Partida Rol por web

En una acometida increible tanto Carah como Bobby lograron avalanzarse contra sus atacantes y apalearlos de tal forma que los chicos, pese a sus protecciones, salieron corriendo mientras le gritan improperios y maldiciones a los chicos, los cuales se encontraban extenuados luego de aquel ultimo ataque en conjunto.

Los musculos de Bobby se relajaron y el dolor hizo su aparicion. el fuerte golpe en el pecho estaba comenzando a surtir efecto en su organismo. Mistras tanto Carah sentia que las piernas le fallaban por el tremendo esfuerzo que habian cargado al estar moviendose de un lado a otro para evitar los golpes y acometidas de los brabucones.

El pecho me dolía mucho. Probablemente me habían roto algo, aunque a nuestros dos atacantes les debería estar doliendo mucho más el orgullo. Que un tullido y una chica les hubieran vencido en una pelea tenía que resultar un tanto humillante para dos matones de instituto como aquellos dos.

Al ver que a Carah parecían fallarle las piernas, me acerqué a ella, cojeando y le sostuve de un brazo para evitar que pudiera llegar a caerse. Sentía todo mi cuerpo molido y estaba seguro de que mi movilidad iba a resentirse los próximos días, pero aún podía tenerme en pie.

-¿Estás bien? -le pregunté a mi amiga, preocupado. Luego, esbocé una sonrisa-: Le hemos dado una buena tunda a esos cabrones...

Sonreí al sentir el agarre de Bobby. Ay, es que o era la dulzura uno de sus principales atributos o yo estaba demasiado feliz y orgullosa de que en nuestro primer día de clases, esos dos idiotas tuvieran que salir huyendo como dos locas que han caído en cuenta de su escaso poder cuando se meten con las personas equivocadas.

Con la mano que me quedaba libre le toqué fugazmente la mejilla.

- ¿me lo preguntas a mí? Mirate tú. tenemos que ir a la enfermería a que te vean el pecho y... -sentí que las piernas me temblaban-. Anda, que nos han hecho trabajar mucho, eh -y le guiñé el ojo-. ¿Puedes andar? Si quieres puedo llamar a alguien mientras esperas aquí, aunque no quisiera dejarte solo -me di cuenta de que estaba siendo asquerosamente amable-. Ahm... Bueno, si estás listo vamos andando -dije mirando hacia otro lado.

Que idiotas aquellos matones. Aunque... bueno, habían logrado unirnos a Bobby y a mí, supongo que deberíamos haber tomado sus direcciones para mandarles un presente por el esmero x)

Me sorprendió mucho lo amable que era Carah, a pesar de su aparente carácter duro. No sé si era porque estaba muy malherido, pero me estaba tratando con la misma dulzura con la que se trataría a un cachorrito.

-Creo que puedo andar solo, más o menos -aseguré, todavía no muy convencido-. Quiero decir, con lo mal que tenía ya la pierna antes, no creo que vaya a haber mucha diferencia, ¿no? -Me reí, intentando buscarle algo positivo a la situación-. Definitivamente, si estos son los chicos del equipo de fútbol de Riverdale, apostaría a que pierden siempre. Son unos flojos -me llevé la mano al pecho, con una mueca de dolor. Aquello dolía de verdad-. Acompáñame a la enfermería, sí, creo que se me puede haber roto alguna costilla...

Luego de la batalla los chicos se dirijieron hacia el edificio principal para que tratasen el feo golpe que Bobby se habia llevado durante el altercado. Pero los chicos no pudieron sorrenderse mas cuando consiguieron todos los salones Vacios, los pasillos desiertos y claro esta nadie en la enfermeria. Que seria aquello. donde andaban todos. Preguntas que llegaron instantaneamente a las cabezas de los chicos.
Pero esas preguntas debian de esperar, porque aun tenian que tratar la herida de Bobby. 

Fuera, algo paso rozando la puerta de la enfermeria, demasiado rapido para que alguno de los chicos lo viera, demaciado escondido de los ojos mundanos como para que los chicos tuvieran el mas minimo interes en él. pero ahi estaba.

Vigilando.

Cuando entramos a la enfermería, me sorprende advertir que esta se encuentra desierta y no veo al personal médico por ninguna parte. Malherido, decido quitarme la chaqueta y la camisa interior para observarme el pecho y ver si mi estado no es muy grave. Jadeo de dolor, mientras me llevo la mano al pecho y comprobar mi estado. Nunca he tenido experiencia con los primeros auxilios, y no parece que pueda hacer nada por mí mismo en estos momentos.

-Creo que voy a necesitar que seas mi enfermera, Carah -le pedí a mi amiga, con una sonrisa nerviosa.

Me incomodaba un poco haber tenido que quitarme la camisa delante de la chica, a la que acababa de conocer ese mismo día, pero en aquellos momentos mi salud estaba por encima de mi timidez.

-¿Has visto eso? -pregunté, al ver que algo cruzaba a toda prisa delante de la puerta-. Había algo ahí hace un instante...

- Si te hace sentir más cómodo, también me la quitaré yo -bromeé mientras lo ayudaba a sentarse en la camilla/cama. Era obvio que estaba en un grito de dolor aunque, muy a mi sorpresa, se la estaba sobrellevando bastante bien. No había puesto demasiadas fichas en él en los lapsos en los que no hablábamos, sin embargo, cuando volvía al ruedo la relación, tenía que callarme la boca. Era más valiente de lo que cualquiera de esos matones podía ser.

No había ni una puta mosca dando vueltas por el lugar. De todas maneras, a juzgar por cómo se manejaban allí, no me extrañaba para nada que se ausentaran cuando más los necesitábamos.

Entonces lo sentí. Algo pasaba por allí, pero no. Quiero decir... No sé qué quiero decir. Simplemente en un momento una sombra y una presencia pasaron por delante de la puerta, pero cuando miré no había nada si se escuchaban los pasos que debieran escucharse ya dado el vacío del lugar se sentía un silencio de muerte.

- Lo vi... pero... -me pasé la mano por el pelo y suspiré-. Mejor nos apresuramos con esto y nos vamos al demonio. Este lugar empieza a crisparme los nervios. A ver qué puedo hacer y luego te vienes conmigo a casa en la moto. Te aseguro que mi tutor podrá ayudarte. Se ha quebrado más costillas en su vida de las que podría contar -sonreí tratando de llevar calma.

-Sí, creo que deberíamos irnos -sugerí, observando la puerta de la enfermería, con curiosidad-. Seguramente será el conserje o algún chavalillo de primer año que esté corriendo por los pasillos. No creo que sea el fantasma de la animadora que murió en el baile de graduación o cualquier leyenda urbana de esas -me encogí de hombros mientras sonreía y volvía a vestirme con la camisa y la chaqueta-. Ya sabes, historias de miedo que les cuentan a los novatos para meterles miedo el primer curso.

Con absoluta tranquilidad, me incorporé y, usando mi móvil, dejé un mensaje en la red social de Riverdale. Después, me acerqué hasta la puerta de la enfermería, abriéndola y echando un vistazo al pasillo para ver si había alguien caminando por los alrededores.

Entonces un poderoso ruido rompio el placido silencio que reinaba en la Biblioteca de la Riverdale High, Melody Valentine al Igual que los otros dos Chicos que se encontraban con ella dieron un respringo ante aquel estridente sonido, que parecia venir de distintos lugares de la institucion. La chica se quedo mirando fijamente a Jim.

¿Que fue Eso?

Bobby y Carah salieron de la enfermeria con los nervios un poco alterados por aquella vision fantasmal. Aunado a eso, los chicos no encontraron a nadie en los salones de la escuela y ya comenzaba a caer el sol por el horizonte lo que dotaba los pasillos de Riverdale High de un aura espelusnante y cargada de sombras. los chicos caminaron durante minutos por los pasillos de la institucion sin encontrar a Nadie, Hasta que un extraño ruido atrajo su atencion. venia de la entrada a la sona de calderas bajo la institucion. pero cuando los chicos se disponian a Avanzar algo atrajo la atencion de Carah. Una pequeña pero intensa luz que parpadeo un par e Veces antes de desaparecer.

- Solo quiero salir de aquí y llevarte a--

Mientras avanzaba cuidando que Bobby no se perforara un pulmón por alguna fractura, escuché aquel ruido que venía de la zona de calderas. Si llegaba a ser otra emboscada por alguno de los imbéciles que asistían a aquella escuela, juro que iba a cortarlo en pedazos y cocinarlo en estofado.

Chasqueé la lengua y estuve por decirlo en voz alta cuando una luz captó mi mirada como cuando alguien te observa y, por acto reflejo, te das vuelta aunque no sepas que hay realmente alguien allí.

- Ahm... ¿viste esa luz? -dije tomando el brazo de Bobby como para estar segura de que no se me iba a ninguna parte sin que yo supiera-. Tal vez lo mejor sea alejarnos del ruido. Si nos encierran en algún lado, estamos listos -bufé-. Juro que nadie te prepara para estas cosas cuando te dicen que Riverdale es un "pueblo tranquilo". Maldita sea. ¿Cómo te sientes? -pregunté preocupada.

-No he llegado a ver esa luz -admití, un tanto preocupado por lo que podría haber presenciado mi amiga-, pero ese ruido me da mala espina. Quizá deberíamos largarnos de aquí cuanto antes. Desde que vi Pesadilla en Elm Street cuando era niño, le tengo cierto pánico a las zonas de calderas. No sería difícil deshacerse de alguien aquí abajo.

Intenté sonar tranquilo, aunque se advirtió cierto nerviosismo en mi voz. Estábamos completamente solos en el instituto, y había alguien en la sala de calderas. Una parte de mí quería poder acercarse a averiguar de quién se trataba, pero la otra me incitaba a marcharme de allí cuanto antes.

Los chicos se alejanron del ruido que provenia de las Calderas y siguieron a la extraña luz que Carah detecto hace momento, Cuando los chicos doblaron en la esquina en la que desaparecio la luz, vieron que solo daba a un largo pasillo que terminaba con las puertas para entrar a la biblioteca de la escuela, A los chicos no les hacia gracia entrar en un lugar cerrado cuando horas antes un para de idiotas intentaron dejarlos en la lista de lecionados, y menos aun luego de ver a aquel, esperaban ellos, chico correr frente a la enfermeria y dejarlos con los nervios a flor de piel, pero quizas lo que sea que este provocando el ruido de las calderas le diera por subir y quizas en la biblioteca esten todos los estudiantes esperando para decirles que esata habia sido una especie de novatada. 

Pero con la suerte que los chicos han tenido hoy....

Dejé escapar un fuerte gemido de dolor que debió de escucharse en todo el pasillo. El pecho cada vez me dolía más y estaba casi seguro de que iba a doblárseme de un momento a otro como si se tratase de mantequilla.

-Carah, ¿crees que deberíamos refugiarnos en la biblioteca? -le pregunté a mi amiga, con una mueca de dolor-. Quiero decir, no creo que, de todos los sitios del instituto, un loco viniera a refugiarse aquí, pero tampoco me fío mucho de esa luz que hemos visto... ¡Argh, esto duele de narices!

Tomé a Bobby por los hombros. ¿Es que nunca íbamos a poder salir de allí? Me daba mucha pena el momento por el que estaba pasando y que no hubiera demasiado que yo pudiera hacer para aliviar su dolor. Ah, pero eso sí, al día siguiente iba a montar tremendo escándalo en la dirección. Riverdale mis cojones.

Seguimos aquella luz como si aún nos quedara tiempo y ganas de seguir adelante. La verdad es que la curiosidad le hace cosas extrañas a las personas. ¿Alguien se preguntaría por qué no volvíamos a casa? En fin.

- Ahg... maldita sea -murmuré entre dientes-. Lo único que me falta es que te me caigas desmayado aquí. Ven, vamos a sentarnos un momento en la biblioteca -y tratando de funcionar como punto de apoyo, hacia allí nos dirigimos.

Carah empujo la puerta de la bliblioteca con su cuerpo, mientras ayudaba a Bobby a sostenerse. Lo primero que la chica vio cuando traspaso el umbral, fue la gran cantidad de estanterias de libros, repletos hasta el tope de libros. lo segundo que Carah vio fue a la chica rubia que sostenia una pesada lampara de piso entre sus manos y que la blandia  como si una espada se tratace cargando contra ella y bobby.

Sabiendo que poco podía hacer en mi estado para enfrentarme a nadie y temiéndome que aquella chica rubia pudiera cometer una locura, me limité a levantar las manos, casi como si me estuviera rindiendo y exclamé:

-¡Eh, quieta! ¡Tranquila, no queremos hacerte ningún daño! ¡Solo vimos una luz que iba hasta la biblioteca y quisimos comprobar qué pasaba!

¿Y ahora qué demonios? Me llevé la mano a la frente pues las cienes comenzaban a dolerme que daba calambre.

- Mi nombre es Carah -dije fastidiada-. Él es mi amigo Bobby. Solo necesito un asiento para que él descanse -expliqué-. Por favor, ya nos han lastimado suficiente y la verdad empiezo a perder la paciencia.

Ignorando si la chica quería o no, moví a Bobby hasta un asiento cercano para depositarlo allí y luego, sí, ver de qué demonios iba todo aquello.

Lo... Lo siento mucho. — dijo la chica rubia cuando detuvo su carga fretente a bobby y Carah — es que desde hace unos minutos hemos estado escuchando unos fuertes ruidos y tenia los nervio de punta. 

La chica ayudo a Carah a colocar a bobby en uno de los taburetes que de la biblioteca para que el chico pudiera descansar un poco. luego de ello bloqueo la puerta para que no se cerrara y  despues de ello explico a los dos que Tanto ella como Jim y Uriel llevaban encerrados un largo rato en la blioteca y que la puerta no abria desde adentro. 

-Los ruidos vienen de la zona de las calderas, supongo que habrá alguien entretenido allí -declaré, tomando asiento en el taburete, con una mueca de dolor.

Me fijé en aquella chica, rubia y alta, que me resultaba bastante familiar.

-Espera, yo te conozco. Vamos a la misma clase -afirmé, más tranquilo-. Eres una de las chicas que lleva las orejitas y la cola de gato, ¿verdad? Hablé con tu amiga, Valerie, esta mañana.

Mis ojos se posaron en los otros dos jóvenes que se encontraban en la estancia, a quienes no conocía.

-Soy Bobby, por cierto. Y mi amiga es Carah -me presenté, con un gesto de mano, pero sin levantarme debido al dolor-. Me dieron una buena ahí fuera. Gajes del oficio, supongo.