Partida Rol por web

Rippers: La Tercera Mano

Episodio 1 - La Tercera Mano

Cargando editor
25/04/2018, 13:15
Louise "Lilou" Dufort

No sabía si eran los humos de aquella ciudad o la niebla que transformaba a las personas volviéndolas hoscas, tristes y enfadadas con el mundo en general, pero estaba claro que se hiciera lo que se hiciera nunca se parecía acertar. Ahora que se habían mostrado amables, por lo menos Alistair que fue el que abrió la ventanilla, con el hindú desesperado con el que se habían cruzado, les pagaba con la moneda de tirarles una extraña bolsa negra de cuyo interior se escapó una serpiente que Louise reconoció enseguida. No era la primera vez que veía una igual y sabía lo peligrosa que era, sobre todo una tan desorientada y enfadada como aquella.

Con un grito ahogado, su primera reacción fue levantar sus piernas para intentar subirlas al asiento, aprovechando tanto su agilidad como su menuda estatura aunque sabía que, si la cobra quería morder lo haría sin problemas. Con un gesto casi automático, buscó en un bolsillo del interior de su chaqueta su daga, la única arma que llevaba encima en esos momentos ya que el resto se encontraban en la bolsa. Era un bolsillo que había cosido especialmente para guardar tanto su daga como algún cuchillo y, de esa forma, que pasaran desapercibidos. Su intención era lanzárselo a la serpiente o, en un descuido de ésta, intentar clavársela, pero la reacción de Alistair fue mucho más rápida y que, con una maniobra que la dejó con la boca abierta, intentaba inmovilizarla con sus pies pisándola contra el suelo del carruaje. Si lo conseguía entonces quizás le resultara más fácil clavarle la daga.

Dicho y hecho. Sin demasiado espacio para lanzar su arma, con el traqueteo del carruaje y que parte del cuerpo de la serpiente estaba bajo los pies de Alistair, las posibilidades de que su lanzamiento fuera efectivo se reducían a cero. Pero tenía que intentarlo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1- Lo del bolsillo para la daga o un cuchillo no me parece demasiado descabellado. Si lo consideras una tontería se quita sin problemas ;)

2- No hago tiradas porque se supone que perdería el turno al buscar la daga ¿no?

Cargando editor
25/04/2018, 16:38
Maggie Wilson

Maggie observó como Alistair abría la ventanilla. En el fondo, envidiaba su manera de confiar y relacionarse. Y la gente respondía bien a eso. Era como si, sin hablarlo, todos tuvieran claro que había tabaco de sobra y no necesitaban la agresividad ni el recelo para conseguir lo que merecían o retenerlo.

Pero cuando aquel hombre, de repente, cambió el gesto, le gritó y les tiró algo, Maggie saltó como un resorte, cabreada y confusa a partes iguales.

-¡No se le ocurra...!- no le dio tiempo a decir nada más. El carruaje se separó.

Y fue, al ir a sentarse de nuevo, cuando Maggie la vió.

-Serpiente- comentó casi con un susurro. No era la primera que veía. De donde ella venía eran frecuentes, aunque diferentes. Esta tenía algo especial que la hacía más grande. Maggie había visto morir algún hombre por una mordedura y no se iba a arriesgar. Su mano se deslizó hacia su bolsa, lentamente, para sacar su revolver, que siempre guardaba en el mismo lugar para poder recurrir a él rápidamente. "Intentad no moveros" quiso decirles cuando ya tenía el arma en la mano y unos segundo antes de disparar.

Pero Alistair ya se había adelantado y la sujetaba con el pie. Maggie se quedó parada, revolver en mano. No iba a disparar ahora porque existía el riesgo de herir a su compañero*.

Notas de juego

* Pues Maggie pensaba dispararle, sin más. Pero no se va a arriesgar a darle a Alistair en el pie. Así que se espera.

Cargando editor
25/04/2018, 21:54
Liam Ajax

Liam supo en seguida que algo no iba bien y, sin pensárselo dos veces, echó la mano al interior de la chaqueta encontrando de manera casi instintiva el mango de su daga, un movimiento tantas veces repetido, que podría haberlo hecho incluso en sueños.

En un abrir y cerrar de ojos se encontraba empuñando su arma y lanzando un golpe letal contra la peligrosa serpiente.

- Tiradas (3)

Notas de juego

PNJtizado.

Al tirar por el ataque de Liam me olvide de añadirle el +3 por Múltiples Oponentes. De esa forma queda todo en 8 -4 +3 = 7 >= 6 (Parada de la serpiente). Éxito simple.

Cargando editor
25/04/2018, 22:03
Narrador

Todos fueron sorprendidos por la inesperada reacción de aquel hombre y la amenaza, en forma de serpiente venenosa, que acababa de lanzar al interior de su carruaje. Pero aquel desconocido esperaba probablemente a una presa indefensa viajando en el carruaje y no a un grupo de Rippers armados y duchos en el arte de la lucha.

Como una máquina perfectamente engrasada, el grupo se puso en movimiento inmediatamente y sin necesidad de hablar entre ellos. El espacio era estrecho, pero esto no fue impedimento para que actuarán con velocidad, perfectamente sincronizados y una precisión mortal.

Su enemigo era pequeño, terriblemente ágil y extremadamente peligroso, y sin embargo no tuvo siquiera la más mínima oportunidad.

Alistair se olvidó por un momento de aquel hindú que se había aprovechado de sus buenas intenciones y siguió con la vista la trayectoria de la bolsa, intuyendo en seguida que se trataba de algún tipo de peligro. En cuanto la serpiente salió de la bolsa, en cuya oscuridad se había mantenido tranquila, y se preparó para defenderse de aquellos extraños, el noble actuó tan rápidamente que fue más bien un acto reflejo. Conocía a este tipo de animales y sabía que su mordedura podría llevar a una muerte dolorosa. Sin embargo, y sin pensar en las posibles consecuencias, Alistair trató de pisar a la serpiente e inmovilizarla de esta manera. La cobra, todavía algo despistada en el nuevo entorno, no vio venir aquel ataque y se encontró con un zapato de cuero y suela de madera sujetando con fuerza la base de su cabeza contra el suelo del carruaje.

Maggie, con unos reflejos entrenados miles de veces, había desenfundado su revolver con la velocidad de un relámpago y apuntaba con él al animal. Pero dentro de la cabina el riesgo de dañar a uno de sus compañeros era demasiado grande como para querer arriesgarse, y es que una sacudida inesperada del carruaje en movimiento sería suficiente para fallar el disparo, y por eso la cowboy decidió esperar y observar el desenlace del primer ataque.

Por su parte Louise también sacó su cuchillo arrojadizo y, algo más valiente o quizás algo más temeraria, se dispusó a lanzar la daga contra el pequeño animal. Sin embargo la artista circense no tuvo en cuenta la estrechez de la cabina y, tras echar la mano hacia atrás en el movimiento natural para lanzar su arma, el mango de esta golpeó contra una de las paredes del habitáculo, sorprendiéndola y desestabilizándola, y haciendo que perdiera su oportunidad de acabar con la cobra.

Pero fue Liam quien, en un movimiento rápido y fluido, tomo su cuchillo, se arrodilló en el suelo y clavó la daga en la cabeza de la reina cobra, aprovechando que se encontraba inmovilizada por el pie de su compañero. El animal, que hasta ahora sólo había podido dar coletazos en un desesperado intento por liberarse, cayó fulminada en el mismo momento que la hoja del joven Ripper atravesó su diminuto cerebro.

Todo había sucedido en cuestión de segundos, demasiado rápido, pero un subidón de adrenalina recorría ahora los cuerpos del grupo de Cruzados Enmascarados y estos, acostumbrados al peligro y esperando que éste podía aún no haber terminado, miraron a su alrededor en busca de otros posibles enemigos y tardaron un tiempo en volver a relajarse.

¿Había estado el ataque dirigido a ellos o tenía como destinatario al anterior ocupante del carruaje? No sabían que es lo que estaba sucediendo, pero parecía claro que alguien estaba muy interesado en acabar con la vida de otro alguien. ¿Que hacer en una situación así?

El carro siguió su camino, sin que el conductor se hubiera dado si quiera cuenta de lo que había pasado en el interror de su vehículo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tambien me olvide de añadirle el bonificador de Múltiples Oponentes y restarle los penalizadores por Tamaño y Ataque Apuntado al intento de Alistair de Agarrar a la serpiente. Al final queda en: 8 -6 +3 = 5 (valor de ataque de Alistair) > 4 (valor de ataque de la serpiente). Éxito simple. Pero vaya genio. ^^

Cobra inmovilizada y puñalada de Liam... Fin de combate en tan sólo un turno. Mis respetos. ^^

Cargando editor
30/04/2018, 00:26
Alistair Buckley

Aquel viaje se había convertido rápidamente en una situación de vida o muerte. Perecer ante el mordisco de una serpiente era doloroso, un destino horrible. Alistair lo sabía, y aun así tuvo la sangre fría de tratar de inmovilizar al reptil contra el suelo del carruaje.

Su maniobra, por fortuna o habilidad, resultó exitosa. Y mientras la serpiente yacía bajo sus caros zapatos, Liam le dio el golpe de gracia.

Pasaron unos segundos hasta que Alistair dio una gran bocanada de aire. Sin darse cuenta, había aguantado la respiración durante los instantes que había durado el enfrentamiento. Ahora, una densa gota de sudor le recorría la frente, impactando contra su ceja y derramándose sobre su mejilla.

Con un pulso innaturalmente firme, Alistair se sacó un pañuelo del bolsillo de la chaqueta y se lo pasó por el rostro. Cielos, el profesor sentía que su cuerpo entero estaba chorreando en aquellos momentos. Alistair se había enfrentado a cultistas, monstruos y asesinos. Pero aquella amenaza había sido tan inesperada que lo había dejado sin palabras.

Lentamente, miró a sus compañeros. Dedicó un serio asentimiento de agradecimiento a Liam. Su destreza había sido clave, le estaba terriblemente agradecido. La reacción de Louise también había sido rápida, pero la tensión y la estrechez del lugar habían jugado en contra de la artista circense. Por su parte, Maggie quizá era la que había hecho gala de la mayor frialdad y control. Al ver el arma en sus manos y la expresión en su rostro, Alistair supuso que la pistolera había tomado la decisión de no apretar el gatillo. Bien visto, pues podría haber resultado en desastre. Los Rippers no necesitaban llamar la atención más de lo necesario.

- Buen trabajo - dijo el profesor con un hilo de voz -. Buen trabajo…  

Cuando logró relajarse finalmente, Alistair se recostó en su asiento y se llevó una mano al rostro, masajeándose las sienes. Suspiró mientras retiraba el pie de la serpiente, y terminó cerrando la mano en un puño, ocultando su boca. Su mirada se desvió de forma natural hacia el exterior, pero su misterioso agresor parecía haberse perdido ya entre las gentes de la ciudad.

- Tengo la sensación de que este… regalo… no era para nosotros - reflexionó en voz alta -. El hombre hindú gritó un nombre: Morrison. Puede que fuese la persona a quien iba dirigido el ataque, o aquel que lo envió.

Haber encontrado allí la tarjeta era demasiada casualidad. El hombre maleducado con el que se habían cruzado seguramente había leído aquel mensaje y había temido por su vida. Por eso se dirigió a la estación de ferrocarril. Ese fue, al menos, el tren de pensamiento de Alistair.

- Creo que es importante que nos veamos esta noche con el tal Donelly - propuso -. Para ver de qué va esto.

Cargando editor
01/05/2018, 18:09
Maggie Wilson

Maggie confiaba en que sus compañeros pudieran acabar con la amenaza y no tener que usar su arma pero, si como último recurso, era necesaria, no dudaría.

Pero, pese a estar esperando que los demás resolvieran la situación, la forma en que se hizo, la sorprendió. No esperaba que Alistair hiciese lo que hizo. Si Maggie hubiera tenido tiempo de pensar, habría sospechado que habría algo más... "sopesado". 

-¡Por todo el oro de Sacramento! Alistair ¿se ha vuelto loco?- exclamó Maggie cuando todo había pasado y el reptil yacía inerte en el suelo -¿Sabe que si le llega a morder podría estar ya muerto?- Pero acto seguido se rió a carcajadas y le soltó una fuerte palmada en la espalda mientras él se limpiaba con un pañuelo -¡Menudas agallas!- Luego, volviéndose hacia su otro compañero, también alabó su actuación -¡Bravo, Liam! Atraviesas igual de bien serpientes que vampiros ¿eh? Esa ya no se levanta más-

La adrenalina del momento hizo que Maggie no se parase a pensar el por qué de aquel ataque. De hecho, hasta que habló Alistair ni siquiera se había planteado que lo fuera.

-Bueno, enemigos nos hemos hecho algunos, así que igual no habría que descartar que fueramos los objetivos. Aunque, la verdad, me parece un poco enrevesado ¿no? Yo, en realidad, siempre espero que nos rebanen el pescuezo, que nos saquen las tripas con unas garras afiladas o que una flecha nos atraviese de parte a parte- comentó Maggie con frialdad en respuesta a su erudito compañero -Todo bastante menos elaborado que esto- completó con una mueca mientras señalaba el ofidio -Así que sí, podría ser para ese... ¿Morrison has dicho? Ok. Yo estoy contigo, vamos a vernos con el Donelly ese. La incertidumbre me está matando- sonrió mientras lo decía -Sabeis que no hay secreto que no quiera descubrir y este huele estupendamente. Sólo tengo un par de dudas ¿cómo encontramos el sitio y qué llevamos que hagamos pasar por La Mano esa que se supone que el asistente a la cita tenía que llevar?-

Maggie dejó caer las preguntas aunque, en realidad, las respuestas le parecían un poco irrelevantes. La primera podía solucionarla preguntando. Y, si hacía falta, podía ser muy insistente cuando quería averiguar algo. Seguro que algún cochero sabría decirles dónde estaba ese club. Para la segunda tenía una idea

-Envolvamos cualquier cosa en un trapo. Lo haremos pasar por esa mano que no sabemos qué es-

Cargando editor
02/05/2018, 16:38
Louise "Lilou" Dufort

La tensión que se había vivido durante aquellos eternos minutos en el carruaje, descargó de un golpe sobre Louise cuando todo pasó. Había sido la misma sensación que experimentaba cuando se subía al trapecio sabiendo que, ante cualquier mínimo fallo, podía morir en cualquier momento y que, para que el espectáculo saliera adelante sin mayores contratiempos, todos tenían que hacer su papel con exactitud y no sólo ella aunque fuera la que arriesgaba la vida.

E igual que ocurría en el circo que todos formaban un equipo que funcionaba al unísono para que todo marchara correctamente, así había reaccionado el grupo de Rippers al que ella pertenecía, haciendo frente a un peligro común y que, a pesar de haber sido tan inesperado, habían sabido responder con exactitud matemática para evitar la amenaza.

Louise lanzó un suspiro de alivio que se resonó en el carruaje mientras miraba incrédula al reptil muerto en el suelo. La reacción de Alistair había sido merecedora de elogios pues de no haber sido por su sangre fría seguramente matar a la serpiente hubiera sido mucho más complicado, y ese rápido y loco gesto que había tenido había posibilitado a Liam para que la rematara con su pericia habitual.

Mon dieu… Menudo recibimiento nos han hecho —intentó bromear para disimular los nervios que acababa de pasar, mirando con cierta envidia la frialdad que mostraba Maggie ante sucesos como los que acababan de vivir. Ella dejaba esa sangre fría para las actuaciones del circo en que todo estaba estudiado y calculado, pero en el momento que algo se salía del guión, toda la adrenalina empleada en los momentos de peligro regresaban de vuelta en forma de nervios y algún que otro temblor.

Concentrándose para calmar tanto su respiración como los latidos de su corazón, Louise escuchó las cábalas que hacían sus compañeros más que dispuestos a tirar del hilo de la única pista que habían conseguido y que no era otra cosa que la tarjeta que Liam había encontrado.

Veo que no vamos a tener tiempo de descansar, pero si antes no estaba muy convencida de investigar ahora y después de esto —señaló a la serpiente muerta en el suelo— me lo tomo como algo personal. ¿Nos daría tiempo a saber quién era el muerto del que hablaba la tarjeta? El tal Samuelson creo… quizás en algún diario se haya comentado algo al respecto para saber por lo menos quién era.

Quizás fuera una tontería lo que acababa de decir y sabía que si querían ir al club esa noche no tendrían tiempo para ese tipo de indagaciones, pero sin conocer el local o la gente que lo frecuentaba podrían llevarse alguna que otra sorpresa desagradable, y estaba bien por saber qué clase de club era y, si se podía, quién era el muerto.

Cargando editor
02/05/2018, 23:29
Narrador

Una vez pasada la impresión inicial y volviendo el nivel de adrenalina en sus cuerpos a valores más habituales, los Rippers comenzaron a comentar entre sí lo que había sucedido y el deseo de averiguar que se ocultaba detrás de los últimos e inesperados acontecimientos, antes no compartido por todos, término por generalizarse en el grupo. Hasta el punto que empezaron a hacer ciertos planes sobre los siguientes pasos a seguir.

Todos menos Liam. Sin mediar palabra, el joven sacó con un rápido movimiento la daga clavada en la cabeza de la cobra y la volvió a guardar en su funda. Tomó el cuerpo inerte del animal y lo volvió a meter en la pequeña bolsa de tela de donde había salido. No fue hasta entonces que saco un pañuelo de un bolsillo y se tapó la mano derecha con él. No torció la boca ni hizo gesto de dolor alguno cuando habló con sus compañeros.

– Estoy de acuerdo en que debemos de averiguar que hay detrás de todo esto. Pero me temo que deberéis de empezar a investigar sin mi.

El pañuelo empezó a tomar un ligero tono carmesí y todos comprendieron que Liam había pagado un precio por acabar con la serpiente. Parecía que el animal había conseguido de alguna forma clavarle uno de sus colmillos. Si la herida era profunda o si había conseguido también inocular su mortal veneno en el aparato sanguíneo del Ripper era algo que tendría que comprobar un médico.

Apenas Liam se recostó en el asiento y dejo claro con el ceño fruncido que no quería hablar del asunto, que el carruaje se detuvo. Miraron al exterior y comprobaron con felicidad que habían llegado ya a la logia de los Cruzados Enmascarados. En sus instalaciones sus compañeros podrían estudiar la seriedad de la herida y, en caso necesario, tomar inmediatamente las medidas necesarias.

Una vez Alistair pagó al cochero y todos hubieron cogido su equipaje, cosa que Liam, a pesar de la insistencia de sus amigos, se empeño en hacer él mismo, entraron en una anodina tienda de antigüedades con el poco atractivo nombre de “Past Present” escrito en letras doradas sobre la entrada. En su interior un caos de objetos polvorientos y en apariencia sin relación alguna llenaba cada hueco libre de la tienda, dando la sensación de apenas dejar hueco para un estrecho pasillo por el que llegar a un mostrador, tras el cual esperaba un hombre, cuyo aspecto competía con el resto de objetos por ser el más de mayor edad. Cuando vio aparecer al grupo les hizo una pregunta con voz cascada. La respuesta de estos consiguió que se abandonara su silla, haciendo que un crujir de huesos rompiera el silencio que reinaba en la estancia.

– ¡Ajem! ¡Ajem! Me temo que lo que buscan se encuentra en la trastienda. ¡Acompáñenme!

Con la mano derecha levantó una tela que hacía las veces de improvisada puerta a una habitación interior y les permitió que pasarán. Conocían al viejo Bailey y sabían que debajo del mostrador guardaba un trabuco tan antiguo como él, pero igual de preparado para repeler un ataque si fuera necesario. De no conocer la contraseña e intentar abrirse paso igualmente, ahora mismo varias libras de hierro frio llenarían sus entrañas.

Al fondo del pequeño espacio que se abría tras la tela se encontraba un enorme reloj carillón y tras su puerta se hallaba el acceso a su logia.

Liam fue trasladado directamente a la enfermería y el resto aprovechó para informar a sus superiores acerca de como había transcurrido la misión y de paso explicaron los extraños sucesos que habían vivido a su llegada a Londres. Sus jefes estaban de acuerdo en la necesidad de investigar algo más el caso, pero por desgracia no habían oído nunca hablar de un local con el nombre de Chimera Club o escuchado algo acerca de la muerte de un tal Samuelson.

Aún quedaba algo de tiempo hasta las nueve de aquella noche y aún podrían tratar de averiguar donde encontrar aquel club.

Notas de juego

Bien. Liam se queda en la enfermería. Había pensado sacarle de destinatarios a partir de ahora, pero aúnicamente no veo motuvo para ello. Si en algún momento os separarais en grupos, posiblemente si lo haga.

Si queréis preguntar acerca del Chimera Club a vuestros compañeros, deberéis de hacer una tirada de Callejear (que como el nombre bien indica se suele hacer en la calle y con desconocidos, pero así intento emular la idea de buscar información entre la gente).

Lo mismo debéis de tirar para sacar datos sobre la muerte de un tal Samuelson. En ese caso indicadme por favor en la tirada, si preguntáis por el Chimera Club o por el tal Samuelson. Otra posibilidad para encontrar información sobre la muerte de ese caballero, sería buscar en la prensa local. Prensa que tendrán en la logia. En ese caso haced una tirada de Investigación, que es, entre otras otras cosas, mirar libros y tal.

Cargando editor
07/05/2018, 20:37
Maggie Wilson

Maggie tardó en darse cuenta de que Liam no participaba en la nerviosa conversación. De hecho, no fue hasta que Alistair y Louise se fijaron, que notó algo. Pero antes de que pudiera preguntar, Liam habló.

-¡Máldita sea! ¡A ver! ¿es muy grave?- una mezcla de interés por ver si su compañero estaba bien, pero también de curiosidad por ver la picadura, barnizó las palabras de Maggie. Pero el silencio y el gesto serio de Liam, consiguieron que Maggie callase.

-Seguro que ellos saben cómo curarlo. Saben muchas cosas- Intentó animarle la pistolera, pero con voz casi silenciada, como con miedo a molestarle.

Quizás por eso, Maggie respiró aliviada cuando, a los pocos minutos, llegaron a la logia. Intentó hacerse cargo de la maleta de Liam mientras Alistair pagaba, pero aquél se negó y Maggie se limitó a encogerse de hombros y dejarle a su aire.

Maggie sonrió levemente al ver al viejo Bailey. Le caía muy bien aquel tipo y le gustaba el arma que guardaba en el mostrador, un arma antigua pero fiable y mortal. 

Después de informar sobre el resultado de la misión, Maggie se encaminó hacia la sala de descanso*. Allí se reunían los cruzados en sus tiempo de descanso. Y allí se podía hablar, no como en la biblioteca.

Maggie pasó un buen rato interrogando a sus compañeros, intentando averiguar si sabían algo sobre el Chimera Club o el tal Samuelson, pero con nulo éxito. La pistolera nunca había sido la mejor sacando información, así que tampoco le extraño. Sólo esperó a ver si sus compañeros habían tenido más suerte.

- Tiradas (2)

Notas de juego

He hecho la tirada de callejear como d4 -2 porque no tengo la habilidad. Entiendo que ha sido fallo, aunque ahí salga éxito.

Callejear2 es para preguntar por Samuelson.

*Espero que no te "rompa" nada esto

Cargando editor
07/05/2018, 21:28
Alistair Buckley

Al descubrir la herida de Liam, la situación tomó un cariz mucho más severo. El estómago de Alistair comenzó a revolverse a medida que pensaba en las consecuencias de aquella mordedura de serpiente. ¿Sobreviviría su compañero? Un desenlace mortal se le antojaría increíblemente injusto.

Alistair asintió con una seriedad acorde al momento, y no dijo nada más hasta que llegaron a su logia.

El acceso a través de la tienda de antigüedades jamás se volvía aburrido para Alistair. Se conocía las piezas de aquella colección como si fuesen de la suya propia, y disfrutaba de verlas cada vez que entraban y salían. A pesar de la alegría que le transmitían aquellos polvorientos estantes llenos de tesoros, el semblante de Alistair no se desvió ni un instante de su solemne máscara.

Saludó al viejo Bailey con un movimiento de cabeza y, como casi siempre, pronunció la “contraseña”.

El profesor encabezó la marcha hacia la trastienda, donde se encontraba el reloj que los llevaba hasta su base secreta. Las primeras veces que había cruzado su estrecha puerta Alistair se había maravillado ante la idea de acceder a la logia a través de un reloj. Con el tiempo, aquella emoción se había acabado convirtiendo en una acostumbrada indiferencia. Aquello, por supuesto, contrastaba con su pasión por las antigüedades que se encontraban más atrás.

Una vez estuvieron dentro, Alistair se apresuró a reportar el estado de su compañero a quién fuese necesario. Mientras Liam se dirigía a la enfermería, le dedicó una corta despedida con la mano.

Alistair respiró hondo y se dirigió junto a sus compañeros a informar a sus superiores.

Los Rippers aún tenían tiempo de investigar, así que Alistair se disculpó y se dirigió a la biblioteca. Quizá en la prensa local figuraba algo sobre el tal Samuelson. Si era relativamente conocido, pensó Alistair, su muerte no habría pasado desapercibida.

- Tiradas (1)
Cargando editor
08/05/2018, 01:10
Louise "Lilou" Dufort

El alivio por haber conseguido salir sin mayores consecuencias de aquel inesperado ataque, se reflejó en la cara de Louis, pero acabó tornándose en auténtica preocupación y angustia al comprobar que su creencia inicial de que habían salido indemnes de la agresión era falsa. La serpiente sí había conseguido atacar a uno de nosotros y el elegido había sido Liam.

Lilou se llevó una mano a la boca para ahogar el grito de inquietud que a punto estuvo de salir al ver la mano ensangrentada de su amigo. Iba a acercarse a él, a ver su herida para saber cuál sería la gravedad, intentar vendársela o a saber el qué, pero se quedó con las ganas pues conocía a Liam lo suficiente para saber que no aceptaría ayuda por parte de nadie a no ser que fuera estrictamente necesario. Y, aunque para Louise aquel era un momento grave, el joven no pareció ser de la misma opinión.

El resto del viaje hasta llegar a la logia, que por fortuna fue breve, lo pasó la artista en un temeroso silencio, desviando los ojos de la mano de su compañero a su rostro para comprobar que resistía, que el veneno de la cobra no le estaba haciendo efecto y rezando, a pesar de no ser demasiado religiosa, para que lo pudieran atender a tiempo.

Ni siquiera se fijó en las antigüedades cuando entraron en la tienda. Las conocía y, en esos momentos, su mente estaba centrada en su compañero. Saludó mecánicamente y sin demasiado entusiasmo a Bailey, el anciano guardián de la entrada a la logia, lo único que quería Louise en esos instantes es que atendieran a Liam lo más rápido posible pues veía la cara de su amigo cada vez más pálida, ¿o acaso sólo era efecto de la luz?

Ya estás en buenas manos… Descansa —fue lo que le susurró cuando por fin, después de traspasar el reloj carillón que se encontraba al fondo de la tienda y que daba acceso a la logia propiamente dicha, se llevaron a Liam a la enfermería.

En esos instantes Louise sintió todo el cansancio que se había evaporado con la tensión vivida hasta ese momento pero no podía permitirse decaer, aún tenían que investigar sobre el extraño suceso acontecido en el carruaje y, si querían aparecer por la noche en el club, tendrían que ponerse manos a la obra cuanto antes. Así que, después de dejar su equipaje y poner en conocimiento de sus superiores todo lo que había sucedido, Lilou se repartió el trabajo con sus dos compañeros, decidiéndose por ayudar a Alistair en la biblioteca.

Espera Alistair, te acompaño a mirar periódicos, cuatro ojos verán más que dos —dicho eso siguió al hombre hasta la biblioteca.

Se sentó indolente en una de las sillas con un montón de diarios ante ella y comenzó a pasar hojas pero, después de mirar varios periódicos comenzó a perder la esperanza de que fuera a encontrar algo pues hasta el momento no había dado con ninguna noticia en la que se nombrara al tal Samuelson.

- Tiradas (1)
Cargando editor
12/05/2018, 01:08
Narrador

Presentaron su informe sobre la misión en Escocia a sus superiores y por supuesto no olvidaron mencionar los sucesos más recientes. En seguida encontraron apoyo a sus intenciones de seguir la débil pista que tenían y quizás desentrañar aquel misterio y, una vez se despidieron de su jefe, se separaron para aprovechar el tiempo que les quedaba antes de la cita en el club Chimera.

Maggie recorrió la logia preguntando a sus compañeros si habían escuchado algo acerca de un tal Samuelson y les mostraba la tarjeta que habían encontrado en el carruaje, esperando que quizás alguno de ellos conociera aquel local. Por desgracia no tuvo demasiada suerte y nadie parecía poder ayudarla. La americana estaba a punto de tirar la toalla, cuando un Ripper hizo su aparición en la logia y Maggie probó suerte con él.

– ¿Chimera…? No. Lo siento. No me suena. – El hombre se disculpó y se giró para continuar su camino. Maggie estaba desesperada. Empezaba a creer que Liam tenia razón pensando que todo aquello era una broma de mal gusto y el tal club no existía en realidad. Con los hombros caídos, su cuerpo mostraba claramente señas de su decepción. Dio unos pasos lentos, casi arrastrando los pies, camino de la sala de reuniones, donde esperaba encontrarse con el resto, cuando escuchó la voz de su compañero llamándola –. ¡Espera un momento! En Mayfair hay club con dos estatuas de bronce con forma de quimeras decorando ambos lados de la entrada. Puede ser que sea ese el local que buscas. Mucha suerte. – Y con esas palabras se despidió de su compañera Ripper.

Por su lado Louise y Alistair fueron a visitar la hemeroteca de la logia y revisar distintos periódicos de los últimos días. Tampoco ellos tuvieron ninguna suerte. Si alguien llamado Samuelson había sido asesinado en los últimos días, la noticia aún no había llegado a los periódicos. Había varias posibles explicaciones para ello, pero la más sencilla y plausible de todas ellas era que todo aquello no fuera real. Empezaban por tanto a dudar de ello, cuando el noble, casi por casualidad, dio con un pequeño artículo, apenas una nota aparte, en un periódico con fecha de hace más de dos meses. En el se hablaba de un grupo de exploradores que había vuelto de una expedición a la India, trayendo consigo objetos misteriosos y tesoros de gran valor. En el artículo se podía leer el nombre de los participantes y entre ellos se encontraban un tal Samuelson, Donelly y Morrison. Aquello no podía ser una casualidad.

Contentos por su hallazgo, salieron en busca de Maggie para ponerla en conocimiento sobre la información que habían encontrado.

Cargando editor
14/05/2018, 17:36
Maggie Wilson

Maggie era una persona realmente curiosa y la posibilidad de investigar preguntando, era algo que siempre le parecía interesante. Pero la paciencia no era uno de sus fuertes. Cuando la quinta persona le dijo que no sabía nada de ningún Samuelson ni de ningún Club Chimera, Maggie empezó a molestarse de verdad.

Ya casi había decidido abandonar, así que cuando el quinto encuestado también dijo no saber de qué le hablaba, una palabra malsonante salió de sus labios y un taconazo castigó el suelo mientras se daba la vuelta para marcharse a buscar a sus compañeros. Quizás ellos habrían tenido más suerte.

Pero el hombre al que acababa de dejar atrás la llamó de nuevo para darle una pista que Maggie no entendió. ¿Unas estatuas con forma de quimera? ¿Es que una quimera era algo además de un nombre? Aunque Maggie estaba aprendiendo rápidamente sobre mitos y leyendas, la mitología griega no era en lo que más se estaba formando ya que aún no habían tenido que cruzarse con ninguno de sus mitos en sus aventuras. Hombres lobos germánicos, momias del antiguo Egipto, vampiros de los Urales, berserkers escandinavos... pero no, de quimeras aún no había oído hablar.

De todas formas, supuso que si el hombre lo decía sería por que tenía sentido. Así que intentó retener la información tal y como él se la había dado y, dándole las gracias, salió corriendo a buscar a sus compañeros. La regla de no correr por los pasillos salvo emergencia era algo que estaba bien para los flemáticos ingleses, pero no para ella.

-¡Ey!- Les interpeló en cuanto los tuvo a la vista -No tengo nada de Samuelson pero creo que sé algo sobre el sitio. Ese tipo... ¿cómo se llama? El que le cortó el brazo a la bruja que descendía de Cossara de Duklja... Me dice que en Mayfair hay un club con dos estatus de bronce con forma de quimeras decorando la entrada- Soltó Maggie de corrido esperando no haberse equivocado -¿Qué es una quimera? por cierto...-

Cargando editor
15/05/2018, 01:23
Louise "Lilou" Dufort

Frustración. Eso era lo que Louise sentía a medida que las hojas de los diarios pasabna ante sus ojos sin encontrar ni la más mínima referencia al tal Samuelson. Tampoco es que tuviera la cabeza muy centrada en lo que estaba haciendo y, en más de una ocasión, tuvo que releer páginas que ya había mirado porque no se acordaba de lo que acababa de leer y tenía miedo de que se le hubiera pasado algún dato importante. Pero es que después de todo lo que había sucedido desde que habían llegado a Londre la había dejado un poco alterada, en especial la preocupación por el estado de salud de Liam. Sabía que estaba en buenas manos y que lo habían cogido a tiempo para que el veneno de la serpiente no invadiera todo su cuerpo, pero aún así no podía evitar la preocupación. Se dijo que, si descubrían algo y antes de volver a partir, pasaría a ver qué tal estaba y, en el caso de que estuviera consciente, le contaría lo que iban a hacer.

Agitó su cabeza espantando cualquier otro pensamiento que no fuera encontrar alguna noticia sobre Samuelson, pero por más vueltas que le daba a las hojas y por más cuidado que ponía en la lectura, no encontraba nada. Quizás ese hombre había muerto muy recientemente y aún los diarios no habían escrito sobre él, o simplemente todo se tratara de una broma pesada, algo por otra parte que no parecía indicar el hecho de que los intentaran matar.

No fue hasta que, después de bastante tiempo, el profesor por fin dio con algo. Louise se acercó a él para leer por encima de su hombro la noticia donde aparecía la muerte de Samuelson. Silbó por lo bajo al leer de qué iba todo el asunto, aunque tampoco es que entendiera demasiado que aquel hombre hubiera muerto por haber regresado de una expedición. ¿Sería para robarle algo de valor que hubieran encontrado? ¿La mano quizás?

¿Ha visto profesor? Ahí nombra también a Donelly... Fíjese, la expedición se realizó por las selvas hindúes y el hombre que nos tiró la serpiente tenía rasgos de por ahí... Desde luego no es ninguna casualidad ¿no cree? —Aquel asunto cada vez se ponía más interesante y Lilou comenzaba a sentir de nuevo, a pesar del cansancio por su reciente aventura y el largo viaje, un cosquilleo de emoción en el estómago—. Busquemos a Maggie.

Pero no hizo falta buscar mucho ya que la americana venía a su encuentro. Parecía que ella también había descubierto el lugar donde se encontraba el club que buscaban.

¿Una quimera? Mmm... creo que es algún tipo de monstruo griego formado por partes de animal. Si no recuerdo mal tiene cola de serpiente o algo parecido, cabeza de león y cuerpo de... ¿De qué era profesor?  —Eran tantos los monstruos y criaturas extrañas que había descubierto desde que había entrado en ese mundo que era incapaz de recordarlos todos, en especial si no los había visto en vivo y en directo—. Nosotros también hemos encontrado algo, bueno más bien Alistair lo encontró. Sabemos ya quién es el tal Samuelson y Donelly también, por lo visto forman parte de una expedición que acaba de regresar de las selvas hindúes. ¿Te das cuenta Maggie? Hindú, como el tipo que nos lanzó la serpiente —dijo efusiva, como si esas palabras por sí solas sirvieran de explicación a todo lo que estaba pasando.

Notas de juego

Perdón, me despisté con el día :/

Cargando editor
16/05/2018, 01:02
Alistair Buckley

Al principio, la búsqueda por la hemeroteca de la logia fue infructuosa, pero eso no detuvo al profesor Buckley. Estaba acostumbrado a pasar largas horas en la biblioteca de la universidad, revisando las estanterías de arriba abajo en busca de pequeños detalles, piezas del puzle con los que componer una historia.

Aquel caso era, a su parecer, exactamente lo mismo. No hacía falta encontrar una esquela siquiera, tan solo una mención a los nombres que buscaban. Cuando encontró el artículo sobre la expedición, Alistair dio un grito de alegría.

- ¡Sí! - exclamó.

Buscó con la mirada a Louise, y le instó a que se acercase para que viese también el curioso texto.

- No puede ser casualidad, no creo - opinó el profesor tras oír las palabras de Louise -. Mi teoría es que este grupo de personas sustrajeron algo extremadamente valioso de la India. Quizá es algo por lo que otros estarían dispuestos a matar…

Rápidamente, las piezas encajaban en la mente de Alistair. Un grupo de expedicionarios roban tesoros antiguos. La supuesta mano podría estar entre ellos. ¿Alguien lo quiere de vuelta? Una amplia y boba sonrisa se dibujó en su rostro. El misterio le excitaba.

- Vayamos a hablar con Maggie, sí - convino mientras se levantaba de su asiento, periódico en mano.

Por suerte, la cowgirl había venido a buscarlos. Al parecer, había descubierto un sitio que podría ser el club en cuestión.

- Cuerpo de cabra, Louise, cuerpo de cabra - respondió primero a la cuestión de la quimera, sonriendo con complacencia al ser capaz de compartir sus conocimientos.

Luego carraspeó.

- En todo caso, tenemos ya varias pistas reunidas. A lo que ha dicho Louise debemos añadir a Morrison, el nombre que gritó el hombre hindú. Su nombre aparece también en la lista de la expedición. Puede que fuese aquel a quién iba dirigido el ataque, ¿o quizá el hombre que enviaba el ataque? ¿Podría haber habido una discusión entre los participantes? No sería extraño, si es que encontraron un tesoro por el que valdría la pena matarse entre ellos. ¿O quizá son todos víctimas de otra persona? ¿Alguien que desea también el tesoro? ¿O alguien que desea devolverlo a su lugar de origen?

Las palabras surgían a borbotones de la boca de Alistair, que hablaba y hablaba mientras pensaba en voz alta. A medida que iba desarrollando sus ideas, sus ojos se iban abriendo cada vez más. Su tono de voz también comenzó a volverse agudo y suave, quizá se estaba quedando sin aire.

- El caso es - puntualizó finalmente mientras alzaba un dedo -. Creo que en esta expedición estos hombres encontraron “algo”. Puede que fuese la supuesta “Mano”. En todo caso, para seguir desentrañando este misterio, debemos encaminarnos hacia el Chimera Club. Si no encontramos nada… el Museo Británico sería otro lugar interesante que investigar. Ahí, supuestamente, se guardan los objetos encontrados en esta expedición.

Al callar finalmente el profesor, un extraño y agradable silencio inundó la hemeroteca.

Cargando editor
16/05/2018, 23:19
Narrador

A pesar de no tener demasiados datos con los que realizar sus pesquisas, habían logrado encontrar informaciones bastante valiosas. Los datos de alguna forma casaban con lo que habían vivido en las últimas horas y, aunque no eran suficientes para aclarar todas las dudas que tenían, si que les afianzaban en la creencia acerca de que algo siniestro en relación con las experiencias de aquella expedición en tierras hindús estaba sucediendo.

Alistair sacó su reloj de bolsillo y comprobó la hora. Apenas quedaban sesenta minutos para la cita en el club Chimera. Si querían llegar a tiempo, mejor se daban prisa, y así se lo hizo saber a sus compañeras. Estas estaban de acuerdo en ir a atender aquella reunión y tratar de encontrar alguna respuesta más a todo aquel galimatías, pero Louise insistió en pasar primero a preguntar por el estado de Liam. Maggie apoyó de inmediato la petición de su compañera y el profesor, quien también se preocupaba por el estado de salud de su compañero, no puso ninguna pega. Sólo las recordó que tendrían que darse prisa.

En la habitación que hacia las veces de enfermería les dijeron que el joven Ripper se encontraba muy cansado y que necesitaría de un tiempo para recuperarse, pero que no debían de preocuparse. Habían llegado a tiempo para que fuera atendido, extraer el veneno y poder estabilizar su estado. Ahora habría que esperar para ver como evolucionaba.

No había terminado la enfermera de explicarles todo aquello, cuando una voz conocida les llego desde el interior.

– Me encuentro bien. No necesito descanso alguno. Lo que necesito son mis pantalones para ir con mis compañeros… Donde los habré dejado.

La mujer les miro intentando comprender, y las miradas de los tres Rippers amigos de Liam la hicieron comprender que se podía ahorrar la pregunta. No tendría sentido intentar convencerlo para que se quedara al menos un día en cama. Así que la enfermera simplemente se encogió de hombros y se puso a un lado para dejar pasar a Liam. Este no tardó en salir, abrochándose aún el cinturón.

– ¿A donde vamos?


Algo más tranquilos salieron a la calle en busca de un coche de caballos que les llevara hasta el club. Esta vez tuvieron algo más de suerte y no tardaron en encontrar uno disponible. De nuevo Alistair llevo la voz cantante y le dijo al cochero que les llevara a un club del barrio de Mayfair, cuya entrada tenía las estatuas de dos quimeras de bronce. El hombre se quedo mirando un buen rato al académico, que le devolvió la mirada sin entender por que aquel no se ponía en marcha. Fue Maggie quien rompió el hechizo.

– Se refiere a dos animales raros con cabeza de león.

El cochero cambió de inmediato la expresión de asombro por una de comprensión.

– ¡Ah si! Ya sé cuál. ¡Suban! ¡Suban!

El carruaje salió a la carrera en dirección al destino que le habían indicado. La promesa de Alistair de darle una libra extra si se daba prisa había calado hondo en el conductor y los tres Rippers se sorprendieron de lo rápido que podían llegar a ser este tipo de coches. Rara vez habían experimentado un viaje a esa velocidad.

Cuando a pesar del tráfico londinense por fin llegaron al club en un tiempo record, pagaron de buena gana al cochero por el viaje, incluida su bien merecida recompensa. Este se despidió de ellos con una inclinación de cabeza y volvió a azuzar a los caballos para salir en búsqueda de un nuevo cliente. Alistair volvió a mirar su reloj. Les quedaban quince minutos.

El edificio frente al que les había dejado competía con el resto de casas de aquella calle del elegante barrio de la capital, destacando entre los demás por el tamaño de su fachada, pues su anchura abarcaba al menos la de tres de las viviendas adyacentes. Los amplios ventanales y la piedra caliza blanca de la que estaba hecho le daban un toque señorial al que la puerta de roble finamente tallada. Pero lo que más llamaba la atención eran las dos figuras de bronce que flanqueaban ambos lados de la entrada, representando unos animales mitológicos, imposibles de imaginar. Con la cola de serpiente, el cuerpo de una cabra y la cabeza de león, parecían mirar amenazantes a los que se atrevían a acercarse al club.

Sin embargo otra presencia, más amenazadora aún por ser más real, fue la que atrajo sus miradas. Frente a la puerta principal un hombre de enorme estatura, vestido con un traje elegante y luciendo un bombín a juego sobre la cabeza. Las ropas no eran ajustadas, permitiendo una mayor libertad de movimientos, pero debajo de estas se intuían poderosos y entrenados músculos. El hombre tenia la vista fija en ellos, pero al mismo tiempo no daba ninguna muestra de reconocimiento alguno. Si no fuera por el color de su piel, podría decirse que se trataba de otra estatua sin vida.

Una cosa estaba clara. Si querían entrar en el club, deberían primero de convencer a aquel coloso para que les dejará pasar.

Cargando editor
19/05/2018, 15:21
Alistair Buckley

El vertiginoso viaje por las calles londinenses hizo al profesor temer por su vida en algunas ocasiones. Por fortuna - o habilidad del cochero - lograron llegar a su destino de una pieza.

Alistair se aseguró de pagar al hombre por su diligencia. Ahora les esperaba un nuevo reto. Un hombre alto y seguramente musculoso se interponía entre ellos y la entrada del club.

¿Cómo pasarían? ¿Sería un club exclusivo?

El profesor miró a sus compañeras con expectación. Esperaba que, quizá ellas tuviesen algún plan. Sin embargo, ahora que lo pensaba mejor, ¿no sería posible sobornar de alguna manera a aquel tipo? Alistair aguardó durante unos segundos, en los que rumió sobre la naturaleza de aquel lugar y el cómo proceder, hasta que decidió lanzarse hacia el frente.

- Disculpe caballero - dijo para captar su atención, aunque con un hilo de voz.

Carraspeó. Alistair mostraba una forzada sonrisa, dificultada por la emoción del momento y el hecho de que se sentía intimidado por un hombre de tamaña envergadura.

- Mis acompañantes y yo querríamos pasar al interior de su exótico club.

Un club con un par de quimeras de bronce en la entrada no podía ser nada más que exótico, a ojos de Alistair. Esperó a ver cómo reaccionaba el tipo.

Quizá sólo aparentaba ser hostil, pero en el fondo era un trozo de pan.

Eso esperaba Alistair.

Cargando editor
20/05/2018, 17:25
Maggie Wilson

En cuanto Louise expresó su intención de ir a ver cómo se encontraba Liam antes de embarcarse en la aventura, Maggie la apoyó. Se había dado cuenta ya de que no siempre tenían la posibilidad de organizar bien su tiempo, una vez que "se metían en el corral", como decía ella, y pensó que no podrían asegurar cuándo lo verían de nuevo. Quizás en un par de horas, quizás en cinco días. Así que la idea le pareció buena. 

Una vez comprobado que Liam parecía evolucionar bien, de momento, y sabiendo que todo lo que podían hacer era esperar, Maggie se despidió de su compañero Ripper

-Te vas a perder el principio de esto, pero confío en que te recuperes lo suficientemente pronto como para acompañarnos cuando tengamos que ir a dar patadas en el culo- convencida como estaba de que, si habían intentado matarlos sin estar en el lío, ahora que se iba a meter en el corral iban a liarse a tiros en algún momento.

Una vez subidos al carruaje, Alistair negoció con el cochero para que fuera más rápido pero éste no se movió del sitio

-Se refiere a dos animales raros con cabeza de león. Yo me acabo de enterar ahora mismo también de lo que era- le contó Maggie al asombrado cochero, entendiendo perfectamente cómo se sentía el hombre.

El coche volaba sobre el suelo. Maggie sonrió. Esto era algo que había vivido en su tierra pero aquí, en Londres, la gente iba extrañamente lenta y a ella, en ocasiones, eso le desesperaba. Se bajó, delante de las puertas del club, aún con una sonrisa. Aunque no le duró mucho. Aquella zona parecía muy buena, de gente con plata, criados y cosas de esas. Maggie no había entrado nunca en un club pero empezaba a sospechar que ella, con sus ropas y su bolsa de viaje algo ajada, no encajaba allí. 

-Así que eso de ahí...- preguntó Maggie a Alistair, señalando con el dedo índice sin ningún pudor -... son quimeras ¿no?-

Pero pronto se calló. Acababa de ver al tipo de la puerta. Daba igual que fuera en su antiguo país o aquí. Un hombre con ese aspecto y ese gesto tenía el mismo trabajo aquí que allí. Seguro que en ese sitio llamado la India del que le habían hablado los otros rippers había tipos como este también.

Maggie decidió esperar un poco. No se acababa de entender con los finolis londinenses y le daba miedo meter la pata. Así que cuando Alistair se lanzó se sintió algo aliviada. Aunque no las tenía todas consigo.

-No nos van a dejar entrar Louise- le susurró Maggie a su compañera mientras miraba el edificio y las calles adyacentes "Tiene que haber una puerta por la que entren los criados. Seguro que no les dejan entrar por aquí"

Cargando editor
21/05/2018, 13:02
Louise "Lilou" Dufort

Fue un alivio comprobar que Liam se recuperaría sin problemas y que todo era cuestión de descanso. Más tranquila, Louise se dirigió junto a sus compañeros a buscar un coche que los llevara al club lo más rápido posible ya que no disponían de demasiado tiempo. Mientras iban a toda velocidad por las calles de Londres, Lilou miraba sus ropas con preocupación pues no sabía a qué tipo de club irían y si resultaba ser alguno elegante sería casi imposible que los dejaran pasar, sobre todo a las mujeres que no se habían podido arreglar en conidiciones. Y ese temor se vio confirmado cuando se acercaron a uno de los barrios elegantes de la ciudad.

Echó un rápido vistazo al imponente edificio con las tres estatuas enormes sorprendiéndose de que una de ellas fuera un tipo con bombín pero,  cuando se fijó mejor en ellas, se dio cuenta que aquel hombre que tenía todo el aspecto de ser capaz de tragársela a ella de un solo bocado, era de carne y hueso y que resultaba ser el único impedimento, o por lo menos Louise esperaba que fuera el único, que les impedía acceder sin problemas al local. Volvió a mirarse las ropas y se dio cuenta que aunque aquel club permitiera entrar a mujeres desde luego no iban a permitir dejar pasar a dos chicas tan desarregladas como iban ellas.

Asintió en silencio al susurro que sonó a su lado procedente de Maggie, confirmando que la americana estaba pensando exactamente lo mismo que ella. En un intento desesperado por arreglar un poco su aspecto, Lilou se estiró el vestido, se llevó la mano para arreglar el pelo y apretó con fuerza los labios para que pareciera que tuvieran un toque de carmín inexistente pero a la vez, mirando a todas partes mientras intentaba buscar un plan alternativo.

Si por lo menos Alistair consiguiera entrar aunque fuera solo... —por lo menos alguien estaría dentro y podría quizás darles acceso a ellas de alguna forma, una puerta o una ventana que no se usara o a saber el qué—.  ¿Tendrán mujeres atendiendo a los clientes? Porque si no nos dejan entrar como clientas podríamos intentar entrar como empleadas... —Era una idea lanzada al aire que Lilou dudaba que pudieran llevar a la práctica pero tendrían que agotar todas las opciones y éstas no es que fueran demasiadas.

Se bajó un poco el escote del vestido y le dedicó una sonrisa coqueta al hombre que aún no había abierto la boca, esperando que aquel tonto gesto pudiera servir de alguna forma para ablandar a la mole que les impedía el paso.

Cargando editor
21/05/2018, 20:56
Narrador

Al parecer ninguno de ellos se había parado a pensar que un club social en pleno barrio de Maifair iba a tener restringido el permiso de entrada. Y, en caso de que lo hubieran pensado, habían dejado la elección de una estrategia que les permitiera entrar para más adelante. Ahora había llegado el momento y Alistair decidió tomar la palabra. La mayoría de clubes londinenses únicamente permitían acceso a los varones, teniendo las féminas la entrada vetada. Algunos dejaban el paso a mujeres a ciertas habitaciones comunes para charlar y beber con sus acompañantes, y los menos, y más liberales, no hacían distinción alguna. Teniendo esto en cuenta, probablemente este club perteneciera a la primera categoría, además en la sociedad londinense no era correcto que las mujeres de cierto porte y distinción iniciarán la conversación, y estos fueron los motivos que llevaron al profesor a dar un paso adelante y encararse a aquella montaña de hombre que se interponía entre ellos y la entrada del Chimera Club.

El hombre del bombín escuchó atento y paciente lo que el noble tenia que decirle y, una vez este hubo concluido su petición, le dirigió la palabra.

– Caballero. El Chimera es un club distinguido londinense y de acceso limitado a sus socios, y mucho me temo que usted no lo es. – La voz era fuerte y firme y, aunque sus palabras sonaban amables, un tono detrás de estas les dio a entender que no tendría problema en usar métodos más explícitos si le obligaban a ello –. Por favor, sigan su camino. Que pasen una buena noche. – terminó su discurso, posiblemente aprendido de memoria tras decenas de repeticiones, dejando claro lo que esperaba de ellos.

Las mujeres se miraron. Poco antes habían compartido ambas el mismo pensamiento sin necesidad de hablar entre ellas. No se habían equivocado. Entrar en aquel local parecía que iba a convertirse en una tarea más complicada que algunos enfrentamientos contra seres monstruosos que habían tenido. Al menos cuando peleaban contra esas criaturas tenían razones para utilizar la violencia y no se enfrentaban a humanos. Este caso era distinto. Aquel coloso, aunque les cerraba el paso y se oponía a ellos, únicamente estaba haciendo su trabajo y no se le podía culpar por ello. Lo único que quizás pudo sentar mal a la pequeña Lilou, es que sus veladas insinuaciones femeninas no hicieron la más mínima mella en el portero, que la ignoro como si no estuviera allí.

El reloj en el bolsillo de Alistair seguía marcando el implacable paso del tiempo. El noble no necesitaba mirarlo para saber que la cita con los señores Samuelson y Donnelly sería en apenas unos minutos. Tenían que entrar y para ello tendrían que conseguir convencer primero al coloso que tenían delante.