Partida Rol por web

Gekki no tenía ni la más remota idea de adónde debía dirigirse, de modo que tenía dos opciones: elegir una dirección completamente al azar, o esperar al propio Renée para seguirle. Lo primero realmente podría ser una locura, aunque de elegir la correcta, vencería la carrera. Pero esperar a Renée significaba no perderse...

Gekki no habia venido aqui para vagar sin rumbo por la nieve, asi que decidio esperar a Renne.

La motonieve del compañero de Gekki llegó pocos instantes depués, rugiendo su motor en medio del silencio de la llanura. Reneé aminoró al llegar hasta e joven huérfano, riendo aún a pesar de todo.

Heheh, sabía yo que no correrías mucho sin saber a dónde ir   exclamó divertido  Vamos, te doy otra oportunidad. Detrás de ese promontorio dijo señalando hacia el Norte, a un kilómetro aproximadamente está nuestro destino. No te entretengas gritó mientras él mismo salía disparado, abandonando a toda velocidad el lugar.

Gekki continuo la marcha intentando que Renee no se le escapara, pero la inexperencia con las motos de nieve paso factura.

¡Que quede claro que esto no ha sido valido! Echaremos la revancha otro dia. Grito Gekki a Renee cuando vio que se le alejaba demasiado.

No te escuchoooo bromeó Renee dándole velocidad a la motonieve Sin embargo, el joven señaló a lo lejos tras pasar una última duna de nieve ¡Allí está, ese es nuestro destino!

Lo que indicaba el joven era una construcción de maderas enorme, seguramente cabrían más de 50 personas en semejante palacete, todo ello elaborado a partir de los troncos de los abetos cercanos. La cosntrucción contaba incluso con una serie de torretas defensivas en las que varios focos alumbraban en derredor.

Renee realizó una serie de señales con la luz de la motonieve,, seguramente alertando de su llegada, lo cual ralentizó su carrera, dando a Gekki una última oportunidad de vencer.

Gekki dio todo lo que podia dar para alcanzar a Renee, pero decidio dejar ganar al joven.

LA distancia resultaba bastante engañosa en la fría y blanca estepa. Para cuando Gekki llegó hasta dónde se había detenido su compañero, pasaron varios minutos. Reneé se encontraba ya en el suelo, habiendo dejado la motonieve al cuidado de un hombre abrigado con prendas de forro polar que le ocultaban todo el cuerpo y la cara. Gekki notó que el frío viento que lo sacudía no se debía sólo a la velocidad, sino que también en tierra lo azotaba.

Renné tendió a Gekki un abrigo de un extraño material, y él mismo se embozó en uno similar. Póntelo gritó en medio del ensordecedor rugido del viento. Es goretex, un tejido de alta tecnologia. Nos protegerá hasta llegar a la base.

Mientras el hombre del foroo polar se hacía cargo también del vehículo de Gekki, este se sorprendió al ver que la prenda de Goretex se le ajustaba como un guante al cuerpo, impidiendo que el calor escapara. Incluso las manos quedaban guarnecidas por gruesas manoplas del mismo amterial.

Vamos, aún nos queda un trecho dijo Reneé, encaminandose hacia una enorme piedra luminosa. En realidad, como pudo apreciar Gekki, se hallaban al pie de una enorme montaña iluminada artificialmente en el exterior, cuyo interior parecía haber sido horadado por la mano del hombre mucho tiempo atrás. Renee trepó ágilmente de un risco a otro, mientras mostraba a Gekki cómo repetir sus pasos.

Gekki dio las gracias por el abrigo que le habian ofrecido y se dirigio a escalar con Renee, pero no estaba acostumbrado a tanta nieve.

Buf. ¿Es que no hay un camino mas accesible? Pregunto al joven.

Jejej, como estas sean todas tus habilidades ¡me temo que no podrás medirte conmigo por la armadura del oso! rio Reneé mientras tendía la mano a Gekki para ayudarle a levantar de la fría y ahora húmeda nieve. El fornido huérfano, con la cara roja por la vergüenza, se irguió cuan alto era y acabó completando el difil ascenso hasta el acceso al interior de la montaña.

Allí aguardaba otro guardia enfundado en los mismos ropajes que ellos dos, que les permitió el acceso una vez vio que se trataba de Reneé. Sin embargo, la irada que dirigió a Gekki fue de todo menos amistosa.

Vamos, entremos dijo el otro joven pulsando una palanca, que hizo ascender un tosco elevador de caja. Reneé se montó en él sin miedo, pero la altura del túnel vertical que se abría bajo el aparato no daba demasiada confianza al joven Gekki.

No me subestimes solo por no conseguir escalar un risco yo solo. Dijo Gekki a Renee.

Bueno, pues habra que subir a esa cosa. Penso Gekki fiandose del joven, aunque no le gustaba mucho la idea de subirse a ese aparato.

El elevador cerró sus puertas una vez ambos estuvieron dentro, y la caja comenzó un lento descenso de muchos minutos.

Reneé observaba atento cada vez que, a través de las mallas metálicas que conformaban la estructura del elevador, veía aparecer puertas en la roca. Tras dejar pasar unas cuantas, descendiendo hacia las profundidades, Renée volvió a accionar la palanca en el piso -7. Las puertas volvieron a abrirse una vez el elevador se detuvo, y una luz artificial sorprendió a Gekki tras la oscuridad del pozo en el que estaban.

Un pasillo horadado en la roca y apuntaldo perfectamente se abría ante ellos. Diversas puertas a ambos lados contenían un flujo incesante de personas vestidas con niformes de colo azul oscuro, dando al lugar el aspecto de ser un barracón del ejército.

Bienvenido a tu nuevo hogar dijo Renée ropiendo el silencio Bienvenido al "Sótano"

Asi que aqui es donde nos alojaremos. Penso Gekki al ver todo aquello.

Bajo del elevador y avanzo observando todo detenidamente. Me gusta el sitio, parece acogedor. Dijo Gekki a Renee.

Renée acompañó a Gekki hasta la puerta metálica de uno de los muchos barracones que horadaban la roca de la montaña.

Adelante, conoce tu nuevo hogar dijo abriendo la escotilla metálica mediante una rueda giratoria del mismo material. Parecería un camarote de barco, si no fuera porque se encontraban bajo kilómetros de piedra.

El barracón era un alojamiento individual provisto de una cama y un armario empotrado, así como un escritorio y una silla bastante comoda a primera vista. La iluminación artificial provenía de una lámpara en el techo, aunque sobre el escritorio había una versión de menor tamaño.

Gekki entra en su habitacion, se sienta en la cama y da un par de botes para probar su comodidad.

Umm, me gusta, parece acogedor. Dijo Gekki a Renee. Pero eso es lo menos importante, estoy deseando entrenar. Continuo.

Será mejor que descanses. dijo Renee Mañana nos espera un día muy duro, y nuestro maestro me mataría si llegaras ya cansado. explicó el joven A primera hora vendré a buscarte,¿ de acuerdo?

Renee se marchó de la estrecha estancia, dejando sólo a su nuevo camarada...

Buenas noches. Dijo Gekki despidiendose de Renee.

Gekki estaba bastante cansado del viaje y de la carrera de motos de nieve, asi que no tardo en quedarse dormido una vez se acosto.

Gekki despertó sobresaltado. Unos golpes rítmicos en la puerta parecían estar derrumbando el edificio, y aunque cuando enfocó bien la vista se dio cuenta de que no estaba en Japón, aún tardó unos instantes en comprender las voces de detrás de la puerta

Vamos, remolón, es hora de empezar el día gritaba Renee al otro lado.

Gekki logró incorporarse  y abrir la puerta, dónde le esperaba sonriente el otro muchacho. Le pesaba todo el cuerpo, y la boca le sabía a rata dee alcantarilla estofada, pero aún así, se mostró ansioso por comenzar.

Bien, ése es el espíritu dijo Renée dándole una palmada bastante fuerte en la espalda, lo que terminó de despertar al huérfano. ¿listo para conocer al maestro?

Por supuesto, estoy ansioso por conocer al hombre del que voy a aprender. Contesto Gekki entusiasmado.

Por fin, ya era hora de comenzar a entrenar en serio. Penso Gekki mientras seguia a Renee hasta su maestro.