Partida Rol por web

Al cabo de 2 horas y media aproximadamente llegáis a Kyoto. Desde la estación de Kyoto hasta el hotel os llevan en un minibús que cabéis toda la clase al completo.

El hotel es grandioso, lujoso, a simple ojo diríais que es de 3 o 5 estrellas. Demasiado lujo para lo poco que habéis pagado por la excursión, pero, Bueno, ya están allí.

Entráis a la recepción y esta es grande, espaciosa, llena de lujo, las luces están encendidas pues fuera está empezando a oscurecer, sentís algo de hambre ya que son las 21:00h aprox y normalmente en Japón se cena a las 19 o 20 horas.

Yamaguchi empieza a dar los datos de los alumnos y a medida que los va dando va llamando uno a uno para entregarle las llaves de sus habitaciones – Nuestra planta es la cuarta, el número de la habitación lo tenéis en la llave, procurad no perderla pero en el caso de extraviarla tendréis que pagar la copia de la llave.

Mientras Ren, indica que con los mismos datos de los alumnos hagan una reserva a otro tipo de habitaciones, entonces, Ren os va repartiendo una tarjeta llave a cada uno, en la tarjeta llave pone “habitación del amor (numero)”. En pocas palabras, son habitaciones que están decoradas solo para parejas.

Estas habitaciones están en la última planta, es un regalo de despedida de mi parte, si no las queréis usar no las uséis pero, estarán disponibles para vosotros. No acepto devoluciones.

Después del regalo de Ren, Yamaguchi parece cabreada con él, Kumiko agarra de la muñeca a Ren y pretende llevárselo fuera del hotel para hablar – Chicos id hacia el comedor y cenad, el Servicio de botones se encargara de llevar vuestras pertenencias a vuestras habitaciones, nosotros iremos después

Dicho esto ambos salen a seguramente discutir fuera, por ahora sabéis que Ren junto la profesora de 75 años, arrugada de historia son los únicos que le echan valor a discutir con ella ya que la consideran una compañera y no lo que es.

Yumiko se pasa el resto del viaje en tren mirando el paisaje por la ventana. Cuando a lo lejos se empieza a vislumbrar la ciudad de Kyoto.- ¡¡Ya llegamos!!

Luego en el bus más emocionada, pero cuando llegan al hotel parpadea y mira a su al rededor.- Oh ._. ... Yo me esperaba un hotel típico de Kyoto, algo más... tardicional. -Coge la llave que le tiende Kumiko.- ¿Quieres decir que toda la planta cuarta es para nosotros? Porque mira que tiene que tener habitaciones si cada uno de nosotros tiene una... -sigue mirando a Kumiko ladeando la cabeza cuando coge sin mirar la otra tarjeta que le da Ren. Extrañada por que tenga dos llaves, mira esta ultima y ve lo de la habitación del amor. Vuelve a ponerse colorada como en el tren.- ¡Pero Jinguji-sensei!!

No puede decir nada más porque Kumiko lo coge para hablar fuera. Niega con la cabeza y pone los ojos en blanco. Se acerca al servicio de botones y les da su maleta y su mochila, sacando de esta el móvil y guardándoselo en el bolsillo junto a las tarjetas llave.- Dejadlo por ahí en la habitación, por favor. Luego subiré y ya lo arreglaré.

Mira a Hiro y asiente.- Si, yo también me muero de hambre.

Se mantuvo callado la gran mayoría del viaje, parecía más concentrado en el paisaje que en conversar, tampoco observo nuevamente su celular simplemente lo dejo allí, si bien en los años anteriores parecía bastante animado y extrovertido en cuanto a la clase esta vez estaba más reprimido, eran las vacaciones finales y ya no vería a sus compañeros, ya no hacía falta actuar de aquella manera tan extraña. Quizás ya no era necesario de que se sintiera tan avergonzado frente a las chicas, dio un leve suspiro. Kumiko me dijo que me ayudaría a salir de ese “mundo”, pero…Si no quiero salir de él, soy bueno en ello y tampoco tengo otros talentos en los que ganarme la vida. Los pensamientos eran varios y distintos entre sí. Cuando llegaron al bus bajo sus cosas, además ayudo a Angie y Yumiko con los propios aunque nuevamente un chico fue hasta Angie para ayudarle con la mayor cantidad de las maletas, aunque esta vez ya no pareció molestarle en absoluto a Levi, en el bus fue una actitud igual y para cuando bajaron frente al hotel le tendió la mano a la rubia y también a la peliazul. Esbozo una sonrisa a ambas mirándoles con ojos entrecerrados. –Descuida Yumiko, de seguro tendremos tiempo para ir a lugares más turísticos. –Extrañamente no pareció sentirse avergonzado ni cerca de ello, aunque tampoco le estaba mirando, sus ojos parecían mirar un horizonte perdido mientras esbozaba una leve sonrisa y hablaba en dirección hacia ella.

Unos minutos después unos sujetos parecían llevarse las maletas de los alumnos, seguramente estaban ayudando a llevar las maletas de estos, sin darse cuenta uno de ellos ya estaba llevando la maleta y el estuche de violín de Levi. –Hey espera, ¡Deja eso mierda! –Dijo al final al notar que éste no soltaba el último insistiendo en que era su trabajo, finalmente tuvo que apartarlo con un empujón del pie derecho en forma de patada. –Lleva la maleta, pero esto no lo puedes tocar. –Tomo el estuche con la mano izquierda y se acomodó la bandana que tenía en frente. Lanzó la llave al aire para que el botones se llevara las cosas refunfuñando maldiciones.

Un celular comenzó a sonar con una tonada de Mozart, Levi saco rápidamente el celular del bolsillo y contesto. –Diga. Ehm…Si. Si sé que son las 9 P.M. No, Recién acabamos de llegar. –Alejó el celular de su oído justo a tiempo en que unos gritos comenzaron a escucharse, parecía estar enojado y dando órdenes a diestra y siniestra. –¡Como que aún no estas entrenando! Ya tienes agendada una pelea para el día jueves. Sabes que si no entrenas a las 9 P.M. perderás training, vete a entrenar antes de que envié a Gaoh y te traiga a golpes. Sabes que soy capaz. –Gracias por dejarlo tan en claro, aunque sería entretenido pelear con Gaoh. Llevo el celular hasta su oído y antes de que pudiese escuchar otro grito le interrumpió. –Vale Vale, si ya lo hemos hablado. ¿Acaso te falta dinero nuevamente? Más te vale que esta vez sea suficiente, por cierto, si vuelves a gritar de esa manera tendré que meterme a un baño a conversar para que la gente alrededor no te escuche. Vete a follar putas y calmate. –Hablaba relativamente bajo aunque ya no podía contenerse las ganas de darle un buen grito. La ceja derecha estaba enarcada mientras una vena se marcaba en la frente, colgó el celular y se giro para mirar a sus compañeros con una sonrisa amable, un rostro más ameno. –Parece una buena idea, me vendría bien un emparedado rápido, estoy muerto de hambre y sueño. –Espero a que Angie y Satoru también dieran su aprobación.

Sus compañeros no habían tenido mucho contacto con Angie durante el viaje en el tren, puesto a que la chica apenas había tomado asiento, cayó en un profundo sueño. Consecuencias de trasnochar y quedarse despierta frente a la pantalla de su ordenador y de su celular toda la noche... 

Por suerte alguien le codeó cuando se estaban aproximando a Kyoto y la chica logró despabilarse cuando bajaron del tren para subir al bus. Una vez rumbo al hotel, la chica se estiró con pereza - Me parece que ahora me quedaré toda la noche despierta... - Comentó para sí misma. Revisó entre su bolso y pudo observar que alguien le había metido un paquete de tres preservativos - Malditos babosos... - Revoleó sus ojos, pensando que aquello se trataba de una broma tonta de sus compañeros varones.

 Una vez que llegaron al hotel, Angie sonrió al ver donde se alojarían durante esa semana. El lugar cumplía con sus expectativas y ella no podía merecer menos. 

-¡No seas amargada Yumi, el hotel es fabuloso! Será divertido - Le contestó a su amiga, mientras alegremente le indicaba a los botones del hotel dónde se encontraban sus maletas. Ser servida era definitivamente el estilo de vida de Angie. Lanzó una carcajada ante la habitación "extra" regalo de su profesor, creyendo que se trataba de otra broma tonta.

-¡Al comedor se ha dicho! - Dijo con entusiasmo - Pero antes... ¡Selfie!

Angie sacó su móvil, ignorando momentáneamente los múltiples mensajes que le habían llegado mientras ella se encontraba durmiendo y activó la cámara frontal, esperando a que todo su grupo se colocara para tomar una fotografía e inmortalizar aquel momento.

Mira a Angie y a Levi.

-No es ser amargada, que no me quejo del hotel, que mola bastante, es grande y muy bonito, a saber las habitaciones, que seguro que son igual. Pero no voy a negar que me apetecía un hotel tradicional. -se encoge de hombros.- Pero bueno, tienes razón -asiente mirando a Levi- seguro que vamos a visitar lugares turísticos que también estén geniales.

Entonces llaman a Levi y se sorprende por los gritos al otro lado del auricular. Cuando este cuelga, no puede evitar acercarse a él.- ¿Todo bien?- Pero al ver que se gira normal y sonriendo, Yumiko le sonríe tambien.- Claro, vamos a comer.- Se acerca a Angie posando en la foto y poniendo los dedos con el símbolo de la victoria.- ¡Venga! ¡Selfie!

La sonrisa del joven se mantuvo en su rostro mientras escuchaba a sus compañeras, al parecer el ánimo era bastante positivo y aquello le gustaba en cierta parte debido a que la suya se había ido hace un par de horas, estaba cansado por el viaje y lo único que tenía en mente era ir a entrenar y luego dormir un poco, aunque lo más seguro es que dormir era lo que menos lograría hacer. Escucho a sus compañeras quienes aceptaron el ir al comedor, esperaba a que no se demoraran mucho en caminar hacia allá, estaba ya emprendiendo camino cuando Angie decidió sacar una foto para la posteridad, aunque bien sabía Levi que la rubia subiría la foto a alguna plataforma de las cuales siempre se hablaban en el instituto.

Camino hacia Yumiko y Angie quienes ya estaban cerca, se puso entre ellas y agacho un poco el cuerpo para quedar a la altura de ambas, puso cariñosamente las manos en la cabeza de cada una mientras miraba a la cámara con un rostro levemente neutro y el ojo visible entrecerrado, saco la lengua un poco para ver cómo se veía, aunque la guardo inmediatamente al no gustarle, cuando Hiro, Sakura y Satoru estuviera puestos en la foto, Levi aprovecharía para darle un beso en la mejilla a Angie cerrando el ojo y haciendo que la foto pareciese más íntima de lo que realmente era, se alejó y con una sonrisa además de la lengua al aire dijo unas cuantas palabras. –A ver como reaccionaran ahora tus fans. –No hubo cruce de miradas, sabía que si lo hacía se iba a poner nervioso y no podría culminar sus palabras sin titubear, se giró para caminar hacia el hotel, evitando que los demás le vieran apretó el puño en señal de victoria. Vamos mierda, al fin pude hacerlo. Se sonrojo levemente mientras pensaba en lo que había hecho y llegando al umbral de la puerta se giró más calmado. –Hey vamos, que no tengo mucho tiempo.

Hiro se coloca junto al grupo, haciendo su pose tipica, sonrisa deslumbrante de oreja a oreja y con el pulgar hacia arriba. Se situo detras de ellas, siturando su cabeza encima de la de Levi. Por dentro estaba pensando en el hambre que tenia y en lo que estarian discutiendo sus profesores, era una suerte que transparentara tan poco esas cosas, desde el exterior parecia tan normal.

Veis como vuestros compañeros de clase se van marchando hacia el comedor para cenar, los únicos que se quedan por el lugar sois vosotros y un par que se han ido fuera a espiar a los profesores discutir y dos más que se han ido a fumar fuera.

Sakura, Satoru, vosotros veis que un tipo rubio con un cigarro en la boca va entrando, a su lado una mujer pelirroja con un atuendo más típico de ir a la montaña que no ir de lujo.

Tras ellos veis entrar unos 20 chicos de vuestra edad aproximadamente, seguramente chicos de otro centro que también están de excursión… pero, aquí hay algo raro, algunos los reconocéis ¿de qué será? Ah sí! Son los alumnos del Suiroku!!

Al cabo de 4 hora de trayecto, pues, no habéis cogido demasiado tráfico y habéis llegado una hora antes, llegáis la hotel, a los que se esperaban algo tradicional... parece que no conocen a su tutor Yamaguchi.

El hotel es grandioso, lujoso, a simple ojo diríais que es de 3 o 5 estrellas. Demasiado lujo para lo poco que habéis pagado por la excursión.

Yamaguchi se acerca al mostrador e indica con una lista los alumnos que son, sus identificaciones y demás coses para ir entregando las llaves tarjeta de sus habitaciones pertinentes. A medida que se van creando os va llamando para entregaros las llaves, per veos que son dos llaves tarjetas, en una veis que pone “habitación del amor (numero)”

Las primera que solo pone el número es de la planta cinco, es una planta entera para nosotros, las habitaciones son individuales pero por favor... que no se note demasiado si entráis a las habitaciones de los demás, por lo menos sed discretos, ya que para mí, ojos que no ven corazón que no siente, no podre chivarme a vuestros padres de coses que no he visto

Menciona antes de terminar de repartir las llaves

Las segundas Bueno digamos que a todos se nos revoluciona las hormonas y necesitamos un lugar íntimo y decorado para la ocasión usad lo que os he dado antes

Menciona cuando se estira, Bellow, parece que ya no se altera por todo eso, más que nada, esta acostumbrada a las locuras del tutor, así que simplemente se deja llevar, era el viaje esperado, no quiere pasarse peleando con él por cualquier chorrada, además, él ha sido quien ha pagado ese extra y no la escuela “mientras no malgaste el dinero común...2 piensa cuando indica a los alumnos que la siga

Vamos a cenar, ya hay hambre chicos!!

Exclama viendo quien la sigue

Mientras unos botones se os acercan para ir recogiendo vuestras pertenencias y llevarlas a vuestras habitaciones.

Hugo, tu si te fijas bien, a un lado de ese grandioso lugar, hay una pelirosa que te suena muchísimo, ella está hablando algo acerca de unes maletas con un botones

Llegamos por fin al hotel que no tiene mal aspecto. No se bien lo que han pagado mis padres pero sin duda es un dinero bien invertido. Cuando saco mis cosas del maletero y me dirijo detrás de los profesores a recepción, casi siento alivio de salir del autobús. Claro que si las cosas han sido así en el, no quiero saber como serán por la noche. Va a parecer una película de los hermanos Marx, de tanto abrirse y cerrarse puertas.

Y luego como no, el profesor tiene que demostrar que no solo no piensa en otra cosa mas que el sexo, sino que parece dar por supuesto que todos nos comportaremos como conejos en busca de una pareja con la que retozar. Vaya tela. Aunque claro, si ha visto una parte de lo sucedido en el autobús, yo también daría por sentado un montón de cosas.

Profesor, prometo ser lo mas discreto posible, aunque claro, yo no hablo por todos. Tomo mi llave y me quedo un poco al margen de los demás. No he hablado apenas con nadie en todo el trayecto y ni mi amigo a parecido interesarse por mi en lo mas mínimo.

Dejo vagar mis ojos por el resto del vestíbulo y de pronto...no puedo creer lo que veo. Esa chica... Arrastro mi maleta hasta llegar cerca de la muchacha y le toco en el hombro, esperando con una sonrisa a que se de la vuelta.

Sakura?. No esperaba verte aquí.. Espera, si ella esta aquí, eso significa...que todo su instituto esta también aquí. Oh, oh...

Yamato aún estaba algo incómodo por lo que ocurrió en el autobús, pero al menos ya habían llegado…y ahora podrá alejarse un poco más de ese variopinto grupo.

Escucho atentamente las palabras de su tutor a la vez que repartía llaves, les volvió a avisar sobre usar protección y ser discretos, Yamato aún seguía pensando que esto no tenía nada que ver con él, después de todo lo que pasó en el autobús.

Acariciando aún el rotulador que tenía bien guardado en su abrigada chaqueta se encamino siguiendo a la tutora y pensando en que podría cenar o en algún lugar en el que poder descansar y bueno , ser el.

Tras tanto rato de estar sentada, lo primero que hago al salir es estirarme bien estirada...casi hasta me inclino para estirar la espalda. Casi, pero en en último momento recuerdo que llevo minifalda. Mini minifalda.

Tengo que acostumbrarme...

Mi móvil suena y leo lo que me responde mi madre. Y listo, otra vez estoy nerviosa.

-Ay dios...que querrá decir...

Recojo mi maleta deseando llegar a la habitación para ver mi ropa y comprobar que demonios me ha metido en la maleta a traición. Cosa que hago en cuanto nuestro tutor nos da las llaves. O casi. Antes de irme, envío un whatsapp.

Termina de hablar con el botones y se giro, quedándose pretrificada con ganas de lanzare a darle un abrazo pero detrás estaban sus compañeros no sabia que hacer ni como reaccionar solo mirarle lo ojos y susurrar "hugo-kun..." mira a satoru que estaba distraído..

-hugo-kun hablamos luego xfavor..envíame un sms para vernos..

Sakura sale disparada al comedor con sentimientos contradictorio

Al llegar tomó sin dilació la mochila de cuero al hombro y el arco, bajó y recogió su gran maleta para seguir la comitiva hasta el hotel. Le sorprendió que fuera un alojamiento tan lujoso, de hecho se había imaginado un lugar más tradicional. Pero que ofreciera aquellas instalaciones sugería servicios interesantes como piscina, gimnasio y Spa, y lo último se le antojaba bastante.

Recibió las llaves del tutor con una ceja levantada y expresión escéptica. Miró a Bello-senpai con la típica mirada de "Va en serio?" antes de volver a mirar a su tutor y al resto.

-Vaya Hugo, así que piensas darles uso, ¿eh?-bromeó con su compañero divertida antes de guardarse las llaves que le habían dado. Vio acercarse el botones y le tendió el arco con sumo cuidado-Tome especial cuidado con ésto, porfavor-le indicó tomándose la molestia para especificarlo.  Luego se giró hacia la tutora y se puso a la altura de Yamato y Ste, pasando un brazo por el hombro a cada uno, quedando ella en medio.

-¿Dónde os ha tocado? Si os tengo en el cuarto de al lado me será más fácil colarme por el balcón-bromeó divertida. Estaba sonriente, mirándolos esperando la respuesta cuando vio que Hugo se adelantaba a saludar una chica. La miró sin sonarle quién era y antes de poder preguntárselo la chica salió disparada en dirección a lo que parecía el comedor. Reprimió una carcajada-Hugo-kun, eres demasiado impetuoso. Tendrás que ser más sutil con las damas-comentó sin malicia ni sorna, sino visiblemente para quitarle drama a la situación.

Flipo más con las palabras del tutor que con una docena de porros de costo afgano de primera calidad. ¿Habitación del amor? WTF. Desde luego el tutor Yamaguchi es mi ídolo, pero por desgracia dudo mucho que yo vaya a entrar en ella o ir de habitación en habitación. Prefiero estar en mi cuarto jugando a la consola y fumando canutos y eso cuando esté en ella, por que obviamente me pasaré el día entero en el agua cual alegre sardina.

Me acerco a Hugo y le doy un codazo. Le guiño un ojo y me acerco a la profe Bellow. Sen... sensei digo aparentando turbación. Yo no conozco esto y temo perderme. ¿Me podría acompañar a la habitación del amor? Es solo para saber donde está. Lo juro. No piense mal de mi.

-¡UGH!.-Soltó Yamato en una especie de gritito de terror al notar que Kae estaba colgada de su hombro al igual que el de Stpeh.-N…no hagas esas cosas Yûsei-San…no tienes que bromear con eso de colarte en los balcones de los demás…o pensaran que tramas algo malo.-Declaró rojo como un tomate.-O indecente...

Yamato quería salir corriendo a gran velocidad y alejarse todo lo que pudiera de Kae, ella le ponía nervioso…demasiado, él sabía el porqué…pero aun así…se sentía raro, y hacer bromas subiditas de tono como en el autobús provoco que algo malo pasara.

-…-Yamato prefirió no decir gran cosa más, simplemente agachar la cabeza, ponerse rojo e imaginarse que Kae no estaba cerca de el, aunque aun así resultaba inútil…la tenía justo a su lado y agarrada a el.

Bueno... No esperaba un abrazo precisamente pero tampoco que huyera de mi como si me debiera dinero o yo fuera un tipo siniestro en un paso subterráneo a medianoche. Me rasco la cabeza confundido y de nuevo me recuerdo que las mujeres son una incógnita total. Ni siquiera se si hablamos el mismo idioma a veces.

Regreso con mis compañeros e ignoro el codazo de Ranma. Si ahora parece que me ha afectado no cesara de darme caña toda la noche y ahora mismo podría olvidar que es mi amigo y hacer o decir algo que mas tarde lamentase. Me quedo junto al resto con gesto serio e indiferente tratando de hacer ver que no pasa nada. El espantar a las chicas es el pan mio de cada día.

Quizás, aquel fuera el novio de Sakura y de pronto llego yo saludando. Seria eso tabu en la cultura japonesa?. Pero que difícil era todo en general.

Miro a Kae cuando me habla y me encojo de hombros. Impetuoso Kae?, solo la he saludado. No creo que eso sea algo malo, verdad?. A menos que mi japones sea peor de lo que creo y me haya confundido diciéndole algo horrible. Cerca de nosotros Ranma esta intentado llevar a la profesora Bellow a la habitación. Suspiro resignado y niego con la cabeza.

Tengo que hablar con alguien sobre lo que pasa. Ranma no, ni de coña. Himeko es...Himeko. A Steffy solo le preocupa la siguiente bomba que su madre a ocultado en su maleta y el sabor de los labios de Kae. Tal vez Kae fuese una buena opción, pero no la conozco tanto como para preguntarle sobre chicas. Me gusta su ropa y me cae bien, pero creo que saldría escaldado.

Quería hablar con la profesora Bellow en el autobús, pero no pareció encontrar un momento para mi. Supongo que es lo que hay, las mujeres, sea cual sea su edad no quieren saber de mi. Fenómeno.

Teniendo en cuenta los dos chicos que nos acompañan, Ranma y Yamato, cualquiera esperaría que yo saliera un poco mejor parado, pero supongo que también soy un bicho raro.

Permanecí un buen rato afuera esperando que alguien llevara mis maletas sin éxito. Con el ceño fruncido, terminé agarrando mis propias maletas y llevándolas yo. Tenían rueditas, pero 3 maletas no se llevaban así como así. Tenía que haberme traído a alguno de mis sirvientes para que me llevaran las cosas, pero había supuesto que alguien se encargaría de ello.

En cuanto bajé mis cosas del autobús, miré con ojo crítico el hotel. No estaba mal, pero me había alojado en lugares mucho mejores, privilegios que me daba el dinero de mi familia. Aún con el ceño fruncido y molesta, entré en el hall para qué mi humor se volviera más sombría. Hugo hablaba con una chica del Rakusen. ¿Qué demonios hacía aquella chica allí? Y hablando con Hugo, ¿acaso no sabía que eran el enemigo? Las únicas palabras que se les debieran dirigir eran los desafíos y comentarios mordaces. 

Cogí el móvil y tecleé rápidamente un mensaje. Después, cogí las tarjetas que nos daba el profesor - muy sutil, profesor, ¿acaso nos estás pidiendo que usemos esta llave? - mi mirada divertida no debió pasar desapercibida.