Partida Rol por web

-Yo preguntar al llegar, creo... .-Volvio a apretarse el tabique de la nariz, como siempre, como si todos sus sentidos estuviesen embotados.- Es lo que tenia que hacer... en casos asi... protocolo...

Miró a Nacho.

-¿Llegaste a decirme por que veniste aqui?

     Tras tomar el pulso y comprobar las pupilas y la respiración y la temperatura Nacho cree que Daniel está en proceso de recuperarse. Es complicado dar un diagnóstico médico sin más pruebas pero si da la sensación de que el peligro realmente se ha quedado atrás y ahora necesitará unos días para recuperar las energías.

     Tyler menea la cabeza y recuerda que Rufus dijo que desde que había móviles no habían vuelto a usar los walkie talkies porque no tenía sentido. Además para hablar con los barcos o la costa a nivel más oficial podían usar la radio. Al único que habéis visto con algún tipo de radio portátil ha sido a Artai pero comentó que no funcionaba (y que era la primera vez que no le cogía cobertura).

     Al escuchar y ver el gesto de Tyler, Ana abre los ojos y después suspira. -Si es contagioso y grave yo seré la siguiente en estar así. Creo que he sido la que más tiempo ha estado con Daniel y no me di cuenta de ese detalle y el enfermero, ¿Gonzalo? tampoco me dijo nada. Claro... él ahora se ha ido de paseo, muy propio de ellos.

     Salir por la ventana es sencillo poniendo cuidado, fuera parece que la lluvia ha parado aunque todo está cargado con una pátina de humedad. Avanzáis hacia la puerta del faro mirando hacia los lados con desconfianza, el ruido que habéis hecho debería haber bastado para avisar a Ruth o Rufus o Pablo o Pepe... parece que hay muchos desaparecidos en una pequeña isla.

     Al llegar al primer escalón que sube hacia el faro, son 3 escalones amplios de cemento, veis que la puerta está abierta, apenas una rendija que desde lejos es imposible de ver. En cuenta pisáis el escalón notáis que algo no está bien, es una sensación en las tripas.

- Gonzalo, lo notas?.. Hay algo aquí que me pone los pelos de punta. Desde que era pequeño tengo esa sensación, como si fuera un sexto sentido, y muy pocas veces me equivoco... Preparate para un posible ataque. No me fio nada...

Dicho esto, Artai encendió su foco de la cabeza y saco su cuchillo...

- Subimos?

Al acercarse hacia la entrada del faro la tripa de Gonzalo se encogió súbitamente en un mal augurio. - Hay algo mal aquí. Muy mal... - El arrebato de diversión que habían tenido unos momentos antes desapareció como de la nada para ser sustituido por una tensión cauta; había sido un pequeño oasis en el fin de semana de mierda que llevaban.

- ¿Un po... posible ataque? - le susurró a Artai. - Que me... ¿que me prepare? - Gonzalo palideció al escuchar las palabras de su compañero. No se había metido en una puta pelea en toda su vida, y se tenía que preparar... ¿Para un ataque?. - Jesús. -  Sacó el cuchillo de su envoltura toallil, dejando la toalla en un lateral del escalón, bien doblada porque las cosas hay que hacerlas bien incluso en los peores momentos, como decía su madre. Así al salir podría cogerla sin problemas de nuevo. Si nadie les... atacaba. O si podían hacer frente al atacante, vaya. Y... ¿Matarle? ¿Inmovilizarle o dejarle K.O., como en las pelis?. - Me cago en la leche, carallo.

Revisó febrilmente todo su entorno, tratando de averiguar de dónde venía esa ominosa sensación que sentía, y luego, manteniendo el cuchillo bien agarrado y a mano, procedió a seguir a su compañero. - Venga, vamos para arriba. Vamos a tratar de hacer el menor ruido posible.

     Artai de repente se vuelve a ver abriendo la puerta del cobertizo en el embarcadero. La misma sensación de desasosiego que le embargó en ese momento y vuelve a sentir ahora.

     Para Gonzalo la sensación le recuerda al primer día de sus prácticas en la morgue junto a un grupo de médicos. El miedo a lo desconocido, a la muerte, a la vergüenza si no se controlaba el estómago... todo junto

     Un leve olor a menta rancia parece venir del interior del faro y es un olor fuera de lugar, además no es la menta agradable si no algo más profundo, salvaje... claramente no debería oler así en ningún lugar civilizado.

     La puerta se abre silenciosamente, bien engrasada y utilizada regularmente no cuesta nada moverla y ver una sala amplia en la que entra la luz del día a través de las claraboyas de los pisos superiores. El interior está pintado de color blanco con dibujos bastante buenos de animales acuáticos recorriendo todas las paredes (la sala es octogonal) menos una donde una máquina de control ocupa toda la superficie. A vuestra derecha comienza la escalera que asciende en espiral pegada a la pared con un reposamanos de hierro negro y gira sobre si misma con poca inclinación hasta llegar al piso superior del que solo veis una barandilla al mirar hacia arriba.

     Os llama la atención la cantidad de barro, seco en su mayoría, que hay por el suelo con huellas entrecruzadas que van de un lado a otro.

Artai. ¿Lo hueles tú también?. Es como menta pero... mal. No sé explicarlo bien. - susurró Gonzalo a su compañero. Desde que entraran en el faro tenía una tensión impresionante. No entendía muy bien lo que estaba pasando; estaban buscando a un asesino, que había matado a Cecilia con una herramienta afilada dejando poca sangre. Lo que se respiraba en ese lugar no era humano, ese olor almizclado era más... Animal. Y Artai decía que se esperaba un ataque en cualquier momento. De quién.... ¿O de qué?.

Miró las huellas que cruzaban de un lado a otro y comprobó hacia dónde se dirigían. Al menos en eso sí que estaba ducho; cuando habían jugado al escondite con los chavales en los campamentos muchas veces encontraba a grupos enteros siguiendo las huellas de los más despistados que no pensaban en borrarlas de alguna forma. Miró la forma de las huellas. Parecían humanas. ¿Había alguna que pareciera de un animal? Por otra parte estaban secas, parecían antiguas. Quizá la persona se hubiera marchado. ¿Pero por qué esa sensación de algo salvaje, animal, presente en el faro desde que habían entrado? Agarró su cuchillo con fuerza.

Tío. Me estoy cagando. ¿Crees que es buena idea seguir investigando por aquí?. Siento una presencia animal. Aunque las huellas son humanas, puede que sean de hace tiempo, de hecho están secas. Igual ha entrado después un animal, y está escondido por aquí. - Sabía que la idea de un lobo, oso o cualquier animal peligroso en ese pequeño islote era completamente absurda. Y Iago les habría dicho algo al respecto. Pero esta situación no le gustaba nada de todas maneras.

_Creo que lo has hecho bien, Ana. Yo creo que se recuperará. Y no veo motivos para pensar que ninguno de nosotros se haya contagiado de nada.

Nacho acompañó sus palabras de una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora para Ana, tras haber chequeado los signos vitales de Daniel. Luego se giró a Tyler.

_Recuerdo lo de los walkies. Deben estar, solo que no recuerdo que nadie los haya tomado. Por eso te digo que habría que preguntarle a Iago. Quizás ni siquiera funcionen o tengan batería. Y no, creo que no te lo dije. Irina brinda terapia de parejas pero no es psicóloga. Estoy haciendo una investigación que compara abordajes científicos y pseudocientíficos, de modo que quería ver qué era exactamente lo que ella hacía y qué resultados daba.

_¿Qué desean hacer ahora? Podemos preguntar a Iago a ver si se le ocurre dónde puede estar Rufus. O si gustas puedo acompañarte a ver tus pájaros, Ana. Honestamente no veo que haya demasiado para hacer. Solo me interesa que ninguno de nosotros se quede solo en ningún momento.

- Es el mismo olor que note en el cobertizo donde encontramos a la pobre chica. Estoy seguro que lo que sea que produzca ese olor estuvo allí y también ha pasado por aquí. - Las huellas de barro están secas pero son claramente inequívocas de un ser humano. Podría ser Pepe....

- Gonzalo te propongo una cosa. Subamos al faro espalda contra espalda. Así cubrimos todas las posibilidades de un posible ataque. No me gustaría que me sorprendieran por la espalda...

Con el corazón encogido de miedo, Artai apretó el cuchillo hasta que los nudillos se le pusieron blancos de la fuerza y comenzó la ascensión...

Gonzalo sintió un escalofrío. -  Vale, subamos. Pero baja la voz, hablemos en susurros, porfa, Artai. Tengo una sensación muy mala, terrible, con este lugar... Y no me preguntes por qué, pero creo que hay un animal por aquí escondido. El olor... Si estaba en el cobertizo, es que es el que mató a Cecilia... Como dices, debemos extremar precauciones.

Si es que Pepe vino por aquí, ¿Por qué no volvió a dormir al pazo con todos después? 

     Créeme que lo último que me apetece ahora es ir a observar pájaros a los acantilados. En serio, mi vida hasta ayer era aburrida pero cómoda. Tengo un buen puesto, hago lo que me gusta y tengo total libertad para ir y venir cuando y donde quiero. ¿Y hoy? encerrada en la puta isla de Galicia cuidando de un enfermo al que no conozco con un guiri y un loquero... con perdón. 

     Al menos se que en estas situaciones no me vuelvo histérica como mi madre, algo ha mejorado la especie no? esto último lo dice con un amago de sonrisa y os dais cuenta que es la primera vez que se le quita el gesto serio de la cara. 

     Si queréis vamos a ayudar a Iago con su mujer, que si nosotros estamos mal y mañana nos podremos volver a nuestras casas imagina cómo estará él.

     Comenzáis el ascenso hacia la parte superior del faro y os llama la atención que apenas hay huellas que suben y que al llegar al equivalente del segundo piso, apoyado contra la pared, con las tripas fuera está el cuerpo de Pablo Chacón con la cara desencajada. En su mano sostiene un cuchillo de grandes dimensiones.

Todavía no eres consciente realmente de lo que significa ver un cuerpo así de destrozado pero el cuchillo que lleva estás seguro que es el de Rufus

- La madre que me parió!!!

Joder, pero que mierda es ésta?... Yo venía aquí a arreglar una avería y mira lo que me encuentro... Que fuerte...!!!

La visión de las tripas de Pablo le recordó una vez que su padre le quiso enseñar como se limpiaba un atún de 12 kilos. Lo había acompañado a la faena esa mañana y tras una lucha de un par de horas consiguió la pieza.

Pusieron al pescado en la cubierta del barco y su padre le hizo coger el cuchillo. Con su ayuda hizo el corte profundo y se desparramaron todas sus tripas.

Lo que veía ahora era igual, pero las tripas eran de Pablo. No de un puto pez...

- Gonzalo,ese cuchillo es el de Rufus. Estoy convencido. Joder, habrá sido él quien esté detrás de todo esto?.

-Sigamos subiendo. A lo mejor esta ahí arriba ese cabron...

Una gran náusea vino a Gonzalo al ver el cadáver de Pablo. Y el olor.  Las tripas desparramadas por el suelo... Eso no lo había visto ni en las peores prácticas del hospital. Joder, no sabía ni que se podían salir de esa manera, rellenando el suelo por delante de ellos. Hizo todo el esfuerzo del universo para mantener su voz susurrante y no dar un grito.

​​​​​​Artai... Esa herida no la ha hecho un cuchillo. No la ha hecho un puto cuchillo, te lo juro. No sé qué mierda de herramienta de destripar gente tiene el loco de la isla, pero no es un cuchillo de mierda, joder. No desparramas las tripas de la gente ni con con un bisturí afiladisimo, necesitas una lanza de esas medievales con un peso tremendo, o una fuerza inhumana.

TOdo en su ser le gritaba salir echando leches y ponerse a salvo. Pero Artai estaba por explorar, y la verdad que viendo el tipo de animal, persona o cosa con que se enfrentaban no creía que pudiera sentirse seguro de nuevo en la isla. Ni en cualquier otro sitio, sabiendo que había alguien con tanta creatividad asesinatoria como estaba conociendo en estos tres días de mierda suelto por el mundo. Así que aceptó seguir adelante.

Seguimos, vale. Pero por puto Dios, Artai, habla en voz baja, y vamos a avanzar sigilosamente. Que no sabemos con qué nos enfrentamos, o con qué armas del demonio cuenta la persona que esté detrás de esto. Y bien podría estar escuchándonos y montando una trampa para hacernos explotar por dentro, sacarnos la piel o matarnos de una forma extraña y novedosa como a los que lleva asesinados.

Y no me digas que sospechas de Rufus ahora porque la cabeza me va a petar ya. Rufus estaba con nosotros cuando mataron a Cecilia, esto lo ha hecho un jodido animal que huele a menta o un tío con un arsenal como el de Ironman y mal gusto para los perfumes...

Nacho se sonrió al escuchar lo de "loquero" y la torpe disculpa de Ana. No le molestaba, ya estaba acostumbrado a que se refirieran a su profesión de ese modo. También le resultó gracioso ver su esbozo de sonrisa al hablar de su madre. Lo que no le resultaba gracioso era pensar que Ana estaba siendo demasiado optimista, igual que algunos de los otros. Nacho no estaba tan convencido de que fueran a recibir ayuda tan pronto.

_Bueno, por mí vamos entonces con Iago. ¿Vamos, Tyler?

-¿Guiri? .- Solo acertó a decir.

Asintió a Nacho, indicancole que les seguiria.

-Yo... bueno, me parece un estudio muy interesante, tiene... a lot of... estudios.- Se rasco la nuca.- Yo vine por la leyendas... me hubiese gustado ver la estatua de la sirena... para mi tesis... 

_Guiri significa que vienes de otro país, Tyler. Y sí, veamos si podemos ayudar en algo. Si no, si quieres puedo acompañarte a ver esa sirena.

Una vez de vuelta en el comedor, el grupo se acercó a Iago.

_¿Hay algo en lo que podamos ayudar, Iago? Aquí hay unos walkies, ¿no? Si quieres podemos ver si podemos hacerlos funcionar. ¿Y sabes dónde podría llegar a haber ido Rufus?