Partida Rol por web

Llamada a Fulgencio por el móvil.

-¡Amorcito! ¡Qué horror lo de Teobaldo! ¿Cómo pueden haberlo metido a la cárcel, sabes algo de eso? Ese niño, que forma de manchar nuestro nombre... Ah, y te cuento que mataron a Ted Montesco. ¡Aquí, frente a la tienda! Es espantoso, hay mucha sangre... Ya se lo llevaron, pero Escala quiere interrogarnos. No sé que piensa que le diremos, si las niñas y yo estábamos muy entretenidas con los vestidos. Encontré uno de coctel DI-VI-NO, y alguna otra cosita para que me lo quites tu... pero bueno, eso luego. ¿Dónde estás?-

La voz de Fulgencio Capuleto paso de lo amoroso a lo furibundo al escuchar la noticia. -¡INCONCEBIBLE! ESTO INICIARÁ UNA GUERRA QUE SERÁ MUY DIFÍCIL DETENER SIN DERRAMAMIENTO DE SANGRE!...- Poco a poco el Don Capuleto se va calmando. -Amor mío, regresa a casa con Julietita y Christty, por Teobaldo no te preocupes que iré personalmente a sacarlo, tengo el poder suficiente para eso y más...- Antes de colgar se despide amoroso de su linda esposa -GRRRRR no puedo esperar a ver lo que haz comprado amada mía, anda sal de allí que las niñas y tú deberían estar seguras en la mansión.-

Mientras uno a uno van llegando todos los integrantes de la familia Capuleto, el consejero de la familia revisa un sobre que contiene el sello de la familia Montesco.

-Hemos recibido una invitación para presentar nuestro respeto y pésame por la muerte del Don Ted Montesco, una vez que el Señor Fulgencio regrese con su sobrino Teobaldo tenemos que prepararnos para la guerra que se acaba de desatar y queramos o no tenemos que unir fuerzas para soportar la primera oleada de sangre que se avecina.- Hace una breve pausa para ver si alguien más llega a la mansión.

-Definitivamente nosotros nada tuvimos que ver en el asesinato del Don Montesco, pero ellos no le verán así y es muy posible esperar represalias muy fuertes en contra de cualquiera que se vea cercano al apellido Capuleto, debemos definir que hacer y entre más pronto lleguemos a una respuesta en conjunto mejor...- El concigliere finaliza mirando fijamente a los presentes en la mansión.

Una vez llegamos a la casa, envié a la aya Nancy a subir nuestras compras mientras me dirigía a reunirme con mi esposito y el resto de la familia. Al ver a Teobaldo me dirigí de inmediato en su dirección, le di un abrazo maternal. Sin embargo, al mirarlo a los ojos, notaría que estaba muy, muy enfadada.

-Espero que sea la última vez que manchas nuestro apellido de esta manera, Teo querido. ¿Acaso no hemos velado Fulgencio y yo por ti? ¿No te lo hemos dado todo? ¿Así nos pagas?- Dejé que mis palabras resonaran un poco más en la estancia antes de avanzar hasta mi esposo, a quien le di un beso en cada mejilla y otro más en los labios.

-Ay, amorcito, que espanto lo que tuvimos que pasar. ¡Y cuantos curiosos reunidos! Será todo un escándalo, no puedo creer que hicieran algo así, frente a NUESTRA tienda.- Dije, desvaneciéndome sobre el sofá, con una mano en la frente. -Necesito un coñac.- Dije, a nadie en particular, esperando a ver quien me serviría la copa. -Y hubieras visto a Dave Paris, que niño tan oportunista. Apenas unas horas antes estaba coqueteando descaradamente con Caroline Montesco cuando se aparecieron en la tienda, pretendiendo comprar vestidos.-

Solté una pequeña carcajada. -¿Os lo imaginais? ¿Que el pequeño Paris y la respetable señora Montesco hayan planeado la muerte de Ted Montesco para que él pudiera meterse impunemente en su cama? Honestamente los veo muy capacez de ello.- Declaré. Volví mi atención a mi esposo. -Cariño, me parece que lo mínimo que deberíamos hacer es ir a presentar nuestros respetos a la familia cuando celebren el sepelio. Que no se diga que los Capuleto no somos gente que no lamente la pérdida de otros. Somos gente decente.-

Por su parte Teobaldo no dijo nada, mantenía la cabeza gacha y los dientes apretados. El hecho de salir por televisión como un narcotraficante o algo similar, no era ni de lejos algo positivo para nadie, mucho menos teniendo en cuenta que esto podría causarle una mala imagen, tanto suya propia como para su familia.

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Tampoco dijo nada cuando Gloria Capuleto le recriminó. Por el contrario, se dedicó a esperar la reacción del Patriarca de la familia, a fin de cuentas; el caso era más que evidente, él era el que manejaba el cotarro y a él tendría que deberse todo lo relacionado con la familia y los negocios de esta. Por lo que esperó a que este hablara y le diera permiso para hablar.

La molestia que se le notaba a leguas a Fulgencio se suavizo cuando su amada Gloria le dio unos breves besos en mejilla y boca.

-Ha sido un desafortunado incidente que ha abierto las puertas a una guerra que nosotros no pedimos ¿Se encuentran bien Julieta y Christinne? ha sido un terrible y desagradable momento por el que han pasado.- El mismo Fulgencio le sirve una copa de coñac a su esposa para dársela en la mano.

-Hay que tener cuidado con Dave Paris, querida Gloria, el ser hijo del gobernador es nuestra carta ganadora para asestar el golpe final en cuestión de influencia y poder sobre la ciudad, creo que el joven Paris esta interesado en nuestra adorada Julietita más que en Carolina Montesco que bien podría ser su madre, o hasta su abuela.-

Sonríe para si y luego se dirige a su reserva de tabaco para sacar un puro cohiba y encenderlo, el fuerte olor a tabaco inunda el lugar. -Teobaldo, hijo, solo espero que haya válido la pena el haberte liberado de las garras de Escala, ¿de cuanto estamos hablando en dinero?, me refiero a ese asunto del muelle, ¿En cuánto esta valuado el cargamento que recibiste y cuanto se le tendrá que pagar a los Montesco por haber usado sus muelles?, ¿A que arreglo llegaste con Romeo Montesco?.-

Luego se dirige a su esposa. -Tienes razón querida, debemos presentar nuestras condolencias para con los Montesco, al hacer acto de presencia sabrán que nosotros ni nadie de la familia Capuleto ha tenido nada que ver con la muerte de Ted.- Luego se dirige a Julieta. -Julietita, el gobernador me ha pedido de favor que aceptes la propuesta para ser pareja de baile de su hijo Dave en el banquete que ofrecerá en su palacio de gobierno, solo espero que con la desafortunada muerte de Ted Montesco la negociaciones de paz no se hayan disuelto.- Fulgencio deja su puro y se sirve algo de coñac también.

Una vez que regresemos de las exequias de Ted Montesco tendremos una reunión familiar para decidir como vamos a tomar las represalias que esos montañeses deben estar fraguando si cometen la tontería de tomar la muerte de su patriarca como una afrenta Capuleto.- señala a Teobaldo. -Prepara a tus hombres Teobaldo no quisiera que nos fueran a tomar desprevenidos.- Fulgencio bebe de un trago todo el coñac.

-Aya Nanncy, por favor ayuda a Julieta y a Christinne para se vistan apropiadamente para un sepelio, ya que nos acompañarán a la iglesia también.-

Al ver que Teo se encuentra entre nosotros, desvío la mirada y le guiño un ojo. Me da cierta tranquilidad que esté entre nosotros y que el asunto con los Montesco, al menos de su parte, no sea tan escabroso. Luego mi madre entre besos y peticiones de alcohol, pone al día a Padre logrando que alce una ceja al escucharla. 

Es una buena observadora, ya veo de quién he heredado aquel talento porque he notado lo mismo que ella con respecto a Dave. El asunto es Fulgencio que con sus opiniones me da escalofríos, es inevitable cuando empieza a forjar mi vida a su merced y no acorde a lo que deseo o siento. 

- Estoy bien, un poco molesta con Dave París. Es muy insolente Padre, ha coqueteado a Caroline Montesco y a Madre. No puedo creer que me estés pidiendo algo semejante cuando en mi cara me ha dicho que prefiere a las mujeres mayores antes que a mí. No sé... - digo exagerando un poco, aunque es todo verdad. - ¿Te gustaría que humillen a tu hija de esa manera? Creo que no, soy una Capuleto y ese tipo de indecisiones son un insulto hacia nosotros. 

Y saco la vena de la imagen, lo que significa ser una Capuleto para que mi Padre lo reflexione. No obstante estoy de acuerdo con ir al funeral, además es una oportunidad para compartir con Romeo y hablar. Todo sirve, incluso cuando hay una desgracia de por medio. 

- Dudo que Dave París en verdad quiera eso, puedes dimitir y tener un gesto de paz con los Montesco aceptando que Romeo sea mi pareja en el baile. Sería una instancia de paz y comunión entre ambas familias. - opino. 

Estoy siendo muy descarada, solo espero que mi Madre no me calle de una bofetada. 

Teobaldo aún con la cabeza gacha, lentamente la va levantando cuando el Progenitor de la familia le da manga ancha a la hora de su intransigencia, era algo bueno que Teobaldo siguiera pudiendo contar con el apoyo de su Familia, y esto era algo que el joven no iba a dejar caer en saco roto, mucho menos deseaba defraudar.

-L-La suma total sube a 30.000.000 € -Comentó titubeando ligeramente- De esta cantidad, en las negociaciones con Romeo... He conseguido mantener la totalidad de la suma para nuestra Familia. Y estaba a punto de conseguir también el uso del puerto de los Montesco cuando queramos utilizarlo a cambio de una pequeña tarifa de los beneficios Netos... Pero interrumpieron la reunión.

Tras decir esto, Teobaldo giró hacia sus guardaespaldas y con una intensa mirada parecía que les ordenara confirmar lo que estaba diciendo. A fin de cuentas, lo bueno de tener testigos de lo sucedido dentro de la familia era eso mismo. Testaferros de lo ya comentado. Entonces escuchó las palabras de Julieta.

-De eso también hemos hablado... -Comentó el muchacho, dudando sobre si entrometerse o no- Al parecer el Heredero de los Montesco tiene cierta atracción hacia Julieta. Y si la línea de poder se siguiera; creo que tener "controlado" a Romeo podría venirnos bien...

El muchacho también cometiendo una insolencia hacia sus mayores, decidió hablar libremente sobre un tema que no era de su incumbencia, todo con tal de apoyar a su prima en todo este asunto. Pero porque no deseaba causar más problemas, el joven también añadió una explicación más racional aún...

-Ya pudisteis ver como conseguí llevarme TODO EL DINERO y además casi conseguir un trato MUY FAVORABLE sobre el uso del puerto... Sin duda, mi prima Julieta, con lo lista que es, puede lograr un trato aún mejor... A fin de cuentas, el amor de Romeo puede nublarle el juicio...

Entonces volvió a quedarse callado. Esperando o bien una reprimenda, o bien una felicitación por el trabajo hecho. A fin de cuentas, lo único que deseaba era mostrar que era más que capaz de tomar decisiones y arreglar esos asuntos.

Aya Nanncy, por favor ayuda a Julieta y a Christinne para se vistan apropiadamente para un sepelio, ya que nos acompañarán a la iglesia también.-

 

-Entendido, señor. -Dirigiéndose a Julieta-, señorita, ¿me acompaña? 

El Don Capuleto sonríe orgulloso de su sobrino Teobaldo Capuleto al demostrar que ha podido mantener toda la ganancia intacta del cargamento en los muelles enemigos.

-Te felicito hijo mío, sinceramente creo que Romeo Montesco o es muy inocente esta totalmente deslumbrado por el brillo de nuestra más preciada joya familiar, Julieta.- Fulgencio dirige una mirada compasiva a Julieta.

-Tienes razón hija mía Dave Paris no es lo que quisiera por yerno, pero sí su influencia y prometedor futuro al ser hijo del Gobernador.-

Luego se vuelve a dirigir a Teobaldo. -Necesito que refuerces tu imagen asistiendo a las exequias del padre de Romeo Montesco, para limpiar un poco tu nombre y hacer saber al capitán Escala que tu nada haz tenido que ver en ese asunto.-

El Don se dirige a su amada esposa. -Te espero en el coche amada mía, vamos a presentar nuestros respetos a quien fuera un formidable enemigo familiar.-

Luego del coñac me sentí mucho más reanimada, y escuché la conversación entre Teobaldo y Fulgencio, aunque soprendiéndome la intervención de Julieta una vez más. La desfachatez de la actitud de Dave Paris me había parecido imperdonable, en su manera de haber tratado a mi hija como una niña, sin embargo mi marido tenía razón en lo beneficioso que sería poder contar con el apoyo e influencia del gobernador a través de su hijo o su sobrino. Lo hablaría con Julieta luego, tenía que ver lo esencial de aquel compromiso para nuestra familia.

Me puse de pie y sonreí a Fulgencio. -Estaré allí enseguida, amorcito. Prometo no tardar.- Y haciendo una seña a las niñas para que subieran también a cambiarse, me dirigí a mi habitación a vestirme de acuerdo al evento. Negro, pero elegante. La muerte no es razón para dejar de verme fabulosa.

Después de los trágicos sucesos en la iglesia Fulgencio Capuleto llega totalmente destrozado por la pérdida de su querida y amada hija Julieta, se desploma sobre su sillón favorito en su despacho de la mansión y después de limpiarse las lágrimas una mueca de furia aparece en su rostro. Golpea el escritorio con un puño y manda llamar al consejero de la familia.

-¡VITTORIO! ¡REUNE A TODA LA FAMILIA! ¡ARRASAREMOS CON EL APELLIDO MONTESCO!...-

Sentada en el sofá, con los ojos enrojecidos pero llenos de odio, sostenía un pañuelo entre mis manos. No era el momento para las lágrimas, no hasta que cada uno de los Montesco estuviera fuera de nuestra vida para siempre. -Sin los dos pilares principales, los Montesco están destinados a caer. No queda ya más que ese muchachito, Romeo, y el otro que intentaba proteger a la zorra de Caroline.- Dije, mi voz ronca por las horas que había pasado gritando por Julieta. -No sé entre sus guardaespaldas quienes sean totalmente fieles a la familia. Seguro si caen esos dos, aquello abandonarán, pero sería importante saber de quienes se tratan.-

Por su parte, Teobaldo parecía molesto, paseaba de un lado a otro por la estancia inquieto, los sucesos en la Iglesia lo habían alterado en demasía, principalmente porque la situación no era la más propicia de todas, al contrario; pareciera que esta situación iba a ser el principio de un declive en picado.

-No lo entiendo -Murmuraba para sí mismo- Hubiera jurado que Romeo iba a morir de pena o algo así, se veían muy "enamorados". ¿Acaso alguien ha conspirado?. No, no puede ser eso... ¿No estaba realmente enamorado?. ¿Hay alguien más detrás?....

El joven Capuleto seguía andando adelante y atrás sin detenerse. Sus puños estaban tan apretados que sus uñas habían dañado su palma y un ligero reguero de sangre caía por sus manos, manchando el suelo por el que pasaba.

-Hemos de permanecer juntos pase lo que pase. Y golpear todos de una vez contra esa familia del demonio. El que golpea primero golpea dos veces... y si se golpea fuerte ya no habrá falta más golpes.

Viendo la televisión, este no pudo hacer otra cosa que alzar una ceja y girarse hacia sus congéneres Capuletos. La familia Montesco había muerto a causa de un asesinato por parte de un Guardaespaldas. Y lo que era aún mejor; los que quedaban no parecían ser ni de lejos los más avispados de todos ellos.

-De acuerdo, eso sí que ha sido rápido. -Indicó con brevedad- Pues supongo que solo quedan Benvolio Montesco (el actual cabeza de familia) y Baltasar como el Guardaespaldas. Aunque a estas alturas, creo que nosotros podemos girar nuestras miradas hacia "otras fuentes", pues es evidente que los Montesco ya no son lo que eran...

Con este comentario, Teobaldo se acercó al Patriarca.

-Permítame tratar con Benvolio Montesco un cese de las armas y un re-ajuste del territorio aprovechando su delicada situación como nuevo líder de la familia.

-Por otro lado, supongo que AHORA es el momento de evitar que "otros" intervengan en nuestro dominio; mucho menos que de forma "pasiva" aprovechen y apoyen a los "Underdogs". En particular el Padre Lorenzo y esa traición... de hecho, apostaría que uno ajeno a ambas familias fue el que envenenó a Julieta, pues era evidente que Romeo iba a acabar mal... ¿Quién se beneficiaría de este caos?.

Aya, sentada al lado de la madre de Julieta, cruzó las manos y se sujetó el mentón con ellas.

-Yo voto por ir a por Benvolio Montesco, pues como bien comenta Teobaldo es el nuevo cabeza de familia. Seguro que quiere todo el monopolio para él. 

-Benvolio tiene sus horas contadas estimado sobrino...- El Don se incorpora para tomar un vaso de vidrio y servirse licor de su estantería.

-Estamos a muy poco de hacernos de todo el territorio Montesco, y de la ciudad de Verona Beach, la frágil resistencia que este joven inexperto puede ofrecer es prácticamente nula, en este momento debe estar llorando buscando maneras de salvar su pellejo, no hay duda Teobaldo, no hay necesidad de ninguna clase de tratos, la ciudad será nuestra una vez que arrasemos con el apellido Montesco.- Fulgencio extiende el vaso en tono de brindis y bebe todo de un trago.

-La minorías no me preocupan, querido sobrino, la familia Capuleto ha demostrado estar en la cima de la cadena alimenticia, de hecho te pediré que entre tú y tus dos escoltas, Gregorio y Sansón vayan a buscar al torpe del guardaespalda Montesco, lo lleven a los muelles y ahí mismo déjenle a Benvolio un anticipo de su propio fin.- Luego se dirige a su amada Gloria Capuleto.

-Hermosa Gloria, nosotros le daremos a nuestra Julietita la paz que no pudo encontrar entre nosotros, tú, yo y el resto de la familia Capuleto nos encargaremos de ese tal Benvolio.- Sonríe y le da un tierno beso en la frente a su esposa.

Con los ojos irritados de tanto llorar y una furia muy negra en mi pecho escucho cómo mi familia hace planes para vengar a mi prima. Mi pobre prima, tenía toda la vida por delante y alguno de esos desgraciados la ha matado mucho antes de que pudiera ser feliz. Sin dejar de hipar miro a mi primo, y mi voz vuelve a ser firme durante un momento.

-Teo, hacedme un favor...- Los miro a los tres. Quiero que alguien pague, lo necesito.- Que no sea rápido.

Miré a mi marido con la devoción de esposa que quizás hasta ahora no había mostrado tan intensamente. Ahora más que nunca debíamos permanecer unidos, aún si la herida que Julieta dejaba en nuestros corazones no podría jamás se sanada. Sentí el beso de Fulgencio en mi frente como una bendición, y me tomé de su brazo.

-Por Julieta.- Dije. Ningún Montesco volvería jamás a dañar a un Capuleto.