Partida Rol por web

Rippers: La Tercera Mano

Episodio 1 - La Tercera Mano

Cargando editor
20/07/2018, 21:36
Clancy Donnelley

Aunque no todos estaban del todo convencidos, en parte por curiosidad -no todos los días se cruzaba uno en el camino de una Diosa- y en parte por cumplir su deber de Rippers -si el banquero tenía razón, ya había habido varias víctimas inocentes, por motivos supuestamente paranormales- subieron al carruaje que esperaba a pocos metros de la entrada del Chimera Club. En el interior les estaba esperando el señor Donnelley y la radiante sonrisa que apareció en su rostro al entrar el grupo en la cabina, eliminó cualquier duda acerca de la sinceridad de sus palabras al dirigirse a ellos.

– Gracias al cielo han sabido comprender la urgencia y seriedad de los sucesos a pesar de mi actitud nerviosa y la forma confusa de expresarme de hace unos instantes. Muchas gracias caballeros, Miladys.

Una vez hubieron tomado asiento todos, dio unos golpes a la pared del lado del conductor y el coche se puso en marcha.

– Creo que no he sido capaz siquiera de presentarme correctamente. Mi nombre es Donnelley, Clancy Donnelley, y soy banquero. Me temo que a mi historia le ha faltado todo tipo de cohesión. Déjenme aprovechar el viaje para narrarles de nuevo los sucesos.

>> Hace un año el Dr. Thomas Morrison vino a buscarme con la intención de que financiara una expedición a la India. Quería encontrar un antiguo templo y me prometió fama y fortuna cuando vendiéramos al Museo Británico los tesoros y reliquias que estaba seguro íbamos a encontrar.

El banquero sacudió la cabeza, mostrando con ese gesto su arrepentimiento de la decisión tomada, queriendo poder arreglar lo sucedido. Algo imposible ya.

– El templo estaba alejado de toda civilización y repleto de tesoros. ¡Oh, si! Ya lo creo. Artefactos únicos y valiosos. Pero la mayor de las maravillas que escondía aquel templo, el más valioso de todos los objetos que nos estaban esperando, era una mano negra momificada, al menos el doble de grande que la de un hombre adulto y adornada con joyas, anillos y brazaletes de un valor incalculable. –Las pupilas de Donnelley se abrieron de manera inequívoca. Una gran admiración, y quizás en parte algo de codicia, se reflejaba en ellas–. No se trataba de un truco. Aquella mano debía de haber pertenecido a un ser de dimensiones monstruosas.

Llegado a este punto, Clancy Donnelley suspiró antes de continuar con sus historia.

– Los indígenas que nos acompañaron en la expedición nos imploraron que dejáramos en el templo todas aquellas riquezas. Nos avisaron de la existencia de espíritus malignos que no descansarían hasta recuperar aquello que les pertenecía. Pero no quisimos creerles. No veíamos el momento de regresar a Londres y poder compartir esas maravillas con el resto de británicos para mayor gloria de la reina. Que arrogantes fuimos.

El banquero hizo una pausa, ordenando sus pensamientos antes de seguir.

– Vendimos todos los objetos que trajimos con nosotros salvo la mano. Morrison quería estudiarla más detenidamente y decidimos concederle algo de tiempo. Pasadas unas semanas nos llamó a todos para revelarnos lo que había descubierto. No pueden imaginarse la sorpresa que nos llevamos cuando nos explicó que se trataba de un miembro de la mismísima Diosa de la destrucción, de Kali en persona. Por supuesto que al principio no le creímos, pero… –Donnelley se detuvo un momento. Parecia dudar.

>> Supongo que ya me toman por loco, así que… ¿por que no contarles todo? Morrison tiene ciertos conocimientos mágicos. Si, sé que es difícil de creer, pero me han entendido bien. Magia. El caso es que, dichas las palabras adecuadas, aquella mano empezó a moverse delante nuestro. Pensé que soñaba con los ojos abiertos, pero lo vimos todos.

Al mencionar a sus compañeros Clancy Donnelley agachó la cabeza y tardó unos segundos en volver a levantarla. Las palabras salían entrecortadas.

– Todos. –Pausa para tragar– Éramos siete. Y ahora solo quedamos Morrison y yo. Todos los demás… todos… muertos.

Lágrimas asomaron a los cansados ojos del banquero. Sin poder decir nada más y en parte avergonzado por no poder ocultar sus sentimientos delante de unos desconocidos, Donnelley volvió a agachar el rostro y calló. Pero el silencio no duró mucho. Apenas un par de minutos más tarde el coche se detuvo y el banquero volvió a levantar la vista, claramente excitado.

– Ya hemos llegado. Vamos. Vamos. Quiera Dios que Morrison se encuentre bien.

Cargando editor
20/07/2018, 21:43
Narrador

Clancy Donnelley se bajó del coche y pago al cochero sin detenerse a pedir las vueltas. Salió corriendo hacia la casa de Morrison y llamó a la puerta esperando contestación. El grupo de Rippers le siguió, abandonando también del carruaje y observando los alrededores. Estaban acostumbrados a hacerse primero una idea del lugar donde se encontraban antes de dar los siguientes pasos.

Era un barrio con bloques de casas adosadas de alto estándar, de las que no podían permitirse las personas de clase media londinense. El lugar era tranquilo y, salvo algún que otro solitario coche de caballos de camino a su destino, la calle se encontraba vacía a estas horas de la noche. Nadie paseaba por las aceras de la avenida decoradas con árboles a cada pocos metros. Ninguno de ellos había estado antes allí, pero les quedo claro que se trataba del tipo de vecindario donde las miradas indiscretas venían desde detrás de las cortinas, ocultas tras la seguridad de las paredes del hogar y rara vez dispuestas a ayudar si hiciera falta. Miradas de personas que en casos así dejaban mejor hacer a la policía a la cual pagaban con sus impuestos.

– La puerta esta cerrada y nadie contesta.

La voz de Donnelley, esta vez algo angustiada, devolvió su atención a la tarea que habían venido a realizar. Si querían descubrir más información sobre aquella historia tan extraña o quizás incluso salvar una vida, si los temores del banquero eran fundados, los Rippers tendrían primero que encontrar la manera de acceder al interior de la vivienda.

– ¿Qué hacemos ahora? –concluyó el hombre con la pregunta que ellos mismos se hacían ahora,

Cargando editor
24/07/2018, 20:31
Louise "Lilou" Dufort

Aunque aún no las tenía todas consigo, Louis siguió al resto al interior del carruaje donde Donnelley ya los estaba esperando y, lo mejor de todo y lo que la joven estaba deseando oír, dispuesto a contar su historia. Lilou no pudo ocultar cierto brillo codicioso en sus ojos al escuchar hablar de las riquezas que habían encontrado aún sabiendo, podría decirse que por propia experiencia, que por lo general todo lo que se encontraba en templos perdidos y escondidos de ojos humanos solía traer problemas. Pero escuchar sobre las joyas, los objetos extraordinarios y valiosos que aquellos hombres habían conseguido sacar de la India para vender después, lograba que la joven sintiera cierta envidia pues riquiezas y dinero ero algo que ansiaba para poder mostrarles a su familia que no los necesitaba para nada.

La historia que les contó Donnelley, a pesar de que el hombre parecía avergonzado, consiguió que Lilou tuviera que disimular una sonrisa, sobre todo cuando habló de magia. Si él supiera la mitad de lo que ellos sabían... De todas formas, a pesar de las riquezas, a pesar de la inocencia con la que hablaba de magia, Louise era consciente de que lo que estaba sucediendo era un peligro muy real que podía acabar con la vida de cualquiera que pusiera sus ojos, y sobre todo su ambición, en la mano de la que hablaba. La mano de una diosa... Nada más y nada menos que la mano de una diosa de la destrucción y de la muerte. Lógico que aquel hombre estuviera aterrorizado y que, en esos momentos, se diera cuenta que la vida era mucho más valiosa que todas las riquezas del mundo, aunque según el pensamiento de Lilou las riquezas ayudaban bastante a que la vida fuera más satisfactoria.

Tranquilo, no le vamos a tomar por ningún loco porque nos hable de magia —dijo para calmar un poco la vergüenza del hombre.

Cuando por fin llegaron a su destino Louise se fijó en el barrio en el que se encontraban. Desde luego todos en aquel grupo debían ser gente de muy buena posición pues dicho barrio era bastante selecto o, por lo menos, fuera del alcance de muchos de los habitantes de Londres. No se extrañó al comprobar que nadie acudía a la llmada ni que la puerta estuviera cerrada y, ante la duda de lo que sería mejor hacer y temiendo que tanto Maggie como Liam se decidieran por tirarla abajo, con el consiguiente problema que sería que los vecinos avisaran a la policía, Lilou se acercó abriéndose paso entre sus compañeros y se acercó a la puerta para hurgar en la cerradura. Estaba desentrenada de esos menesteres pues hacía ya mucho tiempo que había dejado esa faceta que había aprendido, y practicado, en sus primeros años en el circo, así que estuvo peleándose con la cerradura durante unos minutos más de la cuenta.

- Tiradas (1)
Cargando editor
24/07/2018, 23:43
Alistair Buckley

Alistair escuchó la versión extendida de la historia de Donelly con semblante serio y genuino interés.

Templos perdidos, tesoros antiguos, una diosa de la destrucción y… ¡magia!

Cuando Donelly mencionó que Morrison tenía “ciertos conocimientos mágicos” una amplia y boba sonrisa se dibujó en el rostro del profesor. Ahora sí que había captado su interés.

A pesar de las transgresiones que Donelly y sus compañeros habían cometido contra aquella diosa, Alistair no pudo evitar empatizar con el banquero. Sintió lástima, por el destino de sus amigos. Él, en su pasado, había actuado de la misma forma. Había explorado templos y tumbas antiguas, había destapado secretos que quizá deberían haber seguido enterrados.

También había pagado el precio…

- Comprendemos la situación por la que está pasando, Donelly. Le creemos, de hecho - dijo, uniéndose al intento de Lilou por tranquilizar al banquero -. Como le he dicho antes, somos individuos singulares. Hemos lidiado ya con este tipo de problemas, y lo haremos de nuevo - aseguró.

Tras aquella conversación, Alistair se sumió en un absoluto silencio. Dejó que su mirada se perdiese en el exterior del carruaje. Se le veía distraído, incluso pensativo.

Por eso, una vez llegaron a su destino, Alistair dio un respingo.

- Oh, ¿hemos llegado ya?

Tras carraspear levemente, el profesor bajó del carruaje junto a los demás y observó el barrio en el que se encontraban.

- Un buen lugar - comentó mientras paseaba su mirada por las fachadas de las casas adosadas.

Al parecer, Morrison no se encontraba en casa. A Alistair no le extrañaba, pues se suponía que se había chocado con él cuando iba corriendo hacia la estación de trenes, seguramente buscando huir de Londres.

- ¿Y cómo entramos sin armar alboroto? - se preguntó en voz alta mientras se llevaba una mano a la barbilla.

Lilou, rauda, se adelantó con una propuesta práctica y sigilosa.

- Fantástico - exclamó, aunque en un tono más bajo, mientras se acercaba a su compañera para ver cómo trabajaba -. Es la manera más eficiente de entrar - se justificó ante Donelly mientras esbozaba una media sonrisa y se encogía de hombros.

Cargando editor
25/07/2018, 20:07
Maggie Wilson

Maggie subió al carruaje con todos los demás y escuchó la historia en silencio. Había llegado un momento en el que, a la mujer, lo que más le sorprendía no eran las historias sobre templos abandonados o magia. No, lo que más llamó su atención es que el hombre fuese banquero

"¿Qué se le ha perdido a un banquero en una aventura de este tipo?" Y es que la vaquera asociaba la idea de banquero con lo que hasta ahora había conocido, un tipo orondo que amasaba fortunas. "Definitivamente estos ingleses son muy raros"

Maggie no osaba abrir la boca. Había aprendido mucho con los Rippers pero no lo suficiente como para entender quién era Kali, así que tuvo que esperar hasta que Donnelley avanzó en su explicación para saber que era algún tipo de ser sobrenatural de lo "malos".

Mientras Louise y Alistair le aseguraban al hombre que le creían, Maggie se limitó a asentir con la cabeza sin más.

-A veces, cuando en una banda de siete sólo quedan 2, resulta que el culpable es uno de ellos y al otro le queda poco tiempo de vida. Por desgracia, en los casos que solemos encontrar nosotros, la explicación nunca es tan sencilla-

Llegaron a su destino sin incidentes y, cuando bajaron del coche, Maggie miró con fastidio alrededor. "Un barrio de ricos" En estos sitios ya sabía que no podía moverse a sus anchas, así que dejó que Louise hiciera lo que podía cuando vieron que nadie respondía a la puerta.

Cargando editor
26/07/2018, 18:14
Liam Ajax

Liam podía entender los nervios de Donnelley habiendo pasado casi por la misma situación, incluso la creencia de que los Rippers lo tomarían por un loco. Aunque nunca había escuchado nada parecido a lo que él les describía estaba seguro de que no mentía, nadie podía inventarse algo tan exrtravagante ni aunque estuviera realmente mal de la cabeza. No obstante el tema de diosas malvadas no era su punto fuerte.

No queriendo agobiar a Donnelley dejó que fueran sus compañeros quienes asegurasen que le creían, él simplemente lo confirmó asintiendo con la cabeza a las palabras de Lilou.

Además sbía que Alistair sería quien mejor comprendería a ese hombre, la curiosidad de su compañero rozaba muchas veces la irresponsabilidad y parecían tener eso en común. Seguramente lograra empatizar con el trastornado banquero, o así se había definido, y dejó la conversación en sus manos como solía hacer de costumbre por un motivo u otro.

Se rascó la picadura de la serpiente, más por entretenerse que porque le picara, mientras el carruaje avanzaba pensando en la historia de Donnelley y, aunque no dudando de ella o lo sucedido, sí de que en verdad fuera la mano de una especie de diosa. Tal vez fuera cualquier otra cosa, criatura o monstruo, una maldición... Lo que fuera, pero no podía ser una diosa...

Cuando por fin llegaron a su destino fue cuando dejó de rascarse y, sabiendo que sería mala idea echar la puerta abajo, dejó a Lilou usar su destreza.

¿Puedes...? —preguntó, no dudando de ella, pero sí algo nervioso.

Cargando editor
26/07/2018, 23:18
Narrador

Mientras Lilou trataba de abrir la cerradura con una horquilla que había sacado de su peinado, los demás se colocaron alrededor de la menuda mujer, curiosos por saber si lograría salirse con la suya y romper la seguridad del dispositivo y a la vez protegiéndola con sus cuerpos para tratar de no llamar demasiado la atención.

Empezaban a ponerse algo nerviosos, cuando un clic y la sonrisa radiante en la cara de Louise les dejo claro, que había tenido éxito. La puerta estaba abierta y no suponía más barrera para el grupo.

Entraron en la casa de Morrison y se encontraron en un vestíbulo que daba al frente a un largo pasillo, en el que se abrían cuatro puertas, dos en cada lateral. Candelabros apagados adornaban las paredes de papel pintado en suaves tonos crema. La antesala era más ancha que la galería y, además de a esta, daba acceso a una puerta a su izquierda y a otra a su derecha. Entre esta última y el pasillo, unas escaleras cubiertas con la misma alfombra roja que dominaba el vestíbulo subían al piso de arriba. La sala donde se encontraban no tenía ventanas. La tenue luz que les permitía distinguir esos detalles provenía de la lámpara de araña que colgaba del elevado techo del vestíbulo.

Estaban haciéndose una idea de la distribución de la casa y de cuales serían sus siguientes pasos, cuando Donnelley entró en el vestíbulo y, posiblemente animado por encontrarse con luz artificial, empezó a llamar a su amigo por su nombre.

– ¿Señor Morrison? ¡Señor Morrison! ¿Se encuentra bien?

La voz del banquero pareció retumbar en las paredes de la casa, como si estas, molestas, quisieran responder al estruendo que las había privado de la quietud que reinaba en aquel hogar.

No hubo más respuesta.

- Tiradas (4)
Cargando editor
29/07/2018, 19:12
Maggie Wilson

-¡Bien hecho!- felicitó Maggie a Louise cuando esta consiguió abrir la puerta. A la vaquera, que era más de tirar cosas, le sorprendía siempre la fina habilidad de su compañera para adentrarse en los sitios. A ella nunca se le había ocurrido que podía adentrarse en un lugar sin forzar el acceso y cuando, hace ya tiempo, descubrió las habilidades de su nueva compañera, se asombró ante esa posibilidad.

Maggie entró despacio, dentro del grupo. No iba a pasar la primera por que no sabía a dónde se dirigían ni lo que estaban buscando.

La casa era grande y lujosa, tal y como esperaban cuando la vieron desde fuera. Pero estaba en silencio y sin luces a excepción de la araña del techo.

Instintivamente, la mano de Maggie buscó su arma. Mientras Donnelley llamaba a voces a su amigo, Maggie susurró

-No me gusta esto. ¿Por qué está la araña encendida?- Ella no sabía mucho de casas buenas y caras pero ¿lo lógico no sería que si tenían encendida la grande estuviera encendido todo? o al revés, si los criados no estaban ¿quién había encendido la del techo? -¿Por qué no ha salido una criada o un mayordomo? Este sitio seguro que los tiene...-

Cargando editor
01/08/2018, 18:41
Alistair Buckley

Cuando Lilou logró abrir la puerta Alistair tuvo que contener un gritito de excitación. Se moría de ganas de ver aquella "Mano" y todos los jugosos e interesantes libros y documentos que Morrison debía de tener en su despacho personal.

Entró en la casa junto al resto del grupo, con excitación y cautela, si es que ambas no eran excluyentes. 

Le sorprendió el hecho de encontrar la lámpara de araña encendida. ¿No se había ido Morrison de la ciudad? ¿Había alguien en la casa, entonces?

Si era así, ¿por qué no respondía nadie a los gritos de Donelly? 

- Señor Donelly, si Morrison estuviese en su casa, ¿en qué lugar estaría? Quizá deberíamos explorar un poco el lugar, viendo que nadie responde.

A pesar del posible peligro, Alistair no desenfundó su pistola. Aunque en una mano llevaba su fiel bastón.

Notas de juego

Alistair irá a dónde le diga Clancy que estaría normalmente Morrison, aunque espera y desea que ese sitio sea su despacho/estudio. 

Cargando editor
05/08/2018, 16:48
Louise "Lilou" Dufort

Por lo general, Lilou se sentía en inferioridad de condiciones frente a sus compañeros ya que ella no poseía la fuerza o la destreza con las armas de Liam o Maggie, y no tenía la inteligencia y cultura de Alistair. Por eso, en momentos como aquel en las que sus escasas habilidades eran de utilidad, se sentía bien consigo misma sabiéndose útil para el equipo y, a pesar de los temores iniciales de no ser capaz de abrir aquella puerta, una enorme sonrisa de satisfacción apareció en su cara cuando escuchó el más que conocido click.

Sin embargo esa sonrisa pronto fue sustituida por un gesto de seriedad cuando, una vez entraron en la casa, pudieron comprobar que allí no parecía haber nadie, ni siquiera alguien del servicio doméstico sin el cual un hombre rico no sabría vivir, pero en cambio sí parecían haber dejado luz encendida, más concretamente la de la araña principal lo que hacía todo aquel asunto de lo más extraño.

Me resulta raro que un hombre de la posición de Morrison no tenga a nadie a su servicio... Quizás fuera su día de descanso —no sabía muy bien porqué pero Louise era incapaz de elevar la voz—. Entonces ¿quién ha dejado la luz encendida? ¿El propio Morrison? La verdad es que cuando le vimos iba demasiado nervioso así que tampoco me extrañaría que ni se hubiera dado cuenta de la luz mientras... escapaba —la última palabra la añadió con un poco de tensión en la voz porque era consciente del pánico que parecía envolver a los integrantes vivos de la expedición—. Pero aquí parados no vamos a descubrir nada, así que como dice Alistair, vayamos a explorar—se atrevió a decir en un tono de voz más normal.

Cargando editor
05/08/2018, 19:46
Liam Ajax

Al entrar en la casa Liam tomó el ejemplo de Maggie y preparó su arma de fuego, el único problema era que sin saber a qué se podía enfrentar no sabía con qué debía cargarla. Cierto que Donnelley había hablado de una diosa pero, ¿con qué se mataba eso? Más aún, ¿acaso era posible matar a una divinidad?

El Ripper contuvo un gruñido de frustración al no saber qué debía hacer, la luz encendida y la casa vacía lo tenían tan en tensión como al resto del grupo, cuando en circunstancias normales no sería una situación tan extraña, ¿quién no podía tener un despiste de vez en cuando? Pero esa no era una situación normal y Lilou tenía razón, alguien como Morrison debía tener servicio y la sirtuación no auguraba nada bueno.

Será lo mejor, aunque no parece que haya nadie —dijo él también, mostrándose conforme con las palabras de sus compañeros.

Ahorró mencionar la idea de que, si había alguien en la casa, lo más probable es que estuviera muerto fuera quien fuera, o algo peor. Bastante nervioso estaba su nuevo acompañante como para mencionar en voz alta que lo más probable es que hubiera sucedido lo que parecía estar temiendo desde el principio.

Cargando editor
21/08/2018, 20:54
Clancy Donnelley

Donnelley dejo de llamar a gritos a su compañero de aventuras en cuanto los Rippers se dirigieron a él, llamando su atención. Ver las luces encendidas le había dado motivos de esperanza para encontrar a Morrison en buen estado. Sin embargo, no fue necesario más que un rápido vistazo al grupo que le acompañaba, para comprender que posiblemente se había precipitado en su juicio inicial.

Tanto Maggie como Liam no habían tardado en sacar el arma y los cuerpos de los cuatro Rippers estaban visiblemente en tensión, como si esperarán encontrarse en cualquier momento con problemas. Algo que formaba parte de la experiencia que habían hecho desde que se habían juntado al grupo de cazadores de monstruos al que pertenecían.

La primera de las dudas que asalto al grupo, acerca de la falta de servicio, pudo ser aclarada fácilmente por el banquero.

– ¡Oh! Aunque el señor Morrison dispone de una buena posición social, acompañada de cierto poder financiero, no tiene a su cargo un personal de servicio a jornada continua. Una vez acabadas las tareas y el cuidado del hogar, al caer la noche, se van a sus respectivas casas.

Pero el resto de comentarios de los Rippers hicieron comprender a Donnelley la verdadera razón del porque de sus preguntas. Ahora que el banquero había dejado de gritar el nombre de su amigo, pudo darse cuenta de que la casa estaba en el más absoluto silencio y, sin embargo, la luz de la lámpara que colgaba del recibidor daba a entender que no se encontraban solos.

Donnelley les miró uno a uno con expresión cada vez más preocupada al ver la seriedad reflejada en las miradas de los Rippers. Luego bajo la voz para contestar a la pregunta de Alistair.

– Las pocas veces que he visitado a Morrison nos recibió en su biblioteca. Se encuentra en el piso de arriba. Subiendo esas escaleras. –dijo señalando con la mano las escalinatas que quedaban a su derecha–. ¿Qué deberíamos hacer?

Unas gotas de sudor adornaban la frente del banquero y brillaban reflejando la tibia luz de la lámpara.

Cargando editor
21/08/2018, 20:57
Narrador

Mientras miraban a su alrededor, tratando de hacerse una idea de la distribución de la casa de Morrison, preguntándose lo que podía estar sucediendo allí y pensando por donde sería mejor empezar, Lilou creyó escuchar un sonido. Había sido muy corto y apagado, y gracias a los gritos del señor Donnelley, la mujer dudaba si su imaginación y la tensión del momento no le habrían gastado una mala pasada. Pero si estaba en lo cierto, en la primera habitación que quedaba a su izquierda se había movido algo.

Cargando editor
21/08/2018, 20:58
Narrador

El joven académico estaba excitado ante la situación que se le presentaba. Si el banquero Donnelley estaba en lo cierto, se estarían enfrentando a un ser paranormal tan antiguo como la humanidad, el mundo en que vivían o incluso el propio universo. Existía además la posibilidad de entrar en contacto con poderes arcanos desconocidos y quizás hasta de aprender nuevos hechizos. Por otro lado Alistair tenía bien claro el riesgo que corrían y el peligro al que podía estar enfrentandose.

Así, mientras Clancy Donnelley no había parado de llamar a gritos a su amigo Morris, el noble inglés creyó escuchar un ruido que provenía de la planta de arriba. Pero había sido tan ligero y tan corto que no podía estar seguro de si la excitación del momento no le habría jugado una mala pasada.

¿Podría ser cierto? ¿Podrían no estar solos? ¿O la mezcla de cansancio y emoción le había hecho experimentar una especie de fatamorgana acústica?

Cargando editor
23/08/2018, 19:58
Louise "Lilou" Dufort

La explicación del señor Donnelley aclaraba una de las incógnitas sobre lo vacía que se encontraba la casa. Por lo visto, su dueño no era muy dado a tener sirvientes que vivieran con él por ese motivo no había ni mayordomo, ni ama de llaves, ni doncella que hubiera salido asustada a ver qué estaba pasando. Pero por el contrario, la luz que había quedado encendida indicaba que alguien estaba o había estado recientemente en la casa, aunque la idea de que Morrison la hubiera dejado encendida al escapar de lo que fuera que estuviera huyendo aún era factible.

Mientras el resto escuchaba las palabras de Donnelley indicando que solía reunirse con el dueño de la casa en su biblioteca, Louise estaba atenta a otro tipo de sonidos que su oído captó, o que por lo menos ella creyó escuchar por debajo de la voz del asustado hombre. Sin saber muy bien si sólo había sido su imaginación, producto de la tensión en la que estaba o porque de verdad aquel sonido era real, Lilou se movió sigilosamente en dirección a la puerta que daba a la primera habitación que se encontraba a su izquierda antes de hacer un gesto con la mano a sus compañeros para que callaran.

Me parece que alguien... o algo se ha movido ahí dentro —susurró a la vez que señalaba hacia la puerta.

Cargando editor
24/08/2018, 15:57
Maggie Wilson

Maggie estaba asombrada ante la explicación que les dió Donnelley por la ausencia de criados. Todos los días, a casi todas las horas, aprendía algo sobre las costumbres de la gente educada y con dinero. Y, casi siempre eran cosas que no entendía "¿Por qué alguien que puede pagarlos, no tiene empleados en casa todo el día?" 

Encongiéndose de hombros ante otros de esos misterios de la gente de buen nivel, Maggie lo apartó de su pensamiento y se centró en la tarea que tenían por delante. La vaquera estaba ya arrancando el paso para subir hacia la biblioteca cuando escuchó el comentario de Louise. Llevaban ya algún tiempo juntos los cuatro y había aprendido a valorar sus impulsos.

Con un gesto cómplice a su compañera, Maggie apuntó con la cabeza hacia la puerta que Lilou había indicado. Su expresión era una clara pregunta mímica que decía "¿Quieres que entre?", solo pendiente de un gesto de su compañera ripper para cambiar sus pasos y dirigirse a aquel cuarto en lugar de a la biblioteca.

Cargando editor
03/09/2018, 21:56
Alistair Buckley

Respecto al misterio de los sirvientes, la explicación de Donelly fue de lo más esclarecedora. Supuestamente, aquella casa debía de estar vacía en aquel momento. Al menos si asumían que la persona con la que se habían topado aquella mañana era el propio Morrison. En todo caso, la luz encendida podía ser un simple despiste. O podía significar que no se encontraban solos. Aquella posibilidad, por si sola, era ciertamente alarmante.

Pero cuando Alistair escuchó la palabra “biblioteca” sus niveles de curiosidad y excitación se elevaron hasta el máximo. Se disponía a echar a correr, perdiendo todo tipo de decoro y precaución típicas de un hombre de su profesión - la de Ripper -, cuando algo lo detuvo.

Fue el rápido movimiento de Lilou, dirigiéndose hacia una de las puertas de aquella planta. Parecía que había escuchado a algo o a alguien al otro lado.

Alistair, por otro lado, se sentía algo inquieto respecto a lo que debían encontrar arriba. En medio de aquel mar de excitación, cuando sus sentidos estaban completa y absolutamente fijados en la planta superior, le había parecido escuchar algo.

Alzó una mano rápidamente para captar la atención del grupo, mientras agarraba fuertemente su bastón con la otra.

- Me ha parecido escuchar algo arriba - dijo muy seriamente, perdiendo por completo la tonta expresión sonriente que había exhibido momentos antes -. Es posible que no estemos solos - declaró mientras miraba a Lilou y asentía -. Si alguien más ha venido es posible que esté buscando a Morrison, o su investigación - aventuró mientras dirigía de nuevo la mirada hacia la escalera -. No podemos dejar que esta información se pierda. Separémonos - sugirió, aunque sonó más bien como una orden.

Dada su ansia por conocer lo que había en la biblioteca, y aventado aún más por la posibilidad de que alguien estuviese buscando lo mismo que ellos, Alistair se dirigió hacia la escalera.

Cargando editor
21/09/2018, 01:10
Liam Ajax
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada de Conocimiento (Oculto) para ver que puede saber Liam sobre seres que tengan manos tan desproporcionadas como aquella "Tercera Mano" de la diosa Kali. A ver si tenemos suerte y sacamos un aumento...

Después de la tirada: Pues es un éxito normalito que no está mal. A ver que saca en claro Liam de esto. En su defecto cargo balas normales.

Cargando editor
21/09/2018, 22:54
Narrador

Liam había estado tenso desde el primer momento en que puso un pie en aquella casa. Aquella era una postura que se había convertido casi en algo instintivo en el joven Ripper, una postura que le había salvado la vida en más de una ocasión.

Y ahora que sus compañeros les llamaban su atención, avisándoles de unos sonidos que habían creído escuchar, Liam empezó a prepararse mentalmente para una posible lucha. Pero, si el banquero tenía razón y se acababan enfrentando a una Diosa, ¿qué es lo que podían hacer ellos contra un ser divino?

Liam se había tomado su tiempo para ganar conocimientos acerca las criaturas de la noche contra las que se enfrentaban, sobre todo los vampiros eran seres que le fascinaban, más que nada por la amenaza personal que suponían, mas nunca creyó posible que fuera a cruzarse en el camino de una Diosa. ¿Podría herirla con plata? No lo creía. ¿Quizás con hierro frio? En algún sitio había leído que eran útiles contra criaturas demoniacas y por eso llevaba consigo una caja de esta munición. Pero no tenía claro si se podía comparar un demonio con una divinidad.

Esta cadena de pensamientos le llevó a creer que, si realmente se iban a encontrar con la mismísima Kali, no tendrían el poder ni los medios suficientes para matarla, pero esperaba poder herirla y ganar así tiempo para rescatar a inocentes, o incluso hacerla retornar al lugar del que no debía haber salido. Si no tenía ninguna seguridad acerca de la munición que usar, decidió que las balas de plomo serían lo mejor. Las pistolas estaban construidas para usarse con este tipo de material y prefería no correr el riesgo de fallar un disparo en medio del fragor de la batalla, porque su arma se encasquillara cuando menos lo necesitaba.

Cargando editor
22/09/2018, 22:40
Liam Ajax

Liam, abstraído en sus pensamientos sopesaba las posibilidades de toparse con algo muy por encima de sus posibilidades. Teniendo claro que contra una divinidad nada podrían hacer, tomó con un movimiento cientos de veces repetido, seis balas de plomo de la caja de munición y las cargó en el tambor de su revólver sin siquiera tener que mirar. Sus ojos estaban más ocupados en intentar ver más allá de la penumbra que había en lo alto de las escaleras, pero no vio nada.

De nuevo su mirada tomó otro rumbo y se posó sobre la de su compañero, el profesor. - Gracias al Sr. Donnelley quien quiera que haya allí arriba sabe que tiene visita. Con suerte no sabrán quienes le acompañan ni de que somos capaces. - susurró el Ripper cerrando el tambor una vez lleno y echando el percutor hacia atrás hasta hacer un característico clic.

Su mirada era de rencor. Si esos hindúes volvían a cruzarse en su camino no les iba a dar la oportunidad de pedir clemencia. Se iban a llevar un tiro como pago por el maravilloso regalo, en forma de cobra venenosa, que había recibido. - Tengo una cuenta que saldar Alistair, así que yo disparo y tu haces las preguntas.

Dicho esto y sin preguntar a nadie que iba a hacer o no, subió el primer peldaño movido por una energía que en alguna ocasión sus compañeros habían podido ver que enturbiaba su juicio. 

Notas de juego

*Por si no he sido muy claro, Liam es movido por su desventaja (menor) Vengativo.