Partida Rol por web

 Este es el castillo en el que reside Lord Veremón y sus hallegados, familia y sirvientes. Este es el castillo que protge la zona de Rocafreda, y así es llamado. Castillo de Rocafreda. A pesar de que es llamado castillo no es una fortaleza demasiado imponente, sirve para defenderse de ataques de forma bastante eficiente.

 Cercando la fortaleza hay una amplia empalizada con algunos barracones que sirven para acomodar a los milicianos durante el tiempo de entrenamiento. También son usados por los comerciantes que llegan durante las ferias para emplazarse, como es el caso en estos días. Son de madera basta, y carcen de comodidades pero tienen camas y un techo bajo el que cobijarse.

 Hay dos portones que pemiten el acceso a la empalizada, ambos custodiados por guardias de Rocafreda.

 Antes de alcanzar la empalizada exterior, el grupo escucha el sonido del improvidado campamento, el tragín de los comerciantes y gente que trabaja y vive esos días en la parte interior de la empalizada. Por el aire se aprecian los hilos de humo que parten de las diferentes hogueras en las que se cocinan asados y o grandes marmitas con sopas y estofados en su interior. La verdad es que huele a humanidad.

 Cuando finalmente llegaís al portón, uno de los guardias se acerca al reconocer al joven Nikolau y os manda el alto.

 Sin mostrar intenciones hostiles, el guardia atabiado con el tabardo negro con franjas azul y grís comenta a Nikolau.

 - Chaval, Ser Jauma anda buscandoos desde hace cosa de una hora, yo de ti me apresuraría, no es famoso por tener paciencia y menos con las impuntualidades. Lo encontraréis en el patio de armas, adiestrando a algunos milicianos.

  Sin pretender hacer esperar más al caballero el grupo asciende raudo el último tramo hacia el castillo donde los guardias apostados allí os reconocen a la mayoría y os franquean el paso.

  Finalmente cruzaís el portón de pesada piedra, os da la sensación de ser un lúgubre túnel opresivo de piedra, pasaís por debajo de dos rastrillos pesados y mirando hacia los laterales y el techo veís un montón de agujeros por el que se podría disparar y derramar cualquier sustancia candente para amedrentar a cualquiera que se encontrara entre los dos rastrillos.

 Precedido por el repicar de un martillo sobre un yunque en algún lugar del patio, los gruñidos de los milicianos y la poderosa voz del hombre que los instruyes, terminaís por llegar a un patio engravillado. A los lados, continuando el muro del portón quedan dos edificaciones pintadas de blanco y madera ascura, de una de ellas viene el repicar del martillo. Enfrente vuestro, un poco a la derecha, hay un grupo de diez milicianos, hombres del pueblo entre los que algunos de vosotros reconoce a Pep, blandiendo las armas en un entrenamiento. Los muros que flanquean el patio entre el Portón por el que has pasado y la torre del homenaje, son altos y recios, coronados por unas barandas de madera para proteger a los defensores.

 El hombre que ruge las instrucciones, que se pasea enfundado en un camisote de mallas y un tabardo de terciopelo negro con ribetes de piel blanca en los bordes. Para alguno de vosotros es un total desconocido pero Nikolau, Judas y Violant lo reconocen por Ser Jaume.

  - No, no y no. Vamos señores, os he visto esgrimir las armas mucho mejor. No podeís bajar la guardia en ningún momento. De nada sirve golpear fuerte si estás muerto. Venga repetid.- Dice mientras se mueve por su alrededor, examinando los movimientos de los hombres atentamente.- Venga repitamos de nuevo los ataques. Ahora atacan alfas y se protegen los omega.

 No puedes evitar fijaros unos momentos en este grupo. Os parece que todo lo que dice ese tipo tiene sentido, y sus movimientos son lógicos. Veíss como levanta una pesada espada de madera y hace unos movimientos y los guardias los repiten. Tan solo escuchando a ese hombre y como instruye con tesón ya os sientes capaz de luchar mejor.

-Él es Ser Jaume, el capitán de la guardia, la mano derecha de Lord Varemon. Anoche, al entrar al castillo, tuve la fortuna de poder hablar con Ser Jaume  y viendo la importancia de mi mesaje pude hablar personalmente con el lord, a pesar que ya estaba bien entrada la noche. Lord Varemon, atendiendo la gravedad del problema, envía a su mejor hombre a resolver dicho problema.

Mientras espera que Ser Jaume acabe el adiestramiento, sigue pensado como esplicara lo ocurrido, tanto su demora como el grupo que le acompaña.

Ser Jaume.. buen noble..y apuesto.. Violant observa como adiestra con pericia a los soldados, poca veces Violant a entrado en el castillo así que aprovecha y observa con atención..

Poco después se acerca un poco a Nikolau intrigada y algo nerviosa.. - Así que tu anunciaste las noticias? nos acercamos un poco?, si espera con urgencia nuestra llegada entenderá la intromisión.

Espero su respuesta sin moverme con cara afable mientras, disimuladamente, me quito un poco el polvo del camino.

El joven pasó el portón boquiabierto, contemplando la estructura piedra a piedra, sin darse demasiada cuenta de que no andaba solo por el lugar. La belleza de la muchacha, Violant, había quedado relevada a segundo plano tras encontrar algo más inédito y espectacular. Tampoco se fijó en los guardias.
Siguieron avanzando y él iba devorándolo todo con la mirada, hasta que llegaron al patio.

Al rato de contemplar la escena del entrenamiento, al parecer sin ningún atisbo de asombro, admiración o interés alguno por su parte, murmuró a media voz.
[-Pues no lo veo ni tan preocupado, ni impaciente por recibirnos. Para mi que ni siquiera sabe que existimos. Brrrr....¡Se nos va hacer de noche!-]
Dicho esto se dejó caer, hechando el equipaje a un lado. Ulrien se estaba impacientando y eso era mala señal.

 - Estoy seguro que Ser Jaume nos ha visto, y no creo que sea una buena idea interrumpir el adiestramiento, no tendría sentido tener ahora prisa llegando tan tarde, lo encontraría de mala educación interrumpir su trabajo.

-Tranquilo Ulrien partiremos de immediato, relajate y disfruta del momento y del lugar.

Espera que el adiestramiento no dure mucho, no tenemos mucho tiempo, y ya han malgastado mucho.

- De buen seguro que nos ha visto, pero deberá terminar con sus tareas antes de hablar con nosotros. Por suerte seguramente sabemos blandir las espadas mejor que los milicianos... Digo mientras sigo la evolución del entrenamiento.  -Pero hay que reconocer el buen trabajo que está haciendo con ellos. Estas gentes tienen al menos una oportunidad de sobrevivir en combate.

- Además, si alguien es consciente de la premura de esta misión, seguro que es Ser Jaume. Añado, esperando de veras que se acabe el entrenamiento.

 Cuando los milicianos emprenden de nuevo los entrenamientos siguiendo las pautas del caballero, este llama la atención de uno de los milicianos.

 - Pep, ocúpate de continuar con el adiestramiento, ya te lo sabes de memoria. Tengo asuntos que atender.

 El aludido se pone al frente de los milicianos, con su pareja de entrenamiento y prosigue con el adiestramiento de los jóvenes milicianos.

 El caballero se acerca al grupo, con rostro serio, incluso un tanto hosco.

 - Nikolau, te esperaba a primera hora de la mañana, me decebiste.- Sus palabras eran tajantes pronunciadas con gran aplomo.- ¿Y qué haceís vosotros aquí?

 Pregunta acto seguido mirando al resto del grupo. Tras una pausa, y esta pregunta con tintes retóricos prosigue.

 - Espero que no tengaís en mente ir de aventuras para haceros lo héroes. Nikolau, qué les has contado. Espero que tuvieras dos dedos de frente y no te hayas dedicado a decir por todo Lunil lo que viste.

Judas se mantenía en un segundo plano, apoyado en su largo bastón, escrutaba atentamente las caras y expresiones de los presentes.

En su cabeza aun bullían las palabras de su maestro. Como le hubiera gustado al joven poder hablar con Lucius aquella mañana, tenía tantas preguntas que hacerle, que lamento no haber encontrado tiempo para llegar a la morada de cu maestro.

-Os pido perdón por llegar tan tarde, una serie de acontecimientos, todo culpa mia, me ha retrasado mi llegada

-Solo hable con madre bruna, pero fui muy imprudente al hablar con ella en plena calle, tendría que haberme reunido con ella en un lugar mas reservado.

-No lo he anunciado por todo lunil lo ocurrido, seguramente si lo hubiera publicado en carteles, mi llamada no habria tenido tanto exito.

-No iva en busca de aventureros, ellos han venido voluntariamente, y estoy seguro que su habilidades no sera de gran ayuda.

-Os vuelvo a pedir perdon, por el retraso y mi poca habilidad a la hora de tratar el tema.

Al terminar de hablar, agacha la cabeza esperando que Ser Jaume accepte sus disculpas.Esta mas arepentidor por llegar tarde, sabe que tendría que haber sido mas discreto, pero gracias a este error, se ha formado un formidable grupo.

 El caballero mira al joven aprendiz, preguntaándose si no se habría equivocado al confiar en el joven.

 - Seguidme.

 Sin decir más el caballero se pone en marcha hacia la torre del homenaje del castillo, el grupo lo sigue, cruzando el patio de armas e internándose en la parte más fuerte de la fortaleza, el cuerpo principal del castillo. Pasaís de largo la antesala, un lugar de defensa espartano protegido por recias puertas de roble reforzadas con acero y llegaís a un enorme salón de piedra con grandes tapices adornando los desnudos y fríos muros de piedra. Luego subís por unas escaleras de piedra instaladas a la izquierda del salón, al final de un pasadizo. Durante el trayecto os cruzaís con un par de guardias que montan guardia portando el tabardo y el equipo estandar.

 Finalmente llegaís ante una puerta y entraís en una espaciosa estancia, llena de estanterías repletas de libros, con algunos mapas ricos en detalles colgados de las paredes. Dos grandes mesas mazizas dominan la estancia, una de ellas con una recreación en miniatura de la tierra de Rocafreda, la otra es un despacho con varios documentos sobre ella.

 La estancia está iluminada por la luz que entra p a través de grandes ventanales, varios candelabros y un hogar de piedra labrada en una pared flanqueada por los dos amplios ventanales de cristales de diferentes colores, complementan la decoración de la biblioteca.

 Cerca del hogar está Arnau repasando unos mapas. Al veros entrar se aparta de los mapas y os saludo, aunque queda sorprendido ante la llegada de los recién llegados a sus tierra, los hermanos Falx.

 Con los mapas cerca, se levanta de la silla mientras comenta.

 - Parece que ha habido algún malentendido por lo visto.- Dice con una expresióncuriosa, tal vez medio divertido ante la expresión ceñuda de ser Jaume.- Me hablaste de una misión de reconocimiento y lo que parece habér aquí es grupo bien pertrechado, más bien de infiltración.

 La mirada ceñuda del caballero se endurece más si cabe.

 El caballero se acerca a la mesa donde están los mapas y se gira para contemplaros a todos, con su mirada férrea. Finalmente pregunta a todos mientras con la mirada silencia a Nikolau.

 - ¿Bien qué os ha contado Nikolau y que teníais en mente hacer?

Violant da un paso y responde intentando apaciguar la tensión..

- Buenos días noble señor, intentare responderle; He vivido aquí toda mi mi vida y conozco este lugar, sus alrededores y su gente, y no quiero que cambie para peor, mientras pueda cualquiera o cualquier cosa que amenace mi gente, mi familia y mis amigos lo combatiré sin duda alguna, pocos motivos son mas importantes para mi que estos.

- Soy hábil con la ballesta y sigilosa como una gacela, y.. Selune me guía cuando un "muerto" pretende cruzar el mundo que ya debió dejar. No se si Nikolau debió contarnos algo o no pero lo que sé es que no se equivocó en las personas; Gustarson, Judas y yo: Violant, nos conocemos y no es nuestra primera misión. Danos esta oportunidad y no le defraudaremos señor.

bueno es la segunda pero bueno.. y cuando me cayo un plato de sopa encima de un noble funcionó..

Después de la presentación de Violant, que es hija de esta tierra, me veo en la situación de defender nuestra presencia, así que dirijo una mirada a ambos caballeros:

- Señores, por favor no sean duros ni juzguen mal si Nikolau ha pecado de indiscreción, juzguen a bién que haya gente presta a defender su tierra... y aunque esta no es mi tierra si lo es de quienes me han ayudado. Nikolau nos salvó ayer y Madre Bruna ha sanado las heridas hoy. Lo menos que podemos hacer es prestar nuestras armas y servicios... si así lo desean. Digo marcando una leve reverencia de respeto. Quizás no soy el guerrero más experimentado del  mundo pero hay razones que claman por encima de otras. - Por mi parte, después de oir la historia de la mina y la presencia de no-muertos es mi elección la de prestar la ayuda que Ustedes estimen necesaria de mi. Si no lo hiciera no podría aspirar a recibir el favor de mi Señora, pues sirvo al Caballero Rojo, en cuerpo y alma. Dicho esto saco el símbolo sagrado que guardado bajo la túnica pende en un ligero colgante de cuero. El Caballo rojo contrasta sobre el azul  de la ropa. - Mal ejemplo seria que a la primera ocasión rehuyera mi deber. Ahora, con las últimas palabras, el pecho henchido de orgullo. Sirviendo al Caballero Rojo se antepone la estrategia y la previsión, aunque la desbordante energia de la juventud y la falta de experiencia conllevan precipitación.

Judas cada vez parecía sentirse más incómodo en aquella sala. No tenía intención de justificar sus actos, pues había emprendido aquel viaje de buen corazón, y con el noble propósito de limpiar las tierras que le habían visto crecer.

Ante las palabras de su amiga, Violant, solo pudo asentir y mostrar su acuerdo. Pero sus ojos se desviaron hacia el suelo, mostrando su carácter vergonzoso.

 Tras escuchar a uno y otro, y viendo que de momento nadie más quería apuntar algo, el caballero asiente. Tras unos instantes comenta.

 - Las fuerzas de Rocafreda son finitas, y antes de enviarlas a destinos inciertos, debemos saber que esperar de los peligros que amenzan las tierras. Eso forma parte de lo que se le exige a un gobernante, velar por sus súbditos.- Hace una leve pausa mientras se acerca a la maqueta de las tierras de Rocafreda y añade.- Para conocer estos peligros, tenemos que avaluarlos, no podemos mandar todas las tropas para ocuparse de un peligro, dejando el poblado o la fortaleza desatendida y menos teniendo presente que hay dos amenazas declaradas.

 Con un gesto de la mano abarca los bosques al sur de Lunil.

 - Una cantidad indefinida de bandidos infestan los bosques, y por lo que sé ya sabeís hasta que puntos son una amenaza.- Luego su mano asciende hasta el norte, donde está el monte Runheim, la montaña donde según sus informes se emplaza la mina con presencia de nigromantes. Mientras os mira dice.- Y Nikolau nos informó de la presencia de como mínimo un nigromante, algunos cadáveres levantados y centinelas vivos custodiando.

 - Antes de enviar tropas debemos saber que hay allí. Ir, dar un vistazo y regresar, nada de tontas heroicidades. De nada serviría mandar gente alli para informarnos, y que por intentar ajusticiarles mueran o sean apresados y continuemos sin saber que hay allí.

 Viendo el ardor en vuestras miradas y teniendo en cuenta vuestras palabras, finalmente os dice lo que unos tanto esperan.

 - Arnau me habló bien de vosotros. Gustarson, Judas y Violant, cuanto menos mostrasteís recursos. Nikolau conoce el lugar exacto y ya ha tenido un contacto con ellos. Y si el mayor de los Falx habla por los dos, se sienten en deuda y quieren participar. ¿Os veís capaces de ir a las minas a dar un vistazo y regresar?

Ante el “mal” recibimiento que el grupo obtuvo, Ulrien pronto estuvo de estallar, más de dos y tres veces, con alguna réplica ingeniosa e insultante. Sin embargo, por acto de alguna bondad divina, o porque hubiera algo en ellos que si llegara a intimidarlo un poco, simplemente se mordió la lengua. Sin embargo, cada vez le resultaba más difícil sostener su mutismo y armandose de valor se contentaba en hacer; su cara de pocos amigos, y mover la pierna nervioso en algún rincón de la sala.

De pronto empezó a andar libremente por la habitación, inspeccionando con la vista cuanto se ponía a su alcance, y mientras pensaba dando tumbos, iba acariciándose la fea cicatriz de su mejilla izquierda. Sin preocuparse de dejar muy claro hasta que punto escuchaba lo que se decía.
A diferencia de Violant, el menor de los Falx no sentía amor alguno por aquella tierra. Dicho esto, lo que les que pudiera suceder le era igual. O mejor dicho, justo al contrario, si aquello se iba a tomar viento su hermano quizás optaría por moverse de nuevo, en lugar de estancarse. Entonces Tarien mencionó a Madre Bruna. Inmediatamente sus deseos y sentidos se volvieron otra vez a ella. Recordó el suave tacto de sus manos trabajando sobre la piel desnuda de su pecho, fugazmente un leve rubor tiñó las mejillas del joven.
Aún a pesar de Madre Bruna, si su ayuda no era bien recibida daría vuelta sobre sus talones para perderse en la espesura otra vez. Estaba en deuda con Nikolau pero no iba a suplicar para que le aceptasen la vuelta.

Cuando ser Jaume habló de nuevo mencionó a los bandido...-“Ah!...a eso si que me apuntaba gustoso...”- pensó. En cuanto más se avanzaba en aquella conversación, más hacía al otro lado su voluntad y corazón se dirigían, y solo la promesa hecha a Nikolau le seguía frenando.

La última pregunta, la encontró insultante, -"¿no estaban todos allí sabiendo lo que había?"- por lo que Ulrien se le erizó el pelo, bajó ambas cejas y soltó un escueto, y sonoro : -Tsk!-.