Partida Rol por web

M'Bonu se las veía con una de las fieras, fintando y esquivando tras haber dejado muy tocado a su rival, de modo que el león no logró apresar al joven aborigen.

Sin embargo, peor suerte corrió su camarada Jabu, pues uno de los zarpazos de la rugiente criatura le alcanzó en pleno torso...

Jabu se había jugado el todo por el todo sabía que el riesgo de su ataque era que le dejaba practicamente indefenso, pero aun asi había decidido jugarsela. Tras el puñetazo del joven el leon apenas se delía del impacto y lanzó sus garras contra el torso del joven. Demasiado tarde Jabu vió venir el golpe y el impacto dejo al joven casi sin aliento. La herida era realmente grave, Jabu notó como sus fuerzas y su espiritu lo dejaban. En el siguiente golpe estaría muerto...

Asique es aqui donde se acaba todo... maldita sea... ¡¡¡¡Quiero luchar!!!!

¡Por el cuerno del unicornio! gritó el aborigen de nuevo, intentando atravesar a la carrera a su adversario con su letal golpe. Sin embargo, su embestida no tuvo nada que ver con sus expectativas, pues su velocidad le impidió asestar un golpe certero, mientras el león seguía siendo una seria amenaza

Jabu, son demasiado rápidos...

Jabu apenas se tenía en pie. Las fuerzas lo abandonabas segundo a segundo.

M'bonu, el joven estaba casi jadeando supongo que las peleas de palos no tienen nada que ver que pelear contra leones. la sangre goteaba lentamente por sus extremidades y los ojos estaban pertiendo poco a poco la luz. Si este debe de ser mi final, me alegro de pelear a tu lado y no en tu contra. Jabu miró al leon, se preparaba para un uevo ataque y tal vez el ultimo. Aun asi, ten por seguro una cosa. Aunque no viva para vestir la armadura...

La voz de Jabu se apago de repente. Sus ojos se perdieron en el infinito y solo veía al leon de nuevo. Una vez mas alzó sus manos lentamente como llevadas por unos hilos misticos de los titiriteros dioses. Miró entonces en medio de su extasis al leon y pronunció las que serían sus ultimas palabras si los dioses no intercedian en su favor.

...YO SERÉ HOY Y SIEMPRE UN VERDADERO CABALLERO. Por el cuerno del unicornio.

Una vez más la oscuridad que rodeaba al leon dio paso a la luminosa figura de un unicornio y el joven sintió volar su puño recto hacia su enemigo. El cuerno de la fantasmagorica figura apuntaba justo entre los ojos y allí era donde Jabu esperaba alcanzar a su enemigo. Como la vez anterior los hilos que llevaban al caballero se cortaron liberando toda la energía que guardaba dentro y el joven dedico una ultima mirada a su rival y amigo antes de lanzarse hacia el que seguramente sería su fin.

Que final mas triste para mi....

M'bonu no te apresures en seguir mis pasos....

El combate duró poco tiempo más. Jabu logró defenderse se su león atacante, y en cuanto M'Bonu se desembarazó del suyo a base de golpes tan poderosos que Jabu no podía creer, ayudó a su compañero a acabar con el suyo.

¡Buena lucha! exclamó el joven aborigen No lo has hecho del todo mal... ¡ahora sigamos!

Durante varios días, Jabu salió a correr con M'Bonu, fortaleciendo su resistencia, comprendiendo la naturaleza y asimilando que el joven escuñalido poseía lo uqe él llamaba cosmos, que le daba tanta potencia a sus golpes.

Tras la primera semana, fue el propio Maestro Umongo quién se dedicó a entrenar al Jabu, tras haberle preguntado acerca de aquella extraña energía...

El cosmos era algo nueo para Jabu. Toda su vida, cuando estaba en la calle luchando por llevarse algo a la boca o por no ser uno de los niños que desaparecían en mitad de la noche, había confiado solo en su velocidad y su fuerza.Pero el desierto había demostrado que eso no es suficiente. Ni toda la velocidad ni toda la fuerza le ayudarían a obtener la preciada armadura. Su unica posibilidad era dominar el cosmos, y para ello debía entenderlo. Cada mañana Jabu salía de nuevo al desierto intentando emplear esa misteriosa energía que había dentro de él. La arena del desierto era traicionera y sabía que si lograba dominar su poder en un medio tan hostil sería un gran luchador en terreno normal.

Un día el maestro llamo a Jabu y lo llevo ante una imponente duna.Jabu, los demas compañeros se enfrentan a arboles, a montañas o a rios. Pero nosotros estamos por delante de ellos. Los arboles son quebradizos, las montañas lentas y los rios debiles.  El maestro se acerco a la duna y ordenóa a Jabu que al golpeara. Al hacerlo el joven se vió con su brazo atrapado bajo un mar de arena. Lo entiendes, romper un arbol y una montaña es cuestion de fuerza, y el rio jamas te impedira retirarte, pero las dunas... Las dunas te atraparan y engulliran si las menosprecias, da gracias por un enemigo tan formidable y no lo desaprobeches.

Desde ese momento Jabu se entrenaba en golpear una y otra vez las dunas. Trataba cada vez de golpear mas rapido de forma que al recolocarse la arena alli donde había golpeado su pie no estuviera ni siquiera cerca. Concentrando el cosmos en la parte superior de las piernas para que estas realizasen movimientos rapidos y fluidos, y creando miles de explosiones que hacían de sus extremidades armas rapidas y precisas. Dia a día Jabu iba golpeando cada vez mas rapido las dunas, y cada día estaba mas cerca de borrar por completo las montañas doradas a las que se enfrentaba sin ser siquiera rozado por ella.

De nuevo su maestro llamo a jabu, habían llevado un caballo del desierto a la aldea y quería explicar algo al joven aprendiz. De pronto el caballo se escapo de sus guardianes y el maestro como sabiendo que iba a pasar se dirigió a Jabu. Mira su movimiento. El caballo, no tiene el poder del unicornio, pero si sus piernas y comparte con el la gracia del movimiento. Dime Jabu, por que nuestros guerreros no pueden atrapar a un pobre potro si son mas fuertes que él.

jabu mirando al potro pronto se dió cuenta. los guerreros se movían directos hacia él, pero el potro trotaba a un lado y a otro y con un rapido movimiento cambiaba su direccion dejando atras a sus captores. Maestro el potro trota libre, por eso no puede ser capturado. Nadie sabe donde va a ir, pro eso no puden pararlo.

El maestro sonrió al ver que su alumno había prestado atencion. Muy bien joven Jabu. Aprende del hermano menor del unicornio y muevete como él. Cuando lo hayas conseguido seras capaz de hacer esto.

El maestro entonces se puso en pie y Jabu solo logró ver el rastro de una sepenteante sombra que se dirigía hacia un muñeco de entrenamiento. De pronto el muñeco salto en astillas y Jabu vió a su maestro al lado.

Esta es la embestida del unicornio, cuando la aprendas seras digno de llevar la armadura.

Jabu no tardo en tratar de imitarlo. Por supuesto el desierto tambien era el lugar ideoneo para entrenar este mortifero ataque, la inestabilidad de la arena y el calor que emanaba del suelo ayudaban al joven Jabu a mejorar el trote inicial y su velocidad. No pasaron ni 6 meses hasta que Jabu logró dominar la embestida del unicornio, entonces el joven se propuso mejorarla. El no era un unicornio cualquiera y vió la posibilidad de mejorar el trote no haciendolo solo sobre el suelo sino sobre cualquier superficie.

Un unicornio no es un caballo que se ve limitado por el suelo que pisa, el unicornio no conoce los limites de la tierra porque vive en las estrellas...

Jabu no sabía de donde había venido la idea pero le parecía muy logica. Colocando varios muñecos de practica en el desierto y ayudandose de las dunas Jabu entrenaba el movimiento saltando de monigote en monigote para finalizar con un tremendo impulso y un puñetazo como había aprendido, pero el resultado, a pesar de lo impresionante del movimiento era el mismo que la embestida del unicornio.

Su maestro lo vió entrenando y entonces lo llamo de nuevo. Joven Jabu, veo que la embestida no es suficiente para ti y en lugar de golpear como un solo unicornio quieres llevar una manada de más de cien junto contigo. Pero recuerda una cosa, los unicornios no tienen solo dos patas como nosotros, el verdadero unicornio trota apoyandose en los cuatro cascos.

Entonces Jabu supo que nombre tendría su nueva tecnica y el secreto para hacerla más poderosa. comenzo de nuevo a moverse sobre los obstaculos por las dunas y por suelo pero no corriendo solo con las piernas sino tambien con los brazos detonando cosmo al igual que en el trote para acelerarse. Para finalizar el ataque Jabu se impulso con sus brazos hacia su objetivo y detono el cosmos en sus piernas para realizar una verdadera estampida de unicornios atacando al mismo tiempo.

El maestro lo observaba desde lejos, ya casi había anochecido y no sabía si por el efecto del desierto o quizas por los movimientos de su pupilo logro ver una verdadera manada de unicornios lanzandose al unisono contra su objetivo y dejando tras la marea de polvo una duna destrozada y un joven en pie, con el puño en alto como el cuerno del unicornio desafiante y orgulloso como solo el magnifico animal puede estarlo.

Amanecía en el desierto, un espectaculo que seguía helando la sangre aun despues de verse durante varios años seguidos. Diez guerreros se alineaban ante una increible estatua de cristal con forma de unicornio mientras las mujeres y los ancianos de la tribu los pintaban de pies a cabeza. Con el primer rayo del alba comenzaría la prueba en la que las estrellas decidirían al portador de la armadura sagrada que custodiaba el poblado. Nueve de los jovenes eran nativos de la aldea, Jabu lo sabía muy bien, había visto como cada uno de ellos lo miraba con desprecio por ser estranjero, todos menos M'bonu.En los ultimos años había aprendido a tratar con el indigena a pesar de su forma tan complicada de ser.

El primer rayo del alba cayó sobre la estatua del unicornio, la prueba comenzaba. Diez partirían de la aldea, pero solo uno llegaría la destino. La cueva del unicornio. Una vez alli el maestro haría el honor de entregar al vencedor la armadura y sellar su destino como caballero. Las pinturas se iluminaron, los cuerpos de los diez guerreros se veian todos diferentes mientras corrían todos tras de su destino.

Jabu no tardo demasiado en tener que enfrentarse a sus adversarios, solo llevaba una hora viajando cuando de entre las arenas salio el primero de ellos. Aun con la sorpresa no fue rival para el joven nipon. sin siquiera necesitar utilizar ninguna tecnica acabo de un golpe con él.

Aun no han dominado su cosmo... solo M'Bonu es un rival...

La horas pasaron y el prmer día llego a su fin. Jabu había derrotado a dos oponentes, el segundo fue algo mas duro que el primero y logró dañarlo con una lanza, pero las estrellas no eligen caballeros a los que portan armas y Jabu se lo djo muy claro al desarmarlo y dejarlo inconsciente sobre la arena. A la luz del fuego el joven se curó la herida con unos pocos remedios que llevaba encima. Estaba claro que esa noche tendría fiebre por la infeccion y sus enemigos se aprobecharían. Antes de amanecer tuvo que eliminar a su tercer adversario.

Si hubiera sido M'Bonu estaría perdido.  Por suerte la fiebre ha pasado.

Durante el segundo día derroto a un cuarto y se enteró por este que solo quedaban dos a parte de él. Jabu no necesito preguntar los nombres. Sin duda serían M'Bon y otro de los jovenes, el segundo detras del indigena. La cueva se enontraba a medio día de camino y en la entrada de esta se decidiría el vencedor pero la herida hizo a Jabu retrasarse. Si hubiera viajado mas rapido hubiera significado su derrota total ante sus adversarios.

El cuerno de arena fue lo primero que vió el joven al llegar. Un imponente cuerno de unicornio hecho unicamente de arena que magicamente nunca se deformaba. En su base se encontraba la entrada a la cueva y a ambos lados de esta sus oponentes

Has sido bastante lento Jabu. Se apresuro a decir M'Bon ya tenía miedo de que te hubieran comido los leones. Solo quedamos nosotros y es justo que sea el mejor quien porte la armadura.

De golpe tanto M'Bon como el otro adversario se pusieron en posicion de combate, Jabu los imitó sin dudarlo, un perfecto triangulo se formó entre los tres.

Umburo redu nimanore. En esta ocasion fue el otro indigena el que habló pero M'Bon se apresuro en traducir.Será un todos contra todos. Ambos sonrieron y Jabu entendió que iba a ser una verdadera batalla de caballeros. Que las estrellas nos juzguen Añadió el Jabu para terminar.

Una nube de arena se cruzo entre ellos y de pronto el cielo se abrió para mostrar la constelacion del unicornio. La batalla ya no estaba en manos de mortales sino de las estrellas que habían escrito sus destinos.

Los tres se lanzaron a la vez y los tres desaparecieron al mismo tiempo.Por el cuerno del unicornio El sonido fue como un trueno y al reaparecer de nuevo solo M'Bon y Jabu seguían en pie. El otro nativo había caido con una sonrisa. Su cosmos era poderoso pero había sido derrotado por el de sus oponentes sin apenas problemas.

Nuestras embestidas son iguales. Pero solo uno puede ser caballero. M'Bon sonreia mientras hablaba.

Jabu no se quedo atras. Ya te lo dije cuando nos enfrentamos a los leones, yo ya soy un caballero, y aunque hemos viajado juntos es hora de que me adelante para tomar mi destino.

M'Bon no se tomó muy bien la contestacion del caballero y desapareció para una nueva embestida. En esta ocasion Jabu tardó unos segundos en seguirle pero al desaparecer el M'Bon se quedo petrificado. El joven indigena lo lograba ver a Jabu en su trote es como si no estuviese corriendo por el suelo. De pronto en lo alto del cuerno de arena un destello surgió al tiempo que Jabu se lanzaba por el aire contra M'Bonu. ¡Por el cuerno del unicornio! Con un solo golpe bastó para derribar al indigena.

Los unicornios no necesitan suelo bajo sus pies, y el no saberlo te ha hecho mas debil que yo. Honraré la armadura y espero que algun día me pidas la revancha.

M'Bon estaba inconsciente pero Jabu sabía que le había oido. Agotado pro el viaje y la batalla se adentró en la cueva jadeante deseando ver la armadura del unicornio. De pronto un golpe le impactó en la nuca y el joven perdió el sentido.

Al despertar estaba en su cama del poblado. A su lado una caja de bronce con un unicornio sobre dos patas con un destello en el cuerno. Frente a él se encontraba el maestro. Jabu no lograba entender porque habia quedado inconsciente hasta que su maestro habló.

Fui yo quien te golpeó al entrar en la cueva, pero no fue con mala intencion. Aun eres joven, y las victorias te pueden volver arrogante. Con ese golpe espero recordarte que no eres invencible caballero del unicornio.

Jabu tardó en asimilar el final de la frase pero rapidamente se levantó y con un gesto de agradecimiento saludó a su maestro. Las lagrimas corrían por sus mejillas.

Caballero del unicornio... Lo he conseguido...

Cuando Jabu levantó la mirada no logró encontrar a su maestro pero desde el otro lado oyó su voz que lo llamaba. Preparate, es hora de que aprendas tu ultima leccion...