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Rippers: La Tercera Mano

Episodio 1 - La Tercera Mano

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13/06/2018, 05:50
Maggie Wilson

-¡Vamos, vamos…!- apremió Maggie a sus compañeros en cuanto se cruzaron con ellos –Casi no nos queda tiempo, el tipo ese de la cita ya debe estar dentro-

Cuando llegaron donde el portero, Maggie dudó. Si fuera ella quien estuviera en la puerta, no les dejaría entrar. ¿Cómo es que hace un momento quisieron hacerle el lío para colarse y ahora aparecen con una entrada? ¡Seguro que la habrían robado!. Sí, definitivamente, si ella hubiera estado en la puerta, hubiera pensado eso.

Pero Maggie decidió intentarlo. Quería saber qué se cocía allí dentro con la historia esa de La Mano. Y quería saber qué diantres era La Mano esa. Y si ese matón no les dejaba pasar por que sí, capaz era de sacar el rifle y apuntarle con él ¡Diantres! Pero ella se iba a enterar hoy de qué pasaba allí, costara lo que costara.

Pero el tipo les dio paso sin decirles nada salvo una frase de entrada. Como si no hubiera pasado nada. Como si no les reconociera de antes.

“Menudo país este. Así no van a llegar a nada, dejando que cualquiera se cuele en los sitios solo por tener un papelito” pensó Maggie mientras entraban por fin.

Había puertas y las muy malditas tenían carteles. Maggie resopló. ¿Por qué en este país se empeñaban en ponerlo todo por escrito? Intentó leer, en su cabeza, el contenido de los letreros que, por fortuna, no eran muy largos. Pero es que leer en silencio siempre era más difícil que en voz alta, por que Maggie no quería que sus compañeros vieran lo mal que lo hacía

“Ssss… so… sol… soló… mmmm… me… mi… miem… mieb… miembo… miemboro… ¡miembros!”

Para cuando había acabado con la primera, ellos ya habían leído las 3 en voz alta y alguno las estaba diciendo por lo bajo, quizás para que ella les oyera. ¡Benditos fueran!

-La verde. Yo voto por esa. Me gusta lo de “privado”- les propuso, entre susurros, la vaquera a sus compañeros –Aunque si la cita era para uno y nos ve llegar a cuatro ¿no saldrá huyendo?- susurró tras pensarlo, de pronto, imaginando la situación.

Y no acababa de comentarlo, un criado elegante, se les interpuso, pidiéndoles la ropa y las armas.

“Llevar armas es un derecho, es tan natural como llevar calcetines ¿por qué se empeñan en este país en prohibir que la gente vaya protegida?”

De verdad que a Maggie le costaba entender las costumbres de estos congéneres. Hablaban el mismo idioma pero, ¡demonios!, parecían como de otro siglo, uno antiguo donde no se hubieran inventado los revólveres.

Maggie se encogió de hombros y miró a sus compañeros pidiendo indicación. Si ellos lo hacían, ella lo haría también aunque no le hiciera gracia. Al fin y al cabo sabían más de esas cosas de comportarse bien.

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13/06/2018, 22:29
Liam Ajax

Liam no disimuló una cara de alivio al ver a las dos mujeres y, especialmente, a Maggie con la tarjeta. Seguramente la americana se la había cogido del abrigo mientras él se encontraba en un supuesto estado der invalidez, pero si vampiros y licántropos no lo habían matado aún no iba a hacerlo una cobra. Eso sería tan vergonzoso como absurdo, aunque daría para un gracioso epitafio.

Aún así el alivio pasó pronto al ver como Maggie era quien entregaba la tarjeta, después de haberse hecho pasar como una mujer de vida alegre y Alistair haber afirmado que no iban con ellos estaba seguro de que no les dejarían pasar. Pero se equivocó.

A pesar de haber logrado entrar el joven no se relajó, le parecía demasiado sospechosa la actitud del guardia. Nadie, ni siquiera el mismo Liam, podía ser tan idiota. Temía que el portero diera el aviso de lo sospechoso que resultaba ese grupo, y de ser así sabía que se estaban metiendo en una madriguera sin salida. Una en la que sería muy fácil tenderles una trampa. Pero o entraban o daban la vuelta.

Ahora no... —murmuró Liam como respuesta a Maggie, mostrando la tensión que lo invadía y lo preocupado que se encontraba.

Hasta que no estuvieran seguros de que no era una trampa lo mejor era no murmurar entre ellos ni dar lugar a ninguna sospecha, por leve que fuera, ya que tampoco sabían si alguien podía estar escuchándolos.

En otra situación Liam hubiera entendido la petición de entregar las armas, pero en esa lo puso aún más en guardia. No podía permitirse quedar desarmado, y no lo haría. De todas formas tampoco podía permitirse entregar todas las armas que llevaba encima, de mostrar las más extravagantes tendrían tantos problemas como si no las entregaba.

Lo mejor era hacer caso y entregar las menos sospechosas, tal vez eso relajara al mayordomo y le hiciera creer que estaba desarmado. Intentar hacerle creer que no había razón para registrarlos era la mejor baza que tenían.

Por supuesto —respondió, sacando su pistola y entregándosela. Luego hizo lo mismo con los cuchillos arrojadizos de simple acero antes de dejar espacio a sus compañeros para que hicieran lo que creyesen oportuno.

El abrigo no lo entregó.

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14/06/2018, 00:11
Alistair Buckley

Cuando pasaron finalmente frente al portero, mostrando la tarjetita del Chimera Club, Alistair se murió de vergüenza. Se tiró del cuello de la camisa, incómodo y acalorado, mientras recordaba una y otra vez el espectáculo que había montado frente a aquel hombre.

No se había llevado un puñetazo en la cara de milagro.

Y ahora les dejaba pasar como si nada.

El profesor decidió achacarlo a la importancia de la invitación que llevaban consigo, más que a una posible sospecha.

Avanzando junto a sus compañeros, agachó levemente la cabeza para evitar mirar directamente al portero. Una vez estuvieron dentro, se permitió relajarse mientras observaba las distintas puertas que había en aquel recibidor.

Maggie comenzó a hablar en susurros. Propuso que entrasen a la habitación verde, una sugerencia con la que Alistair estaba de acuerdo. Sin embargo, Liam la hizo callar. Parecía tenso, y no sin razón.

Un tal James se interpuso entre ellos y su destino. Les pedía sus abrigos, así como sus armas.

- Por supuesto, tiene sentido - accedió mientras pasaba su reloj de bolsillo de la chaqueta al pantalón.

Le tendió su chaqueta a James, aceptando la hospitalidad del lugar. Al mismo tiempo, extrajo de su cartuchera la fiel pistola que llevaba consigo. Aquella arma le había salvado en más de una ocasión, pero no se sentía especialmente atado a ella.

- Aquí tiene.

Alistair le tendió el arma también a James, aunque no le entregó su bastón. La vara color caoba ornamentada bien podría ser un simple accesorio de la época. En su interior, sin embargo, escondía un afilado estoque.

Una vez hubo entregado su abrigo y su pistola, Alistair se encaró hacia Maggie.

- Maggie, ¿le podrías mostrar la tarjeta a este caballero? - pidió en un tono suave pero firme, instando a la cowgirl a no olvidarse del preciado trozo de cartulina que llevaba consigo.

Luego se encaró de nuevo a James.

- Tenemos una cita en la sala verde.

Notas de juego

Si me llaman la atención por el bastón lo entregaré sin problemas, para aligerar.

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14/06/2018, 00:56
Louise "Lilou" Dufort

Suspiró aliviada al encontrarse con sus dos compañeros que, al igual que hacían ellas, las estaban buscando. No hizo falta intercambiar palabras ya que el papel que agitaba Maggie era bastante explicación. Ahora sólo faltaba que aquel cartón fuera el salvoconducto que les permitiera pasar al interior del club, aunque Louise dudaba mucho, a medida que se acercaban de nuevo a la puerta, que el portero fuera permisivo al respecto por mucha invitación que llevaran. Pero para su asombro comprobó que les dejaba al paso libre sin mayores muestras de pararlos, ni tan siquiera hizo un gesto en desacuerdo después de la que habían montado hacía tan solo unos minutos antes.

Louise caminaba junto a sus compañeros intentando pasar desapercibida, algo por otra parte no muy difícil debido a su estatura, ya que el portero la imponía demasiado y seguía sin fiarse de que, justo cuando cruzaran la puerta, no les diera el alto o llamara a alguien para que los detuviera. Pero al final se encontraron dentro de aquel club con pinta de lujoso.

Observó con atención las puertas, leyendo los carteles que estaban colgados en cada una de ellas sin saber muy bien cuál debían elegir. Parecía que Maggie estaba empeñada en ir a la que ponía privada pero en cambio Liam, el cual conseguía contagiar a Lilou la tensión que sentía, daba la impresión de estar en desacuerdo. Por su parte la joven circense lo mismo le daba elegir una u otra y, si por ella fuera, seguramente la decisión fuera lanzando una moneda al aire.

Pero no hubo tiempo para tomar una decisión pues un hombre con la misma pinta que esos mayordomos que vivían en las casas de los ricos, los detuvo pidiéndoles tanto ropas como armas, eso sí, con los mejores modales por su parte. Por suerte, las armas que portaba Louise se podían disimular fácilmente entre sus ropas y dudaba mucho que aquel hombre se atreviera a ponerle la mano encima para registrarla así que no hizo ningún intento por entregar las suyas y tampoco entregó la chaquetilla que llevaba puesta.

Se estiró para aparentar más alta y más... señorial, algo difícil dado su aspecto un tanto desaliñado con el que había acudido al club, pero quería demostrar a aquel hombre que a pesar de la apariencia del grupo, exceptuando a Alistair, ellos podían tener la clase suficiente para estar en aquel club. Aunque seguía extrañándola que tanto al portero como al mayordomo no les parecía importar su aspecto sino simplemente el papel que les había dado la entrada al club.

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14/06/2018, 04:46
Maggie Wilson

Maggie observó como "casi" entregaban las armas y, sobre todo, se dió cuenta de que Alistair no había entregado el bastón. Así que le dió al hombre la bolsa o, más bien, la soltó con algo de ruido pues era pesada

-Cuídemela ¿eh? Le tengo mucho cariño. La quiero de vuelta tal y como la entregué- luego se sacó el cuchillo que llevaba en una pequeña funda en el cinturón -Cuidado no se corte- le recomendó dejándole también aquel arma.

Nada le quedaba excepto el látigo y, tal y como había visto hacer a Alistair con el bastón o a Liam con el abrigo, decidió hacerse la "despistada" para ver si estos tipos tan educados pasaban por alto el tema de que era un arma. "Quizás no ha visto uno en toda su vida y no sabe lo que es"

Luego sacó la tarjeta, tal y como había pedido Alistair, y se la entregó al criado.

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14/06/2018, 22:03
Narrador

James esperó paciente a que los componentes del grupo le fueran dando sus abrigos, sombreros y demás “utensilios” sin decir nada. El mayordomo tenía la extraña habilidad de no mirar a ninguno y que sin embargo todos se sintieran observados.

El hombre fue depositando la ropa y las armas que le daban en un espacio al que se accedía por un hueco de la pared izquierda del recibidor, que en un primer momento les había pasado desapercibido por estar situado el mayordomo justo en medio. No hizo ningún comentario respecto a las palabras de Maggie, como si no las hubiera escuchado, pero se giró en dirección a Alistair cuando este mencionó la habitación verde y una vez hubo comprobado que estaban en posesión de la requerida tarjeta.

– Por supuesto, caballero. La habitación verde esta a su entera disposición, para que puedan atender allí a su cita.

A pesar de sus amables palabras no hizo ningún movimiento para mostrarles o darles acceso a la mencionada sala. Siguieron unos segundos incómodos hasta que, viendo que los Rippers no mostraban intención de darle el resto de sus complementos, James volvió a dirigirse a ellos, pero mirando siempre a los hombres mientras hablaba.

– Discúlpenme si insisto. Si bien la habitación verde esta abierta a personas no miembros del club, siempre que estas hayan sido invitadas por algún socio, las mínimas reglas del decoro son también válidas en ese reservado. – Esperó un instante y, viendo que no había aún ninguna reacción por parte del grupo, repitió su demanda – Sí tienen a bien entregarme el resto de sus abrigos, sombreros y... equipo.

Si aquel club seguía estancado en las costumbres de principios de siglo, su mayordomo parecía ser un modelo perfecto y gran seguidor de estas, y tener además bien claro, como exigir la aceptación de las reglas del local al que servia.

Notas de juego

He editado el texto solo para poner un diálogo en negrita. Si habíais leído el post ya, no hace falta que volváis a leerlo.

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17/06/2018, 17:27
Maggie Wilson

Maggie sonrió de manera amable, aunque quizás algo forzada, cuando le entregó sus cosas al criado. Pensó que si era amable, al hombre le parecería todo correcto, incluso aunque no hubiera respondido nada cuando ella habló.

Cuando les indicó la puerta y les dijo que la podían usar, Maggie aún tuvo más ganas de sonreírle al hombre. Pero allí no pasó nada de nada.

Maggie comenzó a mirar extrañada a los demás "¿Por qué diantres no se mueve nadie? ¿Por qué no vamos a la sala?" pensó sin comprender qué ocurría. Sus compañeros también parecían sorprendidos pero algo le decía a Maggie que no era por lo mismo que ella. A ella, lo que le extrañaba era por qué no estaban ya todos moviendo el culo para ir al cuarto verde ese. Pero como no sería la primera vez que metía la pata, ella tampoco se atrevió a moverse.

Y, entonces, el criado les volvió a preguntar por el equipo.

"¡Diantres! Mira tú el pasao'. Si va a resultar que no es tan simplón como parece."

Maggie tuvo la decencia de hacer un gesto de sorpresa, como si de repente, se hubiera dado cuenta que había olvidado algo

-¡Ah! ¿Esto?- se hizo la sorprendida señalando el látigo -¿Se creerá usted que la mitad de las veces ni me acuerdo que lo llevo? ¡Je!- comentó mientras se lo desenroscaba y lo dejaba con las demás cosas. La cowgirl sabía que era un riesgo ir desarmada a cualquier lado pero, en ese momento, hubiera dado el alma si se la hubieran pedido, por ver qué demonios había al otro lado de la maldita puerta.

"Más vale que sea increíblemente asombroso lo que hay ahí, por que si no me voy a cabrear un huevo..."

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17/06/2018, 23:39
Alistair Buckley

Al parecer, los Rippers no se habían liberado de todos los "complementos" que el mayordomo consideraba que debían entregar. Alistair alzó las cejas, mostrando sorpresa.

- Oh, por supuesto - convino rápidamente, aunque no apresuradamente -. Normalmente ni me doy cuenta de que voy con esto encima - se excusó mientras le entregaba el bastón al mayordomo.

Esperaba que al hombre no se le ocurriese tirar del mango. Resultaría en una situación increíblemente incómoda. 

Con una ligera sonrisa agradable, Alistair esperó a que el resto de sus compañeros entregasen los "complementos" más evidentes, así como sus abrigos, al mayordomo. 

- No deberíamos retrasarnos - les apresuró mientras dirigía la mirada hacia la puerta de la sala verde. 

Su anfitrión debía de estar esperándoles dentro. 

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18/06/2018, 20:58
Louise "Lilou" Dufort

No hacía falta ser ningún genio para darse cuenta que aquel mayordomo, o lo que fuera, no tenía ni un pelo de tonto, o quizás todo se debiera a que estaba acostumbrado a lidiar con todo tipo de gente que, al igual que ellos, intentarían colar los objetos más diversos en el interior del club porque, pacientemente, el hombre seguía esperando a que tanto Louise como el resto hiciera entrega de lo que no habían entregado.

De mala gana, Lilou se quitó la chaqueta que aún llevaba puesta en cuyo interior tenía varios compartimentos donde guardaba los cuchillos y la pequeña pistola y, doblándola con cuidado para que el tal James no se percatara del bulto de las armas, se la entregó con gesto torvo.

Tienes razón —dijo mirando a Alistair— vamos justos de tiempo. —Dijo, resoplando con resignación mientras miraba a James coger su chaqueta. No era algo que le hiciera demasiada gracia ya que, como se encontraran con algún problema allí dentro, a ver cómo narices iban a poder salir sin sus armas a mano.
 

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20/06/2018, 17:10
Liam Ajax

Si Liam estaba tenso se tensó aún más con las palabras del mayordomo.

Estaba en un lío hiciera lo que hiciera, sus armas eran demasiado llamativas y alertarían tanto a aquellos seres que cazaba como a civiles normales. Si entregaba el abrigo entregaba unas armas que no deberían ver la luz, y si se negaba a la fuerza pensarían que estaba ocultando algo.

No era un decisión fácil, ya creía que tenían una diana en la espalda y entregarlo todo bajo esas condiciones le parecía un suicidio. Y si no la tenían la pondría él al mostrar las armas. Desgraciadamente no era tan sutil como Alistair, no estaba acostumbrado a esa clase de locales en las que te querían quitar hasta el abrigo. Estaban casi tan paranoicos como lo estaba él.

Preferiría no hacerlo —respondió al fin—. Me temo que este abrigo era de mi difunto padre y preferiría no confiárselo a nadie, pero si son las reglas puede devolverme mis armas y esperaré fuera.

Casi le parecía mejor que entregar un abrigo con una ristra de cuchillos y dagas de materiales estrambóticos, estacas, unas garras de lo más llamativas... Sabía que dejaba vendidos a sus compañeros si lo obligaban a marcharse, pero si por alguna razón no sospechaban de ellos los vendería al mostrar lo que llevaba encima.

El ripper esperó, lo más tranquilo que pudo, la decisión del mayordomo. Sabía que seguramente no cediera pero esperaba que por lo menos no sospechara de su decisión. En su mente, si su subterfugio hubiera sido real, tampoco hubiera entregado nada que hubiera pertenecido a su padre aunque fuera un arma. Esperaba que esa inspiración sirviera para apoyar el tono de voz empleado en la mentira.

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20/06/2018, 23:37
Narrador

El mayordomo fue recogiendo el resto de abrigos y armas que los Rippers le fueron entregando hasta que Liam se negó de nuevo rotundamente a darle el suyo. En su lugar le ofreció una razón para no quitarse el tabardo y dejarlo en manos de un desconocido.

James mostró por primera vez un atisbo de emoción en su rostro. Algo parecido al enfado, o al despreció, o a una mezcla de ambos. Aquel hombre había servido a señores de las más elevadas clases sociales y vivía para y por las tradiciones. Acceder al interior de una casa de alto rango como aquella sin quitarse los abrigos era un gesto primitivo que el mayordomo no podía aceptar. Su rostro no tardó en recuperar la pétrea impasibilidad con la que les había recibido y tratado, libre de toda expresión.

En el interior de su cabeza los pensamientos volaban. Estuvo a punto de indicarle a Liam que podía salir por la misma puerta por la que había entrado, si este era su deseo, pero se contuvo. Si estas personas habían sido invitadas por un miembro del club, para reunirse con él en la habitación verde, y alguno no aparecía por que James le había echado a la calle, el mayordomo podía llevarse una amonestación y esto podría incluso acabar con su carrera sirviendo en casas nobles. Teniendo esto en cuenta y con un mal gusto en la boca que se reflejo levemente en su voz, se dirigió a los Rippers tras unos segundos.

– Sí me acompañan.

Avanzó hacia la puerta del fondo del pasillo y sacó una llave de un bolsillo interior de su chaqueta. Con esta abrió la entrada y se hizo a un lado para dejar pasar a los cuatro invitados. El hueco abierto daba a unas anchas escaleras que bajaban unos metros hasta dar a otra entrada cerrada al final de estas.

– La puerta está abierta. – Les dijo James sin especificar si se refería a aquella del fondo o por el contrario a la que él mismo acababa de abrir –. Un sirviente les estará esperando para atender a sus deseos.

Sin poder -ni querer- esperar más, Maggie empezó a bajar los escalones, seguida de cerca por Alistair. Ambos estaban deseando saber que encontrarían en aquella habitación. Lilou y Liam cerraban la comitiva. Al llegar abajo, la cowboy abrió la puerta, permitiéndoles a todos echar un primer vistazo a la sala.

La habitación, con forma circular, hacía todos los honores a su nombre. Todo lo que allí había era de color verde. Las paredes, la moqueta del suelo, el techo, el interior de la puerta que acababan de abrir. Absolutamente todo. Sin haber puesto aún un pie en aquella sala y llegar a poder verla al completo, lo que más les llamó la atención, aparte de la elección del color, fue un palco dispuesto en el centro del habitáculo y algo elevado con respecto al resto del mobiliario, y unas sillas colocadas en círculo a unos tres metros de este. Todos ellos, como cabía esperar, en tonos verdes.

Mientras ganaban esta primera impresión de la famosa habitación verde, oyeron como a sus espaldas se cerraba la puerta y el mayordomo echaba la llave.

Al escuchar ese sonido, se giraron todos como un resorte, para darse cuenta que la entrada por la que habían accedido les estaba ahora vedada. Entonces escucharon otra voz, mucho más joven, dirigiéndose supuestamente a ellos.

– Pasen, por favor, pasen. ¿En que puedo servirles?

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24/06/2018, 23:18
Alistair Buckley

Cuando el equipo siguió finalmente las indicaciones del mayordomo, Alistair no pudo evitar sentirse algo inseguro. No tenía por qué pasar nada, pero… Nunca se sabía. Ser un Ripper le había enseñado a ser precavido, a estar siempre preparado para las eventualidades.

Si hacía falta luchar… no dudaría en usar los recursos de los que disponía. Todos ellos.

Esgrimiendo una amable sonrisa, Alistair se dispuso a seguir al mayordomo hacia la sala verde. El hecho de que tuviesen que descender hacia su destino despertó en el profesor cantidades iguales de sospecha y curiosidad. No pudo evitar descender rápidamente detrás de Maggie, quién compartía el mismo deseo de conocer que él.

Una vez entraron en la sala, Alistair se asomó por el hueco de la puerta para curiosear su interior. Como bien decía su nombre, todo era completamente verde. El profesor frunció el ceño y apretó los labios, pues el tema de la habitación le pareció excesivo, incluso de mal gusto.

Estaba a punto de hacer un comentario poco afortunado, cuando el sonido de la puerta cerrándose a sus espaldas le hizo girarse rápidamente.

- ¿Nos han encerrado? - preguntó en voz alta, resaltando lo obvio.

Y otra voz sonó, esta vez desde el interior de la sala.

Alistair ya no sabía que pensar. Si aquello era una trampa o simplemente el procedimiento estándar del local. Encerrarlos bien podría ser una manera de evitar que huyesen, o de evitar las interrupciones indeseadas durante una reunión muy privada.

El profesor carraspeó, tomando la iniciativa mientras se adentraba en la sala verde. Ahora no tenían más camino que seguir que aquel.

- Venimos a ver al Señor Donelly - explicó con firmeza, claridad y un leve tono imperativo -. ¿Se encuentra ya aquí?

Si en aquel momento el tal Donelly salía de detrás de una puerta secreta Alistair podría haber jurado que se lo había esperado.

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25/06/2018, 16:28
Maggie Wilson

Maggie observó como el tipo aquel recogía todas sus cosas... hasta que llegó a Liam. La pistolera intentó no poner cara de sorpresa pero ciertamente no se esperaba que su compañero fuera a negarse. Pero, para mayor asombro aún de Maggie, no pasó nada

-Pero...- casi estuvo a punto de soltar un improperio de indignación por el hecho de que a ella le hubieran obligado a despojarse de sus cosas cuando, en realidad había otra opción

"¡Idiota! Si es que te puede la curiosidad y eso se nota. No tenías que haber sido tan transparente" Intentando recordar esta lección para el futuro, se encaminó detrás de lo que ella creía un mayordomo o algo así.

Maggie no pensaba que aquella puerta estuviese cerrada con llave "¿Será que aún no han llegado las personas con las que tenemos que vernos?" pero no dijo nada cuando abrieron la puerta. Por contra, en cuanto aquel hombrecillo se hizo a un lado, ella casi se lanzó hacia el interior... Lo que hubiera sido un error fatal porque allí, lo que había, era unas escaleras

Sin escuchar mucho más de lo que aquel hombre les dijo, la cowgirl comenzó a bajar. 

En cuanto llegó abajo, abrió la puerta sin esperar casi a comprobar si los demás habían llegado.

-¡Uau! Un poco exagerado ¿no? Tanto verde...- comentó dirigiéndose a Alistair que era el más próximo a ella, mientras se adentraba en el cuarto. Aún estaba observando el lugar cuando la puerta y la llave sonaron a su espalda. 

-¡Ey! ¡Oiga! ¡Abra!- gritó golpeando la puerta con el puño en un gesto mucho más descarado que la sutil pregunta de su compañero. Esto no era lo que ella había interpretado que iba a pasar. Es decir, verse en peligro era algo que espera pero que les encerrara un criado que no tenía ni dos tortas...

Una voz habló a su espalda y ella se giró de nuevo hacia el interior. Pero no habló. Dejó que lo hicieran los otros puesto que empezaba a sentirse bastante idiota y fuera de lugar y eso hacía que se estuviera poniendo de muy mala leche.

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26/06/2018, 20:51
Louise "Lilou" Dufort

En cierta forma Louise se quedó algo más tranquila al comprobar cómo el mayordomo cedía ante la pretensión de Liam de quedarse con el abrigo puesto y, de paso, con algunas de sus armas, lo que aseguraba un mínimo de protección por si todo aquello era una encerrona. No le pasó desapercibido el leve desprecio que apareció en la expresión de James cuando su compañero se negó a entregar la prenda, pero fue tan rápida, tan imperceptible que por un instante dudó si en verdad había existido.

Pero lo importante era que ya estaban camino a la habitación verde que, cuando llegaron después de descender unas escaleras, Louise pudo ver el porqué tenía ese nombre. Quién fuera que hubiera decorado aquella habitación no tenía precisamente buen gusto a ojos de la joven pues tanto color verde por todas partes llegaba incluso a marear. Qué horror, pensó cuando entró en el cuarto observando todo a su alrdedor. Sin embargo el color dejó de ser su pensamiento principal al escuchar cómo se cerraba con llave la puerta tras ellos. Se giró con agilidad dispuesta a detener aquella trampa en la que había caído pero como era lógico no llegó a tiempo.

Pero qué... —Dejó la frase a medias al escuchar una nueva voz procedente del interior de la habitación y Louise se giró para ver de quién se trataba.

Inconscientemente buscó la protección de Liam que, al fin y al cabo, era el único de ellos que iba armado mientras esperaba a ver qué salía de todo aquello. Notaba la tensión en sus compañeros, en especial el creciente enfado de Maggie y la rigidez de Liam, pero por el momento parecía que el hombre que había hablado simplemente debía ser otro mayordomo más. Indecisa, sin saber si debía o no decir algo, esperó a que las palabras pronunciadas por Alistair surtieran algún efecto, pensando que quizás el tal Donelly se encontraba espiándolos y valorando si eran las personas que esperaba o si sería mejor deshacerse de ellos.

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26/06/2018, 21:11
Liam Ajax

Liam estaba convencido de que tenía tantas armas, y tan estrafalarias, que era menor el daño que podía hacer marchándose que entregándolas. Por suerte lo único que tuvo que hacer fue disimular la expresión de alivio que luchaba por mostrarse en su rostro al darse cuenta de que iba a poder entrar con la mayor parte de su arsenal. Le faltaba la pistola, pero tenía todas sus armas para enfrentarse a lo sobrenatural.

Y para repartir si se daba el caso, por eso era bueno llevar un exterminador contigo. Pero desgraciadamente no tenía más armas dee fuego...

A punto estuvo por segunda vez de lanzar otra mirada der advertencia a Maggie, aunque la mujer rectificó pronto. Estaba claro que tenía los modales de una estadounidense, una estadounidense que se llevaba mejor con un equino que con un inglés. Pero si tenían que caer en una trampa y enfrentarse a algo sabía que sería a ella a quien dejaría en primer lugar sus armas.

Me siento dentro de un vaso de absenta... —murmuró, casi para sí mismo, dando la razón al comentario de Maggie ante tanto verde y, viendo el movimiento de Lilou, cubriendo a la otra mujer del grupo.

Había tenido que evitar echar mano a lo que guardaba en las botas o en el abrigo instintrivamente al escuchar esa voz, pero sabía que era más sensato dejar que Alistair tomara las riendas. Él esperó cerca de las dos mujeres desarmadas para cubrirlas y armarlas en caso de que fuera necesario.

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26/06/2018, 23:36
Narrador

Acostumbrados al peligro y las trampas, los Rippers sospecharon en seguida de que algo no iba bien cuando escucharon cerrarse con llave la puerta por la que habían accedido a las escaleras. Todos se pusieron en tensión, pero únicamente Maggie dejo que esta escapara, pidiendo a gritos una explicación. Explicación que no llegó. La puerta se mantuvo cerrada tras ellos.

Buscando una salida hacia adelante, Alistair decidió entrar en la Habitación Verde y conversar con el dueño de la voz que amablemente se había dirigido a ellos.

El recinto llamaba ciertamente a la vista por el dominio de un único color en todos y cada uno de los elementos de la decoración: el verde. Sin embargo el profesor no tardó en distinguir varios detalles que hablaban del buen gusto a la hora de combinar distintas tonalidades del mismo color y que, en lugar de alterar el animo, tenían incluso cierta propiedad relajante.

Al noble seguían llamándole la atención los doce sillones colocados a unos tres metros del púlpito y formando un perfecto círculo. Si se comparaban con las agujas de un reloj, la puerta por la que acababa de entrar estaría situada a las seis y, mirando a su alrededor, descubrió una segunda puerta allá donde las manecillas marcarían las tres. La pared estaba acolchada y, salvo alguna que otra lámpara de gas repartida de forma equidistante por esta, no mostraba decoración alguna. Sólo un pequeño mueble-bar a su izquierda rompía la perfecta curvatura de las paredes del recinto.

Y detrás de aquel mueble se encontraba un joven vestido elegantemente y portando un cartel con el nombre de Watts en un bolsillo del pecho de su chaqueta. No había nadie más, por lo que Alistair supuso que se trataba del dueño de la voz que les había hablado pocos segundos antes.

– ¿Su anfitrión? No tardará en llegar. – respondió a la pregunta del noble – Pero quizás pueda ayudarles a que la espera, aunque corta, sea más llevadera. ¿Les apetece beber algo?

El resto de Cruzados asomó la cabeza para poder ver lo que Alistair estaba haciendo y con quien estaba hablando. Momento que aprovecho el joven sirviente para saludarles con un ligero asentimiento de cabeza.

– Señoras. Caballero. ¿En que puedo ayudarles? – extendió la oferta que momentos antes había hecho al profesor al resto de Rippers.

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28/06/2018, 23:58
Alistair Buckley

Una vez investigó más cuidadosamente la sala verde, Alistair se sintió algo más relajado. Parecía simplemente que aquel era un sitio muy exclusivo para reuniones muy privadas.

La presencia del joven lo confundió. O sabía guardar muy bien los secretos que oía en aquellas reuniones, o simplemente se iba después de servir las bebidas.

En todo caso, Alistair no iba a desaprovechar la invitación. Estaba siendo un día muy intenso para los Rippers y, aunque estuviese “de servicio”, el profesor no quería seguir con aquello sin llevarse algo a la garganta.

- Yo tomaré vino - pidió con un tono más calmado - tinto.

Alistair no disfrutaba de las bebidas alcohólicas demasiado fuertes, por lo que optaba siempre por los vinos, especialmente los afrutados.

Puestos a esperar, el profesor se sentó en uno de los sillones dispuestos en círculo. Se le veía bastante relajado, sobre todo después del sobresalto inicial. Había dejado que sus instintos de Ripper tomasen el control, pero ahora Alistair el profesor volvía a llevar el timón.

- ¿Pasaremos a otra sala? - aprovechó para preguntar al joven -. ¿O iremos a otro sitio más… privado?

Por el tono y la mirada hacia el joven, Alistair quiso hacer énfasis en que preguntaba si el camarero estaría presente durante la reunión. El profesor tenía la sensación del que el tema del que iban a hablar bien podría ser… fuera de lo común.

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29/06/2018, 18:33
Maggie Wilson

Maggie se volvió para atender a la respuesta que el criado le da a Alistair.

-¿Una bebida?- preguntó Maggie extrañada. Les acababan de encerrar, no pensaba arriesgarse también a que la envenenaran. Quizás por eso, le extrañó tanto la respuesta de su noble amigo. Se le veía relajado. Así que Maggie empezó a pensar que quizás esta era una de esas situaciones en que todo es perfectamente normal y ella no se estaba enterando y sí sacando las cosas de contexto.

-No. Yo no tomaré nada- dudó un segundo antes de completar su frase -Gracias-

Luego, se volvió para revisar la habitación con un poco más de atención. No parecía haber ventanas ni ningún otro tipo de salidas.

"Pero el mueble bar y sus botellas serían, en caso de necesidad, unos estupendos objetos cortantes después de un golpe seco contra un mueble" repasó la cowgirl, mentalmente, preparándose para una posible situación peligrosa.

-Así que Watts ¿eh?- comentó Maggie al camarero aprovechando la brevedad del nombre, lo que le había facilitado su lectura -Y ¿lleva mucho tiempo de camarero en el club?- preguntó ella curiosa, dejándose caer sobre uno de esos sillones tan bien colocados en los que se había sentado ya Alistair.

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30/06/2018, 17:49
Louise "Lilou" Dufort

El saber que estaban encerrados en aquella habitación verde ponía muy nerviosa a Louise, al contrario de cómo parecía mostrarse Alistair, por ese motivo la joven comenzó a mirar todo a su alrededor buscando por todas partes una posible vía de escape o alguna trampa o a saber el qué, pues no se sentía del todo cómoda después de haber sido despojada de sus armas y encerrada en aquella habitación.

Pero la curiosidad la llevó a seguir a sus compañeros hasta donde se encontraba Alistair hablando con lo que parecía ser un camarero. Si el momento hubiera sido otro muy distinto y ella no se encontrase tan a la defensiva, quizás hubiera pedido algo de beber, champán por ejemplo ya que podría aprovechar la oportunidad de encontrarse en un club tan lujoso, pero sabía que tenía que tener todos sus sentidos en alerta y no quería embotarlos por un simple capricho. Y, al igual que había hecho Maggie, ella también rehusó pedir cualquier cosa porque un té era lo que menos le apetecía en esos momentos.

Para mí nada tampoco, muchas gracias —dijo mientras se daba cuenta que era incapaz de relajarse.

Escuchó tanto las preguntas de la americana como de Alistair y, mientras esperaba escuchar la respuesta del mayordomo joven, se sentó también en uno de los sillones sintiendo inmediatamente su comodidad. Miró a Liam haciéndole un casi imperceptible gesto con la cabeza para que él hiciera lo mismo... si quería.

Da la impresión de que vamos a asistir a algún espectáculo privado —musitó ante la colocación de los sillones. Sólo esperaba que ese supuesto espectáculo no incluyera algo muy peligroso para ellos.

- Tiradas (1)
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30/06/2018, 20:56
Liam Ajax

—Gracias.

A pesar de sus palabras Liam negó con la cabeza mientras las decía, rehusando también el ofrecimiento de ese aparente camarero.

Aunque trataba de no mostrarlo seguía tenso, sospechaba de las razones que hubieran llevado al portero a dejarlos entrar después de ese desvarío que había habido con la invitación. Que Maggie la hubiera entregado después de hacerse pasar por una mujer de vida alegre, como poco, resultaría sospechoso hasta al más discapacitado de los porteros. Sin embargo les había dejado entrar sin pero alguno.

Por eso no quería beber nada, el alcohol no era un buen aliado si tenía que defenderse y lo cierto era que no se fiaba ni siquiera para pedir agua.

Al ver el gesto de Lilou se sentó, aunque con una mueca y a regañadientes. Tenía que estar más relajado, pero con tanta tensión no se encontraba cómodo sobre el sillón en el que había puesto sus inquietas posaderas. Sólo pensaba que si el espectáculo mencionado por su compañera era demasiado desagradable perdería demasiado tiempo al levantarse.

Yo también lo espero —respondió, de forma rápida y escueta, era evidente que en ese momento Liam no iba a ser un buen conversador. No quería distraerse y las formas se las dejaba a Alistair.