Partida Rol por web

El grupo se encuentra reunido en la sala que hace poco había sido el escenario de las despedidas de algunos compañeros. Comenzaba un nuevo camino, un nuevo rumbo en este mundo incierto...

Durandar había rescatado a su antiguo maestro, Hiraew de la familia Enach, de una torre en las Quebradas de los Túmulos. Le había contado algo de sus viajes por Rhovanion, y sobre la misión de lograr una alianza con los enanos de las Colinas de Hierro para conseguir apoyo en la guerra que mantenían los Enach en Rhudaur.

Rhudaur era gobernado por Ermegil Brazodepiedra, quien recientemente había comenzado una ofensiva a gran escala contra El Ángulo. Un reino sumido en el caos, del que pocas noticias llegaban hasta Fornost. Telchrist había contado que en El Ángulo había un pequeño contingente de montaraces reales que eran los ojos y oídos de Arthedain (de forma extraoficial). Morwen había servido allí, igual que Thelran. Su misión era la de estar al tanto de todo lo que sucedía en la región, pero desde hace meses no se habían recibido noticias.

De la familia Enach y su situación actual se sabía incluso menos. Pero Rhudaur puede ser un buen sitio para comenzar a buscar aventuras, fama y oro, y una buena causa por la que luchar.

- Ahora que estamos sin oficio ni beneficio, podríamos preguntar en las tabernas y posadas si alguien da trabajo a un grupo de aguerridos mercenarios. Si no es aquí, viajemos por el gran camino del este, que pasa por varias villas importantes, donde tal vez encontremos a gentes interesada en contratarnos.

- Hagamos lo que hagamos, hagámoslo ya. Necesito salir pronto de aquí . Necesito respirar que fresco.

- Compañeros, amigos! hemos conseguido detener una grave amenaza, pero creo que los enemigos que han caído hasta ahora eran piezas secundarias de una partida, de una intriga, urdida por un poder que hasta ahora ha estado en la sombra.

- Durante nuestras aventuras descubrimos que el mal está uniendo fuerzas; en el norte (Rhudaur), pero también en el este (Mordor) y sur (corsarios) y que estos están fuertemente entrelazados, coordinando movimientos y ganando terreno a las fuerzas del bien.

- Se que quizás alguno de nosotros pueda estar cansado de arriesgar su vida, pero no puedo quedarme sentado viendo como el mundo se sume en las tinieblas. Elijo oponerme a este mal, y por ello os propongo partir a Rhudaur, buscar la fuente y combatirla en la medida de nuestras capacidades. Otra opción podría ser viajar a Pelargir, donde el mal ocupa el trono de nuestros amigos Penedur y Pelenwen de camino al lejano sur donde mi amada Dywern fue separada de su familia.

- Estoy dispuesto a ir a Rudhaur. Tras ayudar a estabilizar Arthedain, ahora puede haber llegado el turno de Rhudaur, vayamos a investigar que se cuece allí, y de que modo podemos combatir el mal. Partamos pronto, antes de que malgastemos todo el oro de la recompensa del príncipe, en las tabernas y lupanares de esta ciudad.

- Si podéis ofrecerme buenos combates, peligrosos viajes y escasas recompensas.... Soy vuestro enano. Contad conmigo para vuestro cometido... O cosa. Mis martillos están listos para ser lanzados.