Partida Rol por web

El joven aborigen asintió con la cabeza ante el ofrecimiento, pero declinó su ayuda Es algo que debemos resolver nosotros. En todo caso, has venido aquí no sólo a por la armadura, sino a aprender, supongo... ¿deseas que entrenemos juntos? Mañana sería un buen día para probar tus piernas...

Tienes razón. No sólo he venido a por la armadura. Sino para entrenar y fortalecerme. Debo prepararme al máximo. Mi destino depende de ello.
Así que sí. Estaré encantado de entrenar contigo.

Nachi comprendía a N´Gonna, así que no insistió. Cuando llegara el momento ya le ayudaría, si es que realmente necesitaba su ayuda.
De momento lo que realmente le importaba era comer algo y descansar. No recordaba la última vez que lo había hecho. Empezaba a pensar que se olvidaría de ello.

Tras una larga noche, en la que Nachi no pudo descansar más que a ratos, nervioso por algún motivo que no alcanzaba a comprender, el amanecer incidió directamente en los ojos del joven nipón.

Poco después, N'Gonna visitaba al huesped de la aldea.

Buenos días, Nachi  le saludó Estaba a punto de salir a correr. ¿deseas entrenar conmigo? le invitó el enorme indígena

Nachi había logrado conseguir que le dieran algo de comer y le habían indicado un lugar para dormir. A pesar de todo no descansó demasiado. Al parecer algo le perturbaba, y no sabía el qué.
Así le pilló la mañana. Despierto mucho antes de lo que hubiese deseado. Pero claro. Nadie obtiene lo que desea sin más. Las cosas hay que ganarselas.

En esos momento apareció N´Gonna. Había cumplido su palabra de venirle a buscar para entrenar juntos. PArecia una buena persona. Se alegraba de haberlo conocino. Y no sólo porque le hubiese salvado la vida y le guiase hasta la armadura del Lobo. Ahora el resto dependía de él mismo.

Buenos días. Por supuesto que me apetece entrenar. Despues de todo para eso estoy aquí. Cuando quieras.

¡Bien, en ese caso, a correr! exclamó el gigantón comenzando a trotar, esperando a que Nachi se le uniera antes de incrementar la velocidad.

Unos veinte minutos después, la pareja de guerreros se encontraba ya lejos de la aldea, sudando copiosamente por el calor, pero con ganas de continuar.

Poco a poco, ambos jóvenes dejaron atrás el agreste paisaje que rodeaba el enclave aborigen y se adentraron en las planicies típicas de aquel páis...

Nachi salió en pos del gigante y le alcanzó en un momento. Al principio parecia que alguién como N´Gonna tendría más aguante que Nachi, pero el joven le mantenia el ritmo sin problemas. Al parecer había descansado lo suficiente a pesar de haber dormido poco y estaba totalmente recuperado.

Mientras corrían trataba de quedarse con el paisaje, para poder volver él solo en caso de que alguna vez se perdiera. Pero las planicies eran todas iguales y no lograba quedarse con las referencias. Por suerte no tenía que correr solo. Al menos esta vez.

Nachi y N'gonna corrían a la par, ambos jóvenes disfrutando de la carrera, del compañerismo que sólo se obtiene tras el duro ejercicio, del hecho de no tener que pensar más que en el siguiente paso, cuando de pronto dos enormes sombras saltaron sobre ellos.

Un rugido estremecedor salió de las gargantas de cada una de las criaturas felinar que se abalanzaron sobre su presa sin piedad. lA muerte estaaba al acecho en las planicies...

Nachi estaba disfrutando de la carrera. Sintiendo un compañerismo con el gigante como no había conocido nunca. Era un huerfano, y aunque durante su estancia en la fundación había coincidido con más gente. Realmente no había llegado a conectar con ellors. No habían entrenado juntos vamos. Y esa era una camadería que no se podía conseguir de otra manera más que sufirendo por lo mismo.
Nachi esperaba poder llegar a ello con N´Gonna.

Fue justo en ese momento cuando todo estalló. De la nada surgieron unos felinos enormes, parecian tener hambre y lo único comestible que se veía cerca eran ellos dos.
Nachi no estaba seguro de qué hacer, por lo que miró la reacción de su compañero. Si este atacaba le ayudaría, si decidían correr le seguiría.

Adonde fueres haz lo que vieres. Como dijo alguien importante. Creo.

Quizá sumido en sus pensamientos, quizá acostumbrado a escuchar aquellos sonido típicos de la llanura, N'Gonna no pareció darse cuenta del peligro que le acechaba tanto a él como a su nuevo compañero, y se limitó a continuar su carrera sin presentar signo de alarma alguna.

Nachi estaba esperando la reacción de N´Gonna. A él le parecia que los enormes felinos estaban a punto de atacar, pero este siguió corriendo como si nada.

Bueno. Supongo que no será la primera vez que se encuentra a estos animales por aquí. Si él no le da importancia supongo que sabrá lo que se hace.

El joven japones siguió al gigante a la carrera. Aunque sin dejar de mirar a los leones.

Oye N´Gonna. Seguro que está bien ignorar a esos felinos, tienen cara de malas pulgas. A mi no me parece prudente darles la espalda.

Sí, los he oído respondió seriamente el gigante manteniendo el ritmo de carrera Si no les hacemos caso y mantenemos el ritmo quizá se cansen. Pero estate listo para golpear si se lanzan al ataque...

Nachi se había sorprendido un poco ante el comentario de N´Gonna.

Si los ignoramos dice. Pues vale. Aunque a mi me resulta un poco dificil el ignorar a un león que me esté mordiendo una pierna. Pero bueno. Él sabrá lo que hace.

Por más que lo intentaba, Nachi no podía dejar de mirar atrás de vez en cuando. Y los enormes felinos siempre estaban allí detrás.

No me gusta la pinta que tiene esto. Para nada además.

Maldicion, no parecen cansarse... exclamó N'Gonna manteniendo el ritmo de carrera. ¿Crees que podrás enfrentarte a uno el tiempo bastante para que me encargue del otro?

Mientras esperaba que Nachi respondiera, el aborígen miraba de reojo a las criaturas atacantes. N'Gonnano parecía sentir miedo, estaba tranquilo, al menos para planear enfrentarse a dos leonas hambrientas al ataque...

Nachi seguia corriendo al lado del gigante. Pero al parecer no se los podrían quitar de encima. N´Gonna preocupado le pidió que se ocupara de uno mientras él se encargaba del otro.

Bueno. Nunca me he enfrentando a un león, pero supongo que siempre hay una primera vez.

Nada más decirlo, Nachi se volvió contra los leones y corrió en dirección a ellos.
Se dirigió directamente al de su izquierda separandose un poco para que también lo hiciera el animal. Cuando estaba a punto de chocarse saltó por el aire pegando una patada.

Por desgracia tanto la inercia que llevaba el joven, como la del animal hizo que fallara por mucho. No obstante aterrizó de pie dispuesto a enfrentarse al hambriento felino.

El hombretón se giró al tempo que su compañero hacia lo mismo, haciéndoles frente cada uno a una de las fieras. N'Gonna se preparó para lanzar un puñetazo directo contra el felino que se abalanzaba sobre él, mas fue incapaz de igualar la velocidad que su agresor .

Por su parte, ambas leonas atacaron al tiempo, abalanzándose sobre sus víctimas esperando que apenas supusieran más desafío que cualquier otra presa.

N'Gonna no tuvo problemas para esquivar el ataque de su oponente, mas las zarpas de la segunda felina se dirigían directamente al pecho de Nachi, que parecía a punto de saltar...

El gigante se movió más rápido de lo que uno creería al ver su tamaño y se ecaró a una de las leanos. Hubo una especie de tú a tú en la que ambos atacaban y esquivaban.

En cambio la leona de Nachi parecía más experimentada y astuta.

Cómo no. Me tenía que tocar la mayor y más fuerte. Bueno, le demostraré que un lobo puede llegar a superar a un león.

Sin duda o temor, Nachi se acercó al felino y le asestó un veloz puñetazo directamente al hocico esperando aturdirla. Lo cual fue una suerte porque las garras del feroz felino pasaron rozando su camisa. Si no hubiese sido por el golpe le habría destrozado.

Nachi había logrado herir a una de las leonas, mientras que por su parte los enormes felinos habían sido incapaces de alcanzar a los dos jóvenes.

Sin embargo, solo sería cuestión de tiempo que su superior peso acabara por decantar la balanza de su parte. N'Gonna estaba decidido a no permitirlo.

El gigantesco aborigen cerró los ojos para sorpresa de Nachi. Seguro de que se había rendido, el aspirante a caballero del lobo no comprendía nada. Y de repente, N'Gonna aulló como si de un lobo verídico se tratara. El hombretón alzó su mano crispada de tal manera que parecía una garra, y arremetió contra la leona gritando:

¡Por la Zarpa del Lobo!

A pesar de que tenía toda su atención en la leona de enfrente, Nachi no pudo evitar sentir el incremento de energia en el gigante. Muy a su pesar se giró para ver como transformaba su mano en una garra y mataba de un zarpazo a la leona que tenía enfrente.

Quedó sorprendido, y además de alguna manera sabía cómo lo había hecho. En su mente repasaba a camara lenta lo que había hecho N´Gonna. Y estaba todo muy claro. Demasiado.
No obstante no podía pararse a eso en ese momento. Tenía un enemigo que abatir. Una vez más lanzó un puñetazo a la cara del felino. Y este volvió a aullar de dolor.
Con un rápido movimiento el joven se echó hacia atrás saliendo del alcance de sus garras.

Nachi logró asestar otro golpe a la leona, que malherida, y presa del pánico al encontrarse con presas tan resistentes, decidió huir para salvar su vida.

N'Gonna, que se encontraba cerca de ella, decidió dejarla escapar.

Bastante sangre se ha derramado ya musitó entristecido. Luego se giró hacia Nachi, su compañero también herido Has luchado bien. ¿Cómo te encuentras? le preguntó con sincera preocupación en su voz.