Partida Rol por web

- ¡Eres una pedazo de plasta! - gruñe el niño con infinita rabia infantil cuando los compañeros de Lily ya han sobrepasado al golem y se han marchado hacia la siguiente planta. Está claramente disgustado por lo que ha ocurrido, pero por suerte muestra algo de madurez y respira lentamente antes de volver a hablar. Cuando lo hace, parece un poco más calmado. - Pero da igual, me da lo mismo. Puedo ganarte a ti y después ir a por tus compañeros.

Con un gesto de su mano en dirección al golem resquebrajado, el niño consigue que las piedras y la tierra originarias del golem y que han acabado en el suelo después de la explosión se conviertan en polvo negro, el cual vuela lentamente hacia su brazo, envolviéndolo con delicadeza. También hace otro gesto en dirección al golem, y algunas partes de éste se convierten otra vez en polvo negro y se reagrupan, reformando el aspecto del golem y tomando el lugar de las piezas que se le habían caído al suelo. El resultado es un nuevo golem, más pequeño que antes pero más o menos con el mismo aspecto.

- A ver cómo lo haces para vencer a mi golem. Porque supongo que ya te habrás dado cuenta, - dice, encogiéndose de hombros con una sonrisa bastante creída. - pero puedo regenerarlo cuando me da la gana.

Lily podía ser inocente con muchas cosas, pero tonta no era había visto como antes, al regenerarse el golem, este reducía el tamaño del miembro que reponía. ¿Quería decir aquello que sería una guerra de desgaste? Lo primero que hizo fue observar bien el estado del golem, ¿Se había hecho más chiquitito, más delgado, algo que delatase su teoría? Sí, había sucedido. Quizá era más sutil de lo que querría el cambio, pero suficientemente notorio como para entenderlo. 

Ahora que sabía que la bomba era más débil y con ello, podría no hacerse daño si se ponía a una distancia prudencial, usando las escaleras como zona (ya que el golem sigue taponando la entrada)  Bajó todo lo que pudo, manteniendo la vista fija en su objetivo y volvió a crear una bomba. Si el niño entendía que volvería a usar la misma técnica, posiblemente reuniera todas las energías en cubrirse de ello obviando el resto. 

Una vez abajo, crearía una bomba algo más pequeñita de tamaño la cual esta vez, se encontraba rodeada de cápsulas pequeñitas que contenían semillas de orquídea, una de las semillas más pequeñas del mundo (aunque no las más pequeñas, pero el conocimiento de Lily no llegaba más lejos)

Con suerte, lo que había hecho provocaría que con la explosión, dichas semillas quedaran esparcidas y, aunque muchas se calcinarían, al ser una explosión más débil esperaba poder salvar las suficientes como para que estas se pudieran pegar a algunas superficies e incluso a la ropa, pelo y ojalá, con mucha mucha más suerte, a la cara del niño pero eso ya era pedir demasiado. Sabía que necesitaría unos cuantos intentos para que ello sucediera. 

-¡Tu golem es genial, y tú también! Solo que estás del lado de los que quieren encerrar a nuestra amiga. ¡Así que no me portaré bien con vosotros! Dijo antes de lanzar dicha bomba hacia el golem, aunque, concretamente, intentó que la bomba cayera cerca del hombro donde el niño se sentaba.

- ¡Me da igual! - replica el niño, señalando a su rival. - ¡Golem, atácala sin piedad!

Y efectivamente, al recibir la orden de su maestro el golem se lanza al ataque sin pensárselo dos veces. Aunque tampoco es que los golems piensen demasiado, claro. El caso es que Lily lanza su cristal mágico falso hacia el golem, confiando en que su magia haya sido lo bastante precisa como para crear esas semillas que ella espera que existan dentro, y éste alcanza a la criatura de piedra mientras ésta corre hacia ella.

El cristal explota con el impacto, pero es una explosión bastante pequeña debido a lo inestable que es el cristal en realidad. En cuanto a las semillas... Lily no tiene muy claro si realmente se han quemado, se han esparcido o si siquiera existen. Lo que está claro es que el golem está ahora cerca de ella, y éste lanza un fuerte puñetazo en su dirección mientras su amo, el niño, se dirige también hacia su enemiga.

Éste hace flotar mágicamente las partículas de algo parecido a la ceniza que se habían ido a envolver su brazo, y de un momento a otro éstas se juntan y se convierten en una espada. Con un grito de batalla, el chico levanta la espada por encima de su cabeza y ataca con fuerza a Lily... pero el filo del arma acaba chocando contra su golem, el cual acaba de asestarle el puñetazo a la niña rubia.

Así que Lily recibe un golpe del golem, pero se ha librado del espadazo del niño, quien chasquea la lengua con disgusto.

Todo pasó muy deprisa, ¿Alguna de las esporas habría sobrevivido? ¿Siquiera habría esporas allí? Ojalá que sí, pero no tuvo tiempo de pensarlo pues los ataques vinieron en conjunto, mientras que el golem le pegaba un puñetazo, el niño le clavaba sin querer la espada al propio golem al ponerse este en la trayectoria. 

Lily cayó un metro o dos hacia la dirección donde apuntase el puño del golem, pues el golpe había sido duro y contundente... Demasiado. La chica ni siquiera tuvo tiempo de gritar o quejarse del dolor aunque se encontraba muy pálida, era la primera vez que sentía un dolor similar, alguien nacido y crecido entre algodones... Aquello era aterrador y a la vez... emocionante. Se sentía llena de adrenalina, mezclada con el miedo de la situación. -Eso... Eso duele mucho... Logró dejar escapar su voz casi como un suspiro mientras se levantaba del suelo. 

Para asegurarse de que sus pequeñas semillas se pegaban por todo y esta vez era certera en su creación, imaginó una bomba llena de esas esporas. Una bomba que no explotase con fuego si no que... las dispersase en todas las direcciones posibles habidas y por haber, no sin antes abalanzarse  en dirección al chico que ahora ya no se encontraba detrás del golem y en cuanto lo tuviera suficientemente cerca, hacer explotar la bomba en su mano, sabiendo que esta no haría daño y que posiblemente caería en la burla del niño que creería que Lily había fallado en su hechizo. 

- ¿Duele? ¿Has dicho que duele? - el niño esboza una sonrisa de burla total. - ¿Pero tú no eres parte de un Gremio? ¿O es que sólo te tienen ahí por tu cara bonita? ¡Parecías inútil, pero pensé que tendrías algo en la manga! - ríe con desprecio, acercándose para verla mejor. - ¡Claro que duele, niña tonta! ¡Es un combate entre magos! ¿Qué pasa, te vas a poner a llorar? ¡¿O estás llorando ya?!

Tan entretenido está el chico burlándose de Lily, que apenas se da cuenta de que la chica ha creado una nueva bomba en su mano, algo distinta a la anterior, y se la acerca rápidamente para hacerla estallar en contacto con él. La "bomba" estalla en forma de humo, con algunas semillas en su interior, y el chico se retira para atrás de un salto mientras tose y gruñe.

Al mismo tiempo, y para desgracia de Lily, el golem alza otro puño y se lanza contra ella... para asestarle otro golpe, aunque éste es apenas una rozadura gracias a la cobertura que el humo le ha proporcionado a la niña.

La burla hacia ella, tan macabra como certera no sabría decir si le dolía más que el golpe en si mismo. Por suerte para ella, las esporas se esparcieron y esta vez sin miedo a que las mismas se incendiasen y perdiesen en el olvido... Aunque la celebración duró muy poquito, el golem volvió a atacar y fue la suerte la que le hizo reaccionar algo más rápido como para esquivar casi todo el impacto, notando solo una rozadura en su costado.

-Sí... ¡Claro que tengo miedo! Y... ¡Sí! para... para eso siento que me tienen en el gremio. ¿¡Pero sabes qué?! No solo soy una cara bonita, ¡Soy más que eso! Lo... ¡Os lo demostraré a todos, no necesito ser salvada, no necesito protección! Su boca decía cosas que sus piernas y su cuerpo entero no parecía realmente pensar o al menos procesar, porque temblaba como hoja. Aún así estaba determinada a alargar ese combate lo máximo posible hasta que sus compañeros lograsen llegar a Arlene.  Lily ni siquiera tuvo nunca la intención de ganar específicamente, solo... Ganar tiempo.

Todo debía decirse también, poco a poco el niño iba enfadando más a la jovencita quien comenzaba a tener ganas reales de ganar y demostrar que valía. 

De las múltiples semillas que había esparcido por todos lados, hizo brotar unas lianas que fueron directamente hacia el niño.

La rabia de Lily sólo causa que el chico sonríe todavía más, claramente habiendo conseguido lo que buscaba.

- ¡Qué ofensivo! ¡Es como super degradante! - dice el chico, riéndose primero y negando con la cabeza después. - ¡Para mí, me refiero! ¡Me han dejado jugando con la mascota del Gremio! - aclara, justo antes de que Lily use su magia para hacer crecer las lianas, que brotan de las semillas que ha dejado caer la explosión antes. El chico sin embargo se da cuenta de ello con tiempo más que suficiente como para echarse a un lado, así que no es atrapado por ellas ni sufre ningún daño. Las lianas, al no encontrar ningún objetivo en su sitio, desaparecen... y el niño le saca la lengua a Lily. - Pues va a ser verdad que no tienes ases en la manga ni nada... - ríe de nuevo. - Pero al menos puedes seguir haciéndote la valiente. "No necesito ayuda, no necesito que me protejan"... ¡Ja! ¡Lo que pasa es que nadie piensa que seas lo bastante importante! - dice, sacando la lengua otra vez. - Hasta tu hermano, que antes no te soltaba en ningún momento, te acompañaba a todas partes... ahora te hace menos caso, ¿a que sí? ¡No lo niegues! - dice, señalándola. - Seguro que has pensado que "te daba más libertad" o algo... ¡pero lo que de verdad pasa es que cada vez le importas menos!

Al decir esto, tanto el niño como el golem se lanzan a atacar a Lily al mismo tiempo. A sabiendas de que el golpe de la criatura de piedra es doloroso, la niña atiende a sus movimientos y consigue esquivarlo... ¡pero el ataque del niño y su espada parece que da en el blanco!

Las palabras de ese niño eran como dardos envenenados, ¿Y si tenían razón con ella? ¿y si no servía para nada? Inconscientemente su mano fue a parar a su colgante, el cual apretó con fuerza. Necesitaba algo con lo que acabar con ese niño... ¿pero el qué? Si intentaba dormirlo ahora a lo tonto, ELA terminaría perdiendo. Debía seguir intentando acabar con ese niño... 

-¡AAGH! Dolor, le había vuelto a hacer un corte y su vestido comenzaba a verse mal, igual que ella. -Yo... Seré feliz si mi hermano es feliz... Si se quiere alejar para ser feliz, ¿Por qué me iba eso a ponerme triste? Sé que el me quiere con locura y eso es suficiente para mi. ¿O a caso no tienes a nadie con quien compartir ese sentimiento? Si es así... Siento lástima por ti... 

Entonces, apartó la mano del colgante y juntó sus manos para moldear y crear una sola gema explosiva... Pero esta era más grande que las que había creado hasta ahora. Tanto que no solo ocupaba su mano si no que era casi de su misma altura. Esperaba que la potencia fuera mayor, pero lo cierto es que ni ella lo sabía. -Si no paras... Lo haré explotar. Y... Esta no será pequeña, tu golem no podrá cubrirte. Lilian le miraba con completa seriedad, no iba de farol. Esperaba como mínimo hacerlo recular, ganar unos segundos de ventaja quizá. Alrededor aún tenía semillas esparcidas que podían convertirse en lianas. Era su única oportunidad de vencer... Lo único que le quedaba por intentar. 

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- ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja! ¡¿TÚ sientes lástima por MÍ?! - ríe el chico de cabello negro, casi tapándose la cara del puro ataque de risa que tiene. - ¿Es eso lo que te dices a ti misma para justificar que no eres nada? ¿Que solo eres una cara bonita de la que la gente se cansa con el tiempo y que no sirve para nada más? ¡Eso sí que da pena! - dice, encogiéndose de hombros. - Sí, tu hermano se aleja de ti para ser más feliz... ¿y quién no lo haría? ¡Es mejor alejarse de aquellos que no aportan nada!

Es entonces cuando Lily usa su magia de ensueño para convocar una nueva bomba... ¡mucho más grande que la anterior! ¡Eso puede ser un problema... incluso para ella! Sin embargo, el niño simplemente sonríe con aires de superioridad.

- Ooh... ¿la vas a hacer explotar? ¿Y cómo vas a protegerte tú de la explosión, eh, niña tonta? - pregunta con sorna. Luego suspira de forma teatral, negando con la cabeza. - Y además no sabes nada. ¿No has visto ya suficiente de mis habilidades para saber que mi golem puede protegerme perfectamente? ¡Observa!

En ese momento, el chico lanza su espada en dirección al golem y también extiende la mano hacia él. El golem gime al recibir el golpe de la espada en su cuerpo, pero al hacerlo ésta se deshace en polvo negro y se une al otro polvo negro, el que aún rodea el brazo del chico, que también vuela hacia el golem. El cuerpo de la criatura empieza entonces a rearmarse, volviéndolo menos voluminoso pero a la vez más ancho, casi como si se estuviera convirtiendo en una pared móvil.

Esto parece que no le gusta demasiado al golem, que tras gruñir un rato acaba en pie frente a Lily cuando su amo se lo ordena. Es ahora de unos dos metros de alto, y debe tener varios metros de ancho. En cuanto a la profundidad del muro de piedra que forma su cuerpo principal, básicamente plano pero con brazos cómicamente sobresaliendo por los lados... Lily no está segura desde su perspectiva. Podría ser fino, pero aún así... es una pared entre ella y el niño.

- ¿Qué pasa? ¿Ya no te atreves a explotar la bomba? - dice el chico desde el otro lado del golem-muro. - ¡Pues tranquila, que ya lo hago yo! ¡Para eso tengo un compañero fiel que obedece mis órdenes!

El chico se echa a reír, y le ordena al golem con un grito que se deje caer sobre Lily y la bomba con su forma de muro. El golem gruñe, pero el niño insiste... ¡y éste acaba obedeciendo! El pesado muro se inclina hacia la niña, poco a poco al principio y luego cayendo más rápido. Parece que los va a aplastar... si no a ella, que puede huir, sí a la bomba.

¡Pero entonces, el colgante de Lily empieza a brillar de repente! Una luz blanca cubre el lugar y hace gruñir al golem mientras cae, pero mientras todo el mundo está cegado por la luz se escuchan un par de golpes. ¿Qué es eso? ¡Suenan como si alguien estuviera pateando algo! ¡Con fuerza! La luz empieza a despejarse, y mientras lo hace Lily alza la mirada y ve que el golem está cayendo... ¡pero hacia el otro lado! ¡Alguien lo ha impulsado hacia el otro lado! Y las risitas divertidas que se escuchan delante de ella mientras la luz se despeja por completo indican quién ha sido...

- ¡¿Cómo?! - gruñe el niño con cara de pocos amigos, claramente frustrado de que el ataque de su golem no haya tenido el efecto deseado. El golem-muro acaba cayendo de espaldas contra el suelo, justo frente a él, pero eso le importa poco. - ¡¿Qué demonios es eso?!

-¡No tienes idea de nada! Ese giro de los acontecimientos, si bien la asustaba y provocaba que se sintiera pequeña e impotente no la iba a frenar en absoluto, estaba decidida a hacer explotar la bomba y cubrirse para protegerse... Que el golem fuera a hacerlo por ella no cambiaba realmente nada, aunque daba bastante miedo. Cuando todo estaba por decidirse, el cristal brilló y tras una luz cegadora todo el combate cambió. Ella conocía esas risas. -¡IRIS, RUBÍ! ¿Qué hacéis aquí? ¡Es peligroso, os he echado mucho de menos! Decía con una enorme sonrisa en su cara, tenía a dos amigos consigo a los que tenía muchas ganas de volver a ver. Curiosa manera de hacerlo. 

Aprovechando que el Golem había caído, Lily abrió sus brazos para abrazar a las dos criaturas. -¡CORRED, VENID A MI! Una vez tuvo abrazados a los dos demonios, gritó mientras lanzaba una piedra hacia la bomba -¡Protegerme!  Las lianas aparecieron de semillas esparcidas alrededor de la sala para crear un capullo que cubriría por completo a Lily, quien a su vez por abrazar a ambos demonios los protegería también. Esperaba que fueran lo suficientemente resistentes las lianas, al menos, suficiente como para no morir por una explosión directa. Con suerte ahora que el Golem había caído y el chico estaba más distraído, le costaría mucho más cubrirse de la explosión. 

Lily se había colocado de espaldas a la bomba antes de que las lianas comenzasen a rodearla por lo que Iris y Rubí podían darse cuenta de que no solo las lianas los protegían si no que Lily en un cálido abrazo los estaba cuidando con su propio cuerpo. 

- ¡Oye! ¡Levanta, montón de piedras inútil! - le grita el niño a su golem, todavía caído en el suelo de espaldas frente a él. Sin embargo, ya que hizo que su cuerpo se convirtiera en una suerte de muro con bracitos a los lados, eso no facilita precisamente que la pobre criatura se ponga en pie. El chico da patadas de pura rabia en suelo mientras el golem suelta gruñidos e intenta levantarse sin mucho éxito.

Esto da tiempo más que de sobras a Lily y sus pequeños diablillos a reunirse con un abrazo, y las criaturas parecen igual de contentas que la niña por la reunión. Acto seguido la niña lanza una piedra en dirección a la bomba en forma de falsa gema mágica que ha conjurado... pero ésto no es suficiente para que ésta se resquebraje siquiera.

Por suerte los pequeños diablillos están allí para ayudar, y alzando sus bracitos los dos juntos consiguen que una roca un poco más grande que antes fue parte del suelo de la habitación, o tal vez de una pared, salga volando y se estrelle contra el cristal bomba. Acto seguido los dos saltan de nuevo a abrazar a Lily, y ésta conjura sus lianas para que los rodeen a los tres... justo antes de que el cristal bomba explote.

La explosión no es tan grande como Lily habría esperado, pero probablemente sí sea más grande de lo que el niño esperaba. La chica y sus diablillos escuchan el estruendo fuera de las lianas, pero éstas resisten el impacto y tras unos segundos todo queda en silencio. Es entonces cuando Lily hace que las lianas se retiren, y éstas se separan bastante chamuscadas para liberar a los diablillos y su acompañante humana.

El panorama es desolador: decenas y decenas de piedras repartidas por el suelo indican que el golem se vio afectado por la explosión y acabó destruido en cien pedazos, mientras que el enemigo de Lily... el niño se encuentra tumbado en el suelo, de lado, en posición fetal. No se mueve...

Cuando las lianas se retiran y dejan a Lily ver el resultado de la explosión que acaba de causar, la niña de alza y mira preocupada a su alrededor. Puede que estuviera intentando buscar a su enemigo, porque cuando su vista se fija en el niño que hay tirado en el suelo da un respingo de sorpresa.

- ¿Hola? - pregunta la joven rubia con tono preocupado. No se mueve ni un centímetro del lugar en el que se encuentra, de pie en mitad de lo que fue su armadura hecha de lianas, al menos hasta que sus compañeros diablillos alzan cada uno una manita y toman las suyas. Al ver esto la joven Lily mira a sus pequeños amigos primero uno y después al otro, y asiente con convicción después. Entonces, empieza a caminar hacia el niño tirado en el suelo, con precaución. - ¿Estás bien...? - pregunta con una voz que intenta ser firme, aunque es ligeramente temblorosa.

El chico no responde, así que cuando Lily finalmente llega a su altura traga saliva y se arrodilla a su lado después de unos segundos, como si durante ese tiempo hubiera estado esperando un ataque sorpresa que no llega. ¿Significaba aquello que había ganado? ¿Había conseguido ser fuerte, una verdadera miembro de un Gremio de Magos?

Sus manos temblorosas se dirigen a los hombros del chico, tumbado en posición fetal dándole la espalda. Y lo sacuden tímidamente, de nuevo como si esperasen un ataque sorpresa en cualquier momento. Pero ese ataque tampoco sucede, así que Lily lo mueve un poco más.

El zarandeo hace que el chico del suelo acabe dado la vuelta, ahora de cara hacia Lily, y esto hace que la pequeña acabe dando un respingo de sorpresa mientras abre mucho los ojos. Resulta que, contra toda expectativa la chica ha ganado el combate. Y de qué manera.

- Iris... Rubí... - dice la chica, con lágrimas brotando suavemente de sus ojos, mientras se gira hacia los diablillos que aparecieron para ayudarla. Éstos corren a su encuentro y la abrazan con fuerza, y Lily les devuelve el abrazo. - Lewis... - es la última palabra que Lily murmura, antes de desmayarse por la tensión y el esfuerzo del combate...