Partida Rol por web

Avanzais por u costado de la casa. Todo continua tranquilo. El motor del automovil está de nuevo en marcha y llegais para verlo partir. Se aleja por el camino despacio ya que a unos 400mts de la casa se han detenido dos camiones. El vehículo se detiene un momento junto a ellos. No podeis ver cuantos hombres hay, pero a los pocos segundos el vehículo se pone de nuevo en marcha y se aleja definitivamente. No hay rastro del guardia.

Philipp se cansó pronto del juego. Echó mano al cinturón y sacó rapidamente las llaves para abrir la puerta del prisionero. Mirando a Ziska, tratando de averiguar qué pensaba decir, decidió llevar la iniciativa. Con voz baja susurró en alemán.

—Her Hettich, estamos aquí para salvarle de los rusos. Trataremos de salir de aquí ¿hay algún otro modo de salir de esta estancia que usted haya visto? ¿Le han interrogado ya? 

Hettich permaneció inos instantes como petrificado. ¿Son alemanes? preguntó con gesto de incredulidad. ¿Han venido a rescatarme? Y se puso en pie rápidamente. Claro que me han interrogado, pero ¿cómo vamos a salir de aquí? ¿son solo tres para regresar con vida a nuestras lineas?

Philipp levantó la pistola un poco más.

—¿Y qué les ha revelado?

El cabo esperaba que el prisionero fuera convincente. Si había dicho más de la cuenta debería ejecutarle allí mismo. Trató de determinar si merecía la pena sacarle de aquel agujero.

—Somos pocos pero somos su mejor opción...—Luidl miró a Milchmann y a Ziska— diría que la única. 

Aguardo cubierto por el manto de la oscuridad siempre atento a cualquier sonido extraño o disparo que pudiese proceder de la parte frontal de la casa. Cualquier sonido podría ser la señal adecuada para comenzar con mi parte del plan pero creo que todo se desbocara rápidamente una vez que comiencen los disparos por lo cual me adelantare a los hechos. Con mi cuchillo de combate perforo todos los tanques de combustible menos el de un camión que será el que utilizare para llegar al frente de la casa y emprender la huida. Luego de perforar los tanques de combustible regreso a mi posición donde tengo plena visibilidad del interior del cuarto de comunicaciones. ¿Ante cualquier intento de comunicación deberé actuar? Es posible que el plan se haya ido al retrete sin un solo disparo y yo ni me entere, por lo tanto si alguno comienza a hablar por radio recibirá un par de granadas en la mollera. Mientras tanto aguardo oculto por la noche. Maldito invierno ruso, maldita guerra.

Hans permaneció impávido a las palabras de Philipp sabía que aquel no era su terreno,  bajo el subfusil y se adentró en las celdas para inspeccionar las ventanas quería descubrir a que punto del patio daban a parar.

Que hubieran visto había una quincena de rusos en las inmediaciones: El chofer, el guarda y los oficiales del salón… Quedaban por explorar los pisos superiores claro… por lo que evitar un enfrentamiento a sangre y fuego era lo más sensato.

Con suerte podría enganchar el coche a los barrotes de las ventanas y arrancarlos de cuajo. Necesitarían una distracción pero podría ser factible.

- Deberíamos ir a la sala de guardia y encontrar las llaves.

Susurra a Luidl:

- O podríamos ahorcar a ese mamón como si fuera un suicidio y largarnos. No contará nada a los rusos con un palmo de lengua fuera. Y podemos decir que lo encontramos muerto. Lo cual será cierto. Tenemos más oportunidades de salir vivos sin él.

Hettich observa como Luidl alza la pistola. El uniforme ruso lo hace desconfiar y se pega contra la pared sin mediar palabra. La spalabras de Ziska en un murmullo son audibles para todos. Lentamente deja deslizar su espalda por la pared y se sienta en el suelo sin perder de vista el cañón que le apunta mientras cruza los brazos.

Una leve inspección de las celdas no revelan gran cosa. Los barrotes son muy gordos y será difícil que se puedan arrancar con un vehículo y simpe cuerda. Quizás un carro de combate y varias sirgas de acero funcionarían, pero no lo primero.

Los cristales son antiquísimos y hace años que no se limpian. Algún "residente" intentó lustrar un pequeño corro para cotillear y a través de él observas un soldado merodeando por varios camiones que están situados al fondo del patio trasero.

-O podríamos hacer lo propio contigo Ziska y curarnos en salud.- recriminó Hans. -Herr Hettich le sacaremos de aquí no se preocupe.- dijo el soldado intentando reparar el daño causado por su compañero.

-Los barrotes son demasiado gruesos como para arrancarlos con un vehículo convencional.- dijo tras su inspección. La idea de usar un blindado para sacarlos de cuajo era inviable... de tener un vehículo de ese calibre entre manos lo estamparía contra la casa y la atravesaría de parte a parte... eliminando a todo lo que se metiera en medio. -Pero hay varios camiones aquí mismo, John podría colarse por la noche e incendiarlos causando una distracción con la que pudiésemos sacar a Herr Hettich de esta pocilga.-

El no era nadie para formular planes ni decirle a Philipp que hacer... -Sven es nuestro mejor tirador, y el nuevo dice que sabe conducir... el primero se podría fulminar a los soldados de la puerta para que el segundo pillara el coche y lo tuviera caliente cuando nosotros saliéramos, si John los tiene entretenidos en la parte de atrás de la casa evitaríamos gran parte de los problemas. La pega ahora es salir con estos dos- dijo señalando a los prisioneros. -Por la puñetera sala de mando...- La idea de tirarles la lampara gigante del techo encima a los rusos seguía siendo tentadora pero ya había hablado más de la cuenta en esos 2 minutos.

"Para mi gusto hay demasiados oficiales en el Ejército.

Luidl estaba sopesando qué hacer. Fue una pausa larga porque no quería meter la pata pero no encontraba una solución decente. Después de un rato miró a Hans, asintiendo. 

Comenzó a desabrocharse la camisa.

—Está bien. Mayor, le pido que se quite el uniforme. Póngase el mío. Ziska, usted y yo nos quedamos. Hans, saque a Hettich de aquí y cuando esté a salvo, vengan a por nosotros. Nos quedaremos con las llaves y un arma. Todo sea por Alemania. ¡Hasta la victoria final!

Sabía que podía ser un plan suicida, pero ¿qué podía perder? Prefería morir él cuando los rusos se dieran cuenta, antes que sus hombres. Lo lamentaba por Ziska, pero no podían salir los tres de allí sin levantar sospechas y fuera había doce comunistas.

¿Como que "nos quedamos aquí"? ¿Te has vuelto loco, Luidl?
 

Si hay tres personajes juntos sean jugadores o PNJ, el susurro entiendo que no puede esquivar a los receptores y todos los presentes lo escucharán.

Hettich miró incrédulo a Luidl. Admiro su valentía, soldado. Esperó unos segundos antes de prodeguir - pero creo que tendremos mucha suerte de que ese plan salga bien. Cuando subamos me reconocerán. No es de noche, ni son ciegos. ¡Por todos los Santos! ¿Quién ha ideado este plan? Si es que hay algún plan, claro está.... y luego... ¿andando hasta el frente?¿sorteamos los controles por obra y gracia del espíritu santo?

-¿Que creías que iba a pasar si ibas con un uniforme alemán y entrabas como prisionero?- dijo a Rudolf secamente.

Sacó su pistola y se la dio a Hettich. –Tome señor… escóndala. Volveremos lo más rápido posible.- dijo evitando la obvia respuesta de que se habían metido en la boca del lobo sin un plan.