Partida Rol por web

Automáticamente los dos hermanos al escuchar ese nombre se separaron y se arrodillaron al suelo como haciendo una reverencia – Buenos dias padre... – dijeron a la vez cuando ambos se dieron cuenta que Tetsuo, el padre de ellos dos no estaba.

Ambos miraron a Aira mal y corrieron hacia ella – no nos mientas con ese tipo de cosas!! – chillaron a la vez cuando empezaron a jugar a correr que te pillo persiguiendo a Bellow, esta era atleta así que se lo pasaba en grande corriendo y los Yamaguchi no lograban ni siquiera alcanzarla.

La situación resultaba algo graciosa, Aira corriendo saltando obstáculos haciendo parkour saltando por encima de los sofás, maletas, plantas.etc.. y los hermanos Yamaguchi tras ella intentando atraparla tropezando con todo.

"^^" pero que sensei mas energética tengo.." pensó sakura mientras veía todo el panorama, pero empezó a mirar por todos lados y dijo algo tímida esperando que la sensei la escuchara
-kumiko sensei sora aun no ha llegado creo que se quedó dormido ^^""

Kae rió, cantarina.

-Quizás así tenga más gracia, que no lo sepas seguro. De todas formas eres mi amiga, así que lo importante es que no sufrirías nunca ningún daño-la tranquilizó un poco mientras veía como apuraba el chocolate. También pudo ver como Yamato se iba, pero tampoco le preocupó demasiado. De hecho era mejor así, que poco a poco espavilara-¿Qué le dijiste ayer para que le diera el venazo para comerte? Confieso que tengo curiosidad-terminó su café volviendo a la conversación.

Terminó de desayunar e indicó a un camarero si podía ir trayéndole el bento. Parecía que poco a poco iban llegando la mayoría de alumnos ya que se giró hacia la puerta y podía ver y escuchar barullo en la recepción. Repasó el comedor y volvió a ver al pelirrojo con aspecto aburrido. Entrecerró los ojos mirándole, como si algo en él le pareciera distinto a cuando tuvieron el encontronazo. Demasiado tranquilo, había que solucionar éso. Terminó su desayuno y murmuró algo a Ste. Luego se levantó y se acercó a Levi por la espalda rodeando el comedor para que no la viera venir. Una vez detrás de él se agachó para quedar cerca y le susurró algo. 

Cuando habló en voz baja lo hizo procurando que la escuchara solo ella para no descubrir el pastel.
-¿Me perdonas un momento? Voy a ver si consigo quitarle la paz al Rokulerdo. Me crucé ayer con él y apenas tuve la oportunidad de molestar un poco. Si quieres espérame aquí o en la recepción, y a malas podemos seguir hablando en el bus, ¿te hace?-tenía una sonrisa lobuna en la cara. No traviesa o divertida, si no algo más.

Se acercó silenciosa hasta detrás suyo para que no la escuchara venir. Al llegar hasta él por la espalda puso una mano en la mesa con delizadeza y acercó la cara hasta al lado de la de él, quedando a su oído, inclinándose hasta apoyar su torso y pecho en la espalda del chico para poder conseguir ésa proximidad. Los cabellos púrpuras cayeron a un lado, enmarcando los rostros de ambos, mezclándose con el rojo del chico.

-Tenía razón respecto a la bandana, pero eso no es nuevo. ¿Has dormido bien, Levi?-lo tuteó descaradamente sin su permiso. El aliento acariciaba su oreja y los cabellos hacían cosquillas por el cuello-En las casas tradicionales no hay azoteas ni gimnasios, ¿lo sabías? ¿Qué tienes pensado hacer respecto a éso?-hablaba en susurros con un tono de voz algo burlón, pero no para reírse de él, si no para provocarle un poco. Podía notar en su piel y cabello aún el perfume del jabón de la ducha matutina mezclándose con su olor.

Estaba sumido en sus pensamientos, la mirada perdida hacia adelante y sus labios se movían levemente como si estuviera recitando una especie de conjuro o tratando de recordar unas palabras, su mano derecha aún estaba en su mejilla mientras la izquierda la movía lentamente como si tuviera una especie de lapiz intentando escribir en el aire. Si me supera por 20 centímetros debería de atacar a su tobillo, romper los huesos y luego atacar la traquea al estar a mi altura. Mientras tanto su voz salía con tranquilidad y delicadeza dando ciertos pasos. -Tobillo, Crush, Traquea. Parecía bastante concentrado por lo cual no sintió en ningún momento a alguien caminar, incluso cuando la pelimorado puso la mano en la mesa no se percato de ella en lo absoluto, solo pudo darse cuenta de que alguien estaba cerca al sentir el suave aroma de ella, le costo un poco percatarse de ello pero le reconoció y todo pareció nublarse cuando sintió los pechos y parte del torso en la espalda. Sintió una electricidad recorrer desde la base de su nuca hasta la columna, llegar hasta la parte baja de su espalda y extrañamente pasar por su entrepierna excitandole levemente y culminar en sus piernas. Giro de golpe el rostro a la par que se alejaba unos cuantos centimetros dejando que sus rostros quedaran frente a frente casi como la noche anterior pero esta vez quien claramente tenía la ventaja era Kae Yusei. El rostro tranquilo y aburrido del joven mantuvo la mueca pero lentamente sus mejillas se ruborizaron ante la sorpresa de tenerla tan cerca, trago saliva ahogando la tentativa de haber lanzado un grito de sorpresa y le quedo mirando intentando mantener la calma, aún sonrojado. El aroma de la chica parecía extasiante a tal cercanía y mezclado con el propio aumentaba la dulzura, el aroma del joven era dulce y masculino como el de un perfume de paco rabanne pero la diferencia es que éste no utilizaba, la herencia de su padre un hombre que había nacido para ser un galán se le había traspasado. 

-Kae... -Dijo casi por inercia manteniendo la voz baja para evitar que los compañeros de esta le escucharan, miro por los cabellos de la chica intentando divisar a los dos sujetos pero al parecer solo quedaba una o al menos eso parecía. Ante la pregunta el muchacho recordó la noche anterior y mantuvo el color en las mejillas mientras intentaba mantener la voz calmada. -Ya me he acostumbrado a dormir pocas horas al día. Tu te vez igual de feliz que ayer. -Quizás un poco más. -Lentamente las mejillas fueron perdiendo el color y el verde de su ojo a endurecer la mirada mientras esbozaba una leve sonrisa ladeada y entrecerraba el ojo disfrutando un poco más la compañía, aunque en sí la pregunta le tomaba por sorpresa. -No tenía idea... -Mantuvo la mirada en los cristales azules ajenos. -No soy de mucho interés para los demás. No me estarán poniendo atención todo el tiempo. ¿Verdad? -Hubo cierto sarcasmo oculto en aquellas palabras, era como si dijese que era distinto a ella quien facilmente podría ser la Idol de su instituto.

Verle girar el rostro tan de golpe era parte de las reacciones que había previsto. O éso, o que diera un bote o un grito. Al menos hizo lo más discreto del abanico de emociones. Quedarse frente a frente hizo que volvieran a mirarse fijamente, parecía que era parte de su protocolo íntimo de conversación. Éso sí rubor era nuevo. Fue como una pequeña satisfacción, algo que por mucho que quieras disimular no puedes controlar y delata: lo había sorprendido, y éso era parte de la jugada.

Cuando la llamó por el nombré levantó las cejas en una sonrisa llena de sarcasmo.
-¿Ahhh? Ya veo, así que somos suficientemente amigos ya para tutearnos con confianza, ¿huh?-aun así cuando comentó que la veía feliz de hecho borró la sonrisa de la cara y desvió la mirada. Fue un gesto algo extraño pero simple y discreto. Guardó silencio mientras el chico terminaba de hablar y luego cerró los ojos unos momentos antes de volver a abrirlos y mirarle, aunque los labios no se curvaban sarcásticos-Tendrías suerte si fuera así, claro que depende de los gustos de cada uno-pareció entender el propósito de sus palabras, pero no devolvió ningún comentario sarcástico, simplemente lo dejó fluir. Luego suspiró brevemente y clavó su mirada en el verdor que la miraba-Aun así, tienes un problema, y es que sí has despertado mi interés. Y no estoy muy segura que sea nada bueno para tí-sonrió fríamente, desafiándole con la mirada. Su honestidad era punzante y no escondía segundas intenciones ni dobles significados. 

Lo observó atentamente para ver el efecto de sus palabras. No es que hubiera visto en él un caballero andante, de hecho de ser así lo habría ignorado. Había algo en él que resultaba estimulante, diferente y nuevo.

Shiru fue a contestarle cuando se pusieron a pelear, la chica los miró sorprendida.

¿Pero que mierda?

Un rato después empezó a reirse.

Ojalá tuviera un hermano así para divertirme.

En ese momento la profesora de Suiroku le habló a Hiro, Shiru gruñó por lo bajo y le susurró a Sakura y Yumiko.

Esta escuela es increíble, hasta las profesoras son unas zorras. Por suerte nosotros no tenemos esos problemas, aquí somos todos buena gente.

De pronto Sintaro aparece tras Shiru como si fuese un fantasma, sin que nadie lo notase, acerco los labios al oído de la peli azul y mencionó lento y tenebroso – permíteme que lo dude... – acto seguido se pone a un paso de distancia y se cruza de brazos.

Sintaro, llevaba desde las 5 y media despierto, se había puesto a trabajar en su proyecto y después de ducharse y preparar su maleta con, un pijama, una muda, el portátil, una batería de repuesto para el móvil, y otra para el portátil, el reproductor de música y además de dos botellas de coca cola (dos litros cada una).Sintaro vestia lleva una chaqueta de jersey rojo que cuenta con rayas blancas en las mangas, una camiseta negra con pantalones de color marrón claro. en sus pies unas Deportivas.

Sintaro miro a la demás chicas y les sonrió de manera sádica mientras fijaba sus ojos rojos (lentillas) en la mirada de cada una, (en Sakura y Yumiko)

Hace mucho, mucho tiempo que no os veo... ¿cómo vais en el Rokulerdos? – pregunto de manera seca y con un tono de burla.

Sakura se giro cruzada de brazos y clavo su mirada de color esmeralda en sus ojos rojos de lentilla, no pudo evitar mirarle de arriba abajo y sonrreir pícaramente
-vaya vaya cuanto tiempo sintaro me echabas de menos? Porque yo a tu mirada sádica si, no había día que no me cruzará con esa mirada

-Ve, ve, tranquila. Hablamos después.

Sigo con mi desayuno.

-Creo que te interesará un poco una parte...aunque es como si no fuese yo quien lo dijo.

Le pareció extraño que le preguntara sobre el tutearse, generalmente lo hacia con todos e incluso evitaba usar los honorificos con sus profesores o mayores, al unico que trataba con respeto era a su padre pero por el simple hecho de que era eso, su padre. El hecho de que la chica hubiese cambiado levemente la mueca fue un gesto que le ayudo a Levi a calmarse con mayor facilidad, el sentir que la chica de cabellos morados era alguien a quien sus palabras pudieran hacer efecto le hacia sentir mucho mejor, esbozo una leve sonrisa entretenida como si hubiera encontrado algo con lo cual jugar, se mantuvo en la silla mientras apoyaba nuevamente la mejilla en una mano. -Oh..Ya veo. Así que la pasaste bien anoche. -Pronuncio insinuante mientras mantenía la sonrisa provocadora. 

Se mantuvo con calma mientras la joven decía sus palabras y le miraba con seriedad, cerró el ojo al escuchar sobre los intereses de los demás, tenía razón en que no conocía a las demás personas ni a quien pudiese estar viendo las acciones de los muchachos, pero sentía la confianza de haber pasado desapercibido durante el año y algo que llevaba en Rokusen más la seriedad volvió al rostro del muchacho cuando la joven le indico que ella podría ser un problema. Sus miradas se entrecruzaron y por un momento quien estaba sonriendo era ella y el de la mueca inerte se trataba de él. Una parte de él, la más peligrosa se imagino tomando la cabeza ajena y golpearla contra la mesa. Esta idea rapidamente se desvaneció de la mente del muchacho quien sin demostrarlo parecía haber salido de un trance, el verde de sus ojos se había afilado y una sombra en el rostro le hacía parecer mucho más serio que antes. Cuando escucho lo último el joven no lo vio de una forma positiva o tentadora, más bien la vio de la peor manera posible Una Amenaza. Se levanto del asiento quedando de pie frente a ella demostrando que la altura que poseía realmente podía ser intimidante, la mirada no se tranquilizo y la mueca demostraba cierta frialdad. -Hey...Yusei. -La voz del muchacho demostraba bastante seriedad. -Me recuerdas a los entrenadores de cocodrilos. -Hizo una leve pausa para que las palabras pudieran ser meditadas, la voz combinaba perfectamente con la frialdad de su ojo. Le estaba respondiendo con la misma sinceridad que ella y a veces esa honestidad podía ser bastante tétrica. -Estas metiendo la cabeza muy dentro de las fauces. -Algo tenía aquella chica que le parecía amenazante, si bien le gustaba su forma directa y concisa de decir las cosas tenía más que claro que aquello podía ser lo que significara la peor de las noticias para Levi, eras sentimientos encontrados siempre que se encontraba con ella. Mantuvo el silencio sin quitarle el ojo de encima, la distancia entre ellos no era mucha y pareciera que al joven de cabellos rojizos se le hubiera olvidado que estaban en medio de un comedor y que en cualquier momento pudieran aparecer sus compañeros de Rokusen.

Cuando Levi hizo alusión a la pasada noche no pudo evitar contener una carcajada, haciendo que riese medio contenida haciendo un breve sonido nasal. Oh, si, vamos, me lo pasé en grande fastidiando al resto, mojando al pobre Sintaro de cabeza a los pies y poniendo a Ste y Yamato en un aprieto… la bomba pensó con sarcasmo para sí, haciendo rodar los ojos. La felicidad era algo muchísimo más complejo para ella que una simple fiesta de pijamas perturbadora. Complejo, doloroso y problemático, si aún cabe. Era, en definitiva, un mal chiste.

Para cuando volvió a mirarle pareció que había cambiado de nuevo. Era aquella especie de trasnformación que habia visto en el ascensor. Para ella era un fenómeno que le causaba curiosidad, la atracción que sentía por aquel chico se fundamentaba en lo distinto que era, o que almenos ella creía percibir. Aquello le llamaba fuertemente, y no era simplemente la tensión de cuando se enfrentaban cara a cara.

Lo vio erguirse y lo mismo hizo ella, dejando la mano apoyada aún en la mesa y la otra en su cadera. A medida que el chico se levantaba sobre ella, Kae dibujaba la misma sonrisa que él en su rostro, como un reflejo de él. No se sentía intimidada por su tamaño. No, intimidada no. Se podía leer en su expresión corporal, su respiración sin alterar, su semblante sin tic alguno de nerviosismo. Pero Kae no era idiota, y sabía que nunca debia subestimar al chico de delante de él.

Que la llamara por el apellido era como si fuera un indicador de que su actitud claramente era otra.

-Entonces no me queda otra que ser más rápida que tú- y aquello no era un problema. Era muy buena en velocidad y reflejos: más que buena. No por regalo divino, si no fruto de un poco de talento y mucho esfuerzo. Y confianza. Lo que quizás le faltaba era el sentido del peligro.

Parecía que no existiera el espaciio vital entre ellos dos, siempre cara a cara, desafiantes y a pocos centímetros. Le sostuvo la mirada mientras levantaba la mano de la mesa y se apartaba el cabello hacia la espalda, librando sus hombros del cabello húmedo y apegado a la piel.
-O quizás estudiar cómo calmar a un cocodrilo…¿alguna idea?-murmuró no como provocación, si no simplemente para ver hasta donde llegaba la conversación. No buscaba realmente empezar una pelea en medio de un comedor. Era su forma de conocerle.

 Aún no lograba descubrir que era lo que tenía aquella chica que le hacía actuar de tal manera, era como si todas las cosas que hiciera frente a las demás personas con Kae Yusei no pudiera realizarlas, el actuar como una persona amable, timida y temerosa frente a la chica jamás las había demostrado, era como si tuviera cierta conexión que hiciera que actuara de la manera incorrecta, al menos para su punto de vista, de la manera que le habían dicho que debía guardar para cuando estuviera en su hogar, en las calles por las noches o en una pelea pero jamás en el instituto en donde seguramente llegasen a enterarse las represalias fuesen contra su padre quien era el único responsable del pelirrojo. 

Aunque no lo quisiera asumir en cierto grado aquello le disgustaba, el no saber las cosas en cierta medida terminaban por causarle cierta molestia pero la chica causaba un claro interés en él que era demostrado de una u otra manera, no había miedo en su semblante y en cierto punto le pareció estar volviendo a los siete años, cuando se enfrento al orgulloso chico de once años, la sonrisa socarrona y mirada desafiante. Fue la primera vez que mato a una persona y le parecía que hubiera sido ayer ya que la sensación estaba a flor de piel, aquel día había marcado su futuro y el como fue creciendo tan diferente a los demás. El rostro del pelirrojo no cambiaba en lo absoluto mientras que el de la chica le parecía de lo más expresivo.

Nuevamente las palabras de la joven parecían desafiarle, tenía entendido que la muchacha era una atleta, su talento era innegable pero el muchacho era seguro de sus capacidades que de pequeño le hicieron desarrollarse, lo más seguro es que no pudiera superarle en una competencia de velocidad pero con el solo hecho de poder alcanzarle, de tener el cuerpo de la pelimorada a la cercanía intentaría todo lo posible para eliminar aquello que les evitaba estar juntos, sus piernas por ejemplo, aquella imagen hacia que el muchacho sintiera una leve excitación en su cuerpo, un sentimiento que no le gustaba en sí debido a lo inhumano que era. -Sae Rabbit. -Dijo casi en un susurro, no era un insulto más bien una caracteristica que veía el joven en ella, la chica era como un conejo en una carrera de tortugas, siempre más adelante que los demás incluso quizás de él para descubrir ciertas cosas. -Sería dificil atraparte, pero no pareces ser de las que huyan.

La forma de expresarse de Sae era un tanto parecida en cierto aspectos a las de Levi, directa y precisa además de tajante con toques fríos pero su habilidad de demostrarlo con el cuerpo difería completamente de éste, ella movía su cuerpo con delicadeza como si se tratara de una modelo mientras que éste apenas expresaba cosas con su cuerpo, siempre intentaba hacer la menor cantidad de movimientos. Mantuvo la mirada pegada a la de ella sintiendo el suave aroma de su cuerpo extasiando su olfato. -Primero asegurarse de que el cocodrilo haya comido. -Esbozo una sonrisa macabra mientras elevaba un poco la visión y sentía como apenas podía mantener la lengua dentro de su boca, realmente estaba deseando convertirse en un animal en éste momento. Dime Kae ¿Existe alguien a quien desearas matar? Le hubiera gustado decir en aquel momento y demostrar las cosas que podía enseñarle a la mujer, realmente le hubiera gustado tener la libertad de decirle tantas cosas pero si lo hacía la vida de la pelimorada cambiaría completamente e incluso los porcentajes de que Levi pudiera asegurar su seguridad serían casi nulas. -No puedes meter la mano en su boca si sabes que te la arrancara de un mordisco.

Yamato se sonrojo de sobremanera cuando Bellow le habló, y empeoro justo cuando empezó a peinarle a su manera.

El muchacho parecía una coctelera por como temblaba, aunque no parecía que fuera a desagrado, todo lo contrario, parecía gustarle. Justo cuando la profesora dejó de mover las manos y le habló de nuevo, el muchacho sonrió tímidamente.-G…gracias señorita Bellow.-Murmuró para luego dar unos pasos atrás y verse reflejado en uno de los espejos del hotel.

Se veía guapo y Yamato no sabía si eso era por cómo iba vestido y de el esmero que había puesto para estarlo…o porque Bellow le arregló el pelo, fuera como fuera el muchacho ahora tenía un aura de felicidad inigualable

Hiro mira la escena que estan montando los profesores y murmura Los admiro y respeto a todos y cada uno de los tres...pero ahora me dan un poco de vergüenza ajena niega cuando la cabeza cuando ve algo que le llama la atención. Oye el comentario de Himeko pero decide no hacerle el menor caso.

Se gira en seco y se queda mirando a Sintaro.

- ¿!Sintaro¡? -exclama sorprendido- No sabia que fueras al Suiroku... que pequeño es el mundo -rie.

Cuando la llamó por aquel nuevo mote no pudo evitar ladear la cabeza a un lado, visiblemente le había llamado la atención. En su cabeza, aficionada al mundo occidental, apareció la figura de Jessica Rabbit. Bueno, podría haber sido peor. Se cruzó de brazos cambiando el peso del cuerpo de una pierna a la otra, haciendo que el cabello basculara a su espalda. 

-No se trata de huir, se trata de sobrevivir. Y no hay cobardía en ello, ni honor. Solo superviviencia-le contestó. Le habría podido molestar si la hubiese llamado cobarde directamente, pero no había sido el caso. Simplemente hablaban, quizás no con un ambiente normal... pero ni Kae se consideraba alguien normal ni tomaba a Levi por alguien corriente. Aun su impasividad, no parecía que se debiera a indiferencia, si no que parecía probable que pensara más cosas de las que decía.

Aun así, ahí estaba él. Pétreo. Sentía que podría golpearle en el estómago y no retrocedería, que en aquella concentración suya los reflejos se le agudizaban. Parecerían una lucha ninja, golpeando en el aire y esquivando. Lo observó, sus hombros anchos, los brazos, el torso. Aparte de atractivo se le veía ejercitado, pero quizás tenso también. Era un resorte a punto de saltar.

-Bueno... acabas de desayunar abundantemente, ¿no?-lo miró, viendo sus sonrisa macabra. Le recordó a la sonrisa de Sintaro, pero ésta vez ella era la receptora. Sabía que de tener el sentido común de una persona ordinaria habría sido suficiente como para hacerla retroceder, pero aquello le interesaba de algún modo. No se sentía en peligro, pero lo percibía en la piel. Levantó una mano y la posó en el centro de su pecho-No te preocupes, no te mordería tan fuerte...-luego se detuvo unos segundos antes de cerrar los ojos un momento-Me estás aconsejando mucho, ¿empiezas a preocuparte por mí...?-los abrió para mirarle-¿O por tí?-.

Shiru lo miró con cara de pocos amigos.

Habla el traidor número uno de Rakusen...

Luego miró a Sakura con una sonrisa.

Claro que nos extrañó, debe ser imposible vivir sin nosotras.

Le saca la lengua a Sintaro.

Le gustaba cuando la joven cambiaba el peso de un lado a otro, le hacía ver bastante femenina, incluso más del como ya era y combinado con sus ropajes oscuros de cuero o del estilo más gótico debía admitir que la joven sabía sacarse todo el provecho posible para verse atractiva. El muchacho se mantuvo frente a ella, le gustaba que sus distancias fueran tan cortas, le apreciaba mejor pero a la vez la tenía al alcance de un brazo. Para Levi el asunto físico le era indiferente, al menos con la chica de cabellos morados tenía claro que podía superarle en todo lo que no fuese velocidad pero lo que realmente le causaba una precaución al momento de entablar conversaciones con ella eran las conversaciones y los enfrentamientos mentales que hasta ahora estaban teniendo, la chica era peculiar por decirlo menos y el joven lo estaba descubriendo poco a poco. 

-Ya veo. -El muchacho quedo pensando las palabras de la chica, "Ni honor en ello". Aquello quedo en su mente un par de segundos mientras su ojo miraba a su acompañante, los fríos orbes azules de la joven le parecían interesantes, completamente diferentes de como imaginaria que una mujer de sus caracteristicas debería de actuar, podía notar como las cosas cotidianas no le eran de una importancia, no al menos del como lo serían sus propios anhelos, sus propios deseos y metas, el como las cosas que pensaba eran diferentes al común de las demás, el como podía ver a través de Levi, si bien no había visto la fachada que éste tiene con los de su instituto el joven podía percibir como no se lo hubiera creído en lo absoluto. -Nuestra manera de Sobrevivir es bastante diferente. -Esbozo una leve sonrisa dejando de lado un tanto la mueca inerte, parecía un tanto más amable pero el ojo mantenía esa frialdad, aquello era lo unico que no podía manipular a su antojo. 

Le quedo mirando fijamente, su cuerpo a diferencia de su compañera no se movía en lo absoluto, sus manos se encontraban cerca de los bolsillos de su pantalón y su pose era firme, las palabras de la joven le sacaron una leve sonrisa a la cual le siguio una respuesta rápida. -Descuida, tus mordidas no me molestarían. -Pronuncio con cierta picardía en su voz, le hubiese gustado preguntarle ciertas cosas, hablarle de tú a tú y no como una detective contra un criminal, se preguntaba que hubiera pasado si la conociese fuera de los limites de los institutos, quizás ella se decepcionaría de la vida que lleva el joven, quizás no. Quizás él podría abandonar aquel mundo, a su padre, sus maestros y sus impulsos pero aquello solo era una imaginación y no le importaba en absoluto las cosas irreales. Cuando la joven abrió los ojos pudo notar como la mano derecha del joven se encontraba delante de su frente, le apuntaba con el dedo indice mientras su mano izquierda estaba guardada en el bolsillo de su pantalón. -No hace falta llamarlo preocupación. Más bien es una advertencia. -La sonrisa macabra y levemente sadica se había esfumado, la mueca se había transformado en una leve sonrisa pero ahora ésta también se había ido dejando un aspecto más serió y honesto pero no por ello menos tetrico. -Si te mantienes cerca de mi, tu seguridad corre peligro.

El apunte sobre las tácticas de supervivencia de ambos era un poco revelador. Era ver un poco más de él, pero no le apeteció tirar de ése hilo. No aún, quizás en otro momento. Aunque que por fin sonriera fue como si hubiese habido un pequeño avance y no quedase allí más tiempo, de pie como una estatua sin vida murmurándole cosas. No le molestaba, pero era en parte como si se estuviera cerrando en banda. Era una de las posibles reacciones, y después de su actitud en el ascensor le habría molestado que ahora sí se cerrase. Aunque quizás en otro momento lo hiciese y no se molestaría.

Pero encontrar-se era como si automáticamente la atracción fuese palpable segun las leyes físicas ya que siempre terminaban uno a escasos centrímetros del otro y sin apenas desviar la mirada salvo en pequeños momentos. Ella lo hacía más, pero en gestos para reforzar sus palabras. Él lo hacía menos para reforzar las suyas. Sí eran diferentes, pero tampoco buscaba a una Kae en versión chico.

Cuando aclaró que no sería una molestia si lo mordía la sonrisa se volvió algo pícara, percibiendo aquel leve cambio en su voz y encontrándolo nuevo, llamativo. Menos agresivo, como si rebajara la tensión quizás. Cuando la conversación siguió y él levantó el dedo hacia ella, pero no era una expresión amenazante. Ni siqueria sus palabras: no usó 'amenaza' sino 'advertencia'. Aquello podía denotar que era cierto que no tenía nada contra ella. Y ella, bueno, el interés había sobrepasado un poco el hecho de que fuera del Rokusen, aunque no era algo a olvidar.

Miró el dedo y le miró a él. Ya no era un resorte, ya no parecía hecho de nitoglicerina. Kae esbozó una sonrisa con los ojos levemente entecerrados sin desviar los ojos de su mirada verde, profunda. Levantó la mano muy lentamente, buscando que él viera perfectamente el gesto, y tomó la de él con suavidad pero firme, sin apretar pero sosteniéndola. Luego tiró apenas un poco de ella y se acercó el dedo extendido de Levi al rostro donde con la misma lentitud se lo llevó a la boca y lo mordió con suavidad, presionando levemente con los dientes. Luego giró la cabeza a un lado liberando el dedo, con el típico gesto que hace un carnívoro al moder un pedazo de carne y tirar para desgarrarlo y comerlo. También soltó su fuerte mano y con la yema de los dedos se limpió los labios, pasándolos por encima apenas un momento.
-¿Y te molesta que esté cerca de tí...?-¿Te molesta que eso sea un peligro? preguntó, sin haber perdido un ápice de sonrisa en su cara. No era una expresión provocadora para presionarle y molestarle, sino que volvía a tener ese aire misterioso y un tono de curiosidad en su voz, como si no se pudiera leer qué tramaba en su cabeza.