Partida Rol por web

Escucho a los dos tipos con aspecto de ladrón, parecen no querer problemas. Me detengo en mi actitud.

Apunto la espada hacia el suelo y hago movimientos con la punta hacia delante, me dirijo a los dos entonces hemos tenido un malentendido, me giro hacia Aestus y añado, déjales ir Aestus, no parecen querer problemas y no queremos más bocas que alimentar en el campamento, no tienen nuestra presa así que lo mejor es que se vayan.

Me quedo a la espera de lo que digan el resto de compañeros y no doy la espalda a los dos muchachos.

Veo que mi compañero depone las armas ante la historia de los desconocidos. Tenia el corazon demasiado blando para ser soldado. En el fragor se la batalla acabaria ensuciandose los pantalones el egipcio.
Entiendo sus padecimientos, he sido esclavo mucho tiempo y he encontrado mi unica oportunidad en la milicia. Sin embargo no le corresponde a mi decie si son libres de marcharse. Es nuestro capitan quien debe hacerlo.
No se que opinan Brian y Ali, pero creo que debemos llevarlos al campamento. Si al igual que Assuan creen mejor que les liberemos, prometo no contar nada de esto en el campamento, perp roguemos que no sean rebeldes encubiertos
Mi lamza seguia apuntandoles, no sabia que postura tomaban brianne y Alisse ya que estaban fuera de mi campo de vision, sin embargo no bajaria la guardia aun cuando ñes creyeran su historia.

       " Buen día señores!   Aunque no estoy ... seguro si son o no ladrones o espías concuerdo contigo Aestus; nosotros no tenemos base para decidir lo, debemos dejar que nuestro superior lo determine, así que les agradeceré que no me hagan disparar les y por las buenas dejen sus armas en el suelo y se entreguen a mis camaradas "     

       Mientras que los demás platicaban con los dos desconocidos recién llegados Lerna, quien iba vestida como un soldado romano mas pero con aproximadamente 2 metros de altura y cubierta su cabeza, dijo con voz grave, cual hombre e intimidatoría después de rodear al grupo para flanquearlos con su arco desde un costado para que sus camaradas no se cruzaran en caso de tener que disparar, apuntando les a una distancia prudente para darle tiempo de disparar y cambiar de arma antes de ser alcanzada.

Esto se esta poniendo tenso. Escucho con cuidado lo que me cuentan, al parecer hay alguna guerrilla en este lugar. Era curioso estar tan en el centro del imperio y con una zona de conflicto. Hubiera sido bueno saber quien se enfrenta a quien, pero conociendo las costumbres romanas, aceptar eso, equivalia a volver a ser un bastardo esclavo.

Sean sensatos caballos y...dama. No tenemos idea de parte de quien estan ustedes, y seguramente su base no debe estar cerca de aqui, sino habria mas guardias. Aunque fueramos espias, tan lejos no podriamos hacer nada. No vamos a dejarnos volver a ponernos grillete. Nunca mas, esa fue la promesa que nos hicimos, y les juro que la voy a llevar hasta ultimas instancias. Dejennos marchar. No hay necesidad de derramar sangre.

Retrocedo un poco, buscando un lugar por donde salir del rodeo. ¿Tanta mala suerte podiamos tener de caer presos tan deprisa? Si esto era una prueba, no era una simpatica, pero haria todo a mi alcance para superarla. La determinacion se podia leer en mi rostro, mi postura y el tono de mi voz.

Solamente les vamos a pedir una cosa. Realmente desconocemos la situación del imperio aca, pero no queremos guerra. Nos vendria bien un poco de orientación. En un principio ibamos a reclutarnos en la milicia, pero eso fue hace meses, incluzo pude ser años, la verdad, perdi la cuenta al preocuparme en tener algo para comer y beber, y no caer bajo los azotes...

Salí del agua y sacudí mi cabeza para secar como pudiera el agua de mis cabellos.

Veía que al final se iba a armar una gorda y no era para menos. Si no se ponía remedio al final terminaríamos por pelear. Aún mojada me acerqué por delante de todos y me planté a tan solo un paso de Caín y les miré a ambos con tranquilidad.

- Mi nombre es Alisse. - Dije extendiendo la mano para que la estrechase.- Encantada de conoceros. Hace poco nos han atacado y no confiamos demasiado en los que se esconden. - Miré a los demás de reojo esperando que bajasen las armas o por lo menos no se mostrases hostiles.

- Si nos ayudáis con la comida, podéis venir con nosotros al campamento y quizá el centurión os haga un sitio en los barracones. Siempre es mejor dormir caliente.

El futuro de Cain y Lucius estaba por pasar por ese campamento. Pocas opciones tenian mas por ahora. Tampoco el llegar alli, a un lugar desconocido les aseguraba la libertad. La oportunidad ofrecida por los jovenes que encontraron era sensata y Alisse sin duda era la primera en tenderles amablemente la mano, a pesar de que Assuan era el primero en ceder a la no violencia. La ultima palabra la tendría el lider del campamento donde estaban todos bajo su mandato. Una peculiaridad era la clave que determinaría su eleccion final.

La muchacha del grupo se acerco a nosotros y ofrece su mano. La miro con desconfianza. En toda mi vida, que no era mucho, es Roma la mujer no era mas que un adorno bello para satisfacer al hombre. Que una de ella tenga tanto poder, como para tomar la palabra, era mas que llamativo.

Sin embargome contengo y le doy un apreton de mano. Al igual que mi mano, la suya estaba aspera y callosa, sintomas de duro entrenamiento.Su brazo era firme, no debia menos preciarla en un futuro, eso lo tendria en cuenta,

Espero a ver que dice mi compañero. Quizas sugiriera otra cosa. Una cosa era ir como capturados, y otra como iguales, y si mal no entendia, era lo que nos ofrecian. Mi cabeza iba a mi, pero dije poco, preferi mantener un saludable silencio por esta vez.

       " Aléjate un poco de ellos Alisse, si quiera hasta que se alejen de sus armas ... porque si realmente buscaban reclutarse en la milicia entonces posiblemente nosotros podamos ayudarles .... solo que deben mostrar obediencia y no solo valentía "    

       Alcanzó a decir Lerna mientras que caminaba un poco mas de lado para poder seguir apuntando a los chicos sin arriesgar demasiado darle a la chica con un tiro desu arco si era necesario hacer un disparo al par de chicos recién llegados 

Escucho a mis compañeros que son de la opinión de llevarlos al campamento, me parecen más bocas que alimentar y no tienen pinta de soldados así que levanto los hombros en gesto de indiferencia y asiento a mis compañeros, sea, venid a nuestro campamento si queréis. Al contrario de lo que piensas, no está muy lejos. Allí podéis decidir vuestro destino - tras las palabras espero que decidan venir sin necesidad de violencia. Si los hubiéramos dejado marchar ya estaríamos de vuelta - no puedo evitar pensar. Vamos a recoger el venado y vayamos - añado por último.

Siguiendo el ejemplo de Alisse y Assuan depongo mis armas, pero les digo.
confiaremos en ustedes, vendran libremente al campamento como posibles reclutas. Es lo mas xercano a la libertad para dos esclavos fugitivos y los digo con conocimiento de causa. Ustedes deberan entregarnos sus armas en señal de paz.
Miro a Brian quien aun les apunta y le digo:

Puedes guardar el arco, de todas formas si.intentaran algo bastaria dos movimientos de Alisse o mios para que esten en el suelo de bruces con nosotros encima.

La verdad, que la mujer peliblanca nos haya ofrecido amabilidad, fue algo que me ha sorprendido. En mi vida por la zona costera, he conocido a mucha gente y he aprendido muchas cosas, como el potencial de las cosas que puede hacer una mujer. Pero la imagen del mundo, mas en este imperio, no es muy buena, pero no puedo luchar yo solo contra eso, supongo que el tiempo algun dia cambiara eso, mas no importa, cuando eso sucede, esbozo una sonrisa de alegria leve en mi rostro.

Doy un suspiro y relajo mi postura, relajandome levemente mientras los observo a todos. Pues la verdad, parecen muy confiados de sus habilidades, y no es que parezcamos personas muy peligrosas, pero no pude evitar hacer un comentario al muchacho de tez morena con tranquilidad. -Subestimar a un enemigo puede ser la causa de tu muerte, espero que recuerdes algun dia eso. Aunque es cierto que nos superan en numero, pero la confianza excesiva puede causar que una pequeña escuadra de soldados acaben con un ejercito. Pero en todo caso... -Doy un leve suspiro, acercandome a el con mis Gladius desenvainada de manera no hostil, para entregarsela. -Aqui tienes mi voto de paz.

Enarco una ceja. Mi compañero confia en los extraños bastante deprisa. No me hace gracia entregar las armas, pero las arrojo a los pies, de quien tengo delante. Mis manos tambien son armas de muerte, eso me da cierta tranquilidad. Hago oido sordos al pretencioso comentario del muchacho, quizas sea verdad, quizas no. Preferiria averiguarlo en otro momento, en el que mi vida no dependa de ello.

No digo nada, las palabras sobran. Consiguieron lo que querian. Esperaria a que cumplan la palabra,  ¿que otra cosa podia hacer en esta situación?

        " Muy bien señores ... siendo así juntemos los pescados, al venado y las frutas obtenidas, vayamos al campamento juntos para ver si el capitán acepta que se nos unan y si es así les doy la bienvenida! "    

        Dice Lerna aun con cierta desconfianza que va relajando un poco al final y voz mas grave de lo normal mientras que se acerca con su arco al par de desconocidos, solo para guardarlo ante de tomar el arma de Caín del suelo, entonces la guardar con la suya y solo entonces relaja mas su expresión para regresar por la canasta con frutas que había recolectado 

Con una decision ya firme, Cain y Lucius deciden ir al campamento acompañados por el grupo de cazadores que resultaron ser reclutas, como el mismo futuro que ellos tuvieron en un inicio. Las armas son entregadas, pero para permanecer "atados" les obligan a llevar al ciervo una vez se ha atado en un tronco que llevan sobre los hombros. En las pequeñas trampas que pusisteis se encuentran dos pequeñas liebres que tambien os llevais tras noquearlas en la cabeza. Ya había suficiente comida para todo el campamento.

Tras retroceder cerca de 3km llegais a la entrada. Cain y Lucius en una mirada rápida ven desde la entrada la constitucion de este: Varias tiendas con fines distintos: almacén, tiendas para dormir, la del lider militar, un hospital entre otras. Se pueden ver a plebeyos realizar tareas de mantenimiento, cocina y otros menesteres. Varios centuriones colocados en diferentes puntos se ocupan de la seguridad.

A la entrada uno de ellos os pregunta: Bueno chicos, sin duda la caza os ha merecido la pena, pero quienes son estos dos que os acompañan?

Al escuchar las palabras de los dos captivos no puedo dejar de sorprenderme, cuando les pedí que entregaran las armas se pusieron a la defensiva y ahora las entregan incluso con Brianne apuntándoles con el arco. Levanto los hombros en resignación.

Así que nos ponemos en marcha hacia el campamento, rehuyo el diálogo. En la puerta nos preguntan, obviamente, por los dos detenidos. Me adelanto a mis compañeros, los hemos encontrado husmeando por ahí, no parecen peligrosos. Nos están ayudando a cargar la comida, han rendido sus armas… No sé por qué no me dejaron soltarlos, ahora ya no está en nuestras manos lo que les pase.

       " Al parecer los hemos encontrado porque querían unirse nos ... pero para ello debemos hablar con el jefe, donde esta? "    

       Dijo Lerna a quien el resto conoce como Brian con voz grave y los brazos cargando el cesto de frutas y moras recolectadas 

Esperaba haber apaciguado las cosas entre nosotros y los nuevos, asi que fuimos todos juntos al campamento.

Mientras llegábamos miraba de reojo a los nuevos. Parecía que mas bien eran prisioneros "por las buenas", pero no quedaba otra.

Entramos al campamento y el centurión de guardia ya nos preguntaba por nuestros nuevos amigos. Assuan y Lerna se adelantaron para decirles quienes eran.

- Tranquilos. Seguro que todo estará bien. Seguramente os harán preguntas, pero nada fuera de lo normal. Vosotros también las haríais en el caso contrario, ¿verdad?- Comenté a los chicos nuevos con una sonrisa.

Lo normal sería ver al jefe y que el decidiera.

De acuerdo, podeis pasar. Dice uno de ellos. Euclideus se encuentra en la zona de armamento hablando con Dalila.

Dalila es una guerrera de origen germana. Criada en un pueblo invasor y hecha esclava como muchos, sobresalio en sus dotes militares y peleas callejeras donde algunos apostaban para ganar dinero. Euclideus la conocio y la hizo maestra bajo su mando. Su forma de vestir algo mas salvaje, recuerda a la de las miticas amazonas. Sin duda es una experta en la caza y el tiro con arco.

Al acceder al interior del campamento, Lucius y Caín manifiestan la inexistencia de esclavos y como todos, plebeyos, centuriones y otros realizan sus tareas con respecto y buena convivencia. Euclideus se podía encontrar en la entrada hablando con Dalila, una mujer joven vestida con top de piel de lobo junto una especie de falda lateral. Su largo pelo rubio contrastaba con una piel mas morena. En su cintura llevaba su inconfundible cuchillo.

No era ni por casualidad el responsable de la unidad, sin embargo consideraba que tenia que tomar sobre mi la responsabilidad de llevar a los desconocidos al campamento. Me adelante a mi grupo y acercandome a la cazadora y Euclidius. Desde la primera vez que habia visto a Dalila, me habia maravillado su porte, lastima que no nos acompañara en la partida de casa reciente.

Salve Euclideus, hemos traido piezas como se nos ordeno y tambien encontramos en las cercanias a dos indiviuos que dicen ser esclavos fugitivos. Los he traido aqui para que usted evalue si pueden convertirse en reclutas, pero no considere prudente dejarlos sabiendo de nuestra posicion con los rebeldes.