Partida Rol por web

No podía negarme, por algo me pagaban. Asentí y esperé ordenes.

Por su parte Teobaldo seguía algo reticente a eso de acabar con los Montesco de una vez por todas, pues si así se hiciera; no habría luego oportunidad alguna de terminar con aquellos focos de influencia que fueron responsables de la muerte de Julieta y aunque al final iba a cumplir los designios del patriarca, prefirió exponer su punto de vista.

-Tan solo hay 2 Montesco propiamente dicho con vida; Benvolio y Baltasar. Pero es evidente que hay gente que pese a no ser de la Familia Montesco los está apoyando, tales como Mercucio Della, amigo de Romeo y el Padre Lorenzo, el cual intentó casar a Julieta con esa familia... Y ya sin hablar del Capitán Prince que nos quería encerrar a todos...

Con esto, Teobaldo continuó hablando.

-Si vamos a hacer esto "Por Julieta", tal y como Doña Gloria indica; propongo que eliminemos a estas amenazas vagas primero. Pues es evidente que el Capitán Prince mantendrá un ojo sobre la familia de los Montesco en busca de más asesinatos y a los únicos que va a acusar será a nosotros. Además, fue un No-Montesco el que envenenó a Julieta, pues Romeo cayó detrás...

¿Acaso LUEGO de ganar podremos acabar con ellos?

-No lo creo, estaremos lo suficientemente vigilados como para que no podamos tocar ni un solo pelo a los implicados; y vuelvo a insistir; no creo que los Montesco puedan preparar ningún asesinato. A fin de cuentas; sus números están reducidos y el que está al mando no consolidó su poder.

Con una macabra sonrisa, Teobaldo Capuleto mostró sus verdaderas intenciones. Una masacre.

-Quiero que la ciudad sea de los Capuleto y dejar todo atado y bien atado. No voces discordantes que luego no podamos acallar, no mirones que nos vigilen nuestras acciones. No curas predicando en nuestra contra bajo el amparo de estar en la casa de Dios... Quiero que todos los que no se han posicionado a nuestro lado mueran.

¿Acaso acabar con los Montesco en 2 días os parece lo que merecen?

-Apenas siguen atontados del golpe que les dimos; que se retuerzan en su miseria e impotencia, que miren a sus amigos y aliados caer; que miren como los Capuleto acabamos con ellos sin que ellos puedan evitarlo y como les damos el golpe final tras esto... A fin de cuentas... ¿Acaso los Montesco han podido alzarse contra nosotros?.

La muerte de tanto Fulgencio como Gloria sentó como un cubo de agua fría en la espalda de Teobaldo; pese a que se imaginaba que la cabeza de familia de los Capuleto no iban a vivir por siempre, nunca se hubiera imaginado que habrían de morir tan temprano. Y ahora sin Julieta como heredera el influjo de los Capuleto se vio debilitado.

-Christinne Capuleto. -Comentó con sobriedad Teobaldo- ¿Qué ha pasado ayer?. ¿Por qué nuestros tíos están muertos y los Montescos aumentan en número?. ¿Acaso no había sido una orden del Patriarca solucionar este problema de una vez por todas?. ¿Por qué no ha sido así?.

Con un gesto de muñeca, ordenó a sus guardaespaldas que se pusiera alerta en contra de Christinne.

-¿Quienes estaban presentes cuando Julietta fue envenenada?. ¿Por qué Benvolio sigue por ahí?.

Levanto la cabeza al escuchar a mi primo llamarme por mi nombre completo.

-¿Cómo podría saberlo yo, desde cuándo a las mujeres de esta familia se nos permite entrar en esos juegos?.- Con tranquilidad cruzo las piernas.- No te atrevas a acusarme de nada, fuiste tú el que se llenaba la boca recalcando lo que teníamos que hacer y cómo. Y como siempre, tus planes han fallado. Si mal no recuerdo el Patriarca os envió a vosotros a ocuparos de Benvolio. No a mí.- Niego con la cabeza con gesto conciliador. Acabamos de perder a nuestros tíos también y no quiero ponerme a discutir.- Creo que lo que deberíamos hacer sería intentar recomponer la familia, en vez de acusarnos injustamente unos a otros. 

-Eso es mentira. -Comentó con sequedad mientras sacaba su arma dorada- Los que teníais que acabar con Benvolio erais vosotros; Fulgencio, Gloria y tú. Y ahora Fulgencio y Gloria han muerto... en cambio tu sigues viva, igual que Benvolio.

Teobaldo no estaba para mediar, quería una respuesta y la quería de forma inmediata. La sangre de los Capuleto ya había caído al suelo; primero con Julieta con el beneplácito del "hombre de Dios", ahora de ambos patriarcas de la familia. ¿Importaría demasiado que hubiera alguna que otra gota más de sangre derramada?.

-Te lo preguntaré una vez más: ¿Qué ha pasado?. -Comentó acercándose a la muchacha- Los han matado en esta misma Mansión; por alguien de la casa; de eso no me cabe la menor duda. Y a no ser que quieras acusar a Aya Nancy de ser una asesina... tienes mucho que explicar. ¿Fue por eso mismo?. ¿De que "las mujeres no tienen nada que decir"?. ¿O acaso fue por amor a Benvolio?.

-De acuerdo. -Comentó Teobaldo mirando fijamente a los ojos a Christinne- Pese a que los que tenían que matar a Benvolio erais vosotros... ya veo el porqué no lo hicisteis. Al parecer la zorra de los Montesco seguía con vida, algo que nadie se esperaba que ocurriera y ella mató a los Patriarcas.

Parecía que Teobaldo estaba avergonzado por alzar la voz, y las acusaciones contra su propia familia; como si todo esto le estuviera viniendo grande y le estuviera superando por momentos. Pese a ello, atendió a la crítica que su prima había hecho y asintió levemente con la cabeza.

-Se ve que Fulgencio tenía razón... -Comentó apenado- Y lo que dices es cierto, Christinne... la Familia Capuleto ha relegado bastante a sus mujeres... ¿Que me dices de ser la nueva cabeza de la familia?. Se ve que yo no estoy capacitado para liderar a esta Familia, pues casi la he vuelto en su propia contra... y me disculpo por ello.

-Mi única petición es la siguiente: Muerte a TODOS los Montesco.

Estoy a punto de soltar una inconveniencia cuando Teobaldo vuelve a atacarme verbalmente, pero lo único que hago es mirarlo fijamente a los ojos.

-Antes ingreso en un convento.- Comento a lo que dice mi primo acerca de Benvolio, con una brusquedad poco corriente en mí.- No pienso cambiarle los pañales a un niñato Montesco que no puede ni afeitarse.- Entiendo que esté estresado, y que por eso me ha culpado. Por ello no demuestro inquina ni prepotencia, incluso le sonrío con tristeza.

-No, Teo. No quiero ser la nueva cabeza de familia. No sabría ni por dónde empezar.- Sonrío de nuevo, con la cabeza inclinada hacia él en señal de familiaridad. Nunca nos hemos movido en los mismos círculos, pero quizás eso sea una ventaja.- Pero sí estaría dispuesta a compartir la responsabilidad contigo. Tú conoces los mundos en los que nos movemos, y yo puedo ayudarte con la parte...- No digas "sin pistolas".-...más diplomática. ¿Qué me dices?.- Sonrío con gesto afilado ante la mención de acabar con todos los Montesco.- Y a todos sus apoyos...

El hecho de que Christinne renunciara amablemente el ofrecimiento de Teobaldo le alegró visiblemente; pues pese a que este al principio creía que aquella mujer se había confabulado para acabar con los Patriarcas para conseguir el poder de la familia; ahora con el hecho de rechazarlo le devolvió la esperanza por un frente único contra los Montesco.

-Acepto. -Indicó con decisión.

-Lo primero es lo primero. -Comentó con certeza- Pese a que no entiendo que son los "traidores" a los que esa zorra Montesco se refiere; lo que sí sé es que ella ha matado a nuestra prima Julieta y la ley de los Capuleto indica sangre por sangre... Mis votos serían para eliminarla a ella.

Pero entonces está la cuestión del "Traidor".

-Al principio pensábamos que ese Dave Paris fue el que había enveneado a Julieta; pero ahora que ha salido su verdadera asesina; creo que hemos de actuar contra ella... Y que esta diga que Dave "contactó con ella" estando muerta, no sé si creermelo o no... Pues también dijo que Dave podría haberla protegido pero no y muchas otras cosas que no creo que Dave sea capaz de hacer, al menos NO todas las que la Zorra Montesco le atribuye.

-Yo diría eliminar a la Zorra Montesco; eliminar a Ares y eliminar a Benvolio... Y dar por finalizado todo este tema. Aún con todo somos más que ellos, así que no creo que sea difícil de hacerse... ¿Cierto?.

-Dicho esto, vamos a por Caroline Montesco... -Comentó a la espera de que alguien le interrumpiera para dar otro objetivo mejor o más apetecible para todo eso- Ella ha matado a Julietta y ha iniciado todo esto. Sangre por Sangre.

-Me parece bien. Aunque me escama que la hayan revivido... Así que opto por ir uno por uno. 

-Y justo cuando el Capitán Escala va a encerrar a Caroline, este la palma y la deja suelta. -Comentó molesto Teobaldo- Si Caroline se preocupara de verdad por el interés de los Montesco, jamás hubiera asesinado a Julieta y dando como consecuencia el suicidio de su hijo. Aún no sé que es eso de los traidores, pero si tuviera que decir un nombre, diría que ella...

-Yo voté por Benvolio, aún se me resiste. Sé cuales son sus objetivos ​​​​​​, es un traidor de los Montescos.  Aunque, realmente, no sé si es un verdadero Montesco​​​​​​. Ya que no quiere ni a uno, ni a otro. Solo su propio beneficio. 

-¿Lo es?. Espero que estés segura al 100% de ello, porque eso nos puede venir MUY BIEN. -Inquirió Teobaldo- Si lo es, no deben de quedar demasiados, como mucho uno o dos más... Pero, recordemos nuestro objetivo: Acabar con TODOS los Montesco. Si lo es, y es cierto lo que decía Caroline de que Dave Paris es uno de ellos; Benvolio estará con el agua al cuello por no saber manejar la situación.

-Si tenemos suerte, quizás Benvolio decida "sacrificar a su tía" para recuperar el control sobre su familia (Solo le queda 1 guardaespaldas), y ahí podemos acabar con ambos en un día más.

Una sonrisa vil se mostró en el rostro de Teobaldo; era algo más que evidente que le encantaba imaginarse a toda la familia Montesco muerta, desaparecida, eliminada de los anales de la historia de una vez y para siempre. A fin de cuentas; una vez que eso ocurriera todo terminaría.

Cuando por fin nos sueltan después de que alguien haya eliminado al hijo del Gobernador y al Jefe de policía podemos tomarnos un respiro en nuestra casa.

-Quizás si tenemos un poco de suerte decidan eliminarse el uno al otro, y nosotros sólo tendríamos que recoger los frutos. Me fastidiaría no acabar con Caroline, pero bueno...

 Siguiendo las indicaciones que Teobaldo le había dado, Paris llegó a la mansión de los Capuleto. A pesar de ser amigo de Ted y Caroline, o quizá precisamente por ello, nunca había estado allí antes. Llamó a la puerta y al ver que no estaba cerrada con llave, se adentró en el impresionante hall.

 ¡Buenas! ¿Hay alguien en casa?

 Esperaba encontrar a algunos Capuleto, ya que debía entregar el mensaje que le habían dado.

 Soy Dave Paris, el hijo del Gobernador, se presentó al primer lacayo que encontró ¿Está el señor Teobaldo en casa? Deseo hablar con él y con su prima, la señorita Christinne...

 Esperaba que el lacayo pudiese guiarlo o avisarles. O quizá algunos pudieran oír las voces y viniesen a su encuentro.

Teobaldo estaba preparado para casi todo, desde que la casa comenzara a arder; desde que Caroline resucitara y comenzara una campaña contra los Capuleto, todo con tal de atraer la simpatía de los Montesco y los que no habían jurado lealtad a ninguna de las casas para alejar de las manos de los Capuleto la victoria sobre Verona Beach... pero eso que ocurrió... eso no se lo hubiera imaginado jamás.

-¡Gregorio! ¡Sansón! -Exclamó Teobaldo a sus guardaespaldas- ¡Apunten a este hombre!. ¡Que no se mueva de aquí!.

Era evidente que la apreciación de Teobaldo hacia Dave Paris había cambiado radicalmente desde lo que pasó en la comisaría; al parecer, aquella mujer Montesco había dicho la verdad, pues a fin de cuentas, ahí se encontraba este, sano y salvo, y pese a que le hubiera gustado acercarse a comprobar su cuello, prefirió guardar distancias.

-Siento tener que tomar "medidas" cautelares. -Comenzó a contar mientras bajaba lentamente por la escalera- Pero ciertamente no me agradan los "Fantasmas", mucho menos los Zombies... Por mucho de "a bien" que habíamos hablado hasta ahora...

Una vez abajo, esperó a que el resto de los Capuleto llegaran, en particular Christinne.

-Puedes comenzar a explicar qué fue lo que pasó con Caroline, lo que ocurrió en la prisión y el porqué sigues con vida. En orden a poder ser; y aunque parezca que los detalles sean insignificantes, realmente nos interesan... Si eres "el ladrón" que le mangó a Caroline eso de revivir... ¿También tienes por casualidad el mismo tipo de veneno que usaron para matar a Julieta?.

¡Eso sería una justicia poética de tamaño colosal!

Los números comenzaron a cuadrar; en particular las ansias de Teobaldo por acabar con todos los Montesco y dar por finalizado todo eso de una buena vez por todas y para siempre. Cada vez que lo pensaba, se relamía; como una hiena viendo a un animal moribundo.

Como por arte de magia aparecieron las pistolas en las manos de Sansón al escuchar las órdenes de Teobaldo Capuleto.

Al ver de quién se trataba el guardaespaldas no pudo más que emitir una leve sonrisa.

-¿Desde cuando los fantasmas saludan tan amistosos?- Corta cartucho en ambas pistolas y se dispone a comprobar si las apariciones sangrarían al ser atravesado por las balas o simplemente se desvanecería aquella imagen fantasmagórica ante los disparos certeros de los guardianes Capuleto.

Desde mi habitación escucho a Teobaldo gritarles a sus guardaespaldas, y me dirijo a las escaleras para saber a qué viene tanto escándalo. Al ver al visitante no puedo evitar agarrarme al pasamanos con fuerza, aunque me recompongo con rapidez y sigo bajando hasta ponerme al lado de mi primo.

-_{Quizá necesitemos una bala de plata para acabar con él...}- Musito entre dientes.- _{se pasean más cuando están muertos que cuando estaban vivos.}

Al final miro a Paris desde la seguridad que me da estar rodeada de mi familia y bien lejos de él, y cruzo los brazos.

-Sí, es mejor que no se guarde ningún detalle, señor Paris. Como comprenderá su presencia aquí no es algo que esperásemos.

Más tranquilo a tener Christinne a su lado, Teobaldo se paseó lentamente cada vez más cerca de Dave Paris, al parecer tener a su querida Capuleta a su lado le daba fuerzas; perder a Fulgencio y a Gloria de una sola vez le había dado un buen mazazo a su moral de "chulo gatuno".

-Si estás aquí sano y salvo, no sé lo que puede significar; pero... eres alguien neutral en todo este conflicto que hay montado entre los Capuleto y los Montesco... Así que... ¡Vamos a llevarnos bien!.

-El objetivo de nuestra familia es acabar con TODOS los Montesco. Desde la vieja bruja de Caroline hasta el niñato de Benvolio. Espero que esto haya quedado claro de primeras... y aunque esto sea nuestro objetivo, espero que comprendas que lo que te diré es la verdad y no tiene NADA que ver con esto.

Dando un leve paseo por la sala, esperando a que Aya Nancy y Gregorio hicieran el acto de aparecerse en el lugar; este "Príncipe de los Gatos" continuó hablando con cierta pasimonia.

-Yo solo soy un hombre normal que le gusta cotillear. ¿Sabes eso de que la curiosidad mató al gato?. A mi no me pasa...  Pero aún así me gusta recabar información de mis enemigos, pues como sabrás; persona precavida vale por dos...

-Y una cosa que yo he descubierto es que Benvolio Montesco es uno de los "Traidores Asesinos", además de eso, Ares Ruby es una Asesina a Sueldo... Y no puedo investigar a nadie más, he gastado todos mis contactos; pero creo que he dado en el clavo.

Tras decir esto, giró su rostro hacia Christinne, para que esta confirmara sus palabras. Si la muchacha Capuleto era inteligente, no solo podría ver el porqué Teobaldo había hecho lo que había hecho, sino que ella también se "arriesgaría" a confiar en el muerto más vivo de los presentes.

-¿Un vaso de agua? -ofreció Aya que recién venía de la cocina con una bandeja para servir un poco de agua al invitado y a la familia.

-Yo misma puedo corroborar que Benvolio Montesco es un TRAIDOR entre vuestra familia.  -miró al patriarca de la familia para poder continuar, aunque esta vez no se esperó. Investigué al señor de los Capuletos, más que nada para librar sospechas entre la familia y, por qué no, para afirmar de una vez que no hay traidores en la familia en la que trabajo. Somos limpios. Sin embargo, mi trabajo no pudo seguir más allá, pues mis deberes de sirvienta son primordiales a cualquiera investigación.

-¿De veras no quiere el señorito un vaso de agua?