Partida Rol por web

La casa está tranquila desde hace un par de semanas. Jugáis como siempre en el jardín, imaginando mil aventuras que os hacen reír, asustaros, correr de la emoción y disfrutar de la tarde. Sois hermanas, y además gemelas. Dicen que los gemelos son capaces de leerse el pensamiento, de sentir lo mismo que su otro hermano. Normalmente, cuando una enferma, la otra también lo hace. Pero es normal, pasáis todo el día juntas, así que no es difícil que si una se pone malita, la otra la siga después.

Aunque el hecho de ser gemelas no significa que os parezcáis en todo. Tenéis vuestras diferencias:

La creativa, escurridiza y asustona Amanda, a pesar de ser "la mayor" de las dos, es más bajita que su hermana por solo unos centímetros, lo que hace que a la hora de intentar pillarla, puede escabullirse por cualquier rincón. Pero también, lo que le falta de altura, lo tiene de inteligencia. La muy pilla siempre sabe como salirse de todos los problemas con astucia, y muchas veces es capaz de hacer que su hermano mayor, Elliot, se cargue con las culpas. 

Luego, está Estelle, "la pequeña", que es las más grande de las dos, es puro nervio y al igual que su hermana, es creativa. Pero en cuanto a su actitud... mientras que Amanda es tranquila, Estelle es caprichosa e irascible y nunca se piensa las cosas dos veces antes de hacerlas. Por eso, Amanda tiene que buscar mil excusas para evitar que la castiguen y poder seguir jugando.

Hace dos semanas que vuestros padres se marcharon a un viaje de negocios. Regresásteis del colegio y Elliot os explicó que se fueron, pero que en dos semanas estarían aquí. Ya falta poco para que regresen y estáis muy contentas, posiblemente mañana o pasado podáis volver a estar con ellos y explicarles vuestro miedo.

Desde que se fueron, se escuchan risas que provienen desde el sótano, y cada vez eran más estridentes. Vuestro hermano no os cree, esas risas se quieren burlar de vosotras. Afortunadamente, hace dos días que no las escucháis, por lo que pensáis que se han ido por fin esos duendecillos, o esos fantasmas, ¿quién sabe?

Estáis jugando, Estelle nunca suelta su osito Luka, por lo que los tres estáis jugando a un divertido coro de la patata.

¿Qué haréis hoy, pequeñas?

-Al cooorro de la pataaaaaataaa comeremos ensalaaaaaaaada, lo que coooomen los señoooores, naranjiiiitaas y  limoooooneees...-canturreo mientras doy vueltas y vueltas, cogida de la mano de Amanda y de Luka.

Estamos jugando en el jardín y hace un día genial. Tengo ganas de jugar toooooda la tarde.

Cuando terminamos el corro me río y me siento en el césped, con Luka encima.

-¿Ahora qué, ahora qué?-pregunto emocionada.

Después de tantas vueltas, estoy mareada. Todo me da vueltas, todo... Uh, de pronto estoy en el suelo. Creo que me he caído, pero no importa. El cielo es azul y todo es perfecto

- ¡Vamos a buscarle forma a las nubes! - propongo, aunque siempre era muy difícil

Me río y gateo un poco mareada hasta estar al lado de mi hermana. Me tumbo bocarriba en el césped y extiendo brazos y piernas.

-¡Vale!-¡Qué divertido! Buscar forma a las nubes era algo más difícil, pero seguro que veíamos alguna, ¡solo había que imaginar!

Me concentro mirando al cielo y cuando veo una graaaaaaaaaan nube esponjosa y redondita, la señalo y digo:

-¡Esa parece algodón de azúcar! Qué rico...-digo y atraigo a Luka hacia mi.

- ¿Otra vez tienes hambre? ¡Pero si hemos comido hace nada! - le digo, cuando ella habla del algodón de azúcar - A lo mejor podemos coger algo de comida sin que nadie se entere - hablar de eso me había dado hambre, y seguro que Estelle dice que sí.

Le gusta comer casi tanto como a mí

-Mmm... Vale.-respondo con una sonrisa traviesa-¡Vamos a coger chocolate!

Me levanto de un brinco, pero al hacerlo tan rápido me mareo un poco y extiendo los brazos para mantener el equilibrio y no caerme.

-Uuuuy...-digo cuando me quedo de pie sin peligro de caída y me río-¡Vamos, vamos!

Entráis a vuestra casa. Como siempre, la puerta está abierta cuando salís a jugar al jardín, ya que las casas están separadas entre sí y los vecinos son de vuestra confianza. Incluso cuando os habéis dejado alguna vez la puerta abierta tras jugar, algún vecino os ha avisado de que teníais la puerta abierta.

Vuestro hogar es acogedor, eso no es sinónimo de pequeño. Al entrar, hay un recibidor que es un largo pasillo, y justo en frente están las escaleras para la planta de arriba. Al final del todo hay una pequeña puerta que conduce a otra escalera hacia abajo que lleva hasta el sótano, un lugar pequeño, oscuro y húmedo donde guardáis las cosas que ya no necesitáis.

A la derecha, está el salón, enorme y bien decorado. Y a la izquierda la cocina y un cuarto de baño. En la planta de arriba están las habitaciones.

Entráis a la casa, y en la cocina veis de espalda a vuestro hermano mayor preparando el almuerzo. Acabáis de desayunar hace un rato, y sabéis que hasta el almuerzo no debéis comer nada, porque si no después no os acabáis la comida. Pero él aún no os a visto, quizá podéis coger algo para picar.

Me asomo al borde de la puerta. Sin querer, tengo la lengua fuera. Estoy concentrada, tenemos que llegar al cajón de las galletas o a la nevera para coger algo. A lo mejor Elliot se iba a buscar algo a la despensa, o al baño, o se cansaba de hacer la comida.

Miro a Estelle, que está detrás mía. Le hago señas para decirle que Elliot está allí. Tal vez a ella se le ocurra algo

Jum.... un plan... hay que pensar un plan... Pensar...

Me quedo pensativa, rascándome la barbilla, como hace papá cuando piensa, solo que él tiene barba y yo no. ¡Ya tenía una idea! ¡Esa posición funcionaba!

Tiro de Amanda hacia mi para planear de cuclillas.

-Una de nosotras podría subir arriba y llamar a Elliot mientras la otra coge la caja de galletas, ¿qué te parece?-propongo orgullosa de mi misma. Qué lista soy.

Miro hacia otro lado, pensando en si puede funcionar. Arrugo la boca, no sabía si podía funcionar. Miro hacia las escaleras, sin querer ser la que suba. Podría escabullirme en la cocina sin que nadie se enterasa

- Vale, y arriba ¿qué le decimos? Porque algo hay que decirle, porque no podemos hacer que suba ¡y después no decirle nada! - digo, hablando sin parar

-¡Es verdad!-digo cayendo en la cuenta de lo que decía Amanda era verdad. Me quedo pensativa unos momentos más.-¡Ya sé! Podemos pedirle que coja un libro de una estantería a la que nosotras no lleguemos, así él tendría que cogerlo porque es más alto que nosotros.-termino con una sonrisa astuta y traviesa.

- ¡Vale! - digo, y después miro a ver si todavía está haciendo cosas en la cocina, y después giro otra vez hacia ella - Pero... ¿quién va a subir a por que le baje el libro? ¿Lo echamos a suertes?

Hincho el pecho con orgullo y digo:

-No te preocupes... Iré yo arriba, tu eres más chiquita y puedes cogerlas más rápido.-asiento con los brazos cruzados sobre el pecho.-Cuando tengas las galletas, avísame silbando la canción de "Doraemon"*, ¿Vale?

Comienzo a corretear y subo las escaleras brincando.

-Vamos, Luka, ¡tenemos que ser unos grandes agentes secretos!-le digo a mi osito.

- Vale - levanto el pulgar, aunque no me guste mucho Doraemon

Estelle se va a subir con su osito de peluche. Yo me voy a esperar al salón, para hacer como que juego y entonces coger las galletas cuando Elliot no esté. Aunque me pongo para ver cuando Elliot sale de la cocina, y ser un agente secreto para coger las galletas y ser la heroína

Finalmente os separáis. En la cocina aún hay movimiento, os parece creer que en algún momento ha cesado, pero no estáis del todo seguras. Estabais concentradísimas creando vuestro gran plan para conseguir vuestro tesoro. Sentís que sois piratas, ¡o mejor! espías.

Estelle sube las escaleras y Amanda se queda jugando en el salón a un juego que ni siquiera ella misma sabe en qué consiste. 

Ahora estáis separadas, pero no será por demasiado tiempo. Estelle ha llegado a la planta de arriba, en la cuál está el despacho de papá, pero... ¿qué libro te interesa coger en un lugar como ese?

Cuando llego al despacho de papá me quedo mirando el montón de libros que hay...¿Cuál puedo coger? La mayoría no tienen dibujos... y parecen tan aburridos...

Me quedo un rato pensando qué escoger, hasta que veo arriba del todo un libro con fotos de animalitos, ¡ese me gusta más! Me acerco al marco de la puerta, cojo aire y grito:

-¡¡EEEEEEEEEELLIOOOOOOOOOOOOT!!¿¿PUEEEEDEEES VEEEENIIIIIR??-hum... creo que he gritado demasiado, bueno, no importa, así me escucha mejor.

Amanda escucha movimiento y pasos saliendo de la cocina. Puede ver como sale de la cocina, y como el salón está en frente, se la queda mirando un momento con el ceño fruncido, dudando. Luego sonríe y mira hacia arriba, comprende que no fue Amanda quién lo llamó, sino su hermana Estelle. 

Sube las escaleras, y Estelle entonces ya consigue escuchar como se acerca hasta la habitación. 

Ya arriba, Elliot llega hasta el despacho y te ve dentro. Se queda un momento extrañado, ¿qué querrá la pequeña Estelle?

-¿Qué quieres?-La voz de Elliot siempre fue tranquila y suave, apenas se le oye en casa, hable o calle. Mira a Estelle serio, con suspicacia. 

Está sola en la planta de abajo, no escuchas lo que ocurre en la planta de arriba ya que, tu hermano, siempre ha sido una persona tranquila, apenas se le escucha haga lo que haga.

Tienes el tiempo justo como para ir a la cocina y coger las galletas, ¿podrás conseguirlo?

Rápido, voy a la cocina. Las busco en el lugar donde siempre las guardan*. Cojo una silla y me pongo a buscar en los cajones, en las puertecitas de los armarios. Rápido, antes de que venga. Y otra vez tengo la lengua fuera, estoy muy concentrada, ¡voy a conseguirlo!