mayor de lo que pueda parecer a primera vista. Las criaturas de la noche, a las que Lady Lang pertenece sin duda alguna, han aprendido las ventajas de unir sus fuerzas y se han organizado para la lucha contra las personas que se dedican a cazarlas. – No estaba seguro de que el significado de esta aclaración hubiera sido captado en toda su profundidad y por eso, después de apenas un segundo de descanso en su narración, terminó –. Si no me equivoco, Lady Lang no se encuentra sola en su interés por vernos muertos.

Lord Aidan dejo su monólogo aquí. Sabía que era mejor dar aquella información tan difícil de digerir en pequeños bloques y permitir que sus interlocutores tuvieran además ocasión de preguntarle aquellas dudas que les asaltaran.

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31/03/2018, 07:52
Sir Anthony Sutton III

Anthony asintió ligeramente con la cabeza cuando vio al hombre de la casaca roja en la puerta del reservado; aunque no le gustaran las reuniones de negocios, sabía que había quienes utilizaban la técnica de enviar a un subordinado primero a tantear el terreno y luego llegaban ellos, con una sonrisa y un apretón de manos, a firmar el acuerdo.

¡Linus, otro vaso! - llamó al camarero mientras se desplazaba ligeramente en el asiento, dentro de las posibilidades que ofrecía aquel pequeño reservado, para dejar espacio a la nueva incorporación.

Y vaya si se notaba la veteranía de la nueva incorporación, más acostumbrado a lidiar con los problemas que su ayudante y sabiendo exponer el verdadero problema que les ponía en peligro a todos: Lady Lang y su amenaza de venganza.

Anthony casi se había olvidadado de ello, ayudado por la vuelta a la rutina y por un nuevo cargamento de whisky escocés que había recibido, pero un escalofrío y un sudor frío recorrieron su espalda cuando Aidan lo recordó.

Buena apreciación. - musitó mientras acercaba su copa a los labios y dejaba que la bebida reconfortase su cuerpo. - Pero hay dos detalles que requieren algo más de desarrollo. El primero sería sobre la asociación de Lady Lang y sus posibles alianzas.

El segundo, sería sobre la organización que representa y qué es lo que puede ofrecernos que no pudiera otorgarnos un, no sé, - movió la mano en el aire, como si barajara posibilidades - un pequeño destacamento de soldados experimentado y bien pagados...

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31/03/2018, 14:57
Seamus McBride

Buenos reflejos, sajón. A Seamus le gustaba que el casaca roja tuviera en consideración el peso emocional que Eilish tenía en Seamus. A ojos del irlandés, que un tipo con una posición de prestigio, tanto en la sociedad inglesa como en esa organización contra el mal, midiera sus palabras en presencia de McBride, significaba mucho para él. Seamus se permitió relajarse y reposar la espalda en el asiento acolchado mientras escuchaba hablar a Huxtable.

Una bruja. Joder, claro que se lo creía porque lo había visto con sus propios ojos. Había visto esos chuchos sin piel que parecían escupir fuego; había visto cómo la noche se cernía sobre el día sin explicación alguna; y por supuesto, había visto ese ser que aún le provocaba pesadillas asomar su fea cara a través de un agujero en el cielo. Y aunque no hubiera visto todo eso -y casi perder el brazo por el camino- había conocido a suficientes brujas, videntes, echadoras de cartas y demás ralea para creérselo. ¿Pero chupasangres y lobos que andan a dos patas? Cuentos para niños. Espero.

Esa es buena —señaló con el vaso a Sutton. ¿De verdad tenía tanto dinero como para permitirse un ejército privado? Tendría que sentarse con él algún día para hablar de negocios. Había cierto pub en Birmingham...— Pero a mí me ha llamado la atención eso de que Lang se ha juntado con otros porque hay gente que les caza. Entonces sois... ¿cazadores de brujas? ¿Eso se sigue haciendo? Y... ¿es legal? A ver, que no me da miedo mancharme las manos, pero ganarme follones con los polizontes porque sí...